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La fermentación láctica transforma la leche en yogurt mediante la acción de dos microorganismos, Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus, que convierten la lactosa en ácido láctico, cuajando las proteínas y creando la textura del yogurt, a la vez que producen compuestos que le dan su sabor característico.
La fermentación láctica transforma la leche en yogurt mediante la acción de dos microorganismos, Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus, que convierten la lactosa en ácido láctico, cuajando las proteínas y creando la textura del yogurt, a la vez que producen compuestos que le dan su sabor característico.
La fermentación láctica transforma la leche en yogurt mediante la acción de dos microorganismos, Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus, que convierten la lactosa en ácido láctico, cuajando las proteínas y creando la textura del yogurt, a la vez que producen compuestos que le dan su sabor característico.
cual la leche se transforma en yogur. Es el resultado de la acción de los fermentos lácticos, que en el yogur constituyen dos microorganismos específicos: Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus. Durante la fermentación, el azúcar de la leche (lactosa) se transforma primero en azúcares simples, concretamente en glucosa y galactosa, para después convertirse en ácido láctico. La formación de ácido láctico aporta cierta acidez (pH 4.5), que ayuda a cuajar las proteínas (caseínas) y asentar la leche, creando así la textura específica del yogur. Además, la fermentación láctica produce compuestos (dióxido de carbono, péptidos, aminoácidos…) que confieren al yogur su sabor distintivo.