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Conceptos y definiciones

Ética

Ética, proviene del vocablo griego ETHOS, que significa acción, costumbres, hábitos, modo de ser carácter.

La ética (del lat. ethĭcus, y este del griego ἠθικός ēthikós; la forma f., del lat. tardío ethĭca, y este del gr.
ἠθική ēthikḗ) es la rama de la filosofía que estudia lo correcto o equivocado del comportamiento humano.

La palabra ética proviene del griego ethikos (“carácter”). Se trata del estudio de la moral y del accionar humano para
promover los comportamientos deseables. Una sentencia ética supone la elaboración de un juicio moral y una norma que
señala cómo deberían actuar los integrantes de una sociedad.

Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está realizando un juicio moral. La ética,
pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la
ciencia del comportamiento moral.

Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes). La ética ayuda a la justa
aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es de castigo desde el punto de vista
jurídico, sino que promueve una autorregulación.

La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí misma no es de castigo
desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.

Moral

Es una palabra de origen latino, que proviene del términos moris (“costumbre”). Se trata de un conjunto de creencias,
costumbres, valores y normas de una persona o de un grupo social, que funciona como una guía para actuar. Es decir, la
moral orienta acerca de qué acciones son correctas (buenas) y cuales son incorrectas (malas).

Según otra definición, la moral es la suma total del conocimiento que se adquiere sobre lo más alto y noble, y que una
persona respeta en su conducta. Las creencias sobre la moralidad son generalizadas y codificadas en una
cierta cultura o en un grupo social determinado, por lo que la moral regula el comportamiento de sus miembros. Por otra
parte, la moral suele ser identificada con los principios religiosos y éticos que una comunidad acuerda respetar.

El conjunto de normas morales es denominado como moralidad objetiva (existen como hechos sociales más allá de
que el sujeto decida acatarlas). En cambio, los actos a través de los cuales la persona respeta o viola la norma moral
conforman la moralidad subjetiva.

Valores

La palabra valores viene del latín “valere” lo que significa “ser fuerte”.

Este vocablo alude a todos aquellos principios que le permiten a los seres humanos mediante su comportamiento
realizarse como mejores personas; es decir son esas cualidades y creencias que vienen anexadas a las características
de cada individuo y que ayudan al mismo a comportarse de una forma determinada.

Valor es la cualidad por la que un ser, una cosa o un hecho despierta mayor menor aprecio, admiración o estima. Es
decir, un valor nos indica la importancia, significación o eficacia de algo.

Los valores son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona, una acción o un objeto que se
consideran típicamente positivos o de gran importancia por un grupo social.

Los valores éticos o morales son principios con respecto a los cuales las personas sienten un fuerte compromiso "de
conciencia" y los emplean para juzgar lo adecuado de las conductas propias y ajenas.

En este sentido, los valores definen los pensamientos de las personas y la manera en cómo desean vivir y compartir sus
experiencias con quienes les rodean.
Pues los valores se integran mediante la reflexión, la interacción con el medio y la práctica social, junto con el desarrollo
de las capacidades, cognoscitivas, la personalidad, las habilidades técnicas y las destrezas operativas. En si los valores
sirven para orientar la acción humana

Los valores no existen en abstracto, se depositan, algo se le da un valor, ya sea este en objetos o personas. Están
ligados los valores a la historia, a las culturas, a los individuos y a las circunstancias que enfrentan.

Los valores influyen en nuestra forma de pensar, en nuestros sentimientos y formas de comportarnos.

Los valores se proyectan a través de actitudes y acciones ante personas y situaciones concretas.

Los valores suponen un compromiso real y profundo de la persona ante si misma y ante la sociedad en que vive.

En nuestra época, podemos identificar valores que son aceptados "realmente", en todo tiempo y lugar, porque posibilitan
la existencia de una sociedad más justa y democrática y por eso los deseamos como el : (derecho y respeto a la vida, la
verdad, la libertad, la equidad, la fraternidad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, etc.) Hay quienes piensan que es
nuestra estimación de que son deseables lo que los hace valiosos.

Principios

Principio (ética)

Viene del latín principium que significa origen, inicio, comienzo. A pesar de aún ser usado para referirse a un inicio de
algo, esta palabra es mayormente usada en un sentido filosófico moral y ético.

Son reglas o normas que orientan la acción de un ser humano cambiando las facultades espirituales racionales y
sexuales. Se trata de normas de carácter general y universal, como, por ejemplo: amar al prójimo, no mentir, respetar la
vida de las demás personas, etc. Los principios morales también se llaman máximas o preceptos.

Los principios éticos son declaraciones propias del ser humano, que apoyan su necesidad de desarrollo y felicidad, los
principios son universales y se los puede apreciar en la mayoría de las doctrinas y religiones a lo largo de la historia de la
humanidad.

También son usados para referirse a fundamentos y/o leyes sobre cómo funciona una ideología, teoría, doctrina,
religión o ciencia. Algunos ejemplos son:

 Principio de Arquímedes, en Matemáticas


 Principio de Pascal o Ley de Pascal, en Física
 Principios de Moral, en Religión

Principios Morales versus Principios Éticos

 Principios morales: También pueden considerarse un reflejo de nuestro comportamiento social. Estos
comportamientos sociales son definidos por la enseñanza de una determinada cultura y/o religión.
 Principios éticos: en cambio, reflejan el “adecuado” comportamiento de personas y el uso de
sus conocimientos específicos en áreas profesionales relevantes para la sociedad (ejemplo: médicos).

Los principios morales junto a los principios éticos componen lo que se llama de Principios del Ser Humano. Estos
Principios, a pesar de ser extremadamente importantes, son una creación subjetiva de nuestra propia cultura y de
nuestra propia religión.

Ética Social y Profesional

Ética Fundamental o del individuo

La ética individual determina la forma de actuar correcta o incorrecta del individuo, y sus efectos recaen sobre sí mismo y
no afectan a los demás. Pero así como todos percibimos las cosas de forma diferente, muchas veces, lo que es bueno
para uno no necesariamente lo es para otro. El ser humano no es una isla, forma parte de una sociedad, por lo tanto
depende de otros, por lo que existen ciertos comportamientos o normas que todos deben acatar para lograr una
convivencia pacífica.
Ética Social

Tal como la ética y la moral determinan la forma correcta de actuar del individuo, también existe la ética social que regula
la conducta de todos los individuos que forman parte de esa sociedad.

Se refiere a la manera como se maneja una persona en sociedad y con las personas y culturas con quienes interacciona
a través de la vida. Si bien la ética social tiene como base la moral individual, la ética social se centra más en el
comportamiento apropiado de las personas como un todo, más que un comportamiento individual.

Convivir en sociedad

Por ejemplo, un código de ética muy conocido indica que matar es malo. Pero esto no solo se aplica a un individuo, sino
que rige para todas las personas que forman parte de esa sociedad. Y es entonces cuando actúa la ética social, puesto
que abarca las normas de comportamiento de la correcta convivencia en sociedad.

El respeto a los derechos del otro

Por lo tanto, para hablar de una ética social, es necesario hablar de la ética individual, puesto que es su base y de
algunos derechos fundamentales, que deben ser respetados porque su cumplimiento afecta la convivencia social.
Algunos de ellos son los derechos humanos, como el respeto a la dignidad de la persona: el derecho a la vida, la
igualdad ante la ley y la libertad de expresión; los derechos económicos, sociales y culturales, como el derecho al
trabajo, la seguridad social; o los derechos colectivos, como los derechos al desarrollo y la libre determinación. Todos
son derechos indivisibles, interrelacionados e interdependientes. El avance de uno facilita el avance de los demás. De la
misma manera, la privación de un derecho afecta negativamente a los demás.

Ética Profesional

Profesión

Por profesión se entiende una ocupación que se desarrolla con el fin de colaborar con el bienestar de una sociedad.
Para realizar dicha labor es necesario que el profesional (persona que ejerce la misma) actúe con responsabilidad,
siguiendo los requisitos que la ley vigente plantee para el desarrollo de esa actividad.

¿Qué es ética profesional?

La ética profesional es el conjunto de normas aplicadas en el desarrollo de una actividad laboral. Puede verse reflejada
en códigos profesionales y a través de una serie de principios y valores contenidos en postulados y marca formas de
conductas dentro del desempeño de una profesión.

Determina las pautas del desarrollo laboral mediante valores que poseen los seres humanos. La ética profesional o
laboral es indispensable en cualquier persona que desee trabajar, desde empleados, emprendedores, dueños de
negocios o altos ejecutivos. Implica la práctica de valores como la responsabilidad, puntualidad, estudio, constancia,
carácter, concentración, formación, discreción, entre otras.

La responsabilidad es esencial en la ética profesional, sin ella no se podrían cumplir las metas establecidas por nosotros
mismo. El actuar bajo la responsabilidad hará que cada persona realice su trabajo de forma en la que fue establecida
con anterioridad.

¿Para qué sirve la ética profesional?

El tener ética profesional o laboral, determina cómo actuar ante una situación específica. No significa que la ética
profesional sea aplicable únicamente al sector laboral, sino también puede aplicar en el ámbito estudiantil.

Sin embargo debido a que el profesional, emprendedor, jefe o alto ejecutivo se encuentran diariamente en situaciones
que requieren de tomas de decisiones es más usado en este ámbito.

La ética profesional puede ser usada para prevenir errores, ya que el actuar de acuerdo a la ética ayudara a un mejor
desempeño de las labores por cumplir.

http://ftp.campusvirtual.utn.ac.cr/objetos%20de%20aprendizaje%20profesores/exelearning%20etica%20profesional/etica
profesional/conceptos_y_definiciones.html
Es la ciencia normativa que estudia los deberes y derechos inherentes a quienes ejercen una profesión u oficio

LA ETICA PROFESIONAL

Definición: Es la ciencia normativa que estudia los deberes y derechos inherentes a quienes ejercen una profesión u
oficio. Esta se aplica en lo colectivo como a los individuos en particular, por su evidente racionalidad humana. Como
profesión se entiende, la capacidad calificada, exigida y requerida por la sociedad para destinarla al bien común.

PRINCIPIO ETICO: Es como la política de responsabilidad corporativa que nos moviliza como: Lealtad, Respeto,
Transparencia, Integridad. Dentro de los principios éticos podemos encontrar: 1- Principio de Autonomía: Se puede
definir como el derecho de toda persona a decidir por sí misma en todas las materias que la afecten de una u otra
manera con conocimiento de causa y sin coacción de ningún tipo. 2- Principio de Beneficencia: Se define como el
derecho de toda persona de vivir de acuerdo con su propia concepción de la vida buena, a sus ideales de perfección y
felicidad. 3- Principio de No-Maleficencia: Es el derecho de toda persona a no ser discriminada por consideraciones
biológicas, como raza, sexo, edad, etc. 4- Principio de Justicia: El derecho de toda persona a no ser discriminada por
consideraciones tale como culturales, ideológicas, políticas, sociales o económicas.

Deontología: Es el conjunto de principios y reglas éticas que regulan y guían una actividad profesional, como son los
deberes y desempeño de su actividad. No confundir deontología profesional con ética profesional, la ética es la disciplina
que estudia los contenidos normativos de un colectivo profesional, la deontología profesional es el conjunto de normas
vinculantes para un colectivo profesional.

La Ética Personal: Es la decisión que uno como individuo o como persona realiza para escoger la opción buena o la
opción mala, de acuerdo a los valores y la formación de cada persona.

La Ética Social: Se ocupa de la conducta moral de los individuos asi como de las realidades colectivas, estudia las
normas y principios morales de la vida colectiva en un ambiente institucional y no institucional.

Deberes Sociales: Conjunto de obligaciones de orden moral, social, que invitan a los ciudadanos a colaborar.

Deberes Profesionales: Son exigencias, imposiciones indeclinables, recaídas sobre la responsabilidad del individuo.
Entre los principales deberes profesionales podemos mencionar: Honradez, Honestidad, Estudio, Investigación, Cortesía,
Discreción, Carácter, Equidad, Puntualidad, Solidaridad, etc.

https://www.clubensayos.com/Psicolog%C3%ADa/Es-la-ciencia-normativa-que-estudia-los-deberes/4017051.html

Ética vs deontología

La deontología puede ser entendida como la rama de la ética normativa que establece normas y reglas que deben regir
la conducta profesional de los individuos, esto con el fin de plantear modelos de acción que puedan ser utilizados por un
grupo que realice una misma actividad, dicho de otra manera, códigos deontológicos o códigos éticos. Por otro lado, la
ética es la rama de la filosofía que tiene por estudio los actos realizados de forma libre, consciente y racional.

Por lo anterior, se puede concluir, de manera superficial, que la deontología tiene un enfoque hacia el individuo, respecto
de la toma de decisiones que haga, pero en su actuar laboral y conforme al puesto, cargo y rama del conocimiento que
desempeñe, es decir, en el deber de su profesión u oficio; en tanto que la ética (que también tiene una orientación hacia
el individuo) se concentra en las decisiones en la vida personal que promuevan o no el desarrollo del propio sujeto, con
el fin de alcanzar sus metas, ya sea hacia la felicidad, el conocimiento, el placer, etc.

Los códigos deontológicos en el ámbito forense deberán ser conocidos por los operadores de cada institución para que
lleven a cabo sus diligencias guiados por una ética normativa que favorezca resultados justos para la sociedad.

Fotografía: "Herencias" (2016) Símbolo de la justicia. Wikimedia Commons. Licencia CCBYSA

Referencias:

García, A. (2007) Ética y deontología. Gestión del Repositorio Documental de la Universidad de Salamanca.
https://bit.ly/3hwq16D
García, C. & Cerón, A. (2005). Entre la ética y deontología profesionales. Reflexión sobre el campo periodístico.
REencuentro. Análisis de Problemas Universitarios, (43), 0. ISSN: 0188-168X. https://bit.ly/2QuIPHn

Guerrero, A. (2019) Un análisis profundo sobre la ética y la moral. Filosofía&CO. https://bit.ly/31toqJ2

¿En qué se diferencian la ética y la moral?

SOCIAL

La ética y la moral han marcado la vida del hombre desde tiempos inmemoriales, siempre cuestionándose que es una y
la otra. En muchas ocasiones existe una tendencia a confundir ambos conceptos como si se tratara de la misma
significación. La realidad indica que no es así y esa es la razón fundamental que ha motivado el presente artículo.

Ética y moral no son sinónimos

No son sinónimos puesto que la moral es el componente humano y social que tiene que ver con las relaciones de las
personas en la sociedad, pero que corresponde a la propia existencia del ser humano, además son aquellas
características que presentan las relaciones sociales de cómo se conjugan los intereses individuales y colectivos. La
moral norma la conducta de manera directa.

No es posible hablar de moral prescindiendo de valores, bienes, deberes, conciencia, felicidad, fines de la conducta,
libertad, virtudes, etc.

Mientras tanto la ética se define por ser la disciplina filosófica que tiene como objeto de estudio la moral. Como parte de
la Filosofía, la Ética es un tipo de saber que intenta construirse racionalmente, utilizando para ello el rigor conceptual y
los métodos de análisis y explicación propios de la Filosofía. Como reflexión sobre las cuestiones morales, la Ética
pretende desplegar los conceptos y los argumentos que permitan comprender la dimensión moral de las relaciones
humanas en cuanto tal dimensión moral, es decir, sin reducirla a sus componentes psicológicos, sociológicos,
económicos o de cualquier otro tipo (aunque, por supuesto, la Ética no ignora que tales factores condicionan de hecho el
mundo moral).

Las teorías éticas, a diferencia de las morales concretas, no buscan de modo inmediato contestar a preguntas como
“¿qué debemos hacer?” o “¿de qué modo debería organizarse una buena sociedad?”, sino más bien a estas otras: “¿por
qué hay moral?”, “¿qué razones –si las hay– justifican que sigamos utilizando alguna concepción moral concreta para
orientar nuestras vidas?”, “¿qué razones, –si las hay– avalan la elección de una determinada concepción moral frente a
otras concepciones rivales?”.

Las doctrinas morales se ofrecen como orientación inmediata para la vida moral de las personas, mientras que las
teorías éticas pretenden más bien dar cuenta del fenómeno de la moralidad en general.

¿Cuáles son las tareas fundamentales de la ética?

Entre las tareas de la Ética, no sólo figura la aclaración de lo que es la moralidad y la fundamentación de la misma, sino
la aplicación de sus descubrimientos a los distintos ámbitos de la vida social: a la política, la economía, la ecología, la
medicina, la ingeniería genética, etc. Si en la tarea de fundamentación se descubren determinados principios éticos, la
tarea de aplicación consistirá en averiguar cómo pueden esos principios ayudar a orientar los distintos tipos de actividad.

¿En qué consiste la estructura de la moral?

En la actualidad prima el criterio acerca de que la moral presenta una estructura compleja integrada por la actividad
moral, la relación moral y la conciencia moral.

La actividad moral es la particularidad cualitativa que distingue a los actos humanos por la implicación que tienen para un
individuo o una colectividad. Para comprender la esencia de la actividad moral hay que tener en cuenta los rasgos
fundamentales que la distinguen: la motivación, el resultado y la valoración correspondiente de ambos aspectos. La
motivación, como su nombre lo indica, es el motor que impulsa la conducta; mientras que el resultado es la acción moral
concretada. La valoración es el proceso evaluativo de la motivación y del resultado que se realiza por la colectividad o
por el propio sujeto en forma de autovaloración.

El segundo componente estructural de la moral como fenómeno social es la relación moral. Para comprender el alcance
de este concepto resulta imprescindible referirlo al de relación social. Siendo el ser humano el conjunto de sus relaciones
sociales, la relación moral es aquella calidad de ellas que se expresa en el hecho de implicar una afectación favorable o
desfavorable con respecto a un individuo o un grupo. O sea, la relación social por sí misma no necesariamente presenta
un contenido moral, lo adquiere en la medida en que el vínculo establecido por el sujeto tiene implicaciones para sus
semejantes. Tipos fundamentales de relaciones morales: relaciones del individuo con otras personas, con la colectividad,
con la comunidad nacional, con la comunidad planetaria (humanidad).

El tercer elemento de la estructura de la moral lo constituye la conciencia moral. Aunque tradicionalmente se le ha


caracterizado como el lado ideal de la moralidad, debemos tener presente que la conciencia moral es subjetiva por su
forma, pero objetiva por su contenido. Con este criterio nos pronunciamos en contra del punto de vista que tiende a
caracterizar la actividad moral como objetiva y la conciencia moral como subjetiva. La actividad moral, la relación moral y
la conciencia moral solamente pueden ser aprehendidas en toda su riqueza si se comprenden como resultado de la
interrelación dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo. La conciencia moral es la especificidad que caracteriza a los
fenómenos de la conciencia consistente en reflejar los intereses individuales o colectivos, constituye una forma especial
de asimilación espiritual de la realidad.

Hasta aquí este breve acercamiento a las principales características de cada concepto. Esperamos que hayan quedado
aclaradas las posibles dudas, confusiones o interrogantes al respecto.

ÉTICA, FILOSOFÍA, LIBERTAD, MORAL, SOCIEDAD

https://www.sicologiasinp.com/social/se-diferencian-la-etica-la-moral/

2.4. Deontología y Ética en la Evaluación Educativa

DEONTOLOGÍA

J. Benthan (1834) define por primera vez la deontología en general, como la "ciencia de los deberes o teoría de las
normas morales". Aplicada a las profesiones se denomina deontología profesional y es la disciplina que se ocupa de
determinar y regular el conjunto de responsabilidades éticas y morales que surgen en relación con el ejercicio
profesional, especialmente aquellas de dimensiones que tienen repercusión social.

Su contenido se basa y justifica en los principios y normas de la ética y la moral, el objetivo específico de la deontología
profesional consiste en la aplicación de estos principios a cada profesión.

La filosofía se ha esforzado (de distintas maneras y con éxito desigual) por establecer lo que se ha llamado "El Estatuto
Ontológico del Hombre", precisando los atributos y límites del quehacer humano. Aunque es evidente que la
responsabilidad natural descansa básicamente sobre la familia y la responsabilidad moral descansa primordialmente en
la escuela.

La familia tiene la responsabilidad natural de la educación moral, ética y deontológica de sus miembros porque opera
espontáneamente sobre los individuos que ella misma engendra, porque está estupendamente dotada para influir sobre
los afectos, acciones y tendencias del individuo durante su evolución vital.

La escuela y la universidad tienen la responsabilidad social de la educación moral, ética y deontológica, porque es una
organización integrada por una selección intelectual cuyo compromiso es con la colectividad. Por encima de cualquier
divergencia ideológica, la Universidad tiene que sentir la importancia esencial del impacto que ejerce permanentemente
el intelecto sobre la salud de la voluntad y la responsabilidad de una tarea moral básica que cumplir.

Los filósofos denominan las concepciones éticas "deontológicas" (del término griego deon, "deber") e implican
limitaciones, mandatos o reglas, y nos referiremos a ellos en general simplemente como "exigencias deontológicas". Las
concepciones deontológicas exigen a los agentes abstenerse de hacer el tipo de cosas que son malas, aun cuando
éstos prevean que su negativa a realizar estas cosas les producirá claramente un mayor daño.
La naturaleza y estructura de las limitaciones deontológicas

Es hora de atender más de cerca a la naturaleza y estructura de las exigencias deontológicas —es decir, al sistema de
normas o prohibiciones que constituyen la base de las concepciones deontológicas— pues esto puede ayudar a
hacernos una más clara idea de la naturaleza y estructura de las propias concepciones deontológicas. Merecen citarse
en especial tres características de las exigencias deontológicas.

Las exigencias deontológicas suelen 1) formularse negativamente de la forma "no harás" o mediante prohibiciones. Aun
cuando parecería teóricamente posible transformar las exigencias deontológicas que se formulan como prohibiciones en
prescripciones manifiestamente "positivas" (por ejemplo, el mandato "no mientas" en "di la verdad", y "no dañes a un
inocente" en "presta ayuda a quien la necesita"), los deontólogos consideran que las formulaciones positivas no son
equivalentes a (ni se desprende de) las negativas.

Según el deontólogo, aunque es evidente que mentir y faltar a la verdad, o dañar y dejar de ayudar, pueden tener las
mismas consecuencias adversas, y resultar del mismo tipo de motivaciones, "mentir" y "faltar a la verdad" no son actos
del mismo tipo, como tampoco "dañar" y "dejar de ayudar". Como lo que se considera malo son tipos de actos, una
exigencia deontológica puede prohibir mentir y permanecer en silencio en un tipo de acto "supuestamente" diferente pero
muy afín, a saber, el faltar a la verdad. Dice Uried: En cualquier caso, la norma deontológica tiene límites y lo que está
fuera de esos límites no está en absoluto prohibido. Así, mentir es malo, mientras que no revelar una verdad que otro
necesita puede ser perfectamente permisible —pero ello se debe a que no revelar una verdad no es mentir (Fried, 1978,
pp. 9-10).

Así pues, las exigencias deontológicas no sólo se formulan negativamente (como prohibiciones) sino que además 2) se
interpretan de manera estrecha y limitada. Esto es decisivo, pues diferentes concepciones del alcance de las exigencias
deontológicas —o diferentes concepciones sobre lo que constituyen tipos de actos diferentes— obviamente darán lugar
a comprensiones muy diversas de las obligaciones y responsabilidades de los agentes.

Por último 3) las exigencias deontológicas tienen una estrecha orientación: se asocian estrechamente a las decisiones y
actos de los agentes más que a toda la gama de consecuencias previstas de sus elecciones y actos. Como dice Nagel,
"las razones deontológicas alcanzan su plena fuerza como impedimento a la acción de uno —y no simplemente como
impedimento a que algo suceda".

Se afirma así que violamos la exigencia deontológica de no dañar al inocente sólo si dañamos intencionadamente a otra
persona. Si meramente optamos no emprender ninguna acción para evitar el daño a otros, o si el daño que afecta a
éstos se considera consecuencia de una acción nuestra, pero no como un medio o un fin elegido, entonces, aunque
nuestra acción puede ser susceptible de crítica por otras razones, no es una violación de la exigencia deontológica de no
dañar al inocente. En opinión del deontólogo, no somos tan responsables (o bien no plenamente autores) de las
consecuencias previstas de nuestros actos como lo somos de las cosas que pretendemos.

Aunque la mayoría de los deontólogos creen que tenemos algunas obligaciones "positivas", la mayoría de las normas
morales que según ellos rigen nuestra conducta se formulan "negativamente" como prohibiciones o no autorizaciones.
Esto no es fortuito o accidental. Para las concepciones deontológicas, la categoría de lo prohibido o lo no permisible es
fundamental en varios sentidos.

Para el deontólogo, la distinción moral más importante es la existente entre lo permisible y lo no permisible, y es la
noción de lo no permisible la que constituye la base de la definición de lo obligatorio: lo que es obligatorio es lo que no es
permisible omitir. Aunque los deontólogos difieren respecto al contenido de lo que los agentes están obligados a hacer
—aparte de evitar la trasgresión de las normas— coinciden en pensar que la mayor parte del espacio moral, y
ciertamente la mayor parte del tiempo y energía de un agente deben consumirse en lo permisible. Según dice Fried:

"Uno no puede vivir su vida según las exigencias del ámbito de lo correcto. Tras haber evitado el mal y haber cumplido
con nuestro deber, quedan abiertas una infinidad de elecciones" (1978, p. 13).

El contraste con las teorías morales consecuencialistas es aquí bastante fuerte. Mientras que los deontólogos consideran
que la idea de lo correcto es débil (o excluyente), los consecuencialistas utilizan una idea fuerte (o inclusiva): un agente
actúa de manera correcta sólo cuando sus acciones maximizan la utilidad, e incorrectamente en caso contrario. Las
teorías consecuencialistas realizan así (lo que puede denominarse) el cierre moral: todo curso de acción es correcto o
malo (y las acciones sólo son permisibles si son correctas).

Los deberes
Con frecuencia, ética y deontología se utilizan como sinónimos. Es cierto que ambas palabras hacen relación al deber y
ambas disciplinas son tenidas como ciencias: la primera se ocupa de la moralidad de los actos humanos, y la segunda
determina los deberes que han de cumplirse en algunas circunstancias sociales, y en particular dentro de una profesión
dada. Por eso se identifica como "la ciencia de los deberes". Dice Ferrater Mora que la deontología ha de considerarse
como una disciplina descriptiva y empírica, cuyo fin es la determinación de ciertos deberes. La ética, a su vez, puede
aceptarse como una disciplina normativa. Según el mismo Ferrater, recordemos que fue Jeremías Benthanm quien
acuñó el término "deontología" en su libro Deontology, or the science of morality, con el significado de lo obligatorio, lo
justo, lo adecuado. Tanto deontología como deontológico son términos que han caído en desuso y han sido
reemplazados por "DEÓNTICO".

De manera general se acepta que el cumplimiento del deber es hacer aquello que la sociedad ha impuesto en bien de
los intereses colectivos y particulares.

El individuo posee obligaciones, que no son otra cosa que constricciones o coacciones; en el ámbito de la moral la
persona puede ser constreñida externa o internamente. Las obligaciones cuyas motivaciones son subjetivas o internas
son obligaciones éticas, obligaciones del deber, en tanto que aquellas cuyas motivaciones son objetivas o externas, son
obligaciones de la coacción o estrictamente jurídicas. Deduce por eso Kant que la conciencia no es otra cosa que el
sentido del deber, Kierkeegard sigue un pensamiento similar para él, aceptar que la finalidad de la vida es el
cumplimiento de los deberes —es decir, que eso es la concepción ética de la vida— es un invento destinado a perjudicar
la ética. El deber no puede ser una consigna, sino algo que nos incumbe. "El individuo verdaderamente ético, añade,
experimenta tranquilidad y seguridad porque no tiene el deber fuera de sí mismo, sino en él". "En él" es su conciencia,
que es nuestra propia voz interior, independiente de sanciones y recompensas externas.

El filósofo inglés, David Ross, introdujo en 1930 el concepto de deber prima facie, para significar que no existen deberes
absolutos, pues los deberes dependen de circunstancias particulares (deberes condicionales). Desde entonces la
frase prima facie encontró acomodo en la filosofía moral. Antes de él, los deberes estaban ligados al principio de utilidad
para los seguidores de Mill y de Bentham, o al imperativo categórico para los seguidores de Kant Ross, a diferencia de
ellos, sostuvo que los deberes no pueden depender de un solo principio, sino que deben condicionarse a lo
circunstancial. Siendo así, al surgir un conflicto de deberes, es decir, una competencia jerárquica, nuestro verdadero
deber será el más exigente, el más severo.

Según Ross, nuestros deberes prima facie son variados: a) de fidelidad (por ejemplo, decir la verdad, cumplir una
promesa); b) de reparación (restituir de alguna forma el daño causado); c) de gratitud; d) de beneficencia (existen seres
cuyas condiciones podemos mejorar); e) de no maleficencia (no hacer daño a otro); f) de justicia (distribución de los
recursos de acuerdo con los méritos y necesidades de las personas); por último, g) de automejoramiento o
autoperfección.

Con la anterior propuesta, Ross sentó las bases, o mejor señaló los principios morales que servirán luego para
fundamentar la nueva ética profesional, no obstante las naturales críticas de carácter filosófico que ha tenido que
soportar.

Concepto de Ética Profesional

Ética profesional o moral profesional, se suele definir como la "ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos
de los profesionales en cuanto tales". En efecto, la palabra ética confirmada por diccionarios y academias con el sentido
de "parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre", no es tan precisa en el significado como
la palabra moral.

Moral polariza y concreta de tal manera las obligaciones internas de la conciencia que excluye, al menos parcialmente,
las obligaciones derivadas del orden jurídico. En otras palabras: El concepto medular de la ética profesional es el
concepto de moralidad. Todos los principios normativos y las aplicaciones prácticas de su casuística deben estar
impregnadas e impulsadas por la moral. Pero erraría quien hiciera objeto de la ética y responsabilidad profesional
solamente a las obligaciones impuestas por la moral o el derecho natural, con exclusión de cualquier otra exigencia de
índole jurídica o social.

Por lo tanto, el objeto de la ética profesional es mucho más amplio de lo que comúnmente se supone.

No es otra cosa que preguntarse (como docente, profesor, pedagogo, licenciado) frente a su alumno, a la sociedad y al
país. "¿estoy haciendo con mi trabajo lo propio que beneficia a este alumno, lo necesario que beneficia a la sociedad
donde estoy inserto, lo trascendente para mi país y para la raza humana?" Consecuentemente, ¿estoy participando de lo
que tengo derecho? Una confianza que se entrega a una conciencia, a una conciencia profesional.
La formación profesional es distinta para cada área y nivel de desempeño y dependiendo de esto mismo, la formación
puede ser larga y pesada o corta y ligera e incluso puede realizarse mientras se desempeña un trabajo, ya sea similar o
distinto, aunque de menor nivel, por lo general. La formación profesional también puede ser muy teórica o muy práctica.
Sin embargo, excepto algunas profesiones eminentemente especulativas, como la de filósofo, todas deben contener una
cierta dosis tanto de teoría como de práctica, o sea la auténtica "praxis", entendida ésta como la aplicación de un
conocimiento o de una teoría que a su vez fue extraída de experiencias concretas.

Hablando ya en un sentido menos amplio, y como se entiende por lo general, las profesiones son el resultado de un
proceso de formación a nivel superior de calidad universitaria, ya que ésta es la forma en que se puede garantizar a la
sociedad que un individuo que ostenta la certificación de sus estudios mediante un título, sabe y puede hacer algo dentro
de un marco ético-social y que su actividad es productiva y beneficiosa para la misma sociedad.

Larroyo señala lo siguiente: "En virtud de la profesión el hombre se articula a la vida económica y asegura así su
existencia, fortaleciendo y haciendo progresar la economía de la sociedad entera. El desempeño del trabajo profesional,
al constituir un valor para la sociedad, supone la eficiencia en el desempeño y su contribución al bien común. Esto
descarta totalmente la improvisación profesional que causa tantos estragos en las sociedades subdesarrolladas, donde
individuos de dudosa moralidad medran ostentando conocimientos y habilidades de las cuales carecen".

Ahora bien, como ya se explicó, el hombre dedica la mayor parte de su tiempo a la actividad profesional (preparación,
preocupación), tanto para obtener los satisfactores básicos como los de nivel más elevado consistentes en deseos,
ambiciones y temores. El elemento compensatorio de toda esta actividad es el dinero, representado por sueldo u
honorarios, además de otros beneficios que, aunque no expresados en metálico, sí contienen satisfactores que pueden
ser convertibles o equivalentes.

Dice Scherecker que "el profesional adquiere por su actividad el derecho a un sueldo que cambia la distribución del
dinero, o de otros bienes, en el mundo, y normalmente su actividad cumple ciertas obligaciones estipuladas".

El cumplir con las condiciones dentro de las cuales el trabajo profesional ha sido contratado, y el percibir un sueldo por el
mismo, se pone al servicio de otros el "saber hacer", pero de ninguna manera la dignidad humana. El sueldo o salario no
compra al hombre, solamente compra las habilidades del hombre. La persona no está obligada a desempeñar funciones
que no estén de conformidad con la escala de valores morales que respalden su condición de profesional digno. Es algo
así como comprometer lo que antiguamente se conocía como el honor.

Los deberes profesionales no comienzan al recibir el Diploma o el Título. Desde el mismo momento en que se decide la
actividad profesional que se va a ejercer, el individuo adquiere una responsabilidad moral muy especial. El estudiante de
una determinada profesión no puede sustraerse a los deberes que corresponden a la misma, alegando que aún no la
ejerce, ya que en el momento en que empieza a estudiar, se obliga a los deberes que la misma profesión ha establecido.

La ética no es una cuestión de moda, ya que todavía sigue necesitándose lo mismo que en otras épocas; para ser ético:
trata a los subordinados, empleados, integrantes, aprendices, miembros, colegas, etc., de la misma manera que nos
gustaría que nos trataran a nosotros. Una persona "ética" sería considerada igualmente honesta, íntegra en su trabajo y
en su vida, moral, confiable, incorruptible y respetuosa de sus deberes y de los derechos de los demás como si fueran
los propios. No sería una persona envuelta en la autojustificación o la racionalización. Este individuo busca el espíritu
más que la letra de la ley, y obedece a ambos.

La ética se vuelve un rasgo de la personalidad. Se incorpora al sistema de valores de quien la practica. Influye en todos
los aspectos de la vida. Ser ético no es algo que puede encenderse y apagarse como un interruptor. Es un rasgo que
hay que ganarse. Perderla es fácil, ganarla es un poco más difícil. También es conservadora en el sentido clásico. No
existen nuevas modas ni los estilos nuevos a la hora de ser ético.

Partiendo de las cuestiones anteriores y para intentar una suerte de respuesta, el gran desafío para el tercer milenio y,
desde siempre, será la recuperación de la vigencia de los paradigmas clásicos de moralidad.

¿Cómo se puede promover este tipo de formación moral? No es fácil responder a esta pregunta, ya que se llevan más
de 20 años intentando contestarla. Aún queda mucho por investigar, sabiendo que algo se ha avanzado al respecto. La
enseñanza interactiva puede ser una.

Uno de los problemas a los que se debe enfrentar, al querer contribuir a la formación moral de los individuos (alumnos,
empleados, practicantes, etc.) es el siguiente: sea para bien o para mal, parece que no son pocas las personas que, al
querer dar sentido a sus vidas no encuentran en los paradigmas clásicos una respuesta satisfactoria a sus inquietudes.
Es más: uno de los factores que agrava la crisis moral actual parece ser que no hemos revisado a tiempo la vigencia de
tales paradigmas o categorías mentales en las vidas de los individuos. Como consecuencia, desde esa perspectiva se ha
perdido relevancia moral.

Al darnos cuenta de lo que está sucediendo, muchas veces se observan contenidos curriculares de cursos sistemáticos
o asistemáticos, por ejemplo, totalmente reformulados. Se utiliza un nuevo lenguaje, más a tono con los tiempos
actuales, tratando de ser más claros a nivel intelectual. Pero no se presta debida atención a la manera en que los
individuos aprenden lo que realmente influye en sus vidas. Es decir, se modifican contenidos sin tener en cuenta las
estructuras de aprendizaje que se puedan observar. Abrirse a un nuevo aprendizaje a través de una ética no meramente
teórica, sino práctica, desde los más bajos niveles cognoscitivos, será la eficiente respuesta para la comunidad en
general.

Hemos venido comentando en los contenidos desarrollados la importancia de la evaluación educativa, el compromiso y
la responsabilidad que los procesos evaluativos encierran, y la necesidad de apertura de una evaluación cualitativa y
debidamente contextualizada en función de la mejora institucional; el tema anteriormente abordado no lleva la pretensión
de la lectura de una serie de códigos deónticos o éticos para el ejercicio de la práctica evaluativa, en sí es hacer énfasis
en nuestro deber moral como personas en nuestro actuar, comprometidos en nuestro ejercicio profesional, en el cual
están próximos a ingresar, en un campo que genera un gran impacto como lo es el de la Educación. El tema es un tema
para la reflexión de por vida y para la vida.

https://cursos.clavijero.edu.mx/cursos/185_ee/modulo2/contenidos/tema2.1.html?opc=0

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