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Trabajo de investigación

Residencia de Mayores El Palo (Málaga)

Universidad de Málaga

Grado: Trabajo Social.


Curso: 3ºB. 2020/2021.
Asignatura: Salud, Dependencia y Vulnerabilidad Social.
Profesora: María Rosario Castilla Mora.
Grupo: Natalia Ruíz Martín, Paola Palma Fortes, Paloma Nieto Moreno,
Lara Fernández Redondo y Lucía Alarcón Peláez.
Índice:
1. Introducción
2. Marco teórico
3. Residencia Pública para Personas Mayores de El Palo (Málaga)
a. Población a la que se atiende
b. Objetivos del centro
c. Programas que se llevan a cabo
d. Protocolo de acceso
e. Funciones del trabajador/a social
f. Estrategias y herramientas del trabajador/a social en el centro
g. Recursos y equipamientos de la institución para la intervención e
integración social del colectivo
4. Actualidad
5. Conclusiones
6. Bibliografía
7. Anexos

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1. Introducción
En el siguiente trabajo de investigación vamos a tratar el tema de las
Residencias Públicas de Personas Mayores, más concretamente nos centramos en la
Residencia malagueña de El Palo. Para introducir la información sobre este centro (la
población a la que va dirigida, sus instalaciones, sus programas, su funcionamiento,
sus trámites de ingreso…) en primer lugar se van a aclarar ciertos términos
importantes para la comprensión de esta investigación. A continuación, se va a
conocer los aspectos más importantes de la Ley de Dependencia y la situación de
dependencia, ya que está muy relacionado con las Residencias de la tercera edad y sus
usuarios/as. Además, se va a tratar en profundidad el tema del maltrato a personas
mayores, ya que es una parte importante a conocer para poder desarrollar la
intervención de los/as Trabajadores/as Sociales en este ámbito, ya que esta figura debe
proteger los derechos y el bienestar de este colectivo en dichas instituciones públicas.
Es importante también conocer la legislación que marca las pautas de este tipo de
centro y de prestación/servicio, ya que nos encontramos con unas leyes a nivel estatal
y autonómico.
Creemos que es importante conocer las características y los temas anteriormente
mencionados porque en la actualidad el sector de la población de tercera edad es muy
numeroso, y el Trabajo Social es la disciplina que, junto con otros profesionales,
puede y debe intervenir para conseguir el máximo bienestar de estas personas en
nuestra sociedad. Comentaremos cómo es la situación actual de estas instituciones y
colectivos desde la pandemia del COVID-19 y la importancia del cuidado de éstas y
cuáles son las funciones de estos/as profesionales en dichas instituciones públicas.
Centrándonos en la Residencia de El Palo, expondremos sus principales
características como ejemplo de la realidad del funcionamiento de estos centros y
cómo se desarrolla la estancia de estas personas mayores.

2. Marco teórico
a. Conceptos: vejez, maltrato y residencias para tercera edad
Para comenzar con este trabajo de investigación, nos parecía necesaria una
breve contextualización en los términos base que se van a desarrollar a lo largo del
texto. Empezamos por el concepto de vejez. Para Alvarado y Salazar (2014) la vejez
es el último periodo de la vida de una persona, y se considera que se está en esta etapa
desde los 65 años de edad en adelante. Es una etapa de cambios tanto físicos, como
emocionales y sociales, ya que por posibles achaques de la salud, las habilidades de
estas índoles pueden verse afectadas influyendo en el día a día del individuo. El
envejecimiento y la vejez son un proceso natural de los seres humanos, que abarca
gran parte de su vida adulta y que necesita de una atención especial para conseguir un
bienestar real durante dicha etapa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística
(2020)1 el 19'58% de la población española tiene 65 o más años de edad; esto suma
unas 9.190.852 personas dentro de este periodo de vejez en nuestro país. Podríamos
decir que es un dato muy relevante, ya que es un sector muy amplio y numeroso con

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ANEXO 1: Figura 1

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el que trabajar. Por otro lado, el INE (2020)2 también recoge datos sobre la provincia
de Málaga en este aspecto, siendo el sector de la población de tercera edad un 17’72%
del total de la población de la provincia, unas 298.275 personas en total.

El segundo concepto importante sobre el que hay que hablar para la mejor
comprensión del trabajo es el maltrato a personas mayores. La Organización Mundial
de la Salud (2013)3 define este tipo de maltrato como “un acto único o reiterado, u
omisión de este, que causa daño o aflicción a una persona mayor y que se produce en
el seno de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza”. Este tipo de
violencia es un gran problema socio-sanitario por las consecuencias tanto individuales
como colectivas que tienen estos actos. La Organización Panamericana de la Salud en
2013 declara: “El maltrato está directamente relacionado con el estrés del cuidador y
la falta de capacitación de los sistemas de prestaciones sociales y sanitarias para
atender las necesidades de los pacientes y sus familias. El maltrato puede implicar
violaciones graves de derechos humanos tales como son el derecho a la vida, el
derecho a la integridad personal, el derecho a la salud y el derecho a vivir una vida
libre de violencia” al referirse a este tipo de maltrato dentro del ámbito familiar. Sin
embargo, este tipo de violencia también se da en centros institucionalizados como
residencias de mayores; Según Gómez (2015), la Red Internacional para la
Prevención del Maltrato a las Personas Mayores (INPEA) indica un 3,5% en los
domicilios y un 10-15% en las instituciones, que situaría a un 75% de los maltratos en
el ámbito familiar y un 25% en instituciones. Para la OMS (2013) los tipos de
maltrato a este sector son el físico, psicológico, social, económico o material, y la
negligencia.

El tercer término importante a lo largo del estudio es el de residencias de


personas mayores. Según la definición del Imserso (2021) estos centros son
“establecimientos destinados al alojamiento temporal o permanente, con servicios y
programas de intervención adecuados a las necesidades de las personas objeto de
atención, dirigida a la consecución de una mejor calidad de vida y a la promoción de
su autonomía personal”.

b. Situación de Dependencia
Otro punto importante del que queremos hablar es el de situación de
dependencia. Las personas en situación de dependencia son aquellas que, de forma
permanente, por motivos de enfermedad, edad o discapacidad, necesitan la ayuda de
otras personas para el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana como el
cuidado personal, las tareas domésticas, la movilidad o ejecutar órdenes o tareas
sencillas. El artículo 26 de la Ley de Dependencia (Ley 39/2006, de 14 de diciembre,
de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de
dependencia) señala tres grados de dependencia:

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ANEXO 1: Figura 2
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Citado en el texto de Sotomayor, Bermúdez y Pérez (2015).

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- Grado I (dependencia moderada). Este grado de dependencia se da
cuando la persona necesita ayuda para realizar algunas actividades
básicas de la vida diaria al menos una vez al día o necesita apoyo
intermitente o limitado para su autonomía personal.
- Grado II (dependencia severa). Este grado de dependencia se da
cuando la persona necesita ayuda para realizar determinadas
actividades domésticas o de autonomía personal varias veces al día
pero no de forma permanente.
- Grado III (gran dependencia). Este grado de dependencia se da
cuando las personas tienen una pérdida total de autonomía física,
mental, intelectual o sensorial y necesita del apoyo y ayuda de una
persona a lo largo del día (de carácter permanente).

Dentro de la situación de dependencia podemos encontrar dos tipos de ayudas


indispensables para estas personas: ayudas serviciales y ayudas económicas. Las
ayudas serviciales abarcan la teleasistencia (servicio telefónico operativo 24 horas al
día), ayudas a domicilio (compatible con teleasistencia y centro de día), centros de
día, centros de noche y centros residenciales. Y, por otro lado, se cuentan con tres
tipos de prestaciones económicas que son las siguientes: Prestación Económica para
Cuidados en el Entorno Familiar y Apoyo a Cuidadores no Profesionales,
Prestaciones Económicas de Asistencia Personal y, por último, Prestaciones
Económicas para la Adquisición de un Servicio.

Como dato de interés, queremos destacar el Programa Respiro “El Programa


de Respiro Familiar consiste en la acogida a personas en situación de dependencia,
en régimen residencial, cuando no pueden ser atendidas por los familiares que
asumen su cuidado, por motivos de descanso, hospitalización o enfermedad de
éstos.” “El Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas, aprobado por el Gobierno
Andaluz en 2002, impulsó la puesta en marcha del Programa de Respiro Familiar, o
de estancias temporales en centros residenciales, a personas con discapacidad. En un
primer momento se destinó a personas con más de 16 años, y posteriormente se
generalizó a niños y niñas menores de esta edad, en respuesta a las necesidades que
en algún momento también presentan los familiares o cuidadores y cuidadoras de
estas personas con discapacidad.”

c. El maltrato a personas mayores y la actuación del Trabajador/a


Social

La privacidad de los ambientes donde se producen los hechos de maltrato y en


muchas ocasiones, la relación de vinculación emocional y familiar que une al
maltratador y a su víctima, propicia que la mayoría de los casos no sean denunciados.

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A través de un protocolo los trabajadores sociales intervienen en la prevención
detección recuperación y atención tanto en el ámbito domiciliario como en el
institucional.

El origen de la situación de maltrato de una persona mayor puede llegar a los


servicios sociales a través de una demanda directa, la propia persona comunica que
está sufriendo maltrato, o una demanda indirecta a través de los profesionales del
servicio de ayuda a domicilio, CEAM, centro de día, residencias…etc.

Una vez les llega esta demanda, el equipo de los ss debe recopilar todos los datos para
verificar la situación.

El instrumento que les servirá para la valoración de detención es el registro de


indicadores de alerta observados o manifestados en cualquiera de los tipos de maltrato
que existen:

● Maltrato físico (marca de sujeciones, sobredosis de medicación.)


● Maltrato sexual (comportamientos sexuales desinhibidos, rechazo al contacto
físico.)
● Maltrato psicológico (aislamiento, apatía, actitud temerosa.)
● Maltrato económico (pérdida de patrimonio, cambios de testamento.)
● Negligencia, auto negligencia (deshidratación, aspecto personal descuidado)
● Abandono
● Vulneración de derechos (falta de respeto a la libertad e intimidad)
● Indicadores asociados a la persona que ejerce el posible maltrato (abuso de
sustancias tóxicas, depresión, sobrecarga física o emocional)

Estas actuaciones permitirán confirmar o no la sospecha de maltrato inicial y


poder hacer un diagnóstico de la situación y posterior intervención, que será
prioritaria o urgente, en función de si existe un peligro inminente relacionado con la
integridad física y necesidad de salida del domicilio.

Estas podrían ser alguna de las intervenciones que se pueden llevar a cabo:

● Comunicación al juzgado de instrucción/ juzgado de guardia de una posible


situación de maltrato. Esta comunicación vendrá acompañada de un informe
social comunicado al juzgado
● Comunicación al juzgado de una posible situación de incapacidad con el fin de
determinar su capacidad, al alcance de los apoyos y salvaguardias que precisa,
así como de las medidas cautelares pertinentes.

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d. Legislación estatal y autonómica

A continuación, mostramos la legislación establecida estatalmente para regular


los problemas que sufre este colectivo en situación de dependencia. Este se rige por la
Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y
Atención a las personas en situación de dependencia.

Según el Boletín Oficial del Estado (BOE) esta ley se basa en dos objetivos
principales:

“En primer lugar, regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el
ejercicio del derecho subjetivo de ciudadanía a la promoción de la autonomía
personal y atención a las personas en situación de dependencia, en los términos
establecidos en las leyes, mediante la creación de un Sistema para la Autonomía y
Atención a la Dependencia, con la colaboración y participación de todas las
Administraciones Públicas y la garantía por la Administración General del Estado de
un contenido mínimo común de derechos para todos los ciudadanos en cualquier
parte del territorio del Estado español

En segundo lugar, reconocer el Sistema para la Autonomía y Atención a la


Dependencia como respuesta a una acción coordinada y cooperativa de la
Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas, que contemplará
medidas en todas las áreas que afectan a las personas en situación de dependencia,
con la participación, en su caso, de las Entidades Locales.”

A nivel autonómico la normativa que regula las residencias para personas


mayores está recogida principalmente en tres órdenes:

- ORDEN de 5 de noviembre de 2007, por la que se regula el procedimiento y


los requisitos para la acreditación de los centros para personas mayores en
situación de dependencia en Andalucía.
- ORDEN de 21 de diciembre de 2007, por la que se aprueba el modelo de
Reglamento de Régimen Interior de los centros residenciales de personas
mayores en situación de dependencia que formen parte del Sistema para la
Autonomía y Atención a la Dependencia en Andalucía.
- ORDEN de 21 de diciembre de 2007, por la que se aprueba el modelo de
documento contractual para el ingreso de personas mayores en situación de
dependencia en centros residenciales del Sistema para la Autonomía y
Atención a la Dependencia en la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Según la Normativa sobre Centros Residenciales de Personas Mayores de la


Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía (2007), los requisitos
físicos comunes a todos los Centros son:

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● “Los Centros estarán emplazados en zonas geográficas rurales o urbanas
salubres, que no supongan peligro para la integridad física y psíquica de las
personas usuarias.
● El emplazamiento de los Centros debe ser integrado y accesible para permitir
la normal utilización de los Servicios Generales que las personas usuarias
puedan precisar, con especial atención al Servicio Sanitario. Por ello, se
ubicarán en el casco urbano de la ciudad o municipio, a fin de facilitar la
participación del centro y de las personas usuarias con el entorno, salvo que el
programa de intervención exija otro emplazamiento más adecuado. En este
caso, deberá quedar garantizada una red de servicios de transporte adecuado.
● Urbanísticas:
○ Los edificios dispondrán de la calificación, edificabilidad y dotación de
servicios e infraestructura mínimas que se ajustarán a lo que determine
el Planeamiento Urbanístico del Municipio donde se ubique el edificio.
○ Todos los Centros deberán tener, antes de su puesta en funcionamiento,
las correspondientes Autorizaciones Municipales que habiliten la
apertura de los mismos.
● Arquitectónicas:
○ Los Centros deberán estar adaptados a las características que concurran
en sus personas usuarias así como a los programas que en los mismos
deban desarrollarse, en especial deberán reunir los requisitos exigidos
por el Decreto 72/1992, de 5 de mayo, por el que se aprueban las
normas técnicas para la accesibilidad y la eliminación de barreras
arquitectónicas, urbanísticas y el transporte en Andalucía.
○ En un mismo edificio o conjunto de edificios se podrán facilitar
diversos recursos de los mencionados en la presente Orden, se podrán
compartir espacios y servicios generales, dotando a las distintas
dependencias de la superficie y equipamiento necesarios y siendo su
dimensionamiento de acuerdo con el número de personas usuarias y las
necesidades de las mismas.
○ No podrán ubicarse los Centros Residenciales, Centros de Día (UED) y
Centros de Noche (UEN) en edificios de viviendas, residenciales o de
comerciales, salvo que ocupen la planta baja”.

Por otro lado, según este mismo informe, las condiciones materiales específicas para
las Residencias de Personas en Situación de Dependencia serían (Consejería para la
Igualdad y Bienestar Social, 2007):

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3. Residencia Pública para Personas Mayores de El Palo (Málaga)

a. Población a la que se atiende


A nivel general, actualmente en España hay 322.180 personas mayores
de 65 años que viven en residencias de mayores según lo publicado por
Abellán, Aceituno et al. (2020) con datos de 2019.

La Residencia Pública de El Palo cuenta con un total de 192 plazas, que son
ocupadas por personas mayores de 60 años que debido a su situación personal,
familiar o social no pueden ser atendidas en su domicilio.

b. Objetivos del centro


Actualmente las residencias para la tercera edad se centran no solo en
la satisfacción de las necesidades básicas a nivel de salud y alojamiento sino
también en la promoción de la autonomía, la dignidad y el desarrollo de cada
persona usuaria.
Los objetivos pueden dividirse en cinco grupos según el Plan General de
Intervención en Residencias para Personas Mayores: los dirigidos a las
personas usuarias, a sus familias, al personal, el ambiente residencial o la
comunidad.

Los dirigidos a las personas usuarias son:

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● Facilitar la adaptación al nuevo entorno a través de apoyo psicosocial y
atención sociosanitaria.
● Mantener la mayor autonomía posible.
● Desarrollar la autoestima, estado de ánimo y habilidades sociales.
● Promover la integración social de la persona.

Los referentes a la familia:


● Fomentar la cooperación y participación de los familiares en el centro.
● Facilitar la implicación de la familia como persona cuidadora natural.

Para el personal de la residencia:


● Tener una formación continua para una atención de calidad.
● Favorecer la satisfacción laboral.

Sobre el ambiente residencial:


● Crear un entorno seguro y estimulante.
● Tener un ambiente social de participación y con garantía de los
derechos personales.

Dirigidos a la comunidad:
● Dar apoyo a las personas usuarias y cuidadoras a través de mostrar
alternativas de mantenimiento en el medio habitual.
● Impulsar la apertura de la residencia a la vida comunitaria.
● Organizar actividades de voluntariado social en la residencia.

c. Programas que se llevan a cabo


Los programas que se desarrollan en esta residencia son los
mencionados a continuación.
● Asistencia individual y personalizada a los usuarios tanto del personal
directivo como del resto de profesionales.
● Servicios de asistencia médica
● Servicios de enfermería
● Servicios de Gerocultoras
● Servicio de fisioterapia, con sala de atención y ejercitación
completamente equipada
● Servicio Farmacéutico
● Servicio de Podología
Por otro lado, entre los servicios que ofrece esta residencia podemos destacar:
● Realización de los trámites de recetas con la Seguridad Social o
cualquier compañía privada.
● Disposición de cocina propia con menús adaptados a las necesidades y
condicionantes alimenticios de cada una de las personas.
● Actividades diarias

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● Servicios de peluquería
● Servicios de lavandería
● Habitaciones climatizadas tanto dobles como individuales. Con timbre
de llamada, teléfono y baño con suelo antideslizante.
● Sala de estar
● Salón de televisión
● Sala polivalente
● Acompañamientos personalizados
● Servicios de animación socio cultural
● Terapia ocupacional
● Recepción
● Servicio 24 horas.

d. Protocolo de acceso
Las residencias públicas de la Junta de Andalucía mantienen un
protocolo diseñado para el acceso de estas. A las residencias públicas se puede
acceder a través de la ley de dependencia o por ser una persona que sufre
exclusión social y vive en la calle.

La situación de exclusión social se empeora cuando la sufren personas


mayores de 60 años debido a que estas personas son más frágiles y
vulnerables. Por ello, para evitar que esta situación se agrave se publicó la
Orden de 11 de febrero de 2008, en la que se regula el procedimiento y los
requisitos necesarios para el ingreso en Centro Residencial de Personas
Mayores en situación de exclusión social. El objetivo de esta Orden es regular
los requisitos, el procedimiento, reconocimiento y acceso a una plaza en un
centro residencial, así como determinar los requisitos de los centros
residenciales para su atención en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Para acceder a una plaza en centros residenciales se debe detectar la situación
de exclusión social, formalizar la primera valoración y formalizar la
declaración de situación de exclusión social por parte de las Entidades Locales
a través de los Servicios Sociales Comunitarios.
Los destinatarios de este servicio son las personas mayores con residencia en
Andalucía de más de un año de antigüedad y las personas oriundas de
Andalucía que residan actualmente en el extranjero. No obstante, se deben
cumplimentar una serie de requisitos que son: tener 60 años o más,
encontrarse en condiciones físico-psíquicas que les permitan realizar las
actividades básicas de la vida diaria, haber consumido los recursos de
intervención comunitaria y de proximidad, así como establecer como recurso
más adecuado para su atención el centro residencial y, por último, que la
situación de la persona sea encuadrable dentro de los parámetros estimados de
exclusión social, de conformidad con las razones relacionadas con la situación
personal (convivencia, familia, vivienda y economía).

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● Convivencia: vive sola, vive acompañada, pero muestra situación de
maltrato, vive acompañada pero no puede ser cuidada por la persona o
personas convivientes por razones de edad, enfermedad, etc., convive
con familiares de segundo o más grados.
● Familia: tiene o no hijos, pero existe situación de maltrato pasada o
presente, existe discapacidad en los descendientes, patología de
invalidez o problemas de adicción.
● Vivienda: vive en la calle, en albergues, centros de acogida, pensiones,
se encuentran en situación de desahucio, poseen Síndrome de
Diógenes, habitan en viviendas aisladas (zonas rurales), etc.
● Economía: poseen unos ingresos per cápita iguales o inferiores a 1,5
veces el IPREM.

Para la valoración de la situación de exclusión social se deben dar de


forma simultánea al menos una de las situaciones dentro de cada área,
exceptuando la situación de maltrato o ingreso por auto judicial. Por otro lado,
de forma excepcional pueden existir otras circunstancias por las que se valoran
el ingreso a centros residenciales.

Para el ingreso en residencias de las personas mayores en situación


de dependencia, es necesario tener reconocido un grado II o III de
dependencia y, por otro lado, poseer del Programa individual de Atención
(PIA), en el que debe estar especificado que se requiere ingreso residencial.
En el caso de no tener reconocida la situación de dependencia, es
necesario su solicitud a través de los Servicios Sociales de su municipio o
distrito.

El protocolo de ingreso consta de tres partes: antes del ingreso,


momento del ingreso e introducción en la residencia.

● Antes del ingreso: dentro del departamento de asistencia social, el


asistente social comienza con la recopilación de datos de la persona
que va a ingresar en el centro residencial, posteriormente se realiza el
informe, que debe contener antecedentes personales, familiares y
sociales, datos personales y situación actual, centro o lugar de donde
procede y motivo del ingreso. También se debe señalar el estado físico
y psíquico que se haya percibido en el anciano. Al concertar el día y la
hora de ingreso se debe comunicar a los familiares y al anciano. No
obstante, los distintos departamentos del centro residencial deben
analizar todos los datos recopilados a través del informe.

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● Momento del ingreso: el departamento de asistencia social se hace
cargo del ingreso del anciano, se completan los últimos datos sobre el
futuro residente y se hace entrega de toda la documentación del
anciano. Una vez en planta, se hace la presentación de todo el personal
y del residente. El médico de la planta notificará al departamento de
enfermería y rehabilitación los tratamientos a seguir. Más tarde se
realiza una entrevista personal para la valoración psicogeriátrica y la
unidad de enfermería se ocupará de atender las necesidades del
residente según su grado de dependencia. Por otro lado, el
departamento de terapia ocupacional y fisioterapia realizara una
inmediata valoración del estado general, balance articular, balance
muscular, actividades de la vida diaria incluyendo la observación en
planta para un posterior y adecuado tratamiento.

● Introducción en la residencia: la unidad de animación realizará una


primera fiesta donde se presenta al nuevo residente y se le
proporcionará una atenta acogida. La unidad de enfermería le
informará de los profesionales a su cargo además de los horarios y
actividades programadas. Por último, el servicio religioso de la
residencia realizará una entrevista personal para conocer las
costumbres y actitudes religiosas del anciano y sus deseos y
expectativas sobre este servicio religioso.

Durante la primera semana del ingreso se realizará un seguimiento especial del


anciano recién ingresado para mejorar su adaptación al centro, asimismo, el
asistente social le visitará todos los días durante esta primera semana.

e. Funciones de la persona profesional del trabajo social


El/la trabajador/a social es una figura fundamental en este tipo de
centros. El incremento de la población de tercera edad ha resultado en una
necesidad mayor de una intervención profesional en el ámbito biopsicosocial
de este colectivo; más concretamente en estos centros residenciales. Según
Villalba, Moré, Llardén, Pérez y Sotoca (s.f) las funciones principales de esta
figura en las residencias geriátricas o de personas mayores son:
● Planificación y organización de las intervenciones y actividades con
los/as usuarios/as.
● Llevar a cabo investigaciones de aspecto social para la evaluación y
posterior trabajo con los/as usuarios/as y familias.
● Administrar con supervisión del director/a del centro las pensiones de
las personas residentes.
● Redactar y actualizar los Informes Sociales de los/as usuarios/as.
● Elaboración y tramitación de Declaraciones Juradas.

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● Gestión administrativa de los/as residentes para garantizar sus derechos
como ciudadanos/as.
● Poner en conocimiento de los nuevos ingresos al resto de profesionales
y/o entidades relacionadas.
● Coordinación con instituciones y otros órganos (Ayuntamiento, centros
sociosanitarios…).
● Valoración inicial en el ingreso de nuevos/as residentes.
● Fomentar la integración y participación de usuarios/as y familias.
● Controlar que todos/as los/as residentes disfruten de todos los recursos
del centro.
● Realización junto al resto del equipo profesional el el Plan de Atención
Personalizada interdisciplinario de los residentes. Hacer el seguimiento
mensual del estado del residente, como también realizar el seguimiento
anual del Plan.
● Realización y evaluación del Plan de Actividades Individuales y/o
grupales para el mantenimiento y promoción de las capacidades
funcionales.
● Realizar el proceso de acompañamiento en caso de defunción e iniciar
los trámites burocráticos e informar a los familiares en caso de
fallecimiento de un/a residente.
● Ser el referente en la acogida del ingreso tanto para el/la usuario/a
como para su familia.
● Promover la relación con las familias y la comunidad.
● Realización del seguimiento de los/as residentes ingresados en centros
hospitalarios.
● Participar en las reuniones del equipo profesional, representando la
atención psicosocial del residente y la familia.
● Recopilar la Documentación de Atención al residente (historia clínica,
registros de Servicios Sociales, etc.)
● Redacción de los protocolos relacionados con las funciones del
trabajador/a social.
● Definir con la Dirección el sistema de reclamaciones y sugerencias
para la promoción del Centro.
● Realizar encuestas de satisfacción.
● Definir junto con el equipo profesional el Código Ético de las
actuaciones en el Centro.
● Asegurar la asistencia espiritual de los/as residentes que así lo
soliciten.
● Fomentar la intervención individualizada.

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f. Estrategias y herramientas del trabajador/a social en el centro
Como ya hemos citado anteriormente, el/la trabajador/a social es una
figura fundamental en este tipo de centros, y éste/a requiere una serie de
herramientas y estrategias que son vitales para trabajar en el centro.

Las estrategias consisten en aplicar una serie de procedimientos


operativos, que se traducen en acciones y actividades humanas
intencionalmente orientadas a la transformación de una determinada situación
social.
En el artículo 3, el código deontológico de la profesión de diplomado en
Trabajo Social muestra como instrumentos específicos: la historia social, la
ficha social, el informe social y el proyecto de intervención social

A continuación, citaremos algunas de las herramientas y estrategias del/a


trabajador/a social en el ámbito de personas mayores:

● Innovación: esta servirá en cualquier campo en el que se trabaje ya que


es progresivo para el envejecimiento de la población. Innovar es
brindar nuevas soluciones a los problemas que enfrentan los
trabajadores sociales diariamente. Además es esencial en la práctica
del trabajo social y surge para dar respuesta a los problema sociales y
así diseñar nuevas estrategias de intervención.
● La ficha social: es un instrumento de trabajo en el que se registra la
información de forma ordenada. Es la parte común sistematizable y
cuantificable de la Historia Social. Está compuesta por cuatro partes:
- Datos de usuario
- Datos socio- familiares
- Datos de hábitat
- Datos de intervención social
● Objetivos:
- Conocer el perfil socio demográfico de la población
- Detectar los problemas presentados y tipos de solicitud
- Ser fuente de datos para los Informes Sociales
- Establecer indicadores de la actividad profesional

● Recepción, comunicación y asesoramiento: Es importante trabajar de


manera sistémica, en ese sentido es necesario intervenir con las
familias de los pacientes

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g. Recursos y equipamientos de la institución para la intervención e
integración social del colectivo

Podemos encontrar gran variedad de equipamientos y recursos


especializados en el centro, aunque no hay una delimitación conforme sobre
algunos de ellos y suele primar el criterio de la sectorialización, abarcar dentro
de este apartado a todos los equipamientos que no son adecuados.

La residencia se compone de los siguientes servicios:

● Ayudas técnicas
● Bibliotecas
● Enfermería
● Jardín
● Sala de visitas
● Unidad de demencias/Alzheimer
● ATS/DUE propio
● Excursiones
● Fisioterapia
● Podología
● Servicio médico propio
● Trabajador/a social
● Baño geriátrico
● Capilla
● Gimnasio
● Sala de estar
● Sala polivalente
● Atención peligrosa
● Estimulación cognitiva
● Fiestas o baile
● Peluquería
● Servicio de acompañamiento
● Terapia ocupacional
● Voluntariado

La residencia dispone de los siguientes equipamientos:

● Televisión
● Teléfono
● Aire acondicionado
● Cuarto de baño
● Oxígeno
● Timbre en baño
● Calefacción

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● Timbre de llamada/interfono
● Cama articulada.

4. Actualidad
A continuación, vamos a exponer la realidad actual relacionada con las
personas mayores y los centros residenciales en nuestro país. Para ello, vamos a
analizar una serie de noticias obtenidas de distintas fuentes.

En esta primera noticia de RTVE (2021) se muestra el gran repunte de fallecimientos


en residencias de mayores durante la pandemia del COVID-19. En la actualidad, el
Coronavirus es el principal tema relacionado con el bienestar de los/as ancianos, ya
que son el sector de la población más afectado y con mayor índice de fallecimientos y
consecuencias graves. Las residencias de mayores han estado en el punto de mira
desde marzo de 2020 al descubrirse las malas condiciones en las que se encontraban
sus usuarios en varias regiones del país.

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En este recorte del periódico El Comercio (2021), podemos ver la otra cara más
positiva del transcurso de esta pandemia. Al ser la tercera edad el punto más
vulnerable de este problema sanitario, la recuperación también ha empezado por
ellos/as. Han sido los/as primeros/as en recibir el tratamiento y prevención de la
COVID-19 en forma de vacuna. Desde la administración masiva desde hace unos
meses en este sector de la población, su estabilidad y bienestar se ha incrementado
hasta, como aparece en la noticia, reducirse su incidencia en un 88%.

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En el caso de Andalucía, como se muestra en esta noticia de EuropaPress (2021), las
residencias de mayores son “puntos limpios” dentro de las nuevas olas de contagios.
Los/as usuarios/as de las residencias andaluzas son prácticamente inmunes al virus,
consiguiendo de esta manera una situación mucho mejor tanto física, mental y social
para los/as residentes, ya que ya pueden recibir visitas, tener más actividad y salir a la
calle.

En este recorte del períodico ABC de Sevilla (2021) se puede comprobar que el
maltrato institucional y dentro de las residencias existe y se puede subsanar. La Junta
muestra que está comprometida en su labor de conseguir el bienestar de las personas
usuarias de este tipo de centros, al igual que controla dichas situaciones para
erradicarlas. El maltrato a mayores no parece algo habitual, pero en el último año se
han destapado varios casos de cuidadores/as maltratadores/as por todo el país.

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No solo el maltrato físico es el que se infringe desde las residencias de
ancianos, el maltrato psicológico y social también se produce a día de hoy, como se
muestra en esta noticia de La Vanguardia (2021). Marchena expone en ella el relato de
una anciana residente de un centro de esta índole, contando cómo la pandemia y el
confinamiento ha agravado este tipo de violencia institucional hacia las personas
mayores.

5. Conclusiones
Tras revisar y analizar la información sobre los conceptos básicos, la
legislación, los datos del Centro a estudiar, el ámbito y funciones de los/as
Trabajadores/as sociales y la realidad de este objeto de estudio a partir de diferentes
fuentes bibliográficas, hemos podido obtener varias conclusiones importantes sobre
las que reflexionar.
Por una parte, hemos visto que el envejecimiento de la sociedad española es
un hecho, y la necesidad de llegar realmente a un bienestar real y mantenerlo es
primordial en nuestros objetivos como Trabajadoras Sociales. El maltrato a personas
mayores es una realidad y un problema social que afecta en gran parte a nuestra
sociedad. Este tipo de violencia ejercida tanto en el ámbito familiar como por las
Instituciones es un punto clave para intervenir y mejorar la calidad de vida de la gran
parte de nuestra población. Hay que tener en cuenta que son un colectivo vulnerable,
y más aún desde la pandemia del COVID-19, donde han sido los/as grandes
afectados/as.

Por otro lado, hemos podido comprobar que las Residencias de Personas
Mayores como servicio y recurso de los Servicios Sociales es uno de los pilares para
la mejora en la calidad de vida. Es un recurso necesario y clave para la intervención

21
con este colectivo. Los servicios que en estos Centros se prestan, como es el caso del
Centro Residencial de Personas Mayores del Palo en Málaga, son muy variados y
están adaptados a todas las necesidades que estos/as usuarios/as puedan demandar. El
acceso es muy concreto, al igual que el trato es individualizado y se busca el bienestar
de cada persona que llega a este tipo de Institución.

Para concluir con esta investigación, queremos hacer hincapié en la función


esencial que juegan los Trabajadores Sociales junto con el resto del Equipo Básico
Interdisciplinar. Son el punto de encuentro entre usuario/a-familia-Centro, y esto les
hace jugar un gran papel en esta relación institucional. Son el referente de la
intervención, ya que con sus técnicas y procesos (PIA, Informe Social…) pueden
aplicar en cada caso el recurso más adecuado, conociendo las oportunidades y
seguridades de bienestar que dan los Centros Residenciales, por ejemplo.

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23
https://www.inforesidencias.com/contenidos/profesionales/nacional/trabajo-so
cial-en-residencias-de-mayores
7. Anexos
a. ANEXO 1

(Figura 1. Fuente: INE (2020))

(Figura 2. Fuente: INE (2020))

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