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ADIÓS HIPERTENSIÓN
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Descargo de Responsabilidad Médica
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Índice de Contenidos
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Lección XI. Los Ejercicios y Otras Prácticas De Actividades Físicas 42
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Lección I.
Presentación De Los Objetivos.
Con este informe queremos comunicar un mensaje importante para gran parte
de la población, de manera práctica y estimulante para que los lectores
puedan obtener buenos resultados en un plazo relativamente corto.
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Simplemente vamos a abordar las causas que hacen a la hipertensión arterial,
para así poder mejorar y evitar sus síntomas. Para que resulte un buen
método didáctico accesible a todos, hemos dividido el informe en varias
lecciones. Cada una de las lecciones encierra enseñanzas fundamentales, ya
sea tanto en el campo del conocimiento racional como en el campo de la
experiencia comprobada.
¿Por qué decimos que la segunda parte del informe es la más importante?
Decimos que la segunda parte es la más importante de este libro electrónico
porque en sus páginas damos recomendaciones concretas, tendientes a lograr
estabilizar y mantener la presión arterial a un nivel acorde a cada persona. Si
se detecta algún indicio de hipertensión no hay que pasar por alto la consulta
y el seguimiento médico. A la par, hay que emprender una dieta nutritiva y la
actividad física adecuada, junto con otra serie de sugerencias que vamos a
dar que hacen al bienestar de las personas.
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La idea es llevar a cabo este programa en forma tan estricta como se pueda,
para que cuando se observen los cambios positivos en la salud, las
medicaciones pierdan su razón de ser. Como en todo, hay que poner empeño
para lograr resultados positivos. Aquí no hay soluciones milagrosas si no se es
perseverante. Si no se hacen los cambios necesarios o se hacen los cambios a
medias, de más está decir que los resultados alcanzados no serán positivos o
serán positivos a medias.
Y bien, nos resta acotar que está en cada uno de los lectores tomar las
mejores decisiones para alcanzar el éxito que cada uno se proponga.
Abogamos porque así sea. Consideramos que cualquier lector perspicaz sabrá
sacar el mejor partido de estas páginas, que han sido cuidadosamente
planificadas, estudiadas y corroboradas. Nos ponemos a andar el camino,
entonces, acompañados de los lectores inteligentes que se sumen al saber, a
la vez que se dispongan a poner en práctica cada una de las lecciones que
seguidamente ofreceremos.
Nuevamente nos permitimos otra sugerencia. Les pedimos que apunten en una
especie de diario lo inherente al programa natural. En primer lugar, las metas
que se proponen para controlar la hipertensión. Luego del bosquejo inicial,
que tomen notas de los cambios que vayan haciendo, tanto en la alimentación
como en la actividad física u otros, así como también escriban los resultados
que vayan logrando con cada cambio específico. Si se hacen las cosas bien,
releer este diario servirá de estímulo para recordar todo lo bueno que se ha
alcanzado y para seguir por la senda del bienestar. Y si se hacen las cosas
mal, releer este diario servirá para darse cuenta por qué no funciona el
programa como debiera ser o, mejor aún, servirá para corregir los errores que
se están cometiendo. Nuestra mayor satisfacción sería que el mensaje
importante que quisimos comunicar a gran parte de la población llegue a buen
puerto y fructifique. ¡Felicitaciones por la decisión de emprender un cambio
positivo!
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PRIMERA SECCIÓN.
Informaciones Varias.
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Lección II.
¿A Qué Nos Referimos Cuando
Hablamos De Hipertensión Arterial?
La hipertensión arterial o presión arterial alta está referida a la cantidad de
presión que ejerce la sangre sobre las arterias en el transcurso de su paso a
través de ellas. La hipertensión arterial o presión arterial alta provoca al
corazón más trabajo del que debiera, porque el órgano principal de
circulación de la sangre llega a estar en contracción y bombeo acelerado.
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La sangre recibe los materiales que proceden de la digestión, a la vez que
recoge las sustancias de deshecho que más tarde serán eliminadas por los
riñones y por otros órganos de excreción.
Por otra parte, los glóbulos pueden ser rojos o hematíes, que son los
destinados a recoger el oxígeno de los pulmones para alimentar los tejidos y
se lleva de éstos anhídrido carbónico, para ser eliminado. Los glóbulos pueden
también ser blancos o leucocitos, que son los que destruyen los microbios y
los cuerpos nocivos por medio de la fagocitosis. Las plaquetas participan en la
coagulación de la sangre.
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La presión arterial no tiene que elevarse sobre los valores considerados de
referencia, así como tampoco tiene que ubicarse muy por debajo de los
valores considerados de referencia. La tensión arterial insuficiente o
hipotensión puede privar al organismo de nutrientes, al ser insuficiente el
flujo de sangre a los órganos vitales.
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Si hablamos de una presión arterial que cumpla con las mejores pautas,
podemos ubicar a la presión arterial diastólica en menos de 80 mm Hg
(milímetros de mercurio) y a la presión arterial sistólica en menos de 120 mm
Hg. Cuando la presión arterial diastólica se ubica entre 80 y 89 mm Hg y la
presión arterial sistólica entre 120 y 139 mm Hg, nos encontramos ante un
cuadro de pre-hipertensión arterial. Y por encima de esas cifras ya se trataría
de un cuadro de hipertensión arterial, es decir, por encima de 90 mm Hg la
presión arterial diastólica y 140 mm Hg la presión arterial sistólica.
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Lección III.
Los Grupos De Riesgo.
Si bien en muchos casos de hipertensión arterial se desconocen la verdadera o
las verdaderas causas, suele existir un componente hereditario o antecedente
familiar. Si se tiene algún familiar directo con hipertensión arterial (padre,
madre, hermano, hermana, abuelo o abuela) es muy posible que en algún
momento de la vida se padezca esta enfermedad.
A propósito del estilo de vida saludable que venimos mencionando una y otra
vez, la hipertensión arterial está estrechamente relacionada con ello. Una
persona que ingiere grasas y sodio en exceso, que además es sedentaria, fuma
un cigarrillo tras otro, bebe alcohol en forma copiosa, padece estrés e
insomnio, es obvio que entra en el grupo de riesgo a padecer hipertensión
arterial. Si con ese modo de vida aún no es hipertenso, está mucho más
expuesto a sufrir el daño que si llevara un ritmo de vida saludable.
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Tan relacionada está la dieta con la hipertensión arterial que si se logra bajar
la presión se incrementará la capacidad para disminuir el peso corporal,
porque está comprobado que cuando el organismo sufre de hipertensión
arterial demanda mayor saciedad de hidratos de carbono.
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Entre los factores de riesgo vamos a mencionar uno extraño, aunque
científicamente en estudio: el STK39 o gen de la cinasa de serina/treonina en
ADN. Se trata de un gen que afecta el procesamiento de la sal en los riñones,
por lo que puede colaborar en determinar el riesgo a la hipertensión arterial.
Este gen produce una proteína que ayuda a que se regule la forma de procesar
sal en los riñones.
Por último, hay personas que están en riesgo de padecer hipertensión arterial
por otra afección o la también llamada hipertensión arterial secundaria. Ello
puede deberse a una enfermedad renal crónica, a un trastorno de las
glándulas renales, a las glándulas paratiroides alteradas, a un tumor en la
glándula pituitaria, al estrechamiento de la arteria que suministra sangre al
riñón, a algunos medicamentos, como anticonceptivos o drogas para migrañas.
También cuando la mujer está en estado de gestación puede tener cuadros de
hipertensión arterial, que cesarán luego de producido el parto.
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Lección IV.
Los Signos Para Alarmarse.
¡Cuántas personas tienen la presión elevada y no lo saben! Si bien la
hipertensión arterial puede no presentar ningún síntoma, el hecho de
pertenecer a cualquiera de los grupos de riesgo que hemos caracterizado en el
capítulo anterior se constituye en un signo de alarma y debe preocupar. Por lo
que aunque no se tengan síntomas o aunque no se sienta que se está enfermo,
si se está en cualquiera de los grupos de riesgo hay que establecer el control
de la presión como un examen más de rutina. Hablaremos más adelante de la
forma de controlar la presión arterial en el hogar, sin necesidad de concurrir a
la consulta médica solo para ello (Lección VII. Aprender el auto-monitoreo).
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Si una persona se siente bien y accidentalmente, por un control de rutina o lo
que fuere, descubre que tiene hipertensión arterial, debe comenzar a
preocuparse por ello. Aunque sienta que su salud está muy bien, porque no
tiene ninguna dolencia física o no nota nada extraño en el funcionamiento de
su organismo, la hipertensión debe empezar a preocupar desde el mismo
momento en que se percibe.
Quién sabe desde cuándo el corazón está haciendo un trabajo extra por culpa
de la hipertensión arterial. Lo mejor es lograr controlar a tiempo la
hipertensión arterial y no esperar a sufrir daños que podrían ser irreversibles,
como un accidente cerebro-vascular (ACV) o un ataque cardíaco. Los daños
pueden tardar muchos años en manifestarse pero al fin manifestarse de
manera contundente. Por lo tanto, descubrir que se tiene la presión alta
aunque sea por una circunstancia accidental debe ser un signo de alarma, que
no se debe desconocer.
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Lección V.
Una Consulta Médica Sin Demoras.
Si se está dentro de los grupos de riesgo o se sospecha que se padece
hipertensión por alguna manifestación orgánica en particular, no se debe
dilatar la consulta a un médico, que en principio puede ser un médico clínico
y quizás después se produzca la derivación a un médico cardiólogo. Si bien
vamos a hablar de la importancia de comenzar con la dieta y con la
suplementación de ser necesaria, así como con la actividad física, antes de
abordar los cambios se debe asistir a la consulta médica.
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Lo que queremos dejar bien en claro es que la hipertensión arterial es una
afección muy delicada, ya hicimos mención de algunos de los peligros que
puede desencadenar. Por lo que las decisiones que se tomen al respecto
deben estar avaladas por un médico. Las decisiones para controlar la
hipertensión arterial deben ser tomadas con la seriedad que el caso requiere.
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Lección VI.
Las Medicaciones y Sus Efectos Adversos.
Las medicaciones para la hipertensión ayudan a controlar la afección, aunque
en general tienen efectos secundarios o reacciones adversas. A veces el
médico va cambiando o combinando los medicamentos para la hipertensión
del paciente a manera de prueba, hasta que realmente encuentra un
medicamento más favorable.
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Hidroclorotiazida es un fármaco diurético que pertenece al grupo de las
tiazidas y se caracteriza por reservar el potasio, que por lo general suele
recetarse cuando hay hipertensión arterial, solo o asociado con otro
medicamento.
Otros medicamentos que suelen utilizarse para la hipertensión arterial son los
vasodilatadores, como minoxidil, hidralazina o doxazosina. Los
vasodilatadores dilatan o relajan los vasos sanguíneos, por lo que disminuyen
la resistencia. Pueden utilizarse con regularidad, tanto en comprimidos
sublinguales, como en aerosoles o parches en la piel. Los problemas
secundarios vienen porque al disminuir la presión arterial pueden provocar
mareos, desmayos, cefaleas, sofocos, palpitaciones, congestión nasal y
problemas gastrointestinales.
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Suele utilizarse el betabloqueante acebutolo, que disminuye el ritmo cardíaco
y el flujo de sangre. Los beta 1 tienen menos efectos secundarios que los beta
2. En general, los efectos adversos de estos bloqueadores suelen consistir en
mareos al levantarse de una posición de descanso, palpitaciones, debilidad,
incremento del peso, náuseas. La insuficiencia cardíaca puede sobrevenir con
el uso prolongado.
A pesar de todos los efectos adversos que tienen las medicaciones para la
hipertensión arterial, en ningún momento quisimos expresar que una persona
reaccione dejando de lado ya mismo las medicaciones que le recetó su
médico.
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Por el contrario, no debe discontinuarlas ni tomar ninguna determinación sin
sopesarla con su médico. A menudo las medicaciones se disminuyen en forma
paulatina o, aunque tengan que tomarse de por vida, pueden llegar a
reducirse en forma sustancial.
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Lección VII.
Aprender El Auto-Monitoreo.
Las personas hipertensas o con propensión a la hipertensión arterial deben
controlarse la presión con regularidad, a veces en distintos momentos de un
mismo día. Para mayor comodidad y para no tener que depender de otro,
conviene adquirir un esfigmomanómetro o tensiómetro y aprender a usarlo de
manera correcta en el propio hogar. A continuación explicamos cómo
tomarnos la presión sin necesidad de recurrir a un tercero. Tal vez las
primeras veces nos conviene que lo hagamos con la supervisión de alguien
entrenado, hasta que estemos seguros de haberlo hecho bien.
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Resulta mucho más sencillo de utilizar porque es automático, aunque
lamentablemente es bastante más caro que el manual. Por otra parte,
sabiéndolo utilizar éste último se considera más preciso.
Cuando nos disponemos a tomarnos la presión conviene que nos sentemos por
cinco minutos, tratando de estar tranquilos. Por lo menos una media hora
antes no tenemos que tomar café ni fumar y debemos evacuar la vejiga.
Tampoco tenemos que haber ingerido recientemente fármacos para la
presión. Debemos dejar pasar una media hora si estuvimos haciendo actividad
física, sea intensa o moderada.
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Se puede esperar unos minutos y repetir el proceso de toma de presión para
verificar las cifras. También puede convenir tomar la presión en el brazo
contrario al que lo hicimos en primera instancia. Cada vez que nos tomamos la
presión, debemos anotar el día, la hora, la presión arterial sistólica y la
presión arterial diastólica obtenida. Estos datos debemos tenerlos disponibles
para cuando hagamos la consulta médica.
• Dejar transcurrir media hora si bebió café, fumó un cigarrillo y/o tomó
alcohol.
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• Sentarse cómodo en un lugar silencioso, con la espalda apoyada en un
respaldo y previendo un lugar para apoyar el brazo, donde se colocará
el tensiómetro.
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SEGUNDA SECCIÓN.
Llevar a Cabo Un Programa
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Lección VIII.
Primeros Pasos Para Poner En Marcha
El Programa Natural Para Controlar
La Hipertensión.
En esta segunda parte del informe consideramos que el lector ya ha tomado
contacto con abundante y diversa información acerca de la hipertensión
arterial. Sabe de sus peligros y que no puede quedarse tranquilo si tiene
hipertensión arterial. Asimismo, consideramos que habrá concurrido al
médico. Si no lo hizo tiene que empezar por ello. Si está tomando alguna
medicación recetada para la hipertensión arterial no tiene que abandonarla
para comenzar este programa.
Lo que vamos a proponer tiene que ver con adherir a un estilo de vida
saludable, que tanto va a ayudar a controlar la hipertensión arterial como va
a mejorar otras dolencias que se puedan estar padeciendo. La alimentación y
la actividad física resultan saludables en sí mismas. En cuanto a las vitaminas,
los minerales y otros suplementos nutricionales que puedan estar haciendo
falta para complementar la alimentación, si una persona está tomando
medicación para la hipertensión arterial o para cualquier otra enfermedad le
recomendamos que consulte al médico. Las vitaminas, los minerales u otros
suplementos no van a resultar nocivos por sus componentes pero pueden
interactuar con alguna medicación y, por ejemplo, reducir sus efectos. Lo
mejor es asegurarse de hacer las cosas bien.
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Hay cambios que tienen que hacerse sin demoras si se quiere lograr el
objetivo. Vamos a ir paso a paso y a indicar las prioridades, aunque todas las
recomendaciones son importantes de llevar a cabo.
También hay que reservar una columna para las mediciones de la presión
sanguínea, con la especificación del día y la hora de cada toma. Si se tiene
que bajar de peso, conviene tener una balanza en casa para controlar el peso
a diario y a la misma hora, cifra que también se deberá anotar para poder
establecer comparaciones.
El diario del programa que proponemos no es solo para escribir como si fuese
una descarga emocional y luego dejar archivado en un cajón. En este caso el
diario del programa es para repasar día a día, semana a semana, mes a mes.
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Y para comparar las decisiones que se toman en relación a los controles de la
presión arterial. Sobre todo cuando se es riguroso con los cambios en la dieta,
eso se tiene que ver reflejado en el control de la hipertensión arterial.
También se tienen que notar los cambios en forma bastante inmediata si
fumaba en exceso y deja de hacerlo. O si bebía alcohol más de la cuenta y
reduce la cantidad a una copa. Pero para comprobarlo nada mejor que poner
en práctica los cambios saludables, ¡ya mismo!
Así que le decimos al lector que empiece a dar sus primeros pasos para
controlar la presión arterial de manera natural. De aquí en más, le pedimos
que lea y relea las recomendaciones o sugerencias importantes, pero sobre
todo que las ponga en práctica de inmediato. No hay que esperar a mañana
para hacer lo que se puede hacer hoy, dice el sabio refrán popular.
¡Bienvenido a una vida con la hipertensión arterial controlada! Vayamos a la
siguiente lección para seguir con el aprendizaje, la toma de conciencia y la
práctica.
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Lección IX.
La Alimentación Previene Males Mayores.
Con una dieta adecuada se puede ayudar al organismo a evitar el estrés
oxidativo y por ende, colaborar con mantener los niveles adecuados de la
presión arterial. La dieta adecuada tiene que ser baja en calorías, sobre todo
baja en contenido de grasas trans y grasas saturadas, porque el exceso
calórico y de grasas incrementa el metabolismo y el consumo de oxígeno, lo
que quiere decir que aumenta la producción de radicales libres, que son
moléculas que oxidan las células y con ello elevan los riesgos de
enfermedades cardiovasculares.
Como primera medida, para una alimentación correcta hay que respetar las
cuatro comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena. A lo sumo
entre el desayuno y el almuerzo y/o entre la merienda y la cena puede
ingerirse una colación (una banana o una manzana o una barrita de cereales
light o un yogurt descremado), como para “engañar” el estómago y no llegar
con tanto hambre a la siguiente comida principal. También hay que respetar
los horarios en que se disfrutan dichas comidas.
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Y hablamos de disfrutar porque hay que comer en un ambiente distendido y
agradable, para que lo que se ingiere caiga bien y se asimile como debe ser.
Si se viene de la calle muy acelerado o se está discutiendo, hay que buscar la
calma y recién disponerse a degustar el menú.
En cada una de las ingestas principales del día no deben faltar los alimentos
que aportan vitaminas y minerales, que son micronutrientes esenciales que
intervienen en los procesos y reacciones químicas en el interior de las células.
¿En qué alimentos se encuentran las vitaminas y los minerales?
Fundamentalmente en las frutas y en las verduras frescas. Hay que preferir
las que corresponden a la estación en curso y las de cultivo orgánico, que no
hayan sido rociadas con ningún pesticida ni almacenadas por mucho tiempo.
Cuando sea posible, tanto las frutas como las verduras se tienen que comer
crudas y con la cáscara, porque allí concentran la mayor cantidad de
vitaminas y minerales, así como contienen mayor cantidad de fibras, que
resultan tan buenas para depurar el organismo y así evitar el estreñimiento y
los divertículos. También se puede optar por rayarlas, licuarlas, procesarlas,
pisarlas, cortarlas en trozos pequeños si no se quiere morder la fruta
directamente.
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En cuanto a las carnes, se puede optar por las carnes rojas, de vaca, de
cordero, de búfalo o de cerdo, o por las carnes blancas, de pollo o de pavo. A
propósito de la carne de búfalo o de bisonte, si bien no está muy extendido su
uso culinario se ha comprobado que tiene bajas calorías a la vez que un
elevado perfil nutricional, muy superior al de otras carnes. Este es un dato
importante a tener en cuenta.
Cualquiera sea la carne que se elija, hay que comer con moderación, es decir,
si se incluye una porción de carne en el almuerzo no hay que volver a comer
carne en la cena. La porción debe ser pequeña, no más grande que el tamaño
de una mano. Todos los cortes de carne deben ser magros y en el caso de las
aves se le debe retirar la piel antes de su cocción; la piel siempre concentra
un alto contenido de grasas. Tanto las carnes rojas como las carnes blancas
deben preferirse orgánicas, que no hayan sido inyectadas con hormonas, así
como que los animales se hayan alimentado con pastos y cereales sin
contaminantes químicos de ningún tipo.
Dos o tres veces a la semana hay que incluir en la dieta pescados azules o de
aguas frías y profundas, que son los que contienen un mayor porcentaje de
grasas poliinsaturadas o ácidos grasos esenciales omega 3, por haberse
alimentado de plancton. ¿Cuáles son los beneficios de comer en forma
habitual ácidos grasos esenciales omega 3? Para el caso que nos ocupa, son
muy buenos para ayudar a mantener las arterias en buen estado y para
disminuir la presión arterial alta.
Algunos pescados azules, de aguas frías y profundas son: atún, salmón, salmón
rosado, caballa, sardina, arenque, bacalao, lenguado, anchoa o boquerón,
trucha marina, anguila, cazón, pez espada y congrio. Se deben preferir los
pescados frescos y que no provengan de siembra. En cuanto a los enlatados,
no son recomendables porque tienen un alto contenido de sodio en su
preparación.
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Si en alguna circunstancia se debe recurrir a una lata de atún, caballa, jurel u
otro pescado, hay que elegir los que son lomitos enteros en agua (no los
desmenuzados porque absorben aún más sodio) y antes de retirar del todo la
tapa de la lata se debe enjuagar el contenido con agua limpia; ese
procedimiento quitará una buena parte del sodio. Y para contrarrestar, no hay
que agregar sal común a los preparados que vengan enlatados o
industrializados con otro tipo de envase (como puede ser vidrio o cartón); es
suficiente con el sodio que tienen para su conservación.
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No debe faltar en la dieta el potasio, un mineral que se caracteriza por
regular el balance de agua en el organismo, que disminuye los efectos
negativos del exceso de sodio y participa de la relajación y contracción
muscular. El potasio está presente en fuentes naturales como en las carnes
(hay que elegir los cortes magros), en las frutas y en las verduras, en los
granos enteros y en las legumbres.
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Hay que poner dos partes de agua fría y una de semillas de quínoa y hervir de
doce a quince minutos. Se deja reposar hasta que el agua se incorpore a las
semillas y se condimenta a gusto o se utiliza en las ensaladas o en otras
preparaciones. Para ilustrar mejor, aportamos una ensalada de quínoa muy
nutritiva. Nos parece importante incorporar esta semilla en la dieta ya que
hace muy bien al control de la hipertensión.
Ensalada De Quínoa
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Lección X.
El Protagonismo De La Sal
En La Hipertensión.
Un papel importante en el control de la hipertensión lo juega el sodio, que
por lo general se ingiere con la sal común o cloruro sódico. Una dieta que no
se exceda en sodio no tiene que sobrepasar los 2.400 miligramos por día,
cuestión difícil de medir ya iremos viendo por qué. La cantidad de 2.400
miligramos equivale aproximadamente al contenido de una cucharadita de té
al ras. ¡Nada más que eso! Incluso cuando se padece hipertensión se suele
recomendar aún menos que 2.400 miligramos de sodio en total por día,
aunque si se hace actividad física intensa esta cantidad puede elevarse un
poco por sobre la cifra citada (por la transpiración se despedirá bastante
sodio).
La sal marina sin refinar, que se obtiene evaporando las aguas del mar, suele
ser aconsejada para los hipertensos por su contenido en magnesio y calcio. Y
también es aconsejable beber abundante agua filtrada durante el día. Si se
bebe poca cantidad de agua y se llega a la deshidratación, eso hará que el
organismo retenga el sodio.
El sodio está en el organismo, adonde llega con lo que se ingiere, tanto sólido
como líquido. El sodio presente en el organismo se activa y despide con el
sudor a través de los poros, con la orina, y parte se pierde con la evaporación
que provoca la respiración, reteniéndose el resto en el sistema óseo y en los
cartílagos. Los riñones regulan la circulación del sodio, tanto reteniéndolo,
cuando hay escasez de agua, como despidiéndolo, con la glándula pituitaria
encargada de segregar la aldosterona. El sodio influye en minerales como el
calcio y el potasio, a la vez que en forma recíproca estos y otros minerales
influyen en el sodio.
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Por lo que podemos apreciar el sodio es necesario. Más aún si recordamos que
interviene el proceso de convertir la glucosa en glucógeno, colabora con el
equilibrio del pH, contribuye a normalizar los latidos del corazón así como la
contracción muscular y los impulsos nerviosos. Solo se vuelve peligroso cuando
excede la cantidad necesaria y cuando falta el agua, que es conductora y
reguladora de las funciones corporales. Por ello, no hay que abusar de la sal y
hay que tomar agua en cantidad necesaria para no llegar a la deshidratación,
al menos unos dos litros diarios.
Así que de acuerdo a lo expresado antes tenemos que decir que el sodio no
debe eliminarse totalmente de la dieta porque es necesario, simplemente
debe controlarse su ingesta. Sucede que la mayoría de las veces agregamos sal
común cuando preparamos la comida, incluso ponemos el salero en la mesa y
volvemos a agregar sal, sin siquiera probar la comida.
Pareciera que en gran medida es una costumbre esto de volver a salar los
alimentos en la mesa. Y hay alimentos que en su composición ya tienen sodio
en cantidad suficiente o incluso excesiva para su conservación, como sucede
con la mayoría de los alimentos envasados, sean congelados o no.
Por citar tan solo un ejemplo, si hacemos una tarta de atún, con atún en lata
y aceitunas entre sus componentes, no tendríamos que ponerle ni una pizca
de sal porque ya con la que tiene el atún y las aceitunas es más que
suficiente.
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Por otra parte, hay que acostumbrarse a leer las etiquetas nutricionales de los
alimentos. No hablamos de las letras más grandes que suelen verse en el
envase desde lejos, donde puede decir: sin grasas trans, bajo en sodio, con
alto contenido de fibra y sin colesterol. Esos carteles en los envases nos
pueden servir para decidirnos a tomar los productos de la góndola, pero
tenemos que ser más rigurosos, ponernos los anteojos y seguir leyendo.
Hablamos de la letra chica, esa que ya viene inserta en todos los alimentos (es
una obligación que así sea) como información nutricional. Allí constan las
cantidades por porción y los porcentajes, de acuerdo a valores diarios en base
a una dieta calórica normal. Y en ese informe nutricional figura la cantidad de
miligramos de sodio por porción y puede ser que también figure el porcentaje
recomendado diariamente en la dieta. Resulta muy interesante este informe
nutricional, sobre todo cuando se deben extremar los cuidados en la
alimentación por problemas como la presión arterial alta.
Así que a la sal común que agregamos cuando cocinamos o a la que agregamos
en el plato ya servido, debemos sumar la que tienen los alimentos envasados.
Lo conveniente es elegirlos sin sal agregada o al menos bajos en contenido de
sodio. Y todo, tanto la sal visible como la oculta, no debe exceder los 2.400
miligramos diarios. Recordemos que en el caso de los alimentos naturales
como pueden ser los vegetales, las frutas, las carnes, también tienen una
proporción de sodio; alrededor de unos 500 miligramos diarios de sodio se
aportan con una ingesta diaria apropiada de estos alimentos. Por lo que como
primera medida debemos empezar por no llevar el salero a la mesa, tampoco
levantarnos para ir a buscarlo, aunque ello pueda resultar un buen ejercicio.
A propósito de ejercicio físico, el sodio se pierde en buena medida con la
transpiración y cuando se pierde en exceso hay que reponerlo. Pero el
ejercicio ya es tema de la lección que sigue.
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Lección XI.
Los Ejercicios y Otras Prácticas
De Actividades Físicas.
La actividad física junto con la dieta conveniente, resultan insoslayables en un
programa para controlar la hipertensión arterial. De hecho, una
recomendación básica para cualquier hipertenso es la de hacer al menos entre
20 y 30 minutos diarios de actividad física, que puede consistir simplemente
en una caminata. El ejercicio no solo ayuda a mantener en mejor estado las
funciones orgánicas, sino que vigoriza la mente y brinda distracción.
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Y lo que también es importante para el caso que nos ocupa, la actividad física
practicada en forma regular retarda la acumulación de colesterol en las
arterias y combate la formación de coágulos sanguíneos.
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El estiramiento se puede extender casi tanto como lo que duró la caminata,
porque ello favorecerá el relajamiento muscular y hará que por la noche se
descanse mejor. Y lo que es importante, el relajamiento contribuirá a
controlar la hipertensión arterial.
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El Yoga, La Relajación y La Meditación
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Comenzar a respirar correctamente y a relajar la tensión corporal con la
ayuda de los movimientos y de la respiración adecuada, son enseñanzas
básicas del yoga que están al alcance de cualquiera que ponga un poco de
empeño en aprenderlas.
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Lección XII.
¡Cuidado! A Mayor Sobrepeso,
Mayor Riesgo De Hipertensión.
Cuando se tiene presión alta hay menos capacidad para bajar de peso y
cuando se tiene sobrepeso hay más probabilidades de que se incremente la
presión sanguínea. Un organismo hipertenso requiere mayor cantidad de
hidratos de carbono que un organismo que no es hipertenso. ¿Cómo se explica?
Cuando el órgano muscular impulsor de la sangre se ha hipertrofiado o
engrosado por hipertensión arterial, el metabolismo energético no utiliza la
grasa como energía, por lo que impide la destrucción de dicha grasa.
Verdaderamente, todo un círculo vicioso con el que hay que acabar cuanto
antes, si se quiere mejorar el estado de salud.
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El índice de masa corporal (ICM) o índice Quetelet, que es la relación entre el
peso y la talla, establece como valores normales entre 18,5 y 24,9, si bien
dichos valores varían de acuerdo a la edad y al sexo de la persona. Lo cierto
es que un índice de masa corporal bajo o normal se corresponde con menores
riesgos de enfermedades cardiovasculares.
Un índice de masa corporal que se ubica por encima de 25, es decir levemente
aumentado, también aumentaría el riesgo cardíaco. Y un índice de masa
corporal por sobre 30, que corresponde a un estado de obesidad, se
constituiría en realmente riesgoso para la actividad del corazón.
Se necesita comer para vivir, pero hay que aprender a comer para nutrirse
adecuadamente. La dieta que incluya todos los nutrientes en las proporciones
que se necesitan (sin exceso calórico) y la actividad física practicada en forma
regular y constante, son los pilares para mantener un peso normal. Si se debe
bajar de peso, hay que hacerlo en forma paulatina para no provocar un efecto
rebote. Cuando se bajan muchos kilos en poco tiempo es muy probable que
luego se vuelva a subir en aún menos tiempo.
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Por lo que una forma de descenso de peso apropiado no debe sobrepasar la
pérdida de un kilo por semana, por más que sea mucho el peso total que haya
que perder.
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Lección XIII.
¿Se Necesita Recurrir
a Suplementos Dietarios?
Cada vez está más aceptado el criterio de suplementar o complementar la
dieta, sobre todo cuando por determinadas afecciones, como puede ser la
hipertensión arterial, se necesita que ingresen al organismo algunas
vitaminas, minerales y enzimas en dosis más altas que las habituales.
No olvidemos que las sustancias que ingresan con los alimentos son de alto
consumo o de vida efímera, por lo que no se debe descuidar la ingesta de
manera habitual. Por ejemplo, si se recomienda comer bananas para
incorporar potasio, la ingesta de bananas debe hacerse en forma habitual.
Aún así, puede ser necesario suplementar con potasio si se quiere controlar la
hipertensión arterial, aunque conviene que eso lo diga el médico.
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Si hablamos de valores requeridos para controlar la hipertensión arterial,
diariamente se necesitan 3.500 miligramos de potasio, 2.000 miligramos de
calcio y de 600 a 1.000 miligramos de magnesio. Ya hablamos en la Lección
IX. La Alimentación Previene Males Mayores, acerca de los alimentos que
contienen potasio, calcio y magnesio, que resultan tan importantes para
controlar la hipertensión arterial, por lo que como primera medida debemos
hacer una lista de menús que contengan en buenas proporciones esos
alimentos y cuidar de incorporarlos a diarios en cantidades suficientes.
Otros elementos como el selenio, el zinc y el cobre, que forman parte de las
moléculas de las enzimas antioxidantes, también se tienen que incorporar a
través de la alimentación y podrían prevenir enfermedades cardiovasculares.
Vamos a hacer hincapié en las vitaminas que más necesitamos para controlar
la hipertensión arterial. En cuanto al complejo B, la vitamina B6 produce
anticuerpos y hemoglobina así como mantiene la glucosa en rangos normales,
mientras que la vitamina B12 es importante para el metabolismo, ayuda a la
formación de glóbulos rojos y mantiene el sistema nervioso central.
Hay que comer espinacas, lechuga romana, pimientos, nabo, atún, bananas,
carnes rojas y blancas, huevos, soja, vísceras, mariscos y granos enteros.
También tiene mucha importancia el ácido fólico para disminuir la
arterioesclerosis, porque reduce la homosisteína en la sangre.
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La dieta para la hipertensión arterial tiene que tener buenos niveles de
vitamina B6, vitamina B12 y ácido fólico. Y hay que leer las etiquetas
nutricionales para preferir aquellos alimentos que estén adicionados con ácido
fólico, en especial los cereales.
Sucede que hay gente que vive en lugares donde es imposible la exposición
solar y quizás la alimentación sea deficiente en vitamina D, por lo que
también habrá que recurrir a un suplemento.
Contienen esta vitamina los vegetales de hojas verde oscuro, las legumbres,
los frutos secos, los huevos, la soja, el germen de trigo, el arroz integral. Al
menos se requieren 400 UI (unidades internacionales) diarias de esta
vitamina, cuya falta puede desencadenar problemas coronarios.
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Asimismo, en el caso de los ácidos grasos esenciales omega 3 (ácido
eicosapentaenoico o EPA y ácido docosahexaenoico o DHA) resultan
imprescindibles para la salud del corazón por reducir la presión arterial,
controlar el colesterol y flexibilizar las arterias, a la vez que disminuir los
dolores en las articulaciones y desinflamar.
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No se trata de una verdadera enzima, aunque juega un rol importante en la
transferencia de grupo acetilo y en el metabolismo de ácidos y aminoácidos.
Se necesita para el metabolismo de los ácidos grasos y del ciclo del ácido
cítrico.
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Para la hipertensión se suele recomendar un suplemento de 100 miligramos,
de dos a tres veces en el día. Para el colesterol malo elevado se suele
recomendar 150 miligramos. Un jugo de uvas recomendado para el corazón
debe hacerse con uvas negras o moradas, sin descartar el hollejo y las
semillas.
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Los Suplementos Herbales
Hay hierbas que han sido de probada eficacia para bajar y controlar la
hipertensión. Mencionaremos algunas de ellas, si bien volvemos a recomendar
la conveniencia de consultar al médico acerca de su ingesta. De todos modos,
no está de más informarse. Se puede concurrir a una tienda naturista e
inspeccionar aquellas hierbas más convenientes para la hipertensión arterial,
leer sus recomendaciones de uso e investigar todo lo que se pueda sobre ellas.
Indudablemente, el uso de la fitoterapia cada vez está más extendido porque
aporta buenos resultados a la salud.
Pero por más que nos aseguren que un suplemento es bueno, tenemos que
investigar todo lo posible sobre ello. Nunca debemos elegir un suplemento con
componentes artificiales como aditivos modificados por genética o irradiados,
edulcorantes, endulzantes, conservantes, aglutinantes.
Por ejemplo, debemos saber que existen diuréticos a base de hierbas que
pueden ser muy naturales aunque también quitan el potasio, como lo hacen
ciertas medicaciones diuréticas.
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Quizás si optamos por el ajo natural y el aceite de oliva extra virgen en las
principales comidas, así como la suficiente ingesta de agua filtrada, vamos a
conseguir buenos resultados para la hipertensión arterial sin ningún riesgo
adicional.
El espino blanco es conocido por sus efectos benéficos sobre los vasos
sanguíneos, por ser vasodilatador de las arterias coronarias. Ayuda al corazón
a bombear la sangre, por lo que disminuye y regula la hipertensión arterial.
Posee vitaminas B, C y minerales. Se lo recomienda en casos de taquicardia,
arritmias, arterioesclerosis.
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Y ya que antes nos referimos a la importancia del calcio, el potasio y el
magnesio para controlar la hipertensión arterial, nombramos algunas hierbas
que poseen riqueza en esos minerales, que pueden utilizarse como tisanas o
para espolvorear algunas comidas a manera de condimento:
Hierbas con alto contenido en calcio: ortiga, fresno, encina, salvia, tomillo,
nogal, zarzamora, hinojo, melisa, muérdago.
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Lección XIV.
Una Lista De Alimentos a Tener
En Cuenta Para Controlar La Hipertensión.
La lista de alimentos que vamos a proporcionar no pretende ser exhaustiva,
de ninguna manera. La pretensión es aportar aquellos alimentos que está
comprobado que son muy útiles para controlar la hipertensión arterial y que
se pueden conseguir de manera fácil. Como para que la persona que se haya
propuesto seguir este programa para controlar la hipertensión arterial provea
a su alacena y a su heladera de todo aquello que puede hacerle bien. ¡A
tomar nota y a correr a hacer las compras con criterio!
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Remolachas. Las remolachas resultan muy útiles para controlar la presión
alta. Una vez cocidas se pueden comer en ensaladas, incluso se pueden
aprovechar sus hojas para hacer bocadillos o tortillas. Y una bebida milagrosa
para bajar la presión se obtiene con el jugo de las remolachas. Se recomienda
tomar un vaso a media mañana y un vaso por la tarde; los efectos serán casi
inmediatos. Y si se quiere mejorar el sabor se puede licuar junto con una
manzana verde. ¡Muy desintoxicante, por cierto!
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Tomates. Los tomates tienen en su composición licopenos, con gran poder
antioxidante. Ayudan a mantener flexibles las arterias, como para dilatarse y
contraerse con el paso del flujo sanguíneo. Hay que preferir los tomates en la
estación que se cosechan y no aquellos almacenados en cámaras frigoríficas.
Bananas. Esta fruta contiene mucho potasio y hemos visto lo bueno que
resulta el potasio para favorecer la eliminación de sodio y para estabilizar la
presión. Se puede comer una banana a media mañana, es un alimento que
produce saciedad e incrementa la energía.
Agua. Hay que calmar la sed con agua natural filtrada, que es un diurético
natural. No hay que reemplazarla por bebidas gaseosas, que aportan cafeína y
sodio. Por lo menos hay que beber dos litros de agua potable diarios y más
cuando hace mucho calor o se realiza una actividad física intensa. El agua es
beneficiosa porque no tiene calorías, a la vez que favorece la circulación
sanguínea y la eliminación excesiva de sodio en el organismo, lo que ayuda a
reducir la presión sanguínea. El agua se puede alcalinizar con unas gotas de
limón natural, lo que resultará aún más saludable.
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Podríamos seguir ampliando la lista. Hay que releer la Lección IX. La
Alimentación Previene Males Mayores, porque allí se mencionan muchos
alimentos buenos para controlar la hipertensión.
Estamos en plena marcha del programa, ¡por lo que sigamos avanzando hacia
la próxima lección!
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Lección XV.
En Plena Marcha Del Programa Natural
Para Controlar La Hipertensión.
¡A Reforzar Los Pasos!
Suponemos que a esta altura del informe todo lo que venimos diciendo hasta
ahora ya habrá empezado a ser asimilado y muchas serán las cosas que se
habrán puesto en práctica. Seguramente será así, porque si se toma
conciencia de lo que significa la hipertensión para la calidad de vida no se
puede menos que empezar a hacer las cosas bien y cuanto antes.
Si se tiene la seguridad de que se está haciendo todo bien pero aún así se
observa una marcada hipertensión, hay que volver a la consulta médica.
Puede ser que haya algún otro problema orgánico que esté provocando el
cuadro de hipertensión arterial y habrá que investigar para averiguarlo.
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Aquí nos centramos en un programa natural para controlar la hipertensión
arterial, porque sabemos que si la hipertensión arterial obedece a causas de
un estilo de vida desfavorable, como sucede la mayoría de las veces,
cambiando hacia un estilo de vida favorable el proceso se tiene que revertir
en forma positiva.
Hay que ser autocríticos. Si estamos viendo que no hemos hecho todos los
cambios que debiéramos, tanto en la alimentación como en la actividad física
u otros, no debemos echarle la culpa al programa y decir a priori que no da
resultados. Si los cambios tienen que ser radicales, hay que apuntar a ello y
no autoengañarnos. No hay que hacer una cosa bien y otra mal, e igual
pretender resultar favorecidos.
Sea lo que sea, hay que empeñarse en encontrar una forma de aliviar los
temores y las ansiedades. Ya nos referimos al yoga, como actividad integral
para la mente y el cuerpo. A continuación vamos a hacer una breve síntesis de
la aromaterapia o de la armonía interior alcanzada con los aromas naturales.
¡No está de más probarla, por cierto!
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La Aromaterapia
A través del uso de los aceites esenciales, que se extraen de las propiedades
de las plantas, también se pueden tratar enfermedades físicas, aunque los
tratamientos deben estar dirigidos por un terapeuta en aromaterapia.
Para que la aromaterapia dé buenos resultados la elección del aroma debe ser
la más indicada para cada persona. Lo cierto es que los aromas naturales
liberan e inspiran el espíritu, disminuyen el nerviosismo y ayudan a combatir
el insomnio. También se utilizan los aceites esenciales para masajes
relajantes y restauradores en el cuerpo.
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Lección XVI.
Repaso Final Para Aprender Las Lecciones
De Una Vez Por Todas.
Si se tiene hipertensión arterial o se sospecha que se pueda tener hipertensión
arterial hay que realizar una consulta médica al respecto; lo reiteramos para
que no queden dudas sobre ello. También hay que controlarse el peso, que
debe estar acorde a la talla y a la edad.
Aunque se tengan unos pocos kilos de más o con más razón si se tienen
muchos kilos de más, hay que comenzar sin demoras la dieta para adelgazar,
con una alimentación natural y equilibrada, sin ayudarse con medicaciones.
Una vez alcanzado el peso conveniente se tiene que intentar mantenerlo
siempre.
Hay que repasar los alimentos que hemos calificado como buenos para
controlar la hipertensión arterial y comenzar a utilizarlos en forma habitual.
De hecho, la mayor cantidad de nutrientes adecuados que se incorporen a
través de la dieta hará que sea menos necesaria la suplementación o
complementación nutricional.
Las verduras y las frutas frescas deben estar a la orden del día. Son ricas en
potasio y calcio, por lo que entre otras cosas favorables ayudan a la
eliminación de sodio innecesaria en el organismo. Por lo menos hay que
consumir cinco piezas o porciones, entre frutas y verduras.
Aunque cuando son frutas o verduras poco calóricas y con un alto porcentaje
de potasio resulta conveniente consumir por sobre la cantidad que se estipula
como mínima.
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Hay que reducir el uso de la sal común en todas las comidas. Se puede optar
por utilizar sal marina sin refinar, pero igual hay que consumirla con
moderación. Las hierbas y otros condimentos saludables, como el ajo, el
perejil, el tomillo, el orégano, la menta, la albahaca, el eneldo, la salvia, el
romero, ayudarán a realzar el sabor de las comidas. También hay que
acostumbrarse a utilizar para sazonar el jugo de limón natural, muy bueno
como antioxidante por su aporte de vitamina C.
Así como se planifican las comidas diarias con rigurosidad, se tiene que
planificar una actividad física de manera regular y constante. Pueden ser
caminatas diarias, de veinte a treinta minutos de duración, incorporando
trabajo de pesas por menos dos veces a la semana. Para no empezar una
actividad y morir en el intento, conviene previamente hacer un análisis de
aquellas actividades físicas más afines a la personalidad y a la edad, que se
sientan como una distracción y no como una obligación.
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El agua también es la mejor bebida para acompañar a las comidas. Si por el
contrario se quiere beber vino o cerveza al menos hay que ser moderados. Las
mujeres no deben sobrepasar la copa diaria y los hombres las dos copas
diarias (copas de tamaño mediano, por cierto). Ahora, si se trata de whisky u
otras bebidas de graduación alcohólica elevada, la ingesta diaria no debe
sobrepasar lo que se consideran dos medidas en el hombre y una medida en la
mujer. Hay que tener presente que el consumo excesivo de alcohol
contribuirá en demasía a elevar la presión arterial.
A la par de todo, hay que preocuparse por reducir el estrés y dejar de lado los
estados de ansiedad permanente. Para tener buenos niveles de presión
arterial hace falta vivir relajados, dormir bien por las noches unas ocho horas,
estar en armonía con uno mismo y con el entorno, no tener adicciones que
condicionen (obesidad, tabaquismo, alcoholismo, drogadicción). Los estados
de nerviosismo e intranquilidad no hacen más que deteriorar la salud, en
general, e incrementar la presión arterial, en particular.
Asimismo, se debe recordar que el cambio positivo que se haga se tiene que
convertir en un hábito. No debe haber un retroceso en las buenas costumbres
adquiridas. Y si se trata de una persona joven la que inició este programa, no
debe abandonarlo cuando crea tener la presión bajo control. Una persona
joven tiene aún muchos años por vivir, si adhiere a un régimen de vida
saludable tendrá una vejez tranquila y plena de facultades. ¡Y no vivirá para
tomar medicaciones!
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Como se habrá podido apreciar a lo largo de este informe, el control de la
hipertensión arterial depende en gran medida de la persona que la padece.
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