LA ORACIÓN, FORTALEZA DE NUESTRA FE
Dios nos ayuda a sacar fuerza de donde menos lo pensamos. Cuando
nos sentimos débiles, sin energías y atravesando los peores momentos de
nuestra vida, el Señor no nos deja de su mano, al contrario, nos sostiene y
nos mantiene para que no salgamos derrotados ni perjudicados; en medio del
sufrimiento y del dolor nos conserva para que sigamos avanzando y seamos
capaces de salir adelante.
Por eso, Dios nos da la fortaleza, para que, ante las debilidades, ante las
situaciones de sufrimiento y dolor seamos capaces de resistir tanto en las
pruebas como en las tentaciones, para mantenernos firmes, sin cambiar en
nuestros propósitos ni deseos de aprender y madurar en la vida. Es
importante cuidar la vida espiritual, porque nos permite caminar hacia
delante en las dificultades sin perder el norte y la esperanza de lo que somos
y creemos, y así no dejarnos llevar en ningún momento.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Isaías 41:10
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Josué 1:9
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Yavé tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
TIPOS DE ORACIÒN:
1.- ORACIÓN DE ADORACIÓN
2.-ORACIÒN DE INTERSECIÓN
3.-ORACIÓN DE PETICIÓN
4.-ORACIÒN DE ACCIÓN DE GRACIAS
5.-ORACIÓN DE ALABANZA
6.-ORACIÓN CONTEMPLATIVA
Cuidarº la fe y estar cerca de Dios es el mayor gozo del creyente,
porque te sientes en paz y renovado; descubres que lo más
grande que te ha pasado en la vida es Dios, y por eso te entregas a
Él y le ofreces todo por completo. No te dejes vencer, no te dejes
seducir por las tentaciones del mundo y de lo inmediato. Resiste en el
Señor porque «con vuestra perseverancia salvaréis vuestras
almas» (Lc 21, 19).
FICHA Nº 24
Lima, 19 de Noviembre del 2023.
LA ORACIÓN
OBJETIVO: : Aprender a comunicarnos con Dios buscando un espacio
determinado, un ambiente de confianza e iniciar un diálogo íntimo con ÉL.
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Él de bienes
conforme a su voluntad.
¿CÓMO DEBEMOS ORAR?
Un modelo de hombre de oración: Piadosa, humilde, constante (perseverante) y
confiada, fue Jesús. Él siempre estuvo unido con Dios por medio de la oración. Una
oración de la Santísima Virgen María la encontramos en Lc 1, 46-55. Jesús como
hombre, aprendió a orar gracias a su Madre Santísima. Ella oraba y meditaba
constantemente y todo lo guardaba en su corazón. Jesús invita a sus discípulos a
realizar la oración con voluntad de cooperar con el Plan Divino.
A veces tenemos la sensación de que Dios no nos concede lo que pedimos. Habrá que
examinar si lo que pedimos es conveniente para nuestra salvación o si nuestros rezos
tienen las condiciones expuestas. Porque puede ocurrir que rezamos mal, o que
pedimos cosas inconvenientes
.«El Espíritu ruega a Dios por nosotros que no sabemos orar» (Rom 8, 26-27)
LA ORACIÓN COMO DON DE DIOS
La oración es siempre un don de Dios que sale al encuentro del
hombre. La humildad es una disposición necesaria para recibir el
don de la oración.
LA ORACIÓN COMO ALIANZA
Sólo Dios conoce íntegramente lo que guarda nuestro corazón:
preocupaciones, alegrías, penas, esperanzas; por eso, Dios
quiere que confiemos en Él y acudamos con toda confianza que Él
sabrá darnos lo que realmente necesitamos para mantenernos
firmes ante las tentaciones y poder vencer al pecado.

Sólo Dios conoce íntegramente lo que guarda nuestro corazón:
preocupaciones, alegrías, penas, esperanzas; por eso, Dios quiere que
confiemos en Él y acudamos con toda confianza que Él sabrá darnos lo
que realmente necesitamos para mantenernos firmes ante las tentaciones
y poder vencer al pecado.
La oración es una Alianza, porque es una relación entre Dios y el hombre.
Es necesario permanecer fieles a Dios a pesar de lo duro que podamos
estarlo pasando. Él siempre estará porque es fiel a la Alianza que hizo
con cada uno de nosotros.
«Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra, para pedir algo en oración, mi
Padre que está en el cielo se lo dará. Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos»(Mt 18, 19-20)
LA ORACIÓN COMO COMUNIÓN
La oración nos debe llevar a unirnos más como cristianos, con la misma
Iglesia, a ejemplo de la Santísima Trinidad, uno en todos y todos en uno,
un mismo corazón, un mismo sentir, una misma Iglesia, pedir
intercediendo por todos, para que Dios pueda darnos realmente a todos
lo que necesitamos.
Nunca cansarnos de pedir y pedir más por los demás que por uno mismo,
pues Dios ve en nuestros corazones.
La vida de oración es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces Santo,
y en comunión con Él. Esta comunión de vida es posible siempre porque,
mediante el Bautismo, nos hemos convertido en un mismo ser con Cristo.
«Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos
a Él en suResurrección» (Rom 6, 5)
¿CUÁL ES EL LUGAR MÁS CONVENIENTE PARA ORAR?
El lugar más conveniente para orar es el templo, ya que ahí está Jesús,
esperándonos en el Sagrario. Puedes estar cara a cara con Él, además
del silencio que siempre existe ahí.
Pero podemos también orar en nuestra casa, con nuestra familia; eso le gusta mucho a
Jesús.
¿EN QUÉ MOMENTOS DEBEMOS ORAR?
Debemos orar en todo momento: al despertar, al dormir, antes de comer
los alimentos de la mañana, tarde o noche y sobre todo durante el día
ofreciendo el deporte, trabajo, estudio u otras actividades; de esta forma,
estamos santificando nuestro día.
También hagamos oración visitando al Santísimo, antes y después de
confesarnos, y después de comulgar. No olvidemos que la Misa es el
momento cumbre para alabar, dar gracias a Dios, pedirle perdón por
nuestros pecados, poner en sus Manos nuestras necesidades y las de
todo el mundo. Oremos por los vivos, nuestros difuntos y por las almas
del Purgatorio.
Siempre debemos orar, no solo cuando tenemos problemas o las cosas nos van mal. No
seamos interesados, pues a Dios no le gusta ese tipo de oraciones. Acudamos a Él siempre,
también cuando las cosas nos van muy bien.
MODOS DE ORAR
Hay muchos modos de orar porque Dios guía a cada uno por su
camino, y no se trata de encasillar a nadie. Sin embargo, la tradición
cristiana señala como formas principales de orar:
La oración vocal: Es la que se realiza también con palabras, como al rezar
el Padrenuestro o el Ave María.
La oración mental: En realidad, toda oración es mental en el sentido de
que el alma de la oración está en la devoción interior; pero, la calificamos
así porque toda la carga del trato con Dios descansa en la actuación de
la mente y no en las palabras; interviene el pensamiento, la
imaginación, la emoción, el deseo, confrontando las verdades divinas
con nuestra existencia real y personal para adaptarla al querer de Dios.
FORMAS ESENCIALES DE ORACIÓN CRISTIANA
Las formas esenciales de oración cristiana son la bendición y la
adoración, la meditación y la oración contemplativa, la oración de
petición y de intercesión, la acción de gracias y la alabanza. La
Eucaristía contiene y expresa todas las formas de oración.
VALOR DE LA ORACIÓN: De la oración salimos fortalecidos para luchar contra el mal y hacer
el bien, para enfrentarnos a las dificultades de la vida con serenidad y alegría. La oración
nos consigue la gracia de permanecer hasta el fin, fieles a Cristo, cooperando con Él a la
salvación del mundo y a la redención de los hombres.
DIFERENCIA ENTRE ORAR Y REZAR
Etimológicamente la palabra orar viene del latín “orare”, que significa
hablar, hablar públicamente o en voz alta, expresarse, también
rogar, solicitar, dar un discurso.
El verbo “rezar”, lleva un prefijo “re”, de reiteración sobre el verbo
“citare” (citar, poner en movimiento nombrando a alguien). Rezar es
recitar o repetir de memoria, a veces sin entender lo que se dice,
oraciones, frases o palabras que ya están escritas; mientras que orar
es conversar con Dios en forma espontánea, con las propias
palabras.
El Catecismo de la Iglesia Católica numeral 2701 dice: “La oración vocal es
un elemento indispensable de la vida cristiana. A los discípulos, atraídos por
la oración silenciosa de su Maestro, éste les enseña una oración vocal: el
“Padre Nuestro”. Jesús no solamente ha rezado las oraciones litúrgicas de la
sinagoga; los Evangelios nos lo presentan elevando la voz para expresar su
oración personal, desde la bendición exultante del Padre (cf Mt 11, 25-26),
hasta la agonía de Getsemaní (cf Mc 14, 36).”