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Por ello, en el lenguaje común, la ética también puede ser entendida como el sistema
de valores que guía y orienta el comportamiento humano hacia el bien.
, ¿Cómo la ejerzo? La ética puede ser observada en nuestra vida cotidiana en todos los
actos, decisiones y comportamientos con los que nos conducimos, bien sea en el
trabajo o la escuela, en la forma en que nos relacionamos con nuestros seres queridos
o con las demás personas, así como con el medio ambiente.
Es gracias al respeto de todos estos principios y reglas que creamos las condiciones
adecuadas para convivir en sociedad
La ética puede aplicarse a la vida personal de alguien, que contempla no solo sus
relaciones con la familia, los amigos y la pareja, sino también su relación consigo
mismo y la forma en que actúa y toma decisiones en función de sus valores morales
fundamentales.
Así, la ética en la vida personal está también atravesada por los sentimientos, las
emociones, las sensaciones, los sueños, las ideas y las opiniones de una persona, que
son, en definitiva, los que determinan su forma de ser y comportarse en la vida íntima.
La ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre el hecho moral, es decir, sobre
lo que está bien o está mal. Así, pues, en nuestro día a día, nos ajustamos a ciertos
principios o normas que guían u orientan nuestra conducta. De este modo, podemos
distinguir lo que es bueno de lo que no lo es, lo correcto de lo incorrecto.
La ética puede ser observada en nuestra vida cotidiana en todos los actos, decisiones y
comportamientos con los que nos conducimos, bien sea en el trabajo o la escuela, en la
forma en que nos relacionamos con nuestros seres queridos o con las demás personas,
así como con el medio ambiente.
Es gracias al respeto de todos estos principios y reglas que creamos las condiciones
adecuadas para convivir en sociedad.
La ética puede aplicarse a la vida personal de alguien, que contempla no solo sus
relaciones con la familia, los amigos y la pareja, sino también su relación consigo
mismo y la forma en que actúa y toma decisiones en función de sus valores morales
fundamentales.
Así, la ética en la vida personal está también atravesada por los sentimientos, las
emociones, las sensaciones, los sueños, las ideas y las opiniones de una persona, que
son, en definitiva, los que determinan su forma de ser y comportarse en la vida íntima.
¿Qué importancia tiene en la vida diaria? En una sociedad en donde la percepción del bien
y mal, justicia e injusticia, responsable e irresponsable, etcétera, está muy
distorsionada, y no tenemos claro que es ser éticamente correcto y ser éticamente
malo. La ética es permanente, universal y objetiva, y nos persigue en nuestra vida
cotidiana; es aquella que nos garantiza que actuemos correctamente, que podamos
conocer y escoger nuestros valores, y que tengamos la libertad de adquirir criterio y
juicio propio, mediante el uso de la razón.
En conclusión, no existe “La ética de los años 50”, o “la ética de Grecia”, más bien ha
estado presente y lo seguirá estando para la sociedad. La ética hoy, mañana y siempre,
sirve para percatarnos y valorar la dignidad personal, la verdad y, sobre todo
reflexionar sobre todos aquellos principios que dirigen la conducta de las personas.
-Derecho Humanos ¿Qué son? Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas
sustentadas en la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable
para el desarrollo integral de la persona. Este conjunto de prerrogativas se encuentra
establecido dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política,
tratados internacionales y las leyes.
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico,
color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos
humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados,
interdependientes e indivisibles.
El respeto hacia los derechos humanos de cada persona es un deber de todos. Todas
las autoridades en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos consignados en favor del
individuo.
¿Los respeto? El
respeto de los derechos humanos requiere una vigilancia
constante a nivel interno y externo. A nivel interno, es preciso sensibilizar al
individuo acerca de la posibilidad de cometer violaciones. A nivel externo, es
preciso alentar a los grupos o individuos a defender los derechos humanos.
Las medidas de defensa presuponen la existencia de mecanismos
adecuados de protección y de programas encaminados a promover el
conocimiento y la utilización de esos mecanismos.
¿Se me respetan? Los derechos humanos son inalienables. No deben suprimirse, salvo
en determinadas situaciones y según las debidas garantías procesales. Por ejemplo, se
puede restringir el derecho a la libertad si un tribunal de justicia dictamina que una
persona es culpable de haber cometido un delito.
El principio se aplica a toda persona en relación con todos los derechos humanos y las
libertades, y prohíbe la discriminación sobre la base de una lista no exhaustiva de
categorías tales como sexo, raza, color, y así sucesivamente. El principio de la no
discriminación se complementa con el principio de igualdad, como lo estipula el
artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Los derechos humanos incluyen tanto derechos como obligaciones. Los Estados
asumen las obligaciones y los deberes, en virtud del derecho internacional, de
respetar, proteger y realizar los derechos humanos. La obligación de respetarlos
significa que los Estados deben abstenerse de interferir en el disfrute de los derechos
humanos, o de limitarlos. La obligación de protegerlos exige que los Estados impidan
los abusos de los derechos humanos contra individuos y grupos. La obligación de
realizarlos significa que los Estados deben adoptar medidas positivas para facilitar el
disfrute de los derechos humanos básicos. En el plano individual, así como debemos
hacer respetar nuestros derechos humanos, también debemos respetar los derechos
humanos de los demás.
¿Cómo hago uso de ellos? La aplicación de los derechos humanos a la que se encuentran
obligadas todas las autoridades se rige por los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
El principio de la universalidad. Todas las personas son titulares de todos los derechos
humanos. Dicho principio se encuentra estrechamente relacionado a la igualdad y no
discriminación. No obstante, para lograr la igualdad real se debe atender a las
circunstancias o necesidades específicas de las personas.