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Autor: Ricardo Romero Romero

Título: Por una narrativa esequibana necesaria

Sumario: Propuesta cultural para afianzar la identidad nacional

Leyenda: El grupo Tempano alcanzó gran popularidad en la juventud

Texto: Para quellos que estudiamos primaria en los años 70, el Esequibo en lo simbólico solo era
una franja con rayas en nuestro mapa. En los textos escolares de geografía para ese entonces, más
allá de los 159542 km2 de su extensión territorial no habían más datos resaltantes.

Recordamos una frase que se posicionó en los medios nacionales que rezaba “La Guayana
Esequiba irredenta” y claro que muchos crecimos considerando que esa porción de “pierna de
elefante” era nuestra, además inserta en unas plantillas plásticas que se distribuían en tricolor
para que los escolares las usáramos de modelo para dibujar a Venezuela.

Hacia 1983, se escuchaba en las radios una melodía moderna y de tono juvenil que en su estribillo
decía “El Esequibo es mío, es tuyo, es tierra venezolana. El Esequibo es mío, es tuyo, es nuestro”.
Una canción interpretada por el grupo de rock progresivo “Tempano” y el nombre del albúm era ...
En reclamación.

Esa música constituyó todo un éxito en la industria del entretenimiento y los adolescentes la
coreaban en liceos, universidades y calles. Los integrantes de la banda se convirtieron en un ícono
para la juventud y le dieron un tono de identidad nacional al Esequibo. Luego, esa conexión entre
el imaginario cultural y la tierra legítima despojada por los británicos quedó en un letargo.

Se hace necesario retomar esa iniciativa artística de Tempano y transversalizarla en todos los
ámbitos de la formación. Concursos de cuentos, crónicas, poemas, obras de teatro, ensayos,
certámenes de artes plásticas, películas, documentales, cómic, entre otras manifestaciones, deben
generar un storytelling y un marketing en torno al Esequibo.

Y disculpen el uso de los anglicismos para describir esta propuesta que busca posicionar a nuestra
tierra en disputa, siendo lo más importante la creación de un relato que trascienda hacia el
horizonte de esta y las próximas generaciones. ¡El Sol de Venezuela nace en el Esequibo, carajo!

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