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IISCLAPINID
DE LOS NEGROS,
MOTIVOS QUE LA HAN PERPETUADO, VENTAJAS
QUE SE LE .ATI\.li!UYEN Y MEDIOS QUE PODRlAN
ADOPTAl\SE PARA HACER PROSPERAR NUES-
TR.I'.S COLONIAS SIN LA ESCLAVITUD
DE LOS NEGROS.
D. ISIDORO DE ./.JNTILLON,
SU INDlPlDUO EXENTO, Y IIIIEJirBl/.0 D./l.
Y ARIOS CUERPOS LIT ERARIOS.
JÜ:IO.
Digitalizado Biblioteca
1 Nacional de Colombia
lt
:.l \'1
l.
/ vn. Una reunion prodigiosa de can•
sas físicas y morales concurri6 á dar orí-
gen á la esclavitud de los negros. Des-
de tiempos, cuya memoria no existe,
el África interior tenia la costumbre in-
fame de vender sus habitantes i y sobre
todo en la costa de Guinea estaba auto-
l'izada la esclavitud por várias causas.(*)
~omo los antiguos europeos jamas nave-
1
Digitalizado Biblioteca Nacional de Colombia
~4
del Africa.
xxr. / Los comerciantes de esclavos se
asocian en cara va11as, y van :í buscar-
los doscientas 6 trescicn tas leguas en lo
interior. Estos infelices en tan penoso
y largo viage vienen cargados con el
ngua y clernns subsistencils precisas. Su
.:onducclon no se hace de 1 mismo mo-
do. Veinte nwrcnder s solos conducen un
comiderable nólllcr·o de escluvos. Cinco ó
seis de estos conductores caminan de-
laute, llcvundo atados los esclavos con
un braman le .delgado, escepto las mu-
gercs que van sueltas. Como los cauli-
nos son tan c~trechos que apénas puede
pasar por llos un hombre , es difíd1
que huyan. Muchos no . hacen resisten~,.~ a.
y vienen á venderse alegremente ; en
premio de su estupidt'z no '':.lll atndoi,
y viven com9 camaraJi's entrt los co·
1
(*) D esde 6°. 44' sur hasta T2°· 44
Así su estension de N. á S. exactamen-
te e& de 2 40 legua& de zo al grado.
ISIDORO DB ANTILLON,
PRIIJ!ERA.
!iE"GUNDA,
(3)
(5)
Algun tiempo despues de c3crita esta di-
sertacion lleg6 á mis manos por fortu-
na una JJiemoria de Mr. Gregoire lei-
da en el instituto nacional de Francia,
con el título de Apología de Bartolomé
de Las-Casas.EI autor envi6 iumediata-
DH'nte un ejemplar á la academia de la
lúsloria de Madrid. Como individuo de
(6)
De toda la superficie que compren...
den los Estaclos-Unidos, solo los territo-
rios de Nc"JJ-Hanpshire y JV[assasuchet
han deiado de estar manchados desde el
.principio de su colonizo.cion con la bár-
bara esclavitud de los negros. Estos dos
distritos nunca h;m tenido leyes que la
autorizasen. El austero puritanismo que
reina en el Connccticud ~o podía tampo-
co conciliarse con ella; y así casi todos
los colonos dieron luego libertad á sus es-
clavos.
Hasta mas de mitad del siglo pasa-
do la Pcnsilvania ha tenido esclavos ne-
gros. En 1758 fué cuando la asamblea
general de los cuáqueros decretó un:ínima-
nlente escomulgar á todo miembro de aque-
lla sociedad religiosa que persistiese en
conservarlos. En r 780, á peticion prin-
cipalmente de los mismos, la asamblea
general de Ja provincia aboli6 para siem-
1• pre la esclavitud. En los estados al sur
de la bahía D elaware es donde ha habido
si mpre mas abundancia de negros y mé-
nos inclinacion á darles libertad. Sumer-
(7)
Sobre nosotros mismos ejerce su m-
flujo moral la esclavitud de los negros en
América.
Muchas de las opiniones tiránicas que
influyen en gr·an manera sobre las des-
gracias de la culta Europn, cree el sen ..
sible autor de los E studios de la natu-
rale::.a , que han nacido y se propr.gan
desde nuestras colouias llc AmériGt , foco
permanente de esclavitud, miéntras estén
regadas con el sudor de los negros. r· Des-
de allí , dice , Ge comunican á la Eu-
ropa por medio del comercio , al modo
que la peste viene de E gipto con sus pro-
ducciones; y como en nuestras cestas no
hay establecida cuarentena para las ,gen ..
tes de ultramar, infectadas por 1 na~
cimiento , por el hábito y el interes del
dogma de la esclavitud, y la depraya-
(ro)
¿ En que consiste (dice Brissot) , que
en nuestras capitales , donde la delicadeza
de los sentimientos iguala algunas veces á
la de las sensaciones codiciadas con mus
anbia, hay tan pocas personas que al sa-
borearse con el azúcar y el café se acuer-
den de los latigazos que nuestra golosina
cuesta á los negros , para rc¡)!'oducir los
cañas cuyo jugo se éonsume 1 y para cul-
tivar el arbolillo cuy as hojas puestas en
infusion dan una bebida, ya ca~i necr-
saria al lujo y al capricho? A la vcrdatl
los hombres instruidos y sensibles, que
nnnca son en gran número, parece difícil
que puedan dejar de contristarse con la
idea de los escesivos sudores, lágrimas y
crueldades , sin las cuales no se consigue11
nr¡uclbs producciones, y que todo e~ tos
¡nales dejen de presentarse á su imagina-
cien bjo mil formas. Sabido es que los
individuos de clases muy 1:espetables, aun
8
( 11)
Si el negro reducido á su actual con-
dícion , es mas falso , mas vi cioso y mas
corrompido que el blanco, cúlpe~e á la
esclavitud que le ha degradado . Sus crí-
menes y sus vicios deben imputarse á sus
tiranos. ~'Los esclavos todo lo pierden con
(I 5)
Aun en el estado de esclavitud y de.
gradacion en que los negros esclavos se
hallan hoy; cuando se les da alguna ins-
truccion, cuando no mirándolos absoluta-
mente como h(>stias de carga se ha tra-
tado de. inspirarles la virtud y los cono-
cimientos, desmienten con su moral y su
industria las calu11mias que sus tiranos pu-
blican contra ellos , y no se percibe di-
ferencia notable ~ntre la memoria de una.
(zB)
NóTA.
1 •
FIN.