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e-aquinas
Año 4 Enero 2006 ISSN 1695-6362
Aula Magna:
HUG BANYERES, La belleza según santo Tomás de Aquino 2-19
Documento:
ABELARDO LOBATO, Los tres elementos de la belleza categorial 20-31
Publicación:
ABELARDO LOBATO, Ser y belleza 32-34
Noticia:
La Capilla «Redemptoris Mater»: monumento de piedad, crisol de
belleza y profecía de unidad 35-41
Primero: Los pasos que dieron nuestros abuelos filósofos. Dice Platón
que la doctrina sobre la belleza nació de una controversia entre filósofos y
poetas.2 Por lo tanto los orígenes están como disueltos en la creación literaria
griega que si fuera posible, deberíamos exprimir y destilar.
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a. Platón
Hay tres órdenes de realidad: las ideas o formas de las cosas; las cosas
que existen físicamente, y las imágenes o sombras de las cosas. Sólo las ideas
tienen existencia estable y real; el resto, como más lejos está del orden
trascendental, más inestable es y comporta más falsedad y error.
Las cosas no son realidades, sino sólo sus sombras. Y los artífices
humanos son imitadores de estas sombras, por lo tanto el arte es sombra de
sombras. Los poetas no actúan por sabiduría, sino por manía o furor poético; no
saben lo que escriben ni entienden las reglas del arte; además se contradicen
con frecuencia.4
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Hug Banyeres, La belleza según Santo Tomás de Aquino
En el Symposium infiere que bello es lo que todo el mundo desea; pero esto
es fin último, y se identifican pulchrum y bonum. Lo bello como último fin es “una
visión admirable”, que puede gozarse pero no puede describirse, porque no hay
palabras. Este bello perfectísimo y divino es estable al lado de las cosas temporales
y transitorias. Este bello divino impulsa el deseo de inmortalidad, que se expresa
físicamente en la procreación y espiritualmente en las buenas obras. O sea: la
belleza ideal atrae al hombre a la participación de la divinidad.
b. Aristóteles
11 PLATÓN, Hipias mayor, 298; Banquete, 210 ss; República, III, 401; 396 ss. Filebo 64.
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factivus",12 condena su uso sólo como útil. Rechaza la doctrina platónica sobre el
origen del arte, y aplica a este su doctrina de la materia y la forma. El arte es
imitación del artífice divino o primer motor, y actúa según un ejemplar e incita un
movimiento en una materia potencial de manera que, como la naturaleza, es una
energía dirigida a un fin.13
c. Plotino
d. San Agustín
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Hug Banyeres, La belleza según Santo Tomás de Aquino
proporción de las desiguales”.18 De manera que podemos decir que San Agustín
enuncia la belleza como esplendor del orden. Muy cerca de Santo Tomás,
porque la unidad y el orden19 se refieren más al intelecto que a la voluntad.
Esplendor del orden que se refiere no sólo a la belleza corporal, sino a la
inteligible y la divina.20 Vemos ya ahora que la belleza es una noción
trascendental.
e. Dionisio Pseudo-Aeropagita
2. NATURALEZA DE LA BELLEZA
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Tenemos otras indicaciones de Santo Tomás, que nos dan más para llegar
al fundamento ontológico, para “cazar” la definición. He aquí unos datos muy
interesantes que habrá que estudiar a fondo:
“Bello es lo mismo que bueno, sólo diferente por la razón. Pues siendo lo
bueno lo que todas las cosas apetecen, es de la razón de bien que en él se
aquiete el apetito. Pero a la razón de bello pertenece que en su visión o
conocimiento se aquiete el apetito; de donde perciben la belleza aquellos
sentidos que son más cognoscitivos, o sea la vista y el oído que sirven a la
razón…y así es evidente que lo bello añade a lo bueno un determinado orden a
la potencia cognoscitiva, de manera que se diga bueno simpliciter lo que
satisface al apetito; y se diga bello aquello cuya aprehensión misma nos
complace”.24
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Hug Banyeres, La belleza según Santo Tomás de Aquino
Aún en estas citas hay mucho pero falta mucho, porque no se puede
definir la belleza por sus efectos. Sólo llegamos a una descripción de la belleza
particular, pero no la podemos aplicar al todo de la belleza. Es como cuando
uno quiere definir a Dios como justicia, o verdad, o sabiduría… Sí que Dios
tiene todos estos atributos, por ninguno en particular llega a la esencia. Pasa lo
mismo con la belleza. Porque más que una propiedad singular es un agregado o
conjunto de muchas perfecciones propias del ente.
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q.1, a. 2.
35 SANTO TOMÁS DE AQUINO, In Psalmis, 44, 2.
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término del movimiento del apetito”.38 “Siendo lo bueno lo que todas las cosas
desean, es de razón de bueno que el apetito se aquiete en él”.39
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manera en una íntima relación entre ambos. Más aún: En el percipiente lo bello,
aunque formalmente consista en una relación con la potencia cognoscitiva,
incluye de alguna manera la actividad del apetito, ya que la complacencia del
apetito pertenece a la plenitud de la experiencia estética. Por lo tanto lo bello es
fundamento de la relación del ente a la potencia cognoscitiva y al apetito elícito,
pero de modo diferente.
43 SANTO TOMÁS DE AQUINO, I Sent. dist. 31; De Div. Nomin. IV, lect. 5; S.Th. 1, 39, 8.
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a. Perfección
Según Santo Tomás: “Toda cosa es perfecta en cuanto está en acto, pues
una potencia sin su acto es imperfecta”. 44 De inmediato se sigue que todo ente
es perfecto de alguna manera, porque en tanto que es, es en acto. Pero la
perfección absoluta es aquello “A lo que nada falta según el modo de su
perfección”, 45 y esta perfección implica no sólo el ente en acto, sino también la
potencia efectiva y el logro del fin.46
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Pero no podemos por ello negar lo bueno y lo bello de otros entes que
sólo tienen la perfección primera o sustancial; un niño, como todas las cosas que
aún no han conseguido su fin, son buenas y bellas en sentido propio, si bien
sólo secundum quid, y según la condición del tempus.49 “Nada impide, dice Santo
Tomás, que una cosa no sea perfecta simpliciter, pero que sea perfecta según el
tiempo, como se dice un niño perfecto no simpliciter, sino según la condición del
tiempo”.
b. Proporción
Ya hemos visto que el nexo entre bueno y bello se funda sobre todo en la
perfección del ente; ahora, al considerar la proporción como condición objetiva
de la belleza, veremos como esta condición es cierta expresión de la unidad del
ente, y que une dispositivamente lo bello a lo verdadero. Pero como bello es
una manifestación de la plenitud y excelencia del ente, la proporción también
expresa una conexión con lo bueno, como dice Santo Tomás: “Aunque bello y
bueno sean lo mismo en el sujeto, porque tanto la claridad como la consonancia
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c. Claridad
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objetivo como manifestaciones de la bondad y unidad del ente, son más bien
disposiciones para la claridad de la belleza. Ya vimos que muchos autores
antiguos ponían la claridad como propiedad de lo bello. Según Plotino, es
“esplendor de lo verdadero”; según San Agustín, “esplendor del orden”; y
Santo Tomás dice “La claridad pertenece a la razón de belleza”,58 y que “la luz
hace bello, porque sin luz todas las cosas son feas”.59
Por otro lado debe recordarse que se dan grados en la claridad de lo bello
según las condiciones del objeto y del tiempo, de modo que la perfección, la
proporción y la claridad del ente, son nociones relativas y no absolutas.
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63SANTO TOMÁS DE AQUINO, S.Th. 1-2, 27 1 ad 3; 1, 5, 4 ad 1; I Sent. dist. 31, q.2, a.1 ad
4; De verit. q. 22, a. 1 ad 12.
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Me quedo aquí en este escolio, cuyo ejemplo más vivo sería lo que le
pasó a Santo Tomás aquel 23 de diciembre de 1273 cuando celebraba la
Eucaristía, y que me permite decir a ustedes: Cuanto he dicho no es sino paja.
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