La agricultura ancestral y
la agricultura moderna
Por: Avila Galdos, Eva María
Juan Lligalo uno de los 22 chacareros dedicados
a la recuperación de la agricultura ancestral en
las comunidades de Chibuleo, Pilahuín,
Salasaca y Ambatillo (Ecuador). El hombre, de
72 años, emplea las instrucciones que su padre
Juan le enseñó cuando era pequeño. No usa
químicos ni pesticidas para evitar las plagas,
sino abonos y brebajes preparados con hierbas
amargas, dulces y picantes. Con este líquido
oscuro fumiga las plantas. “La idea es que cada
familia consuma productos sanos para la salud
y no contaminen el suelo, el agua y el ambiente.
Es una forma de rescatar nuestros
conocimientos y saberes ancestrales”, comenta
el septuagenario. ¿La agricultura ancestral es
sostenible?¿Podrá solucionar el hambre?
Existen dos posturas en discusión: acerca
de aplicar la agricultura ancestral o la
agricultura moderna como solución para
los problemas que hay en la agricultura
actual. La primera sostiene “El sistema
de saberes y conocimientos locales
aymaras sobre biodiversidad y servicios
ecosistémicos ha garantizado desde
tiempos inmemorables sostenibilidad
agroalimentaria, ambiental y cultural a
las poblaciones asentadas en el sur del
Perú”, afirma (Vargas et al, 2016). En
oposición la segunda postura señala, La
agricultura moderna, productiva e
innovadora, proporciona muchos
beneficios, (…) De hecho, el ejemplo de
la agricultura alemana sugiere que la
innovación, más que la intensificación,
ha impulsado los rendimientos. (…) Solo
con esta agricultura el mundo podrá
alimentar a 10 mil millones de seres
humanos para
2050 y, al mismo tiempo, preservar los
hábitats naturales y la biodiversidad
global, según (Von y Noleppa, 2016).
Considero que las técnicas y saberes
ancestrales serian beneficiosos para
aplicarlos a la agricultura actual ya que
las técnicas de nuestros antepasados no
dañaron a nuestro medio Ambiente, lo
contrario esos saberes contribuyeron a
una mejor calidad, producción y también
dieron soluciones eficaces ante
problemas que afrontamos en la
actualidad, como las inundaciones, la
falta de alimentos y de agua, y también a
la desnutrición.
La controversia todavía se mantiene, ¿La
agricultura ancestral de América latina
podrá solucionar los problemas que
afrontamos hoy en la agricultura? ¿O
podrá solucionarlos la agricultura
moderna?
Posteriormente (Vacher et al, 2006)
argumenta, ¿Porque se debe revitalizar
estas antiguas tecnologías? porque esto
es reconocer que los conocimientos del
campesino comunitario se basan en una
experiencia milenaria, donde la ciencia
occidental no ha sido capaz de resolver
los problemas específicos de cada medio.
Las prácticas y tecnologías occidentales
tampoco reflejan las respuestas
culturales que los grupos andinos han
dado con éxito al enfrentarse a su
entorno. El conocimiento tradicional es
un proceso de doble vía donde los
saberes ancestrales se conjugan con la
experiencia actual, pero pueden ser
enriquecidos con los estudios
arqueológicos que contribuyen a
esclarecer las antiguas tecnologías de
producción agrícola. En oposición
tenemos que La modernización es
irreversible. Los aumentos en los
rendimientos asociados con la
modernización no pueden ignorarse.
Damos por sentada la abundancia de
alimentos, pero el mayor logro de la
agricultura moderna es que somos
capaces de alimentar a una población
mucho mayor con la misma cantidad de
tierra, nos dice (ROSEN et al, 1994).
De lo mencionado anteriormente,
Exhorto a las personas que tienen algún
familiar o conocido y él o ella tiene algún
saber ancestral beneficioso, rescatarlo y
compartirlo con quienes lo necesiten,
para que no se pierda, también hago un
llamado al gobierno, los ingenieros
agrónomos, y público en general a mirar
y revalorar, hacia estos saberes que
resultaron muy beneficiosos en el pasado
y que ahora también lo serian, como lo
demuestran los autores en este ensayo, la
agricultura ancestral desarrollada en
América latina fue sostenible y garantizo
una alimentación saludable y sin dejar de
hambre a nadie, estos saberes y técnicas
solo se tendrían que adecuar a la
actualidad.
Bibliografía:
Vargas, D. (2016). Knowing our lands
and resources. Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?hl=e
s&lr=&id=HyRTDwAAQBAJ&oi=fnd
&pg=PA103&ots=8ZzSYd6NSe&sig=u
n49OMvMA41BbypNIHqcpAX39wc#v
=onepage&q&f=false
Von, H & Noleppa, S. (2016). Food
security in a food abundant world.
Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?id=
XmBoCwAAQBAJ&pg=PA55&dq=be
nefits+of+modern+agriculture&hl=es&
sa=X&ved=2ahUKEwiD-
YqaycDyAhUbGLkGHWI4CAMQ6AE
wA3oECAoQAg#v=onepage&q=benefi
ts%20of%20modern%20agriculture&f=
false
Vacher, J. (2006). Agricultura ancestral
camellones y albarradas. Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?id=
M2x6gddL7BMC&pg=PP5&dq=(Vach
er,+Y%C3%A9pez+y+otros;+2006).&h
l=es&sa=X&ved=2ahUKEwiUnvf_isjy
AhVlI7kGHRmyDFkQ6AEwAHoECA
kQAg#v=onepage&q=agricultura%20a
ncestral.&f=false
Rosen, D. et al. (1994). Modern
agriculture and the environment.
Recuperado de
https://books.google.com.pe/books?id=
yzH0CAAAQBAJ&pg=PA613&dq=(ro
sen+et+al+1994)+modern+agriculture&
hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjmhvvDw
MjyAhWFIbkGHQSsDRcQ6AEwAHo
ECAUQAg#v=onepage&q=(rosen%20e
t%20al%201994)%20modern%20agricu
lture&f=false