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Lucas Márquez

CRISTO EN APOCALIPSIS

LECCIÓN 7

LAS IGLESIAS LOCALES


La segunda venida del Señor Jesús requiere que algunos sean copartícipes de la tribulación, el reino y la
perseverancia en Jesús, como lo vimos anteriormente.
La mejor manera de practicar esto, es estar en las iglesias locales. Fuera de la iglesia, es imposible
participar de estas tres cosas.

I. LA PROGRESION DE LA REVELACION DIVINA EN LAS ESCRITURAS

La revelación divina comienza en la Biblia con Dios y finaliza con las iglesias locales.

1- Los primeros dos capítulos de Génesis y todo el Antiguo Testamento, son una revelación de Dios
mismo.

2- Los cuatro evangelios son una revelación de Cristo. Esto revela la secuencia progresiva de la
revelación divina desde Dios hasta Cristo.

3- Después de los cuatro evangelios, tenemos el libro de Hechos y las epístolas, que revelan
principalmente a Cristo como el Espíritu. Por consiguiente, la revelación del Espíritu es una
continuación de la revelación divina contenida en la Biblia.

4- Después de esto se revela la iglesia.

Así que, hay cuatro secciones principales de la revelación divina de la Biblia: la sección de Dios, la
sección de Cristo, la sección del Espíritu y la sección de la iglesia.

Sin embargo, los primeros tres capítulos de Apocalipsis no tratan de la iglesia universal; se refieren
claramente a las iglesias locales.
En el Apocalipsis están las iglesias locales, y el Hijo del Hombre está en medio de ellas, y también está
la Nueva Jerusalén con Cristo como su centralidad y universalidad.

Consideremos ahora detalladamente la progresión de la revelación divina en las escrituras.

A. En cuanto a Dios

1- Primeramente Dios mismo se revela a nosotros


En Génesis 1:2,26 dice:

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1:2 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”
.
26: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal
que se arrastra sobre la tierra”.

Dios se revela como Elohim, una palabra hebrea que significa “el Todopoderoso”.

Génesis 2:7
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue
el hombre un ser viviente”.

Dios se nos revela como Jehová, que significa “Yo soy el que soy”. Dios es el gran Yo soy, el Eterno, la
realidad de todas las cosas positivas. El nombre Jehová denota la relación de Dios con el hombre. En
cuanto a la creación, Dios se revela como Elohim; en cuanto a Su relación con el hombre, se revela
como Jehová.
El nombre de Jehová se usa en el Antiguo Testamento en lugar de Jesús, y el nombre de Jesús se usa en
el Nuevo Testamento en lugar de Jehová. En otras palabras, en el Antiguo Testamento Jesús es llamado
Jehová, y en el Nuevo Testamento Jehová es llamado Jesús. El Antiguo Testamento completo, que
consta de treinta y nueve libros, es primordialmente una revelación de los dos títulos divinos: Elohim y
Jehová.

2- En cuanto a Cristo
El segundo paso en la secuencia de la revelación divina, es la revelación tocante a Cristo.

Mateo 1:1,21

1:1“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.”


21: “Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

En cierto momento, Dios se encarnó, se hizo el hombre Jesucristo. Después del Antiguo Testamento,
tenemos los cuatro evangelios, los cuales revelan la persona maravillosa llamada Jesucristo. El nombre
Jesús, principalmente significa Salvador (Mt. 1:21), y el título “Cristo” principalmente significa
Ungido.

Mateo 16:16
“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

Jesús no sólo es nuestro Salvador, sino también el ungido de Dios o, usando un término contemporáneo,
el Designado de Dios. Dios lo designó para que cumpliera Su economía eterna. Él no es solamente el
Jesús que nos salva, sino también el Cristo que lleva a cabo el plan eterno de Dios.
Cristo necesita la iglesia para poder ejecutar el plan eterno de Dios, y para producir la iglesia necesita
dos cosas: efectuar redención e impartir vida.
Después de redimir al hombre creado y caído, Cristo tiene que impartir vida a los redimidos. Esta es la
razón por la cual se necesita el Espíritu de vida, el Espíritu vivificante.

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1 Corintios 15:45
“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu
vivificante”.

Por consiguiente, después de los cuatro evangelios, tenemos la redención y la impartición de vida en el
libro de Hechos y en las epístolas. En dichos libros, se menciona frecuentemente la sangre de Cristo.
Además de la sangre tenemos el Espíritu. La sangre trae redención, y el Espíritu imparte la vida.
Después de ser redimidos y regenerados, llegamos a ser miembros vivos del Cuerpo de Cristo, la iglesia.
El Cuerpo, la iglesia, es el medio por el cual Cristo realiza la economía eterna de Dios. En la economía
de Dios, la iglesia es muy crucial. Sin la iglesia, Cristo no puede cumplir nada. El necesita la iglesia para
poder llevar a cabo el plan eterno de Dios.

3- En cuanto al Espíritu
Dios se revela como Elohim y como Jehová, y Cristo se revela como Jesús y como Cristo. Sin embargo,
la revelación en cuanto al Espíritu, no es simple.

Mateo 28:19
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo”.

Sino que al contrario, es un misterio. Pocos cristianos discuten en cuanto a la revelación de Dios y de
Cristo. Pero cuando llegamos al asunto del Espíritu, hay mucho debate debido a que la revelación del
Espíritu es un misterio.
El Espíritu es misterioso porque está relacionado con la vida.

La revelación del Espíritu se compone de muchos aspectos:

1. El Espíritu de verdad o realidad

Juan 14:16-17
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu
de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en vosotros”.

2. El Espíritu de vida

Romanos 8:2
“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte”.

3. El Espíritu de poder

Lucas 24:49
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“He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”.

4. El Espíritu de Dios

Romanos 8:9
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.

5. El Espíritu de Cristo

Romanos 8:9
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en
vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”.

6. El Espíritu de Jesús

Hechos 16:7
“… y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió”.

7. El Espíritu de Jesucristo

Filipenses 1:19
“Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi
liberación”.

8. El Espíritu Santo

Hechos 5:32
“Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los
que le obedecen”.

9. Y los siete Espíritus

Apocalipsis 1:4
“Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de
venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono”.

Apocalipsis 4:5
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“Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego,
las cuales son los siete espíritus de Dios”.

Apocalipsis 5:6
“Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba
en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus
de Dios enviados por toda la tierra”.

Necesitamos tanto el Espíritu de poder como el Espíritu de vida.


Estamos aquí para ser el testimonio de Jesús. Este testimonio no es un término ni un formalismo; esto es
una vida. Cuánto necesitamos abrirnos a Él, para que Él nos imparta más vida. Si verdaderamente
tenemos a Cristo como nuestra vida, debemos andar, vivir y comportarnos en Cristo. Ahora podemos
entender la razón por la cual las epístolas hablan reiteradamente del Espíritu. Como ya vimos, el libro
de Apocalipsis habla de los siete Espíritus de Dios. La vida de la iglesia requiere el Espíritu
intensificado. La verdadera iglesia se origina en este Espíritu. Necesitamos que nuestros ojos sean
abiertos para ver que Dios hoy desea iglesias locales verdaderas, vivientes y prácticas.

4- En cuanto a la iglesia
Llegamos a la última sección de la revelación divina, la revelación en cuanto a la iglesia. Es difícil
conocer la iglesia debido a que Satanás, el enemigo sutil, no quiere que los cristianos vean lo que es la
verdadera iglesia.

A- La iglesia universal
La iglesia como Cuerpo de Cristo.

1 Corintios 12:12-13
“Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo,
siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de
un mismo Espíritu”.

La iglesia es universalmente una.

Efesios 1:22-23
“… y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la
cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”.

Efesios 4:4-6
“… un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra
vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos,
y en todos.”

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Cristo como la única Cabeza tiene un solo Cuerpo, el cual está constituido de todos los creyentes
genuinos.

B- Las iglesias locales


La iglesia universal como Cuerpo de Cristo se expresa mediante las iglesias locales. Las iglesias locales,
como expresión del Cuerpo de Cristo.

Apocalipsis 1:12,20

1:12 “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro”.
20 “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las
siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete
iglesias”.

Son localmente una.

Hechos 8:1
“Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba
en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles”.

Hechos 13:1
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se
llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo”.

Romanos 16:1
“Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una
mujer judía creyente, pero de padre griego”.

1 Corintios 1:2
“… a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos
con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y
nuestro:…”

Apocalipsis 1:4
“Juan, a las siete iglesias que están en Asia”.

Asia era una provincia del antiguo Imperio Romano en la cual estaban las siete iglesias mencionadas en
Apocalipsis 1:11. Las siete iglesias estaban en esas siete ciudades respectivamente, no todas en una
ciudad. Este libro no trata de la iglesia universal, sino de las iglesias locales en muchas ciudades.

La iglesia se revela primeramente como iglesia universal.

Mateo 16:18
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades
no prevalecerán contra ella”.
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Y luego se revela l iglesia local.

Mateo 18:17
“Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano”.

En el libro de Hechos la iglesia era practicada en iglesias locales: la iglesia de Jerusalén.

Hechos 8:1
“Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba
en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles”.

La iglesia en Antioquía:

Hechos 13:1
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se
llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y
Saulo”.

La iglesia en Éfeso:

Hechos 20:17
“Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia”.

Las iglesias en las provincias de Siria y Cilicia:

Hechos 15:41
“y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias”.

Con excepción de algunas cartas escritas a individuos, todas las epístolas fueron escritas a iglesias
locales. Ninguna se escribió a la iglesia universal. Sin las iglesias locales no hay una expresión práctica
y válida de la iglesia universal.

La iglesia universal se hace real en las iglesias locales. El conocimiento de la iglesia universal halla su
consumación en el conocimiento de las iglesias locales.

Es un gran adelanto para nosotros conocer y practicar las iglesias locales. El libro de Apocalipsis está en
un estado avanzado acerca de la iglesia, pues fue dirigido a iglesias locales. Si queremos conocer este
libro, tenemos que avanzar del entendimiento de la iglesia universal a la realidad y la práctica de las
iglesias locales. Solamente aquellos que están en las iglesias locales están en el ángulo o perspectiva
apropiada y en la posición correcta para recibir las visiones del Apocalipsis.

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En Apocalipsis 1:11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo
que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis,
Filadelfia y Laodicea.

La iglesia necesita tener una expresión. Si hablamos de la iglesia sin tener la expresión de la misma,
nuestras palabras sólo son teoría; no son prácticas. Se necesitan las iglesias locales para que la iglesia
sea real y práctica. Si uno no tiene las iglesias locales, no tiene la iglesia. Igualmente, si no hay
miembros, no existe el Cuerpo. Si no está la iglesia local, no puede existir la iglesia universal, pues la
iglesia universal está compuesta de todas las iglesias locales, de igual modo que el cuerpo humano está
compuesto de muchos miembros.
.
Apocalipsis 1:20
“El misterio de las siete estrellas que has visto en Mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete
estrellas son los mensajeros de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias”.

Cuando Juan vio las siete estrellas en la mano derecha de Cristo y los siete candeleros de oro en medio
de los cuales estaba Cristo, no pudo comprender la escena, era un misterio para él. No podía entender el
significado de las siete estrellas celestiales y los siete candeleros de oro, de modo que el Señor le reveló
el misterio diciendo: “Las siete estrellas son los mensajeros de las siete iglesias, y los siete candeleros
son las siete iglesias”. El significado no fue un misterio solamente para Juan, sino también para los
creyentes de hoy. Todos los creyentes necesitan la revelación de este misterio para ver las iglesias y sus
mensajeros.

Las iglesias, representadas por los siete candeleros de oro, son “el testimonio de Jesús”.

Apocalipsis 1:2,9
1:2 “que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas
que ha visto”.

1:9 “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de
Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de
Jesucristo”.

Las iglesias locales tienen la naturaleza divina, y resplandecen en la noche obscura localmente y también
colectivamente.
La naturaleza de las iglesias debe ser divina (que es lo que representa el oro). Ellas deben ser los
candeleros, es decir las lámparas, que contienen el aceite (el cual es Cristo como el Espíritu vivificante),
y que brillan en la obscuridad individual y colectivamente. Ellas son lámparas individuales localmente, y
al mismo tiempo son un grupo, una colectividad, de candeleros universalmente. No sólo brillan
localmente, sino que también llevan el mismo testimonio tanto a las localidades como al universo.
Tienen la misma naturaleza y forma; tienen la misma lámpara con el mismo propósito, y están
plenamente identificadas entre sí, sin tener ninguna distinción individual. Las diferencias entre las
iglesias locales que se mencionan en los capítulos dos y tres son de carácter negativo, no positivo.

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En el aspecto negativo, son diferentes y separadas entre sí en sus fracasos; pero en el lado positivo, en
naturaleza, forma y propósito, son absolutamente idénticas y están conectadas. A los creyentes les es
fácil ver la iglesia universal, pero les es difícil ver las iglesias.

La revelación de las iglesias locales es la máxima revelación del Señor en cuanto a la iglesia. Esta
revelación consta en el libro de Apocalipsis, el último libro de la Palabra divina. Para conocer la iglesia
en plenitud, los creyentes deben seguir al Señor desde los evangelios, pasando por las epístolas, hasta
llegar al libro de Apocalipsis y ver las iglesias locales según se revelan aquí.
En Apocalipsis la primera visión se relaciona con las iglesias. Las iglesias, con Cristo como su centro,
son el punto central en la administración divina para el cumplimiento del propósito eterno de Dios.
Si no hubiera iglesias locales, yo no podría seguir viviendo; preferiría morir. Supongamos que no hay
iglesias locales. ¿Qué haríamos? No tendríamos meta ni objetivo ni propósito; nuestra vida cristiana no
tendría sentido. Las iglesias locales son la meta, el blanco y el significado de nuestra vida cristiana. Tal
vez usted no aprecie mucho la vida de la iglesia local cuando la disfruta. Si las iglesias fueran quitadas,
usted se daría cuenta de que todas las bendiciones también son quitadas. No podemos vivir sin la vida de
la iglesia, pues perdemos la razón y la meta de ser cristianos.

Espero que todos nosotros, especialmente los jóvenes, veamos que el destino de la revelación de Dios
son las iglesias locales. La revelación de Dios avanzó progresivamente hasta llegar a las iglesias locales.
Las iglesias locales son el destino que Dios ha trazado. Dios trajo Su revelación a las iglesias locales.
Esta es la razón por la cual las iglesias están llenas de revelación, luz y verdad. Fuera de las iglesias hay
escasez de luz, revelación y alimento.

Pero las iglesias están llenas de revelación porque ellas son el destino de la revelación de Dios. Por
consiguiente, todas las riquezas de la revelación divina están aquí.

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