Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2
LO QUE DICE LA CIENCIA SOBRE
DIETAS, ALIMENTACIÓN Y SALUD
y profesionales de la nutrición
L. Jiménez
3
La información presentada en esta obra es material informativo y no pretende servir de
diagnóstico, prescripción o tratamiento de cualquier tipo de enfermedad o dolencia. Esta
información no sustituye la consulta con un médico, especialista o cualquier otro
profesional competente del campo de la salud. El contenido de la obra debe considerarse
simplemente educativo. El autor y el editor están exentos de toda responsabilidad sobre
daños y perjuicios, pérdidas o riesgos, personales o de cualquier otra índole, que
pudieran producirse por el mal uso de la información aquí proporcionada.
© 2013 L. Jiménez
Este libro se editó por primera vez en marzo de 2013
Ed 1.07 (enero 2015)
ISBN: 978-1-291-55075-7
A mis hijas
4
ÍNDICE
1. Introducción (pag. 7)
5
¿Hay pruebas científicas de que el azúcar engorde?
¿Es mejor tomar lácteos desnatados?
¿Deben tomar los niños leche desnatada para prevenir la obesidad?
¿La leche y los lácteos provocan cáncer? ¿Y otras enfermedades?
¿Engorda comer muchas nueces u otros frutos secos?
¿El aguacate engorda?
¿La cerveza engorda?
¿Qué aceite vegetal es el más recomendable?
¿Son las legumbres saludables?
¿Por qué es mejor comer la fruta que tomar su zumo?
¿Cuál es el nivel de evidencia de los beneficios de alimentos integrales?
¿Todos los alimentos integrales son iguales?
¿La fibra alivia el estreñimiento?
¿Es el bocadillo la mejor opción para merendar?
¿Es la sal realmente mala para la salud?
¿El chocolate es bueno o malo para la salud? ¿Engorda?
¿Son peligrosos los residuos de plaguicidas de los alimentos?
7
8
9
INTRODUCCIÓN
10
Tras la publicación de mi primer libro “Lo que dice la ciencia para
adelgazar”, me dí cuenta de que mi prejuicio respecto a la falta de
interés por aprender sobre alimentación no era más que eso: un
prejuicio. A la misma velocidad a la que pude ser testigo de su
inesperado éxito y su importante presencia en internet pocos meses
después, fui consciente de la fascinación que en muchas personas
suscita cualquier cuestión relacionada con la nutrición. Para mi
sorpresa, descubrí una gran cantidad de gente ávida por aprender y
aclarar las ideas y principios que aplican al decidir qué y cómo comen.
Por otro lado, veo cómo cada vez más profesionales relacionados con la
salud son conscientes de que la dieta es una de las terapias más eficaces
para dar respuesta a una gran parte de los males y enfermedades de la
sociedad moderna. Pero siendo una de las herramientas con más
potencial para la medicina ambulatoria y del día a día, sigue sin dársele
la relevancia que se merece. La falta de reconocimiento de los
profesionales de la nutrición en nuestro país y la escasa formación sobre
el tema que suelen recibir los médicos son buena prueba de ello.
11
La epidemiología, una herramienta fundamental en investigación
nutricional
12
pero las correlaciones pueden ser de naturaleza compleja y no
necesariamente implican causalidad. Por ejemplo, es conocida la
correlación entre el consumo de chocolate per cápita y el número de
Premios Nobel de un país. Sin embargo, sería un error pensar que el
hecho de comer chocolate pueda aumentar las probabilidades de obtener
tan preciado reconocimiento.
13
Para llegar a conclusiones de cierta trascendencia en este tipo de
estudios son necesarias muestras de gran tamaño (miles de personas),
observación durante largos periodos de tiempo (años), ajuste por
numerosas variables de confusión y la obtención de resultados similares
en otros estudios parecidos. Se utilizan preferentemente para estudiar el
efecto de variables a largo plazo.
14
La forma más sencilla de comprenderlo es mediante un ejemplo, así que
supongamos las siguientes características para un trabajo de este tipo:
15
criterios definidos (tamaño de la muestra, periodo de tiempo, diseño del
estudio, heterogeneidad de resultados, posibilidad de sesgo…) y
analizan de forma estructurada los resultados, incluso de forma
cuantitativa. Aunque pueden ser realizados por cualquier experto, la
iniciativa Cochrane, creada a nivel mundial para obtener directrices de
aplicación clínica de la investigación científica, es la más prestigiosa y
reconocida haciendo revisiones de este tipo.
16
citados en el libro. Todos ellos son fácilmente localizables en internet,
gran cantidad de ellos completos, y en cualquier caso los resúmenes en
bases de datos como Pubmed. Si desea profundizar en cualquiera, puede
encontrarlo en tan solo unos segundos mediante el título, utilizando
cualquier buscador.
Por eso, al contrario que en los estudios, en la actividad clínica real para
conseguir cambios realmente importantes hay que hacer intervenciones
globales, modificando a menudo una buena cantidad de
comportamientos. Los estudios nos sirven para obtener información
más o menos rigurosa de cada uno de ellos, pero normalmente hay que
actuar sobre un conjunto amplio de variables de forma simultanea (no
siempre exclusivamente alimentarias, sino también psicológicas y
sociales), sin dejar flecos sueltos.
17
partir de la evidencia científica. En España, el documento de referencia
se considera el denominado “Consenso FESNAD-SEEDO”, elaborado
por las sociedades integradas en la Federación Española de Sociedades
de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) y la Sociedad
Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y publicado en 2011.
Es un material imprescindible para cualquier profesional y también
disponible libremente en la red.
18
ocurre a menudo ni de forma generalizada, pero si en algunos casos
significativos, como podrá comprobar.
Debo dejar claro que, a pesar del título del libro, no pretendo hacer un
resumen ni una recopilación del consenso científico oficial. Este es un
libro de divulgación y opinión (intentaré separar claramente ambos
conceptos), pero escrito desde un enfoque personal, que no siempre
coincide con dicho consenso. Y aunque utilice los estudios
epidemiológicos más rigurosos como hilo conductor, debe ser
consciente de que la busqueda y selección de los mismos tal vez sea
parcial debido al sesgo y a ideas anteriores que haya podido tener (el
llamado “cherry picking”). Aunque he procurado ser lo más objetivo
posible (no tengo ningún interés particular por ninguna corriente o
“escuela” concreta), la influencia de los conocimientos previos es
inevitable. Quien le diga lo contrario, le estará engañando.
19
en aquellos que son sistemáticos e insistentes a la hora de construir sus
ideas y opiniones, queriendo llegar hasta el último dato, también en
todo lo relacionado con la dieta.
Cada apartado del libro está encabezado por una pregunta, que pretende
ser fiel reflejo de las dudas más habituales y que con mayor frecuencia
me plantean, organizadas en cinco grandes temas: dietas, alimentos,
energía-metabolismo, suplementos-tratamientos y cuerpo-ejercicio.
Confío en que esta distribución le facilite la lectura y convierta el viaje
a través de cientos y cientos de estudios epidemiólogicos en algo ameno
y entretenido.
20
Espero sinceramente que lo disfrute tanto como yo lo he hecho al
escribirlo.
21
22
DIETAS
23
24
¿Cómo han cambiado las recomendaciones dietéticas oficiales?
25
Y cuando uno las recopila y se analiza su evolución a lo largo de los
años, lo cierto es que se encuentra una evolución muy interesante y que
da que pensar.
26
5. Reducir la sal y los alimentos con mucha sal.
Estoy seguro que, a pesar de que fueron redactadas hace años, le son
muy familiares, porque incluyen muchas ideas que han perdurado en el
tiempo. Pero es mejor que no me adelante; le ruego que las repase
varias veces antes de seguir leyendo y conocer cómo fueron
evolucionando.
27
menos grasas y más fibra. De vez en cuando aparecen referenciados los
cereales integrales, aunque de forma un poco confusa y dispersa,
cuando se habla de la fibra.
28
La verdad es que esta versión también podría considerarse como una
continuación de las tres anteriores. Sin embargo, la he separado del
grupo porque creo que en ella se introdujo un cambio importante.
29
La Food Pyramid
30
5. Frutas y vegetales variados a diario.
9. Menos sal.
31
sus numerosos apartados y gran cantidad de información para ir
identificándolas.
Para que entiendan a lo que me refiero, creo que es suficiente con que
lean las recomendaciones principales, que he intentado extraer del
voluminoso y denso original:
10. Reducir las grasas trans al máximo, las grasas saturadas a menos del
10% del total de calorías y el colesterol menos de 300 mg diarios.
32
11. Mantener las grasas entre el 20 y el 35% de las calorías totales,
preferentemente poliinsaturadas y monooinsaturadas.
16. Tener una buena higiene bucal y comer con menor frecuencia
alimentos con azúcares y almidones.
33
- Desaparece la Food Pyramid como referencia.
- Se mantiene la prioridad de los cereales integrales y se reduce la
cantidad de cereales totales.
- Se concretan las raciones de lácteos (tres) y se insiste en que sean
desnatados.
- Se define un rango recomendable de grasas totales, en lugar de su
reducción global.
34
7. Sustituir alimentos proteicos con muchas grasas sólidas por otros con
pocas o con menos calorías.
35
Con MyPlate se establecen cuatro mensajes principales (que
contendrían en sus explicaciones de detalle todas las recomendaciones
indicadas en la lista superior):
4. Lácteos desnatados.
36
Y las diferencias fundamentales con la versión anterior de 2005 serían
estas:
Bien, este ha sido nuestro breve recorrido por la historia de las “Dietary
Guidelines for Americans”, las recomendaciones dietéticas por
excelencia. A modo de epílogo, este podría ser un resumen de los
cambios (y no cambios) que han ido ocurriendo a lo largo de los 35
años:
Lo que ha cambiado
37
- Se reduce primero y aumenta después la visibilidad de los lácteos,
especialmente los desnatados.
Los resultados
38
Disease Control and Prevention (CDC), hasta 2010 (datos publicados
en 2012).
39
Que, segmentado por edades, quedaría así:
Según este grupo de expertos, estas son las premisas que debería
cumplir una dieta para ser considerada saludable:
41
4. Equilibrada: con una mayor presencia de una amplia variedad
de alimentos frescos y de origen principalmente vegetal, y con
una escasa o nula presencia tanto de bebidas alcohólicas como
de alimentos con baja calidad nutricional.
5. Armónica: con un equilibrio proporcional de los
macronutrientes que la integran.
6. Segura: sin dosis de contaminantes biológicos o químicos que
superen los límites de seguridad establecidos por las
autoridades competentes, o exenta de tóxicos o contaminantes
físicos, químicos o biológicos que puedan resultar nocivos para
individuos sensibles.
7. Adaptada: que se adapte a las características individuales
(situación fisiológica y/o fisiopatológica), sociales, culturales y
del entorno del individuo.
8. Sostenible: que su contribución al cambio climático sea la
menor posible y que priorice los productos autóctonos.
9. Asequible: que permita la interacción social y la convivencia y
que sea económicamente viable para el individuo
Como punto de partida, coincido con gran parte de las propuestas, pero
hay algunas que me parecen que van más allá de la definición de
"saludable". No digo que esté a favor o en contra, pero creo que en este
tipo de definiciones hay que ser riguroso y no mezclar churras con
merinas. Si hablamos de saludable, hablemos de saludable; y si
queremos hablar de recomendable, de deseable o de exigible, mejor que
lo llamemos así, recomendable, deseable y exigible.
Por ejemplo, creo que la dieta sea sostenible es un objetivo muy loable,
pero que no me parece que tenga relación directa con la salud. Es más,
el debate de la sostenibilidad de los alimentos es muy complejo, en el
42
que se mezclan aspectos enfrentados y muy polémicos. Y algo similar
podría decir sobre que el hecho de que sea asequible. Entiendo que si no
lo es, se estará dificultando su acceso universal (al que todos
deberíamos tener derecho), pero yo diría que esa es una variable política
o económica, no de salud.
43
En este caso se centra en aspectos más relacionados con la salud, pero
lo hace de una forma tan genérica y teórica que tengo mis dudas de su
utilidad práctica. No tengo pegas en lo de variada, pero me cuesta creer
que una persona normal sepa interpretar el resto para su caso particular.
Bien, hasta aquí lo que hay en nuestro país. Veamos ahora lo que se ha
desarrollado en EEUU para valorar lo saludable que es un tipo de dieta.
44
por lo que ya está por su tercera revisión (1995, 2006 y 2012
respectivamente).
La primera descripción que se hizo del HEI, allá por 1995 (“The
Healthy Eating Index”), incluía las siguientes diez variables y hasta un
máximo de diez puntos por variable, en función de lo que se ajustaran a
las recomendaciones (las seis primeras con una política de “comer más”
y las cuatro últimas de “comer menos”):
1. Frutas (10)
2. Vegetales (10)
3. Cereales (10)
4. Leche (10)
5. Carne y legumbres (10)
6. Variedad (10)
7. Sodio (sal) (10)
8. Grasas saturadas (10)
9. Grasas totales (10)
10. Colesterol (10)
45
paréntesis) se modificaron de la siguiente forma (teniendo las tres
últimas una política de “comer menos”):
1. Frutas (5)
2. Fruta completa (5)
3. Vegetales (5)
4. Vegetales verdes, rojos y legumbres (5)
5. Cereales (5)
6. Cereales integrales (5)
7. Leche (10)
8. Carne y legumbres (10)
9. Aceites (10)
10. Grasas saturadas (10)
11. Sodio (sal) (10)
12. Calorías de grasas sólidas y refrescos-dulces (20)
1. Frutas (5)
2. Fruta completa (5)
3. Vegetales (5)
4. Vegetales verdes y legumbres (5)
5. Cereales integrales (5)
6. Lácteos (10)
7. Proteínas totales (10)
8. Marisco y proteínas vegetales (5)
9. Ácidos grasos (5)
10. Cereales refinados (10)
11. Sodio (sal) (10)
12. Calorías de grasas sólidas, alcohol y refrescos-dulces (20)
46
Podemos repetir el ejercicio que hicimos en el apartado anterior y
comparar detenidamente las tres listas, para identificar los cambios que
se han producido en 15 años. Y también son significativos:
47
Bien, estas son dos aproximaciones diferentes de dos países - también
diferentes - para definir lo que es una “alimentación saludable”, la de
España y la de Estados Unidos, así como los cambios que han sufrido
en relativamente poco tiempo. Dejo en su mano la reflexión sobre su
idoneidad y utilidad para la población en general.
48
¿Qué ciencia hay detrás del concepto “dieta equilibrada”?
Proteínas
49
maestro sobre la determinación de la cantidad necesaria de proteínas
suele considerarse el estudio publicado en 2003, "Meta-analysis of
nitrogen balance studies for estimating protein requirements in healthy
adults". Este trabajo es un metaanálisis que analiza los resultados de los
estudios más importantes realizados sobre la cantidad de proteínas
necesaria para mantener el equilibrio de nitrógeno y es en el que se
suelen basar casi todos para hacer recomendaciones. El resultado,
después de diversas correcciones estadísticas dirigidas a asegurar que
prácticamente el 100% de la población tenga seguro dicho equilibrio, es
de unos 0,83 gramos por kilo corporal y por día. Y este suele ser el
valor del que se parte para estructurar la composición de una dieta.
50
reconoce, al igual que la propia Agencia de Seguridad Alimentaria
EFSA en su documento sobre proteínas, por eso ninguno de los dos
fijan ningún máximo para este macronutriente.
Por cierto, la EFSA también indica que se considera seguro (vamos, que
no hace daño) comer el doble de la cantidad recomendada para el
equilibrio de nitrógeno.
Grasas
51
Por otro lado, en 2012 se publicó la impresionante revisión Cochrane
realizada sobre las grasas y las enfermedades cardiovasculares,
"Reduced or modified dietary fat for preventing cardiovascular
disease", llegando a unas conclusiones que están alineadas con lo ya
comentado: No hay pruebas claras de que la reducción de las grasas sea
una estrategia que aporte beneficios para la salud. Incluso cada vez son
más frecuentes estudios observacionales que encuentran todo lo
contrario, una relación negativa entre la ingesta de grasas y la
mortalidad, como ocurrió en el estudio de 2012 “Total fat intake is
associated with decreased mortality in Japanese men but not in
women”.
Así que nos quedamos sin criterio científico para establecer los
porcentajes ideales de grasas en la dieta.
Carbohidratos
52
hecho repetidamente en el pasado, no podemos considerar aceptable
establecer su porcentaje de esa forma.
En definitiva...
53
Visto lo visto, ¿realmente es científico y riguroso considerar la
proporción aproximada de 50/30/20 para los tres macronutrientes como
la característica fundamental de una dieta equilibrada? Demasiados
agujeros, me parece.
Por otro lado, creo que esta forma de aconsejar nutricionalmente aporta
más bien poco a un usuario normal. Porque mete en el mismo saco a
todo tipo de grasas, todo tipo de proteínas y todo tipo de carbohidratos y
eso es un gran error. Un 50% de carbohidratos provenientes de patatas
fritas, pastelería y azúcar no tienen nada que ver con un 50% de
carbohidratos provenientes de hortalizas, frutas y legumbres. O un 20%
de grasas trans no pueden compararse a un 20% de grasas provenientes
del pescado, nueces y del aceite de oliva.
54
¿Cuáles son las cantidades recomendables de proteínas?
Una gran parte de nuestro cuerpo está formado por proteínas: Músculos,
piel, órganos, sangre... Casi podríamos decir que somos mayormente
agua, huesos y proteínas. Las comemos, las separamos en aminoácidos
que utilizamos para crear nuevas proteínas (que sirven para la creación
de nuevos tejidos, piel, pelo, órganos, etc,), pero también las
consumimos en procesos metabólicos, por ejemplo, para la obtención de
energía.
Los expertos han calculado cual es el valor medio mínimo a ingerir para
llegar a este equilibrio: 0,66 gramos de proteína por kilo de peso
corporal (en todo momento hablaré de gramos de proteínas pura, no del
alimento que la contiene). Ese es el valor medio mínimo, pero para que
no ocurra eso de "yo me como un pollo y tú ninguno, entre los dos nos
comemos medio pollo" y para que más del 97% de la población tenga
esa cantidad mínima asegurada (es decir, que la mayor parte del área
por debajo de la campana de distribución estadística quede cubierta), se
55
ha hecho la corrección correspondiente y se toma como cantidad
recomendada 0,83 gramos por kilo corporal.
Como suele ocurrir en estos casos, aunque el valor anterior está pensado
para llegar a una gran cantidad de población, la ciencia reconoce que
hay excepciones. Existen situaciones en las que los requerimientos de
proteínas son mayores y en los que es recomendable aumentar su
cantidad:
56
En caso de estar en un proceso de adelgazamiento, es decir, de balance
energético negativo, el cuerpo tiene más tendencia a quemar masa
magra y músculo. El documento de referencia científica español, el
consenso FESNAD-SEEDO, basándose en estudios existentes al
respecto, recomienda en esos casos aumentar la referencia a 1,05
gramos por kilo de masa corporal para evitar pérdidas.
57
de peso y día en adultos y de entre 1,3 - 1,55 gramos por kilo y día en
niños.
No voy a entrar a en la primera, ya que ese debate está fuera del objeto
de este libro. Así que me centraré en la segunda, los estudios que
supuestamente encuentran efectos negativos la elevada ingesta de
proteínas: Aumento de las enfermedades cardiovasculares, problemas
renales, fragilidad ósea o hipertensión.
58
Controlled Trial” (2013). No se identificaron problemas renales entre
aquellos con mayor ingesta de proteínas.
- “Dietary protein intake and blood pressure: a meta-analysis of
randomized controlled trials”. (2012). En este metaanálisis se
comprobó que sustituyendo los carbohidratos por proteínas la tensión
arterial mejoraba. Y el metaanálisis de 2013 “Intake of total protein,
plant protein and animal protein in relation to blood pressure: a meta-
analysis of observational and intervention studies” no encontró relación
entre su consumo y la hipertensión, independientemente de que fueran
de origen animal o vegetal.
Las críticas que tienen algún tipo de base, como la relación entre las
enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de proteínas, se obtienen
de estudios observacionales en los que la causalidad es muy difícil de
probar (dispone de más información en un próximo apartado) y dan
como resultado riesgos pequeños o moderados, por lo que es muy difícil
asegurar que las responsables sean realmente las proteínas. De hecho,
haciendo un balance de los diferentes estudios, los indicios apuntan a
que es probable que la relación sea provocada por el exceso de carne
roja o el cocinado a altas temperaturas, por lo que podría prevenirse con
acciones concretas al respecto.
59
pasará? Pues así es, nada malo. O al menos, la ciencia dice que no hay
pruebas de ello.
Tras analizar todos estos datos, desde mi punto de vista personal creo
que en el marco de una dieta completa y saludable, con suficientes
raciones de hortalizas y frutas, grasas saludables, huevos, legumbres,
lácteos y alimentos integrales, creo que podemos comer carnes y
pescados sin preocuparnos demasiado por las cantidades máximas,
porque si comemos todo lo demás, poco "espacio" quedará para
excesos.
60
comemos (si aseguramos el mínimo), sino su calidad. Por lo tanto,
pienso que en lugar de darle tantas vueltas a las cantidades, lo que
deberíamos debatir es cómo minimizar las proteínas provenientes de los
alimentos altamente procesados (salchichas, preparados cárnicos,
precocinados, rebozados de pescado y pollo, etc.) y conseguir que la
gente coma proteínas a partir de comida de verdad y de calidad:
Animales frescos (pescado y carnes blancas preferiblemente sobre las
rojas), huevos, leche y vegetales ricos en proteínas (legumbres, frutos
secos, etc).
61
¿Comer más proteínas ayuda a adelgazar?
62
“Systematic review of randomized controlled trials of low-carbohydrate
vs. low-fat/low-calorie diets in the management of obesity and its
comorbidities” (2009) analizando 13 estudios de entre 6 y 36 meses de
duración. Mayor pérdida de peso para las dietas altas en proteínas
(aunque este estudio realmente estaba más centrado en dietas bajas en
carbohidratos).
“High protein diets decrease total and abdominal fat and improve CVD
risk profile in overweight and obese men and women with elevated
triacylglycerol” (2009), pequeña review analizando 3 estudios de 3
meses de duración. Pérdidas de peso un poco mayores solo en caso de
pacientes con mayor riesgo cardiovascular.
63
micronutriente y alimento, por lo que no podría hacerse ningún tipo de
recomendación en ningún sentido. Y los miles de estudios nutricionales
de todo tipo que se han hecho durante todos estos años no servirían para
nada.
Por otro lado, me parece que la EFSA no sigue el mismo criterio con
todos los nutrientes o tiene doble vara de medir, porque en su
documento sobre las grasas recomienda disminuir al máximo la ingesta
de grasas saturadas, aunque en ningún momento hace referencia a los
estudios que prueban con absoluta fiabilidad que las grasas saturadas es
mejor eliminarlas de la dieta. Desde luego, como veremos en próximos
apartados, la última evidencia científica no parece ir por esa dirección.
64
sensación de plenitud, la reducción de apetito o la saciedad. Estos son
algunos de ellos:
65
Conclusiones
66
¿La reducción de grasas disminuye el riesgo cardiovascular?
67
El denso y detallado informe llega a las siguientes conclusiones, en
función de las diferentes estrategias o intervenciones posibles que
suelen realizarse con este macronutriente en la dieta:
68
- Las dietas que combinan una reducción de las grasas saturadas y la
sustitución de las mismas por otro tipo de grasas, se asocian a una
modesta reducción colesterol total, LDL y triglicéridos. Por contra, no
se observan cambios en valores de HDL e IMC.
69
colesterol HDL (bueno) y los triglicéridos. Y si se consideraban solo las
dietas hipocalóricas, las diferencias entre ambos tipos de dietas
desaparecían.
Parece bastante claro que las grasas, incluso las saturadas (como
veremos más adelante), no son el demonio dietético que nos han
contado durante años. Las evidencias científicas tienen bastante poco
que decir en su contra, como ha podido comprobar. Así que su
erradicación general e indiscriminada de la dieta simplemente no parece
tener justificación.
70
¿Qué dice la ciencia sobre los carbohidratos y su cantidad
recomendada?
71
En su última página incluye las conclusiones finales en forma de
recomendaciones alimentarias para la población, que son breves y muy
concisas:
72
¿Son poco saludables las dietas bajas en carbohidratos?
73
- Effects of Low-Carbohydrate vs Low-Fat Diets on Weight Loss and
Cardiovascular Risk Factors; A Meta-analysis of Randomized
Controlled Trials (2006)
74
rápida absorción) con un aumento del 90% del riesgo de enfermedad
cardiovascular.
75
60.000 personas durante más de 17 años, analizando la relación entre la
cantidad de carbohidratos (entre el 40 y 60% de la dieta) y la incidencia
de cáncer. No se encontró relación significativa entre ambos factores.
76
En 2013 tanto la Asociación Americana de Diabetes (ADA) como la
Asociación Americana del Corazón (AHA), las más importantes del
mundo en su ámbito y más influyentes a la hora de hacer
recomendaciones sanitarias, las incluyeron como válidas en su lista de
posibles estrategias a la hora de diseñar una alimentación que prevenga
la obesidad y las enfermedades crónicas.
77
¿Desayunar a diario ayuda a prevenir el sobrepeso?
78
Sin embargo, de vez en cuando algún estudio observacional de este tipo
hace saltar la alarma con resultados contradictorios. Uno de los más
recientes es "Experimental manipulation of breakfast in normal and
overweight/obese participants is associated with changes to nutrient
and energy intake consumption patterns", una pequeña investigación en
la que los expertos analizaron el perfil nutricional de un grupo de 37
personas. Y constataron que las personas que se saltaron el desayuno no
comieron más calorías, al contrario.
Estos son los que tiene ese enfoque (he omitido los que estudian el
efecto de un alimento concreto comparado con otro), incluyendo sus
resultados:
79
- “Breakfast Consumption Affects Appetite, Energy Intake, and the
Metabolic and Endocrine Responses to Foods Consumed Later in the
Day in Male Habitual Breakfast Eaters” (2011). Las personas que no
desayunaron comieron más en la comida posterior.
El primer ensayo que con este enfoque se realizó en 1992, "The role of
breakfast in the treatment of obesity:a randomized clinical trial" y
analizó el comportamiento de 45 mujeres obesas sometidas a un proceso
de adelgazamiento durante 12 semanas, más un seguimiento posterior
de hasta 6 meses. Se dividió el grupo en dos subgrupos, uno con
desayuno incluido y el otro sin desayuno, siendo ambas dietas
isocalóricas (mismas calorías). Al final del ensayo, los expertos no
80
encontraron diferencias de peso significativas, algo bastante normal ya
que ambas dietas aportaban idénticas calorías. Pero observaron
diferencias en hábitos alimentarios de cada grupo: las mujeres que
desayunaron comieron menos grasas y más carbohidratos y tuvieron
menos deseos de comer compulsivamente.
81
El resultado fue bastante claro: no se identificaron diferencias
significativas de pérdida de peso entre los que desayunaron y los que
no.
82
No sé qué les parece a ustedes, pero yo creo que no hay demasiada
evidencia que justifique una recomendación concreta respecto a saltarse
o no el desayuno.
83
¿Es necesario desayunar carbohidratos para tener energía todo el
día?
84
qué se debe (fisiológico, psicológico, etc.), qué niveles tienen los
diferentes indicadores, etc. Y no se ha hecho, que yo sepa. Pero es que
algunos expertos aportan otras interpretaciones bastante plausibles,
como la siguiente: las personas con cierta resistencia a la insulina
(buena parte de las que tienen obesidad) sufre ese tipo de bajones de
energía, pero el origen es bien distinto. En estos casos, tras un desayuno
cargado de carbohidratos refinados, el páncreas reaccionaría de forma
exagerada e inundaría de insulina el torrente sanguíneo, "llevándose por
delante" casi toda la glucosa en muy poco tiempo. Al reducirse tan
brúscamente la glucosa, esa escasez temporal podría afectar al cerebro y
dar lugar al inoportuno amodorramiento.
85
Y la revisión sistemática más reciente relacionada con el tema “The
influence of glycemic index on cognitive functioning: a systematic
review of the evidence” (2014), los autores no encontraron pruebas de
que hubiera diferencia en el rendimiento cognitivo tras realizar comidas
con diferentes índices glucémicos.
86
desempeño mejor y más sostenido con un desayuno que proporciona
más del 20% la ingesta energética diaria aún necesita justificación, sí
parece estar surgiendo, pero sigue siendo equívoca, la evidencia de que
una menor respuesta glicémica podría beneficiosa para el rendimiento
cognitivo".
Como parece que los estudios realizados hasta la fecha no son ni muy
concluyentes ni muy rigurosos, no es la primera revisión sistemática
que llega a estos resultados. Los autores de estas otras tampoco fueron
capaces de encontrar pruebas significativas que relacionaran el
desayuno con un mayor rendimiento escolar:
87
88
¿Qué evidencias soportan las dietas bajas en grasas y calorías?
La densidad energética
89
aceite de aliño, frutos secos, mantequilla, mermelada, pan integral,
aguacate, licor. Y por el contrario, hay también unos cuantos que a
pesar de tener baja densidad energética, están altamente relacionados
con el sobrepeso: Coca cola, coca cola sin cafeína, otros refrescos, sopa.
90
anterioridad, tomados del NHS II) y así quedaron clasificados algunos
alimentos según su correlación con la obesidad (cuanto más arriba, más
correlación con la obesidad):
El cuarto estudio, “Energy intake and body weight effects of six months
reduced or full fat diets, as a function of dietary restraint” (1998),
también analizó la intervención sobre un grupo de unas 200 personas
que se subdividió en subgrupos en función de su fuerza de voluntad y a
los que se les aplicó una investigación orientada a evaluar sus
comportamientos en la compra e ingesta de alimentos, dándoles opción
a adquirir alimentos normales o sus versiones "light" (sin grasa) en un
supermercado preparado. Se concluyó que los que más adelgazaron
fueron los que más productos light comieron y más fuerza de voluntad
tenían. Y los que más engordaron fueron los que más productos con
grasa eligieron y más libremente comieron. Un estudio con bastantes
limitaciones, ya que por su metodología tan especial es muy difícil
aislar el efecto de cualquier variable. No se hizo ningún análisis de otros
factores o segmentación de alimentos que pudieran influir en el
resultado. Además, el plazo fue bastante modesto: 6 meses.
92
Recomendaciones de otras asociaciones y entidades
Otros estudios
93
reducción se queda en 2,3 kilos y a los 18 meses deja de ser eficaz por
completo para perder peso.
Incluso las versiones más extremas de las dietas bajas en calorías, las
que aportan menos de 800 Kcal al día y que se suelen aplicar en
situaciones médicas o de salud también especiales, consiguen resultados
mediocres a largo plazo. En el metaanálisis "The evolution of very-low-
calorie diets: an update and meta-analysis" (2006) se concluyó que las
dietas muy bajas en calorías consiguen pérdidas de unos seis kilos al
final de los estudios más largos.
94
Centrándonos en estudios concretos, la intervención más espectacular
realizada nunca para reducir la ingesta calórica, sobre todo sustituyendo
las grasas y reduciendo calorías – y que tampoco está en el consenso
FESNAD-SEEDO - se realizó en el impresionante y carísimo estudio
“Women’s Heath Initiative Dietary Modification Trial”, cuyos
resultados se publicaron en el año 2006, controlando y asesorando a casi
50.000 personas divididas en dos grupos, a lo largo de siete años y
medio. Durante el primer año los resultados fueron prometedores, con
interesantes pérdidas de peso. Pero a largo plazo, cuando los años
pasaron y a pesar de que las mujeres participantes sobre las que se
estaba actuando seguían a dieta y bajo control, intentando comer menos
grasas y más carbohidratos, recuperaron el poco peso perdido. Los
resultados fueron concluyentes: La media de adelgazamiento fue
mínima, de aproximadamente medio kilo al final del estudio. Sí, ha
leído bien. Tras siete años a dieta únicamente consiguieron medio kilo
menos.
Conclusiones
95
más relevante que hay al respecto. Aunque la termodinámica es
indiscutible, las personas no somos capaces de mantener las exigencias
que se piden con este tipo de estrategias. Nos guste o no, parece que es
así.
96
¿Se puede adelgazar sin pasar hambre?
97
or glycemic index" (2012), publicado en Nutrition Journal. Los
investigadores americanos dividieron a 150 pacientes en tres grupos de
forma aleatoria, aplicando una estrategia diferente a cada uno. Al
primero se le aplicó una dieta controlando las porciones y las calorías,
siguiendo las directrices habituales y recomendadas por asociaciones de
dietistas y organismos oficiales. En el segundo los esfuerzos se
centraron en evitar los alimentos de mayor densidad energética. Y en el
tercero se promovió el consumo de alimentos de bajo índice glucémico.
98
¿Quiere decir que la dieta de bajo índice glucémico o baja en
carbohidratos es la mejor? No siempre, dependerá de su cuerpo, sus
costumbres, su metabolismo… Pero los estudios mencionados creo que
sirven para mostrar que es posible adelgazar sin pasar hambre.
99
¿La variedad de la dieta es buena o mala para la obesidad?
100
"Understanding variety: tasting different foods delays satiation" (2006)
o “Associations between food variety and body fatness in Hong Kong
Chinese adults” (2004) también parecían asociar un riesgo de comer
más en dietas más variadas.
101
measures of body adiposity: a systematic review of epidemiological
studies". Los autores analizaron los estudios observacionales y de
intervención más importantes, tanto de forma global como de forma
segmentada. En concreto, estudiaron de forma separada el efecto de la
variedad de la dieta entre alimentos más saludables o recomendables y
entre alimentos menos saludables.
103
¿Concienciación y objetivos alcanzables aumentan el éxito de una
dieta?
3. Evitar pérdidas de peso rápidas: Si se sigue una dieta que nos hace
adelgazar demasiado rápido, hay más probabilidad de que tengamos
“efecto rebote” y será más difícil mantener el peso perdido a largo
plazo. La dieta eficaz no parece ser compatible con la prisa.
104
El mito de “estar preparado” parece que no se pudo confirmar ya en
1999, cuando se publicó el estudio “Dieting readiness test fails to
predict enrollment in a weight loss program”, en el que se comprobó
que aquellas personas que habían sido clasificadas como más
preparadas para hacer dieta no consiguieron mejores resultados.
Igualmente, en el estudio de 2008 “Motivational interviewing fails to
improve outcomes of a behavioral weight loss program for obese
African American women: a pilot randomized trial”, las mujeres que
acudieron a varias sesiones de motivación previas no consiguieron
mejores resultados que las que simplemente siguieron la dieta, sin
preparación previa.
105
peso rápida está incluida entre las características de las llamadas dietas
milagro contra las que alertan los organismo oficiales).
106
¿Tienen soporte científico las dietas disociadas?
107
mueren a patadas por parásitos, infecciones digestivas y malnutrición),
supuestas civilizaciones ancestrales que viven más de cien años...
Como ocurre con la mayoría de los métodos milagrosos, hay gente que
lo prueba y pierde peso a corto plazo. El famoso "a mi me funciona". En
este caso, ese adelgazamiento inicial es perfectamente lógico, ya que
además de disociar, los autores exigen la restricción de bastantes
alimentos: Carnes, dulces, harinas, grasas... Y claro, así sí que
funcionan, al menos por un tiempo. Pero no por disociar, claro.
108
¿Las dietas cetogénicas o muy bajas en carbohidratos son
peligrosas?
Por parte de sus detractores se suele decir que este otro camino de
obtención de la energía es “anormal” e incluso “patológico” y los más
extremistas le han achacado gran cantidad de problemas y peligros. Sin
embargo, como ha ocurrido en otros casos, no han sido más que
exageraciones sin soporte científico.
109
obtención de alimentos no era algo tan fácil, sin duda el ser humano
pasaba largos periodos de tiempo con muy poca diversidad alimentos.
Una buena temporada de caza podía permitir estar un tiempo
alimentándose casi exclusivamente de carne y una mala época les
obligaría a tener que conformarse durante meses con bayas, frutas,
raíces y otros vegetales. Y es muy probable que estas variaciones se
intercalaran con importantes periodos de carencias y necesidad, sin
mucho que llevarse a la boca. Y el cuerpo de nuestros antepasados
(igual que el nuestro ahora) era capaz de obtener lo que necesitaba de
cada situación.
110
explica en el trabajo de 2012 “Is the restricted ketogenic diet a viable
alternative to the standard of care for managing malignant brain
cancer?”.
Sin embargo, poco o nada se sabe sobre sus posibles efectos a largo
plazo: Efectividad, seguridad, etc., no hay estudios epidemiológicos que
las hayan testado. Los estudios que han analizado las dietas bajas en
carbohidratos no han llegado, ni mucho nenos, a niveles lo
suficientemente bajos de este macronutriente como para explorar los
efectos de la cetosis en largos periodos de tiempo. Así que si se decide
por este tipo de dietas, por el momento será por su cuenta y riesgo.
Habrá que seguir esperando a que nuevas investigaciones aporten luz
sobre el tema.
111
¿Se puede mantener el rendimiento deportivo con las dietas
cetogénicas?
112
Aunque también otros pocos estudios posteriores realizados por otros
autores llegaron precisamente a las conclusiones contrarias:
113
¿Hay pruebas científicas que demuestren que la Dieta Dukan
funciona?
Hay que reconocer que la Dieta Dukan funciona. Claro que funciona,
podría decirse que es el pelotazo de las dietas. Como he comentado en
apartados anteriores, al menos a corto-medio plazo las dietas
cetogénicas suelen ser efectivas para la pérdida de peso. Y como la
Dieta Dukan en sus primeras fases es de este tipo de dieta, consigue
resultados rápidos y espectaculares. Y, siendo honestos, hay pocas
evidencias científicas que demuestren que por seguirla durante un
tiempo limitado vaya a haber algún problema de salud en personas
sanas. Es probable que los beneficios por el peso perdido, si éste es
importante, sean mayores, así que tampoco se trata de asustar a nadie
con exageraciones y amenazas apocalípticas.
Pero que quede claro: La dieta Dukan en las fases en las que más
adelgaza (las dos primeras) es muy restrictiva, elimina casi todos los
carbohidratos pero también reduce de forma muy importante los
vegetales y las grasas, algo que no hacen otras dietas cetogénicas.
Comer durante un montón de semanas únicamente carne, pescado y
unos pocos vegetales es un suplicio. La supresión de los carbohidratos
refinados me preocupa menos (por las razones que veremos en
próximos apartados), pero la restricción de los vegetales y las grasas es
más relevante, sobre todo si se aplica durante demasiado tiempo, ya que
puede dar lugar a carencias nutricionales.
114
digo "parecer", porque Dukan es meditadamente impreciso en esta fase.
Por un lado afirma que se puede comer con normalidad si se respetan
esas tres reglas, pero por otro recomienda tener en cuenta todo lo que se
ha aprendido durante el resto de fases. ¿Qué significa esto? Que cada
uno lo interprete, pero lo habitual es que se entienda de dos formas
115
Como guinda del pastel en sus libros también incurre en afirmaciones y
errores difícilmente explicables, que dan mucho que pensar respecto a
su rigor. Por ejemplo, limitar la sal en una dieta cetogénica da como
resultado casi seguro mareos y náuseas, ya que el metabolismo consume
mucho más sodio. O recomendar lácteos bajos en grasa para no
engordar en una afirmación poco basada en la ciencia, como veremos en
un apartado posterior.
116
¿Tiene soporte científico la dieta alcalina o del pH?
Pues le adelanto que algo así es lo que han hecho los inventores de la
dieta alcalina o del pH. Aunque existen diferentes formas de
interpretarla, en este artículo me voy a referir a aquellos planteamientos
que piensan que seguir una dieta basada en reducir la supuesta acidez
que los alimentos producen en nuestro organismo, tiene como
consecuencia una enorme cantidad de beneficios para la salud.
Uno de los más claros promotores de esta idea es Robert O Young (que
previamente fue misionero en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días), conocido practicante de la medicina alternativa en
EEUU (rama en la que ha obtenido sus títulos clínicos, ninguno en
medicina de verdad) y que ha publicado una buena cantidad de libros
sobre el tema. El título de uno de los más populares, The pH miracle (El
milagro del pH), lo dice todo. Este señor ha sido acusado de practicar la
medicina sin licencia y recomendar a enfermos de cáncer sustituir la
quimioterapia por sus productos de herboristeria, entre otras cosas.
También suele promover el "live blood analysis", con el que, según su
opinión, observando detenidamente la sangre al microscopio pueden
identificarse muchas enfermedades relacionadas con el sistema
inmunológico. Unas ideas en contra de la opinión científica seria, como
se contaba en el artículo de 1995 "Unproven (questionable) cancer
therapies".
117
Young y otros extremistas defensores de esta forma de comer se han
basado en algunas hipótesis y estudios sobre la capacidad alcalinizante
de los vegetales en la dieta, y han desarrollado toda una completa teoría
que incluye los tópicos más habituales en este tipo de iniciativas
pseudocientíficas: enfermedades, peligros... y, por supuesto, como
contrapartida, resultados milagrosos y salud para muchos años si se
siguen sus consejos.
Le bastará con darse una vuelta por Amazon para comprobar que la
iniciativa ha tenido bastante éxito. La enorme cantidad de libros
existentes con los términos "dieta alcalina" o "dieta del pH" es
espectacular, por no hablar de los cientos de webs y blogs que nos
aseguran que siguiéndola libraremos nuestro cuerpo de las malísimas
toxinas que nos inyecta el agresivo entorno de la sociedad moderna. Por
supuesto, como suele ser habitual, muchos de los que defienden estas
teorías también venden los productos paralelos que ayudan a seguir este
tipo de dietas: Suplementos, agua alcalina o aparatos para aumentar su
pH, hierbas...
118
Nuestro organismo se mantiene en unos márgenes de pH muy ajustados,
los alimentos únicamente puede llegar a acidificar la orina, sin que se
hayan probado mayores consecuencias directas. Otro tropezón
importante es afirmar que la ingesta de leche está asociada con la acidez
de nuestro cuerpo, cuando es algo que no parece tener demasiado
respaldo científico, según se ha visto en estudios como "Milk and acid-
base balance: proposed hypothesis versus scientific evidence" (2011),
en el que se concluía que no existe relación entre ambos factores.
Respecto a los supuestos beneficios, van más allá de los que podrían
asociarse a una dieta prudente como esta, y eso ya es grave. Una de las
promesas más destacadas es la prevención de la osteoporosis. De nuevo,
los estudios llegan a conclusiones bien diferentes. En el estudio de 2010
"Low urine pH and acid excretion do not predict bone fractures or the
loss of bone mineral density: a prospective cohort study" se observó que
la acidez de la dieta no está asociada a más fracturas ni pérdida de
densidad ósea. En el metaanálisis de 2011 "Causal assessment of
dietary acid load and bone disease: a systematic review & meta-
analysis applying Hill's epidemiologic criteria for causality", tampoco
se encontró ninguna correlación entre la acidez de la dieta y la
osteoporosis, ni ninguna prueba de la eficacia de la dieta alcalina para
su prevención. Y en 2013, la revisión “Does a High Dietary Acid
Content Cause Bone Loss, and Can Bone Loss Be Prevented With an
Alkaline Diet?” realizada por expertos canadienses, no solo llegó a
similares conclusions, sino que además puntualizó que una carencia de
proteínas podría ser un problema para la salud ósea.
119
que precisamente llega a la conclusión más predecible: que la dieta
alcalina no sirve para prevenir ni tratar el cáncer.
120
¿Hay estudios que apoyen la dieta del grupo sanguíneo?
Sin entrar en detalles técnicos, sus principios son los siguientes: Los
diferentes tipos sanguíneos se han ido creando en diferentes épocas de
la humanidad, por lo que sabiendo en qué momento apareció cada grupo
y conociendo lo que comían nuestros antecesores en ese momento... ya
tenemos la dieta perfecta para cada tipo.
De esta forma, D'Adamo define a los del grupo O como los cazadores
(creado hace 30.000 años), los del A como los agricultores (surgió hace
20.000 años), los del B como los nómadas (hace 10.000 años) y los del
AB como una mezcla entre A y B (hace 1000 años). Así que, con estos
nombres, puede imaginar cuál puede ser la dieta ideal que se propone
para cada grupo. Si todo eso se salpica con una cuantas citas y trabajos
de inmunólogos, antropólogos y otros expertos, se le da la apariencia de
tener mucha ciencia detrás.
121
momentos muy diferentes; incluso algunos podrían existir desde hace
millones de años.
2. Además, no existe ni una prueba sólida que pueda confirmar que los
matices y especificidades del metabolismo de una persona se puedan
correlacionar con el grupo sanguíneo.
122
O sea, que este es un libro que termina dando los consejos dietéticos de
siempre, con la excusa de una teoría de la que no se aporta ninguna
prueba. Una más, y van...
123
¿Qué es una dieta milagro?
124
importa cuál sea el producto en concreto, lo cierto es que su oferta tiene
casi siempre estas dos características:
125
AEDN, el "Grupo de Revisión, Estudio y Posicionamiento de la
Asociación Española de Dietistas-Nutricionista", que elaboró el
documento "¿Cómo identificar un producto, un método o una dieta
milagro?" en 2012.
126
7. Contienen listados de alimentos buenos y malos.
8. Exageran o distorsionan la realidad científica de un nutriente o
alimento.
9. Incluyen o se basan en el consumo de preparados que vende
quien promueve el tratamiento dietético.
10. Los preparados a consumir (productos dietéticos o similares)
tienen un coste muy elevado si los comparamos con el valor
económico de obtener los mismos resultados comiendo
alimentos comunes.
11. Garantizan los resultados o prometen “devolver el dinero” si
no funciona.
12. Afirmaciones que sugieren que el producto es seguro, ya que es
"natural".
13. Suelen desligarse de los posibles efectos adversos de su uso con
frases parecidas a: “el autor o el fabricante no se
responsabiliza de...”.
14. Conclusiones simplistas extraídas de un estudio científico
complejo.
15. Recomendaciones basadas en un único estudio, o en estudios
realizados con pocas personas (muestra no representativa),
seguidas durante un breve espacio de tiempo (suelen
acompañarse de frases como "descubrimiento científico").
16. Recomendaciones basadas en varios estudios realizados en
animales o en modelos celulares (in vitro)
17. Recomendaciones basadas en estudios sin revisión por pares
(peer reviewed).
18. Recomendaciones a partir de estudios que ignoran diferencias
entre individuos o grupos.
127
"Los signos que permiten reconocer una “dieta milagro” son:
128
peligrosas para la salud, produciendo graves alteraciones en el
metabolismo."
Los vegetarianos.
Las recomendaciones dietéticas de Harvard limitan de forma
muy importante los carbohidratos refinados y la carne
procesada.
129
Casi cualquier recomendación oficial recomienda reducir al
máximo la ingesta de dulces y bollería industrial.
130
mal uso de los mismos es lo que realmente es un buen indicio para
sospechar. En concreto, los testimonios falsos (mucho más frecuentes
de lo que creemos) es la práctica más habitual, así que lo ideal sería
aprender a identificarlos. También hay que estar alerta con la selección
sesgada de testimonios, eligiendo los positivos y obviando los
negativos.
¿De verdad piensan los expertos que esta afirmación es una pista fiable
de que estamos ante una dieta milagro? Es cierto que los productos
milagro utilizan este gancho para todo, pero en este caso no es
demasiado útil como pista. Una alimentación saludable y que permita
perder peso puede ser satisfactoria y agradable. Además, parece que
131
estamos transmitiendo que para llevar una buena alimentación hay que
sufrir o esforzarse mucho. Ni coincido, ni me gusta.
En segundo lugar, se está mezclando "la dieta" con "la forma de vender
la dieta". Por ejemplo, los defensores de las dietas del pH o alcalinas
proponen una dieta baja en grasas y semivegetariana, un planteamiento
que no creo que sea el mejor pero que desde el punto de vista de la
salud no tiene demasiados reproches por parte de los expertos. El
problema está en cómo la justifican y la venden, basándose en teorías
falsas y prometiendo cosas imposibles, haciendo creer que siguiéndola
se curan multitud de dolencias y no se enfermará nunca. En este caso la
132
dieta es un problema menor, el engaño está en el vendedor, que le
asigna propiedades falsas.
133
principio (que también están identificadas en la larga lista de GREP-
AEDN) y que les vuelvo a recordar:
134
4. No utilizar presunciones, dogmas, mandamientos, decálogos o
generalizaciones que no hayan sido demostrados rigurosamente.
135
¿Es malo adelgazar rápido? ¿Provoca "efecto rebote"?
Tras este primer aviso se publicaron un par de estudios que son útiles
para profundizar en este tema. El primero de ellos es "The effect of rate
of weight loss on long-term weight management: a randomised
controlled trial" (2014). En este ensayo los expertos pusieron a dieta a
200 personas (mediante una sistemática de sustitución de comidas), la
mitad de ellas con un programa "rápido" (12 semanas) y la otra mitad
con uno "gradual" (36 semanas). Cabe destacar que tras finalizar este
period , un mayor porcentaje de personas del primer grupo (el "rápido"),
consiguió el objetivo de adelgazamiento fijado. Posteriormente, todos
los que continuaban en el estudio abordaron una segunda fase en la que
136
siguieron un programa de mantenimiento de peso durante 3 años. Al
finalizarla, la mayoría habían recuperado gran parte del peso perdido,
pero no se apreciaron diferencias significativas de peso entre las
personas de ambos grupos.
Pero no parece que sea porque son "rápidas", sino porque son
clínicamente mediocres (e incluso absurdas) y poco efectivas.
137
138
ALIMENTOS
139
140
Carbohidratos de rápida absorción y refinados, ¿son buenos o
malos?
Cuáles son
141
Aunque estos carbohidratos están presentes en una gran cantidad de
alimentos en diferentes proporciones, en este caso hablaremos
especialmente de aquellos que los contienen en elevadas cantidades:
Alimentos que han sido fabricados utilizando los cereales y sus harinas
como materia prima (pan, bollería, galletas, cereales, pasteles), aquellos
compuestos principalmente de almidón (arroz, patatas, pasta) y los ricos
en azúcar (dulces y refrescos azucarados).
La teoría
Los principios teóricos por los que los carbohidratos refinados se suelen
relacionar con la obesidad parten de dos ideas clave: Que, como ya he
dicho, son cadenas formadas por moléculas de glucosa (un elemento
que nos aporta energía, pero que también es tóxico en altas
concentraciones en sangre) y que son gestionados metabólicamente
principalmente por la insulina, una poderosa y conocida hormona.
Considerando este punto de partida, voy a exponer breve y
esquemáticamente su paso por nuestro organismo con un sencillo
modelo:
142
1. Nuestro sistema digestivo divide los carbohidratos de rápida
absorción en sus unidades más simples, la glucosa, y las absorbe
rápidamente hasta el torrente sanguíneo.
143
Evidentemente, esta explicación es una simplificación de los
innumerables procesos que ocurren simultáneamente al digerir estos
alimentos, pero quiero dejar claro que esta propuesta, en general, no es
razón de controversia, está aceptada desde hace décadas por el consenso
médico y científico y si consulta cualquier libro avanzado sobre
metabolismo humano, casi con seguridad la encontará.
144
A modo de resumen, podría decirse que los alimentos que se absorben
con más rapidez y generan una elevación importante de glucosa tendrán
en general mayor valor de IG o CG.
¿Tiene sentido?
145
En el estudio de 1998 "A high glycemic index starch diet affects lipid
storage-related enzymes in normal and to a lesser extent in diabetic
rats" se observó que una dieta con carbohidratos refinados aumentó la
presencia de algunas enzimas relacionadas con el almacenamiento de
grasas.
147
En la investigación realizada en 2007 "A high glycemic meal suppresses
the postprandial leptin response in normal healthy adults" se comprobó
que al comer alimentos de elevado IG, se reducía de forma importante
la presencia de la hormona leptina, encargada de regular la saciedad.
Desde entonces, se han ido acumulando estudios sobre el tema, que han
permitido realizar las siguientes revisiones sistemáticas sobre la relación
entre los carbohidratos reinados (de elevado IG) y el peso corporal:
148
de baja carga glucémica eran especialmente eficaces para la perdida de
peso en intervenciones en las que se permitía comer ad libitum.
149
personas, la dieta de menor IG y cantidad moderada de carbohidratos
obtuvo los mejores resultados de pérdida de peso y de control del
metabolismo de la insulina y la glucosa.
“Dietary glycemic load, insulin load, and weight loss in obese, insulin
resistant adolescents: RESIST study”. También en este ensayo una
menor carga glucémica y de insulina se asoció a una mayor pérdida de
peso, aunque en este caso los resultados fueron menos claros que el
estudio anterior y no se identificaron asociaciones claras con la grasa
corporal o el índice de masa corporal (IMC).
150
Salud y enfermedades
Cáncer
151
analysis of cohort studies” se analizó la relación entre el IG y el cancer
colorrectal, sin que se pudiera encontrar ninguna asociación. De forma
similar, en 2008 en el metaanálisis "Glycemic index, glycemic load, and
risk of digestive tract neoplasms: a systematic review and meta-
analysis" tampoco se encontró correlación con el cáncer colorrectal ni
con el de páncreas.
Enfermedades cardiovasculares
152
En 2012 se publicó el metaanálisis de estudios de intervención "Low
glycaemic index diets and blood lipids: A systematic review and meta-
analysis of randomised controlled trials", concluyendo que una dieta de
bajo IG es más eficaz que una de alto IG para reducir el colesterol LDL
y el colesterol total.
Diabetes
153
En el metaanálisis de estudios observacionales de 2013 “Is there a dose-
response relation of dietary glycemic load to risk of type 2 diabetes?
Meta-analysis of prospective cohort studies” se concluyó que existe una
clara relación entre las personas que consumen alimentos de baja CG y
una menor incidencia de diabetes tipo 2. El estudio identificó una
evidente respuesta a la dosis, es decir, que cuanto menor era la CG,
también era menor es el riesgo de contraer esa enfermedad, un factor
que aumenta las posibilidades de que exista causalidad entre ambas
variables. También en 2013, en la revision “Glycemic index, glycemic
load, carbohydrates, and type 2 diabetes: systematic review and dose-
response meta-analysis of prospective studies”, así como en la de 2011,
“Dietary glycaemic index and glycaemic load in relation to the risk of
type 2 diabetes: a meta-analysis of prospective cohort studies” y el de
2008 “Glycemic index, glycemic load, and chronic disease risk--a meta-
analysis of observational studies”, los investigadores llegaron a
similares conclusiones: Menor índice glucémico se asoció a menor
incidencia de diabetes.
154
En la revisión sistemática "Effects of low carbohydrate diets on weight
and glycemic control among type 2 diabetes individuals: a systemic
review of RCT greater than 12 weeks"(2011) se comprobó que una dieta
de bajo IG era tan eficaz como una baja en grasas o baja en
carbohidratos para controlar indicadores relacionados con la diabetes.
155
de rendimiento intelectual por comer alimentos de bajo IG, como a
veces suelen afirmar los defensores del pan o del azúcar.
156
En 2010 en estudio prospectivo "Dietary glycemic index, glycemic load,
and intake of carbohydrate and rice in relation to risk of mortality from
stroke and its subtypes in Japanese men and women" encontró una clara
asociación entre el elevado IG y la muerte por ictus entre las mujeres.
Conclusiones finales
1. Muy buenos no parecen ser. La mayor parte de los estudios, tanto los
relacionados con la obesidad como con diversas enfermedades y salud,
encuentran aspectos negativos a su ingesta elevada. No es una
asociación muy fuerte ni ocurre en el 100% de los casos, pero es
evidente y parece crecer en cantidad e intensidad según se publican más
estudios.
157
3.1 Sirven para llegar al 50-60% de las calorías diarias en forma
de carbohidratos, una cantidad necesaria para que la dieta sea
equilibrada. Esta directriz increíblemente extendida parte de una
falacia, ya que, como ya hemos visto, no hay evidencia científica
suficiente que justifique ese porcentaje de carbohidratos. Así lo
reconoce en la última revisión sobre el tema de la asociación de
dietistas alemanes y también el documento específico de la
Agencia Europea de Seguridad Alimentaria - EFSA.
158
los coloquen en su base, como lo hizo la Food Pyramid de la USDA en
la década de los noventa.
159
¿Qué ventajas demostradas para la salud tiene el comer frutas y
vegetales?
Pero, como ya sabrá a estas alturas del libro, lo que aquí nos gusta es
rebuscar en la bibliografía epidemiológica y poner sobre la mesa las
pruebas que la ciencia ha encontrado hasta la fecha. Y aunque en el
mundo de la nutrición los vegetales y las frutas son un tótem casi
intocable, voy a ser fiel al estilo y filosofía habitual, dándoles un repaso
a fondo.
160
1. Convincente
2. Probable
3. Posible
4. Insuficiente
Obesidad y sobrepeso
161
Stable behaviors associated with adults’ 10-year change in
body mass index and likelihood of gain at the waist (1997).
Dietary patterns and changes in body mass index and waist
circumference in adults (2003)
Dietary energy density predicts women’s weight change over 6
y (2008)
Fruit and vegetable intakes and subsequent changes in body
weight in European populations: results from the project on
diet, obesity, and genes (DiOGenes) (2009)
Por otro lado y con una visión más global, incluyendo también verduras
y hortalizas, en el estudio se destaca la labor de otra revisión, la
realizada en 2004 "What can intervention studies tell us about the
relationship between fruit and vegetable consumption and weight
162
management?", en la que se evaluaron varias decenas de estudios de
intervención, analizando los posibles efectos de estos alimentos en la
saciedad y en el peso corporal. Los expertos concluyeron que los
vegetales y frutas pueden jugar un rol importante en la gestión del peso,
especialmente en su mantenimiento (ya que no vieron disminuciones
significativas de peso si no se acompañaban de otras medidas).
Comprobaron que adición en más cantidad en la dieta da lugar a una
reducción en la densidad energética sin que aumente la sensación de
hambre, lo cual permite un menor consumo energético final.
Tras revisar todos estos estudios y revisiones, los autores concluyen que
es posible que el aumento del consumo de vegetales y frutas permita
mantener el peso estable, preveniendo la obesidad. Un nivel de
evidencia no muy alto, el tercero (de cuatro) en la clasificación. En su
opinión, no hay suficientes evidencias que relacionen su mayor
consumo, sin otra medida adicional, con la pérdida de peso. Solo si ese
aumento se produce a expensas de otros alimentos más energéticos
puede hablarse de asociación con un menor peso. Vamos, que comer
más vegetales y frutas es importante pero no es suficiente para
adelgazar.
Diabetes
163
En el segundo, publicado en 2010, "Fruit and vegetable intake and
incidence of type 2 diabetes mellitus: systematic review and meta-
analysis", los autores llegaron a similares conclusiones, no encontraron
diferencias de riesgo entre los que más frutas y vegetales en general
consumían y los que menos. Pero sí encontraron una reducción del
riesgo entre los que comían más cantidad de vegetales de hoja verde.
Hipertensión
164
"Relation of vegetable, fruit, and meat intake to 7-year blood
pressure change in middle-aged men: the Chicago Western
Electric Study" (2004)
"Associations of plant food, dairy product, and meat intakes
with 15-y incidence of elevated blood pressure in young black
and white adults: the Coronary Artery Risk Development in
Young Adults (CARDIA) Study" (2005)
"Risk of hypertension among women in the EPIC-Potsdam
Study: comparison of relative risk estimates for exploratory and
hypothesis-oriented dietary patterns" (2003)
"Habitual intake of flavonoid subclasses and incident
hypertension in adults" (2011)
165
Enfermedad coronaria
Ictus
167
"Fruit and vegetable consumption and risk of stroke: a
metaanalysis of cohort studies" (2005).
Por otro lado, el estudio "Fruit, vegetable and bean intake and mortality
from cardiovascular disease among Japanese men and women: the
JACC Study" (2009) realizado posteriormente también encontró una
reducción de riesgo similar.
Cáncer
Los tipos de cáncer que parece que se ven beneficiados por la ingesta de
estos alimentos son los relacionados con el sistema digestivo: Cáncer de
boca, esófago, colorrectal y estómago. De cualquier forma, los
beneficios observados no son muy elevados. Parece que el efecto
beneficioso es mayor si el aumento en la ingesta es alto y ocurre sobre
personas con elevada exposición a tóxicos y carcinógenos (por ejemplo,
fumadores).
168
Algunas de las últimas revisiones sobre estudios observacionales han
sido las siguientes:
"Fruit and vegetables and cancer risk" (2009). Relación favorable pero
pequeña, pocos beneficios.
"Fruit and vegetable intake and risk of major chronic disease" (2004).
Sin ventajas significativas para el cáncer en general.
Osteoporosis
169
Los estudios de intervención que han investigado directa o
indirectamente el tema han llegado a conclusiones irregulares:
“Effects of dietary nutrients and food groups on bone loss from the
proximal femur in men and women in the 7th and 8th decades of age”
(2003). Sin correlación significativa.
170
Artritis reumatoide
Enfermedades oculares
171
en los correspondientes estudios no eran suficientes para obtener
conclusiones fiables.
Otras enfermedades
Conclusiones finales
El estudio que hemos utilizado en todo momento como guía nos regala
una magnífica tabla que resume estupendamente la evidencia científica
existente sobre las ventajas de comer frutas y vegetales y que podríamos
traducir de la siguiente forma:
172
Como puede observar, la evidencia de los efectos beneficiosos de
comer frutas y vegetales podría ser especialmente importante para la
prevención de la hipertensión, las enfermedades coronarias y el ictus.
También es destacable para algunos tipos de cáncer. Y, aunque
pequeña, no es despreciable para gran parte del resto de dolencias,
quedando únicamente sin pruebas o sin asociación el glaucoma, la
retinopatía, el colon irritable y la diabetes tipo 2.
173
¿Hasta qué punto son peligrosas las grasas saturadas?
Las grasas saturadas son aquellas formadas por moléculas cuyos átomos
de carbono están unidos al máximo posible de átomos de hidrógeno
(podría decirse que están “saturados” de hidrógeno, sin la presencia de
enlaces dobles, de ahí su nombre).
Sin embargo las grasas saturadas no son una única cosa. Realmente
están formadas por diferentes tipos de ácidos grasos, que se diferencian
en el número de átomos de carbono (C) que tenga la cadena. El rango
de átomos de carbono es de entre 4 y 20 y los ácidos grasos suelen
considerarse de cadena corta si son de menos de 6 átomos de carbono,
de cadena media entre 6 y 10 y de cadena larga los de mayor número.
Los ácidos grasos más habituales en la dieta son el ácido láurico
(C12:0), el mirístico (C14:0), el palmítico (C16:0) y el esteárico
(C18:0), aunque también pueden estar presentes otros como el ácido
butírico (C4:0), el ácido caproico (C6:0), el ácido caprílico (C8:0) o el
ácido cáprico (C10:0).
174
sobre todo ácidos de cadena larga, en concreto el ácido palmítico
(C16:0) y esteárico (C18:0).
Podría decirse que la mala fama de los ácidos grasos saturados sobre
todo tiene dos focos: Por un lado su impacto en el aumento de la
concentración de colesterol en sangre (sobre todo el colesterol total y el
LDL o colesterol malo). Y por otro, la asociación entre su mayor
ingesta y el aumento de los índices de enfermedad cardiovascular.
Coherentes con estos aspectos negativos, las diversas entidades
sanitarias recomiendan reducir la ingesta de grasas saturadas.
175
deducir del documento, utiliza este valor de referencia porque es el
utilizado por las “Dietary guidelines” americanas (aunque realmente en
su directriz principal los americanos recomiendan menos del 10% y el
7% es una recomendación especial, podría decirse que para nota).
Una relación impresionante y amplia, sin duda. Por eso resulta cuando
menos curiosa la discordancia de la Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria - EFSA, en su documento sobre las valores de referencia
para las grasas publicado en 2010, resume las ideas principales de la
siguiente forma: "Los ácidos grasos saturados son sintetizados por el
cuerpo y no son necesarios en la dieta. Por lo tanto, no se establece
ninguna recomendación sobre su ingesta. Existe una relación de
176
respuesta a la dosis positiva entre la ingesta de la mezcla de ácidos
grasos saturados y el LDL en sangre comparado con los carbohidratos.
Además, hay evidencias con estudios de intervención que muestran que
sustituyendo productos ricos en ácidos grasos saturados por productos
ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-6 (sin que se modifique
la cantidad total de grasas) se reduce el número de eventos
cardiovasculares. Como la relación entre los ácidos grasos saturados y
el incremento del LDL es continua, no se puede definir un umbral las
grasas saturadas por debajo del cual no existan efectos adversos. Por
lo tanto, no se puede establecer un valor máximo tolerable. El panel
concluye que la ingesta de grasas saturadas debería de ser lo más baja
posible en el contexto de una dieta nutricionalmente adecuada (...)."
177
Se suele decir que la principal fuente de grasas saturadas son los
alimentos de origen animal, que son los que se suelen limitar
prioritariamente cuando se quiere reducir su ingesta, pero esta
afirmación no suele venir acompañada de datos concretos. Por
desgracia, en la encuesta española no se detalla el origen de estas grasas
saturadas, así que para hacernos una idea de las fuentes de alimentos
que nos las aportan debemos consultar otras fuentes de información.
Uno de los errores más habituales es pensar que los alimentos contienen
solo un tipo de grasa y que por lo tanto, las grasas saturadas solo se
encuentran en algunos de ellos. Sin embargo, en la mayoría de los casos
los diferentes tipos de grasas aparecen mezcladas en diferentes
proporciones. Por ejemplo, a continuación pueden ver los contenidos
aproximados de diversas grasas (saturadas, monoinsaturadas y
poliinsaturadas) y en el caso de las poliinsaturadas, los ácidos grasos
(omega-3 y omega-6) encontrados en muestras habituales de diversos
alimentos (gramos por cada 100 gr de alimento):
178
Como puede observar, podría decirse que las grasas saturadas están por
todas partes, incluso en alimentos en los que mucha gente no imaginaría
encontrarlos, como el aceite de oliva. Casi un 15% de nuestro querido y
admirado aceite son ácidos grasos saturados.
Bien, creo que ya hemos podido situar a grandes rasgos las grasas
saturadas, viendo lo que son, de dónde vienen y lo que nos recomiendan
sobre ellas. Ahora es momento de meterse en harina y empezar a
escarbar en los estudios y ensayos clínicos.
179
Como se estará imaginando, mis siguientes pasos se han encaminado en
la búsqueda de las explicaciones pertinentes en las guías y
recomendaciones de los diferentes países y las referencias a esos
trabajos, estudios, revisiones o análisis tan claros y contundentes. Y le
aseguro que le he dedicado su tiempo, pero no los podido encontrar.
Esta es la primera aparición y estas dos frases son todas las evidencias y
razones que se presentan para justificarlo. Sin referencias a estudios ni
investigaciones concretas. Sin datos ni resultados. Es lo que dijo el
comité de expertos.
180
La siguiente referencia que he podido encontrar aparece ocho años
después, en el extenso informe de 1990 de la OMS-WHO “Diet,
nutrition and the prevention of chronic diseases”. Otra joya
bibliográfica para cualquier aficionado a la nutrición. En la página 110
del documento se da la recomendación en cuestión: Mínimo un 0% y
máximo un 10% de grasas saturadas. ¿Y cuál es la justificación? Pues,
además de citar el documento de 1982 mencionado anteriormente, hay
una razón adicional explicada en la sección 3.2 previa del mismo
documento (paginas 54 y 55): Los resultados del conocido "Estudio de
los siete países" de Ancel Keys, en el que se identificó que una ingesta
entre el 3% y el 10% de grasas saturadas se asociaba a menores niveles
de colesterol y de enfermedad cardiovascular.
181
evidencia científica demasiado sólida ¿no cree? Para contrastarlo, más
adelante veremos qué nos dicen los estudios más recientes.
182
aceptable. Pero aunque la concentración del colesterol total (CT) y el
de las lipoproteínas de baja densidad-LDL (colesterol malo) suelen ser
en general indicadores útiles epidemiológicamente hablando (más
concentración se asocia a más riesgo), en ocasiones pueden aportar
información incompleta para una cantidad importante de personas.
Además, la batería de indicadores del colesterol no está completa si no
incluimos el de las lipoproteínas de alta densidad-HDL (colesterol
bueno), y que precisamente tiene una asociación inversa a la de los dos
anteriores: a más concentración, menor riesgo.
183
Bien, tras estas explicaciones básicas previas, veamos entonces lo que
dicen los estudios sobre las grasas saturadas, su sustitución por otros
nutrientes y el indicador CT/HDL.
184
el coeficiente CT/HDL (y en consecuencia, el riesgo) prácticamente no
cambia. Lo repito, porque esta conclusión es importante: Si
aumentamos la ingesta de grasas saturadas a costa de los carbohidratos,
el coeficiente CT/HDL casi no varía. Por lo tanto, si usted deja de
comer alimentos con grasas saturadas y los sustituye por otros sin
grasas y normalmente muy ricos en carbohidratos (tales como arroz,
pasta, patatas, etc.), es probable que no le sirva para mucho. De hecho
hay estudios que muestran que el riesgo incluso empeora si esos
carbohidratos son refinados.
185
Es evidente que diferentes ácidos provocan diferentes efectos. El
coeficiente se reduce (por lo tanto, disminuye el riesgo) al aumentar la
ingesta de los ácidos mirístico (14:0), esteárico (18:0) y sobre todo,
láurico (12:0). Y empeora (aumenta) con el ácido palmítico (C16:0).
187
nos generan los gráficos anteriores es bastante evidente: ¿dicha
reducción de riesgo la causan la disminución de las grasas saturadas, el
aumento de grasas monoinsaturadas/poliinsaturadas o ambos factores?
188
1- Una sustitución de grasas saturadas por insaturadas reduce el
colesterol total (CT)
2- Una sustitución de grasas saturadas por insaturadas reduce el LDL
(colesterol malo)
3- Una sustitución de grasas saturadas por insaturadas obtiene
resultados diversos en el HDL (colesterol bueno)
Así que parece que no está tan claro que el sustituir las grasas saturadas
por insaturadas mejore el indicador de colesterol CT/HDL. Y si nos
fijamos en la dimensión de los valores que se obtienen, lo cierto es que
en aquellas intervenciones en las que se obtienen mejoras, éstas son de
pequeña magnitud.
189
Los que ya me conocen, saben que estoy muy de acuerdo con la famosa
cita de Einstein "Las cosas deben hacerse lo más sencillas posibles,
pero no más simples". Así que, tras los párrafos anteriores, yo resumiría
la evidencia actual sobre las grasas saturadas y el colesterol de la
siguiente forma:
Menudo lío, ¿no cree? Con lo fácil que sonaba antes de todo esto...
190
La más reciente revisión sobre el tema es de 2012 y es especialmente
relevante. Se realizó desde la inciativa Cochrane, la más importante y
prestigiosa a nivel mundial para este tipo de trabajos dirigidos a
interpretar resultados de investigación y trasladarlos a la aplicación
clínica. En sus conclusiones finales los autores afirmaron lo siguiente:
"Los resultados sugieren una pequeña pero potencialmente importante
reducción del riesgo cardiovascular al modificar la grasa dietetica,
pero no en la reducción total de grasa".
- Las dietas que sustituyen las grasas saturadas por otras se asocian a
una modesta reducción del colesterol total y triglicéridos. No presentan
cambios en los niveles de peso, IMC, LDL y HDL.
- Las dietas que sustituyen las grasas saturadas por otras se asocian a
un mayor riesgo de muerte por cáncer.
191
Le recomiendo leer varias veces y detenidamente las líneas anteriores.
Porque a mí me parece que esta revisión de Cochrane no suena
demasiado categórica contra las grasas saturadas, ¿no cree?
192
Volvamos una vez más a la primera revisión de Micha y Mozaffarian
que utilizamos al hablar sobre el colesterol, "Saturated Fat and
Cardiometabolic Risk Factors, Coronary Heart Disease, Stroke, and
Diabetes: a Fresh Look at the Evidence" para ver lo que dice sobre la
enfermedad cardiovascular, un tema que también se trata. Tampoco hay
sorpresas, ya que se vuelve a analizar la sustitución de grasas saturadas
por otro tipo de grasas, identificando una reducción del riesgo de
enfermedad cardíaca en caso de que la sustitución sea por
poliinsaturadas. Pero a la hora de interpretar resultados, esto es lo que
escriben los autores en sus conclusiones:
193
¡Pero esperen, no se vayan todavía, que aún hay más!
Y los autores lo podían haber dicho más alto, pero no más claro. Estas
fueron sus conclusiones finales: "No hay evidencia significativa para
concluir que las grasas saturadas dietéticas están asociadas con un
incremento de enfermedad cardíaca o cardiovascular".
194
"Dietary fat and coronary heart disease: Summary of evidence
from prospective cohort and randomised controlled trials".
195
Tal y como he comentado antes, en el apartado "Conoce las grasas-
riesgos" incluyeron el siguiente texto: "El consumo excesivo de grasas
saturadas tiene un doble efecto sobre el colesterol: por un lado
favorece el aumento del colesterol-LDL (el “malo”) y, por otro,
disminuye e impide la acción del colesterol-HDL (el “bueno”)."
196
Se han hecho pocos, pero no es el primer estudio de este tipo.
Resultados similares se obtuvieron en el de 2012 "Dietary intake of
saturated fat by food source and incident cardiovascular disease: the
Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis". Una mayor ingesta de grasas
saturadas desde lácteos se asoció a un menor riesgo, y a un riesgo algo
mayor desde la carne. La ingesta proveniente de mantequilla y fuentes
vegetales (por ejemplo, aceites o frutos secos) no se relacionó con
ningún cambio de riesgo. Y los autores en su discusión plantearon dos
posibles explicaciones, ya comentadas en párrafos anteriores. La
diferencia de efectos de diversos ácidos grasos saturados o la
posibilidad de que realmente no sean las grasas saturadas las que estén
detrás de la causa del riesgo cardiovascular.
1. Otros: 26,2 %
2. Queso: 16,5 %
3. Vacuno: 8,5 %
4. Leche: 8,3 %
5. Aceites: 8,2 %
6. Carne procesada: 6,9 %
7. Galletas y bollos: 6,1 %
8. Margarina-mantequilla: 5,8 %
9. Postres lácteos: 5,1 %
10. Aves: 4,2 %
11. Aperitivos fritos: 4 %
Como los lácteos y la carne suelen ser las principales fuentes de grasas
saturadas, estamos acostumbrados a que la estrategia de reducción de
grasas saturadas más habitual y frecuente sea la de reducir su ingesta.
Un mensaje simple, fácil de entender y que va al grano, enfocado sobre
los alimentos que más grasas saturadas aportan. Pero ¿es esta la mejor
solución?
199
En efecto, los lácteos y los productos cárnicos son una fuente
importante de este tipo de grasas. Pero como hemos visto, los primeros
(incluso los enteros o sin desnatar) son alimentos en los que no está
clara su asociación con el aumento del colesterol. De hecho, la mayoría
de los estudios los asocian a un menor riesgo cardiovascular. Así que no
parece que su erradicación de la dieta vaya a servir para mucho. ¡Ojo!,
como suelo recordar a menudo, cuando me refiero a los lácteos hablo de
la leche, queso, yogur, etc., no de las chuches pseudo-lácteos que se dan
a los niños en forma de bebibles y similares (también llamados “postres
lácteos”.
200
Pero aunque elegir alimentos más magros y naturales puede ser una
buena idea, en mi opinión, el foco debería centrarse en otro ámbito: La
reducción de otros grupos de alimentos, los que menos valor nutricional
aporten. Precocinados, platos preparados, aperitivos, galletas, bollería,
etc. Los grupos 6, 7, 9 y 11 del listado anterior se corresponden con este
tipo de alimentos y probablemente también una buena parte del
voluminoso grupo "otros" los contendrán en importantes cantidades.
Para que se haga una idea de los números y cantidades de las que
hablamos, a modo de ejemplo, algo tan tradicional y aceptado como
media docena de galletas, puede aportar entre la cuarta parte y la mitad
de las grasas saturadas recomendadas diarias. Junto con un montón de
azúcar y almidón.
Por otro lado ¿recuerda que las grasas saturadas están formadas por
diferentes ácidos grasos saturados y que cada uno de ellos puede tener
diferentes efectos? Los de cadena corta y media suelen ser más
recomendables y los de cadena larga, especialmente algunos de ellos,
menos saludables. Pues bien, otro aspecto negativo de este tipo de
alimentos altamente procesados es que nunca sabrá su composición de
ácidos grasos saturados, porque los fabricantes no la facilitan. Y
normalmente es muy elevada en ácido palmítico (C16:0), el menos
recomendado.
201
Directrices para reducir las grasas saturadas
202
muy sedentario o sufre mucho estrés, el agujero que estará tapando con
una buena dieta estará reabierto por otro lado, perdiendo a chorros litros
y litros de su valiosa salud.
203
¿Todas las grasas trans son malas para la salud?
204
Pero, actualmente, el consumo principal de grasas trans no es a partir de
rumiantes, proviene de otra fuente mucho más relevante: algunos
alimentos altamente procesados. Y en este caso, el ácido graso
mayoritario es diferente a los anteriores, en concreto el ácido eláidico
(con 18 átomos de carbono y un enlace dobre en la posición 9).
205
Si consultamos las recomendaciones internacionales actuales, la
minimización radical de las grasas trans suele ser una de las más claras
y contundentes. Como consecuencia, en muchos países existe la
obligación de indicar en las etiquetas de los alimentos el contenido de
este componente, e incluso en algunos como Dinamarca se ha realizado
una prohibición parcial, poniendo límites máximos a su presencia en
algunos productos. Y dado que muchos estudios del pasado no
diferenciaban en su análisis los diferentes tipos de ácidos grasos trans,
estas directrices también obviaban los detalles: Había que eliminar
todas las fuentes de este tipo de grasas.
206
naturales (rumiantes). Pero, como explican en el documento completo,
los ensayos y estudios específicos eran tan escasos y con resultados
diversos y poco determinantes, que no pudieron llegar a conclusiones
demasiado sólidas. Con reservas, sugirieron que como las cantidades
que se ingieren a partir de productos de rumiantes son pequeñas, los
estudios observacionales no mostraban riesgos asociados al consumo de
grasas trans con este origen. Trabajos anteriores como "Intake of
ruminant trans fatty acids and risk of coronary heart disease" (2008)
habían llegado a conclusiones similares.
207
observacionales y de intervención realizados hasta la fecha. Y también
concluyeron que había claras pruebas de los efectos negativos de las
grasas trans de origen industrial, como prácticamente todos los
anteriores. Pero, a la hora de hablar de los de origen natural, los
expertos dijeron que "aunque modelos experimentales incluso podían
sugerir efectos beneficiosos de los ácidos grasos trans provenientes de
rumiantes (...), su efecto en las cantidades consumidas normalmente en
la dieta se mantiene poco claro".
Sin embargo, no parece que por el momento haya muchas razones para
preocuparse demasiado por los ácidos grasos trans de carnes de
rumiantes y de sus lácteos (leche, yogur, queso, etc.). Lo cual no deja de
ser una buena noticia.
208
¿Comer muchos huevos es peligroso para la salud?
Carbohidratos 1
Proteínas 13
Grasas totales 10
G. Saturadas 3,1
G.Monoinsturadas 3,8
G.Poliinsaturadas 1,4
A.G. Omega-3 0,07
A.G. Omega-6 1,1
210
- Nº partículas VLDL: Con huevos mejor, se redujeron casi un 20%.
Con claras nada.
- Nº partículas HDL: Sin cambios significativos en ambos casos.
211
y otras variables de confusión, el riesgo desapareció. Ocurrió de la
forma más espectacular en el famoso y masivo estudio realizado en
1999 "A Prospective Study of Egg Consumption and Risk of
Cardiovascular Disease in Men and Women", en el que se hizo
seguimiento de casi 120.000 personas durante 14 años. No se encontró
mayor riesgo cardiovascular entre las personas que comían más de un
huevo al día (aunque sí entre las personas diabéticas).
Aunque hemos estado muchos años sin metaanálisis sobre los huevos,
en 2013 llegaron tres casi simultáneos, publicados en revistas de gran
prestigio y con resultados bastante diferentes:
212
de la mortalidad en general. Pero, por el contrario, sí de incidencia de
diabetes, con un aumento del riesgo relativo del 42%.
Bien, sin duda todo esto puede resultar bastante desconcertante. Tres
revisiones, tres conclusiones. ¿Cuál creer? Los resultados son
heterogéneos y las diferencias se deben sobre todo a la inclusión o no de
ciertos estudios.
En definitiva, creo que poco se puede afirmar con seguridad. Por suerte,
ya ha pasado la época en la que los huevos estaban prácticamente
prohibidos debido a recomendaciones exageradas y a hipótesis que no
han sido posteriormente confirmadas (por ejemplo, su ingesta
prácticamente no afecta al nivel de colesterol en sangre), así que su
213
inclusión en la dieta diaria debería hacerse con naturalidad y sin miedo.
Pero, dado que es un alimento económico, sabroso y versátil, que aporta
una gran variedad de nutrientes de calidad, creo que es prioritario seguir
realizando estudios que nos permitan tener más evidencias para
concretar las cantidades máximas recomendadas.
Si, de cualquier forma, prefiere ser prudente, como todos estos estudios
comparan los grupos de personas que más cantidad de huevos
consumen (más de uno al día) con los que menos, puede inclinarse por
quedarse por debajo de la cantidad superior y ponerse como límite un
huevo diario.
214
¿Es malo comer mucha carne?
215
Abordemos la cuestión con la dinámica habitual, viendo lo que nos
cuentan los estudios y revisiones más rigurosas. Prepárese para leer un
buen rato respecto a la epidemiología disponible sobre este alimento, ya
que hay una gran cantidad de trabajos de investigación con muchísima
información sobre el tema.
Esta revisión analizó los resultados para dos tipos de carne, que han
sido las principales sospechosas de tener algún efecto negativo en la
salud en estudio previos: La carne procesada de cualquier tipo
(salchichas, embutido, hamburguesas industriales, preparados de carne,
precocinados, etc.) y la carne roja no procesada (carne de ternera,
vacuno, cerdo, etc). Los epidemiólogos de Harvard consideraron los
estudios más recientes y rigurosos, realizados durante los últimos 20
años, con decenas de miles de personas a las que se ha hecho
seguimiento durante una buena cantidad de tiempo. Y las conclusiones
a las que llegaron fueron las siguientes:
Carne roja: Con cuatro estudios incluidos, los resultados fueron bastante
diversos y poco coincidentes. El valor medio del riesgo relativo es nulo,
por lo que indica que no puede deducirse que haya ni aumento ni
disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular al comer carne
roja.
216
Carne procesada, riesgo por cada 50 gramos: Todos los resultados de
los 6 estudios analizados sobre carne procesada reflejaron un aumento
de riesgo relativo, con un valor del 42% (en este caso por cada 50
gramos diarios).
217
ictus. Los resultados mostraron un pequeño aumento del riesgo relativo
de ictus isquémico entre los que consumieron más carne, un 13% para
el caso de la carne roja y un 19% para la carne procesada. Sin embargo,
no se se observaron diferencias entre ambos grupos para el caso de ictus
hemorrágico.
Carne y diabetes
Pero en el caso de la carne roja los resultados están más ajustados y son
menos concluyentes. A continuación les recopilo las últimas revisiones
y metaanálisis sobre el tema realizados por dos equipos diferentes de
Harvard, que parecen inmersos en una de esas carreras investigadoras
por publicar los trabajos más relevantes.
218
carne roja, ya que la diferencia que se identificaba no era
estadísticamente significativa.
219
los grupos de personas que realizaron una reducción del consumo, no se
encontró una reducción significativa del riesgo.
2. Una reducción del consumo de carne roja no tiene una asociación tan
clara con la reducción del riesgo y solo se aprecia a muy largo plazo y
al hacerse en cantidades importantes.
¿A qué puede deberse este fenómeno? Los autores creen que podría ser
consecuencia de la presencia de personas no sanas en los grupos de
reducción, que estarían precisamente en estos grupos a causa de estar
siguiendo las indicaciones de reducción de carne de su médico por
sufrir patologías previas (y que por lo tanto tendrían más probabilidad
de desarrollar diabetes). Así que esa falta de respuesta a la reducción de
riesgo se debería a la contaminación por este tipo de pacientes.
220
Otra posibilidad - siempre presente en este tipo de estudios - sería que el
aumento de riesgo realmente estuviese influenciado por el efecto de
alguna variable de confusión, que no hubiera sido aislado por completo.
Así que eso es lo que hay sobre la diabetes, un aumento del riesgo
relativo bastante claro para la carne procesada y algún prueba sugerente
pero poco sólida de un pequeño aumento del riesgo para la carne roja.
Sobre todo porque no se ha podido demostrar que reducir su consumo
sirva para disminuir el riesgo relativo de diabetes.
Carne y cáncer
Cáncer colorrectal
221
"Red and processed meat intake and risk of colorectal adenomas: a
meta-analysis of observational studies (2013)". Tras revisar 21 estudios,
se identificó un 24% más de riesgo de tener adenomas en el grupo que
más carne roja ingería comparado con el que menos, y un aumento del
36% por cada 100 gramos diarios de ingesta. Para la carne procesada, el
aumento por cada 50 gr diarios fue de un 28% y la difrerencia entre los
dos grupos extremos fue del 17%.
222
del riesgo relativo de un 21% en el caso de colon (por cada 50 gramos)
pero ninguno en el caso de cáncer de recto.
223
Tras el análisis estadístico correspondiente, no encontraron relación con
la carne roja, la carne procesada, el pescado o las aves. Y sí encontraron
un pequeño aumento del riesgo relativo en el cáncer de colon para el
caso de la carne de cordero (7% por cada 5 gramos diarios), y para el de
cáncer de recto y la carne de cerdo (18% por cada 25 gramos diarios).
“Meat, fish, and ovarian cancer risk: Results from 2 Australian case-
control studies, a systematic review, and meta-analysis” (2010). No se
encontró un aumento del riesgo del cáncer de ovarios para la carne roja
ni la total, pero sí un aumento pequeño para la carne procesada (un
20%)
224
Respecto al cáncer de próstata y la carne, en la última revisión “A
review and meta-analysis of prospective studies of red and processed
meat intake and prostate cáncer” (2010), no se encontró relación clara
en los 15 estudios analizados sobre carne roja ni en los 11 sobre
procesada.
Cáncer renal
225
analizaron 3 estudios de cohorte y 7 de caso control, comparando los
grupos de menor y mayor consumo. En los estudios de cohorte no se
identificaron diferencias significativas de riesgo relativo, y en los de
caso-control se identificó un aumento del 31% .
"Meat, fish, and esophageal cancer risk: a systematic review and dose-
response meta-analysis" (2013). Los autores, tras analizar cuatro
estudios de cohorte y 31 de caso-control comparando los grupos de
mayor y menor consumo de carne roja y procesada, concluyeron que los
que más carne roja comieron presentaron un riesgo relativo global un
40% mayor. Sin embargo, al estratificar el análisis según el tipo de
estudios, solo se mantuvo estadísticamente significativo en los de caso
control, pero no en los de cohorte.
Cáncer de mama
226
analysis of cohort studies", analizando en total más de 20 estudios sobre
este cáncer y el consumo de carne y lácteos. No se encontró un
aumento de riesgo entre los que más cantidad de carne roja
consumieron:
Posteriormente, en 2009, se publicó, "Is red meat intake a risk factor for
breast cancer among premenopausal women?" por expertos del
departamento de psiquitría y neurociencia del comportamiento de la
universidad de Hamilton (USA), centrado en mujeres premenopáusicas
y analizando 10 estudios. En este caso sí se encontró un pequeño
aumento del riesgo relativo del 24%, más acusado en los estudios de
caso-control (57%) que en los de cohorte (11%).
227
pequeño aumento del riesgo entre los que más carne roja consumían,
pero como afirmaron sus autores, los estudios eran pocos y el riesgo
estaba al borde de la significación estadística, por lo que destacaron que
eran necesarios más estudios bien diseñados para afirmar algo con cierta
seguridad.
228
Por otro lado, no hay evidencias científicas que relacionen las carnes
blancas (pollo, pavo, conejo...) ni el pescado con el cáncer. Más bien al
contrario, su ingesta se suele asociar a menores riesgos relativos.
Carne y mortalidad
229
"El consumo de carne puede estar asociado con un mayor riesgo de
cáncer colorrectal en entornos de alimentación occidental. Podría
deberse a una relación de causa y efecto, pero hay que tener en cuenta
que esta asociación puede verse afectadas por las variables de
confusión. La carne contiene numerosos compuestos que aportan
beneficios nutricionales y podría no ser carcinógena por sí misma, sino
formar parte de una dieta desequilibrada cuando se consume en
cantidades muy elevadas, siendo dicha dieta la responsable de
aumentar el riesgo. Estos desequilibrios es probable que sean resultado
de la falta de agentes antagónicos (tales como calcio o fitoquímicos )
que puedan contrarrestar productos citotóxicos y mutagénicos que
resultan de las interacciones del hierro hemo con un entorno
desfavorable en el intestino. Los productos formados en las carnes
procesadas o cocinadas a alta temperatura pueden aumentar aún más
los daños.
230
entre los diferentes tipos de productos de carne roja, ya que los riesgo
para la salud pueden no ser los mismos. Además, puede haber otras
hipótesis relacionadas con la carne roja y el cáncer colorrectal, poco
estudiadas hasta ahora, tales como el rol del eje intestino-cerebro y el
microbioma intestinal.
231
¿Cuál es la forma más saludable de cocinar la carne?
232
menos compuestos crean o más seguros son y para procurar utilizar más
los primeros y menos los últimos. Esta sería una propuesta:
1. Microondas o hervido
2. Guisado con o sin olla a presión
3. Asado
4. Frito con aceite abundante o freidora
5. Frito con poco aceite (salteado)
6. A la parrilla
7. A la brasa de carbón
233
- Effect of cooking methods on the formation of heterocyclic aromatic
amines in chicken and duck breast. (2010)
- Formation of heterocyclic amines during cooking of duck meat (2012)
- Occurrence of heterocyclic amines in cooked meat products (2011)
- Fish intake, cooking practices, and risk of prostate cancer: results
from a multi-ethnic case-control study (2012)
- Large prospective investigation of meat intake, related mutagens, and
risk of renal cell carcinoma (2012)
234
¿Freír alimentos es poco saludable?
235
Otros importantes estudios han llegado a resultados mucho menos
concluyentes. En “Meat consumption, Cooking Practices, Meat
Mutagens and Risk of Prostate Cancer” (2011) se identificó con
bastante claridad el aumento de riesgo de cáncer de próstata en el
cocinado de carne roja a altas temperaturas, pero el pollo y el pescado
fritos quedaron libres de sospechas. En “Fish intake, cooking practices,
and risk of prostate cancer: results from a multi-ethnic case-control
study” (2012) el aumento de riesgo para este tipo de cáncer se encontró
solo para el pescado blanco frito, pero no para el azul.
236
Puede concluirse que en la actualidad la evidencia científica todavía no
tiene datos concluyentes para hacer recomendaciones demasiado
concretas. Excepto para el caso de la carne roja cocinada a altas
temperaturas, que conviene evitar comerla en grandes cantidades, hay
poco con lo que acusar al resto de alimentos fritos, sobre todo si se han
preparado en casa y con aceite de calidad. Las variables que pueden
estar aumentando el riesgo podrían ser muchas: Uso de aceites
mediocres o poco saludables, reutilización de las mismas, exceso de
calentamiento, degradación a alta temperatura de algunos de los
componentes añadidos a los alimentos…
237
¿El pan engorda?
238
Como punto de partida, les traduzco literalmente lo que dicen en las
conclusiones de su estudio, extraído del documento completo original:
¿Le parece que este párrafo dice que el pan no engorda, como han dicho
muchos por ahí? Léalo otra vez, por favor, porque o estoy muy
equivocado, o dice que el pan integral no engorda, pero que pan blanco
probablemente sí.
239
variable temporal) y más de 2000 y una duración de al menos 5 años en
los de cohorte (observacionales durante un periodo amplio de tiempo de
seguimiento). En la fase final se quedaron con 13 estudios
observacionales (6+7).
Pues bien, con esos 14 estudios (6+7+1) y los resultados de cada uno de
ellos, dedujeron las conclusiones generales que han podido leer
anteriormente traducidas.
Ahora me van a permitir una licencia poco habitual. Con todo el respeto
y reconociendo que ellos son mucho más expertos que yo, en mi
revisión personal he decidido hacer unas pequeñas variaciones en el
sistema de elección. Yo utilizaría los siguientes criterios para
seleccionar los estudios más relevantes:
240
intervención con pan o con un grupo de alimentos relacionado (cereales
refinados, por ejemplo). En los cinco identificados se realizan
intervenciones muy amplias y genéricas: reduciendo carbohidratos o el
índice glucémico, aplicando una dieta baja en grasas, etc. por lo que
creo que es imposible conocer el efecto aislado del pan o derivados.
Por lo tanto, estos son los estudios que yo seleccionaría (10 de los 14),
con sus conclusiones resumidas:
Longitudinales:
“The Effect of Breakfast Type on Total Daily Energy Intake and Body
Mass Index: Results from the Third National Health and Nutrition
Examination Survey (NHANES III)” (2003) Los desayunos que incluían
241
panes sin levadura (quick bread) se relacionaron con un menor
sobrepeso.
De cohorte:
242
encuentra relación entre aumento de peso y derivados de cereales
refinados en mujeres.
Ahora, le ruego que vuelva a leer las conclusiones de los autores que he
traducido al principio del post, que lea también las mías (muy
similares). Recuerde que la mayor parte de la gente come pan blanco
(no integral) y dígame su opinión.
243
con muchos participantes, más de 7.000, y que el periodo de
observación fue muy importante, de cuatro años.
Los autores, comparando los que más cantidad de pan comían con los
que menos, concluyeron que los primeros se asociaron a un mayor
aumento de peso. Es decir, más pan blanco, más grasa y más obesidad
abdominal. La buena noticia es que de nuevo no se encontró asociación
entre la ingesta de pan integral y el sobrepeso.
244
¿Hay pruebas científicas de que el azúcar engorde?
245
creen que el tema no está tan claro y que puede ser perjudicial
únicamente en elevadas cantidades, como uno de los mayores expertos
en fructosa del mundo, Luc Tappy.
246
(los que comieron más azúcar, sufrieron más sobrepeso). Los valores no
fueron muy altos, pero es algo normal ya que la mayoría de las
intervenciones fueron tan solo de unas pocas semanas
Los autores también destacaron que el efecto negativo era más acusado
cuanto mayor era la ingesta. Lo cual agrava el problema, ya mucha
gente no se da cuenta de la gran cantidad de azúcar que toma
involuntariamente. Algo especialmente preocupante en el caso de
alimentos procesados que la incluyen casi de forma indiscriminada: En
los cereales de desayuno, bollería, zumos preparados y, sobre todo,
refrescos. Estos últimos se toman con muchísima facilidad y contienen
cantidades muy importantes de glucosa o fructosa.
Por otro lado, el estudio también concluyó que al sustituir el azúcar por
otro tipo de carbohidratos, no se apreciaron diferencias significativas en
el peso. Algo razonable ya que la mayoría de veces se sustituyen por
carbohidratos refinados, que pueden considerarse poco más que
moléculas de glucosa unidas.
247
248
¿Es mejor tomar lácteos desnatados?
Pero, ¿toda esta hipótesis ha sido probada por ensayos? ¿Es realmente
más saludable tomar lácteos desnatados? Tras muchos años de hipótesis
sobre el tema, ya disponemos de suficientes estudios que puedan aportar
más luz al respecto. Y para conocerlos, de nuevo voy a recurrir a las
revisiones más rigurosas y recientes sobre el tema y que hayan incluido
las dos modalidades del alimento, la entera y la desnatada, priorizando
los metaanálisis de estudios de intervención, seguidos por metaanálisis
de estudios observacionales.
249
En el momento de escribir estas líneas he encontrado cinco revisiones
que cumplan estas características. Un metaanálisis de estudios de
intervención y cuatro de estudios observacionales:
Aquí la tienen:
250
Como pueden observar, la mayor parte de los estudios o no encuentran
diferencias entre ambos tipos de lácteos o llegan a mejores resultados
cuando se toman enteros. Y en la única enfermedad en la que los lácteos
desnatados obtienen mejores resultados - el cáncer de mama - es más
por mérito de los desnatados que por demérito de los enteros, ya que
éstos últimos tampoco presentan un aumento de riesgo de sufrir dicha
enfermedad. De cualquier forma, conviene destacar que, en todos los
casos, las diferencias son muy pequeñas.
Con todos estos resultados, creo que a fecha de hoy pueden sacarse dos
conclusiones principales: La primera es que no hay pruebas de que
tomar los lácteos desnatados sea mejor para la salud. Y la segunda, que
tampoco las hay para pensar que tomar lácteos enteros sea algo negativo
o favorezca la obesidad.
252
¿Deben tomar los niños leche desnatada para prevenir la obesidad?
253
and casein increase the plasma C-peptide concentration in overweight
adolescents", en el que un grupo de 200 adolescentes con sobrepeso se
dividió en 4 subgrupos de forma aleatoria y a cada uno de ellos se dio a
tomar un litro diario de diferentes líquidos: Agua, leche desnatada, y
dos tipos de batidos de proteínas (whey y caseína), durante 12 semanas.
¿Y saben qué ocurrió con el grupo de leche desnatada? Que, al igual
que los otros dos y comparado con el que tomó agua, sufrió un mayor
aumento de peso.
Por lo tanto, viendo los resultados de estos dos estudios y de todos los
citados en el apartado anterior, me parece que cuando menos es poco
riguroso priorizar la leche y lácteos desnatados entre los niños para
evitar la obesidad o prevenir enfermedades.
254
¿La leche y los lácteos provocan cáncer? ¿Y otras enfermedades?
255
que tenemos de comprobar si realmente todos estos miedos tienen algún
sentido es mediante los estudios epidemiológicos. Si los productos
lácteos causan cáncer de mama, encontraremos una mayor prevalencia
de esta enfermedad entre las mujeres que lo consuman en mayor
cantidad. O si su ingesta afecta a las células de nuestro páncreas,
también será evidente el aumento de la incidencia de la diabetes.
Nutrientes y pasteurización
Cáncer
256
los estudios sobre el cáncer de mama y los lácteos. Y concluyó que un
mayor consumo se correlaciona con una menor incidencia de este tipo
de cáncer (relación inversa).
Cáncer de próstata
257
En 2004 se realizó el metaanálisis analizando los estudios
observacionales de caso-control "Milk consumption is a risk factor for
prostate cancer: meta-analysis of case-control studies", concluyendo
que los consumidores de lácteos presentaban un mayor riesgo.
258
La revisión sistemática de 2009 "A systematic review of the effect of diet
in prostate cancer prevention and treatment" concluyó que un exceso
de lácteos puede estar relacionado con un mayor riesgo.
Diabetes
259
Igualmente, en la revisión de 2012 "The relationship between high-fat
dairy consumption and obesity, cardiovascular, and metabolic disease"
en los diferentes estudios incluidos no se encontró ninguna relación
entre los lácteos y la diabetes, o la que se encontró era una relación
inversa.
Osteoporosis y fracturas
Milk intake and risk of hip fracture in men and women: a meta-
analysis of prospective cohort studies (2011)
Calcium intake and hip fracture risk in men and women: a
meta-analysis of prospective cohort studies and randomized
controlled trials (2007)
A meta-analysis of milk intake and fracture risk: low utility for
case finding (2005)
Me parece que las evidencias son de peso. Si usted no tiene ningún tipo
de intolerancia, los lácteos y la leche no parecen ser malos en absoluto,
más bien al contrario, su consumo habitual presenta gran cantidad de
beneficios ya que están asociados a una reducción del riego en la
mayoría de las enfermedades. Además, la decisión más razonable es
tomarlos tras su pasteurización.
261
Por lo tanto, en mi opinión, aunque no hay que despreciar la posibilidad
de aumento de riesgo en el cáncer de próstata, el balance global en
cantidades normales (unas 2 raciones al día) sigue siendo favorable. Sin
duda son necesarios más y mejores estudios que permitan obtener
conclusiones con más seguridad. Y lo que no comparto son opiniones
como las que pueden encontrarse con facilidad en internet, en las que se
achaca casi todos los problemas de salud occidentales al consumo de
leche, con frases e imágenes impactantes que utilizan el miedo y el
morbo y basadas en falacias y exageraciones.
Eso sí, tome leche, queso y yogur lo más naturales posibles y evitando
los azúcares añadidos y el alto procesamiento, que dan como resultado
final productos más parecidos a los refrescos o a las chucherías que a
comida de verdad. Un bebible de los que se da a los niños en la
merienda es mucho menos recomendable que un vaso de leche normal.
E incluso que un vaso de agua.
262
¿Engorda comer muchas nueces u otros frutos secos?
Por esta razón los frutos secos siempre están acompañados de las
coletillas "consúmanse con moderación", "como máximo un puñadito" o
"tómelos solo de vez en cuando". ¿Qué otra cosa se puede esperar de un
alimento con muchas calorías y elevada densidad energética? La
termodinámica es implacable y una caloría es una caloría, por eso a
menudo en las pirámides alimentarias estos frutos suelen representarse
en zonas bastante elevadas. Pero, ¿es correcta esta forma de pensar?
¿Qué dice la ciencia?
Resulta que en este tipo de estudios los frutos secos tienen la mala
costumbre de llevar la contraria a la lógica energética-calórica. Aunque
están cargaditos de grasas, siempre se escabullen y parecen imposibles
de correlacionar con la obesidad. Estos son los cuatro principales que se
han realizado y sus resultados:
263
“Tree nut consumption improves nutrient intake and diet quality in US
adults: an analysis of National Health and Nutrition Examination
Survey (NHANES) 1999-2004” (2010). En este estudio longitudinal se
analizaron más de 13.000 personas y aquellas que comían más nueces
se correlacionaron con menor obesidad abdominal.
264
utilizándose como grupo de control. No hubo diferencias en el peso
entre los tres grupos al final del estudio.
265
Como colofón, en 2013 se publicó el primer metaanálisis sobre el
tema“Nut intake and adiposity: meta-analysis of clinical trials”
(realizado por expertos españoles), revisando 31 estudios de
intervención y llegando a la conclusión de que su consumo no aumenta
el CMI, la grasa corporal ni el contorno de cintura.
Como ve, parece claro que los frutos secos no engordan. Ni uno solo de
los estudios ha podido relacionarlos con un aumento de peso. Pero
¿cómo es posible? ¿Cómo desaparecen las calorías? En los artículos
“Nuts and healthy body weight maintenance mechanisms” (2010) e
“Impact of peanuts and tree nuts on body weight and healthy weight
loss in adults” (2008) puede encontrar algunas ideas y explicaciones al
respecto. Al parecer, tal y como explicaré en próximos apartados,
existen otras variables que influyen de forma importante en el efecto
que producen en nuestro cuerpo. En este caso, parece que la complicada
digestibilidad, la elevada cantidad de fibra y la sensación de saciedad
que producen, hacen que el balance energético final de los frutos secos
sea favorable.
266
consumption and risk of type 2 diabetes, cardiovascular disease, and
all-cause mortality: a systematic review and meta-analysis", una
colaboración entre investigadores americanos (también de Harvard) y
asiáticos, concluyó que los comedores de frutos secos presentaron una
reducción de riesgo de enfermedad cardiaca isquémica, enfermedad
coronaria y mortalidad global.
Así que la evidencia científica parece indicar que usted podría ser
menos prudente comiendo frutos secos y lanzarse a comerlos con
generosidad, olvidando el "sólo un puñadito" y el "de vez en cuando".
Si sigue una dieta saludable podrá comer una cantidad generosa de ellos
diariamente, por ejemplo como merienda o aperitivo, sin que tenga que
temer por su sobrepeso y disfrutando de su sabor y de los excelentes
nutrientes que le aportará.
267
¿El aguacate engorda?
Cuando se diseña una dieta para la pérdida de peso, los alimentos muy
grasos (y por lo tanto, calóricos) suelen estar en la lista de indeseados o,
al menos, en la de "comer con mucha moderación". Después de todo,
muchas grasas significan muchas calorías. Pero en varios apartados ya
hemos comprobado que este razonamiento no siempre es acertado. Por
ejemplo, hemos visto que los estudios no han podido encontrar
correlación entre los frutos secos y el sobrepeso, ya que hay otros
factores de su composición que acaban compensando de forma
favorable su aporte energético.
268
indicadores y esta sabrosa fruta, mediante la observación de más de
17.000 personas durante ocho años.
Con todas las precauciones que hay que tener ante un solo estudio
observacional, los resultados son claramente positivos. Indican que
aquellas personas que más aguacate comen, presentan una dieta mejor,
con más nutrientes, menos riesgo de síndrome metabólico y menor
peso. Sí, menor peso, a pesar de todas sus calorías.
Así que ya sabe, por el momento puede incorporarlo sin miedo a sus
comidas, no hay prueba epidemiológica que nos haga pensar que
engorda. Si dedica un poco de tiempo a buscar recetas en internet le
sorprenderá la cantidad de deliciosas formas en la que puede tomarlo.
269
¿La cerveza engorda?
Les adelanto las conclusiones del abstract, para que se vayan haciendo
a la idea:
270
500 ml al día) está asociada con mayor obesidad. Un mayor consumo,
sin embargo, podría estar asociado con una mayor obesidad
abdominal".
Para intentar añadir algo de valor a todo este trabajo con estudios
observacionales, los autores hicieron algo complementario:
Seleccionaron aquellos que consideraron más rigurosos y habían sido
realizados en países en los que el consumo de cerveza es mayor, lo que
permitiría aislar mejor el efecto. Y concluyeron que en esos casos, la
correlación entre la cerveza y la obesidad se apreciaba con más claridad.
271
“sorprendentemente” porque todos los resultados de los 11 estudios
seleccionados, excepto uno, concluyeron con valores en contra de la
cerveza, de aproximadamente medio kilo de media. En concreto, 15
resultados identificaron un mayor aumento de peso entre los que más
cerveza bebían y solamente uno observó una reducción. ¿Es que 15 a 1
no es una diferencia suficiente?
272
Volviendo al metaanálisis, voy a entrar en el apartado de
elucubraciones, así que tómense como una opinión personal lo que lean
a partir de este momento.
Yendo más allá, y alejándome aún más del rigor, voy a plantearles una
sospecha o duda que me surgió al leer el trabajo. Me refiero a la
siguiente frase que encontré al final del documento: "El Instituto
Alemán de la Cerveza ha aportado los fondos para la realización de
esta revisión. Este instituto es financiado por "Duch Brewers", que es la
organización para el comercio de las ocho grandes comercializadoras
de cerveza en Holanda".
273
¿Es saludable el aceite vegetal? ¿Y las grasas omega-6?
Composición
274
El aceite de coco es la excepción y presenta el perfil inverso, con gran
cantidad de grasas vegetales saturadas, así que si tiene que seguir alguna
indicación médica respecto a este tipo de grasas, deberá tenerlo en
cuenta. Hay pocos estudios que analicen de forma aislada los efectos del
aceite de coco y los que se han realizado han sido pequeños y con
periodos de tiempo de observación cortos, pero los resultados han sido
bastante positivos. Estos son algunos de ellos:
275
La mala fama del omega-6 y la relación omega-3/omega-6
276
consider all the evidence", afirmando que la interpretación que habían
hecho sus autores no era correcta y que de ningún modo podía
concluirse que la ingesta de omega-6 se asociara a un mayor riesgo
cardiovascular. De cualquier forma, esa no ha sido la única revisión que
pone pone en duda la idoneidad para la salud de las grasas omega-6,
también "Health Implications of High Dietary Omega-6
Polyunsaturated Fatty Acids" (2012) concluyó que un aumento de la
relación O-3/O-6 podría ayudar a prevenir la enfermedad
cardiovascular.
277
Disease in Women: 20 Years of Follow-up of the Nurses' Health Study"
(2005).
278
Temperatura
Otros nutrientes
279
importante su composición lipídica y aumentado de forma importante
su densidad energética.
Conclusiones
280
aumento del ratio omega-3/omega-6, lo hayamos pretendido o no. Y
con eso es probable que sea suficiente.
También puede decantarse por los aceites que menos cantidad de este
ácido graso y más nutrientes contengan, por ejemplo el de oliva. En
España este aceite es el que ha acumulado mayor cantidad de
investigaciones y resultados favorables, así que lo tenemos bastante
fácil para elegir. Un buen resumen de todas sus propiedades y
beneficios puede encontrase en el documento de 2008 "Olive oil and
health: Summary of the II international conference on olive oil and
health consensus report", que aunque es quizás un poco entusiasta con
nuestro aceite dorado, contiene una gran cantidad de información
valiosa.
281
¿Son las legumbres saludables?
Las judías, los garbanzos, los guisantes y las lentejas son algunos de los
alimentos que sirven de materia prima para cocinar los platos llamados
“de cuchara”, que comíamos con frecuencia en nuestra niñez y que
caracterizan a la dieta mediterránea. O al menos así lo era en la época
de nuestras madres y abuelas. Otros un poco menos habituales, como
los altramuces, los cacahuetes o la soja, se consumen de forma más
específica o local.
Lo cierto es que todos, poco a poco, están pasando de ser una parte muy
importante de la alimentación diaria a estar en un segundo plano en
nuestra dieta habitual. Las tendencias alimentarias más modernas,
basadas en alimentos precocinados y más sofisticados, no parecen estar
muy alineadas con la sencillez de las legumbres. Además, algunas
dietas populares las han criticado con dureza, eliminándolas
radicalmente en favor de otro tipo de vegetales.
Legumbres y antinutrientes
282
Posteriores artículos, tales como como “Agrarian diet and diseases of
affluence – Do evolutionary novel dietary lectins cause leptin
resistance?” (2005), exploraron otras posibles consecuencias poco
deseables, en este caso la resistencia a la leptina promovida por las
lectinas, proponiendo algunas hipótesis en una línea similar, pero
reconociendo la falta de datos completos al respecto y sugiriendo
futuras investigaciones. Recomiendo leer el resumen sobre el tema que
se hizo en el artículo de 1999 “Do dietary lectins cause disease?”, que
también hizo un repaso de todas estas hipótesis y es bastante didáctico.
Lectinas
Las lectinas son un tipo de proteínas que se unen a los azúcares y que se
encuentran en cantidades significativas en las plantas, aunque no se
conoce con precisión su función. Tienen una alta especificidad de
adhesión, es decir, que dicha unión con azúcares la realizan de forma
muy selectiva, por lo que son útiles para la caracterización de
diferentes tipos de este compuesto y suelen utilizarse purificadas para
realizar análisis. Se encuentran todo tipo de entornos naturales pero
sobre todo están presentes en cereales, legumbres, semillas, frutos secos
y patatas.
283
and Digestion" (1998), tras 10 minutos a 100ºC se desactivan en su
totalidad (curva de puntos con círculos).
Como se puede observar, no solo las legumbres son ricas en él, también
los frutos secos los presentan en importantes cantidades.
Al ácido fítico la mala fama le llega por la elevada capacidad que tiene
para secuestrar otros componentes (especialmente minerales) uniéndose
a ellos (calcio, hierro, zinc, magnesio) y formar compuestos insolubles
en el intestino, reduciendo su posibilidad de absorción en el proceso de
digestión. También parece reducir la disponibilidad de proteínas e
inhibe la actividad enzimática. Esta mala fama ha impulsado a la
industria de la alimentación a intentar eliminarlos o minimizarlos en
sus productos, algo que no es tan sencillo en el hogar, ya que son
bastante estables a altas temperaturas (la cocción suele desnaturalizar
aproximadamente solo una cuarta parte de ellos) y el remojo previo
también tiene una efectividad muy limitada (con resultados bastante
dispares entre diferentes estudios).
285
La cuestión toma mayor relevancia en entornos de malnutrición,
especialmente en regiones en desarrollo o en las que la pobreza
desemboca en graves deficiencias alimentarias. En esos casos, la
reducción de estos nutrientes puede suponer un grave problema y la
minimización de los fitatos puede ser algo prioritario. Igualmente, es
importante considerarla en la alimentación animal, ya que en esos casos,
normalmente por razones de productividad industrial, es necesario
optimizar y ajustar con precisión la cantidad de nutrientes que se
aportan y se aprovechan por parte de los animales.
286
(BJN) publicó un especial dedicado a las legumbres, en el que se
recopiló una buena cantidad de los más recientes estudios sobre este
alimento. Voy a aprovechar esta iniciativa como excusa y guía para
resumir lo que podemos deducir que concluyen y recomiendan los
expertos (incluyo la referencia a los recientes estudios de esta
recopilación relacionados con cada tema):
289
¿Por qué es mejor comer la fruta completa que tomar su zumo?
290
Como puede observarse, cuanto menos consistente era el alimento,
también su poder saciante era menor.
291
deseables entre una buena cantidad de personas, especialmente para la
prevención de la obesidad. Por ejemplo, en concentraciones muy altas
de insulina se inhibe la lipólisis o utilización de las grasas como fuente
de energía por parte de las células.
293
¿Cuál es el nivel de evidencia científica de los beneficios de los
alimentos integrales?
294
Como del primer aspecto hablaré en el siguiente apartado, en esta
ocasión voy a profundizar un poco más en el segundo.
295
estos estudios han sido de corta duración, utilizaban un reducido
número de sujetos o a los participantes se les daba porciones
controladas de alimentos que no se asemejaban a los consumos diarios
ordinarios."
296
Por lo tanto, aunque los estudios observacionales parecen aportar
indicios razonables a su favor, los resultados no son demasiado
categóricos y el nivel de evidencia no es muy sólido. En algunos casos
incluso muy limitado.
297
¿Todos los alimentos integrales son iguales?
Por otro lado, la mayor parte de los productos que podemos comprar
como integrales se han elaborado a partir de harinas refinadas a las que
se les ha añadido después salvado. Dado que todavía el uso de la harina
completa es marginal, productivamente hablando es más eficiente
refinar toda y posteriormente, a la cantidad seleccionada, hacerle algo
parecido a una reconstrucción, volviéndole a añadir la cubierta exterior
298
del grano,el mencionado salvado. Así que, para empezar, partimos de
una harina integral un poquito devaluada considerando, por ejemplo, la
gran cantidad de agentes y productos químicos que se suelen utilizar
durante las fases previas o los azúcares que también suelen añadirse
para mejorar su sabor.
Pues eso es lo que hay, porque no hay más. Nos tendremos que arreglar
así hasta que a alguien se le ocurra empezar a regular el tema. Que ya
están tardando, todo sea dicho.
299
¿Es el bocadillo la mejor opción para merendar?
300
ratifican este resultado; tanto en "Changes in bread consumption and 4-
year changes in adiposity in Spanish subjects at high cardiovascular
risk" (2013) como en "Glycemic load, glycemic index, bread and
incidence of overweight/obesity in a Mediterranean cohort: the SUN
project (2014)" los expertos encontraron una relación positiva entre el
consumo de pan y el sobrepeso. Es decir, que a más pan, más kilos.
Así que parece que las evidencias dejan bastante claro que el bocadillo
habitual (pan blanco + embutido) no es la mejor opción para merendar y
301
que hay bastante consenso en que conviene minimizar sus dos
componentes principales, especialmente en el caso de que se quiera
prevenir el sobrepeso. Puede que sea mejor que la bollería industrial,
eso no lo niego, pero las frutas, los frutos secos y los lácteos como el
yogur natural y el queso (mejor enteros), por poner algún ejemplo, son
opciones mucho más interesantes y razonables.
Debo dejar claro que todo esto no significa que haya que eliminar los
bocadillos de la dieta en todos los casos, claro. Dependiendo de las
circunstancias de cada persona (resto de la dieta, porcentaje de grasa
corporal, actividad física, riesgo de sobrepeso, indicadores de otras
enfermedades...) podría incluirse de vez en cuando. Y, como ya habrá
deducido, es preferible utilizar pan integral en lugar de pan blanco y
procurar priorizar rellenos diferentes a los clásicos embutidos y cremas
de cacao, como por ejemplo conservas de pescado, queso o tortilla.
Y si, a pesar de todo prefiere seguir preparando a sus hijos todos los
días un bocadillo para merendar, procure darles primero una pieza de
fruta y algún fruto seco. De esa forma, reducirán en gran medida su
apetito comiendo alimentos más saludables y tendrán suficiente con un
bocadillo de dimensiones contenidas.
302
¿La fibra alivia el estreñimiento?
Tras seis meses, las diferencias fueron muy importantes. Los del último
grupo, aquellos que no comieron fibra, fueron los que más mejoraron
sus síntomas. Y los que más cantidad de fibra ingirieron fueron los que
tuvieron síntomas más agudos de la dolencia.
303
sistemática de 2011 “Systematic review: the effects of fibre in the
management of chronic idiopathic constipation” los autores tampoco
encontraron pruebas claras de que la fibra insoluble aportara ningún
beneficio (aunque sí la soluble). En el año 2009, los autores del estudio
“Currently recommended treatments of childhood constipation are not
evidence based: a systematic literature review on the effect of laxative
treatment and dietary measures” concluyeron lo que su descriptivo
título adelanta: Que los tratamientos que suelen recomendarse en el
estreñimiento infantil no están basados en la evidencia científica. No
encontraron diferencias en la frecuencia de defecación entre los que
tomaron más fibra y los que tomaron placebo.
304
¿Es la sal realmente mala para la salud?
Junto con el colesterol y las grasas, la sal es otro de esos demonios que
las dietas más restrictivas casi prohíben completamente. La lógica que
se nos ha transmitido es otro de esos razonamientos simples basados en
mecanismos básicos: Si se come mucha sal, el organismo retiene más
líquidos para reducir la concentración de sodio y se eleva la presión
arterial. Suena lógico.
Para colmo, recientes revisiones habían aportado más sombras que luz a
esta cuestión, una de ellas de la mano de la iniciativa Cochrane:
Les adelanto que ambas concluyeron que comer menos sal es una
buena propuesta y que puede prevenir algunas enfermedades. Aunque
también cada una de ellas tiene diferentes matices interesantes de
comentar. Veámoslas con más detalle.
306
menos de 3 gramos de sal o más de 5 gramos de sal vs menos 5 gr de
sal) las diferencias encontradas no fueron significativas.
Sin embargo, el panel de expertos también creyó que no hay datos que
respalden las ventajas de una reducción más drástica, menor de esa
cantidad de 5,75 gramos, porque no hay estudios que demuestren con
solidez su utilidad para prevenir enfermedades cardiovasculares o
reducir la mortalidad. Incluso, aunque se reconoce que tampoco se sabe
307
con total seguridad, se afirma que hay algunas evidencias sugieren
efectos negativos.
Tras todos estos dos estudios parece claro que, sin ser el veneno que
algunos insisten en proclamar y aunque la reducción de sal no sea
milagrosa ni efectiva siempre, la moderación respecto a su consumo
debería ser la directriz general, especialmente entre los hipertensos. De
cualquier forma, las diferencias importantes entre los expertos me hacen
pensar que hay que seguir trabajando en encontrar la evidencia sobre el
efecto de la sal en la salud y diversas enfermedades.
308
¿El chocolate es bueno o malo para la salud? ¿Engorda?
309
Perfíl lipídico
Presión arterial
Salud cardiovascular
310
- “Flavonoid-rich cocoa consumption affects multiple cardiovascular
risk factors in a meta-analysis of short-term studies” (2011). Los
autores de este metaanálisis encontraron mejoras en la dilatación
arterial, colesterol, triglicéridos, resistencia a la insulina y presión
arterial.
¿Y el peso?
311
significativamente, especialmente los relacionados con el perfil lipídico
y la presión arterial, que desaparecen o se vuelven mínimos.
Así que si quiere disfrutar del inigualable sabor del cacao, hágalo con
moderación, a partir de chocolate y preferiblemente en su versión más
"pura" (negro). Por ejemplo, los chocolates con un porcentaje de cacao
del 85% o superior suelen tener una cantidad de azúcar razonable (como
máximo un 15% del total), pero en cuanto ese porcentaje de cacao
desciende al 70%, la cantidad de azúcares añadidos se dispara y al
menos se suele duplicar.
312
Como curiosidad final, les recuerdo que no es nada recomendable dar
chocolate a nuestras mascotas, ya que la teobromina, uno de sus
componentes que nosotros metabolizamos con relativa facilidad, resulta
altamente tóxica para algunos animales muy familiares, tales como
perros o gatos.
313
¿Son peligrosos los residuos de plaguicidas de los alimentos?
314
- 2,9% de las muestras sobrepasaron los límites máximos
permitidos. Teniendo en cuenta la incertidumbre de medida,
quedó en 1,7%, contra los que se tomaron medidas legales por
las autoridades competentes.
315
los productos que contienen la mayor concentración de residuos se
consumen en grandes cantidades."
316
ENERGÍA Y METABOLISMO
317
318
¿Cuánto aprovechamos de los alimentos?
319
Para corregir este aspecto, desde hace muchos años se utiliza el
concepto de Energía Metabolizable. La energía metabolizable o
aprovechable se calcula aplicando la siguiente evidente fórmula:
320
De esta forma, lo habitual es que un análisis nutricional de
macronutrientes y calorías de un alimento se calcule así:
Los frutos secos, que presentan un rendimiento del 90% para las grasas
en las respectivas tablas Atwater, podrían ser unos de los más afectados.
Como ya hemos comentado anteriormente, en estudios como
Discrepancy between the Atwater factor predicted and empirically
measured energy values of almonds in human diets (2012), los
resultados indican un aprovechamiento bastante inferior al que suele
considerarse. En este caso, los investigadores descubrieron que esta
falta de eficacia digestiva supone una reducción de más del 30% de las
calorías que se obtienen con los coeficientes Atwater y que podría
explicar - al menos en parte - la habitual falta de relación de los frutos
secos con el sobrepeso.
321
Este fenómeno probablemente tenga su origen en la dificultad que
nuestro sistema digestivo tiene para procesar estos ricos pero complejos
paquetes de nutrientes vegetales; con seguridad la presencia de fibra
alimentaria tiene mucho que ver, un nutriente con el que nuestro sistema
digestivo lidia con dificultad.
322
digestibilidad y absorción de todos esos alimentos es muy elevada y se
comen con facilidad y sin esfuerzo, provocando que comamos más y
con muchísimo aprovechamiento.
¿No cree que, junto con otros factores, pueden estar influyendo en ese
exceso energético al que sometemos a nuestro cuerpo?
323
¿Qué relación hay entre la saciedad y las calorías?
Hoy en día el comer es una actividad con motivaciones que van mucho
más allá de los fisiológico y lo energético. Sin embargo, podríamos
decir que la sensación principal que nos impulsa a comer es el apetito, y
la que nos empuja a parar es la saciedad. Ambas se generan en el
cerebro y han sido (y siguen siendo) centro de gran cantidad de
estudios, ya que si se consiguiesen controlar a voluntad, se dispondría
de una poderosa herramienta contra la obesidad (y un gran negocio si se
lograra mediante medicamentos).
Imagine que usted una hace una comida compuesta del alimento A, que
le aporta 500 kilocalorías. Al día siguiente, hace otra comida compuesta
del alimento B, que le aporta 700 kilocalorías. En principio, la segunda
comida le engorda más, ese es el razonamiento habitual y básico. Sin
embargo, si el alimento B, aunque aporte más calorías, tiene la
capacidad de reducir su deseo de comer, en el balance general del día
podría resultar beneficioso comparado con el otro caso, ya que puede
provocar que su siguiente comida sea menos calórica o que no tenga
deseos de picar entre horas. Así que el balance energético importa, pero
en su globalidad, teniendo en cuenta todos estos posibles factores.
324
Pero ¿qué es la saciedad? ¿De qué depende? ¿No debería nuestro
cuerpo utilizarla para regular con eficacia nuestras ganas de comer,
como lo hace con la necesidad de respirar, dormir o beber?
325
contengan es una buena referencia, ya que aumenta el volumen del
alimento y su ocupación. Los vegetales, las frutas y las carnes y
pescados frescos cumplen estos requisitos.
Contenido en fibra
Palatabilidad
Proteínas
Tal y como hemos visto al hablar de las proteínas, hay una buena
cantidad de estudios de intervención que relacionan el aumento
moderado en la ingesta de proteínas con una mayor sensación de
saciedad. Así que la cantidad de este macronutriente también puede ser
un medio para su regulación, sobre todo evitando que su carencia nos
pueda hacer sufrir un apetito indeseado.
Conclusiones
328
¿Cómo influyen las hormonas en el sobrepeso?
329
en la sangre es tóxico, el metabolismo segrega gran cantidad de
insulina, que es la hormona que se encarga de regular la retirada de la
glucosa de la sangre y promover su almacenamiento en las células. Por
lo tanto, el rol de la insulina es fundamental por dos razones: Para que
el exceso de glucosa no dañe su organismo y para facilitar procesos de
almacenamiento de grasa.
330
- Leptina: Reducción del apetito y aumento de la lipólisis o quemado de
grasa.
- Ghrelina: Aumento del apetito.
- Glucagón: Su efecto es el contrario al de la insulina.
- Adiponectina: Aumento de la sensibilidad a la insulina y se relaciona
con un menor IMC.
- GLP-1: Aumento de la sensibilidad a la insulina y la saciedad.
- PYY: Reducción del apetito.
¿Qué nos dicen los estudios que investigan este complejo baile de
hormonas? Aunque las respuestas varían en función de la
predisposición genética y otras variables, en general las comidas con
más proteínas, vegetales, fibra (y también en ocasiones más grasas)
están normalmente relacionadas con concentraciones de hormonas
331
asociadas a la reducción de apetito o mayor saciedad. Y comidas más
ricas en carbohidratos, se asocian con concentraciones de hormonas con
menor efecto saciante.
333
Se aprecia claramente cómo mientras se les sometía a la dieta baja en
grasas (columna de puntos de la izquierda) se producía un menor
consumo energético total. En concreto, 420 kilocalorías menos que
antes de hacer dieta. Por otro lado también se ve que, comparadas con la
dieta baja en grasas, la dieta que más consumo energético lleva asociado
es la muy baja en carbohidratos (320 kilocalorías más, columna de
puntos de la derecha) y después la de bajo índice glucémico (120
kilocalorías más, columna de puntos del centro). O dicho de otra forma:
Que aunque las calorías que entran son las mismas en las tres dietas, las
que salen o se consumen son bien diferentes (los cuadros grises-azules
indican los valores medios de consumo).
334
¿Hay alimentos que necesitan más energía para ser metabolizados?
335
Desde la perspectiva de cada macronutriente, el que mayor
termogénesis dietética presenta son las proteínas (que también suelen
llevar asociada una mayor sensación de saciedad). En el estudio "Meals
with similar energy densities but rich in protein, fat, carbohydrate, or
alcohol have different effects on energy expenditure and substrate
metabolism but not on appetite and energy intake" (2003) se obtenían
los siguientes resultados de consumo de energía, inducido por la
termogénesis dietética para cada macronutriente (proteínas P,
carbohidratos C, grasas F):
336
También en el estudio “Diet induced thermogenesis measured over 24h
in a respiration chamber: effect of diet composition” (1999), una dieta
alta en proteínas tenía una termogénesis de 1295 KJ/d frente a una alta
en grasas de 931 KJ/d.
337
Insisto en que el efecto termogénico es una cantidad relativamente
pequeña de energía, muy inferior a la que aportan los alimentos al
comerlos. No se trata de pensar que comiendo alimentos de elevado
efecto termogénico se quema más energía, sino de entender que la
cantidad de calorías reales que aportan algunos de ellos puede ser
sensiblemente menor a las que se pueden encontrar en listados o tablas
nutricionales.
338
¿Tenemos un “punto de ajuste” para la regulación de la energía?
339
environments combine to regulate body adiposity" o el publicado en
2010 "Is there evidence for a set point that regulates human body
weight?" pueden ser una interesante lectura para profundizar al
respecto.
340
absorción de alimentos. Los expertos deducen que existe algún tipo de
mecanismo que mejora o arregla la capacidad de autorregulación. En el
propio estudio se sugieren los mecanismos que provocan este cambio,
ya que se observó que tras esta cirugía se modifica de forma
significativa la segregación de varias hormonas (Ghrelina, GLP-1,
Péptido YY, etc) de forma mucho más evidente que con otras técnicas.
En el artículo de 2012 "Set-point theory and obesity" se puede conocer
con algo más de detalle la relación entre este tipo de cirugía y los
modelos de set-point.
341
refinados, azúcar y dulces, y por el contrario no deberían faltar las
cantidades necesarias de fibra, vegetales, proteínas y grasas saludables.
También conviene eludir el sedentarismo, así que el ejercicio regular
ayudará a conseguir esta normalización.
342
¿Comer con más frecuencia acelera el metabolismo y ayuda a
adelgazar?
343
los carbohidratos, pero sí en la de proteínas, siendo la dieta con menor
frecuencia de comidas la que mayor quemado de proteínas presentó. Y
respecto al consumo de energía, también la de menor frecuencia salió
mejor parada, presentando un mayor consumo basal. Para ganar el
enfrentamiento por goleada, también en aquellos que con menor
frecuencia comieron, la sensación de saciedad fue mayor y la de
hambre, menor.
- Eating two larger meals a day (breakfast and lunch) is more effective
than six smaller meals in a reduced-energy regimen for patients with
type 2 diabetes: a randomised crossover study (2014)
- Increased meal frequency does not promote greater weight loss in
subjects who were prescribed an 8-week equi-energetic energy-
restricted diet (2010)
- Compared with nibbling, neither gorging nor a morning fast affect
short-term energy balance in obese patients in a chamber calorimeter
(2001)
- Frequency of feeding, weight reduction and energy metabolism (1993)
- Effect of isoenergetic intake of three or nine meals on plasma
lipoproteins and glucose metabolism (1993)
- Influence of the feeding frequency on nutrient utilization in man:
consequences for energy metabolism (1991).
344
2011 se publicó la última revisión (y de las pocas existentes) sobre el
tema en The Journal of Nutrition, "The effect of eating frequency on
appetite control and food intake: brief synopsis of controlled feeding
studies". Los autores coincidieron en que no hay evidencia científica
sólida para afirmar con un mínimo de seguridad que aumentar la
frecuencia de las comidas sea positivo para perder peso.
Así que parece que en este caso, una vez más, cada persona es un
mundo y no hay una regla universal. Y lo de "acelerar el metabolismo"
me parece que no es más que otro mito más.
345
¿Qué es exactamente la medida de colesterol de los análisis de
sangre?
346
Los químicos solemos preferir verla de esta otra guisa:
Elija la que más le gusta, así a partir de este momento ya podrá ponerle
cara cuando hablemos de él.
348
nuestra sangre, unos recipientes en los que puede encerrar su parte
menos afín al agua: las lipoproteínas.
Las lipoproteínas son una especie de cápsulas formadas por una cubierta
de fosfolípidos, envueltas en unas proteínas llamadas apoproteínas, que
contienen en su interior triglicéridos y colesterol. Son, en definitiva, una
combinación de proteínas y lípidos. La parte externa de esta cápsula no
tiene ningún problema con entornos acuosos. De esta forma su interior,
aunque sea alérgico al agua, se halla eficazmente aislado y se transporta
con normalidad por nuestro torrente sanguíneo.
Cuando estas capsulas tienen más proteínas que lípidos, son más densas.
Suele utilizarse esta propiedad, la densidad, para clasificarlas,
habiéndose establecido los siguientes y conocidos grupos (ordenados de
mayor a menor densidad): HDL (High Density Lipoprotein), LDL (Low
Density Lipoprotein), IDL (Intermediate Density Lipoprotein), VLDL
(Very Low Density Lipoprotein) y Quilomicrones. La mayor parte de la
349
gente conoce sobre todo dos de ellas, las HDL (como el colesterol
bueno) y las LDL (como colesterol malo), que son los términos que
suelen aparecer en los análisis de sangre rutinarios.
350
No debe caer en el error de imaginar este sistema como algo secuencial,
progresivo y ordenado. Realmente la descripción no es más que una
simplificada explicación de lo que realmente ocurre en nuestro
organismo, ya que estos procesos están ocurriendo de forma simultánea
en todo momento, autorregulándose de forma muy compleja e
intrincada.
351
colesterol que contienen otras lipoproteínas (eliminando los que suelen
tener valores muy pequeños), en concreto las lipoproteínas LDL y
VLDL. Representado como una fórmula quedaría así:
352
¿Cómo se relacionan el colesterol y el riesgo cardiovascular?
353
Imaginar una de nuestras arterias taponadas (lo que se llama una
isquemia o infarto) a causa de una inflamación debida a un ateroma,
como el de la imagen anterior, convence a cualquiera para no comer
colesterol. Pero no se precipite, porque el tema no es tan simple. Mucha
gente entiende esta patología imaginando que el colesterol en exceso se
va depositando en el interior de la arteria, pero realmente el proceso es
mucho más complejo. Para comprenderlo mejor hay que conocerlo con
más detalle.
Hay diversas teorías, pero no se sabe con precisión por qué las
lipoproteínas LDL atraviesan el endotelio, se quedan ahí y se oxidan.
Probablemente sea consecuencia de diversos factores, pero es
importante tener claro que el problema no está en el colesterol que
contiene la lipoproteína, sino en la lipoproteína en sí misma, ya que es
la que genera la reacción posterior. Como he dicho, en la placa se puede
encontrar una gran cantidad de colesterol cristalizado porque las
354
lipoproteínas que han sido oxidadas y degradadas lo llevaban en su
interior, no porque necesariamente el propio colesterol sea el origen del
problema.
355
se relacionaban con un riesgo mayor y las más grandes con uno menor.
Parecía ser una vía interesante y con muchas probabilidades.
Sin embargo, los resultados de los estudios más recientes han dado un
nuevo e importante giro, abriendo una nueva puerta: El riesgo podría
aumentar prioritariamente con el número de partículas.
1. Porque usted tiene muchas lipoproteínas LDL que aportan todo ese
colesterol.
2. Porque usted no tiene demasiadas lipoproteínas, pero cada una de
ellas contiene gran cantidad de colesterol.
¿Es importante si se trata de una opción o de otra? Parece que sí. Uno
de los estudios recientes más relevantes sobre el colesterol, “Clinical
Implications of Discordance Between LDL Cholesterol and LDL
Particle Number” (2011), ha confirmado lo que ya indicaban
investigaciones previas: que el riesgo de aterosclerosis está relacionado
sobre todo con la opción número 1, es decir, que depende especialmente
del número de partículas (de la cantidad de lipoproteínas), no del
colesterol que contenga cada una de ellas. Así que si su caso se engloba
en la segunda opción, a pesar de tener el c-LDL elevado, como tiene
pocas lipoproteínas no tendría un riesgo mayor.
356
En la opción contraria, puede ocurrir que en los análisis de sangre usted
haya obtenido un nivel de c-LDL reducido. Enhorabuena. O no. Porque
pueden ocurrir dos situaciones para que esto suceda:
357
Analicemos el gráfico y sus resultados: ¿Cuál es el grupo que menos
incidentes tiene? Pues el que está más abajo, es decir, aquellas personas
que tienen el c-LDL elevado y el p-LDL bajo. Sí, ha leído bien, algunas
personas con el c-LDL elevado son las que menos riesgo tienen. El
siguiente grupo con menos riesgo es el representado por la línea
inmediatamente superior, la segunda empezando por abajo, que son
aquellos que tienen ambos niveles bajos.
358
recomendado, su médico le felicitará, pero quizás usted esté en el grupo
de la tercera línea (su médico ha acertado) o en el de la primera línea (se
habrá equivocado).
359
cholesterol <50 mg/dl and non-high-density lipoprotein cholesterol <80
mg/dl”, se calculó que solo un 22% de los pacientes diabéticos tienen
concordancia entre su c-LDL y p-LDL.
Bien, y hasta aquí llega la ciencia, que no es poco. Si todos estos nuevos
descubrimientos se consolidan y ratifican, irán llegando a toda la
comunidad científica y se desplegarán en forma de nuevas directrices y
consejos médicos.
360
¿Qué puedo hacer para minimizar el riesgo cardiovascular
relacionado con el colesterol?
361
valores son discordantes, es decir, los dos no apuntan en la misma
dirección, ese aviso tiene poco valor.
Pues la verdad es que sin hacerse un análisis específico del p-LDL usted
no tiene forma de saber si son discordantes o no. Por suerte, la ciencia
sigue avanzando y las últimas investigaciones le pueden dar alguna
pista para saber sus probabilidades de que lo sean o no, de acuerdo a las
siguientes ideas:
Obesidad
Niveles elevados de glucosa
Triglicéridos elevados
HDL bajo
Hipertensión
¿Hay algún otro indicador que sea más fiable que el normalmente
utilizado c-LDL?
363
myocardial infarction: a mendelian randomisation study” (2012), que
analizó la evolución de personas que genéticamente tienen la suerte de
presentar el c-HDL elevado, observó que tampoco tienen menos riesgo
cardiovascular por ello .
364
c-LDL, así que de momento no hay evidencias claras sobre qué
estrategia dietética es favorable para la reducción del p-LDL.
Por otro lado, también hay estudios como “Consumption of fructose and
high fructose corn syrup increase postprandial triglycerides, LDL-
cholesterol, and apolipoprotein-B in young men and women” (2011)
que han encontrado que el elevado consumo de azúcar aumenta
considerablemente el número de partículas p-LDL, especialmente si es
fructosa y jarabe de maíz (High Fructose Corn Syrup) en forma líquida,
así que su reducción puede ser una buena estrategia preventiva.
365
¿Puedo hacer algo más por intentar reducir el número de partículas p-
LDL?
¡Sí! Aunque, por lo visto hasta ahora, es evidente que queda bastante
por investigar, varios estudios han encontrado que la práctica de
ejercicio, una vez más, sale en nuestra ayuda. Por ejemplo, en estos
estudios se correlaciona una menor cantidad de partículas p-LDL con el
aumento del ejercicio físico, con mejores resultados si es de mayor
intensidad.
Se lo traduzco libremente:
367
- El consumo de alimentos enriquecidos con fitoesteroles no conduce a
una reducción de LDL-C en aproximadamente el 30% de los sujetos;
368
cuenta cada uno de los factores que pueden abordarse a través de
medidas de salud y la dieta adecuados, tales como dejar de fumar,
aumentar la actividad física, reducción de la conducta sedentaria y la
mejora de la dieta, con especial atención a un alto consumo de frutas y
verduras, la ingesta equilibrada de ácidos grasos y el consumo
moderado de azúcar y sal.
Por último, como principio general, este peritaje reitera que en los
casos de enfermedad multifactorial, la demostración y la reducción de
un solo factor de riesgo no es suficiente para concluir que existe un
beneficio para el riesgo de aparición de la enfermedad."
369
¿El colesterol es mejor cuanto más bajo se tenga?
370
más bajo de colesterol. Los investigadores sugirieron que el riesgo
parecía presentar una configuración en "U", elevado para los valores
más bajos y más altos, y resaltaron la mayor precisión del HDL
(colesterol bueno) como indicador de riesgo cardiovascular.
Otro potente studio de 2012, "Is the use of cholesterol in mortality risk
algorithms in clinical guidelines valid? Ten years prospective data from
the Norwegian HUNT 2 study" llegó a similares conclusiones. En este
caso se realizó en Noruega, haciendo seguimiento a más de 50.000
personas durante diez años y se analizó la mortalidad total y por
enfermedades cardiovasculares. Los resultados indicaron que en el caso
de hombres, los tramos de menor riesgo (es decir, más seguros) se
situaban aproximadamente entre 200 y 230 mg/dl y en las mujeres el
resultado era aún más radical y contrario a lo aceptado hasta la fecha: A
mayores valores de colesterol total, menor riesgo.
¿No cree que, considerando los resultados de todos estos estudios, hay
razones para replantearse los mensajes que se transmiten a la población
sobre el colesterol?
371
¿La restricción calórica alarga la vida?
372
potential impact on morbidity and life span" (2007) y analizando
estadísticamente las diferentes variables que podrían influir en dicha
excepcionalidad. Como era esperable, encontraron una clara correlación
entre aquella longevidad y la restricción calórica. Y los simpatizantes de
esta práctica encontraron el testimonio que necesitaban.
373
personas centenarias que participaron presentaron perfiles muy diversos
y contradictorios: Bastante obesidad, fumadores, poco ejercicio, no eran
vegetarianos... Vamos, que no se pudieron identificar con un mínimo de
seguridad comportamientos o hábitos de vida concretos que pudieran
ayudar a lograr una longevidad excepcional y muy por encima de lo
normal.
374
Las posibles razones no son en absoluto obvias y las hipótesis son
varias. Algunos opinan que dado que el proceso de metabolizar
alimentos genera radicales libres, asociados al envejecimiento, el comer
poco podría reducir la concentración de estos y retrasar este proceso.
Otros, como se explica en la revisión "Stress responses, vitagenes and
hormesis as critical determinants in aging and longevity: Mitochondria
as a “chi” recurren a conceptos menos conocidos y estudiados como la
hormesis. Lo cierto es que todavía no se conoce la respuesta definitiva.
Si quieren profundizar en el tema, les sugiero leer la revisión "Caloric
restriction-induced life extension of rats and mice: a critique of
proposed mechanisms" (2009), en la que se analizan los estudios con
ratas que se realizan desde hace décadas sobre el tema, se proponen
diversos mecanismos y se plantea un complejo modelo de relaciones
entre los diferentes factores. Y se reconoce la gran cantidad de
incógnitas todavía pendientes.
375
empezó en 1987 en el NIA y utilizó 120 ejemplares. El segundo, el de la
Universidad de Wisconsin, dio comienzo en 1989 e incluyó a 70
ejemplares, cuyos primeros resultados se publicaron en el trabajo
"Dietary restriction and aging in rhesus monkeys: the University of
Wisconsin study" (2000). En ambos casos se dividió aleatoriamente el
grupo de monos en dos grupos de igual tamaño, sometiendo uno de
ellos a una restricción calórica de aproximadamente el 30%, mientras
que el otro se utilizó de control, dejando alimentarse a sus componentes
"ad libitum" (a voluntad).
376
esperar hasta el año 2012 para ver publicados sus resultados. Tampoco
tuvieron mal soporte mediático, ya que en este caso fue la prestigiosa
revista Nature la que publicó el artículo "Impact of caloric restriction
on health and survival in rhesus monkeys: the NIA study". Pero, como
podrán comprobar, la espera había merecido la pena.
377
Lo que realmente acorta o alarga la vida
Como podrá imaginar, el debate que generó el estudio del NIA fue
apasionante y encendido. Su protocolo y el de Wisconsin eran
semejantes (quizás la restricción calórica fue algo menor en el del NIA,
más cercana al 20%), las muestras no fueron muy diferentes (más
cantidad de ejemplares, lo cual le daba aún más rigor), los animales
parecidos... ¿Cómo dos estudios tan similares obtuvieron resultados tan
diferentes?
378
adipose tissue", ya que aunque la restricción calórica programada era
del 20%, los participantes solo fueron capaces de alcanzar una
reducción del 10% a la finalización del ensayo (un año).
Conclusiones
Por el momento, afirmar que el comer poco alarga la vida de los seres
humanos es cuando menos poco riguroso. Si nos guiamos por lo que
nos dicen los experimentos de Wisconsin y del NIA, parece igualmente
efectivo para maximizar la longevidad pasar hambre comiendo
alimentos de baja calidad que comer la cantidad que se desee de
alimentos saludables.
379
Y para finalizar, la valoración de si la frugalidad es una virtud o no, la
dejaremos para aquellos que se sientan autorizados para hacer juicios
éticos. Yo no me veo...
380
SUPLEMENTOS Y TRATAMIENTOS
381
382
¿Los suplementos de ácidos grasos omega-3 son beneficiosos?
383
Como pequeña sorpresa añadida, el estudio tampoco encontró
beneficios claros para el aumento de la ingesta de ácidos grasos omega-
3 obtenidos mediante dieta. Algo bastante inesperado, ya que a menudo
se le suele dar un valor extra a este componente cuando se toma desde
alimentos. Para este aspecto concreto se consideraron solo dos estudios,
pero son bastante masivos, siendo por lo tanto y por el momento la
evidencia más sólida que existe.
384
¿Los suplementos con antioxidantes previenen enfermedades o el
envejecimiento?
385
Cáncer: En 2008 los investigadores que participaron en la revisión
"Antioxidant supplements for preventing gastrointestinal cancers" no
encontraron evidencias de que pudieran prevenir el cáncer
gastrointestinal, por el contrario, vieron que se asociaban con un
aumento de la mortalidad.
Hay más revisiones y estudios con resultados similares, pero creo que
con los de Cochrane son suficientes, ¿no cree? Y me parece que no
necesitan más comentarios.
386
¿Los alimentos funcionales aportan valor nutricional añadido?
- Los que ayudan a tus defensas: Ayudan más bien poco (o nada). Y
cuando se dejan de tomar, se acabó el posible efecto.
- Los que tienen soja: Según estudios americanos la soja es saludable (si
está acompañada de una dieta saludable), pero estos alimentos tienen
tan poca (menos de 2 gr) que su efecto sería despreciable. Habría que
ingerir en grandes cantidades el alimento en cuestión para poder llegar a
la cantidad significativa de soja (25 gr diarios), en cuyo caso habría que
tener también en cuenta el efecto del resto de los componentes (grasas,
azúcares...), probablemente no tan positivo.
387
- Los que bajan el colesterol o la tensión: Pueden tener algún efecto
positivo, pero tomándolos con precaución y siempre que además se siga
una dieta adecuada, se haga deporte, etc. Aunque le recomiendo que se
lea el apartado sobre el colesterol para conocer opciones mucho
mejores.
388
¿Funcionan los suplementos para aumentar el rendimiento
deportivo?
Basta darse una vuelta por cualquier foro temático sobre fitness en
internet para conocer los intensos y detallados debates que generan las
consultas y opiniones sobre todo tipo de productos dirigidos a aumentar
el rendimiento deportivo. El intercambio de información es tan
abundante como subjetivo, ya que el “a mí me funciona” suele ser la
tónica general a la hora de hacer valoraciones y dar consejos.
389
La mitad de esas supuestas ventajas no tenían ningún tipo de
referencia o estudio que las demostrara.
De los estudios disponibles, ninguno tenía el nivel 1 de
rigurosidad exigible (de acuerdo a los diferentes niveles
posibles consensuados en el mundo investigador).
Sólo el 4% de los estudios pueden considerarse de alta calidad y
con bajo riesgo de sesgo.
El 84% de los estudios tiene un elevado riesgo de presentar
sesgo.
- "The truth about sports drinks” (La verdad sobre las bebidas
deportivas)"
390
pruebas. La mayoría de estos productos son más falsos (o inútiles) que
una moneda de tres euros.
Así que piénseselo mucho antes de gastar su dinero en algo cuyo único
mérito probablemente sea aprovechar el efecto placebo.
391
¿Los suplementos de vitamina D previenen enfermedades?
392
procesos. Es especialmente conocida por su participación en el proceso
de absorción y regulación del calcio, muy importante para mantener la
salud ósea, por lo que con frecuencia se suele estudiar conjuntamente
con este componente. Pero también se sabe de su actividad en el sistema
inmunológico y en diversas fases de otros complejos sistemas
bioquímicos del metabolismo que todavía no se conocen en su totalidad.
Esta amplia actividad ha provocado que se hayan propuesto diversas
hipótesis sobre su participación en algunos de estos procesos
relacionados con ciertas enfermedades e incluso se le hayan conferido
las mencionadas propiedades casi extraordinarias o inusuales, como la
prevención del cáncer y el refuerzo del sistema inmunológico.
393
Lo cierto es que, a pesar de la abrumadora cantidad de estudios
existentes sobre la vitamina D, no existe un consenso demasiado claro a
nivel mundial sobre cuáles son las cantidades mínimas necesarias y
sobre qué valores se consideran una deficiencia de este compuesto.
Afortunadamente, varios equipos de expertos llevan años revisando el
tema y han publicado sus resultados recientemente.
394
población norteamericana ni de una necesidad masiva de
suplementación al respecto. Las cantidades diarias recomendadas se
mueven entre 10 y 15 microgramos, como puede verse en la siguiente
tabla.
395
“Screening for Vitamin D Deficiency in Adults: U.S. Preventive
Services Task Force Recommendation Statement”. Esta cuarta revisión,
realizada en 2014 por el equipo de expertos de servicios preventivos de
EE.UU., concluyó que no había suficiente evidencia para evaluar el
balance de riesgos y beneficios de la detección de deficiencia de
vitamina D en adultos asintomáticos
Otras revisiones
Vitamin D status and ill health: a systematic review (2014). Los autores
concluyen que no hay pruebas de que los suplementos de vitamina D
sirvan para prevenir enfermedades y que lo más probable es una
asociación inversa, es decir, que es la enfermedad la que provoca los
bajos niveles en sangre y no a la inversa.
396
cáncer. Y al analizar los diferentes tipos, únicamente la vitamina D3 se
asoció a una menor mortalidad.
Enfermedad cardiovascular
397
“Influence of vitamin D supplementation on plasma lipid profiles: a
meta-analysis of randomized controlled trials“ (2012). No se
encontraron mejoras significativas en el perfil lipídico tras analizar los
ensayos de intervención con suplementación de vitamina D.
Salud ósea
Cáncer
398
“Vitamin D supplementation for prevention of cancer in adults” (2014):
En esta revisión Cochrane los expertos no encontraron pruebas sólidas
de una relación entre el cáncer y los suplementos de vitamina D.
Rendimiento muscular
Infecciones
399
encontraron beneficios claros para la prevención de infecciones del
tracto respiratorio en personas sanas.
Esclerosis
Diabetes
400
“Efficacy and safety of vitamin D for type 2 diabetes mellitus: a
systematic review“ (2013). Los autores afirmaron que podrían podían
existir beneficios para los pacientes con diabetes tipo 2, pero como las
evidencias eran pocas y débiles, consideraron que no podían sacar
conclusiones fiables al respecto.
Conclusiones
401
atentos a futuras investigaciones, dado su amplio espectro de influencia
y vistos algunos resultados relacionados con la reducción de la
mortalidad.
402
¿Los edulcorantes son tóxicos o cancerígenos?
403
¿Hay algo de cierto en todo lo que afirman? ¿Tenemos razones para
preocuparnos? Vamos a comprobarlo en las siguientes páginas.
El aspartamo
Entre los llamados sustitutos del azúcar utilizados en los alimentos, los
más utilizados en nuestro país son aspartamo, ciclamato, sacarina, stevia
y sucralosa. En primer lugar voy a centrarme en el aspartamo,
clasificado como aditivo con el código E951, ya que suele ser uno de
los más vapuleados por los citados amantes del marketing del miedo.
Supongo que el hecho de que Coca Cola lo utilice mucho y que
Monsanto lo fabricara durante un tiempo tendrá bastante que ver.
404
La EFSA también ha publicado una web respondiendo a FAQ’s o
preguntas frecuentes, que incluye respuestas a interesantes cuestiones,
como la razón para hacer la revisión, resumen de las conclusiones, tipos
de estudios incluidos, etc.
Sin embargo, estoy seguro que muchos de ustedes habrán leído que
existen estudios con pruebas de que este aditivo provoca enfermedades
muy graves, especialmente si visitan las páginas de quienes afirman
cosas como las que he descrito en los párrafos anteriores (y que muy a
menudo venden sus propias alternativas). Así que vamos a ver cuáles
son y qué ocurrió con ellos.
405
soured on epidemiology" o "Increasing brain tumor rates: is there a
link to deficit spending?"
406
Posteriormente, en 2007, en otro estudio con ratas de Soffritti se llegó a
conclusiones similares, "Life-span exposure to low doses of aspartame
beginning during prenatal life increases cancer effects in rats". De
nuevo, como respuesta, los expertos de la EFSA se reunieron y lo
analizaron en 2009, publicando el informe "Updated opinion on a
request from the European Commission related to the 2nd ERF
carcinogenicity study on aspartame, taking into consideration study
data submitted by the Ramazzini Foundation in February 2009". Y de
nuevo concluyeron que la información aportada y la metodología del
estudio no eran lo suficientemente rigurosos como para demostrar nada,
con resultados pobres y poco sólidos.
407
único que había llegado a esas conclusiones) no podía deducirse la
causalidad.
El resto de estudios
408
páginas con decenas y decenas de estudios de intervención, realizados
con ratas, conejos, perros y monos a los que se les administró durante
largos periodos de tiempo concentraciones de aspartamo cientos de
veces superiores a las que solemos ingerir las personas (los estudios de
este tipo trabajan con concentraciones muy superiores a las máximas
recomendadas para humanos). Además de una buena cantidad de
estudios observacionales sobre personas.
409
El tercero, el metanol, es en efecto tóxico, ya que durante su
metabolización se producen formaldehído y ácido fórmico, también
tóxicos. Pero la toxicidad depende de la concentración y en este caso
sería necesario hablar de concentraciones bastante mayores de las que
puede alcanzar tomado aspartamo como aditivo. De hecho, el metanol
también es un componente que aparece cuando digerimos muchos
alimentos naturales. Por ejemplo, el metanol llegará a su organismo en
cantidades significativas desde los vegetales y las frutas frescas, así
como desde zumos de fruta y bebidas fermentadas. Y como se detallaba
en el estudio de 1997 “Endogenous Production of Methanol after the
Consumption of Fruit”, un kilo de manzanas puede aportarle casi diez
veces más de metanol que el aspartamo que encontrará en medio litro de
refresco edulcorado.
Sacarina
410
e “Histopathological evaluation of rat urinary bladders from the IRDC
two-generation bioassay of sodium saccharin”.
Ciclamato
Sucralosa
412
Unión Europea en 1989 y en 2000. Destacar que el comite SCF decidió
no aprobarla en su primera evaluación por unos estudios que la
relacionaron con posibles daños en el sistema inmunitario.
Posteriormente, en el 2000, si se consiguió la autorización, y el SCF
emitió un informe con todas las explicaciones necesarias.
Stevia
413
Por cierto, que quede claro que lo que se ha aprobado en este caso es el
consumo de uno de sus componentes extraídos, el glicósido de esteviol,
no de la planta completa, ya que en ese caso debería superar la
autorización como alimento (no como aditivo), que es mucho más dura
y exigente.
Conclusiones
No hay pruebas científicas que nos puedan hacer pensar que alguno de
los edulcorantes autorizados es poco seguro desde el punto de vista
toxicológico y de seguridad alimentaria, ya que todos ellos han tenido
que pasar rigurosos procesos de aprobación y se someten a seguimiento
epidemiológico con cierta frecuencia. Incluso el National Cancer
Institute, el instituto norteamericano oficial que lucha contra el cáncer,
dispone de una web específica sobre estos productos para informar de la
ausencia de riesgo asociados a esta enfermedad, supongo que debido a
las numerosas consultas que habrán tenido al respecto. Así que puede
tomar cualquiera hasta sus cantidades máximas recomendadas (que
suelen ser muy superiores a las habituales) sin temor.
Por lo tanto, no debería hacer caso del marketing del miedo utilizado
por algunos. La elección de su edulcorante favorito, más que en
términos de peligrosidad o de supuestos daños para la salud, debería
basarse términos de gustos personales (hay diferencias en los sabores),
precio o necesidades culinarias (temperaturas, acabados, etc.).
414
¿Los edulcorantes ayudan a adelgazar o engordan?
Para responder a esta cuestión, seguiré las pistas de las más recientes
revisiones científicas publicadas que han profundizado en los últimos
estudios sobre el tema. Muchas de ellas son de acceso libre, por lo que
si lo desea podrá localizarlas fácilmente en internet y consultarlas en su
totalidad.
416
effect on the glycaemic or appetite responses to ingested glucose (2014)
y Effects of carbohydrate sugars and artificial sweeteners on appetite
and the secretion of gastrointestinal satiety peptide (2011) que los
edulcorantes no generan una respuesta de insulina significativa ni
tampoco de otras hormonas relevantes, excepto casos muy puntuales y
de pequeña magnitud. Respecto a su influencia en los niveles de
glucosa, en el estudio “Non-nutritive sweeteners: no class effect on the
glycemic or appetite responses to ingested glucose” (2014) no se
observó que su ingesta afectara de alguna forma a la concentración en
sangre.
417
Durante años las recomendaciones del uso de edulcorantes para ayudar
a combatir el sobrepeso se han basado sobre todo en dos factores: Su
seguridad (sí, son seguros) y su aportación calórica (no, no aportan
calorías). Así que la conclusión era evidente: Sustituyamos el azúcar y
otros edulcorantes por edulcorantes no calóricos y eso que ganamos; o
mejor dicho, que perdemos. Pero, visto lo visto, lo cierto es que la
evidencia científica que pruebe que son útiles a largo plazo para perder
peso o para ayudar a mantenerlo es escasa. Algo bastante
desconcertante, considerando la enorme cantidad de productos de este
tipo que se venden y el volumen de negocio que mueven. En cantidades
pequeñas no se encuentran efectos negativos ni una clara relación con el
sobrepeso, por lo que parece que son útiles para sustituir al azúcar de
vez en cuando. Sin embargo, cuando se consumen con mucha
frecuencia y en cantidad, el tema se complica y no hay respuestas
claras.
Parece que, una vez más, el tema no es tan sencillo. En primer lugar, la
obesidad depende de muchos más alimentos y más factores que el
azúcar. Y, en segundo lugar, quizás los edulcorantes provoquen algún
efecto añadido en nuestro organismo que les impide a largo plazo ser
efectivos. Esta segunda posibilidad no está demostrada por el momento,
pero existen diferentes hipótesis con interesantes propuestas sobre el
tema.
Algunos expertos sugieren que al ingerir algo dulce pero sin calorías
durante largo tiempo y en cantidades elevadas, el complejo sistema de
regulación de energía de nuestro cuerpo (¿se acuerda del set point?) se
acaba desajustando y se vuelve ineficaz. Hay investigadores que
piensan que se podría alterar la capacidad de percepción del sabor
dulce, una de las herramientas para controlar la saciedad y la ingesta de
la energía, como se expone en “Altered processing of sweet taste in the
brain of diet soda drinkers” (2011).
418
En esa misma línea, otros piensan que al comer continuamente
alimentos muy dulces, aporten o no calorías, se activan frecuentemente
zonas cerebrales relacionadas con el placer y la recompensa, llegando a
provocar una adicción a sabores y sensaciones muy intensas, que nos
empujan a buscarlas en todo lo que comemos (por ejemplo, mediante
una dieta tipo fast food), cayendo en una espiral de la que es muy difícil
salir. Estos enfoques son especialmente defendidos por los
anteriormente mencionados Swithers y Davidson, como explican en su
revisión “High-Intensity Sweeteners and Energy Balance” (2011) y en
su reciente estudio de 2013 “Adverse Effects of High-Intensity
Sweeteners on Energy Intake and Weight Control in Male and Obesity-
Prone Female Rats”.
Pero insisto en que, por el momento, todas ellas no son más que
propuestas y que ninguna tiene todavía soporte científico suficiente para
ser considerada como definitiva, ni mucho menos. Habrá que estar
atentos a futuras investigaciones y estudios.
419
Si desea ser prudente, puede reducir o minimizar las fuentes que los
aportan en grandes cantidades, sobre todo los refrescos light. Pero sin
sustituirlos por sus versiones azucaradas, ya que sería salir del fuego
para caer en las brasas.
420
¿La mesoterapia es eficaz?
421
¿Sirven los test sanguíneos de intolerancias alimentarias para
determinar dietas?
422
de estos test o la presencia de los comentados anticuerpos sean
indicadores suficientes y válidos para afirmar que existe un problema
con el alimento analizado. Según los expertos, estas reacciones son muy
genéricas y pueden tener muy diversas causas, incluso podrían deberse
únicamente a una larga exposición a los mismos. De hecho, existen
estudios con resultados contradictorios con los principios de estos tests,
que obtienen mayores valores de inmunoglobulinas cuando las
reacciones son menores.
423
alergias e intolerancias han formalizado y difundido claramente su poca
o nula confianza en estos métodos:
424
¿Funcionan los "destructores" de células grasas?
Estas son todas las razones por las que no recomiendo este tipo de
tratamientos:
425
3- No resuelven el origen del problema. Si usted tiene sobrepeso u
obesidad y se somete a un tratamiento de estos y, es un suponer, le
funciona, no está solucionando la razón última que le ha provocado
dicha obesidad. Así que en poco tiempo volverá a la situación inicial.
Que es lo que le ocurre en la práctica a todo el mundo.
426
427
428
CUERPO Y EJERCICIO
429
430
¿Qué relación hay entre mortalidad y obesidad? ¿Se puede estar
obeso y saludable?
Sin duda habrá leído a menudo que tal o cual estudio ha relacionado la
obesidad con tal o cual enfermedad (lo que se suele llamar en
epidemiología morbilidad). Suelen ser noticias con bastante repercusión
y los profesionales sanitarios conocen de primera mano las
complicaciones relacionadas con el exceso de peso. Es una realidad
demostrada infinidad de veces. Pero si observamos desde un punto de
vista más global y lo que analizamos es la supervivencia, o dicho de
otra forma, el riesgo de una mortalidad prematura, el tema es complejo
hasta el punto de haber dado lugar a cierta controversia.
Por ejemplo, una persona que mida 1,70 centímetros y pese 75 kilos,
tendrá el siguiente IMC:
431
En concreto la Organización Mundial de la Salud - OMS ha establecido
los siguientes rangos del IMC para clasificar el grado de obesidad de
una persona:
432
de mortalidad. En concreto, los grupos de personas con un IMC entre 25
y 35 presentaron un menor riesgo que los de menos de 25. Y,
únicamente se identificó un aumento para los grupos con obesidad más
extrema, la de grado 2 y 3, (con un IMC superior a 35).
433
- Consistency between anthropometric measures in national surveys
(2013). Las diferencias entre el peso real y el reportado fueron pequeñas
entre los obesos, del orden de 0,3 a 0,5 unidades de IMC.
- How valid are Web-based self-reports of weight? (2013). Las personas
que reportaban vía web su peso se asignaban más de un kilo menos de
su peso real.
- Accuracy and reliability of self-reported weight and height in the
Sister Study (2012). Se encontraron diferencias entre el peso real y el
declarado de personas obesas, pero las diferencias fueron pequeñas y
poco significativas.
- Validity of self-reported height and weight and derived body mass
index in middle-aged and elderly individuals in Australia (2011). Se
calculó que las personas obesas tenían tendencia a quitarse cerca de un
kilo.
Uno de los expertos más críticos con este trabajo fue Walter Willett, el
conocido epidemiólogo de Harvard (que incluso desarrolló un apartado
en su web sobre la cuestión y organizó diversas actividades de
comunicación para dejar clara su posición). Willett opina (incluso
utilizando palabras bastante gruesas y poco habituales en él) que el
estudio está mal diseñado y es poco fiable, sobre todo por dos razones:
434
Porque no ha excluido a las personas muy enfermas, que son gente que
suele estar delgada y muere joven a causa de la enfermedad, y porque
no ha segregado completamente a los fumadores (en el propio estudio
de Flegal se reconoce este hecho), que también suelen ser bastante
delgados pero presentan mucho mayor riesgo de muerte. Es decir, estos
dos colectivos de delgados pero con alto riesgo de mortalidad podrían
estar distorsionando los resultados.
435
Sin embargo, como estos datos siguen siendo bastante genéricos, creo
que conviene realizar un análisis más profundo sobre la cuestión.
Aunque la obesidad extrema está fuera del debate, ya que el consenso
436
respecto a su efecto negativo sobre la salud es absoluto, lo cierto es que
hay gran cantidad de estudios que analizan datos más segmentados y
que, efectivamente, encuentran un riesgo menor de lo esperable entre
algunos grupos de personas. En 2013 se publicó un interesante par de
artículos sobre el tema en la revista Diabetes Care, que pueden ilustrar
bastante bien la reflexión y posicionamiento científico sobre el tema. Se
trata de "Obesity paradox does exist" y "Defending the con side:
Obesity Paradox does not exist,” y ambos son un buen ejemplo de cómo
puede realizarse un diálogo científico constructivo y elegante mediante
este tipo de publicaciones.
437
Obesity, health status, and 7-year mortality in percutaneous
coronary intervention: in search of an explanation for the
obesity paradox (2013)
The obesity paradox in heart failure: is etiology a key factor?
(2013)
The obesity paradox in acute coronary syndrome: a meta-
analysis (2014)
Pacientes de hemodiálisis
Mortality prediction by surrogates of body composition: an
examination of the obesity paradox in hemodialysis patients
using composite ranking score analysis (2011)
Por otro lado, algunos autores piensan que la obesidad podría tener
asociados cambios metabólicos y fisiológicos, que en algunos casos
podrían resultar positivos. Estos son unos ejemplos: Mayor
movilización de células progenitoras endoteliales, lo que daría lugar a
una menor posibilidad de aterosclerosis ("Paradoxical preservation of
440
vascular function in severe obesity", 2010), menor producción de
tromboxano, un indicador de riesgo cardiovascular ("Thromboxane
production in morbidly obese subjects", 2010), mayores
concentraciones de grelina que, además de aumentar el apetito, mejoran
la función muscular y ventricular ("Ghrelin, a novel peptide hormone in
the regulation of energy balance and cardiovascular function", 2011) y
menor producción del factor de necrosis tumoral ("The role of tumor
necrosis factor in the pathophysiology of heart failure", 2000). Hay que
dejar claro que son hipótesis interesantes, pero que requieren de más
investigación.
441
aumenta su valor a lo largo de los años. Y que las autoridades velen
porque la población en general consiga un IMC preferiblemente por
debajo de 25.
Por otro lado, el hecho de que el IMC se calcule con la altura y el peso y
no tenga en cuenta medidas más directamente relacionadas con la grasa
abdominal da que pensar sobre su capacidad de hacer predicciones
respecto a la salud en algunos casos. Por ejemplo, son conocidos los
elevados valores de IMC que presentan las personas con gran cantidad
de masa muscular o con una acumulación de grasa en zonas diferentes a
la abdominal.No me entiendan mal, evidentemente, la culpa de la
epidemia de la obesidad no la tienen los fallos de precisión del IMC, ni
mucho menos. El fenómeno existe, pero no creo que este coeficiente sea
la mejor forma de caracterizar esta enfermedad.
442
colectivos específicos. Estos son unos cuantos ejemplos de estudios
muy recientes:
443
- References of anthropometric indices of central obesity and metabolic
syndrome in Jordanian men and women (2012)
- Efficiency of anthropometric indicators of obesity for identifying
cardiovascular risk factors in a Chinese population (2011)
- A systematic review of waist-to-height ratio as a screening tool for the
prediction of cardiovascular disease and diabetes: 0·5 could be a
suitable global boundary value (2010)
- Waist circumference and waist/hip ratio in relation to all-cause
mortality, cancer and sleep apnea (2010)
-Waist to height ratio is a simple and effective obesity screening tool for
cardiovascular risk factors: Analysis of data from the British National
Diet And Nutrition Survey of adults aged 19-64 years (2009)
- Weight, shape, and mortality risk in older persons: elevated waist-hip
ratio, not high body mass index, is associated with a greater risk of
death (2006)
Otro aspecto positivo del uso de estos indicadores es que los rangos
orientativos de riesgo son muy redondo" y sencillos de recordar:
Cintura/cadera,
Riesgo bajo: Menor de 0,8 en mujeres y de 0,9 en hombres
444
Riesgo medio: Entre 0,8-0,85 en mujeres y 0,9-1 en hombres
Riesgo alto: Mayor de 0,85 en mujeres y de 1 en hombres
Cintura/altura
Riesgo bajo: Menor de 0,5
Riesgo medio: Entre 0,5-0,6
Riesgo alto: Mayor de 0,6
Algo tan fácil como calcular estos dos coeficientes le puede dar una
perspectiva diferente y más precisa del riesgo añadido (y aproximado,
no lo olvide) asociado a su distribución y acumulación de grasa
corporal. Si todavía no lo ha hecho, le recomiendo calcular ambos y
compararlos con su IMC, es probable que se lleve una sorpresa.
445
- Glucosa
- Colesterol
- Triglicéridos
- Presión arterial
- Sin resistencia a la insulina (evaluado mediante HOMA)
446
síndrome metabólico (tensión arterial, perfil lipídico, glucosa, etc.),
afirmaron que habría que considerar otras variables de especial
relevancia, como las siguientes:
447
como obesidad con anormalidades metabólicas. Y que una de las
variables que se asociaba con el mantenimiento en el tiempo de la
obesidad saludable era el evitar el exceso de grasa abdominal.
Conclusiones finales
448
Por otro lado, aunque no es lo más habitual, se puede estar obeso y
metabólicamente sano. Es importante hacer una evaluación basándose
en más indicadores antropométricos: tensión, triglicéridos, colesterol,
glucosa, resistencia a la insulina, VO2max, sin inflamación.... Y unos
buenos hábitos, que incluyan una alimentación saludable y el ejercicio
físico, es la mejor forma de conseguirlo, aunque su IMC se resista a
bajar.
449
¿Hacer ejercicio adelgaza?
450
Otra revisión de 2009 “Physical activity, diet and behaviour
modification in the treatment of overweight in obese adults: A
systematic review”, que aglutinó 12 estudios realizados entre 1995 y
2006, llegó a la misma conclusión: Que no es esperable una pérdida de
peso sustancial en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad sólo con
entrenamiento físico.
451
se analizó la evolución de la actividad física y la obesidad en EEUU
durante la última década. Los investigadores utilizaron dos grandes
bases de datos epidemiológicas oficiales, NHANES y BRFSS, y
concluyeron que durante los últimos años la actividad física de los
norteamericanos ha aumentado globalmente. Y que el número de
personas que realizan suficiente actividad física también. Pero, a pesar
de todo, la obesidad no ha dejado de crecer.
452
Cada persona es un mundo y habría que tener muchos factores en
cuenta, pero podemos buscar en los estudios epidemiológicos alguna
referencia que sirva para hacernos una idea genérica. El estudio
publicado en la revista JAMA en 2010 "Physical Activity and Weight
Gain Prevention" podría servir. Se realizó seguimiento a más de 30.000
mujeres durante 13 años y se analizó qué cantidad de ejercicio era
necesaria para mantener el peso (que no adelgazar), que resultó ser de
una hora al día.
453
¿Cuál es la cantidad mínima de ejercicio para obtener beneficios
para la salud?
Vale, entonemos el mea culpa. Pero el ritmo que nos exige la sociedad
moderna es muy alto y la disponibilidad de tiempo, pequeña. Hay que
ser eficiente y tampoco se trata de despilfarrar este escaso recurso, así
que podría ser interesante saber cuánto ejercicio hay que hacer como
mínimo para notar algún beneficio para la salud.
454
podría ser incluso menor. En este caso comprobaron que haciendo tres
entrenamientos a la semana de diez minutos cada uno (en total, 30
minutos a la semana) e incluyendo en cada uno de ellos un minuto de
ejercicio muy intenso, en concreto el llamado “entrenamiento por
intervalos de alta intensidad” (HIIT), mejoraron varios indicadores de
salud.
Así que ahora ya puede planificar sus sesiones de ejercicio con más
conocimiento de causa y sabiendo cual es el mínimo útil. Pero por
favor, no se haga trampas al solitario.
455
¿Qué es peor para la salud, no hacer ejercicio o la obesidad?
Centrándonos en los dos últimos, que son los relacionados con los
contenidos de este libro, y sabiendo que lo mejor sería cumplir ambos,
puestos elegir, ¿a cual le daríamos prioridad, de acuerdo a criterios
científicos?
456
Además, en estudios como "Metabolically Healthy Obesity and Risk of
All-Cause and Cardiovascular Disease Mortality" (2011) se observó
que las personas obesas metabólicamente sanas (valorando su presión
arterial, HDL, diabetes, circunferencia de cintura, inflamación) no
tenían una esperanza de vida significativamente menor que las no
obesas.
Por otro lado, hay otros factores además de la mortalidad que es muy
importante tener encuenta. Por ejemplo, se han realizado estudios que
han evaluado las ventajas en la calidad de vida e independencia entre
aquellos con mayor actividad física. Por ejemplo, en “Independence: a
new reason for recommending regular exercise to your patients”
(2009), su autor calculó que las personas que están en forma pueden
retrasar su necesidad de ayuda externa en su vejez durante al menos 10
años.
457
¿Qué es mejor para la salud , el ejercicio aeróbico o anaeróbico?
Pues bien, dicho esto, lo cierto es que ya casi nadie habla de ejercicio
aeróbico y anaeróbico. Ahora preferimos decir cardio training y
resistance training para referirnos a estos dos tipos de actividad física.
Lo que no ha cambiado es el debate sobre cuál es mejor.
Evidentemente, todo dependerá de nuestros objetivos, pero como este es
un libro sobre obesidad y salud, nos interesa especialmente saber si
alguno de ellos es globalmente más efectivo que el otro en estos
aspectos. ¿Qué es mejor para mantenerse sano y prevenir la obesidad,
correr o hacer pesas? ¿Hacer bicicleta estática o dominadas? ¿Qué
dicen los estudios?
458
nuevo el grupo que combinó ambos ejercicios obtuvo mejores
resultados.
459
¿Por qué es tan difícil quitar la grasa localizada?
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la historia que ha quedado
grabada en las células de nuestro cuerpo también influye, nuestro
pasado y nuestras experiencias pueden tener consecuencias que afecten
al presente y a la dificultad para adelgazar. Numerosos estudios han
relacionado la obesidad en la infancia con una mayor probabilidad de
obesidad y otras dolencias en la edad adulta. Es evidente que, de nuevo,
la genética tiene un papel primordial, pero no de forma exclusiva.
460
crear nuevos adipocitos que seguirán almacenando grasa de forma
eficaz. Por lo tanto, si hemos pasado con frecuencia por ciclos de
obesidad-adelgazamiento, es probable que en cada pico de obesidad
hayamos acumulado nuevas células grasas, tal y como se comprobó en
el estudio de 2012 "Effects of weight gain and weight loss on regional
fat distribution".
Si las subidas de peso son cíclicas y repetitivas, por cada vez que
volvemos a engordar se crean nuevos adipocitos que se van acumulando
especialmente en esas zonas. El problema es que la creación de estas
nuevas células se realiza con facilidad, pero su eliminación es otra
historia. Aunque con una dieta adecuada se puede conseguir con
relativa facilidad que reduzcan su tamaño, nuestro cuerpo no los hace
desaparecer de forma tan sencilla y tiende a conservarlos como medida
preventiva para el futuro.
Así que ya sabe una razón por la que sus michelines o sus muslos se
resisten a perder volumen. Además de por su carga genética y
distribución corporal, puede que le estén pasando factura ciclos y dietas
del pasado, que le dejaron como herencia adipocitos de más que ya no
quieren irse. Tendrá que tener paciencia y procurar evitar que se repitan
esos altibajos.
461
¿Para crear músculo hay que comer muchas proteínas?
Uno de los mitos todavía vigentes entre los que suelen acudir a los
gimnasios de musculación es el de la necesidad de comer enormes
cantidades de proteína. De nuevo la lógica es simple: Cuando más
proteína se coma, más músculo se creará, ya que el músculo está
formado sobre todo por proteínas. Esta creencia empuja a muchos a
añadir cantidades desorbitadas de carne en la dieta y a consumir
suplementos proteicos con frecuencia.
Sin embargo, desde hace tiempo los expertos saben que aunque los
deportistas en general suele tener unos requerimientos de este
macronutriente algo más elevados que la media (entre 1,5 y 2 gramos de
proteína pura por kilo de peso corporal), a partir de cierta cantidad el
añadir más proteínas no aporta demasiadas ventajas en la generación de
nueva masa muscular. Existen varios estudios sobre el tema y el más
reciente y bastante clarificador es "The effects of consuming a high
protein diet (4.4 g/kg/d) on body composition in resistance-trained
individuals" (2014). Los investigadores compararon la evolución de
diversos parámetros corporales en dos grupos de personas que hacían
pesas. Uno de ellos, el de control, ingirió unos 1,8 gramos de proteínas
por kilo de peso corporal y el otro 4,4 gramos. Y tras ocho semanas, no
se encontraron diferencias entre ambos grupos en la composición
corporal.
462
comida y cena) y en la otra agruparon la mayor parte de las proteínas en
la cena (dos tercios) y el resto se repartió entre desayuno y comida.
En resumen: Comer más de esos 1,5 gramos por kilo de peso corporal
difícilmente le aportará más músculo y lo harán de forma más eficaz si
los distribuye uniformemente. Además, esta práctica también podría ser
útil para hacer un poco más saciante cada una de sus comidas.
463
¿Cómo se queman más calorías, en bici, andando o corriendo?
464
¿Hasta qué punto es negativo para la salud trabajar sentado?
Además del tiempo que deberíamos dedicarle, una duda muy frecuente
es si también en este “ejercicio” la intensidad o rapidez influyen en su
correlación con la salud. En el marco del “Copenhagen City Heart
Study”, podemos encontrar alguna conclusión al respecto. En concreto,
en el estudio “Intensity versus duration of walking, impact on mortality:
the Copenhagen City Heart Study” (2007), se concluyó que existe una
clara asociación entre la reducción de la mortalidad por cualquier causa
y la intensidad con la que se camina. En concreto, entre las personas
que andaban a un ritmo más intenso se encontró una reducción del
riesgo relativo a la mitad. En cambio, la reducción del riesgo asociada al
tiempo dedicado a andar fue bastante menor.
Creo que es una buena noticia para aquellos que solemos tener la
agenda complicada: no hace falta andar más, sino apretar el paso.
466
467
468
Para terminar…
Dijo Jean de la Fontaine que “en toda cosa hay que considerar su fin”.
Sin embargo, imagino que después de todas estas preguntas y respuestas
habrá deducido que en nutrición y salud todavía queda muchísimo por
decir. Que los tonos blancos y negros no tienen mucho sentido y que
debemos convivir con un universo de grises en el que tendremos que
tomar decisiones seleccionando previamente la información que
consideremos más fiable de entre la enorme cantidad de ella disponible.
Afortunadamente, los científicos siguen investigando, incansables,
ofreciéndonos nuevas pruebas y evidencias que nos permitirán hacerlo
con más eficacia.
Puede que este libro le haya generado más preguntas que respuestas,
pero le aseguro que no debe sorprenderse por ello. Así es la realidad en
muchas ramas de la ciencia y eso mismo les ocurre a muchos científicos
y expertos. Paradójicamente, la ignorancia empuja a creer que existen
las verdades absolutas y por el contrario, el conocimiento abre las
puertas a infinidad de nuevas posibilidades. Salvando las distancias, es
probable que pueda sentirse como debió hacerlo Sócrates al afirmar
“Sólo sé que nada sé… y ni de eso estoy seguro”.
469
perder de vista los consensos científicos mencionados en numerosas
ocasiones a lo largo del libro, tanto el europeo como el español, que sin
duda se irán actualizando con importantes cambios durante los
próximos años.
- Pubmed – www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed
- The New England Journal of Medicine - www.nejm.org/
- The American Journal of Clinical Nutrition: http://ajcn.nutrition.org/
- Obesity – www.nature.com/oby/
- Nutrition Journal - www.nutritionj.com/
- JAMA – http://jama.jamanetwork.com/
- BMJ - http://www.bmj.com/
- EFSA - www.efsa.europa.eu/
- SEEDO (español) - www.seedo.es/
470
SERVICIO DE ACTUALIZACIÓN “DE POR VIDA”
471
OTROS LIBROS DEL AUTOR RELACIONADOS CON LA
NUTRICIÓN
Blog personal:
http://elcentinel.blogspot.com
Libro “Al abrir los ojos”: Relatos de ciencia ficción y fantasía (2012)
472