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Mateo 1:3
Tamar. Es inusual que las mujeres sean nombradas en las genealogías. Mateo nombra a
cinco: "Tamar" fue una mujer cananita que se disfrazó de prostituta para seducir a Judá
(Gén_38:13-30). "Rahab" (v.Mat_1:5) fue una mujer gentil y prostituta (Jos_2:1). "Rut"
(v.Mat_1:5) fue una mujer moabita (Rut_1:3) adoradora de ídolos y "Betsabé" (la "mujer de
Urías", v.Mat_1:6) cometió adulterio con David (2Sa_11:1-27). Y "María" (v.Mat_1:16) llevó el
estigma de un embarazo fuera del matrimonio. Cada una de estas mujeres es una lección
sobre la manera en la que obra la gracia de Dios.
. Tamar… Rahab… Rut… la que fue mujer de Urías: Esta genealogía es notable por la
presencia inusual de cuatro mujeres. Era poco común que las mujeres se mencionaran en las
genealogías antiguas, y las cuatro mencionadas aquí son dignas de mención especial como
ejemplos de la gracia de Dios. Ellas muestran cómo Dios puede tomar personas improbables
y usarlas de gran manera.
· Tamar: Ella se vendió de prostituta a su suegro Judá para dar a luz
a Farez y Zara (Gén_38:1-30). Tamar daría a luz a un hijo que continuaría el linaje de Judá.
Ella perdió a su esposo, y a raíz de esto, sus familiares fueron llamados a levantar su
descendencia. Sin embargo, eran egoístas y malvados, y no hicieron su parte para continuar
este linaje. Así que, ella tomó el asunto en sus propias manos. Su método fue poco
convencional y arriesgado. Sin embargo, ella valoraba más la continuación del linaje de Judá
que a sus familiares. Debido a esto contribuyó al linaje del futuro Rey de Israel y se aseguró
de que Judá tuviera un hijo (Gn. 38).
· Rahab: Ella era una prostituta gentil, para quien Dios tomó medidas extraordinarias para
salvarla de juicio y de su vida de prostitución (Jos_2:1-24; Jos_6:22-23). Rahab no pertenecía
al pueblo de Israel. Su tierra estaba sitiada por los israelitas y sabía que su Dios estaba con
ellos. Entonces fue en contra del rey de Jericó, reconoció a Dios como Yahvéh, y se convirtió
en parte del linaje que dio a luz al verdadero Rey de Israel. Rahab fue injertada en el reino de
Dios por fe. Aunque no pertenecía, Dios le dio continuidad a la historia de su Hijo a través de
esta prostituta convertida en miembro fiel del reino de Dios (Jos. 2, 6; Heb. 11:31).
· Rut: Ella era de Moab, una gentil y hasta su conversión, fuera del pacto de Israel (Rut_1:1-
22). Rut tampoco era israelita de sangre. Ella era parte de una nación enemiga, pero se casó
con la nación israelita. Después de la muerte de su esposo, Rut toma al Dios de Israel como
su Dios, y junto con su suegra busca casarse nuevamente. Ella hace esto para que un
pariente redentor pueda darle protección y estatus a su familia una vez más. Rut encuentra a
este hombre en Booz, pero la verdadera redención no vino con las nupcias, sino cuando da a
luz a su hijo. Es este niño el que señala la promesa de un niño por venir: un verdadero
Redentor que vendrá del linaje de Rut (Rt. 4).
· La que fue mujer de Urías: Betsabé (quien se menciona implícitamente en Mat_1:6) era
una adultera, infame por su pecado con David (2Sa_11:1-27). “La manera peculiar de Mateo
de referirse a ella, ‘mujer de Urías’, puede ser un intento de enfocarse en el hecho de que
Urías no era israelita sino un hitita”. (Carson). Betsabé fue víctima de un rey codicioso. El rey
David la obligó a complacerlo, asesinó a su esposo y, como resultado de su pecado, su bebé
murió. El rey se aprovechó de Betsabé, avergonzándola y quitándole su pureza y su
protección. La tristeza de Betsabé por la pérdida de su primogénito es un trágico resultado del
pecado. Sin embargo, Dios redime sus circunstancias dándole otro hijo, quien continuará el
linaje de David que conduce al Rey Verdadero (2 S. 11–12).
ii. Estas cuatro mujeres tienen un lugar importante en la genealogía de Jesús para
demostrar que Jesús se identifica con los pecadores en su genealogía, así como lo hará en
su nacimiento, bautismo, vida y muerte en la cruz. “Jesús es el heredero de una línea en la
que fluye la sangre de la ramera Rahab, y de la rústica Rut; él está emparentado con los
caídos y los humildes, y mostrará su amor incluso a los más pobres y olvidados”.
(Spurgeon)
iii. Estas cuatro mujeres tienen un lugar importante en la genealogía de Jesús para mostrar
que hay un nuevo lugar para las mujeres bajo el nuevo pacto. Tanto en la cultura pagana
como en la judía de ese día, los hombres a menudo tenían poca consideración por las
mujeres. En aquella época, algunos hombres judíos oraban cada mañana, dando gracias a
Dios que no eran gentiles, esclavos o mujeres. Aun así, las mujeres eran consideradas más
altamente entre los judíos que entre los paganos.
iv. “Lo más sorprendente de esta genealogía son los nombres de las mujeres que aparecen
en ella”. (Barclay)