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DEL DERECHO
LABORAL
Recortes ilustrativos
Contenido
1-2-3. Evolución Histórica del Trabajo en el Mundo y en Venezuela .................................. 2
4. El Derecho Internacional del Trabajo .............................................................................. 5
5. Derecho del Trabajo ...................................................................................................... 13
6. Principios del Derecho del Trabajo................................................................................ 15
7. Fuentes del Derecho del Trabajo................................................................................... 19
8. La Prescripción Laboral ................................................................................................. 20
Referencias ........................................................................................................................ 22
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1-2-3. Evolución Histórica del Trabajo en el Mundo y en
Venezuela
A continuación, se citará la introducción de la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y
las Trabajadoras, publicada en Gaceta Oficial N° 6.076 Extraordinario del 7 de mayo de
2012.
Poco duró esta paz social, pues apenas seis años después el avance de las teorías
neoliberales produjo una importante reforma de la Ley Orgánica del Trabajo, la cual fue
sancionada en fecha 19 de junio de 1997, en cuyo texto se logró consagrar la supresión de
una de las más importantes conquistas de la clase trabajadora venezolana, como lo era la
llamada retroactividad del cálculo de las prestaciones de antigüedad. Esa misma ola logró
que un año después, el 23 de septiembre de 1998, se decretara además la liquidación del
Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
disminución progresiva” (CRBV, disposición transitoria Cuarta, numeral 3). Este punto de
quiebre se debe, sin lugar a dudas, a la valiente decisión de la Asamblea Nacional
Constituyente de incluir el precedente doctrinario más importante en materia social en
Venezuela, la doctrina social del Libertador, Simón Bolívar, el cual se resume de la mejor
manera en la proposición recogida en su célebre discurso al Congreso Constituyente de
Angostura, el 15 de febrero de 1819: “El sistema de gobierno más perfecto es aquel que
produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma
de estabilidad política”.
No podía ser de otra forma, cuando el objetivo central para el cual el pueblo en
1999 otorgó el poder constituyente originario fue, precisamente, “transformar el Estado y
crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de una
democracia social y participativa”, como lo reconoce la Asamblea Nacional Constituyente
en el epígrafe con el cual decreta la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
propósito de asegurar los derechos de la población, otorgando base legal a los mandatos
constitucionales recibidos en 1999 e introduciendo una importante interpretación
progresiva de los mismos, rumbo hacia una sociedad eminentemente justa, ética, moral y
democrática, como se desprende del mandato de la doctrina social del Libertador, Simón
Bolívar.” (Carballo Mena, 2013)
“A partir de la segunda mitad de los años 1920, Venezuela comenzó a participar más
activamente en las organizaciones satélite de la Sociedad de las Naciones, particularmente
en las conferencias internacionales del trabajo, lo que se puede explicar como parte de una
política de apertura del gobierno de Juan Vicente Gómez (1922-1929). En este contexto, el
país sudamericano se comprometió en un programa de política social y aprobó la primera
Ley del Trabajo en 1928, la cual agrupó las disposiciones existentes en los códigos de
minas, de comercio y civil. Sin embargo, esta ley tuvo problemas en su implementación,
especialmente por la falta de reglamentación. Además, algunas de sus disposiciones eran
contrarias a las normas internacionales, como la jornada de trabajo de nueve horas o la
prohibición de la representación internacional de las asociaciones profesionales (Caldera,
1939).
La falta de claridad sobre el dominio de acción del funcionario de la OIT, así como
la amplitud de temas que debían ser abordados, hizo difícil la redacción de un proyecto en
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armonía con las elites nacionales. En este contexto Belloch y la comisión encargada de la
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Uno de los miembros de la comisión que redactó la Ley del Trabajo de 1936 señaló
que ésta contenía preceptos de las convenciones internacionales, del código laboral
chileno y mexicano, y de la Ley del Trabajo venezolana de 1928. La ley de 1936 introdujo
también algunas modificaciones compatibles con los principios contenidos en las
convenciones de Ginebra, especialmente en materia de jornada de trabajo (ocho horas) y
de sindicalización obrera. Sin embargo, la legislación de 1936 fue objeto de numerosas
críticas. La más importante fue aquella que consideró que las disposiciones sobre
seguridad social debían estar contenidas en un proyecto de reglamentación autónomo,
para lo cual se envió al Congreso un proyecto de ley sobre la materia en 1938. Este
proyecto fue redactado casi por completo por Antonio Zelenka, funcionario de la OIT.
Finalmente, una comisión designada por el ministro del Trabajo, y con la asistencia técnica
de Wilfred Jenks, miembro del servicio jurídico de la OIT, presentó un nuevo proyecto de
código laboral, muy ambicioso, que contenía 951 artículos (Caldera, 1936, p. 115).
agricultura y las obras públicas. Dos instituciones fueron creadas para tal efecto: el Banco
Agrario y la Corporación de Promoción. Las condiciones de los trabajadores de la industria
petrolera eran las mejores del país y con los salarios más elevados. Por ejemplo, si los
obreros agrícolas ganaban 4 bolívares por día y los trabajadores ocupados en las obras
públicas entre 5 y 7, el salario base de los trabajadores del petróleo variaba entre 8 y 12
bolívares. Aunque estos últimos representaban solamente el 4,8 % de la población activa,
las ventajas obtenidas en las convenciones colectivas servían de referencia a las otras
áreas de la producción (Bergquist, 1988).
(FTV), que intentó integrar las dos grandes corrientes políticas: El Partido Comunista y El
Partido de Acción Democrática. Sin embargo, las dos corrientes continuaron dividiendo al
movimiento obrero durante la presidencia de Rómulo Betancourt (1945-1948) y de Rómulo
Gallegos (1948).
La delegación era consciente del peligro de entablar relaciones estrechas entre la acción
política y la sindical, en un país donde los cambios de gobierno eran frecuentes y a menudo
inesperados, incluso si se ratificaba la legalidad de los sindicatos tal y como existían al
momento de la toma del poder por parte de la Junta Militar.
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era evidente y que la situación se había hecho más grave a partir de fines del mes de
febrero de 1949 con la disolución de la CTV, acusada de tener actividades políticas no
autorizadas.
a) Los seguros sociales obligatorios, instaurados en 1940, que incluían dos ramas; el
seguro de enfermedad y maternidad, y el seguro de accidentes del trabajo y de
enfermedades profesionales (los trabajadores agrícolas, a domicilio y domésticos,
no estaban cubiertos por el seguro);
b) Las obligaciones impuestas a los empleadores en materia de seguridad social –de
acuerdo a las disposiciones de la Ley del Trabajo o de las convenciones colectivas–
las cuales tratan especialmente de las condiciones de higiene y de seguridad en
la industria, algunos cuidados médicos a los trabajadores y a los miembros de su
familia, la reparación de riesgos profesionales, y las indemnizaciones por despido
y antigüedad (los trabajadores agrícolas estuvieron cubiertos a partir de 1945);
c) Los servicios de la salud pública, en particular los servicios hospitalarios del
Ministerio de Salud y de la Previsión Social (OIT, 1954, pp. 134-135).
de difusión de dichas observaciones. Entre las críticas estaba el hecho de que en ningún
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momento el gobierno había sido consultado con el fin de saber si deseaba o no que el
informe fuese publicado. Además, se criticaron las apreciaciones sociológicas, étnicas e
históricas presentes en él, junto con los errores de juicio sobre diferentes temas. De manera
simbólica, las autoridades cuestionaron el uso un tanto tendencioso de un panel de
fotografías presentes en el informe, prueba del poder de la imagen como elemento de
denuncia. Por último, el gobierno venezolano cuestionó que se relegaran a un segundo
plano los avances en la legislación social y en la protección acordada a los trabajadores
por causa de la atención prioritaria dada a la situación sindical (Gobierno de Venezuela,
1951).
Frente al impase provocado por el rechazo del gobierno venezolano a aceptar las
conclusiones del informe de la OIT y, lo más grave, su cuestionamiento al procedimiento
de investigación, el Consejo de Administración de la institución de Ginebra debió revisar
sus modalidades de aplicación de la convención sobre libertad sindical, en especial frente
a aquellos países que no habían ratificado la convención o que se mostraban enemigos de
toda injerencia de una institución extranjera. En 1951, se formó el Comité de Libertad
Sindical para examinar las acusaciones en contra de un Estado que no cumpliera con los
principios contenidos de la convención sobre libertad sindical o negociación colectiva,
aunque hubiera o no ratificado estas convenciones. Las quejas formuladas por las
organizaciones de trabajadores o de empleadores contra un Estado miembro serían
examinadas por el Comité de Libertad Sindical, el cual estaría compuesto por un presidente
y tres representantes de los gobiernos, empleadores y trabajadores (Gavel, 2001).” (Yáñez
Andrade, 2017)
persona en el caso de que aquél no pueda continuar la prestación contratada -persona que
puede ser un familiar u otra indicada por aquél- pero debe quedar claro que en todo caso
tal sustitución no puede tener otro sentido que el ya indicado: extinción de la relación
jurídica anterior y constitución de otra nueva, que nace del nuevo contrato con la persona
que sustituye al trabajador anterior. Caso distinto, pero ya fuera de lo que en este
momento interesa, es el de la sustitución del trabajador en la realización de la prestación:
por ejemplo, en el período en el que éste disfruta de un descanso, pero con la necesidad
de que el puesto de trabajo continúe ocupado. (Martín Valverde, Rodríguez-Sañudo
Gutiérrez, & García Murcia, 1991)
-I-
“De conformidad con el artículo 10 de la Ley Orgánica del Trabajo, las disposiciones de esa
ley "son de orden público y de aplicación territorial; rigen a los venezolanos y extranjeros
con ocasión del trabajo prestado o convenido en el país...". Es decir, que según la referida
norma, una doble noción territorial delimita, ahora con claridad, la vigencia de las
disposiciones de esa ley: en primer lugar, porque ella alude al territorio como limitado
asiento material del Estado, en donde su soberanía se ejerce al dictar y hacer cumplir las
disposiciones de la ley; y, en segundo término, porque según esa misma norma, el territorio
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es el lugar donde acaecen o suceden las situaciones y relaciones jurídicas que dicha ley
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regula; o sea, aquéllas surgidas con ocasión del trabajo prestado (lex loci execucionis), o
convenido (lex loci celebrationis) en el territorio nacional venezolano.
En principio, los contratos de trabajo para organizar y dirigir la actividad de una empresa
que presta servicios en diversos países, se hallan sujetos a la legislación laboral del lugar
de su celebración. Dado que esos acuerdos han de ejecutarse normalmente en países
diferentes del lugar donde fueron celebrados, es lógico pensar que ambos contratantes se
vincularon a sabiendas de la existencia de reglas de orden público propias de los territorios
donde el contrato habría de ejecutarse, reglas ante las cuales las estipulaciones del
convenio de trabajo celebrado han de ceder, temporalmente, su prelación.
En el caso que sirve de ejemplo, existe la unidad del contrato a todos los efectos
legales, no obstante, la segmentación de los servicios prestados bajo el imperio de diversas
leyes territoriales y de orden público, pero los efectos de esa unidad convencional han de
ser demandados de conformidad con la ley del lugar de su celebración. Quien pretenda
reclamar las prestaciones preceptuadas por la ley de un país diferente, debe limitarse al
período de tiempo servido en ese país, en el entendido de que los pagos recibidos por tal
concepto han de descontarse del adeudo final según la legislación del lugar de celebración
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del contrato. Cuando el artículo 10, parcialmente transcrito, de nuestra Ley Orgánica del
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Trabajo, delimita el imperio de esa ley al trabajo que se presta efectivamente en Venezuela,
o que se conviene en Venezuela para ser prestado en el extranjero, descarta la posibilidad
de que puedan reclamarse las prestaciones preceptuadas en la ley laboral venezolana sin
estar sirviendo en Venezuela para el momento de la demanda, con base en todo el tiempo
de servicio fuera del territorio nacional.
- II -
“El principio de aplicación territorial corrige, por tanto, la tradicional posición de nuestra
jurisprudencia, según la cual bastaba la prueba del servicio continuado en el exterior del
país, cumplido bajo la vigencia de otras leyes laborales, para merecer las prestaciones
sociales previstas en la ley del trabajo venezolana, con base en el salario devengado por el
empleado durante su estadía en Venezuela. Influidos por un mal entendido principio de
favor al trabajador, así como por un exacerbado criterio sobre el valor de lo nacional,
nuestros tribunales han recurrido a una supuesta solidaridad entre las diferentes empresas
a las cuales alega el trabajador haber servido. La solidaridad no debe confundirse con la
subsidiaridad. La primera es cualidad de un derecho o de una obligación comunes a varios
acreedores o deudores, de modo que el pago hecho por uno de los deudores liberte a los
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otros, o que el pago total a uno de los acreedores liberte al deudor para con todos (Art.
1.221 Código Civil), mientras que subsidiaridad es condición de lo que es parte accesoria
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Pensamos que sólo en estos tres casos, o cuando exista pacto expreso que establezca
la responsabilidad solidaria entre las empresas asentadas en distintos países, podrían ser
reclamadas las prestaciones sociales preceptuadas por la ley de un país diferente al de la
celebración del contrato, con base en todo el tiempo en que haya prestado servicios para
las referidas empresas. De no ser así, se da el absurdo de que cualquier empresa
venezolana habría de responder solidariamente de las utilidades que deban a sus
trabajadores las empresas vinculadas económicamente a ella, asentadas en otros países;
como también de los accidentes o enfermedades profesionales, recargos de horas extras,
jornada nocturna, vacaciones vencidas, etc., ocurridos en el extranjero, pues los
codeudores solidarios deben la misma cosa. La empresa nacional, incluso, quedaría
obligada en caso de que los pretendidos derechos del trabajador hubieren sido cancelados
según las leyes territoriales aplicables, mediante el pago de una suma menor a la que la
legislación venezolana prevé para supuestos semejantes. ¿Luce coherente con la seguridad
jurídica y con el principio de orden público territorial propio de la ley laboral de cada país,
que ningún derecho causado según la legislación extranjera pueda tenerse como cierto y
seguro hasta que el mismo sea revisado a la luz de la legislación venezolana? ¿No se ve
claro que aplicar la ley nacional al tiempo transcurrido bajo la vigencia de otras leyes de
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idéntico carácter imperativo, pero distintos efectos, es atribuirle a la ley venezolana una
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monetaria de dichos créditos, por lo que la pérdida de su valor adquisitivo por la demora
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o reticencias en su pago por parte del patrono no puede ir en perjuicio del trabajador,
debiéndose reestablecer mediante la indexación el poder adquisitivo de todas las
cantidades debidas y no sólo de la correspondiente a la prestación de antigüedad.”
8. La Prescripción Laboral
A continuación, presentamos doctrina tomada de la sección de Jurisprudencia del
Derecho Laboral de la página web del Tribunal Supremo de Justicia, en particular de una
ponencia del Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz del día 4 de mayo de 2004
(http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scs/Mayo/387-040504-04142.htm, Consultado el
día 23 de noviembre de 2023).
Por su parte, el artículo 1.969 del Código Civil, esta-blece que la prescripción se interrumpe
mediante:
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a) Una demanda judicial, aunque se haga ante un Juez incompetente, siempre que
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Referencias
Alfonzo-Guzmán, R. J. (1983). Nueva didáctica del derecho del trabajo. Caracas:
Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.
Caldera, R. (1939). Derecho del Trabajo. En R. Caldera, Derecho del Trabajo (pág. 95).
Caracas: Tipografía La Nación.
Carballo Mena, C. A. (2013). Ley orgánica del trabajo, los trabajadores y las trabajadoras
(LOTTT). Editorial Jurídica Venezolana.
Martín Valverde, A., Rodríguez-Sañudo Gutiérrez, F., & García Murcia, J. (1991). Derecho
del trabajo. Madrid: Tecnos.
Vitale, L. (1981). Notas para una historia del movimiento obrero venezolano. Recuperado
el 14 de Abril de 2015, de http
://www.archivochile.com/Ideas_Autores/vitalel/3lvc/03lvcmovsoc0012.pdf