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El Neoliberalismo: La Nueva Ruta Hacia la

Servidumbre

Asignatura: Historia del Pensamiento Económico


Facultad de Ciencias Humanas y Económicas
Universidad Nacional de Colombia sede Medellín

David Estrada Grisales


Sonia Maritza González Osorio
María Alejandra Mejía Betancur
Yarleidy Murillo Mosquera
Jose Mauricio Rodríguez Velásquez

Medellín, 2023
El Neoliberalismo: La nueva ruta hacia la servidumbre.

Índice

Índice 2
Resumen 3
Abstract 3
Contexto histórico de los neoliberales primigenios: Los enemigos de la solidaridad. 4
Las bases del neoliberalismo: Un recorrido por la mente de Hayek, Friedman y sus amigos. 4
Neoliberalismo en Colombia y en América Latina: El tercermundismo neoliberal 6
El caso de América Latina 7
El caso colombiano 8
Consecuencias del neoliberalismo: El mundo entero como servidumbre del capital 9
Desigualdad: 10
Crisis Financieras: 10
Desarrollo: 10
Deterioro del medio ambiente: 10
Discusión y conclusiones: ¿Estamos en la ruta hacia la servidumbre? 11

David Estrada Grisales.


Sonia Maritza González Osorio.
María Alejandra Mejía Betancur.
Yarleidy Murillo Mosquera.
Jose Mauricio Rodríguez Velásquez.
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El Neoliberalismo: La nueva ruta hacia la servidumbre.

El Neoliberalismo: La Nueva Ruta Hacia la Servidumbre

Resumen

En el presente trabajo se hace un recorrido histórico con el fin de sentar las bases de qué es
neoliberalismo, haciendo diferenciación entre las distintas interpretaciones que se han dado sobre dicho
término, puesto que algunos autores afirman que la concepción actual que se tiene del neoliberalismo no
coincide con la que inicialmente fue planteada (Ghersi, 2004). El texto se centrará en la definición más
hegemónicamente utilizada, desarrollada por Von Hayek y Friedman en la primera mitad del siglo XX.
Luego, se presentarán las ideas principales de este modelo económico y la forma en la que ha sido
aplicado dentro de las realidades políticas de América Latina y Colombia. Finalmente, se presentan las
consecuencias que ha dejado la aplicación de este sistema y se discute acerca de su practicidad, lo cual lleva al
interrogante de la pertinencia de este en cuanto al bienestar de las sociedades y de los individuos. Se presenta
una revisión de los valores que promueve y una reflexión sobre los efectos que ha dejado sobre la moral de la
sociedad contemporánea.
Palabras clave: histórico, neoliberalismo, interpretaciones, neoliberalismo hegemónico, bienestar,
sociedad, individuos, moral, contemporáneo.

Abstract

Through this article, an historical route with the goal to give a basis to the concept of neoliberalism, is
presented, differentiating the multiple interpretations that have been given to such a subject, taking into account
that several authors don’t agree with what is understood currently as neoliberalism, and say that it is not what
was originally thought (Ghersi. 2004) In order to define to what this text refers as neoliberalism, it will use the
most hegemonic definition, developed by Von Hayek and Friedman to be practical.
Then, the principal ideas of hegemonic neoliberalism are presented and the way that it has been applied
inside the political and economic realities in Latin America and, even more specifically, Colombia. Finally,
consequences of the application of such a system, and a discussion about its practicality are presented, which
leads to the first interrogant about the pertinence of it regarding the wealth of society and individuals. A
revision of the values that it promotes are presented and a reflection regarding the effect that it has left inside
contemporary society morals.
Keywords: Historical, neoliberalism, interpretations, hegemonic neoliberalism, wealth, society,
individuals, moral, contemporary.

David Estrada Grisales.


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El Neoliberalismo: La nueva ruta hacia la servidumbre.

Contexto histórico de los neoliberales primigenios: Los enemigos de la solidaridad.

Para hablar de neoliberalismo, se hace necesario desarrollar un precedente de cuál será la definición que
se dará a dicho término con el fin de poder sentar sus bases históricas, morales, políticas y, sobre todo,
económicas. Para empezar, se tiene que resaltar la idea de que para autores liberales, el neoliberalismo
desarrollado por Von Hayek y Milton Friedman, fundadores de la llamada Société du Mont-Pèlerin en el año
1947 (Anderson, 1999), es diferente de la primera concepción del neoliberalismo planteada por Ludwig Von
Mises en el año 1927 y el coloquio de Water Lippman en 1938 (Ghersi, 2004).
Es necesario hacer esta aclaración puesto que para autores liberales, como es el caso de Ghersi (2004),
que afirman que el término neoliberalismo que se utiliza en la actualidad es una sinécdoque de lo que
inicialmente fue planteado como neoliberalismo por el coloquio de Lippman. En este último, el Estado Social
de Derecho es una base fundamental del modelo, además de la propiedad privada y el libre mercado, mientras
que para el modelo desarrollado por Friedman y Hayek, este no tiene cabida en el neoliberalismo, y solamente
se defiende como un sistema radical de libre mercado y de propiedad privada (Thorsen y Lie, 2008).
Así, es necesario entender que si bien el neoliberalismo ha sido interpretado y aplicado históricamente
sobre las ideas de Von Hayek y Friedman, existió inicialmente una concepción diferente a este la cual fue
desechada en la historia. El presente texto se centrará en la idea desarrollada por los fundadores de la Société du
Mont-Pèlerin, es decir, Hayek y Friedman, pues es el neoliberalismo que ha sido aplicado.
Según Peerry Anderson (1999) los orígenes del neoliberalismo están dados después de la segunda guerra
mundial en Europa y Norteamérica con The road to serfdom (La ruta hacia la servidumbre) escrita por Von
Hayek en 1944. Ya en 1947 queriendo promover estas ideas, decide citar a una reunión, donde sus principales
participantes crean la Société du Mont-Pèlerin y promulgan sus ideas neoliberales.
Los pertenecientes a esta sociedad, que tenía tintes de francmasonería, pertenecían a las clases altas de
Europa y Norteamérica. Durante este periodo, en el que Europa decide aplicar el keynesianismo y la fuerza de
los sindicatos ha aumentado, las empresas tienen un panorama desfavorable, los márgenes disminuyen y los
precios aumentan, con lo cual estos grandes capitalistas se vuelven acérrimos enemigos del keynesianismo y de
cualquier tipo de solidaridad proveniente del Estado. Este grupo de personas consideraban que se necesitaba
volver a un modelo donde la fuerza del Estado radique, únicamente, en el ámbito militar para proteger la
propiedad privada, controlar la política monetaria y abstenerse de gastos sociales (Thorsen y Lie, 2008),
(Anderson, 1999).

Las bases del neoliberalismo: Un recorrido por la mente de Hayek, Friedman y sus amigos.

El neoliberalismo nace de la premisa de que el liberalismo económico clásico se había debilitado con la llegada
de los Estados de bienestar propuestos por el keynesianismo durante principios del siglo XX. De esa forma, una

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vez finalizada la guerra, los padres del neoliberalismo sentaron las bases de esta ideología fundamentada en una
narrativa de derecha con la premisa de laissez faire (Thorsen y Lie, 2008) expresión en francés cuya traducción
al español significa dejen hacer. Así mismo, según los autores primigenios de la teoría, el neoliberalismo se
presenta a sí mismo como una tercera salida entre el fascismo y el comunismo, que proliferaban en aquel
entonces por Europa.
Otro factor importante a considerar, es que después de analizar los diversos autores y adeptos a la teoría
neoliberal, se hace sencillo reconocer que este modelo no es esencialmente una ideología política como el
conservadurismo o el liberalismo que planteaban postulaciones políticas que invariablemente afectaban el
enfoque económico de las naciones, sino que, más bien, surge como un renacimiento de las políticas
económicas liberales que pueden ser aplicadas dentro de casi cualquier marco político. De esta forma, es
posible encontrar Estados conservadores con políticas económicas neoliberales, puesto que por ejemplo, existen
los casos Hayek y Friedman, que se encontraban más en el espectro conservador en cuanto a la política; e
incluso Estados autoritarios, como el de Pinochet en Chile y Deng Xiaoping en China, con políticas económicas
neoliberales (Thorsen y Lie, 2008). Por lo tanto, si el neoliberalismo fuese finalmente una ideología política,
sería impensable que fuese aplicado en Estados liberales, conservadores y autoritarios, que son sistemas de
poder político con valores transversalmente opuestos, pero que pueden tener compatibilidad con prácticas
económicas afines al libre mercado y a la propiedad privada.
Resulta conveniente, además, resaltar el papel de gobiernos con enfoques proteccionistas que son
promotores del neoliberalismo, como lo es el caso de los Estados Unidos, que presenta diversos
comportamientos proteccionistas en cuanto a la agricultura y que limitan el libre mercado, puesto que el Estado
interviene a favor de ciertas empresas al momento de someterlas a competir en un mercado internacional
(Huerta, 2017). Observando este complejo entramado de Estados y seguidores neoliberales, que incluso pueden
llegar a encontrarse en espectros políticos antónimos, como conservadores y liberales y defensores del libre
mercado y proteccionistas, se hace entonces necesario definir el neoliberalismo como un paquete de creencias
políticas basadas únicamente en la economía, a pesar de que el hecho de que sean políticas, modifica las
relaciones internas de los Estados como consecuencia de su aplicación. Thorsen y Lie (2008) lo definen como
“un conjunto de creencias políticas que están prominentemente y prototípicamente incluídas en la convicción
de que el único propósito legítimo del Estado es salvaguardar los individuos, especialmente comercialmente, en
su libertad y sus derechos a la propiedad privada.”
Dicha definición, se aferra a los postulados principales fácilmente identificables en los escritos de Hayek
y Friedman que pueden resumirse en:
a) “La sociedad no es más que un conjunto de individuos que interactúan entre sí” (Merlo, 2016).
b) “El ser humano es básicamente un sujeto egoísta, consumidor y propietario de sus bienes” (Merlo,
2016).

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c) “Los integrantes de las sociedades humanas son naturalmente desiguales, siendo la única igualdad real,
la isonomía política ante el mercado y la ley positiva” (Merlo, 2016)
d) “El mercado es el único marco de ordenamiento racional, por lo que toda intervención en él, se
convierte en irracional” (Merlo, 2016).
e) “La sociedad capitalista erigida sobre los principios neoliberales es insuperable” (Merlo, 2016).
Por último, otro factor que se hace necesario para finalmente constituir al neoliberalismo como ideología
económica, es el hecho de que plantea una moral para los individuos que dice defender y que, por más
maquiavélica que parezca, sienta las bases de cómo un neoliberal debe actuar, pensar y reaccionar ante los
sucesos propios de la aplicación de este sistema. Por ejemplo, Friedman afirma que:
“Una persona buena y virtuosa es aquella que puede acceder a mercados relevantes y funcionar como un
actor competente en estos. Él o ella tiene la voluntad de aceptar los riesgos asociados al participar en mercados
libres y adaptarse a los rápidos cambios que surjan de su participación” (Thorse y Lie, 2008).
Según Hayek y Nozick “Situaciones de desigualdad e injusticia social son moralmente aceptables, al
menos hasta el grado en que estas puedan ser vistas como el resultado de decisiones libremente tomadas”
(Thorsen y Lie, 2008). y, para Von Mises “Si una persona demanda que el Estado deba regular el mercado o
reparar a los desafortunados que perdieron al final de una transacción libremente realizada en el mercado, esto
es visto como una indicación de que la persona es moralmente depravada y subdesarrollada, y es apenas
diferente de aquellos que proponen un Estado totalitarista” (Thorsen y Lie, 2008).
Y es con estas ideas sobre la moral que plantean los neoliberales que, sin miedo a ser reduccionistas, se
puede afirmar que el neoliberalismo busca promover el libre mercado y la propiedad privada, utilizando todos
los medios del Estado para garantizar estos dos derechos, que son el núcleo de sus creencias. Aquí, los seres
humanos virtuosos y honrados, son aquellos que participan activamente de estos supuestos libres mercados sin
esperar ninguna clase de compensación en caso de terminar en condiciones precarias si pierden su capital en
alguna transacción desafortunada y que, además, gracias a su individualismo natural, toleran la miseria de sus
semejantes puesto que todas estas giran en torno a que la miseria es producto, supuestamente, de la libertad.

Neoliberalismo en Colombia y en América Latina: El tercermundismo neoliberal

Conocer cómo empezó la implementación y bajo qué circunstancias el modelo neoliberal llegó a la
región de América Latina, especialmente al país colombiano, es de suma importancia para el estudio de este
tema. La región Latinoamericana se ha caracterizado, entre otras cosas, por la pobreza, la desigualdad y la falta
de oportunidades. En ese sentido, el neoliberalismo fue presentado como la gran solución a nuestros problemas
y como la entrada al mundo del desarrollo.

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El caso de América Latina

Aunque cada país de América Latina tuvo su particularidad, la implementación del modelo neoliberal en
la región fue el resultado de la construcción de una narrativa que se consolidó por medio de la crisis que
atravesaba la región, políticas económicas y cambios internos en el funcionamiento del Estado.
El debilitamiento de las instituciones representativas, la baja fuerza sindical y política y la economía informal
fueron los aspectos que llevaron a la grave crisis de la sociedad latinoamericana. Estos fenómenos fueron
determinantes en la inestabilidad social que conllevó a que el neoliberalismo se apropiara del discurso. Como lo
menciona Jiménez (1992) en su artículo El modelo neoliberal en América Latina:
“(...) el neoliberalismo a través de sus distintos y variados representantes buscó incidir en el debate,
intentando apropiarse del análisis al difundir un ‘discurso dominante sobre la crisis’, y que a la larga se
convirtió en el marco de referencia, asumido consciente o inconscientemente por intelectuales, políticos y
sindicalistas”.
Es decir, la falta de debate y el aprovechamiento del manejo de la crisis condujo a los gobernantes e
instituciones internacionales a imponer el modelo económico que según ellos iba a permitir que América
Latina, por medio de la modernización, fuera una región más competitiva en el mercado internacional y tuviera
un significativo crecimiento y desarrollo económico.
Se puede decir que la implementación del neoliberalismo en América Latina ocurrió en dos etapas. La
primera etapa fue protagonizada por Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras. Estos países
establecieron, entre 1960 y 1970, acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) relacionados con
políticas de estabilización que buscaban abrir el mercado internacional a estos países y aumentar las
transacciones comerciales. La segunda etapa tuvo lugar en Chile, Argentina y Uruguay durante regímenes
autoritarios. En esta etapa, los programas de estabilización fueron utilizados por las dictaduras para imponer
una nueva disciplina en dichos países mediante la militarización, la censura y la represión a la sociedad civil
(Jiménez, 1992).
Como se mencionó anteriormente, organizaciones internacionales como el FMI tuvieron una gran
influencia en la implementación del modelo neoliberal en la región. Por ejemplo, países de América Latina y el
Caribe ya contaban con varios acuerdos de ajuste estructural al inicio de la década de los 80. En contraste, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) tenía una posición diferente con respecto a la
implementación de políticas en materia económica. Esta defendía la intervención estatal con el objetivo de
impulsar la industrialización y la planificación de la economía. Además, respecto a las relaciones
internacionales de los países, la CEPAL fomentaba la integración latinoamericana, la preferencia por defender
el mercado interno y la necesidad de ayuda internacional para el mejoramiento técnico. También es importante
señalar que esta comisión planteaba reformas complementarias que el Estado debía ejecutar en materia social
(Guillén, 1994).
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En ese sentido, se puede notar que instituciones como el FMI tuvieron una gran influencia al momento
de implementar el modelo neoliberal en la región de América Latina y es válido cuestionarse a qué intereses
estaban respondiendo. La realidad muestra que la región es profundamente desigual y la solución que
plantearon estas organizaciones no ha sido efectiva pues cada vez es más difícil competir con economías más
tecnificadas y por lo tanto más productivas. Estas decisiones han causado un gran daño social que se evidencia
en el desempleo, la precarización del trabajo, la acumulación de los recursos en pocas manos y en la falta de
oportunidades.
Ahora bien, para que se lograra este cambio de modelo económico en la región no bastó con la influencia
de organizaciones internacionales o de pequeños grupos sociales que querían ese cambio, sino que se necesitó
de una reforma estructural de los Estados para que el neoliberalismo se impregnara en la sociedad. Transitar de
un modelo a otro implicaba pasar del ordenamiento estatal de la economía a un ordenamiento donde primaba la
privatización. Es aquí donde el sector privado se convierte en el encargado de la construcción de la sociedad y
del individuo y los Estados empiezan a perder autonomía.
Para el neoliberalismo, mientras latinoamérica atravesaba una crisis, el Estado no era capaz de satisfacer
las necesidades básicas de la población. En otras palabras, se puso en duda lo que se conoce como Estado de
bienestar pues este modelo consideraba el Estado como costoso e ineficiente. Además, el Estado se
comprometió con las demandas sociales por las que atravesaban en esos momentos difíciles para la economía.
Con esto, la relación Estado-sociedad empezó a fracturarse, lo que conllevó a un período de desaprobación de
las instituciones y de ingobernabilidad (Jiménez, 1992).
Con lo anterior, se puede decir que el cambio en la estructura de los Estados favoreció la implementación
del neoliberalismo en cuanto estos perdían protagonismo y le daban paso al sector privado. Decir que el Estado
es una institución incapaz de satisfacer las necesidades básicas en momentos de crisis resultó ser beneficioso
para que se lograra llevar a cabo el modelo. Además, plantear esta situación de inestabilidad era muy
conveniente con el agravante que la posibilidad de debate no se permitió y simplemente el modelo fue impuesto
como la solución a nuestros problemas económicos y de organización social.

El caso colombiano

Para explicar el fenómeno del neoliberalismo en Colombia se tendrá en cuenta a los gobiernos entre 1990
y 2002, es decir, los gobiernos de César Gaviria (1990-1994), Ernesto Samper (1994-1998) y Andrés Pastrana
(1998-2002). Estos gobiernos fueron decisivos para la implementación del modelo neoliberal que va desde la
apertura económica hasta la consolidación de este.
Para empezar, en el gobierno de César Gaviria se da la apertura económica. En este período, se presentan
y se aprueban reformas que no contribuyeron al desarrollo social, político y económico del país. Entre las
reformas que más se destacan están la reforma arancelaria, portuaria, al comercio exterior y a la inversión

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extranjera y la reforma laboral. En estas políticas se evidenció la incapacidad del país para competir en
mercados internacionales: los mercados se llenaron de productos importados sin control alguno, la economía
colombiana se desestabilizó y el trabajo era cada vez más precario (Castaño, 2002). Es interesante discutir que
los gobernantes adoptan una actitud de orgullo frente a estas reformas o tratados que pactan entre países. Ellos
lo hacen, supuestamente, para beneficiar a la sociedad en general. Sin embargo, la evidencia muchas veces los
contradice pues muestra que no es el pueblo colombiano, o al menos la gran mayoría, que se ve beneficiado con
dichas reformas y políticas aperturistas. La cooptación de los gobernantes, especialmente por instituciones
como el Banco Mundial (BM) o el FMI, permiten usar su poder para beneficiar a pequeños grupos económicos
y no permiten la democratización de los recursos.
En el caso del gobierno de Ernesto Samper, se pretendía, como estaba consignado en su Plan Nacional de
Desarrollo (PND) llamado “El salto social”, la disminución de la pobreza y la dignificación de la vida de los
más vulnerables. Sus esfuerzos fueron insuficientes para alcanzar este objetivo. También se buscaba la
modernización y la estabilización económica del país para que Colombia fuera un mercado competitivo en el
comercio internacional. Sin embargo, lo que se planteó desde un principio no se pudo llevar a cabo permitiendo
la consolidación del modelo neoliberal en Colombia y causando graves problemas sociales y económicos
(Castaño, 2002). La ratificación del neoliberalismo en el país traería consigo serias consecuencias en la
sociedad colombiana y un daño en las instituciones del Estado.
Después del fortalecimiento del neoliberalismo en Colombia, llega el gobierno de Andrés Pastrana. Las
decisiones en el ámbito económico y político del entonces presidente introdujeron al país a un caos. Llevó al
desempleo, la pobreza y, peor aún, al debilitamiento del Estado colombiano. La idea de privatizar sectores
como la salud y la educación y disminuir las responsabilidades del Estado causó una desprotección total de la
sociedad dejando que la asignación de recursos sea por parte de un mercado que no garantiza la buena
distribución y eficiencia (Castaño, 2002). Con esto, se puede evidenciar que ya en el gobierno de Pastrana la
consolidación del modelo neoliberal era inminente en Colombia.
En resumen, los gobiernos que se mencionaron anteriormente fueron decisivos para la implementación
del neoliberalismo en Colombia. Estas políticas de libre mercado y de la priorización del sector privado
tuvieron repercusiones en la sociedad colombiana especialmente en temas de equidad. El período de tiempo que
fue abordado fue clave para el futuro de la economía del país, sus consecuencias tienen repercusión en la
actualidad colombiana y cuya materialización final podríamos ubicarla en el tratado de libre comercio con los
Estados Unidos, firmado diez años después por el entonces presidente Juan Manuel Santos.

Consecuencias del neoliberalismo: El mundo entero como servidumbre del capital

Según Von Hayek (1944) la democracia es un aliado del neoliberalismo, puesto que la libertad de la
manifestación política de los seres humanos les permite participar políticamente en la toma de las decisiones
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gubernamentales gracias a su libertad, no obstante, esta idea entra en conflicto con el hecho de que la
democracia es un sistema que se basa en la igualdad de los seres humanos, y pueden encontrarse
contradicciones al respecto. Por ejemplo, si en algún momento la decisión de la mayoría es restringir algunas
libertades individuales o el aumento del gasto público, se priorizará la libertad de cada agente, desligitimando
una decisión democrática (Anderson, 1999) lo cual termina protegiendo los intereses de una proporción muy
pequeña de población, la cual posee los grandes capitales y propiedad privada. De esta última idea ligada al
individualismo promovido por el neoliberalismo se pueden evidenciar varias de las consecuencias que son
objeto de estudio en la actualidad. Cabe resaltar que pueden variar dependiendo del contexto en el que se
aplican y algunas de estas son:

Desigualdad:

Stiglitz (2020) argumenta que el capitalismo que tenemos en la actualidad, es decir, un capitalismo
neoliberal, ha llevado a una creciente desigualdad y disminución del bienestar de la sociedad; esto siendo un
resultado de las políticas económicas y sociales que favorecen la concentración de la riqueza.

Crisis Financieras:

Estas mismas políticas de libre mercado, han llevado a la desregulación de los mercados financieros,
logrando que no existan alcances positivos en las tasas de ganancia, con lo cual se pueda no recuperar la
inversión en algunos casos, o mayores inestabilidades económicas. Esto puede explicar por qué el mercado
especulativo e inversiones financieras sean más rentables, que los intercambios basados en bienes reales o
tangibles (Anderson, 1999).

Desarrollo:

El desarrollo en el contexto del neoliberalismo se centra en el crecimiento económico a través del libre
mercado, reducción del gasto público, entre otros. Esta noción es muy criticable, ya que se prioriza el
crecimiento económico sobre el crecimiento social y se concibe al ser humano como un instrumento y no como
un fin en sí mismo (Sen, 1998), creando consecuencias negativas para el ser humano como la explotación
laboral, privatización de las empresas públicas, restringiendo el acceso a servicios básicos; exclusión social,
entre otros.

Deterioro del medio ambiente:

La creencia neoliberal de que los recursos naturales nunca se agotan y que el único desafío era la
capacidad de explotarlos (Nisbet, 1986), ha sido ampliamente refutada desde principios del siglo XX. El
argumento del agotamiento de recursos naturales no ha tenido influencia dentro de los pensadores neoliberales,
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por tanto, el neoliberalismo ha sido severamente criticado por no tener en cuenta los impactos ambientales en la
búsqueda del crecimiento económico y que a día de hoy significan una amenaza real para la vida en la tierra.

Todos los aspectos anteriormente mencionados, constituyen muchas de las consecuencias que se pueden
considerar un fracaso para el neoliberalismo y como estas existen muchas más. No obstante, el principal
“fracaso” en sus políticas, ha sido que el grado de inversión por parte del estado en políticas sociales de cada
país, se ha mantenido. Es más, estos gastos han aumentado en muchos países, ya que el desempleo ha estado
creciendo y la población que accede a las jubilaciones ha aumentado, además de la presión social, reducción de
costes sociales, entre otros (Anderson, 1999). Todo esto implica un crecimiento en estos gastos que elevan el
rubro de inversión social, lo cual contradice la idea inicial de los neoliberales de que el Estado debilitase sus
inversiones en este aspecto.

Discusión y conclusiones: ¿Estamos en la ruta hacia la servidumbre?

Realizando un análisis sobre el neoliberalismo, es, de cierta manera, sencillo preguntarse sobre las
consecuencias individuales que este puede dejar dentro de las personas en la sociedad. Por ejemplo, dentro de la
moral neoliberal, los sujetos deben estar dispuestos a aceptar la precariedad e incluso la miseria si es que esta se
trata de decisiones libremente realizadas en el mercado y este punto es discutible por dos razones: en primer
lugar, tenemos el caso ideal de una persona que tiene las condiciones materiales iniciales suficientes para poder
participar libremente, al menos en la teoría, en transacciones de mercado, buscando obtener una ganancia que
pueda ser representada en propiedad privada (pues recordemos que esta es la lógica: mercado y propiedad).
Pues bien, sería natural que dicho individuo, a pesar de la supuesta libertad que lo llevó a hacer
transacciones incorrectas, al menos espere vivir en condiciones básicas de dignidad, es decir, tener a su
disposición aquellos bienes y servicios básicos para cubrir sus necesidades esenciales, por lo menos, como lo es
un lugar en el cual vivir, alimento, salud, etc. y que, según la lógica y la moral neoliberal, dicho sujeto no tiene
derechos a reclamarlo y, todavía peor, se considera moralmente depravada si es que llega a solicitar algún tipo
de ayuda estatal para su más básica subsistencia. Este caso es dramático, aunque, para ser honestos, es poco
probable que en una situación de miseria una persona se cohíba de pedir ayuda, bien sea al Estado o a sus
semejantes que han corrido con mejor suerte en este juego de mercado, supuestamente libre. Con lo anterior
podríamos decir que esta es una respuesta esperable y en cierta forma natural, lo cual contradice la premisa del
neoliberalismo que defiende el mercado como absoluto regulador es la opción más cercana a la naturaleza, y
que es palpable en el día a día de cualquier lugar donde este sistema haya sido puesto en práctica, como el caso
de Colombia misma.
Lo verdaderamente preocupante, por otra parte, es la percepción de sus semejantes que no han corrido
con tan mala fortuna aún, pues, si estos se encuentran permeados por esta ideología, cuestionarán su integridad
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y su moral, desde una posición en la cual, al igual que él, están a una o unas cuantas malas jugadas en el
mercado para caer en la miseria. Es aquí donde encontramos uno de los límites de la individualidad
generalizada: la propuesta principal del neoliberalismo parece ser el dejar de escuchar las quejas de aquellas
personas que han sido menos favorecidas y esto nos lleva a la pregunta de ¿cómo se llega a una libertad de los
individuos para participar en el mercado?
Para abordar esta pregunta sería necesario evaluar las condiciones materiales de los sujetos, puesto que si
dos sujetos parten de cantidades orbitalmente distintas en cuanto al capital con el que cuentan antes de realizar
sus transacciones, una verdad abrumadora es el hecho de que no están en igualdad de condiciones y su supuesta
libertad no los pone en una condición similar en la que puedan salir ganadores en las transacciones y, lo que es
más importante, uno de los dos está inevitablemente más cerca de perder todo con lo que contaba inicialmente.
Esto nos lleva al quid de la cuestión: ¿sería necesario homogeneizar las condiciones materiales individuales
iniciales de los sujetos para hacer que este sea un juego justo? La respuesta lógica sería que sí, pues sólo
entonces se podría hablar de una libertad de participación desde las condiciones materiales, pero esto plantea
una contradicción, puesto que esta homogeneización solo podría ser llevada a cabo por un Estado planificador
de la economía y precisamente esto es a lo que se opone la premisa neoliberal.
En segundo lugar, tenemos una contradicción esencial dentro de los planteamientos del neoliberalismo.
Este defiende como principio que el ser humano es “básicamente un sujeto egoísta, consumidor y propietario de
sus bienes” (Merlo, 2016). Lo cual puede y hace creer a los neoliberales que el individuo es la unidad
estructural y funcional de la sociedad, idea que se reafirma cuando promueven que “la sociedad no es más que
un conjunto de individuos que interactúan entre sí” (Merlo, 2016) y esta premisa es errónea por diversas
razones. La primera, es que un ser humano, por sí solo, recién nacido, no es un miembro estructural, ni mucho
menos funcional para la sociedad. El individuo necesita de una familia o de, por lo menos, un grupo de
personas que le ayuden inicialmente a suplir sus necesidades básicas en estas etapas iniciales de su vida, lo cual
nos deja que, si tuviéramos que definir aquello que es la base de la sociedad, tendríamos que remitirnos esta
institución: la familia, cuya base es el cuidado y la solidaridad, valores transversalmente opuestos a aquello que
defiende el neoliberalismo.
De esta forma, queda claro entonces que el neoliberalismo pretende diluir aún más este concepto que con
el propio capitalismo. Como bien comentó Marx (1867) cuando lo determinó como un medio para “la
disolución de la antigua familia dentro del sistema capitalista”. Pero hablar de la familia, a la hora de analizar el
neoliberalismo, es un tema complejo porque ¿cómo podrían los neoliberales hacer un análisis de una institución
cuyo funcionamiento se basa únicamente en la solidaridad y la cooperación, si estos ponen al individuo, egoísta
y avaro, como la base de sus sociedades? No pueden.
Con esto, se llega, por deducción, a una conclusión simple: la familia y sus valores son opuestos al
neoliberalismo, con lo cual, o bien dentro del neoliberalismo no existen las familias o se encuentran en vías de

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extinción. Sin embargo, en los países donde más acérrimos defensores de esta ideología han tenido el poder
político, se puede notar que aún existen familias, y esto nos lleva a cuestionarnos: ¿está la familia en vía de
extinción? A pesar de que para los autores de este texto sea notorio que dentro de la realidad colombiana esta
pregunta tiene una respuesta afirmativa por los múltiples cambios que han ocurrido dentro de las familias a
causa de la precarización causada por el neoliberalismo, preferimos dejar esta cuestión a futuros investigadores
que posean más herramientas para abordarla. Sin embargo, una fuente importante para analizar dicha cuestión
desde la economía, es la forma en que los salarios se han precarizado y, en la actualidad, es menos probable
encontrar familias numerosas que viven con menos salarios, que es una muestra simple de que el
neoliberalismo sí parece ser un enemigo aún más fuerte de aquello que no comprende: la cooperación y la
solidaridad.

David Estrada Grisales.


Sonia Maritza González Osorio.
María Alejandra Mejía Betancur.
Yarleidy Murillo Mosquera.
Jose Mauricio Rodríguez Velásquez.
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El Neoliberalismo: La nueva ruta hacia la servidumbre.

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