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Capítulo 1 “Dilemas interpersonales

sobre la hipocresía”
A lo largo de la vida del ser humano se presentan diversos escenarios, tanto mentales
como sociales que generan complicados conflictos, los cuales a su vez generan un
debate interiorizado que nos genera el cuestionamiento “¿Es esto la verdad?”.
El concepto de “La verdad” es tan relativo, que el enfoque que tendrá este texto no se
centrará en la explicación de lo que es, sino en la visión que tiene el ser humano de hoy
en día sobre la misma.
¿Cuántas veces hemos propuesto, contradicho o deducido conceptos diciéndonos a
nosotros mismos “¿Estoy diciendo la verdad?”. La realidad es que por más que
tengamos una ideología establecida, la mayoría del tiempo modificamos nuestras
opiniones y pensamientos con tal de volverlos más digeribles para las personas que nos
rodean.
Pregúntate a ti mismo cuantas veces modificaste lo que sentías o pensabas con tal de
expresar una opinión, ¿Por qué? Esa es la cuestión, en una cantidad gigantesca de
ocasiones les mentimos a los demás con tal de no hacerlos sentir mal con la perspectiva
que tenemos de la verdad, ya sea porque nos interesa mantener un vínculo con la
persona, porque no queremos entrometernos con su percepción de la situación,
porque no tenemos el conocimiento suficiente en torno al contexto del conflicto, o
simplemente porque queremos tener empatía con alguien a quien vemos cruzar por
una adversidad.
Aquí es donde se presenta el principal objeto de este capítulo ¿Cuándo estamos
diciendo la verdad y cuando no?
La realidad es distinta para cada persona según su visión de la vida, ya sea que esta esté
inspirada en su conocimiento empírico, sus estudios, su fe, la cadena de pensamientos
que lo llevasen hasta esa conclusión, etc.
Lo que nos lleva al primer ejemplo, y el más sencillo de todos.
Ejemplo 1 “El dilema del prisionero”
La policía detiene a dos sujetos tras un crimen menor, pero no cuentan con la suficiente
evidencia para condenar a nadie, por lo que proceden a hacer un interrogatorio
individual para cada una de las partes, en el cual tienen la opción de delatar al otro o
declarar y aceptar la culpa. Ahora, imagina que tú eres una de esas partes.
Si tú eliges delatar al otro y el otro no declara, tú estarás sometido a solo un año de
prisión mientras que la otra persona estará sometida a diez años de paga.
Si ambos niegan la culpa del otro, los dos serán sometidos a solo dos años de pena en
la prisión.
Si ambos culpan al otro, a los dos les tocarán cinco años de condena.
Si tú eliges no delatar a la otra persona pero la otra persona te delata a ti, esa persona
recibe un solo año de condena, mientas que tú recibes diez.

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