Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
junio de 1819.Su padre, José María Manso, nacido en Málaga, arribó al Plata
en 1799. Ingeniero civil y agrimensor, ejerció su profesión en ambas márgenes
del Plata. De convicciones liberales, adhirió a la Revolución de Mayo. Unitario y
colaborador en el gobierno de Rivadavia, interesado por la educación, impulsó
la creación de la Sociedad de Beneficencia Educativa, que fundó las escuelas
de las Catalinas y de Monserrat, en esta última, estudiará luego Juana
Paula.Hay pocas referencias de su madre, Teodora Cuenca, algunas biógrafas
afirman que era porteña de linaje hispano. Su hermano D. Luciano Cuenca, fue
servidor en la Cuarta Compañía del Segundo Batallón del Cuerpo de Infantería
Voluntarios Patricios que recibió del Virrey Liniers el grado de Sub-teniente, por
su destacada participación en las Invasiones Inglesas.Juana se destaca desde
pequeña por su inteligencia y curiosidad, escribe en una carta a Sarmiento en
1868: “Aprendí a leer por mi misma preguntando una letra y otra, combinando
los sonidos y empecé a leer a los seis años de edad.» (…) «Muy pequeña
ejerciteme en ese arte, mi única y sola diversión de la infancia, puesto que las
demás me aburrían (…) La lectura es un arte precioso…”
Creció entre la cruenta sucesión de guerras civiles de los años veinte, las
polémicas ruidosas alrededor de la política rivadaviana, asesinatos políticos —
el más insigne, el de Manuel Dorrego—, revoluciones, contrarrevoluciones y la
paulatina emergencia del poder rosista. (…)
Se adivina a una niña solitaria, testigo perplejo, también, de las riñas entre su
madre y su padre, quienes, según testimonios orales, vivían separados,
aunque resguardaban las apariencias, como solía hacerse en esos años,
detrás de los viajes permanentes de don José María. Este, durante años, fue y
vino entre Buenos Aires y Montevideo, en su trabajo como topógrafo o profesor
de matemáticas. La niña, suponemos, porque sólo recuerda su infancia a
través de la figura de su padre, esperaba con ansia esos regresos. Doña
Teodora, su madre, en cambio, es un personaje oscuro, al que nunca
menciona.
Benemérita Compatriota:
Vuestros nobles esfuerzos por la ilustración de las hijas del Plata, grabando en
mi pecho un recuerdo eterno del buen desempeño del destino de Presidenta de
la Sociedad de Beneficencia que tan dignamente llenasteis, me han inspirado
el deseo de daros un testimonio público de admiración y aprecio dedicándoos
la traducción de la presente obrita.
Ella encierra los hechos de una Griega tan ilustre como heróica.
V. M. B. JUANA MANSO
Hice mis primeras armas en la literatura con dos traducciones del francés, una
á los 13 y otra á los 14 años. Mi padre las hizo imprimir á su costa—eran sus
títulos: 1° El Egoismo y la Amistad, 1833—2º Mavrogenia ó la Heroina de la
Grecia, 1834. Esta novelita dedicada á la Sociedad de Beneficencia, llevaba al
frente una carta original mia en felicitacion del Colegio de Castas, establecido
en San Miguel. Ya vé V. que debutaba por la Educacion y me declaraba anti-
esclavista y negrófila.
Escribe Zucotti:
Juana Manso es de algún modo la única escritora que podría ser imaginada en
el interior de esta generación, porque comparte con ella preocupaciones,
lecturas, modelos estéticos, tesis políticas, prácticas de escritura. Es esta
pertenencia, sin embargo, la que resultará intensamente sospechosa para
todos sus contemporáneos.
Esta bandera la inició la joven Juana Manso e invitó por una circular a las
damas argentinas a contribuir con sus talentos y sus dineros. Así lo han hecho,
y en poco tiempo fue concluida una rica bandera bien bordada en oro, con el
sol, nuestro padre. Recibió esta pobre joven, después de mil murmuraciones y
habladurías, un anónimo amargo, y pasó aviso a los contribuyentes para que
se reunieran en su casa para decidir cómo y a quién debía presentarse.
Y nuevamente Zucotti:
Siempre recuerdo que era una apasionada hasta el frenesí de las poesías de
Esteban Echeverría, a quien Alejandro Dumas llamó -Lamartine americano-,
ese mozo cuyas rimas dulces y sonoras penetraban como una música
melodiosa hasta el fondo de mi corazón, yo lo imaginaba pálido y hermoso,
medio hombre y medio arcángel; sobre todo segura de encontrar en él ojos
grandes y azules, de mirar profundo y sereno. Ay Desgraciada! Un día me
presentaron a Echeverría. Era moreno, picado de viruelas, feo y tenía ojos
pequeños y bizcos. Y con un grito involuntario exclame: Pues este!… es
Echeverría! Este-, según la intención de mi voz, era lo mismo que decir- Este
monstruo! Fue un dolor mortal el que sentí viendo mi ideal despedazado. En
cuanto el pobre mozo se detuvo en mi casa, me guardé mucho de mirarlo por
segunda vez. Después cuando hubo desaparecido y en la soledad de mi
pensamiento evocaba la imagen del poeta de mis sueños, siempre se
interponía el espectro bizco de tenebrosa viruela. Nunca más leí las Rimas de
Echeverría.
De perfumes y ventura
Y de amistad y de amores
Es ruina, es prostitución.
En 1841 crea el Ateneo de Señoritas, escuela para niñas, que instala en dos
habitaciones de su casa, situada en la calle San Pedro 246.
Cada tres meses habrá una especie de premios privados, y cada año en el 18
de Julio (Fecha patriótica uruguaya), un examen público. Las niñas no tienen
que llevar ni papel ni plumas, pues todo lo da la casa. El precio de las niñas
que estén en estado de empezar el método enciclopédico, será de cuatro
patacones y el de las que entren a primeras letras será de dos, advirtiendo que
la lectura y escritura se empezarán por estas a un tiempo, como igualmente la
tabla, la doctrina y la costura. La entrada en verano será por la mañana a las 8
para salir a las 11 y media y a tarde a las tres para salir a las seis. En invierno:
por la malsana a las 9 para salir a las 12. En la tarde a las dos para salir a las
cinco.
Habrá reglamento para el interior de la escuela cuyo examen harán las madres
de familia que se dignen fiarme la educación de sus hijas, por él valorarán el
orden que reinará en la escuela y el verdadero interés que tomo por la
educación de las niñas. La falta de local me priva por ahora recibir pupilas y me
limito a externas y medias pupilas. Si logro mi objeto que es la confianza de las
madres creo que el establecimiento se mejorará y tomará la forma de un
colegio. A mi cargo estará una clase de gramática castellana y otra del idioma
francés. También se enseñará inglés, piano, canto, y dibujo. Estas clases se
pagarán aparte, pero sus precios serán muy módicos. Los límites de un
prospecto nunca serán suficientes a desarrollar perfectamente un plan tan
vasto de educación como el que me propongo y sólo dará una breve idea de él.
Pero como ya lo he dicho, las personas que quieran distinguirme con su
confianza pueden por ellas mismas examinar lo que hay escrito del método y
algunas otras frioleras de las que se enseñarán. Por mi señora madre — Juana
Paula Manso.
Y me embriaga tu grandeza.
Y yo á tí cantarte Italia!
A tí que de grandes hombres
El morirá en el desierto
y no es ofensa quererte.
Retoma las clases particulares de idiomas. Estudia, traduce del francés obras
teatrales , escribe poemas.
Sólo, excéntrico y retirado algunos años en la Corte del imperio Brasileño, este
joven ha trillado, a ejemplo de Paganini, su camino artístico sin guía o escuela,
guiado por la fuerza de su sola inspiración y de su genio musical… Un año
hace solamente que el señor Norhonha se ha lanzado en la arena donde ya
fueron coronados los otros violinistas sus colegas y cada paso que ha dado se
señala por un triunfo y por la tácita y general admiración que causan su
originalidad y el atrevimiento de su ejecución y composiciones musicales.
A principio de 1846, con muchas ilusiones, emprenden una gira artística por
Estados Unidos. Llevan cartas de recomendación y confían en el éxito.
Para paliar la miseria se dirigen al Balneario de Cap May, allí durante cinco
semanas el músico debió tocar para los turistas. Juana disfruta la estadía, su
espíritu libre y curioso le permite conocer más a fondo la idiosincrasia del país y
sus mujeres, con las que comparte actividades y juegos.
Noronha viaja a Wahington para probar suerte, Juana queda sola durante un
mes en medio de la pobreza, diariamente se envían cartas.
…La Isla de Cuba sujeta al dominio español, gobernada por el más absoluto y
adusto despotismo militar, abriga empero gérmenes generosos en el seno de
su sociedad y existen teorías de su civilización que allí son verdades recibidas
y de uso establecido. Con tales antecedentes nuestros lectores no deben
admirarse que personas de posición, señoras de la alta aristocracia de aquellos
lugares sean las primeras en cooperar y ayudar a un artista con sus talentos,
presentándose en el teatro público a cantar. Y esa protección es dispensada
con tanta gracia y amabilidad que no es posible olvidar el obsequio. – Escribe
en sus Recuerdos de Cuba, que luego publicará en Prensa de Rio Grande en
1849 y en La Ilustración Argentina en 1853.
Deciden retornar a Brasil, regresan a Estados Unidos para partir desde allí, a
fines de 1848 en una fragata americana hacia Río de Janeiro. En su relato Al
cruzar la equinoccial lo menciona y en Las Consolaciones refiere la presencia
de sus dos hijas en un hotel de Estados Unidos.
Juana deja su lugar de tibia partenaire. Escribe libretos para las obras
dramático musicales de Noronha, hoy considerado el precursor del teatro
musical portugués en ambos lados del Atlántico.
En 1852 estrena A Saloia, obra hasta ahora perdida pero con numerosa
documentación sobre sus presentaciones.
Escribe Zucotti:
Ay! tambien una noche despues de tres años de ausencia, anclaba una fragata
que venía de lejanas riberas, en el puerto de Janeiro; también yo me preparaba
á volver [a] abrazar á los mios y desde la borda de la embarcacion al mirar las
luces de la tierra, mis ojos querian adivinar cual alumbraria la pobre morada de
mi familia… y cuando pisé tierra uno de mis viejos ya habia partido! sus huesos
y su cruz duermen sobre la tierra extrangera!
A fines de 1853 llegan a Buenos Aires desde Montevideo. El país está agitado,
en plena organización y controversia de facciones. Buenos Aires y las
provincias no logran los acuerdos necesarios para unificar a la sociedad.
Después de 20 años de exilio su experiencia en el campo de las letras, la
educación y el periodismo, la animan a poder contribuir a su pais. Los ahorros
son escasos, quiere ejercer la docencia:
Antes de haber visto alguna cosa, cuando mi razón era apenas la de una niña
de diez y ocho años, creo que aun existen recuerdos agradables del
establecimiento que formé en Montevideo el año de 1841. Después, estudios
más extensos, razón más madura y el viajar, creo que me dan el derecho de
ofrecer lo poco que sé sin que esta oferta pueda tacharse de presuntuosa o de
inmodestia; las personas que me conozcan de cerca no podrán juzgarlo así,
porque es defecto de que no padezco. Mi oferta es hija del deseo que siempre
me anima el de ser útil a los otros. -Álbum de Señoritas. 1854-
La Sociedad de Beneficencia no la acepta, una mujer sin marido con dos hijas,
pobre y sin una familia que la respalde no es de fiar para educar a las niñas.
Por qué? si, por qué ese largo martirio que empieza y acaba con la vida de la
mujer?
Por qué se condena su inteligencia a la noche densa y perpetua de la
ignorancia?
Por qué se ahoga en su corazón desde los mas tiernos años, la conciencia de
su individualismo, de su dignidad como ser, que piensa, y siente? repitiéndole:
no te
perteneces a ti misma, eres cosa y no mujer?
Por qué reducirla al estado de la hembra cuya, única misión es perpetuar la
raza?….
Por qué cerrarles, las veredas de la ciencia, de las artes, de la industria, y así
hasta la
del trabajo, no dejándole otro pan que el de la miseria, o el otro mil veces
horrible de la infamia?
Con todo, haré el sacrificio un mes más, y si en este tiempo no se reuniese una
suscripción suficiente a cubrir los gastos de la publicación, no tendré otro
remedio que despedirme de mis lectoras, agradeciéndoles su protección y
deseando que otra más feliz que yo sea mejor sucedida.
Concluyen con este número mis tareas, y con el derecho del amor maternal,
labro aquí el epitafio de este mi querido hijo, cuya muerte prematura es para su
madre una decepción de más en la vida, una gota más de acíbar en el cáliz,
una espina de más en el alma!
Vivió y murió desconocido como su madre lo fue siempre en la región del Plata;
no bastaron ni cuidados ni sacrificios a robustecerle una vida minada por la
consunción desde que nació en el desamparo y en el páramo de la indiferencia:
ahí quedas hijo mío, página de mi alma, que encierras más de un misterio de
dolor: en tu fosa solitaria, ¿quién depondrá una flor? ¡Nadie! Adiós pues,
lectoras, perdonad si acostumbrada a escribir en otro idioma, no usé un
lenguaje puro y castizo; si mi corta inteligencia nada creó que os fuere útil, y si
mi estilo no tiene la fluidez y la frescura de otros. No fue la voluntad la que me
faltó, pero cada uno es lo que es y no lo que deberia ser. LA REDACTORA.
Alzar el bordón del peregrino, e ir a buscar una Patria en alguna parte del
mundo, donde la inteligencia de la mujer no sea un delito. Donde su
pensamiento no se considere un crimen; y donde la carrera literaria no sea
clasificada de pretensiones ridículas.
En 1855 llega a Rio, amante del teatro y conocedora del ambiente como
autora, encuentra en la actuación el medio más rentable para poder sostener a
la familia.
Una vez en Río de Janeiro, hace doce años delante de un maestro del
conservatorio de París, aquél buen señor se puso a arremedarme (sic)
probándome que todas mis inflexiones eran como él decía: estrambóticas! No
hubo más; sujéteme a nuevo aprendizaje y a pesar de que mi maestro solía
«rudoyer» un poco, acabó por quedar vencido por mi extrema docilidad y
habilidad con que progresaba. – le escribe a Sarmiento en 1868.
Integra la compañía del Teatro Ginásio Dramático creado por María Velluti que
renueva el teatro con piezas del realismo francés.
Pues creerá Vd. que mi pobre hija pasó por una «niña desenvuelta»? Nacida
en Norte América, detesta las gazmoñerías, pero tiene el espíritu yankee y si
me hubieran dejado quieta por allá como yo lo deseé, acaso esta hija sería hoy
algo de muy distinguido, porque es artista en el alma y en la organización. Si
aquí hubiese de poner su talento al servicio de la escasez de su fortuna, ay!
qué disgustos no le esperarían! Para contenerla, en los inviernos, hacemos
comedias de sociedad; el Sr. Higginson su recomendado (hoy rector del colegio
del Uruguay) asistió a la última función y me dijo que era la primera hora
agradable que pasaba, desde que había dejado su país y sus afecciones;
calcule Ud. qué satisfacción experimenté con tal confesión! ¡Qué buenos ratos
pasaríamos por aquí si fuesen posibles estas diversiones inocentes!
¿Qué pensará el mundo de este libro escrito por una actriz? ¿Por una cómica?
Tristes anomalías que se encuentran en los acontecimientos imprevistos de
este mundo por donde caminamos a tientas. Felizmente la excomunión fue
levantada –y las vestes teatrales fueron quitadas. Aún soy una madre de
familia y no perdí el derecho de elevar la voz desde el rincón oscuro y solitario
donde la desgracia me colocó.
Esa imagen inolvidable es la tuya, mi bello Río Janeiro, linda princesa de los
valles! Soy pobre, te diré como Fidias, sólo poseo mi corazón, de él arranco
esta página, antes que la antorcha se extinga, antes que la voz se apague,
antes que la fuerza del brazo se embote, antes que la mente se ofusque y no
pueda vaciar del dolor que rebosa del alma, estas gotas perdidas sobre una
página deleznable.
Por ser este el último beneficio que cierra mi carrera dramática, espero la
protección del ilustrado público de esta corte, de cuya bondad e indulgencia
guardaré un eterno recuerdo y la más profunda gratitud.
quien se despide del público, retirándose con su madre para la tierra natal,
donde va a seguir otros destinos. Esta inteligente niña, que tantas veces fue
aplaudida por los frecuentadores del Gymnasio, merece la aceptación y el
apoyo de todos. El espectáculo consiste en el excelente drama Pedro, la
comedia Chiquinha presa y de un monólogo compuesto y recitado por la
Señora Joanna de Noronha.
Sarmiento encuentra en ella una aliada para llevar adelante las reformas
educativas que quiere implementar, coinciden plenamente: educación común
como base para el desarrollo de la República y fuera de la órbita de la Iglesia;
educación de la mujer; promoción de la lectura; aulas, materiales y libros
adecuados; renovación de métodos y programas de estudio, creación de leyes,
asociaciones; responsabilidad civil y apoyo estatal; formación y jerarquización
de la docencia. No temen copiar experiencias o modelos exitosos, combaten la
rutina, el aburrimiento y las tradiciones añejas. De convicciones profundas y
sentido amor por la Patria, conciben la educación como una herramienta
fundamental para igualar oportunidades, para desarrollar bases sólidas para la
República.
Con Bartolomé Mitre, la nombran directora de la primera Escuela Mixta N°1, en
la Parroquia de Monserrat, Calle del Buen Orden 123. Sarmiento escribe en
una carta desde Lima en 1865:
Cuando leo á esta distancia sus escritos sobre educacion, inspirados por un
sentimiento ardiente de obtener su mejora y difusion, recuerdo el dia en que la
poetiza de las márjenes del Plata, la escritora que representa en nuestras letras
el pensamiento de nuestro bello sexo, pedia un modesto rincon en la
enseñanza pública; y á fin de no dar á la muger instruida y desgraciada con las
puertas de la patria en el rostro se lo inventamos Mitre y yo, en la creacion de
la Escuela N°1 para ambos sexos.
Y entro párrafo:
El estudio de idiomas agrada generalmente a los niños, y es admirable la
facilidad y buena pronunciación con que han aprendido hasta la 7° lección de
Francés y la 6° de Inglés.
Durante seis años y dos meses dirige la Escuela Nº1, desarrollando planes y
programas modernos: lecciones orales de gramática y geografía, dibujo,
educación física, música, baile, enseñanza de inglés y francés, elimina los
castigos físicos, establece los recreos y promueve la enseñanza moral no
dogmática a través del ejemplo y el amor. Así define su labor en la Escuela:
Mis ideas sobre la educacion han estado siempre por fortuna mia en oposicion
con la manera de conducir y de examinar las escuelas aqui, y digo por fortuna
mia, porque tengo á lo ménos el consuelo de verlas confirmadas por los
maestros de la ciencia.
En dos ocasiones debe costear los gastos de mudanza de la Escuela Mixta con
su escaso sueldo. Primero a la calle Estados-Unidos 314 y luego a
Independencia 307. No recibe apoyo, la hostigan con inspecciones. Las
condiciones precarias, la población numerosa, a veces sola al frente de más de
cien alumnos, viviendo en un cuarto húmedo de la misma escuela, no logran
abatirla: era su oportunidad para poner en práctica y confirmar sus ideas
pedagógicas:
Las escuelas deberian ser todas de ambos sexos, no importa la edad. Lo que
se precisa son maestros y maestras competentes.
Juana está sola para defender las reformas y rechazar los ataques:
Decía Ud. en uno de sus poéticos artículos sobre la educación, que los
maestros de Escuela éramos «los obscuros obreros del porvenir» y yo le
aseguro que apenas somos unos autómatas relegados en los últimos círculos
del purgatorio social!
En 1864 funda La Flor del Aire, periódico literario ilustrado dedicado al bello
sexo, junto con Lope del Río su Director. Recientes estudios (Marina L.Guidotti)
ponen en duda la participación de Eduarda Mansilla con el seudónimo Daniel
ya que se encontraba fuera del país para poder realizar las críticas de las obras
teatrales en cartel. Juana escribe con el seudónimo Dolores, y se encarga de
la sección de «Modas» y una sección de noticias biográficas e históricas
sobre Mujeres ilustres de América del Sud. En él rescata la vida de mujeres
que lucharon por la independencia y libertad, como Encarnación Sanguinet de
Varela:
Antes de todo, es preciso entendernos sobre un punto capital. Nosotros no
contamos las Sevigné, las Cottin, las Genlis, las Stael, las Roland, las Girardin
por docenas; en la esfera del pensamiento y de la ciencia, no busqueis la
muger en la América del Sud. Nuestra sociedad, ó antes la preocupacion añeja,
la costumbre rancia, ha multiplicado la muger no cultivando su inteligencia. […]
No espereis pues, lectoras, que os vaya á desentrañar por ahí mugeres
filósofos, poetisas, políticas, diplomáticas, artistas, etc. No tenemos pues, sino
como escepcion, alguna poetisa, perdida entre las sombras del arcano;
nuestras mugeres ilustres son madres, esposas, hijas ó amantes; es decir, la
muger sentimental, que por la sola riqueza de su organizacion se ha mostrado
superior á la vulgaridad.
Escriba, combata, resista. Ajite las olas de ese mar muerto, cuya superficie
tiende á endurecerse con la costra de impurezas que se escapan de su fondo.
La colonia española, la tradicion de Rosas, vacas, vacas, vacas. Hombres,
pueblo, nacion, república, porvenir. Todo está en los bancos humildes de la
escuela. Trabaje y el pueblo le ayudará.
Tengo y tendré siempre presente ese triste momento, llamados por lista los
alumnos se formaron en ala á la derecha de la tribuna donde se sentó el Sr.
Estrada. Treinta y dos niños varones, mucha parte seccion primera, se les
notificó la órden de pasar á otra escuela. Un silencio glacial reinaba en el salon
donde habia noventa alumnos (96 era el personal de la escuela.) Tuve un
momento de honda afliccion, y de intima gloria al ver la manera como mis
pobrecitos alumnos recibieron la noticia de su expulsion, de mi lado; entónces
pude medir que grande era mi obra y cuanto habia conseguido en bien de
aquellas almas que yo dirigia para el bien. Cuando el Sr. Estrada les significó
que iban á pasar á otra escuela, los niños bajaron la cabecita y lágrimas
silenciosas cuanto amargas fué su respuesta. Dirigiles entónces la palabra, ó
mas bien intenté dirigirsela, pero el llanto la anudó en mi garganta y fuí
abrazando uno por uno aquellos pobrecitos que la fuerza ciega y bruta
arrebataba de mi lado. Por algunos minutos solo se oyeron sollozos
comprimidos y dolorosos, el Sr. Inspector Estrada pagó su tributo y no pudo
resistir al peligroso contagio de tan sincera afliccion—lloró! Mi escuela era una
familia, de modo que aquella fué la separacion de los hijos y de la madre…
Conozco demasiado á fondo las cosas y los hombres de mi país para no
comprender la persecucion en el fondo de aquella estúpida medida que
deshacia una Escuela por el solo placer de deshacer la obra de otro. Supe todo
lo que habia pasado en las demas escuelas, y supe que la Escuela predilecta
habia salvado á poca costa; el sacrificio se habia limitado á la mia y otras tan
pobres y sin protecciones como yo. Anales, 1867.
…Hay hoy sobre la tierra como trescientos millones de hombres con cierto
grado de cultura; y el sentimiento de la dignidad humana dice por la boca de
cada uno de esos trescientos millones, que no hay uno sólo entre ellos que en
una reunión pacífica con fines inocentes, en presencia de señoras, una señora,
avanzada de edad, haya sido insultada en el acto de pronunciar un discurso,
sobre materia que ninguna pasión rencorosa puede excitar.
¡Bien! he aquí el juicio que de la lectura de ese discurso, hace otra mujer en los
Estados Unidos, habituada como está á oir las elocuentes palabras de los
primeros oradores del mundo cuales son algunos de su propio país, cuales
eran Webster y Horacio Mann su esposo, y cuyas estatuas decoran el frontis
del Consistorio de Boston, llamada la Atenas americana.
Dice asi: «He estado muy enferma desde que le escribí la última vez, que no
hace mucho; pero me he arrastrado hasta mi escritorio para decirle que el
discurso de Juana Manso es de hacer llorar á un norte-americano lágrimas de
sangre… Es un milagro que una mujer creada en la América del Sud pueda
escribir tales cosas. Es de hacer llorar á un norte-americano, porque cuando la
teoría de nuestro gobierno es pintada con formas tan bellas, da pena ver que
aquí entre nosotros mismos, entre nuestros prohombres, hay tantos que no
tienen fe en el principio mismo, que cuando puesto en práctica, tantos prodigios
obra en favor de la libertad humana y el progreso…
Sólo la justicia puede salvar a una nación, y la nuestra la obtendrá poco á poco,
por esa misma difusión del saber que Vd. y mi esposo, y Juana Manso
aprecian en su verdadero valor. ¡Qué asombrosa mujer es esta! y cuán cierto
es que nada importa el país en que uno nace y las influencias que lo rodean…
Continúa las lecturas públicas, ahora con los Viajes de Sarmiento en 1847.
Ella responde:
Nada mas he hecho que cumplir con el deber que me imponen mis
convicciones, y si esa ternura derramada sobre corazones hondamente
ulcerados por renitentes injusticias, ha causado á esa Sociedad el placer que
me manifiesta su nota, crea V. que esa manifestacion sencilla y espontánea no
me ha con movido menos. Acepto, pues, con suma gratitud el honor que Vds.
quieren dispensarme, y espero que mi presencia en el seno de esa Sociedad,
no será inútil ni á los propósitos de la Asociacion, ni á la revindicacion de los
derechos, cuya garantia es una bien dirijida educacion.
Ay! No valoramos este hombre, nosotros los Argentinos: sus obras que algún
día traducirán todas las naciones del globo, revelara tarde á los venideros, el
tesoro de conocimientos y de sabiduría que no supimos apreciar nosotros por
mediocridades, incapaces de curar la llaga que nos devora.-La Tribuna, Nº3904
Escribe Zucotti:
Entre las violencias de que es objeto Juana Manso, ninguna quizá tan
agraviante como la carta que se publica el 29 de agosto de 1866, firmada por
Enrique M. de Santa Olalla (maestro español que ha ejercido diferentes cargos
en el Departamento de Escuelas) Como muestra, el primer párrafo de esta
carta pública dará una idea del tono.
A la Sra. Juana Manso, ´Da. Juana
Hace algún tiempo que inspiran temores entre sus amigos las muestras visibles
de desorganización cerebral que tan gravemente afectan sus facultades
intelectuales, y parece que ha llegado el caso de poner algún remedio a tan
triste dolencia. Créame, Da. Juanita, sería muy sensible para las personas que
la estiman el ver un día en la Residencia á la «mas preciosa joya» de la Nación
Argentina -Tome señora, tome por Dios algunos calmantes…’
Con poco éxito, la escritora será llamada a silencio de diversos modos: unos le
recomiendan tomar calmantes, la amenazan con amarrarla o recluirla, ajustarle
la horma de sus zapatos; otros, le hacen llegar anónimos a sus conferencias
públicas prometiendo acusarla ante el obispo de hereje; el mismo Sarmiento le
recomienda con tono didáctico aplicar el método que, entre los niños, emplean
los maestros para ser escuchados: Baje Ud., pues, la voz en sus discursos y en
sus escritos.
Lo notable es que, pese a las quejas ocasionales, Manso no acata nunca este
mandato de silencio: inicia juicios por calumnias e injurias, responde a los
escritos con escritos, publica cartas privadas —manteniendo incluso frases
que, por expreso pedido, le solicitan que no difunda—, reclama el
reconocimiento de la autoría de sus ideas, exige espacios y cargos oficiales.
Entabla amistad con el doctor Foster Thayer y con Storrow Higginson, dos
maestros del círculo de Mary Mann que no fueron bien acogidos en Buenos
Aires:
La primera vez que me atreví a insinuarle esta idea, me respondió Ud. hace
dos años: «Sólo en una cabeza como la suya puede entrar la idea de que un
hombre que se ocupa de escuelas llegue a ser presidente.
Algo muy original está pasando a este respecto: donde se lanza algún
manifiesto proclamando su candidatura, recibo yo de los primeros un ejemplar
o varios. De Chile escriben sus «rasgos biográficos», y me mandan un paquete
por el correo, con algunas líneas manuscritas para que los haga circular. La
comisión nombrada por el pueblo de San Juan, me dirige con varios ejemplares
del manifiesto, la circular que se ha pasado a las «entidades políticas» con
cargo de corresponder cada quince días con la comisión. Tucumán levanta el
Club Sarmiento, y bajo sobreescrito se me envía el manifiesto honroso de ese
pueblo. Ahí tiene Vd. pues, los pueblos de la República Argentina, provocando
espontáneamente el advenimiento de los «derechos de la mujer» a la vida
pública sin solicitarlo ella! -Carta a Sarmiento arriba citada.
Tal vez su madre haya regresado al país con su hermana Isabel, no hay datos
precisos al respecto.
Casi toda la vuelta, el Sr. Sarmiento, vino recostado a una ventanilla del tren, y
la posición de los asientos paralelos a los costados del carro, solo le permitían
mantenerse de rodillas, para guardar esa posición. Silencioso, meditabundo, la
mirada que V. le conoce, perdida en estos campos de ásperos cardales, parece
que estuviese haciendo una vista retrospectiva de su vida entera, y que como
el Cristo, se preparase por la oración del Huerto a
subir al Calvario de donde bajó Rivadavia, no para descansar en la tumba, sino
para sufrir la prolongada agonía de la expatriación!
Oh! Si los tiranos, si los perversos, pudieran convencerse cuán dulce es ser
amado por los humildes, por los niños y por los labradores ¡cuán de prisa se
arrepentirían!
Las batallas de Sarmiento han sido las de la razón contra la ceguera, las de la
civilización contra la barbarie, sus triunfos son los de la tribuna, su gloria, las
escuelas, y toda su ambición hacer el bien y la felicidad de su patria! Dios lo
proteja. A Dios, mi querida amiga.
Juana realiza una lectura en el teatro de Krausse para recaudar fondos para la
Biblioteca de Chivilcoy. Lo publica luego en la Revista Argentina recientemente
creada por José Manuel Estrada: Lectura Miscelánea para beneficio de los
fondos de la Biblioteca de Chivilcoy, 1868.
Frente a las críticas que recibe por sus traducciones le escribe a Sarmiento:
No olvido que estos libros serán acaso criticados con acrimonia, pero creo a la
vez que el gobierno como, dueño de imponer sus condiciones habría hecho
bien en poner a su decreto de traducción la cláusula de censura previa antes
de abonar el trabajo. Esto era lícito aun cuando acusase poca confianza en la
elección de los traductores, los que por su parte hubieran tenido toda la libertad
de aceptar o no las contriciones de su nombramiento, mientras que con el
proceder actual no sólo gravita sobre ellos una responsabilidad sino que para
algunos es mortificante, y una humillación gratuita que acusa en los «literatos»
de este país la última de las miserias humanas: no saber su propia lengua.-
Sepbre.1869
Me dijeron que las razones que aducía para no pagar a la Sta. Gorman eran: 1°
que no le pagaba por ser gringa; 2°, porque esa gringa son los ojos de D.
Juana Manso, esa mujer que para oprobio del país está en el Consejo de
lnstrucción Pública.
… Muchas veces hemos visto a la pobre Sta. Gorman, pálida y abatida a pesar
de su resignación angelical, traicionando ese mudo pesar la tristeza de su
corazón, al verse maltratada y desconocida, sin darse cuenta a si misma de
este vergonzoso proceder de la corporación municipal de la Ciudad de Buenos
Aires! -Anales, 1870.
Meses después llegan las hermanas Isabelle y Anne Dudley junto con Fanny
Wood. Visitan a Juana Manso asiduamente y ella les da clases de castellano.
Juana no considera oportuno que estas niñas viajen al interior, la situación
política y social era alarmante, no podía enfrentarse a Sarmiento, pero hizo lo
posible por cuidarlas y protegerlas, seguramente estas diferencias tuvieron
consecuencias en su relación con el Presidente.
Traduce y publica en Anales Lecciones sobre objetos para los maestros y los
padres por N.A. Calkins.
En los primeros meses de 1871 el cólera azota Buenos Aires, describe los
dramáticos acontecimientos en los Anales:
Hacen tres meses que la muerte reina soberana sobre esta poblacion, y un
mes hace que la vida intelectual cesó con el curso de escuelas y colegios,
cerrados y desiertos. La desolacion como una sombra glacial se desliza sobre
la juventud; aquí la arroja temprano á la fosa comun; allí la deja huérfana y
dolorida, arrebatándole parientes y amigos. En toda la provincia le ha cerrado
la rutinera escuela, dejando los niños inertes, contemplar los estragos de la
inexorable epidemia que nivela todos los rangos sociales!
Los millones que se han negado á la cultura intelectual del pueblo, se han
gastado hoy en enterrarlo! El secreto de las epidemias escapa á la mente del
pensador y en vano seria querer señalarlo con precision matemática, pero
puede decirse sin exajeracion, que la ignorancia agrava el mal, asi como la
inteligencia lo combate y minora. La ilustracion trae de suyo el conocimiento de
la higiene y de la fisiología, de las leyes naturales y la manera, ya de obedecer
esas leyes, ya de precaverse de los resultados de la infraccion.
Nuevamente Zucotti:
Querida China: la resignación es una virtud, pero ella, como toda virtud, sólo se
adquiere a costa de sacrificio, también yo estoy resignada, pero nuestra súbita
separación, me ha producido una crisis moral, que a mi edad, puede
determinar un cambio radical. Estoy triste, taciturna, callada y tengo una
indiferencia por todo, que solo cede a irritaciones de humor pasajero pero que
no son de mi carácter. La ausencia puede y suele consumar cambios
inopinados y sin retorno pasajero. Velasco y Arias, María, Cartas inéditas de
Juana Manso, Buenos Aires, 1938.
Viendo los progresos que hace el jesuitismo en mi patria, no puedo menos que
temer, que tendré antes de mucho, que buscar lugar en otra tierra donde dar
descanso a mis huesos. Si hasta ahora tantas persecuciones y aflicciones he
experimentado, ¿qué suerte será la que me reserva el porvenir? Los hombres
son indiferentes y las señoras fanatizadas y regimentadas por los jesuitas.
Juana Manso
…El caso de mandarse de Montevideo una suma de dinero que allí se colectó
para honrar la memoria de Dña. Juana Manso por su consagración a la
educación, sugirió la buena idea de fundar con ella un premio a una dama de
origen francés; pues vino pequeñuela a ser americana en colonia que debía
formar su padre en el Paraguay, donde padre, hermanos y esposo murieron,
andando el tiempo, a manos, o a causa del tirano López, de cuyo recuerdo, y
una inteligencia clara, le viene el sentimiento del bien público. A ella se le
ocurrió primero la idea de fundar un premio que rememorase el nombre de
Juana Manso y le hiciese continuar con su memoria la idea de mejorar y
difundir la instrucción a que consagró su vida.
Otra forma tenía su idea; pero sometida a discusión y medidas las dificultades,
adoptóse la modificación que establece un premio a la niña o señora que a
juicio de una comisión nombrada al efecto lea con más propiedad el trozo que
le fuese señalado aun con anticipación.
Las razones que se hicieron valer tienen tal importancia y trascendencia que no
está de más enumerarlas sucintamente. Sarmiento
Sus restos ya no se encuentran allí, hay sólo placas, pero sigue siendo un lugar
simbólico para honrar su memoria.
Durante mucho tiempo la figura de Juana Manso fue velada. A partir del estudio
académico de escritoras del siglo XIX, comenzamos a conocer más detalles
sobre su vida y obra. Gracias a la digitalización de los Anales de la Educación
Común, accedemos a su pensamiento educativo y social, a sus luchas y
reveses. El trabajo silencioso de investigadores, entre los que se destacan
Barry Velleman y Karina Belletti y la digitalización de publicaciones periódicas
de la época, facilitan nuevos hallazgos.
María De Giorgio