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Imperio Mexicano: Agustín de Iturbide (1822-1823)

México se independiza y nace como nación, heredando los problemas creados durante la
colonia. Los españoles que aún se encontraban en territorio mexicano, conservarían sus
privilegios y hasta sus puestos siempre y cuando actuaran acorde a lo dispuesto por
Iturbide, quien aspiraba a ser emperador; los indios y castas obtenían una no muy clara
igualdad; el ejército y el clero mantenían sus fueros y privilegios.
La consumación no establecía ninguna transformación social importante respecto al
antiguo régimen. Ante los postulados del liberalismo, reclamaba ideas conservadoras y se
defendía a la Iglesia de las reformas que la amenazaban y a los dogmas católicos de la
filosofía clerical, por ello se explica el apoyo incondicional que prestó la Iglesia al
movimiento.
Un día después de ser proclamada la independencia se instaló la Junta Provisional
Gubernativa que redactó el acta de Independencia del Imperio Mexicano. Al mismo
tiempo se formó una Regencia Provisional encabezada por Iturbide y personalidades del
clero y de la burocracia colonial. Al interior de la Junta hubo diferencias entre los distintos
grupos que la integraban, por un lado, el ejército, alto clero y criollos ricos, por el otro, el
bajo clero y la clase media. La mayor parte eran abogados lo que sirvió para formar el
Congreso Nacional, el cual le daría el poder a la clase media al crear una cámara regida
por elecciones indirectas. En 1822 quedó instalado el Congreso Constituyente, dejando
establecido que la soberanía de la nación residiría en los congresistas.
Iturbide presionó a través del ejército y de la Junta Provisional para ser emperador. El
Congreso accedió y el 21 de julio de 1822 lo nombró emperador de México. De esta
manera se creaba para México un sistema Monárquico que muy pronto desaparecería. El
31 de octubre del mismo año, Iturbide decide disolver al Congreso Constituyente y el
encarcelamiento de varios de sus integrantes.
El Congreso Constituyente se reunió en la capital el 24 de febrero de 1822 para tratar la
cuestión de la recesión económica y del déficit presupuestario. Ante la desagradable
sorpresa de Iturbide, la mayoría de los diputados eran «borbonistas» —es decir,
monárquicos proespañoles— o republicanos. Desde el primer día estuvieron en
desacuerdo con él acerca de diferentes cuestiones, y la noticia de que los españoles no
habían aceptado el acuerdo de Córdoba llegó mientras las relaciones entre Iturbide y los
diputados se deterioraban rápidamente.
En la noche del 18 de mayo de 1822, la guarnición militar local le proclamó emperador
con el nombre de Agustín I y a la mañana siguiente, bajo una considerable presión militar
y popular, el Congreso aceptó la situación y reconoció la nueva monarquía.

La anexión de Centroamérica (1821-1823)


Al igual que en México, los centroamericanos rechazaron el anticlericalismo (ataque a los
privilegios y propiedades de la Iglesia) de las Cortes españolas que obligaron a la jura de
la constitución de Cádiz a Fernando VII. En marzo de 1821, el capitán general de
Guatemala, Carlos Urrutia, al estar enfermo, delegó su autoridad en Gabino Gaínza,
inspector general del Ejército. Un mes más tarde llegaron las noticias del plan de Iguala,
y Guatemala, debía decidir de qué lado se ponía. La cuestión se hizo inevitable cuando
Chiapas, a finales de agosto, decidió suscribirse al plan; al hacerlo transfirió para siempre
su lealtad de Guatemala a México. En la capital de Guatemala, Gaínza convocó a una
reunión de las principales autoridades, el 15 de septiembre de 1821, que declaró la
independencia del país.
Las otras provincias de América Central fueron forzadas por la actuación de la ciudad de
Guatemala a tomar su propia decisión sobre la cuestión de la independencia y también, lo
que era asimismo muy importante, si iban a continuar formando parte de Guatemala o
bien sí querían separarse. Para decidir el futuro se eligieron unas juntas. En San
Salvador, donde
la Junta, dirigida por los liberales declaró el 29 de septiembre la independencia de la
intendencia de El Salvador. En Nicaragua, el 28 de septiembre, proclamó su
independencia Nicaragua, que controlaba Costa Rica como parte de su territorio, aplicó su
declaración de independencia también allí, el día 1 de noviembre de 1821.
Gabino, Gaínza, que anteriormente se había opuesto a la anexión de Centroamérica por
México, invitó ahora a las ciudades centroamericanas a que establecieran cabildos
abiertos para discutir sobre la incorporación de todo el antiguo reino de Guatemala en el
imperio mexicano. Aunque las votaciones fueron a menudo irregulares, hubo una gran
mayoría, dirigida por comerciantes conservadores y gente importante a favor de este
movimiento.
El 29 de diciembre de 1821, las ciudades de Guatemala y de Quezaltenango se unieron a
México, y el 9 de enero de 1822 Gaínza anunció la adhesión de toda América Central a
México. Sin embargo, la unión era inaceptable para algunos centroamericanos,
especialmente para los salvadoreños. En junio de 1822, un pequeño ejército mexicano
bajo la dirección del general brigadier Vicente Filisola llegó a América Central y en el
primer mes de 1823 dominó El Salvador por la fuerza.

La caída de Iturbide (1823)


La profunda crisis económica que atravesó el Imperio de Agustín de Iturbide hizo que
Antonio López de Santa Anna se levantara en armas apoyado por el Plan de Casa Mata,
exigiendo la reinstalación del Congreso. Muchos intelectuales y jefes militares se
adhirieron a la insurrección, entre ellos: Vicente Guerrero y Nicolás Bravo. El descontento
se generalizó por todo el país, Iturbide tuvo que abdicar ante el Congreso el 4 de marzo
de 1823, posteriormente salió rumbo al exilio.
La caída de Iturbide terminó con los lazos que habían unido América Central a México
durante algo más de un año. Cuando se disponía a salir de Guatemala el 29 de marzo de
1823, el general Filisola avisó a las provincias para que enviaran diputados al congreso
centroamericano. Del antiguo reino de Guatemala, sólo Chiapas quedó unida a México. El
1 de julio las restantes provincias proclamaron la independencia de América Central bajo
el gobierno de una junta provisional.
Al terminar el proceso de independencia, México y América Central mostraban las
cicatrices de la larga lucha. Se calcula que la pérdida de vidas humanas durante las
guerras de independencia fue del 10%, es decir, unas 600.000 personas. La producción
minera se redujo a menos de un cuarto de la de antes como resultado del abandono de
las minas, la salida de capitales y la escasez de mercurio y de refinado. La producción
agrícola descendió a la mitad de su antiguo nivel, a causa de la desorganización del país,
de la muerte o la marcha de los hacendados. Las importaciones británicas y
estadounidenses llenaron el vacío dejado por la desaparición del comercio español; las
manufacturas mexicanas y centroamericanas eran incapaces de competir con las
importadas. Las exportaciones —metales preciosos, cochinilla, índigo, vainilla, algodón y
cueros— eran de un valor mucho menor que las importaciones. La debilidad financiera de
México y de América Central hicieron fracasar los proyectos de desarrollo.
Las logias masónicas
Las logias masónicas eran asociaciones políticas surgidas en Europa a principios del siglo
XIX, discutían la conveniencia de volver al absolutismo o crear gobiernos democráticos
basados en la soberanía popular. En México darían lugar a la creación de partidos
políticos, los dos principales fueron el Conservador y el Liberal; ambos coincidían que era
necesario desarrollar y hacer crecer al país, pero las vías para lograrlo eran diferentes.
Logia escocesa: Se fundó en México, en el año de 1813, como una oposición a la
constitución liberal de Cádiz. Fue conformada por miembros de la antigua aristocracia
colonial, el alto clero, criollos de ideas conservadoras y representantes de la naciente
burguesía como Lucas Alamán. Argumentaban que la configuración del país debía ser
centralista, eso significa que el centro, o sea la capital, debía tener un mayor peso político
que el resto del país y controlar los demás estados o regiones, las cuales deberían
subordinarse a ella. Decían, era necesaria una organización de ese tipo para acabar con
el desorden que imperaba en el interior de la república y conservar unido al país. Pero
también los escoceses deseaban que el país se desarrollara sin que ellos perdieran sus
prerrogativas, por lo que no debía cambiar la división social y conservarse el orden tal y
como existía desde la Colonia, la religión católica debía ser la oficial del país, la iglesia y
el ejército debían conservar sus privilegios; porque cualquier cambio social debía darse
poco a poco, un cambio radical traería consecuencias desastrosas. A todos ellos se les
conocería Partido Conservador.
Logia yorkina: Los personajes que apoyaban el liberalismo ilustrado se agruparon en
esta logia, a ella se integraron políticos de provincia, burócratas, intelectuales y
profesionistas de clase media, eran encabezados por Vicente Guerrero, Miguel Ramos
Arizpe, Guadalupe Victoria; contaban con el importante apoyo de los Estados Unidos. Los
yorkinos buscaron la creación de un régimen federalista; donde el país fuera dividido en
Estados libres y soberanos, donde cada uno de ellos tuviera su propia constitución y la
libertad de gobernarse a sí mismos, en pleno equilibrio de poderes con el centro. También
defendían la libertad de expresión, la división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y
Judicial), la separación de la Iglesia y el Estado, la abolición de fueros y privilegios de las
clases altas, igualdad ante la ley para todos los habitantes del país, el desarrollo de la
economía capitalista, la libertad de cultos y quitar a la iglesia del control de la educación.
Querían cambios rápidos que rompieran con la estructura social que había prevalecido en
la época de la colonia. A esta agrupación política se les llamó liberales o Partido Liberal.

Referencias

Anna, Timothy (1990), “Independencia de México y América Central” en Historia de


América Latina, Vol. 5, Barcelona, pp. 41-75.

Colegio de Bachilleres (2004), Historia de México. Contexto universal I, México, Colegio


de Bachilleres.

Josefina Zoraida Vázquez (2020), “De la Independencia a la Consolidación Republicana”


en Varios Autores, Historia mínima de México, México, El Colegio de México.

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