PARSHAT 6: TOLDOT-GENERACIONES

‫תולדת‬:6 ‫פרשת‬
Bereshit/Gén. 25:19-28:9 25:19-28:9 ‫פרשת תולדת‬
Malaji 1:1-2:7 1:1-2:7 ‫מלאכי‬
Tehilím 18-22 18-22 ‫תהילים‬
Brit Jadashá: ‫ּברית חדׁשה‬
Rom. 9:6-16
Ivriím 11:20; 12:14-17

‫בית הכנסת מישראל לעמים‬

1. Temas de la parshat:

1. Nacimiento de Ia’akov y Esav en el año 2108 de la creación

2. Esav vende su primogenitura por un plato de lentejas
3. Hashem le ordena a Itzják no descender a Mitzráim
4. Itzják se establece en Guerar. Riqueza de Itzják
5. Esav se casa con Iehudit y Basmat
6. Itzják bendice a Ia’akov y Esav en el año 2171
7. Esav pretende matar a Ia’akov
8. Rivká envía a Ia’akov a Jarán
9. Itzják bendice a Ia’akov y le instruye para su casamiento

2. Preceptos de la parshat:

En ésta parshat no hay preceptos

3. Versículos de estudio:

Bereshit 28:1-2
Mishléi 22:6

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Próxima festividad, Jánuka inicia 7 de diciembre

‫ ַי ֲעקֹב וַ יְ בָ ֶרְך אֹתֹו וַ יְצַ וֵּ הו‬-‫ אוַ יִּ ְק ָרא יִּ צְ חָ ק ֶאל‬28:1-2 ‫אשית‬ִּ ‫בְ ֵּר‬
‫ב‬
‫ קום לֵּ ְך פַ דֶ נָה אֲ ָרם‬:‫ת ַקח ִּאשָ ה ִּמבְ נֹות כְ נָעַ ן‬-‫ֹא‬ ִּ ‫וַ י ֹאמֶ ר לֹו ל‬
‫לְ ָך ִּמשָ ם ִּאשָ ה ִּמבְ נֹות לָ בָ ן אֲ ִּחי‬-‫תואל אֲ בִּ י ִּאמֶ ָך וְ ַקח‬ ֵּ ְ‫יתה ב‬ ָ ֵּ‫ב‬
:‫ִּאמֶ ָך‬
Bereshit 28:1-2 “1Vayikrá Itzják el-Ia’akóv vaivárej oto vaietzavéhu vaiomer lo lo-
tikáj ishá mibnot kena’an. 2Kum lej Padán Aram beita Betuel avi imeja vekaj-leja
mishám isha mibnot Labán ají imeja”
Génesis 28:1-2“1Itzják llamó a Ia’akov y lo bendijo. Y le ordenó lo siguiente: “No te
cases con una mujer kena’anita. 2Levántate, ve a Padán Aram, a la casa de Betuel,
padre de tu madre, y cásate con una mujer de allí, de las hijas de Labán, hermano
de tu madre”

INSTRUYE AL NIÑO EN SU CAMINO

(MISHLEI 22:6)

La semana pasada, hablamos de dos de las matriarcas, Saráh y Rivká, y observamos la

clase de mujeres que eran por la manera en que se conducían con sus esposos, con los
extraños y con todos y en todo en general. Ahora vemos a una Rivká mucho más madura
y consciente de las necesidades espirituales de sus hijos; ya que la Toráh nos dice que
los dos hijos que nacerían serían antagónicos en todos los aspectos, pues desde que
nacen son diferentes físicamente, también en sus actividades, en su carácter, etc.

Así que Rivká sabía, desde antes que nacieran sus hijos, la manera en que los tenía que
dirigir e instruir, pues sabía que habría una dura batalla entre ellos, batalla que hasta el
día de hoy permanece y que conforme pasa el tiempo se vuelve más y más sangrienta –
espiritualmente hablando-.

A lo largo de esta parshat podemos observar que Rivká procuró que Ia’akov
permaneciera dentro de la bendición de su padre y de Elohím, pues ella sabía que Esav
no era merecedor de ésta y que durante su vida no procuró obtener bendiciones, pues
como dice en Bereshit 25:29-34 Esav despreció la bendición de la primogenitura y se la
vendió a Ia’akov, quien sí sabía el valor espiritual que implica la primogenitura y la
consiguió con un simple plato de lentejas, pues conocía muy bien la naturaleza carnal
de su hermano.

También leemos en Bereshit 26:34-35 que Esav se casó con Iehudit y con Basmat,
mujeres idólatras que provocaron en Itzják y Rivká una constante molestia espiritual.
Y también vemos más adelante que Itzják llamó a Esav para pedirle que le preparara
una comida deliciosa para que después de comerla pudiera bendecirlo, cosa que Esav
hizo, pero sólo por la conveniencia de la bendición, además de que no respetaría el trato
que había hecho con Ia’akov, pues ahora la primogenitura le pertenecía a éste último.

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¿Y qué pasaba con Ia’akov? Dice la Toráh que él era un hombre íntegro que permanecía
en las tiendas (Ber 25:27). Como lo dice el midrásh, esto debe de entenderse que
habitaba en las casas de estudio de Toráh de Shem y Ever, ésta era la destreza y
ocupación de Ia’akov, a diferencia de Esav, que era un hombre diestro en la caza y
hombre de campo.

Así mismo, podemos observar la obediencia de Ia’akov a sus padres, cuando Rivká le
dice que lleve una comida sabrosa a su padre para que lo bendiga y así lo hace (Ber
27:8-10). Y cuando Itzják le dice a Ia’akov que no se case con una mujer kena’anita, sino
que se case con una hija de Labán hermano de su madre, también le obedece (Ber 28:1-
2).

Entonces podemos entender que Esav y Ia’akov representan dos fuerzas opuestas y
antagónicas:

 Esav representa la fuerza y destreza física, lo carnal, lo terrenal, lo huma no, el

que todo lo puede gracias a su propio esfuerzo e inteligencia, al que le importa
disfrutar de lo bueno, pues cree que ya se lo ha ganado gracias a su propio
trabajo y esfuerzo, el que le da importancia a su comida y bebida, el que se deleita
con los placeres sexuales y vive para ello, el que se cree muy “listo” para sacar
algún provecho mientras se pueda, el que no está dispuesto a cumplir su palabra
y para ello siempre habrá mil y un argumentos para no hacerlo, etc.
 Ia’akov representa la otra cara de la moneda, pues su fuerza radica en la Toráh
y en vivir una vida espiritual, ocupado en este mundo pero teniendo como
objetivo al o’lám habá, como su abuela Saráh; es el que ocupa todos sus
potenciales para el servicio a Elohím y al prójimo, siempre teniéndolo presente
en cada acto de su vida, obedeciéndolo y obedeciendo a sus padres, tal como la
Toráh lo dice de Ia’akov, el que sabe que no vale la pena cambiar las bendiciones
eternas por un rico y caliente plato de comida, el que no argumenta para salirse
con la suya a costa de la verdad y lo evidente, el que quiere obtener algún
provecho pero de tipo espiritual y eterno.

¿QUÉ TIPO DE HIJOS DESEAMOS TENER?

Después de hacer un pequeño análisis de la forma de ser de Esav y Ia’akov, podemos
preguntar ¿Qué tipo de hijos deseamos tener? ¿Queremos hijos como Esav o como
Ia’akov? Estoy seguro que todos responderán que quieren hijos como Iaákov, ¿no es
así?

Es aquí en donde entra nuestra labor y trabajo como padres; si queremos hijos como
Ia’akov ¡¡¡DEBEMOS SER COMO LOS PADRES DE IA’AKOV!!! Pues nuestros hijos
piensan, hablan y actúan de la misma manera que aprenden de nosotros los padres.

¿Cómo podemos pretender tener hijos así, con las cualidades, características, formas y
demás virtudes que tenía Ia’akov, si no los EDUCAMOS E INSTRUIMOS para ser así? Si

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nosotros como padres no poseemos ni la mitad de virtudes que deseamos para nuestros
hijos, si no los motivamos con nuestro buen ejemplo como padres, si nuestros hijos
aprenden que ser judíos o hijos de Hashem es “ir” a la sinagoga el shabat y el resto de la
semana ni siquiera leemos la Toráh, si no les proporcionamos la motivación y
herramientas necesarias para que primero les “guste y emocione” ser judíos y que
después les “apasione y amen” ser judíos, si no “invertimos” en ellos al comprarles
libros y material para que aprendan a amar a Hashem, si no les enseñamos el respeto y
temor por todo lo que es santo porque nosotros no lo tenemos ni lo hacemos, si les
enseñamos que el estudio secular es más importante que el estudio de la Toráh, y lo
más importante, si no les damos el tiempo para enseñarles Toráh y explicarles lo que
no puedan entender del material que les compremos.

Recuerdo que una ocasión le pregunté a una joven: “¿Cuándo piensas casarte?” Y me
respondió: “cuando ya esté preparada para el matrimonio y para tener hijos”. Esa
respuesta me hizo meditar, pues pensé “¿Cuándo estamos “preparados” para algo?
¿Cuándo estamos preparados para la vida, para casarnos, para los fracasos, para
las victorias, para obedecer, para ser padres o para la muerte?” Definitivamente,
nunca estamos “preparados” para nada, pues la “preparación” te la da la experiencia, y
experimentar es lo que en realidad nos prepara para afrontar y enfrentar lo que la vida
nos tiene predestinado a cada persona sobre este mundo.

Por otro lado, ¿qué es lo que en verdad nos da una preparación teórica? La Toráh, pues
en ella encontramos todas las directrices que debemos tomar en nuestra corta vida en
este mundo, pero que permanecen para la vida eterna. Así que esta es nuestra
responsabilidad, primero, instruirnos con la Toráh y segundo, aplicarla en nuestras
vidas para que nuestros hijos vivan ya dentro de la dirección de la Toráh.

¿Cuál es la mejor manera de EDUCAR E INSTRUIR a nuestros hijos?

Definitivamente, como lo dice Mishlei 22:6 “Instruye al niño en el camino que debe
andar; y cuando viejo, no se apartará de él.” De acuerdo a mi propia experiencia, este
versículo ha sido toda una realidad en mi vida y en la vida de mis hijos, pues ha sido la
INSTRUCCIÓN de la Toráh y la que como padre tengo que dar, lo que me ha permitido
ver que mis hijos caminen por un sendero estrecho y recto, de acuerdo a las capacidades
y limitaciones que cada uno de mis hijos tiene.

¡¡¡Barúj Hashem!!! Porque esto lo aprendí muy bien con las experiencias que vi y
presencie de todos los que en algún momento fueron mis ayos, pues aprendí que a los
hijos se les debe de enseñar EL PORQUÉ de las cosas, porque se les reprende, porque
se les castiga, porque se le premia, porque deben obedecer, porque hay personas y
cosas en general que NO LES CONVIENE tener cerca; también aprendí a ser FLEXIBLE
Y TOLERANTE para que no cayeran en el libertinaje y la extralimitación; aprendí que
nuestros hijos pasan por diferentes y difíciles etapas en la que debemos estar prestos
para AYUDARLES –no para pasar la prueba por ellos- a que las puedan superar, aprendí
que no funciona el obligar a nuestros hijos a hacer y creer en algo, porque cuando crecen
y pueden, lo dejan y se alejan lo más posible de ello.

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Lo más importante que he aprendido de parte de Elohím, es tener COMUNICACIÓN,

CONFIANZA Y RESPETO por cada uno de mis hijos sin hacerme su “amigo”, pues como
lo leí en un libro: “el día que le digas a tus hijos que no te vean como un padre sino como
un amigo, ellos habrán ganado un gran amigo, pero tu habrás perdido a tus hijos”.

La COMUNICACIÓN nos permite conocernos mutuamente, ya que muchas veces

creemos conocer a nuestros hijos, pero la realidad es que no tenemos la más mínima
idea de quienes son nuestros hijos, lo que les gusta o disgusta, no conocemos a sus
amistades ni a sus padres, no sabemos qué fue lo que paso y vivió en la semana pasada,
no conocemos ni sus gustos para comer o vestir, etc.

La CONFIANZA se gana primero por parte de los padres, debemos saber escucharlos
sin juzgarlos, sin criticarlos ni amenazarlos, mucho menos sin burlarse de ellos, pues si
esto hacemos seguramente no volverán a tener la confianza de volver a hablar de lo que
para ellos es importante y por lo cual su confianza crece o termina. Nunca debemos
prometerles algo y no cumplir; tampoco debemos sobrevalorarlos sino ser objetivos
con ellos.

El RESPETO a nuestros hijos permite que ellos respeten a todos y que puedan aceptar
a los demás como son; debemos respetar sus puntos de vista y aceptarlos si son los
correctos; debemos aprender a reconocer nuestros errores y defectos como padres sin
justificaciones y eso nos permitirá ganar el respeto de nuestros hijos; debemos
dirigirnos hacia ellos de la misma manera en que deseamos que ellos se dirijan a
nosotros como padres.

Por ello, la INSTRUCCIÓN es la mejor manera de guiar a nuestros hijos, recordemos que
TORÁH significa DIRECCIÓN, INSTRUCCIÓN, ENSEÑANZA.

¡SHABAT SHALOM JAVERÍM!

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