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INTRODUCCIÓN

En esa época gobernaba el país un régimen militar autodenominado "Revolución Argentina" presidido por el
Gral. Juan Carlos Onganía, a partir de cuya política
económica se implementaron una serie de medidas autoritarias, antiobreras y desindustrializantes , a fin de
abrir los mercados internos a los monopolios internacionales. También persiguió y encarceló a los militantes
políticos y sindicales opositores, disolvió los partidos políticos e intervino las universidades, que fueron
consideradas "centros de subversión y comunismo" por la propaganda oficial. En este contexto, estudiantes
y profesores fuero desalojados violentamente de las universidades por la policía, en lo que se conoció como
la noche de los bastones largos. Todo esto llevo (según distintos puntos de vista) a una "protesta obrera" o
"rebelión popular".

El clima político y social generado por las determinaciones de este gobierno impopular fue agravándose
paulatinamente, surgiendo en forma creciente actos de protesta y huelgas en todo el país. Los hechos previos
que derivaron en El Cordobazo comenzaron los primeros días del mes de Mayo de 1969, y fueron una
sucesión de huelgas y asambleas sindicales organizados por diversas corrientes gremiales y agrupaciones
políticas cordobesas (no siempre coincidentes en sus objetivos y metodologías), los cuales fueron duramente
reprimidos por orden de las autoridades militares provinciales y nacionales del gobierno dictatorial.

Dichos movimientos obreros estuvieron más o menos


organizados y consensuados, pero a ellos luego se unieron espontáneamente la casi totalidad de las
agrupaciones estudiantiles y corrientes políticas de izquierda de aquella ciudad y sus suburbios,
conjuntamente con un sinnúmero de marchas vecinales y protestas callejeras ciudadanas de todo tipo,
confluyendo desde los barrios periféricos e industriales hacia el centro de la ciudad, y derivando en violentos
enfrentamientos con las fuerzas policiales, las cuales se vieron desbordadas y ampliamente superadas por la
creciente irritación popular contra el régimen dictatorial imperante.
DESAROLLO
El Cordobazo formó parte de una serie de puebladas en Argentina entre 1969 y 1972 todas ellas nombradas
con palabras terminadas con el sufijo contra la dictadura. Debilitó al gobierno y fueron uno de los factores
de la caída y reemplazo del dictador Juan Carlos Onganía el 8 de junio de 1970, abriendo paso a elecciones,
concretadas en 1973. Además, causó la renuncia del interventor federal de factoCarlos J. Caballero. Dos
años después se produjo el segundo Cordobazo, conocido como Viborazo. Además, fue una de las grandes
protestas a nivel mundial, en el marco de los movimientos sociales de 1968.

El 28 de junio de 1966 tomó el poder una dictadura autodenominada Revolución Argentina, liderada por el
general Juan Carlos Onganía. Esta Revolución Argentina fue la primera dictadura permanente instalada en
Argentina, siguiendo la Doctrina de la Seguridad Nacional que Estados Unidos estaba imponiendo en
América Latina, como parte de su estrategia político-militar, durante la Guerra Fría. Una de las primeras
medidas de la dictadura fue la abolición de los partidos políticos, medida que desencadenó generalizadas
acciones insurreccionales y combativas, como la acción guerrillera que comenzó en 1968, las puebladas que
comenzaron en 1969, así como el fortalecimiento de algunas corrientes sindicales combativas y la
radicalización del movimiento estudiantil.

Simultáneamente, las transformaciones en la Iglesia católica, derivaron en el surgimiento en toda América


Latina de la Teología de la liberación, apoyada en la opción por los pobres. En 1967 se había creado en
Argentina el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (más conocidos como Los curas
tercermundistas); en 1968 los obispos latinoamericanos habían dado a conocer el célebre Documento de
Medellín, que anunciaba el umbral de una nueva época histórica de nuestro continente, llena de un anhelo
de emancipación total, de

liberación de toda servidumbre, de maduración personal y de integración colectiva y en 1969, en el mismo


mes del Cordobazo, el Episcopado Argentino elaboraba el Documento de San Miguel, proclamando La
Iglesia de los Pobres: La Iglesia honra a los pobres, los ama, los defiende, se solidariza con su causa.

Desde 1968, la Confederación General del Trabajo o CGT, se había dividido en dos. Por un lado estaba la
CGT "Legalista", bajo el liderazgo implícito de Augusto Timoteo Vandor, y a la que pertenecía la mayoría
de los grandes sindicatos (UOM, SMATA, UOCRA, AGEC, Sanidad, Ferroviarios, UTA, Textiles), etc. y
por otro lado estaba la CGT de los Argentinos, liderada por Raimundo Ongaro, que agrupaba a sindicatos
que proponían una lucha más frontal contra la dictadura: gráficos, Luz y Fuerza, petroleros, portuarios,
telefónicos, empleados de farmacia, azucareros, etc.

En la provincia de Córdoba y particularmente en su capital, se venía desarrollando un proceso de


industrialización creciente desde la década de 1930, y que se había consolidado en las dos décadas
anteriores. Convertida en polo migratorio interno, la población de la ciudad venía acrecentandose, en esas
dos décadas, al 3% anual, lo que implicó que al año siguiente la población llegara a las 800.000 personas, el
doble que dos décadas atrás.

A partir de 1957, la ciudad de Córdoba desarrolló una importante base fabril metalúrgica, especializada
principalmente en la fabricación de automóviles, al punto de que la ciudad de Córdoba recibiera el apodo de
la Detroit argentina] Las principales fábricas de automóviles fueron la planta de IKA (que luego pasaría a
ser propiedad de Renault), ubicada en el extremo sudoeste de la ciudad, en el barrio de Santa Isabel, y que
empleaba a 11 486 obreros. Además existían tres plantas del Grupo Fiat (Fiat, Materfer y Grandes Motores
Diésel, que luego pasaría a denominarse IVECO), ubicadas en el extremo sudeste, sobre la estratégica ruta 9,
donde se empleaban a 11 000 obreros (Debido a la importancia de la industria automotriz, el SMATA era el
sindicato más importante de Córdoba, agrupando a los trabajadores de IKA-Renault y las demás empresas
automotrices, con excepción de las fábricas de Fiat, cuyos trabajadores se habían organizado en dos
sindicatos de empresa, Sitrac y Sitram, que no adhirieron a la huelga que dio origen al Cordobazo.

A partir de esos dos grandes polos, en el sur y el sudeste de la ciudad, se formaron densas concentraciones
obreras cercanas a las fábricas. En el sudoeste, cerca de la planta de IKA-Renault, se formó Villa El
Libertador. En el sur, cerca del Camino San Carlos había fábricas de vidrio, de bulones, la autopartista
Transax y los talleres de la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (EPEC), vinculados con los centros
vecinales de los barrios Villa Revol y San Carlos . ] En el sureste, más allá del camino de circunvalación (hoy
llamado Agustín Tosco), "la zona de Ferreyra aglutinaba los barrios de Ituzaingó, Avellaneda, San Lorenzo,
Deán Funes y Primero de Mayo; en cuyo corazón estaba la planta de Fiat (Concord, Materfer y Grandes
Motores Diesel) y los pequeños y medianos talleres de alrededor como Luján Hnos., e incluso otras fábricas
como la planta de Motores Diesel Livianos-Perkins, la autopartista Thompson Ramco, las plantas de caucho
Rubber y Armando López, las metalúrgicas Tubos Transelectric y Rubol y la láctea SanCor. Esta zona tuvo
una importante relación con barrio Colón y San Vicente, ubicados en su trayectoria hacia el centro de la
ciudad, territorio de talleres y
fábricas de calzado cuya planta paradigmática en San Vicente -por cantidad e intensidad de luchas- fue la
fábrica de calzado Lucas Trejo, recordada además porque la mayoría de sus delegadas eran mujeres."

Luego del derrocamiento de Perón en 1955, el sindicalismo cordobés había adoptado una organización
pluralista, en la que convivían solidariamente las corrientes peronistas ortodoxas, heterodoxas y combativas,
con las corrientes comunistas y radicales. En 1957, Córdoba fue la primera regional que logró organizarse
luego del golpe de Estado de 1955, organizando uno de los eventos más significativos de la historia del
movimiento obrero argentino, como fue el plenario nacional que aprobó el Programa de la Falda, de fuerte
contenido antiimperialista. Los principales sindicatos eran el SMATA (automóviles) con 15.000 afiliados,
conducido por el peronista ortodoxo Elpidio Torres, Luz y Fuerza (energía) con 3000 afiliados,conducido
por el simpatizante del Partido Comunista Agustín Tosco, y la Unión Tranviarios Automotor (UTA),
conducido por el peronista combativo Atilio López. Mientras que Luz y Fuerza estaba en la CGT de los
Argentinos, la UTA y el SMATA estaban en la CGT oficial.

El movimiento estudiantil también tenía un importante desarrollo en Córdoba, sede de la universidad más
antigua del país, con una población de 30 000 estudiantes, 5000 de las cuales se reunían cada noche a cenar
en el comedor universitario. Muchos de ellos vivían en el barrio Alberdi, alrededor del Hospital de Clínicas
de la Facultad de Medicina, caracterizado por la alta cantidad de pensiones para estudiantes.

Las agrupaciones estudiantiles estaban divididas en dos grandes corrientes: las reformistas y las integralistas.
Las principales eran Franja Morada, el Movimiento Nacional Reformista (MNR), el FAUDI, el MUR, el
FEN y la UNE.La Federación Universitaria de Córdoba (FUC) estaba conducida por Carlos Scrimini, del
Partido Comunista. Una de las políticas del movimiento estudiantil argentino y cordobés en particular, era la
unidad obrero-estudiantil.

El Cordobazo es considerado por casi todos los historiadores como un hecho clave en la historia argentina
posterior a 1955,] mientras que la mayoría de las fuerzas políticas, sindicales y estudiantiles lo consideran
como una gesta popular. Una calle de la ciudad de Córdoba lleva el nombre de "El Cordobazo" y la
estratégica Avenida de Circunvalación de la ciudad lleva en nombre de "Agustín Tosco". Puntualmente, el
Cordobazo debilitó el proyecto de dictadura permanente de Onganía, de cuya caída un año después es
habitualmente considerado un antecedente. En los tres años siguientes de la dictadura, siguieron
realizándose una gran cantidad de puebladas que, junto a las acciones de las organizaciones guerrilleras
surgidas en 1969 y 1970, contribuyeron a generar un clima insurreccional. ] Dos años después, un segundo
Cordobazo, conocido también como Viborazo, produjo la renuncia del interventor militar de la provincia.
El debilitamiento y posterior caída de Onganía, permitió que fuera el general Alejandro Agustín Lanusse
quien asumiera la conducción de la dictadura, luego del breve gobierno de facto del general Marcelo
Levingston. Varios historiadores involucran a Lanusse en el Cordobazo, sosteniendo que la demora del
Ejército para ingresar a la ciudad de Córdoba, tenía como objetivo debilitar a Onganía con el fin de causar su
caída. Lanusse intentó que los partidos políticos aceptaran una salida electoral controlada por los militares,
bajo el nombre de Gran Acuerdo Nacional, que finalmente fracasó, dando paso a la vuelta de Juan D. Perón
y la realización de elecciones libres en 1973, que inició el tercer peronismo, aunque la dictadura logró
impedir que Perón se presentara como candidato. El Cordobazo influyó también en la victoria en Córdoba
de la fórmula del Frejuli Ricardo Obregón Cano-Atilio López, este último uno de sus protagonistas.

El Cordobazo ha sido atribuido a la abolición de la política decretada por Onganía y ha sido relacionado con
los altos niveles de militancia y compromiso social alcanzados de la década de 1970, con la maduración de
una tradición combativa del sindicalismo peronista que tuvo su epicentro precisamente en Córdoba, ] con la
radicalización del peronismo revolucionario,[63] con la aparición de la llamada corriente sindical clasista y
socialista,y con la estrecha relación entre los movimientos sindical y estudiantil expresada en la idea de
"unidad obrero-estudiantil". El Córdobazo generó también un fuerte debate, originado por las críticas de las
agrupaciones trosquistas, que habían decidido no participar en la huelga, sobre el supuesto "espontaneísmo"
del movimiento y la falta de organización.

Finalmente el Cordobazo ha sido asociado con una tradición de puebladas en Argentina, tanto la que el 17
de octubre de 1945 originó al peronismo, como aquellas que se produjeron en la década de 1990 y principios
de 2000, y muy particularmente con el Cacerolazo del 19 y 20 de diciembre de 2001, que causó la caída del
presidente constitucional Fernando de la Rúa.

CONCLUSIÓN
Fue el principio del fin del gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, o más bien de la dictadura.El
Cordobazo se caracterizó, entre otras cosas, por el surgimiento de numerosos movimientos obreros y
estudiantiles que se organizaban en gremios, cuerpos de delegados y centros de estudiantes y que a su vez
nutrió y fortaleció las organizaciones de izquierda, algunas de las cuales derivaron en organizaciones
políticas armadas (entre las más importantes, el Ejército Revolucionario del Pueblo, Montoneros, Fuerzas
Armadas Revolucionarias), las cuales se las llamaba "Organizaciones Guerrilleras". Hay quienes dicen que
la lucha de los obreros y los estudiantes, su manera de hacerse sentir y manifestar sus inconformidades
dejaron una enseñanza, marcando un antes y un después en lo que son las manifestaciones, demostró que el
pueblo unido (estudiantes-obreros) puede ser una poderosa fuerza de combate muy fuerte ante injustos
gobiernos. Se debe reconocer también, que lejos de los nostálgicos recuerdos que este provoca a quienes
vivieron en esas décadas, el Cordobazo dejo una fuente de enseñanzas para enfrentar al capitalismo de
hoy, con posibilidades de derrotarlo.
RECURSOS

RECURSOS
Agustín Tosco (1930-1975), dirigente sindical cordobés del gremio de Luz y Fuerza, miembro de la CGT, y
uno de los principales actores del Cordobazo. La Avenida de Circunvalación de Córdoba , lleva su
nombre en homenaje a este sindicalista
Agustín Tosco -de la izquierda clasista- acordó con Elpidio Torres (Smata) y Atilio López (UTA) -ambos de
extracción peronista- la realización de un plan de lucha contra la dictadura de Onganía
El 29 de mayo de 1969 cambió la historia del país. En medio de una huelga general, obreros y estudiantes
se movilizaron y derrotaron a la policía tomando el control del centro de la ciudad de Córdoba. La
dictadura de Onganía quedó herida de muerte.
Entrevistas
LINA AVERNA

Lina Averna. Una mujer en el Cordobazo

“Nuestro sueño era convertirnos en las primeras mujeres de Córdoba en tomar una fábrica. Y lo logramos,
pero dos años después del Cordobazo, en 1971. En septiembre de 1964 comencé mi tarea en ILASA. Tenía
que soldar cables entre unas 300 chicas que iban desde los 16 a los 20.
No usábamos ninguna medida de protección, ni el menor equipamiento personal. Nos hacían convenios por
separado de los varones y después supimos que no sólo cobraban más sino que tenían los puestos más
calificados, cómo capataces o en mantenimiento.
Nosotras éramos todas operarias; encintábamos y cortábamos cables para colocarlos en terminales de las
Estancieras de IKA-Renault.
Recuerdo cosas muy terribles de las jornadas laborales; por ejemplo no teníamos libertad para ir al baño;
para hacerlo debíamos ir a la oficina del capataz y pedirle un permiso de plástico, para entregarlo a la Sra.
Álvarez -en la puerta del baño- que nos controlaba marcando en una planilla cuanto tiempo demorábamos.
¡A mí esas cosas me hacían bajar la tensión de los nervios que pasaba!
Una vez surgió una compañera que nos dijo que debíamos afiliarnos al SMATA y ahí nomás trajo las
solicitudes para llenarlas.
Nos subimos a una Estanciera del SMATA y enfilamos hacia el centro de Córdoba. Me agarré un susto
grande cuando vi en la parte trasera del auto un montón de Molotov… pudimos llegar por Colón hasta el
Cinerama y allí nos enfrentamos con la policía montada ¡a pura bolita los hacíamos retroceder! Nosotras
estábamos todas juntas y me acuerdo de la alegría que teníamos, yo me animaría a decir que el Cordobazo
fue un verdadero bautismo para las que nunca abandonamos la lucha. La jornada del Cordobazo duró para
mí en la calle hasta las 5 de la mañana del 30. Aunque estábamos muertas de hambre ninguna participó de
saqueos.
Lo otro duro que vivimos fue cuando en 1971 decidimos las mujeres tomar ILASA. Estábamos cansadas de
tener tanta diferencia salarial con los de Ika-Renault que ganaban casi el doble. La toma duró tres días que
fueron tremendos, apalarearon a todos los metalúrgicos y después vino lo peor: despidos a todas las
delegadas y activistas.
Pasé años sin trabajo, llevando el pesado cartel de “tomadora de fábrica”, después cuando volví a conseguir
me empezaron a tildar de “montonera” y otra vez sin empleo. Vivía espantada de entrar en cana por nada,
sentía que querían asustarme.
Me parece increíble después de todo estar viva”

LILA GARCIA:
Lila García. Vivió el Cordobazo en las calles.

“El Cordobazo en pleno nos agarró a toda mi familia viviendo en la calle San Lorenzo al 141, en el barrio
Guemes. Por supuesto que este día se venía preparando desde hacía bastante. Lo digo como escribana, que
estaba colaborando con la gente de Derechos Humanos; fui protagonista testigo directa de las tomas de
fábricas que se producían y tengo recuerdos de haber salido de raje a las cuatro de la mañana, porque los
obreros llamaban, para a hacer las actas y el protocolo y así dejar sentado todo lo que acontecía
Muchas veces iba junto al Cuqui Curutchet, pobrecito ¡cómo lo asesinaron! Anduve esquivando los
caballos de la montada que se pegaban una patinadas bárbaras entre las bolitas y también los manifestantes
¡les tiraban gatos! claro, los caballos se iban a la mierda…Así los obreros y los estudiantes fueron ocupando
toda la ciudad. Pero el despelote total vino cuando nos enteramos que lo matan a Máximo Mena, la furia fue
enorme y se incendia la Xerox de Colón; la verdad nos alegramos mucho, porque tenían unos guardias tan
hijos de puta que apenas nos veían volanteando ¡nada más! y ya llamaban a la policía para que nos llevaran.
Tenía terror de caer en cana.
Creo que a partir de este día la gente se radicalizó más. Se empezaron a pedir abiertamente elecciones libres
y el regreso de Perón y era impresionante cómo se iban incorporando cuadros medios con mucha conciencia
de lucha. Siempre pienso que, justamente, esa generación no se pudo reponer, porque quedaron vivos los
chicos, los viejos y el miedo.”

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