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FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, EDUCACIÓN

COMERCIAL Y DERECHO

MODALIDAD EN LÍNEA

ASIGNATURA: DERECHOS HUMANOS

DOCENTE: ABG. ÁNGEL GONZALO FLORES SEGURA MSc.

INTEGRANTES:

WILMER VICENTE ALVARADO TOALA


IVAN RENATO JARA CISNEROS
LUIS DANILO COLOMA CAMPOS
TRINIDAD COELLO CAMPUZANO
ANGELINE MARILU GUZMAN SARMIENTO
LUBER EDUARDO RIVAS ALONZO
BLANCA MARGARITA SÁNCHEZ CASANOVA
JULIO PATRICIO TANDAZO RODRIGUEZ
JESSICA LISSETH YANEZ GAVILEMA
DENIS JAVIER UVIDIA VILEMA

TEMA: IUSNATURALISMO, POSITIVISMO Y TEORÍA DE LOS DERECHOS


FUNDAMENTALES.

CURSO:

SEGUNDO SEMESTRE PARALELO C-9 – GRUPO 2

PERIODO LECTIVO

SEPTIEMBRE 2023 - ENERO 2024


ÍNDICE
TEMA ............................................................................................................................ 3

INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 3

ANTECEDENTES ........................................................................................................ 4

CARACTERISTICAS PRINCIPALES DEL IUSNATURALISMO, POSITIVISMO


Y TEORÍA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES. ....................................................... 5

CONCEPTOS ................................................................................................................ 6

VALORACIÓN PERSONAL (GRUPAL) SOBRE EL IUSNATURALISMO,


POSITIVISMO Y TEORÍA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES............................ 17

CONCLUSIONES ....................................................................................................... 19

RECOMENDACIONES .............................................................................................. 21

LINK DEL VIDEO DE EXPOSICIÓN ....................................................................... 22

BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 23
TEMA
Iusnaturalismo, Positivismo y Teoría de los Derechos Fundamentales.

INTRODUCCIÓN
El iusnaturalismo es una corriente filosófica y jurídica que postula la existencia de un
conjunto de principios o leyes fundamentales, intrínsecamente justos e inherentes a la
naturaleza humana, que sirven como base para evaluar la validez y legitimidad de las leyes y
normas establecidas por la sociedad. Estos principios se consideran universales, inmutables y
previos al ordenamiento jurídico positivo. Los defensores del iusnaturalismo argumentan que
el derecho positivo debe estar en concordancia con estos principios morales y éticos para ser
válido.

Por otro lado, el positivismo jurídico es otra corriente filosófica y jurídica que sostiene
que el derecho es un sistema de normas creadas por autoridades humanas, y su validez no
depende de su conformidad con principios éticos o morales superiores. Según el positivismo,
lo importante es la existencia y aplicación de reglas establecidas por un sistema legal
reconocido, independientemente de su contenido ético. Esta corriente se basa según Kelsen en
hechos verificables y en la separación entre el "ser" (lo que es el derecho) y el "deber ser" (lo
que debería ser).

La teoría de los derechos fundamentales se centra en el estudio y análisis de los


derechos básicos inherentes a los seres humanos, reconocidos y protegidos por el ordenamiento
jurídico de un país. Estos derechos son considerados esenciales para la dignidad y libertad de
las personas. La teoría aborda cuestiones relacionadas con la naturaleza, el alcance, la
justificación y la protección de estos derechos, así como su relación con el poder estatal y la
sociedad en general.

El iusnaturalismo se basa en la existencia de principios morales inherentes y universales


como base del derecho, el positivismo se enfoca en la validez de las normas establecidas por
la autoridad, y la teoría de los derechos fundamentales analiza los derechos básicos de las
personas y su reconocimiento en la legislación. Estos enfoques filosóficos y jurídicos juegan
un papel importante en la comprensión y aplicación de las leyes y derechos en una sociedad.
ANTECEDENTES
A lo largo de la historia, ha habido debates sobre la estructura y los fundamentos de
los derechos humanos entre dos corrientes de pensamiento: los derechos naturales y el
positivismo. El positivismo afirma que la ley es sólo lo que escribe el sistema jurídico. Por
tanto, la única fuente del derecho, el único origen de las normas se basa en el hecho de que
fue redactado y entró en vigor en el país en un momento histórico determinado. A esto se le
llama ley positiva. "Los derechos no son algo que ya exista en la naturaleza, sino algo que
nos limitamos a descubrir, como los cromosomas o los continentes. Creamos derechos a
través de nuestras convenciones. Por lo tanto, la pregunta relevante no es "¿Qué derechos
tiene tal ser?", sino "¿Qué derechos queremos para él?" (Mosterín, 1999).

El derecho natural, por otra parte, cree que los derechos humanos no se originan en el
derecho positivo, sino en la naturaleza humana, que es superior a cualquier derecho positivo.
La definición clásica de ley natural es la siguiente: Una ley de la naturaleza es aquella que la
naturaleza ha dado a las personas por ser meros seres humanos. En lo que respecta a las
tradiciones religiosas, la ley natural es uno de los atributos que Dios ha dado a los humanos.
"Sólo cuando estos derechos estén arraigados en la naturaleza objetiva de la base dada a las
personas por el Creador, los derechos humanos podrán afirmarse sin temor a ser quitados..."
Por lo tanto, las organizaciones internacionales "no deben perder el carácter natural que les
permitirá para estar libres del riesgo de caer en una interpretación puramente positivista de
los derechos humanos, que lamentablemente siempre acecha. (Benedicto XVI, 2007)

Sin embargo, cabe agregar que no existe un solo tipo de derecho natural o
positivismo: hablar de derechos naturales y positivismo sin mencionar las diferentes
corrientes dentro de las dos direcciones, y el desarrollo o evolución de estas posiciones en el
curso de la historia y es un intento de sintetizar algunas proposiciones que implica una
simplificación excesiva, lo cual es inevitable por falta de espacio. En la redacción de la
Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se discutieron estos temas, y al final se
optó por no hablar del tema: se llegó a un acuerdo sobre la necesidad de proteger los derechos
humanos, que no necesitaban ser justificado después. La base de esta protección, pero sólo
para declararla. (Amnistia Internacional, 2020)
CARACTERISTICAS PRINCIPALES DEL IUSNATURALISMO,
POSITIVISMO Y TEORÍA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.
Iusnaturalismo
• Proponer el origen natural de los derechos individuales.
Ley natural La ley tiene raíces metafísicas, ya sea porque se la da la naturaleza a los
humanos o porque se deriva de agentes divinos.
• Los derechos se otorgan por igual a todos siempre que sean universales.
Por tanto, todo el mundo los conoce o puede deducirlos razonando. • Asumir que
todas las personas actuarán de manera justa
Esta voluntad de hacer el bien gobierna el comportamiento humano fuera de las reglas
o leyes creadas por el hombre.
• Para que la ley sea efectiva, también debe basarse en la moralidad.
En este sentido, la ley de la naturaleza dicta que todos podemos distinguir entre el
bien y el mal.
• Nada es más elevado que la naturaleza y las leyes universales.
Si los derechos naturales no son considerados derechos positivos en su ordenamiento
jurídico, entonces este último no tiene ningún efecto. (Diferenciador , 2023)
Positivismo
• Rechazar la idea de vincular moral y derecho
La moral es subjetiva, individual y autónoma, mientras que el derecho es objetivo y
imperativo.
• Las leyes son reglas creadas por el hombre.
Para el derecho positivo, las normas son expresión de soberanía y están reguladas por
el Estado.
• Estos derechos dependen de las circunstancias específicas de cada país.
Según el positivismo jurídico, el derecho no puede basarse en valores universales
porque cada país tiene su propio contexto histórico, político y social.
• La legislación positiva es de naturaleza obligatoria.
Es decir, pueden implicar el uso de la fuerza, que a su vez está protegida por la
regulación legal.
• Obligatorio
El soberano obedece la ley porque sabe que, si no la obedece, tendrá que lidiar con
leyes formales, no divinas. (Diferenciador , 2023)
Teoría de los Derechos Fundamentales
Una norma de derecho fundamental, según su estructura puede ser principio o regla.
Los principios son normas que ordenan que algo sea realizado en la mayor medida
posible, dentro de las posibilidades jurídicas existentes. Por lo tanto, los principios son
mandatos de optimización. En cambio, las reglas son normas que sólo pueden ser cumplidas
o no. Si una regla es válida, entonces hay que hacer exactamente lo que ella exige. Por tanto,
las reglas contienen determinaciones en el ámbito de lo posible, tanto en lo fáctico como en
lo jurídico. La diferencia entre regla y principios no es de grado, sino cualitativa.

Los principios en primer lugar, son mandatos de optimización entre los cuales no
existen relaciones absolutas de precedencia y, en segundo lugar, que se refieren a acciones y
situaciones que no son cuantificables.

Existen tres tipos de posiciones jurídicas o derechos: 1) derechos a algo; 2) libertades


y 3) competencias. (Robert, 1993)

CONCEPTOS
Iusnaturalismo

El derecho natural fue una teoría jurídica que dominó el pensamiento jurídico desde el
mundo clásico, hasta que fue reemplazada en muchos sistemas a fines del siglo XIX por su
principal rival, la doctrina del positivismo jurídico. En cualquier caso, aunque el modelo del
derecho natural, su concepto de derecho natural y la importancia de la moral en los conceptos
jurídicos fueron reemplazados por el sistema positivista, éste siempre ha estado presente en
las discusiones jurídicas y a menudo apareció como un oponente crítico de las doctrinas
positivistas. y como objeto de la filosofía del derecho. A esto se suma la crisis que padecen
las instituciones positivistas hoy en día, principalmente después del siglo XX. por otro lado,
es evidente en la formación de instituciones constitucionales esenciales y teorías de derechos
fundamentales, lo que pone en duda su compatibilidad con conceptos jurídicos positivistas.
Algunos conceptos de derecho natural que habían sido negados por el positivismo fueron
ahora revividos por la doctrina de los derechos fundamentales y un nuevo movimiento legal
llamado nuevo constitucionalismo. Entre ellos cabe destacar la relación entre derecho y
moral, el origen del derecho y la relación entre derecho y política. El derecho natural
ontológico ve el derecho natural como lo que el derecho "es", mientras que la corriente
deontológica ve el derecho natural como "debe ser". Por tanto, en lo que respecta al derecho
natural deontológico, se le atribuirá la función principal del derecho positivo, desarrollar
valores morales y éticos, y no se propondrá una definición de derecho radicalmente distinta
de la propuesta por el positivismo jurídico. De esta manera, el derecho natural deontológico
sustituye el absolutismo moral del derecho natural ontológico por una posición más
moderada, defendiendo la tesis del derecho monista y considerando el derecho positivo como
único derecho. Teniendo en cuenta los cambios históricos y sociales y partiendo de conceptos
como el valor y el respeto a la dignidad humana, se recomienda desarrollar un código de ética
como requisito básico del derecho. (Beloso Martín, 2007).

Positivismo

El positivismo jurídico fundamenta el pensamiento jurídico reducido a derecho estatal


producto del legislador; de aquí deriva la común atribución al derecho, de aquellas
características que son propias del derecho legislado del Estado moderno, generalidad,
imperatividad, coacción, presunta plenitud. (Garcia, 2015)

El positivismo jurídico es una ciencia del derecho y por tanto una misión de los
abogados. El propósito de la jurisprudencia es considerar el derecho como es, no como
debería ser. Sobre esta base, adoptar una distinción clara entre la validez y el valor del
derecho, y entre reglas que pueden ser válidas, aunque irrazonables, y reglas que pueden ser
justas, pero no válidas; sólo el primero es objeto de investigación jurídica.

Actualmente, el juicio moral es relativo y subjetivo. No existe un procedimiento


objetivo para probar la validez de ciertos juicios morales y la invalidez de otros. La idea de
que la razón humana tiene derechos naturales inmutables y universales es una ilusión vana,
por noble que sea. La justicia en la creación y aplicación de normas sigue siendo un objeto no
científico fuera de la jurisprudencia.

Para el positivismo jurídico, esto corresponde a: la separación y separación del


derecho y la moral; es decir, la diferencia entre derechos y prestaciones existentes; una visión
unidimensional de la cosmovisión jurídica: todo derecho positivo se basa únicamente en la
idea de justicia como único hecho positivo del derecho, independientemente de su contenido
y de su grado de justicia según el sistema moral. El concepto de normas jurídicas es la
creencia de que las normas jurídicas consisten en órdenes que unas personas (legisladores)
dan a otras personas; que la ley es un conjunto de normas impuestas por la fuerza; que los
jueces aplican las leyes, pero no las crean. (Hernandez, 2020)
Teoría de los Derechos Fundamentales

1. Teorías del Estado de los derechos fundamentales

La idea de los derechos fundamentales vinculada a la noción de Estado se puede


fundamentar en el plano téorico-doctrinal, siguiendo a Fioravanti, en tres modelos que se
integran parcialmente: historicista, individualista y estatalista. De esta manera, "tenemos una
doctrina individualista y estatalista de las libertades, construida en clave antihistoricista (en la
revolución francesa); una doctrina individualista e historicista, construida en clave
antiestatalista (en la revolución americana); y, finalmente, una doctrina historicista y
estatalista, construida en clave antiindividualista (en los juristas del Estado de derecho del
siglo XIX)". (Fioravanti, 1996)

A. Modelo historicista

Las raíces de la perspectiva histórica se pueden encontrar en la fase moderna de


construcción del Estado, especialmente en Gran Bretaña, donde la tradición más pronunciada
de limitar el poder político se desarrolló en los imperios europeos medievales. Así, se
privilegian las libertades civiles negativas, derivadas del hábito y de la naturaleza de las
cosas, por lo que se entienden como la capacidad de actuar sin obstáculos del poder político.
Estos derechos eran en realidad privilegios o privilegios reflejados en los llamados tratados
Herrschaftsverträge que regían los tratados tardomedievales. (Howard McIlwain, 1991)

Para ello se señaló que en la Edad Media se compactaron las raíces profundas del
cristianismo antiguo y primitivo y se desarrolló la idea de libertad como autonomía y
seguridad. Por lo tanto, puede incluso entenderse de la siguiente manera: "En este sentido, la
sociedad neoliberal no es más que una generalización adecuadamente modificada y mejorada
de la autonomía de los antiguos derechos y libertades medievales". Sin embargo, conviene
recordar que los derechos y libertades civiles no pertenecen al individuo, sino a los miembros
de la organización corporativa que determina su personalidad jurídica. El orden natural de las
cosas confiere a todo hombre derechos civiles desde su nacimiento; mientras que no se
contempla la existencia del derecho político, pues el derecho es función del control y control
gubernamental; en todo caso protegidos por la jurisprudencia y la protección ordinaria de
tales derechos, por ejemplo, en Inglaterra. En este sentido, la profunda contradicción del
orden jurídico liberal es que no está sujeto a un cierto "orden natural", sino que la autonomía
de la libertad es esencial para el establecimiento de otro orden centrado en la toma de
decisiones humanas. en lugar de un objeto de status quo.
B. Modelo individualista

Este modelo se basa en la mentalidad y la cultura individuales características de los


países liberales. Esto se opone al orden jerárquico de la Edad Media porque en las
organizaciones corporativas los individuos están diluidos; se afirma en la ley natural, que es
revolucionaria en su abolición. privilegios jerárquicos y afirma varios derechos y libertades
humanos. En este sentido, Francia es un modelo de derecho moderno, donde el individuo es
sujeto de derechos y obligaciones, como reflejan la ley y el Código Napoleónico. Pero el
sistema jurídico individualista no puede integrarse en la sociedad tan gradualmente como el
proceso social británico. Es necesario entonces partir de una ficción jurídico-política; Un
contrato o contrato social es una herramienta para la expresión consensuada de las personas
en la sociedad civil para garantizar mejor los derechos y libertades inherentes de todas las
personas. Sobre la base del contrato social se establecerán además los principios de soberanía
popular y poder constitucional, que dan legitimidad a la formulación de la constitución como
instrumento para proteger o garantizar los derechos inalienables de la humanidad. (De Vega,
1988)

De hecho, la presunción de libertad humana en relación con el Estado -el principio de


distribución- y la presunción de acción limitada del Estado en relación con el principio de
libertad -organización- significa que los tribunales, la policía y las autoridades
administrativas tienen el deber de limitar o limitar la libertad de las personas Autoridad
jurídica y judicial. En este sentido, el liberalismo entenderá que los derechos civiles no son
creados por el Estado, sino sólo reconocidos; asume que los derechos y libertades existen
ante el Estado y que el Estado es sólo un instrumento para garantizar estos derechos y
libertades. Desde entonces, los derechos políticos, como el derecho a votar, se convertirán en
la base de los derechos civiles y les darán nuevos elementos; Constituye una sociedad
formada por individuos políticamente activos que controlan el funcionamiento del poder
público. En consecuencia, los representantes electos de los mismos ciudadanos serán en el
futuro responsables de configurar los derechos humanos y las libertades mediante la ley y
definir sus límites de manera exhaustiva y limitada.

A diferencia del concepto de derechos como un determinado procedimiento, el


modelo individualista formalizará formalmente los derechos y las libertades de cierta manera,
reduciendo así las acciones autorizadas a un posible excedente de la corte. En el sentido final,
el individualismo restaurará la teoría de la ciencia libre como la seguridad de su propiedad y
su propia persona. (Fioravanti, 1996)

C. Modelo estatalista

Se basa en la idea de que todo el Estado es condición necesaria y soporte para la


creación y protección de derechos y libertades. Es por eso:

En la lógica del estatismo, defender que el estado de naturaleza es todopoderoso


significa necesariamente defender el hecho de que no existen libertades y derechos
individuales frente al Estado, el mando y el poder de las normas estatales, y las normas
estatales son el los únicos que pueden mandar. especificación del país. El Estado y la
sociedad determinan su respectivo estatus jurídico subjetivo. En este sentido, no hay mayor
distinción entre el contrato social y el derecho en el que se basa, ya que el derecho es
específico del Estado.

En esta lógica, el poder formativo autónomo es considerado no como una expresión


de la voluntad individual de la sociedad, sino como una expresión de la toma de decisiones
políticas, en la medida en que se separa del colapso de sus sujetos y de los cálculos
personales de conveniencias desesperadas. Estos testamentos encontraron su unidad y
significado de orden político en la autoridad que representaba a su nación, que en adelante se
convirtió en pueblo o nación, independientemente de si esa autoridad era un gobernante o
asamblea autocrática o democrática.

Así, el modelo estatista ve los derechos políticos como funciones del poder soberano,
mientras que la distinción entre libertad y poder desaparecer en favor de este último, del
mismo modo que el poder estatal no está vinculado por la constitución o la costumbre, sino
que está sujeto a la voluntad del poder; Hasta cierto punto, la necesidad de estabilidad y
solidaridad juega un papel en la legitimación temporal del modelo estatista, especialmente en
fases de crisis social. De ahí que se haya dicho que "puede ser razonable temer la voluntad
del soberano, pero nunca debe olvidarse que sin un soberano el hombre está condenado a
obedecer las leyes del más fuerte". (Fioravanti, 1996)

Estas corrientes historicistas, individualista y estatalista han tenido una clara


expresión histórica desde el desarrollo del primer gran ciclo histórico de los derechos
fundamentales, con las revoluciones burguesas del siglo XVIII y hasta la Segunda Guerra
Mundial. Pero, a partir de la renovación democrática de los Estados constitucionales, durante
la postguerra se ha iniciado una segunda gran fase en la historia de los derechos
fundamentales, caracterizada por la cultura de la supremacía constitucional. (Robert, 1993)

2. Teorías constitucionales de los derechos fundamentales

A partir de que la Constitución dejó de ser entendida como un sistema de garantías,


para convertirse en un sistema de valores fundamentales, con principios de justicia social y
derechos económicos y sociales, se dio lugar al desarrollo de una rica jurisprudencia de los
tribunales constitucionales europeos y en particular el alemán, sobre el contenido concreto de
los derechos fundamentales; el cual ha estado alimentado por viejas y nuevas teorías
constitucionales, que han incidido en el fortalecimiento del Estado constitucional. En tal
sentido, se pueden identificar a las principales teorías de los derechos fundamentales en seis
grupos:

A. Teoría liberal

Los derechos fundamentales son el derecho de los individuos a la libertad frente al


Estado; es decir, los derechos y libertades se consideran derechos de defensa. El énfasis está
en el estatus negativo de la libertad, ya sea dirigida contra el Estado o contra el Estado. La
libertad está garantizada sin condiciones materiales, es decir, no está ligada a la realización de
fines o funciones específicas del poder, porque la autonomía de la voluntad no es objeto de
regulación, sino su compatibilidad con lo universal, la abstracción y forma del derecho; para
ello se establecen garantías como “no obligación de hacer cosas que no estén previstas por la
ley, ni prohibición de hacer cosas que no estén prohibidas por la ley” y prohibición de
retroactividad legal.

En este sentido, se puede decir que la defensa de la libertad humana se convierte en el


fin máximo de la sociedad y del Estado, como principio definitorio de los derechos
fundamentales y sustento del modelo constitucional liberal. En consecuencia, los derechos
fundamentales tienen un efecto privado, protegiendo a los individuos, y un efecto público,
limitando poderes; pero cuando surge un conflicto, no siempre se resuelve por el "principio
de libertad", sino por el principio de proporcionalidad de los derechos fundamentales, es
decir, combinando libertad y autoridad a través del principio de coherencia, sin afectar el
núcleo de los derechos fundamentales.
Proporcionalidad.

Un aspecto relevante de esta concepción liberal de los derechos fundamentales en


cuanto derechos subjetivos, es la vinculación negativa del legislador a los mismos; entendido
como un mandato estatal de dejar hacer en el sentido anotado, descartando el sentido positivo
de asegurar la realización de la libertad mediante obligaciones de hacer del Estado. De ello,
se desprende la noción de límite de la injerencia de la ley sobre la libertad, descuidando los
presupuestos sociales y valorativos que dan lugar a la realización de los derechos
fundamentales, en la medida que "los derechos fundamentales garantizan la protección del
estado real de la libertad socialmente ya existente o en formación". Esto sólo es posible a
partir de una concepción ética de los derechos fundamentales. (Medina, 1997)

B. Teoría de los valores

La teoría axiológica de los derechos fundamentales tiene su origen en la teoría de la


integración de la entreguerra; para la cual "los derechos fundamentales son los representantes
de un sistema de valores concreto, de un sistema cultural que resume el sentido de la vida
estatal contenida en la Constitución... este es el pilar en que debe apoyarse toda interpretación
de los derechos fundamentales". (Robert, 1993)

El país se desarrolla en un proceso dinámico de integración nacional de la comunidad


de valores culturales. Por lo tanto, los derechos fundamentales son históricamente
contingentes y confieren legitimidad a los sistemas jurídicos empíricos. En este sentido, se
intenta evitar el formalismo del positivismo jurídico, ignorando el texto literal de las normas
jurídicas y centrándose en el contenido material, es decir, buscando el significado básico de
los derechos fundamentales y vinculando o integrando derechos fundamentales. con todo el
orden de la vida y los valores constitucionales aplicables. Este concepto de derecho se
reanudó con la ética material de los valores materiales de Werthethik; Los derechos
fundamentales, que asumían que su contenido axiológico era un producto de la comunidad
nacional, estaban incorporados en las decisiones de evaluación de la Wertentscheidung. En
este sentido, los derechos fundamentales son considerados como normas morales objetivas,
expresiones fehacientes del orden de valoración social expresado por normas y sentencias
jurídicas.

La teoría de los valores subordina el método jurídico a los contenidos axiológicos de


la sociedad sobre los derechos fundamentales; dejando abierta la pregunta acerca de cómo
identificar los valores supremos o superiores de la comunidad. Al parecer, corresponde
aplicar el método de las ciencias del espíritu para conocer la jerarquía de la conciencia
valorativa de la comunidad; que es alcanzable como una evidencia preferentemente intuitiva
intuitive Vorzugsevidenz,36 o mediante el juicio de valor cultural y moral del momento, que
no está exento de un juicio de valor superior frente a otro inferior.

En períodos de rápida transición y cambio, la transferencia de los derechos


fundamentales a una valoración intuitiva o a un estado de conciencia social permite asumir el
cambio o la influencia de los valores más elevados y eternos en una sociedad en la que los
valores preexistentes y vinculantes están asignados. Para una comunidad, la naturaleza de los
principios y valores que unifican el significado no es estable ni inmutable. En este sentido,
los derechos fundamentales están relacionados con su tiempo y espacio, son sobrevalorados o
devaluados dependiendo del estado de conciencia o de las circunstancias de la época.

Es evidente que la perspectiva de la teoría del valor tiende a uniformizar, en torno a


determinados presuntos valores supremos objetivos, a los valores minoritarios; pero en la
práctica de las sociedades tradicionales, la dialéctica del conflicto entre los valores sociales
no terminan integrándose, sino que "en la jerarquía de valores contrariamente valen otras
relaciones, que se justifican en que el valor destruye al antivalor y el valor más alto trata
como inferior al valor menor".39 Por ello, los derechos fundamentales, en un sentido objetivo
valorativo como subjetivo liberal, terminan tiranizando a aquellos sectores minoritarios o
desvinculándose de las mayorías sociales; lo que abre paso a replantear la teoría de los
derechos fundamentales a partir de la teoría institucional.

C. Teoría institucional

Entender los derechos fundamentales como derechos objetivos absolutos o derechos


subjetivos individualistas resulta ser un concepto inadecuado que no responde a las
exigencias del desarrollo social jurídico; por lo tanto, la teoría institucional proporciona una
comprensión de los derechos fundamentales basada en los cambios económicos y políticos en
un estado constitucional. El marco teórico se compone de comprensiones más nuevas y
complejas.

En este sentido, primero debemos entender que, en opinión de Hauriou, los derechos
fundamentales tienen una doble naturaleza constitucional: como derechos individuales y
como arreglos institucionales; por tanto, "los derechos individuales son a la vez instituciones
jurídicas objetivas y derechos subjetivos". Pero es precisamente con una mayoría
parlamentaria temporal como un acto del Estado como un derecho objetivo que el derecho
puede llegar a ser desconocido, distorsionado o disminuido. Con este fin, Schmitt traza una
línea entre los derechos liberales y las garantías institucionales para evitar usurpar la libertad
de los legisladores; pero "las garantías institucionales no son derechos fundamentales en el
sentido literal, sino en el sentido de estar libres de la opresión legislativa. La protección
constitucional es un sello distintivo de las garantías institucionales".

D. Teoría democrático-funcional

Se parte de concebir a los derechos de la persona en función de los objetivos o


funciones públicas y del Estado constitucional, en el marco de una democracia deliberativa;
de allí que "no hay legitimidad del derecho sin democracia y no hay democracia sin
legitimidad del derecho". Es decir, que se pondera el carácter cívico de los derechos
fundamentales como elementos constitutivos y participatorios de la democracia estatal. Desde
esta perspectiva social y ciudadana, se puede plantear que hay derechos fundamentales, pero
también deberes y obligaciones fundamentales con el Estado democrático-constitucional. En
este último sentido, los derechos fundamentales no son bienes jurídicos de libre disposición,
sino que presentan límites, en tanto los ciudadanos de una comunidad democrática tienen los
límites y el deber de fomentar el interés público.

La idea de que los derechos fundamentales deben asegurar el fortalecimiento del


Estado constitucional se ha visto expresada en el desarrollo de los derechos a la libertad de
opinión, libertad de prensa y libertad de reunión y asociación, como bases necesarias para el
funcionamiento de la democracia. Aquí se percibe la clara influencia de la teoría de la
integración, que ubica al hombre como ser político en relación directa con el Estado como
expresión del derecho político. Por lo anterior, como señala Böckenförde, "el objeto
(Aufgabe) y la función (Funktion) pública y democrático-constitutiva es lo que legitima los
derechos fundamentales, y también lo que determina su contenido". (Landa, 2020)

En este sentido, el punto de partida, dirección y límites de los derechos fundamentales


se encuentran en el proceso político democrático y se convierten en contenido,
implementación y contenido de los derechos humanos. Así, la corrección política se convierte
en un parámetro de la vigencia de los derechos humanos, tarea que ya no es definida por los
sujetos jurídicos en cada caso, sino por la sociedad, representando una posición intermedia o
intersubjetivista entre argumentos individualistas y definidos por consenso. Colectivista por
los derechos fundamentales. Sin embargo, este argumento a favor de una democracia
funcional basada en derechos no plantea la cuestión de que pueda haber presiones sociales
contra el surgimiento de nuevos derechos que surjan de valores periféricos al consenso
democrático existente. Estamos hablando de la libertad de expresión o del derecho de voto,
entendido como un derecho fundamental absoluto, que puede conducir a la difusión de ideas
y programas políticos cuestionables desde un punto de vista democrático (frente a uno
funcionalista o valorativo); se plantea la cuestión los debates sobre las limitaciones y
diferencias de los derechos fundamentales, especialmente porque imponen obligaciones
políticas y sociales. (Beloso Martín, 2007)

E. Teoría jurídico-social

El punto de partida de esta teoría de los derechos fundamentales no es sólo la


insuficiencia de la deshumanizante teoría individualista del derecho, sino también la
insuficiencia de la concepción positivista de los derechos económicos y sociales, entendidos
como normas programáticas reservadas por la ley o derechos abstractos. Definir libertad con
igualdad y justicia. Por lo tanto, sólo con el desarrollo del derecho estatal en la sociedad
moderna se fortalecen los derechos económicos y sociales como derechos subjetivos, que se
realizan a través de la mediación individual, y derechos objetivos, que son vinculantes para el
Estado: sólo así los derechos económicos y sociales derechos sean determinados.

Estamos hablando de derechos. Normas; especialmente gracias al aporte de la


dogmatología constitucional económica. Esta opinión se basa en dos cosas: "Por un lado, el
Estado está obligado a proporcionar el presupuesto social necesario para la libertad de los
derechos fundamentales derivados de los derechos fundamentales unificados, lo que
constituye una especie de estatus de garante para el ejercicio de los derechos fundamentales.
"Por otra parte, la realización de los derechos fundamentales requiere la adquisición de
dichos intereses nacionales o, si es necesario, la participación en instituciones estatales o en
instituciones proporcionadas por el Estado para la realización de los derechos y libertades
fundamentales".

F. Teoría de la garantía procesal

La teoría según la cual los derechos fundamentales son garantías procesales, proviene
del interés de otorgar eficacia en la aplicación y protección concreta de los derechos
humanos; pero, profundizando y avanzando más allá del status activus processualis planteado
por Häberle. En efecto, desde una perspectiva práctica, los derechos fundamentales son
valiosos en la medida que cuentan con garantías procesales, que permiten accionar no sólo
ante los tribunales, sino también ante la administración. La tutela de los derechos
fundamentales a través de procesos, conduce necesariamente a dos cosas: primero, que se
asegure la tutela judicial efectiva de los ciudadanos y, segundo, que se garantice el debido
proceso material y formal.

De esta manera, la tutela judicial y el debido proceso se incorporan al contenido


esencial de los derechos fundamentales como elementos del núcleo duro de los mismos.
Permitiendo de esta manera que a un derecho corresponda siempre una acción y que una
acción suponga siempre un derecho. (Garcia, 2015)

De esta manera, la protección jurídica y el debido proceso se incluyen en el contenido


esencial de los derechos fundamentales y se convierten en sus elementos básicos. Así, la
concesión de derechos siempre corresponde a la acción, y la acción siempre conlleva
derechos. finalmente:

En la teoría analítica de Alexis, hay tres tipos de estatus legal o derechos: 1) derechos
a algo, 2) libertades y 3) poderes (p. 186). El derecho a algo se divide en derecho a la defensa
y derecho a la acción positiva. El derecho a la defensa se divide en tres grupos. El primer tipo
consiste en derechos que el Estado no prohíbe ni impide la acción específica del titular del
derecho; el segundo grupo utiliza el derecho para permitir que el Estado no influya en
determinadas situaciones en materia de derecho; el tercer grupo son derechos que el estado no
tiene. para impedir determinada conducta los derechos del sujeto de derechos a algún estatus
jurídico. Los derechos de acción afirmativa se dividen en dos categorías: derechos cuyo
objeto son acciones efectivas y derechos cuyo objeto son acciones normativas.

El derecho a regular la conducta es el derecho del Estado a hacer cumplir la conducta


normativa. En el derecho actual, la forma jurídica de la acción adoptada para satisfacer el
derecho es irrelevante. El segundo buen grupo es la libertad. Para Alexius, la libertad jurídica
existe sólo cuando el objeto de la libertad es un sustituto de la acción, es decir, la capacidad
de hacer algo, lo que el autor llama "libertad negativa". Aquí sólo es necesaria la inacción
estatal, es decir, la acción negativa. La libertad jurídica no requiere el derecho al bienestar,
sólo el derecho a la defensa. Las libertades legales ahora se dividen en "protegidas" y
"desprotegidas". Este último incluye únicamente el permiso para hacer algo y el permiso para
no hacer algo, y no incluye garantías con normas y derechos que protejan la libertad. Una
libertad "protegida" es una libertad asociada con un conjunto de derechos sobre algo y
normas objetivas que brindan al titular de derechos fundamentales la oportunidad de realizar
acciones permisibles. En este sentido, las libertades fundamentales son libertades protegidas.
Cuando se trata de poder, éste puede especificarse mediante términos como “autoridad”,
“autoridad” o “capacidad”, que incluye derechos civiles que tienen protección jurídica básica.
(Robert, 1993)

VALORACIÓN PERSONAL (GRUPAL) SOBRE EL IUSNATURALISMO,


POSITIVISMO Y TEORÍA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
1. Iusnaturalismo:

El iusnaturalismo se fundamenta en la idea de que existen principios morales y éticos


universales y objetivos que forman la base del derecho. Estos principios se consideran
inherentes a la naturaleza humana y, por lo tanto, previos a cualquier ordenamiento legal.
Propugna que las leyes deben estar en concordancia con estos principios para ser
consideradas justas y válidas.

La fortaleza del iusnaturalismo radica en su llamado a una moralidad objetiva que


trasciende los sistemas legales y culturales específicos. Sin embargo, también presenta
desafíos significativos, como la interpretación subjetiva de qué principios son
verdaderamente "naturales" y cómo deben aplicarse en situaciones concretas. Además, la
diversidad de valores y culturas en el mundo hace difícil llegar a un consenso sobre qué
principios deben considerarse universales.

2. Positivismo jurídico:

El positivismo jurídico sostiene que el derecho es un conjunto de normas establecidas


por una autoridad reconocida, y su validez no depende de su contenido ético o moral, sino de
su origen y aceptación dentro de un sistema legal. Este enfoque busca separar el análisis del
derecho de juicios morales o de valor. Se centra en cómo se crean, promulgan y aplican las
leyes.

La fortaleza del positivismo radica en su capacidad para proporcionar certeza y


estabilidad jurídica al centrarse en reglas y procedimientos claros. Sin embargo, su debilidad
principal es que puede legitimar leyes injustas o discriminatorias si son promulgadas por una
autoridad legalmente reconocida. Además, puede ignorar consideraciones éticas importantes
en la evaluación del derecho y la justicia.
3. Teoría de los derechos fundamentales:

La teoría de los derechos fundamentales se enfoca en identificar, comprender y


proteger derechos básicos inherentes a la dignidad y libertad de las personas en una sociedad.
Estos derechos actúan como salvaguardas frente al poder estatal y deben ser respetados y
protegidos por el sistema jurídico y político.

Esta teoría representa un avance significativo en la historia del pensamiento jurídico,


al reconocer la importancia de proteger los derechos de los individuos. Sin embargo, también
genera debates y desafíos, como la jerarquización de derechos en situaciones de conflicto, y
la tensión entre derechos individuales y bienestar colectivo.
CONCLUSIONES
• Una combinación equilibrada de estos enfoques puede ser beneficiosa para un
sistema jurídico justo y efectivo. El iusnaturalismo proporciona fundamentos
morales sólidos, el positivismo garantiza estabilidad y predictibilidad, y la teoría
de los derechos fundamentales asegura la protección de las libertades
individuales. La interacción reflexiva de estos enfoques puede contribuir a un
sistema legal más humano y equitativo.
• La coexistencia de iusnaturalismo y positivismo refleja la diversidad de
perspectivas en la filosofía del derecho, permitiendo un análisis más amplio y
enriquecedor de los fundamentos legales.
• El iusnaturalismo plantea principios universales, mientras que el positivismo
reconoce la pluralidad de sistemas legales y culturas, lo que refleja la
complejidad de la moral y la ley en una sociedad globalizada.
• El positivismo busca estabilidad y certeza en el derecho, mientras que el
iusnaturalismo ofrece flexibilidad para adaptarse a cambios sociales y
culturales, mostrando un equilibrio necesario entre ambas perspectivas.
• La teoría de los derechos fundamentales representa la adaptabilidad del derecho
a medida que evolucionan las concepciones de justicia y equidad en la sociedad,
proporcionando un marco para la evolución y expansión de los derechos
individuales y colectivos.
• La teoría de los derechos fundamentales enfatiza la necesidad de proteger los
derechos esenciales de los individuos contra el poder estatal y otros actores,
asegurando un equilibrio entre autoridad y libertad.
• La distinción entre normas (positivismo) y principios morales (iusnaturalismo)
refleja la dualidad en la formulación y aplicación del derecho, subrayando la
importancia de ambos enfoques en un sistema jurídico efectivo.
• La interpretación y aplicación de principios morales y derechos fundamentales
requiere un análisis contextual para garantizar que se adapten a las
circunstancias específicas y cambiantes de la sociedad.
• La armonización de los enfoques iusnaturalistas y positivistas en la práctica es
un desafío, ya que la aplicación de principios universales puede entrar en
conflicto con las leyes y costumbres locales, exigiendo un equilibrio sensible.
• Un diálogo constructivo entre estas perspectivas permite un desarrollo legal
enriquecedor, impulsando la evolución del derecho hacia una forma más
inclusiva, justa y sensible a las necesidades cambiantes de la sociedad.
RECOMENDACIONES
• Fomentar la integración equilibrada de iusnaturalismo y positivismo en la
formulación de leyes y políticas, reconociendo principios morales
fundamentales y la necesidad de estabilidad y certeza jurídica.
• Promover programas educativos y de formación que destaquen la importancia
y naturaleza de los derechos fundamentales, inculcando su respeto y protección
en la sociedad.
• Establecer mecanismos accesibles y efectivos para garantizar el acceso a la
justicia, permitiendo que los individuos hagan valer sus derechos fundamentales
de manera justa y equitativa.
• Establecer sistemas de monitoreo y evaluación regulares para garantizar que las
normativas respeten y protejan adecuadamente los derechos fundamentales,
realizando ajustes cuando sea necesario.
• Implementar políticas que promuevan la igualdad y no discriminación,
garantizando que los derechos fundamentales se apliquen sin distinción de raza,
género, orientación sexual, origen étnico u otras características.
• Incentivar la consulta y participación ciudadana en la formulación de leyes y
políticas que afecten los derechos fundamentales, asegurando que las voces de
la sociedad sean consideradas en la toma de decisiones.
• Garantizar la transparencia y el acceso a la información sobre normas, políticas
y prácticas relacionadas con los derechos fundamentales para promover una
ciudadanía informada y activa.
• Apoyar y fortalecer instancias y tratados internacionales que protejan los
derechos fundamentales a nivel global, colaborando con la comunidad
internacional para garantizar la vigencia de estos derechos.
• Brindar capacitación continua y programas de sensibilización para operadores
jurídicos sobre la importancia de aplicar los derechos fundamentales en sus
decisiones y actuaciones.
• Establecer políticas y programas específicos que protejan y promuevan los
derechos fundamentales de grupos vulnerables, como niños, personas mayores,
personas con discapacidad y minorías, para garantizar una sociedad inclusiva y
equitativa.
LINK DEL VIDEO DE EXPOSICIÓN
• https://drive.google.com/file/d/1CYP-
60u7vGo3nNyhm7JigrTrKWwQHfkS/view?usp=sharing
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