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Benjamín Cuevas, Christopher Muñoz, Daniel Ortiz

Historia de las Ideas

14 de Junio 2023

René Descartes: La búsqueda de certeza en el conocimiento


René Descartes, reconocido filósofo del siglo XVII, se destacó por su enfoque metódico

y racionalista en la búsqueda de la verdad. En este ensayo, exploramos su visión respecto a los

conocimientos recibidos, su propósito en relación a las ciencias, su metodología para alcanzar la

certeza, su análisis de los principios, su postura frente al conocimiento proveniente de los

sentidos y sus reflexiones sobre la existencia de Dios y la posibilidad de engaño. Además,

discutiremos cómo Descartes afronta el desafío de evitar el error y la influencia del genio

maligno.

La primera meditación
Descartes desconfía de los conocimientos recibidos y considera que muchos de ellos pueden
estar sujetos a dudas. En su opinión, es necesario someter todo a una revisión crítica para
alcanzar certezas fundamentadas en la razón. El propósito de Descartes en referencia a las
ciencias es establecer bases sólidas para el conocimiento. Su objetivo es proporcionar una
metodología rigurosa que permita alcanzar verdades indudables en los diferentes campos del
saber. Para lograr su objetivo, Descartes propone un método basado en la duda metódica y la
división de problemas complejos en partes más simples. A través de la duda sistemática, busca
llegar a verdades claras y distintas, evitando cualquier prejuicio o error. Para lograr su objetivo,
Descartes propone un método basado en la duda metódica y la división de problemas complejos
en partes más simples. A través de la duda sistemática, busca llegar a verdades claras y distintas,
evitando cualquier prejuicio o error.

La razón por la cual Descartes analiza la firmeza de los principios es su búsqueda de certezas
inquebrantables. Él considera que, si los principios en los que se basa el conocimiento son
firmes, entonces las conclusiones derivadas de ellos también lo serán. Descartes muestra una
cierta desconfianza hacia el conocimiento que proviene de los sentidos, ya que considera que
estos pueden ser engañosos. En su opinión, los sentidos pueden generar ilusiones y no
proporcionar certezas absolutas. La afirmación de Descartes sobre la imposibilidad de distinguir
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claramente la vigilia del sueño lleva a la conclusión de que nuestros sentidos no son infalibles
para discernir la realidad. En su opinión, esto nos lleva a cuestionar la confiabilidad de nuestras
percepciones y a buscar un método más sólido para llegar al conocimiento Descartes sostiene
que la hipótesis del sueño pone en duda todas las realidades externas, ya que durante el sueño
podemos experimentar cosas que parecen igual de reales que las vividas durante la vigilia. En su
opinión, solo la existencia del pensamiento, el Cogito, escapa a esta hipótesis.

El filósofo considera que las ciencias que tratan de elementos más simples, como la aritmética y
la geometría, nos parecen más ciertas porque sus principios son más claros y distintos. En
cambio, en las ciencias que tratan de cosas compuestas, como la física y la medicina, hay mayor
margen para el error y la incertidumbre. Descartes sostiene que la existencia de Dios es necesaria
para garantizar la fiabilidad de nuestras facultades cognitivas. En su opinión, Dios, como ser
perfecto, no nos engañaría y nos proporciona un fundamento sólido para el conocimiento.
Aunque admite la posibilidad de un engaño por parte de un genio maligno, confía en la
existencia de Dios como una salvaguarda contra el engaño absoluto. Cuando Descartes menciona
que su juicio no debe verse dominado por prácticas perjudiciales, se refiere a la necesidad de
evitar sesgos, prejuicios o influencias que puedan desviar su razonamiento del camino correcto
hacia la verdad. La suposición de la existencia de un genio maligno pone en duda todos los
conocimientos, incluso los más básicos. Sin embargo, Descartes defiende que podemos
defendernos del engaño mediante el uso de la razón y el método cartesiano. Aunque reconoce
que esta tarea puede resultar penosa y difícil debido a la persistencia de posibles errores, confía
en que la duda metódica y la búsqueda de verdades claras y distintas nos permitirán avanzar en el
conocimiento.

La segunda meditación
Al comenzar la segunda meditación, Descartes experimenta un estado de ánimo de

incertidumbre y desconfianza. En nuestra opinión, esto se debe a la profunda duda que ha


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surgido en su primera meditación, donde ha cuestionado todos sus conocimientos previos y ha

reconocido la posibilidad de un engaño sistemático . Sin embargo, en esta etapa de reflexión,

Descartes alberga una esperanza firme y confía en encontrar una verdad indudable que pueda

servir como punto de partida sólido para la reconstrucción de su conocimiento.

En su búsqueda de certeza, Descartes se enfrenta a varias dudas en la segunda

meditación. En nuestra opinión, estas dudas se centran en cuestionar la existencia de un engaño

universal, la posibilidad de que todo lo que percibimos sea falso y la distinción entre el sueño y

la realidad (Pregunta 3). Estas dudas son fundamentales para Descartes, ya que busca despojarse

de cualquier creencia incierta y construir su conocimiento sobre bases sólidas.

Es en este contexto que Descartes llega a la famosa conclusión: "esta proposición: yo soy,

yo existo, es necesariamente verdadera" En nuestra opinión, Descartes llega a esta conclusión a

través de un razonamiento riguroso y una reflexión profunda sobre la naturaleza de su propia

existencia. Descartes se da cuenta de que, incluso si todo lo que percibe y piensa es falso, existe

un hecho innegable: él está pensando. En nuestra opinión, esta experiencia del pensamiento es

irrefutable, y es a través de ella que Descartes establece la certeza de su propia existencia.

Según nuestra opinión, Descartes llega a la conclusión de que la existencia del yo

pensante es necesariamente verdadera porque la experiencia del pensamiento es una prueba

irrefutable de la existencia del propio sujeto. Descartes se da cuenta de que, incluso en el

supuesto caso de que un genio maligno lo engañe en todas sus percepciones y pensamientos, no
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puede negar la existencia de su propia conciencia pensante. Es en este sentido que Descartes

formula la famosa afirmación "yo soy, yo existo" como una verdad necesaria y fundamental.

CONCLUSIÓN
En nuestra opinión, la primera meditación de René Descartes es un ejercicio de duda

metódica que sienta las bases para su filosofía. En este proceso, Descartes cuestiona todos los

conocimientos adquiridos hasta ese momento y busca establecer una base sólida para la

construcción de un sistema de creencias fundamentadas en la razón. En la primera meditación,

Descartes se sumerge en una profunda duda, incluso llegando a considerar la posibilidad de un

genio maligno que lo engañe sistemáticamente en todas sus percepciones y pensamientos. Esta

duda radical es un medio para descartar cualquier creencia incierta y construir un conocimiento

sólido desde cero. Lo que cambiaríamos en la primera meditación sería enfatizar aún más la
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importancia de la duda metódica como un paso necesario para alcanzar la certeza. A través de la

duda, Descartes busca eliminar cualquier vestigio de conocimiento que pueda ser falso o dudoso,

permitiéndole construir una base firme para su reflexión filosófica.

Por otro lado, en la segunda meditación, Descartes se enfrenta a la tarea de reconstruir su

sistema de creencias sobre una base sólida. En nuestra opinión, esta etapa es crucial, ya que

Descartes busca establecer una verdad indudable como punto de partida para todo su

conocimiento posterior. En la segunda meditación, Descartes llega a la conclusión de que la

proposición "yo soy, yo existo" es necesariamente verdadera. En nuestra opinión, esta afirmación

surge a través de un razonamiento riguroso y una reflexión profunda sobre la existencia del yo

pensante. A pesar de las dudas y la posibilidad de engaño, Descartes encuentra en la experiencia

del pensamiento una certeza irrefutable de su propia existencia.

En resumen, la primera meditación sienta las bases para la reflexión filosófica de

Descartes a través de la duda metódica, mientras que la segunda meditación marca un punto de

inflexión al establecer la existencia del yo pensante como una verdad indudable. Estas

meditaciones son etapas fundamentales en el proceso de Descartes hacia la búsqueda de certeza y

la construcción de su sistema filosófico.

Bibliografía
-¿Y ELMUNDO QUÉ?: DESCARTES Y LAS MEDITACIONES METAFÍSICAS

Prof. Andrés Olivares Vanetti.

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