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-Ética ¿Qué es?

La ética es una disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento


humano y su relación con las nociones del bien y del mal, los preceptos morales, el
deber, la felicidad y el bienestar común.

La función de la ética como disciplina es analizar los preceptos de moral, deber y


virtud que guían el comportamiento humano hacia la libertad y la justicia.

La ética se relaciona muy estrechamente con la moral, pero es diferente a esta.


Mientras la moral se refiere a normas adoptadas por tradición, la ética es una
disciplina que reflexiona sobre cuáles acciones serían correctas.

Por ello, en el lenguaje común, la ética también puede ser entendida como el sistema
de valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien.

, ¿Cómo la ejerzo? La ética puede ser observada en nuestra vida cotidiana en todos los
actos, decisiones y comportamientos con los que nos conducimos, bien sea en el
trabajo o la escuela, en la forma en que nos relacionamos con nuestros seres queridos
o con las demás personas, así como con el medio ambiente.

Es gracias al respeto de todos estos principios y reglas que creamos las condiciones
adecuadas para convivir en sociedad

La ética puede aplicarse a la vida personal de alguien, que contempla no solo sus
relaciones con la familia, los amigos y la pareja, sino también su relación consigo
mismo y la forma en que actúa y toma decisiones en función de sus valores morales
fundamentales.

Así, la ética en la vida personal está también atravesada por los sentimientos, las
emociones, las sensaciones, los sueños, las ideas y las opiniones de una persona, que
son, en definitiva, los que determinan su forma de ser y comportarse en la vida íntima.

La ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre el hecho moral, es decir, sobre
lo que está bien o está mal. Así, pues, en nuestro día a día, nos ajustamos a ciertos
principios o normas que guían u orientan nuestra conducta. De este modo, podemos
distinguir lo que es bueno de lo que no lo es, lo correcto de lo incorrecto.

La ética puede ser observada en nuestra vida cotidiana en todos los actos, decisiones y
comportamientos con los que nos conducimos, bien sea en el trabajo o la escuela, en la
forma en que nos relacionamos con nuestros seres queridos o con las demás personas,
así como con el medio ambiente.

Es gracias al respeto de todos estos principios y reglas que creamos las condiciones
adecuadas para convivir en sociedad.
La ética puede aplicarse a la vida personal de alguien, que contempla no solo sus
relaciones con la familia, los amigos y la pareja, sino también su relación consigo
mismo y la forma en que actúa y toma decisiones en función de sus valores morales
fundamentales.

Así, la ética en la vida personal está también atravesada por los sentimientos, las
emociones, las sensaciones, los sueños, las ideas y las opiniones de una persona, que
son, en definitiva, los que determinan su forma de ser y comportarse en la vida íntima.

En el ámbito laboral, la ética profesional está contenida en los códigos deontológicos


que regulan la actividad profesional, es decir, el conjunto de normas y principios que
obligatoriamente deben cumplirse en la práctica de una profesión.

El comportamiento ético, además, dota al profesional de prestigio y reputación, lo


hace confiable y demuestra sus capacidades no solo en el plano de la ejecución de sus
tareas, sino en la forma de hacerlas, con sujeción a las normas morales.

¿Qué importancia tiene en la vida diaria? En una sociedad en donde la percepción del bien
y mal, justicia e injusticia, responsable e irresponsable, etcétera, está muy
distorsionada, y no tenemos claro que es ser éticamente correcto y ser éticamente
malo. La ética es permanente, universal y objetiva, y nos persigue en nuestra vida
cotidiana; es aquella que nos garantiza que actuemos correctamente, que podamos
conocer y escoger nuestros valores, y que tengamos la libertad de adquirir criterio y
juicio propio, mediante el uso de la razón.

Hoy en día, como en otras épocas de la historia, la ética se encarga de formar


humanos autónomos capaces de decidir, razonar y percatarse por sí mismos del
sentido que quieran darle a su vida. Gracias a ella, somos seres capaces de ir forjando
el camino que tomaremos, interactuar con el prójimo, la comunidad y con su entorno.
La pandemia que hemos atravesado nos ha hecho reflexionar sobre nuestros actos, y
los de la sociedad en general, cuestionándonos día con día si estamos haciendo lo
correcto, pero también nos ha unido con los seres queridos, y nos ha hecho valorar
cada día como si fuera el último.

En conclusión, no existe “La ética de los años 50”, o “la ética de Grecia”, más bien ha
estado presente y lo seguirá estando para la sociedad. La ética hoy, mañana y siempre,
sirve para percatarnos y valorar la dignidad personal, la verdad y, sobre todo
reflexionar sobre todos aquellos principios que dirigen la conducta de las personas.

-Derecho Humanos ¿Qué son? Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas
sustentadas en la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable
para el desarrollo integral de la persona. Este conjunto de prerrogativas se encuentra
establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política,
tratados internacionales y las leyes.
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico,
color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos
humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles.

Los derechos humanos universales están a menudo contemplados en la ley y


garantizados por ella, a través de los tratados, el derecho internacional
consuetudinario, los principios generales y otras fuentes del derecho internacional. El
derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tienen
los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse de
actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos.

El respeto hacia los derechos humanos de cada persona es un deber de todos. Todas
las autoridades en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos consignados en favor del
individuo.

¿Los respeto? El
respeto de los derechos humanos requiere una vigilancia
constante a nivel interno y externo. A nivel interno, es preciso sensibilizar al
individuo acerca de la posibilidad de cometer violaciones. A nivel externo, es
preciso alentar a los grupos o individuos a defender los derechos humanos.
Las medidas de defensa presuponen la existencia de mecanismos
adecuados de protección y de programas encaminados a promover el
conocimiento y la utilización de esos mecanismos.

A nivel internacional, muchas actividades de promoción de los derechos


humanos se desarrollan por iniciativa de organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales. Sin embargo, quienes se
ocupan de los derechos humanos a nivel nacional, incluidas las
instituciones nacionales, reconocen en general que la aplicación de las
normas de derechos humanos deben promoverse sobre todo a nivel
nacional. El mecanismo o la estrategia de promoción de los derechos
humanos debe ser parte del compromiso que asumen los Estados respecto
de sus obligaciones internacionales.

¿Se me respetan? Los derechos humanos son inalienables. No deben suprimirse, salvo
en determinadas situaciones y según las debidas garantías procesales. Por ejemplo, se
puede restringir el derecho a la libertad si un tribunal de justicia dictamina que una
persona es culpable de haber cometido un delito.

Los derechos humanos son iguales y no discriminatorios: La no discriminación es un


principio transversal en el derecho internacional de derechos humanos. Está presente
en todos los principales tratados de derechos humanos y constituye el tema central de
algunas convenciones internacionales como la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial y la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

El principio se aplica a toda persona en relación con todos los derechos humanos y las
libertades, y prohíbe la discriminación sobre la base de una lista no exhaustiva de
categorías tales como sexo, raza, color, y así sucesivamente. El principio de la no
discriminación se complementa con el principio de igualdad, como lo estipula el
artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

Los derechos humanos incluyen tanto derechos como obligaciones. Los Estados
asumen las obligaciones y los deberes, en virtud del derecho internacional, de
respetar, proteger y realizar los derechos humanos. La obligación de respetarlos
significa que los Estados deben abstenerse de interferir en el disfrute de los derechos
humanos, o de limitarlos. La obligación de protegerlos exige que los Estados impidan
los abusos de los derechos humanos contra individuos y grupos. La obligación de
realizarlos significa que los Estados deben adoptar medidas positivas para facilitar el
disfrute de los derechos humanos básicos. En el plano individual, así como debemos
hacer respetar nuestros derechos humanos, también debemos respetar los derechos
humanos de los demás.

¿Cómo hago uso de ellos? La aplicación de los derechos humanos a la que se encuentran
obligadas todas las autoridades se rige por los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

El principio de la universalidad. Todas las personas son titulares de todos los derechos
humanos. Dicho principio se encuentra estrechamente relacionado a la igualdad y no
discriminación. No obstante, para lograr la igualdad real se debe atender a las
circunstancias o necesidades específicas de las personas.

Principio de Interdependencia: Consiste en que cada uno de los derechos humanos se


encuentran ligados unos a otros, de tal manera que el reconocimiento de uno de ellos ,
así como su ejercicio, implica necesariamente que se respeten y protejan múltiples
derechos que se encuentran vinculados.

Principio de Indivisibilidad: Implica que los derechos humanos no pueden ser


fragmentados sea cual fuere su naturaleza. Cada uno de ellos conforma una totalidad,
de tal forma que se deben reconocer, proteger y garantizar de forma integral por
todas las autoridades.

Principio de interdependencia e indivisibilidad: Todos los derechos humanos, sean


éstos los derechos civiles y políticos, como el derecho a la vida, la igualdad ante la ley y
la libertad de expresión; los derechos económicos, sociales y culturales, como el
derecho al trabajo, la seguridad social y la educación; o los derechos colectivos, como
los derechos al desarrollo y la libre determinación, todos son derechos indivisibles,
interrelacionados e interdependientes. El avance de uno facilita el avance de los
demás. De la misma manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los
demás.

Principio de Progresividad: Constituye una obligación del Estado para asegurar el


progreso en el desarrollo constructivo de los derechos humanos, al mismo tiempo,
implica una prohibición para el Estado respecto a cualquier retroceso de los derechos.
El Estado debe proveer las condiciones más óptimas de disfrute de los derechos y no
disminuir ese nivel logrado.

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