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EL QUERER DECIR, UN LEGADO DE EDUARDO REMEDI COMO

AFIRMACIÓN Y COMO ENIGMA

A manera de semblanza

Teresa de Jesús Negrete Arteaga*

Estas líneas son escritas pensando en el querer decir como legado de Eduardo
Remedi. Pensar en él y con él me evocan imágenes siempre en movimiento, su deliberar
caminando, los movimientos de sus manos, la expresión de sus ojos y los gestos de su
cara cuando escuchaba y también cuando nos interpelaba.
Hay frases que me resuenan todo el tiempo y acompañan mi tarea de
investigación e intervención educativa y, sobretodo, en la vida cotidiana. Eduardo a esas
frases les otorgaba densidad descriptiva, pues eran herramientas conceptuales
recuperadas de autores y engarzadas con la experiencia de su labor profesional, que me
atreveré a denominarla de interventor y analista institucional, además de su oficio como
investigador. Lo interesante de estas frases contundentes por su tono afirmativo, al
mismo tiempo, nos ponen ante el enigma. Eduardo con ellas, nos obligaba a no hacer
suposiciones simples, a indagar e interrogarnos: qué pasa con lo vincular.
Al encontrarte de frente con él te interrogaba ¿A ti qué te pasa? Eso que pasa,
que nos pasa, remite directamente a la experiencia, preocupación constante de Remedi
en sus búsquedas de registro minucioso y de reflexión analítica para hacer ver y hablar
sobre la proximidad con lo obvio de la vida cotidiana, para resaltar el efecto de
reificación (Luckman y Berger, 2001). Paradójicamente así como lo cotidiano
constituye al sujeto, lo niega, de ahí que Eduardo refería a la frase “Lo que no se elabora
se repite”, nos decía, recuerden que es importante digerir, mover aquello que se observa
condensado, solidificado, coagulado.
Era fecundo para él colocarnos a mirar la singularidad articulada con lo
histórico-social y develar los procesos culturales que cotidianamente trazaban el devenir
de los entramados institucionales, de ahí que la figura de trama se convertía en elemento
detonante para pensar el presente articulado con el pasado y hacer memoria. Por ello
decía que los mexicanos teníamos una frase clave para descifrar “infancia es destino”,
además de provocarnos siempre en el considerar “aquello que precede”.

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Advertía que “la enfermedad no está en las personas sino en el vínculo”, de esta
forma recolocaba nuestros modos de percibir lo psico-social, aludiendo a los
planteamientos de René Kaës, así adquiría realce la comprensión de lo grupal para el
trabajo analítico de lo institucional. He aquí algunas pinceladas de los postulados de
Kaës que tenían resonancia en el decir de Remedi:

Cada grupo de los que el sujeto forma parte tiene sus propias exigencias
narcisistas, sus formaciones del ideal, sus referencias identificatorias, sus
exigencias de represión, contradictorias o convergentes. [Los] grupos funcionan
como mediadores en la transmisión y la modificación de las referencias
identificatorias de los enunciados míticos e ideológicos, de las leyendas y de las
utopías, de los mecanismos de defensa, de una parte de la función represora, de
los ritos, así como de la lengua y del uso del significante, de las estructuras
antropológicas de la prohibición del incesto y del asesinato del semejante
(Segoviano, 2011, p.88).

Y qué decir del recordatorio clave de Eduardo que ponía en juego desde los
planteamientos Freudianos, gestualmente levantando los dedos de su mano y situando la
mirada fija con postura contundente: “Recuerden las fuentes del sufrimiento son tres: la
decadencia del cuerpo, la fuerza de la naturaleza y el no control del otro”. De ahí que
refería a la intervención como una respuesta a las condiciones de sufrimiento y malestar
de los sujetos.
Para los ejercicios de análisis institucional le resultaba ineludible dar cuenta de
lo instituido e instituyente, sostenía la necesidad de advertir que las “lógicas instituidas:
su presencia, su fuerza, las formas como tejen la cultura institucional, sin dejar de
contemplar y, por tanto, observar que en toda práctica instituida hay procesos que
reconocemos como instituyentes, procesos que se están produciendo, gestando en un
devenir de nuevas prácticas” (Remedi, 2015, p. 285). No obstante, era decisiva su frase
de que “la intervención opera más del lado de lo instituyente que de lo instituido”
(Remedi, 2015, p. 285).
Lo situacional, es un punto nodal de su mirada, nos delega esa tarea de otorgar
relieve a los dispositivos que propicien hablar de lo que incomoda, molesta en un
trabajo de acompañamiento. Lo intersticial junto con lo situacional es que puede
producirse lo institucional. A decir de Francisco Marco Viciano director de la Revista
Kultur el espacio educativo no se reduce a los lugares de las escuelas, sino por el
contrario impulsa abrirnos a que los espacios se producen por el hacer de las ciudades,

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los pueblos, los barrios y en el marco de múltiples instituciones. Concebir la acción
educativa, como medio para producir espacios alternos e intersticiales será una de las
premisas de la postura de Remedi.
Otro ángulo del legado lo son las prácticas, esos modos de proceder y de hacer.
Portar un cuaderno en el que se observaban los procesos de análisis de los discursos
tanto de autores revisados como de las referencias testimoniales, con esquemas y
diagramas. En el día a día esos cuadernos y su contenido tomaban formas de
herramienta de trabajo para la investigación así como en las intervenciones. El trabajo
de simultaneidad entre la escucha, el registro y el trabajo analítico son de los saberes
que se amasan con el tiempo y configuran el don de la escucha de un oído fino que
atesoramos y que imprimió un estilo de trabajo.
De Eduardo, puedo decir también, tuve como impronta el aprender a vivir
encarando la vida teniendo en claro la finitud. Vida-Muerte sus atravesamientos en
nuestro existir tamizaron en buena medida los claros y obscuros del vivir, sus marcas
me han dado claridad para elegir y atemperar el día a día.

Bibliografía
Berger P. y Luckmann, T. (2001). La construcción social de la realidad. Buenos Aires:
Amorrortu.
Segoviana M. (2011). “René Kaës”. En el psicoanalítico, Revista de Publicaciones de
Psicoanálisis, Sociedad, Subjetividad. No. 4, enero-abril del 2011.
Remedi, E. (20015). “Un lugar incómodo. Algunas Reflexiones en torno a la
intervención educativa”. En Ronzón, E. T. y Carbajal Romero, J. Políticas de la
subjetividad e investigación educativa. (pp.283-297). México: Balam.

Sobre la autora
*Teresa de Jesús Negrete Arteaga. Docente e Investigadora de la Universidad
Pedagógica Nacional, Sede Ajusco, México. Actualmente es Responsable del Proyecto
Internacional “Investigación e Intervención educativa comparada México-España-
Argentina (MEXESPARG)”. Egresada de la maestría y doctorado en Ciencias con
especialidad en Investigaciones Educativas del DIE-CINVESTAV. La perspectiva de
trabajo, tanto en las investigaciones de sus tesis como en el proyecto que sostiene desde

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hace ocho años, se enmarca en el análisis institucional desde la perspectiva trabajada
por Eduardo Remedi Allione.

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