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¿Cómo se inicia la historia del Perú?

Los primeros pobladores llegaron al Perú hace 20.000 años.


Trajeron instrumentos de piedra y sólo sabían cazar y recolectar
frutas. Algunos de ellos se asentaron en Paccaicasa (Ayacucho).
Los restos del peruano más antiguo (7.000 años) lo describen de
cara ancha, cabeza alargada y de una estatura de 1,60 m.

¿Qué pasó en el año 1492 en el Perú?


La llegada de Cristóbal Colón al continente abrió la puerta al
mundo y permitió que años más tarde los conquistadores
llegaran al Perú, uno que encontraron sumido en una guerra civil
que finalmente concluyó en su caída.

¿Cuándo fue el descubrimiento del Perú?


En 1532, cuando Francisco Pizarro desembarcó en Perú para
conquistarlo en nombre de Dios y de la Corona española, la
región ya había visto el auge y caída de varias civilizaciones. Aun
así, la conquista cambió todo: economía, sistemas políticos,
religión y lengua.

¿Qué país descubrió Perú?

Francisco Pizarro González (Trujillo, 12 de mayo de 1478?-Lima,


30 de junio de 1541) fue un conquistador español que lideró
durante la primera mitad del siglo XVI la expedición que iniciaría
la conquista del Perú.
¿Qué fue lo primero que descubrieron los españoles en Perú?
El descubrimiento del Mar del Sur

Fue también el primero en recibir noticias de un fabuloso imperio


situado más al sur, por el lado donde se abría un inmenso mar.

¿Cómo se llamaba antes el Perú?

Cuando los españoles preguntaron cómo se llamaba esta tierra,


se les dijo que era la tierra de "Birú". Y por extensión, Pizarro
continuó llamando a todas las tierras al sur del Istmo de Panamá
"Birú" y luego "Perú".

¿Quién le dio la libertad a Perú?


Un día como hoy, pero hace 200 años, el General José de San
Martín, en una ceremonia pública, proclamaba la independencia
del Perú.

Los españoles, que se habían establecido en el continente cerca del


Panamá, oyeron a los indígenas hablar de un país, por la parte del
Sur, donde el oro eran tan abundante que se utilizaba para la vajilla.
Tres aventureros se asociaron para ir en busca de aquel país.

Pizarro, que en España había empezado siendo porquero, había


hecho ya expediciones en América y tenía experiencia, pero no dinero.
Almagro había reunido una banda de aventureros. Luque, sacerdote
de la iglesia de Panamá, aportaba dinero y la protección del
gobernador. Debía percibir en cambio un tercio de las tierras, de los
tesoros y de los esclavos.
Pizarro y Almagro partieron con 160 hombres en dos barcos (1526) y
bordearon la costa del Pacífico. Tuvieron noticia de que en las
montañas había ciudades y tesoros, pero los guerreros indígenas les
interceptaban el camino. Pizarro fué a España (1528) e hizo que el rey
le diera el privilegio de descubrir el país que se denominaba Perú, del
cual había de ser gobernador. Alistó 250 hombres y volvió a Panamá.

Pizarro y Almagro partieron en tres barcos (1532), desembarcaron en


la costa y dejaron allí 50 hombres en una fortaleza. Internáronse con
120 infantes y 67 jinetes.

Cruzando la cordillera de los Andes, se llega a una meseta muy alta


(de 3.000 a 4.000 metros), cuyo clima es suave y sano. Allí había
fundado un poderoso reino indígena la familia de los Incas. Sus
súbditos les obedecían considerándolos descendientes del dios Sol.
Cultivaban el maíz y las patatas (es el país de origen de esta planta) y
daban a los Incas y al dios Sol los dos tercios de sus cosechas. Los
grandes rebaños de llamas que pacían en las montañas eran
asimismo de los Incas. Sus servidores esquilaban la lana y la
distribuían entre los habitantes para tejer telas. Al Inca iba a parar
también el oro y la plata recogidos en el país, y aplicaba estos metales
al adorno de los palacios y de los templos. En la capital, Cuzco, el
templo del Sol tenía las paredes cubiertas con planchas de oro, y los
cadáveres embalsamados de los Incas estaban sentados en tronos de
oro.

La conquista y pacificación del Perú fue un largo proceso que se


desarrolló desde el primer contacto por parte de Francisco Pizarro y
sus huestes con el inca Atahualpa en 1532 hasta la definitiva
organización institucional que muchos historiadores atribuyen al quinto
virrey peruano, don Francisco de Toledo (1569-1581).

Francisco Pizarro González, Marqués (Trujillo, España,


1478-Lima, 1541) Conquistador español. Hijo natural del
capitán Gonzalo Pizarro, desde muy joven participó en las
guerras locales entre señoríos y acompañó a su padre en las
guerras de Italia.
En 1502, embarcó en la flota que llevaba a las Indias a
Nicolás de Ovando, el nuevo gobernador de La Española.
Hombre inquieto y de fuerte carácter, no logró adaptarse a la
vida sedentaria del colonizador, razón por la que decidió
participar en la expedición de Alonso de Ojeda que exploró
América Central (1510) y luego en la de Vasco Núñez de
Balboa que descubrió el océano Pacífico (1513).

Entre 1519 y 1523, sin embargo, se instaló en la ciudad de


Panamá, de la cual fue regidor, encomendero y alcalde, lo
que le permitió enriquecerse. Conocedor de los rumores que
hablaban de la existencia de grandes riquezas en el Imperio
Inca, decidió unir la fortuna que había amasado con la de
Diego de Almagro para financiar dos expediciones de
conquista (1524-1525 y 1526-1528), que se saldaron con
sendos fracasos.

A causa de las penalidades sufridas en el segundo intento,


Pizarro se retiró a la isla del Gallo con doce hombres,
mientras Almagro iba a Panamá en busca de refuerzos. Los
«trece de la fama» aprovecharon para explorar parte de la
costa oeste de América del Sur, región que denominaron
Perú, tal vez por la proximidad del rio Virú, y tuvieron
constancia de la existencia de una gran civilización. No
obstante, ante la negativa del gobernador de Panamá a
conceder más hombres a Almagro, en 1529 Pizarro viajó a
España a fin de exponer sus planes al rey Carlos I, quien, en
las capitulaciones de Toledo (26 de julio de 1529), lo nombró
gobernador, capitán general y adelantado de las nuevas
tierras, designación real esta que provocó el recelo y la
frustración de Almagro.

De regreso en Panamá (1530), Pizarro preparó una nueva


expedición de conquista, y en enero de 1531 embarcó con un
contingente de 180 hombres y 37 caballos hacia Perú.
Informado de la guerra que enfrentaba al emperador inca
Atahualpa con su hermanastro Huáscar, el 16 de noviembre
de 1532 el conquistador español se entrevistó en la ciudad de
Cajamarca con Atahualpa y, tras exhortarle sin éxito a que
abrazase el cristianismo y se sometiera a la autoridad de
Carlos I, lo capturó en un sangriento ataque por sorpresa.

El inca acordó con los extranjeros llenar de oro, plata y


piedras preciosas una habitación a cambio de su libertad,
pero de nada le sirvió cumplir su parte del pacto, pues
Pizarro, reforzado por la llegada de Almagro al frente de un
centenar de arcabuceros, acusó a Atahualpa de haber
ordenado el asesinato de Huáscar desde la prisión y de
preparar una revuelta contra los españoles y ordenó su
ejecución, que se cumplió el 29 de agosto de 1533. A
continuación se alió con la nobleza inca, lo cual le permitió
completar sin apenas resistencia la conquista de Perú,
empezando por Cuzco, la capital del Imperio (noviembre de
1533), y nombrar emperador a Manco Cápac II, hermano de
Huáscar.

Poco después, Pizarro y Almagro se enemistaron por la


posesión de Cuzco, y si bien primero unieron sus fuerzas
para sofocar la rebelión indígena dirigida por Manco Cápac
contra el dominio español (1536), acabaron por enfrentarse
abiertamente en la batalla de las Salinas, en abril de 1538.
Derrotado y prisionero, Almagro fue procesado, condenado a
muerte y ejecutado por Hernando Pizarro, hermano del
conquistador (8 de julio de 1538).

La venganza de los partidarios de Almagro, liderados por su


hijo, se produjo el 26 de junio de 1541, fecha en que Pizarro
murió asesinado en su palacio de Lima, ciudad que él mismo
había fundado a orillas del río Rímac seis años antes.

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