Está en la página 1de 8

27 de octubre de 2018 (Lección 6)

Jacob se encuentra con Dios en Betel


Génesis 27:41 a 28:22
Unidad:
Abraham, Isaac y Jacob
Verdad central:
Los cristianos deben escuchar la voz de Dios.
Objetivo:
Repasar la historia de Jacob en Betel y definir qué es escuchar la voz de Dios.
Contexto:
Alrededor de 1929-1920 a.C. en Beerseba y Betel
Texto áureo:
La cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac. La estableció a Jacob por decreto,
a Israel por pacto sempiterno (Salmo 105:9-10).
Panorama de la lección:
Esta lección se centra en los gemelos hijos de Isaac y Rebeca. Esaú fue el primogénito
y Jacob el segundo. Sin embargo, contra lo que era práctica normal, Dios escogió a Jacob
para que fuera el que comunicara la herencia espiritual de Abraham e Isaac a las
generaciones futuras de sus descendientes. Sin embargo, Jacob no se contentó con dejar en
manos de Dios su destino. En complicidad con su madre, engañó a Isaac y defraudó a Esaú
para que se cumpliera el plan de Dios. La relación de enemistad con Esaú fue una fuente de
angustia para Isaac y Rebeca y motivo de una prolongada separación entre estos hermanos.
Metas de la enseñanza:
1. Impartir y reforzar conocimientos
Repasar el relato bíblico sobre la rivalidad entre Esaú y Jacob, hermanos gemelos, y sus
dañinas consecuencias.
2. Influir en las actitudes
Animar a los alumnos a confiar que Dios cumplirá su plan, si ellos le obedecen.
3. Influir en la conducta
Desafiar a los alumnos a esperar en Dios para que se haga su voluntad en la vida de ellos,
y que no se adelanten a Dios tratando de imponer su voluntad, como quiso hacer Jacob.
Fondo histórico-literario
Los relatos del Génesis fueron transmitidos de generación a generación por la tradición
oral hasta que Moisés escribió el Génesis entre los años 1445 y 1405 a.C. Si llegamos a la
conclusión de que Isaac nació en Canaán alrededor del año 2065 a.C., los hermanos gemelos
Esaú y Jacob habrían nacido en el hogar de Isaac y Rebeca alrededor del año 2005 a.C.
cuando Isaac tenía sesenta años (Génesis 25:26). Abraham, quien vivió un total de 175 años
(Génesis 25:7), tendría 160 años cuando nacieron sus nietos Esaú y Jacob (Génesis 21:5).
Bosquejo del estudio:
I. JACOB HUYE DE CANAÁN (Génesis 27:41 a 28:9)
A. La determinación resentida de Esaú (27:41)
B. El plan de Rebeca y el acuerdo de Isaac (27:42-46; 28:1-4)
C. El viaje de Jacob a Padan-aram (v. 5)
D. El esfuerzo de Esaú para complacer a su Padre (vv.6-9)
II. Dios habla a través de un sueño (Génesis 28:10-15)

1
A. Lugar de parada de Jacob (vv. 10-11)
B. El sueño de Jacob (v. 12)
C. El mensaje de Dios a través de sueños (v. 13-15)
III. JACOB PROMETE SERVIR A DIOS (Génesis 28:16-22)
A. Reconociendo la presencia de Dios (v. 16-17)
B. La dedicación del altar (vv. 18-19)
C. El voto de Jacob (vv. 20-22)
INTRODUCCIÓN
Jacob tuvo dos encuentros con el Señor que determinaron el curso de su vida. La
manera en que engañó a su hermano, ayudado e instigado por su madre, lo puso en peligro
de muerte. Dios rompió la tradición cuando permitió que el gemelo menor se alzara con el
derecho de la primogenitura y la bendición patriarcal. Dios no tuvo que explicar o justificar
su decisión.
Tomemos un momento para inferir o discutir los detalles de este pasaje bíblico. La
pregunta es: ¿Acaso no podía el Señor haber usado otros medios para darle la primogenitura
a Jacob sin que la familia sufriera ese desgarrador episodio y la resultante separación? Por
supuesto, si hubiera estado tratando con personas maduras y espirituales. Sin embargo,
Jacob nació en el seno de una familia cuyos padres y hermanos eran inmaduros, imperfectos
y sin revelación de Dios. Dios usó las debilidades humanas de Jacob para cumplir su perfecta
voluntad.
Las consecuencias obvias de la trama de Jacob y Rebeca fueron su destierro y huida
inmediata hacia Padan-aram (Harán). El fin era que encontrara una esposa adecuada. Esa
primera noche, tuvo un encuentro con Dios que deja entrever su futura restauración. Siglos
más tarde, el profeta Jeremías trae una parábola sencilla y profunda a la vez para Israel (18:
1-10). El alfarero puede restaurar el vaso que se ha echado a perder en el torno. Jacob
pasaría veinte años en un proceso de renovación en Harán.
I. JACOB HUYE DE CANAÁN (Génesis 27:41 a 28:9)
A. La determinación resentida de Esaú (27:41)
41
Aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre lo había bendecido,
y dijo en su corazón: “Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi
hermano Jacob”.
Tal parece que Esaú no admitió su parte en las circunstancias que rodearon la trampa
de su hermano. Era tan impulsivo que le había vendido su primogenitura a cambio de un
plato de lentejas. Quizás nunca pensó en llevarle la delantera a su hermano en la contienda
por el primer lugar. Antes bien, vivía en el momento, entregado a los placeres.
Sin embargo, se llenó de amargura y rencor cuando comprendió que su hermano se
había convertido en el jefe del clan. La gravedad de los sucesos de ese día fue devastadora.
El odio y la malicia finalmente acabaron con su afecto, si lo hubo hacia su hermano.
Esaú decidió deshacerse de su detestable hermano de una vez por todas. Se vengaría
matándolo y recuperando sus derechos. Empero, esperaría que su padre falleciera. La cosa
es que Isaac superó su crisis y vivió por muchos años después de este incidente.
B. El plan de Rebeca y el acuerdo de Isaac (27:42-46; 28:1-4)
42
Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y ella envió y
llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consuela
acerca de ti con la idea de matarte. 43 Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz;
levántate y huye a casa de Labán mi hermano en Harán, 44 y mora con él algunos

2
días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue; 45 hasta que se aplaque la ira
de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho; yo enviaré entonces, y te
traeré de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un día? 46 Y dijo Rebeca
a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma
mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero
la vida? 28:1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No
tomes mujer de las hijas de Canaán. 2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de
Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu
madre. 3 Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique,
hasta llegar a ser multitud de pueblos; 4 y te dé la bendición de Abraham, y a tu
descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a
Abraham.
Rebeca volvió a entrometerse en los asuntos de Jacob para salvarle la vida. Sin
embargo, Dios nuevamente usó las fortalezas y debilidades de su carácter para encaminar
sus propósitos para la nación israelita y el resto de la humanidad. El texto describe a Isaac
en su vejez ciego y sin sus sentidos. Sin embargo, Rebeca estaba más preocupada por el
futuro de su hijo predilecto. No tardó en enterarse de que Esaú esperaría a que se cumplieran
los días del luto de su padre para matar a Jacob.
Esaú aborreció a su hermano por haberlo engañado. Los comentaristas sugieren que
por eso decidió desquitarse con sus padres casándose con cananeas (véase 26:34-35;
27:46). Mientras Esaú continuaba meditando sobre sus pérdidas a manos de un hermano
infiel, su amargura pronto se convirtió en odio. La mente controlada por la malicia, que ya
no se contenta con alimentar pensamientos oscuros, trama un acto de venganza. Esaú, en
una trama que en cierto modo recuerda el acto de Caín contra Abel (4:1-15), quien determinó
asesinar a su hermano que una vez había sido su amigo.
Rebeca entra en pánico y sin demora orquestó un plan de salvación. Alerta a Jacob
sobre los planes de su hermano (27:42), instándolo a que huyera hacia la casa de su tío
Labán en Harán (otro nombre para Padan-aram). Ella persuadiría a Isaac para que permitiera
que Jacob se casara con una de sus parientes, en lugar de una cananea. Si Jacob se hubiera
quedado, ¿habría atormentado a su hermano con su victoria? Tal vez. La cosa es que Dios
tenía otro plan para su vida y los futuros descendientes de Abraham.
Isaac estuvo de acuerdo y bendijo a Jacob (28:1-2). Dios estaba en el asunto. En
hebreo, bendecir proviene de barak, la cual aplica tanto a la adoración a Dios como a los
beneficios que él u otro ser humano le otorgan a otra persona. Isaac invoca la bendición de
Abraham sobre su hijo: hijos, tierra, posesiones “hasta llegar a ser multitud de pueblos” (vv.
3-4).
Es importante que los padres impartan la bendición de Dios sobre sus hijos. Esta
bendición debe reconocer sus dones y talentos divinamente dados. Esta bendición enfatiza
el amor y la aceptación de los hijos por parte de los padres y la esperanza y expectativa de
llevar adelante importantes valores espirituales y sociales en la próxima generación.
C. El viaje de Jacob a Padan-aram (v. 5)
5
Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo,
hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú.
El viaje de Jacob a Padan-aram no fue un viaje ligero, sino más bien una fuga para
escapar de un hermano enfurecido. El asustado Jacob iba de Beerseba a la ciudad de Harán
(en lo que hoy es Siria), cubriendo una gran distancia en un solo día. Beerseba está en el
sur de Canaán, y lo que se convirtió en Bethel está a unas sesenta millas al norte, en dirección
al centro de Canaán.
3
Debemos tener en mente la importancia del motivo de los viajes o peregrinaciones a
través de las Escrituras: José a Egipto, Israel saliendo de Egipto y en Canaán, los cautivos
de Judá a Babilonia y setenta años más tarde el regreso a Judá. En el Nuevo Testamento, el
niño Jesús fue a Egipto y regresó a Nazaret; el hijo pródigo fue a un “país lejano” y finalmente
regresó a la casa de su padre; Pablo emprendió grandes viajes misioneros. Nosotros, que
somos seguidores de Cristo, a lo largo de nuestra vida estamos en un viaje espiritual que
eventualmente nos llevará de la tierra a la gloria celestial. La lectura detenida de las
Escrituras revelará que emplea el tema de viajes como principios espirituales que se pueden
aplicarse a la vida cristiana de hoy.
D. El esfuerzo de Esaú para complacer a su Padre (vv.6-9)
6
Y vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob, y le había enviado a Padan-
aram, para tomar para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado
diciendo: No tomarás mujer de las hijas de Canaán; 7 y que Jacob había obedecido
a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram. 8 Vio asimismo Esaú que
las hijas de Canaán parecían mal a Isaac su padre; 9 y se fue Esaú a Ismael, y
tomó para sí por mujer a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de
Nebaiot, además de sus otras mujeres.
Los esfuerzos de Esaú por complacer a su padre, Isaac, son patéticos, de hecho
lastimosos. Esaú ha vivido su vida egoísta, con la intención principal de complacerse a sí
mismo, independientemente de cómo afecte a los demás, o incluso a sí mismo a largo plazo.
Él se ha casado varias veces; incluso una vez por desquitarse con su padre, casándose con
una mujer totalmente inaceptable. Sabiendo claramente la desaprobación de su padre con
sus elecciones matrimoniales, ahora piensa que el agregar una hija Ismael, a sus esposas
hará feliz a Isaac.
Sin embargo, no era principalmente la felicidad de Isaac lo que estaba en juego, sino
el bienestar de Esaú y su familia y la de las generaciones futuras. Génesis 2 claramente había
enseñado una unión matrimonial de por vida con una mujer. La cantidad de conocimiento
de la verdad que era actual en la generación de Isaac es discutible, pero ciertamente el
matrimonio con varias esposas era una exhibición de riqueza y poder por parte del esposo.
Por el contrario, el Señor defiende una feliz unión entre un varón y una mujer, ideal para la
crianza de los niños, quien creó el cielo y la tierra y estableció normas de conducta para la
humanidad.
II. Dios habla a través de un sueño (Génesis 28:10-15)
A. Lugar de parada de Jacob (vv. 10-11)
10
Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. 11 Y llegó a un cierto lugar, y
durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje
y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar.
Beerseba está en el sur de Canaán, cerca de la frontera con Egipto. Jacob se dirigía a
Padan-aram (Harán) en lo que ahora es la Siria moderna. Debía atravesar todo Canaán para
llegar a la casa de los parientes de su madre en el país que, en los siglos posteriores, sería
una espina en el costado de Israel. Jacob debió apresurarse sobre el accidentado y
accidentado terreno del sur de Canaán (lo que más tarde sería principalmente tierras
asignadas a la tribu de Judá). El rápido vuelo de Jacob habría sido motivado por la intención
declarada de Esaú de asesinarlo y la posibilidad de que Esaú lo persiguiera.
Jacob no tenía un lugar cómodo para pasar la noche después de haberse apresurado
hacia el centro de Canaán durante su primer día. Pero decidió no continuar viajando durante

4
la noche, ya que estaba cansado por el primer día de viaje y necesitaba el respiro que pudiera
obtener en este solitario y rocoso lugar. Se hizo una almohada de piedra y se echó a dormir.
B. El sueño de Jacob (v. 12)
12
Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo
tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
La Biblia contiene muchas narraciones acerca de los sueños, varían en su significado,
por ejemplo, los de Abraham, Jacob y José en Génesis. Durante esa época, no tenían un
texto sagrado que sirviera de guía. Por lo tanto, usó otros medios de comunicación. Más
tarde, habló a través de los profetas. Pero podría hablar dentro del espíritu humano o en
una voz audible o mediante una teofanía (una aparición de Dios en forma humana). Jacob,
con su pobre conocimiento acerca de Dios, podría haberse desconcertado con una impresión
o mensaje hablado, o haber perdido el significado de una teofanía. Pero un sueño vívido
inmediatamente obtendría su atención.
Dios todavía habla a la gente a través de estos medios antiguos. Él sabe qué medio de
dirección captará la atención que desea. Quizás quiere conmover a los desobedientes para
que obedezcan o animar a los tímidos a que actúen cuando están titubeando acerca lo qué
será la voluntad de Dios. Hoy tenemos la Biblia, totalmente adecuada para dirigirnos en toda
situación práctica. Sin embargo, cuando Dios necesita, Él puede captar nuestra atención a
través de un sueño o visión, o mediante una voz audible. Necesitamos ser prontos en
escuchar.
La experiencia del niño Samuel viene al caso (1º Samuel 2:18-24; 3:1-14). Dios lo eligió
para advertir al anciano Eli para que juzgara a su familia. Samuel era sensible a los asuntos
espirituales, pero no entendía los medios de Dios. Cuando Elí lo instruyó en cómo responderle
a Dios, rápidamente escuchó y obedeció.
C. El mensaje de Dios a través de sueños (v. 13-15)
13
Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios
de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré
a ti y a tu descendencia. 14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te
extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la
tierra serán benditas en ti y en tu simiente. 15 He aquí, yo estoy contigo, y te
guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no
te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.
La forma cómo Dios eligió comunicarse con Jacob es increíble. Jacob experimentó un
sueño lleno de significado profético. El Señor estaba de pie a la cabeza de una escalera que
llegaba de la tierra al cielo con ángeles que ascendían y descendían sobre ella. Lo que Él
eligió decirle a este varón adulto relativamente sin forma espiritual, deslumbra la mente. Al
comienzo de un período de veinte años de formación moral y espiritual, Jacob recibió una
comunicación divina que reveló su papel en el desarrollo futuro de la nación elegida de
Yahvéh. El mensaje culminó en un indicio de la venida del Mesías, quien traería la salvación
y el gobierno divino al mundo.
Primero, Dios se identificó como el Dios de los padres de Jacob. Luego, le aseguró a
Jacob que la tierra en la que estaba mintiendo se les daría a sus numerosos descendientes,
que ocuparía tierras en las cuatro direcciones. Finalmente, le aseguró a Jacob que, en última
instancia, su simiente bendeciría a “todas las familias de la tierra” (v. 14). Esto sucedería a
través del advenimiento eventual del Mesías, que no sería simplemente un gobernante tribal
sino, más bien, en última instancia, el Rey de reyes y el Señor de señores.

5
El Señor también hizo a Jacob una promesa irrompible e incondicional. Él estaba con él
y lo mantendría dondequiera que lo llevara su viaje (v. 15). Traería a Jacob de regreso a
Canaán y permanecería con él hasta que se cumplieran sus promesas.
Jesús parece haber aludido a esta revelación del Antiguo Testamento en Juan 1:51. Le
había revelado a Natanael que lo había visto mientras estaba sentado meditando bajo una
higuera (v. 50). Entonces Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que desde ahora veréis el
cielo abierto, y los ángeles de Dios que ascienden y descendieron sobre el Hijo del hombre.”
Aparentemente, Jesús se identificó con el Dios de la revelación que se había dirigido a Jacob,
y ahora predijo que Natanael lo vería: Cristo, el Hijo de Dios, en la posición de Dios revelada
a Jacob en su sueño.
III. JACOB PROMETE SERVIR A DIOS (Génesis 28:16-22)
A. Reconociendo la presencia de Dios (v. 16-17)
16
Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y
yo no lo sabía. 17 Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa
que casa de Dios, y puerta del cielo.
Muchas veces no entendemos el significado espiritual de lo que Dios esté tratando de
comunicarnos en su sabiduría y voluntad. Seguimos por la vida sin reconocer su
omnipresencia. Sin embargo, el rey David preguntó: “¿A dónde me iré de tu espíritu? ¿Y a
dónde huiré de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú; y si en el seol hiciera mi
estrado, allí tú estás. Si tomara las alas del alba y habitara en el extremo del mar, aun allí
me guiará tu mano y me asirá tu diestra”.
Si dijera: “Ciertamente las tinieblas me encubrirán”, aun la noche resplandecerá
alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día ¡lo
mismo te son las tinieblas que la luz!” (Salmo 139: 7-12).
Durante la época de Jacob, la gente creía que sus dioses o ídolos tribales estaban
atados a ciertos lugares. Dios estaba demostrándole que no tenía límites geográficos; su
poder y conocimiento son universales.
Jacob estaba asombrado y reconoció que estaba en un lugar santo porque Dios lo había
visitado. Sin embargo, no entendió del todo que Dios iría con él a todas partes y lo guardaría
de las dificultades.
Aquel lugar solo podía resultar terrible para una persona como Jacob, un pecador que
estaba tratando de huir de Dios. Sin embargo era el sitio apropiado para que un pecador
como él pudiese encontrarse con Dios cara a cara, a través de aquella escalera que había
sido enviada desde el cielo, figura del mismo Cristo.
Cuando Jacob salió de su casa, tenía un punto de visto limitado sobre Dios. Pensó que
alejándose de su hogar, estaba también huyendo de Dios. Pero en este lugar acabó
descubriendo que no había dejado A Dios allá en el hogar familiar y exclamó: " el Señor está
en este lugar y yo no lo sabía."
B. La dedicación del altar (vv. 18-19)
18
Y se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera,
y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. 19 Y llamó el nombre de aquel
lugar Bet-el, aunque Luz era el nombre de la ciudad primero.
En hebreo la palabra utilizada es maṣṣêbah. Esta palabra se usa en el Antiguo
Testamento para la piedra vertical sagrada que estaba junto al altar, y era una de las
características habituales de la adoración y el sacrificio en un "lugar alto" (bâmah). En Oseas
3:4 está asociada con otras formas de adoración israelita.

6
Aquí, la erección y consagración de una piedra como memorial de la manifestación
Divina, corresponde al uso religioso de tales piedras verticales para propósitos de ofrendas
y símbolos ceremoniales.
Los patriarcas se distinguen por la práctica de edificar altares en lugares santos. Siglos
más tarde, la nación tendría un tabernáculo de reunión en donde sacrificaría ofrendas a Dios.
Luego, vendría la construcción del Templo con todo el sistema de cultos y sacrificios.
El Señor visitaba a los patriarcas en donde se encontraban y ellos respondían
consagrando el lugar. Jacob hizo lo propio: edificó un altar, derramó aceite sobre las piedras
y lo bautizó como Betel, 'casa de Dios'.
"Y Jacob se levantó temprano en la mañana", significa un estado de iluminación; "y
tomó la piedra", significa la verdad "que había puesto para sus almohadas", significa con la
que había comunicación con lo Divino; "y hacerlo una columna conmemorativa", significa un
límite sagrado; "y derramó aceite sobre su cabeza", significa lo sagrado es santificado; "y
llamó el nombre de ese lugar Bethel", significa la calidad del ser del lugar; "pero el nombre
de la ciudad era Luz al principio", significa lo que era anteriormente.
C. El voto de Jacob (vv. 20-22)
20
E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje
en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 21 y si volviere en paz
a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 22 Y esta piedra que he puesto por señal,
será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.
Jacob hizo un voto solemne en esta ocasión. En este observe:
1. La fe de Jacob. Él confía en que Dios estará con él y lo mantendrá; él depende de
eso.
2. La moderación de Jacob en sus deseos. Él pide no ropa suave y delicada carne. Si
Dios nos da mucho, estamos obligados a estar agradecidos y usarlo para él; si nos
da poco, estamos obligados a estar contentos y alegremente a disfrutarlo en él.
3. La piedad de Jacob, y su consideración por Dios, aparecen en lo que él desea, que
Dios esté con él y lo guarde. No necesitamos más para hacernos más fáciles y felices.
También su resolución es, adherirse al Señor, como su Dios en el pacto.
Cuando recibimos más de la misericordia común de Dios, debemos abundar en gratitud
hacia él. El décimo es una proporción adecuada para ser dedicado a Dios, y empleado para
él; aunque puede ser más o menos, según Dios nos prospera, 1ª Corintios 16:2. Recordemos
nuestros Betheles, cómo nos comprometemos con los votos solemnes a rendirnos al Señor,
tomarlo por nuestro Dios y dedicar todo lo que tenemos y somos para su gloria.
El Señor siempre cumple sus promesas (2ª Timoteo 2:19). Su carácter no cambia a
pesar de nuestros altibajos. Jacob, sin embargo, jura su lealtad y devoción si Dios cumple
sus promesas. Sobre esta piedra edificará la casa de Dios y pagará sus diezmos.
Desconocemos cómo cumpliría con el diezmo.
CONCLUSIÓN
Esta lección cubre el comienzo del viaje espiritual de Jacob. Esta experiencia lo
preparará para que asuma su lugar como patriarca a su regreso a Canaán. Esta vasija rota
será un instrumento de honra.
EL DESAFÍO DEL TEXTO ÁUREO
SE ACORDÓ PARA SIEMPRE DE SU PACTO; DE LA PALABRA QUE MANDÓ PARA MIL GENERACIONES, LA CUAL
CONCERTÓ CON ABRAHAM, Y DE SU JURAMENTO A ISAAC. LA ESTABLECIÓ A JACOB POR DECRETO, A ISRAEL
POR PACTO SEMPITERNO (SALMO 105:9-10).

7
El Señor prometió hacer de Abraham una gran nación. Abraham no vio su
cumplimiento. El Señor le hizo la misma promesa a Isaac, quien tampoco vio su
cumplimiento. Entonces, se lo prometió a Jacob, quien tampoco vio su cumplimiento. José,
el hijo de Jacob, al final de sus días reunió a su familia para profetizarles: “Dios ciertamente
os visitará y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob”
(Génesis 50:24). Siglos más tarde, Josué cumplió la promesa cuando llevó a los israelitas a
la conquista de Canaán. Dios siempre cumple sus promesas. Como creyentes debemos
prestar atención a lo que dice en su Palabra y creerle de corazón.

También podría gustarte