Lo preparamos directamente en un frasco vaporizador de
vidrio, preferiblemente oscuro (ámbar, índigo o verde), bien limpio. Para asegurarnos, lo hervimos y lo dejamos secar completamente.
Después, añadimos un cuarto de alcohol de grano (puedes
usar vodka, por ejemplo), después, añades cada una de las esencias florales indicadas anteriormente, la dosis es de 4 gotas por cada 30 ml (no olvides que la dosis del remedio rescate, RQ-5, es siempre el doble: 8 gotas).
A continuación añade los aceites esenciales de tu preferencia
(lavanda, limón, romero, naranja, jengibre, sándalo… hay cientos de aceites con distintos aromas y propiedades). Elige la combinación que te resulte más agradable, y tendrás tu propia formula para perfumar el lugar que habitas.
Por último, rellena el 75% restante del frasco con agua
purificada, solarizada o filtrada. Es preferible que no esté fluorada (que no sea la que sale directamente del grifo).
Cierra bien el frasco y dale al menos 30 golpecitos en la base
para que se mezclen bien los ingredientes y para potenciar la loción. Ya está lista para usar.
Luego, cada vez que vayas a vaporizar, da tres golpecitos en la
base del frasco para que los aceites esenciales se repartan uniformemente en la loción.