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EL CASO MILEI ¿CASTIGO POLÍTICO O GIRO HACIA UN POPULISMO DE
DERECHA? – IMPLICANCIAS PARA LA DEMOCRACIA
Resumen
Palabras claves: giro hacia la izquierda - populismo - partido antipolítica - casta - voto
castigo
Introducción
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redujeron la inferencia del Estado en numerosos aspectos. En la Argentina durante los
noventa las políticas neoliberales llevaron a un recorte del Estado, tanto sociales como
económicos debido al Consenso de Washington. Con la crisis del año 2001, este Estado que
no contenía los sectores sociales más golpeados por las políticas neoliberales y la recesión
económica, eclosionó, junto con el sistema de partidos políticos.
Es así que se vivió el llamado “retorno hacia el Estado”, con el recupero de las
capacidades estatales y el quiebre del Consenso de Washington.
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La emergencia de estas derecha radicales, semejantes a la derecha de Trump en
Estados Unidos, en razón de su personalismo, y de que el populismo puede articular
demandas en una cadena de equivalencias logrando crear identidades políticas diversas y
cuyo componente principal es un discurso anti élite, basado en una confrontación entre el
pueblo bueno y las élites corruptas, es que se ha clasificado este fenómeno como populismo
de derecha. Schedler expresa que esta similitud es solo superficial, más concretamente es
parcial, en realidad estos partidos son antipolítica.
El momento populista tiene lugar cuando se forma una cadena de equivalencias entre
distintas demandas sociales que son articuladas en torno a un significante vacío, y donde una
de esas identidades puede representar de manera precaria el nombre de una plenitud
comunitaria que está ausente por definición (Laclau, 2005). Las relaciones equivalenciales no
irían más allá de sentimiento de solidaridad sino tomaran cuerpo en una identidad colectiva.
Estas demandas o reclamos que no son satisfechos y se solidarizan entre sí, se unen en una
cadena equivalencial perdiendo cada demanda algo de su particularidad al solidarizarse con el
resto, así la cadena se vuelve la causa de la unión.
Este carácter aglutinante del significante vacío, no es otra cosa que una construcción
hegemónica que asume la representación de la totalidad. Es algo particular que abarca el
conjunto, y es contrario a la lógica institucionalista, es unidad pero sin abandonar lo
diferente, a su vez permite generar lazos afectivos para cambiar el orden vigente.
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El populismo presenta un significante flotante, no es fijo, porque ninguna demanda
tiene como destino manifiesto una forma a priori de inscripción, todo depende de la lucha
hegemónica. Es más, cualquier parte de nuestra cadena se puede ir con la cadena contraria.
Cada demanda se puede identificar con diferente cadena, el significante vacío flota y se
amplía.
Es decir que ninguna sociedad está tan consolidada que no tenga cambios en la
cadena, los significantes reciben la presión estructural de proyectos hegemónicos y cadenas
diversas, es decir que son dinámicos. Las demandas pueden disolverse, porque ninguna es
pura, siempre está en tensión ya que toda articulación populista quiere que algo cambie, es
una ruptura con el orden vigente dentro de lo político.
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formal, así como capta a quienes tienen una profunda desconfianza en la política y sufren o
mínimamente están hartos de la crisis económica.
Ahora bien, lo cierto es que Milei no representa un populismo de derecha, más bien se
enrola en la radicalización de una ideología antipolítica.
La cuestión radica en que este tipo de partido tiene como principal elemento algo más
allá de un descontento con las prácticas políticas actuales, sino que denotan un rechazo de
la política en sí. Su finalidad es que el lugar de la política sea sustituido por otras esferas, en
el caso de Milei por el libre mercado, está partido sería la antipolítica liberal en palabras de
Schedler.
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Por otro lado, el significante flotante y heterogéneo del populismo es antiesencialista,
en el populismo hay un encadenamiento equivalencial no una unidad homogénea a priori o
sustancial que articule un pueblo idéntico a sí mismo, así como tampoco es una masa
desestructurada de individuos aislados.
La teoría de Laclau del populismo hace suponer en un primer momento que existen un
“populismo de izquierda” y un “populismo de derecha”, así como que toda política es
“populista” porque presupone la construcción de un Pueblo en frontera con las instituciones,
la ‘élite corrupta’, y como éste contenido político es indeterminado, parecería que ese
significante vacío puede ser llenado con una ideología de derecha, este carácter lábil y
ambivalente, hace que parezca existir populismos tanto de izquierda como de derecha, pero
ello no es así porque ese significante no puede ser esencialista ni reducir la política a la
administración (Laclau, 2005: 279). Es así que siguiendo a Schedler, en cuanto separa el
rótulo populista del de "antiestablishment político" y a las características que establece
Laclau respecto a los rasgos antiesencialistas específicos que él atribuye a la auténtica
revolución populista, es que el término partido antiestablishment político es el correcto para
rotular a Milei, y no el populismo de derecha.
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con la ex ministra de seguridad Patricia Bullrich. Si bien ambos espacios políticos no son
exactamente iguales, Bullrich no se enarbola en una postura antipolítica, pero si en la línea de
derecha a izquierda son los candidatos alineados hacia la derecha más dura.
Nunca antes la derecha más extrema había obtenido la mayor cantidad de votos en la
Argentina, entre el libertario y JxC sumaron casi el 60% de los votos. Claramente hubo una
transformación del escenario político latinoamericano desde el retroceso del “giro hacia la
izquierda”, surgido a principios de este siglo, frente al surgimiento de Outsiders y
neocaudillos de extrema derecha, y la Argentina no fue la excepción.
Actualmente según el Indec los ingresos del 40% de los hogares no tienen capacidad
de satisfacer -por medio de la compra de bienes y servicios- un conjunto de necesidades
alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. Por ello no parecería que el
electorado esté votando conforme a sus intereses, máxime cuando el electorado de Milei es la
juventud, estudiantes, trabajadores precarizados y de plataformas, y el mismo promete
quitarles derechos sociales que hoy se consideran básicos.
El problema es más bien económico que de ideología política, este giro a la derecha
constituye un proceso generado por el castigo a los oficialismos de izquierda.
Pero más allá de la mencionada expectativa teórica lo cierto es que el caso empírico
demuestra lo contrario, ello en razón de la adhesión electoral que tuvo la derecha argentina en
las últimas PASO donde la fuerza de Milei fue la ganadora.
Si bien en las elecciones generales del pasado octubre la fuerza peronista de Unión
por la Patria obtuvo la mayoría de los votos, con el 36.67% de adhesión electoral, y entre
otras fuerzas de izquierda y peronistas suman otro 9% con 2.494.247 de votos (FIT y
Hacemos por Nuestro País), lo cierto es que esta adhesión a la derecha y a la antipolítica no
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ha cambiado. Aún se evidencia una mayoría de votos hacia candidatos de derecha, La
Libertad Avanza y JxC representan casi un 54% del padrón electoral, es decir que suman
14.151.488 votos sobre 9.645.983 del candidato de UP.
"Estamos ante el fin del modelo de la casta, basado en esa atrocidad de que donde
hay una necesidad nace un derecho, pero se olvidan de que alguien lo tiene que pagar. Cuya
máxima aberración es la justicia social, pero se olvidan de que es injusto que la paguen solo
algunos" (Dichos de Milei en los festejos del 13 de agosto de 2023)
Como bien señalan Luna y Kaltwasser (2021) más que un giro ideológico aquí
estamos en presencia de un voto castigo contra los oficialismos desgastados por su acción de
gobierno, que presenta ciertos problemas para consolidarse en un ciclo político, con una plan
ideológicamente establecido. Véase que el gobierno de Macri en la Argentina representó una
leve alternancia de derecha por un mandato, y que las propuestas electorales de los actuales
candidatos presidenciales de derecha son algo difusas, la ex ministra de seguridad Bullrich ha
hecho hincapié únicamente en el tópico seguridad y Milei por otro lado, si bien propone un
programa de gobierno abiertamente neoliberal, dichos postulados parecen irracionales por la
magnitud extremista de los mismos.
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En la Argentina, Milei principalmente ha avanzado en un contexto de desgaste del
oficialmente en razón del estancamiento económico principalmente, y con cierto impulso de
casos de corrupción, haciendo fuerte su propuesta antipolítica en cuanto la casta es corrupta e
inoperante, sin estructura política alguna, y el poder que lo sostiene es el crecimiento del voto
protesta de jóvenes.
¿El ciclo de alternancia hacia la derecha bien puede ser un problema para la
democracia y un retroceso en materia de derechos?
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adversarios, pero aun así, estos partidos antipolítica se despliegan en condiciones
democráticas.
Como bien señala Schdler estos partidos aceptan las reglas básicas del juego
constitucional, son antipolítica pero no antisistema, su contienda es dentro de este. El actual
posicionamiento de Milei, si bien centra sus ataques, no en igual proporción, a todos los
partidos gobierno y oposición, está jugando las reglas del juego democrático y constitucional,
ello tanto como candidato a presidente y como ya miembro de la “casta política” en el Poder
Legislativo, asimismo ha moderado la forma de realizar sus discursos.
Pero lo cierto es que los partidos antipolítica son imprevisibles, pueden tomar
diversas trayectorias, muchas veces utilizan un disfraz democrático, otras veces pueden no
radicalizarse y asimilarse al sistema, o bien desaparecer si son derrotados en la carrera
presidencial.
Más allá del discurso antipolítico, toda vez que La Libertad Avanza actualmente está
jugando el juego de la democracia, no parecería que se alce contra ella de forma directa en
caso de ganar la presidencia.
Es decir que la mayoría de las sendas que pueden emprender, tal vez no con intención
directa, pero si como consecuencias de políticas poco meditadas, representan consecuencias
políticas llevando a la inestabilidad democrática, máxime teniendo en cuenta que son
principales atacantes de los sistemas de partidos consolidados en la arena política.
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En materia de derechos son claramente reaccionarios, al buscar retroceder en los
avances en política de inclusión. Los partidos de izquierda en toda la región han realizado
importantes políticas progresistas en materia de política social, y derechos inclusivos, muchos
de ellos en materia de género y diversidad sexual, frente a los cuales se enervó una reacción
conservadora.
Si bien Milei no adscribe al catolicismo toda vez que considera que en la Santa Sede
prima un espíritu totalitario y una ideología comunista del actual papa Francisco, si se
inscribe en posturas conservadoras y reaccionarias frente a la conquista de derechos tanto
sociales, particularmente de género y diversidad, y precisamente el activismo neoconservador
encuentra en este contexto una oportunidad para su despliegue (Caminotti 2021).
Conclusión
Luego del giro a la izquierda en América Latina, frente al descontento generado por el
desgaste de los gobiernos oficialistas en razón de los fracasos económicos, la imposibilidad
de continuar creciendo económicamente, y por otro lado el resentimiento que se fue gestando
en los grupos conservadores frente a la ampliación de derechos sociales y avance de políticas
en materia de género e identidad, en la región se ha vivido una suerte de giro a la derecha y
Argentina no fue la excepción.
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Este giro a la derecha en el que hoy encontramos al candidato que representa la
extrema derecha en nuestro país, Javier Milei, en amplia literatura política se lo ha
denominado como populista de derecha, rótulo que se lo coloca a muchos fenómenos que no
son fácilmente calificables, toda vez que el populismo al referirse a una cadena de
equivalencias, que puede llenar un significante vacío parecería estar abierto a contener
elementos antipolíticos, pero La Libertad Avanza no enrola en un populismo de derecha, toda
vez que el adversario es la política como tal, y de una modo sustancial, para ser sustituida por
otra esfera como lo es la libre economía del mercado, por ello el partido que hoy está en auge
en Argentino, en términos de Schdleder se ubica en el aspecto de un antiestablishment
político y no es un populismo de derecha.
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Bibliografía
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Paramio, L. (2006), “Giro a la izquierda y regreso del populismo”, en Nueva
http://nuso.org/articulo/giro-a-la-izquierda-y-regreso-del-populismo/
Referencias
https://www.pagina12.com.ar/578531-que-se-vayan-todos-la-bandera-ganadora-de-milei
https://elpais.com/argentina/2023-10-23/resultados-de-las-elecciones-en-argentina-en-vivo.ht
ml
https://www.pagina12.com.ar/607638-raul-zaffaroni-el-ascenso-de-javier-milei-la-democraci
a-en-r
https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20231024-c%C3%B3mo-las-ideas-de-milei-c
alaron-en-la-argentina-del-movimiento-feminista-verde
https://cnnespanol.cnn.com/2023/08/21/izquierda-o-derecha-asi-esta-el-mapa-politico-actual-
de-america-latina/
https://lavanguardiadigital.com.ar/index.php/2023/08/20/por-que-milei-entrevista-con-sergio-
morresi-y-martin-vicente/
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