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La visión proporciona un marco para el crecimiento personal y espiritual de los líderes, así como la dirección para
invertir en las personas y reconocer sus propias debilidades. Fomenta la humildad, la escucha y el uso de las
fortalezas individuales. La fe proporciona la base y la motivación para perseguir la visión.
La visión proporciona un marco para el crecimiento personal y espiritual de los líderes, así como la dirección para
invertir en las personas y reconocer sus propias debilidades. Fomenta la humildad, la escucha y el uso de las
fortalezas individuales. La fe proporciona la base y la motivación para perseguir la visión.
La visión proporciona un marco para el crecimiento personal y espiritual de los líderes, así como la dirección para
invertir en las personas y reconocer sus propias debilidades. Fomenta la humildad, la escucha y el uso de las
fortalezas individuales. La fe proporciona la base y la motivación para perseguir la visión.
La visión en el liderazgo es esencial, proporciona un marco significativo porque marca el camino hacia
la meta. Nos permite desarrollarnos significativamente en las siguientes áreas:
1. Crecimiento / Madurez: La visión proporciona la dirección para el crecimiento personal y espiritual. El líder al tener una visión clara, busca constantemente crecer en su relación con Dios, comprenden que los errores son oportunidades para crecer y buscar la dirección de Dios para superar las dificultades. Desarrollando sabiduría, habilidades prácticas para si mismo y a favor del ministerio. 2. Corrección Humilde: La visión fomenta la disposición para la corrección, al estar alineada con principios bíblicos, los líderes están abiertos a ser corregidos y ser moldeados según la palabra de Dios. 3. Saber Escuchar: La visión impulsa la importancia de escuchar, tanto a Dios como a aquellos que nos rodean. El buscar la guía de Dios, nos ayuda también a estar atentos a las necesidades y perspectivas de quienes nos rodean. 4. Usar Fortalezas: La visión destaca el uso de nuestras fortalezas. Un líder con visión clara, busca identificar/ utilizar sus fortalezas personales para servir a Dios y al prójimo de la mejor manera posible. 5. Reconocer Debilidades: La visión nos ayuda a depender de Dios. Los líderes buscan mejorar y superar sus debilidades a través de la transformación que proviene de su fe en Cristo. 6. Invertir en las Personas: La visión enfatiza la importancia de invertir en las personas. Los líderes buscan el crecimiento y el bienestar de aquellos a quienes lideran, sirviendo y sumando en sus vidas. 7. Fe : La fe proporciona el fundamento y la motivación para la visión. Nos guía, fomenta valores sólidos y un propósito significativo. Relacionando todas las áreas de nuestra vida bajo el marco de Jesucristo, como consecuencia el líder desarrolla decisiones firmes, congruentes y llevadas a la acción.
Javier Jesús Huamán Cruces
La pasión en el liderazgo es un elemento crucial que impulsa la dedicación, el compromiso y la efectividad en la realización de una visión. Algunos de sus elementos claves son: 1. Combustible: La pasión sirve como combustible para el liderazgo. Es la fuerza que pone Dios para impulsar a los líderes a perseverar, afrontar desafíos y mantenerse enfocados en su visión, incluso en momentos difíciles. 2. Mentoría: La pasión puede ser cultivada y guiada a través de la mentoría. Un mentor puede compartir experiencias, proporcionar consejos y alentar al líder joven cristiano a canalizar su pasión de manera constructiva, manteniendo la integridad y centrándose en la visión. 3. Inspiración: La pasión es contagiosa y puede inspirar a otros. Los líderes al demostrar una pasión auténtica por la visión y los valores que representan, inspiran a aquellos a su alrededor a unirse al propósito común y a esforzarse por metas significativas. 4. Sentido de Pertenencia: La pasión fomenta identidad. Los líderes apasionados crean un entorno donde los miembros del equipo se sienten parte de algo más grande que ellos mismos, construyendo una comunidad comprometida con la visión compartida. De esta forma La visión, cuando está imbuida de pasión, adquiere un significado más profundo y duradero. La pasión no solo impulsa a los líderes a perseguir objetivos, sino que también infunde vitalidad y propósito a la visión misma. Los lideres estarán mejor equipados para enfrentar los desafíos con resiliencia, inspirar a otros con autenticidad y crear una comunidad donde cada miembro se siente valioso y conectado. Así, el liderazgo se convierte en un testimonio viviente de los principios cristianos, donde la pasión no solo alimenta la visión, sino que también transforma vidas y comunidades.