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LICEO HÉROES DE LA CONCEPCIÓN

DEPTO DE HISTORIA.
PROF. JUAN PABLO REYES

Antecedentes del Imperialismo


Como se señalaba anteriormente, el desarrollo del Imperialismo se debió a una multiplicidad de
factores, entre los cuales destacan los siguientes:
Factores económicos
Estos fueron, sin lugar a dudas, los más importantes, lo que queda demostrado por el hecho de que
las principales naciones imperialistas eran, a su vez, las potencias más industrializadas.
Con el fin de prosperar, la nueva industria necesitaba expandir sus mercados para colocar sus
excedentes productivos. Se hacía necesario abrir mercados fuera de Europa, ya que el mercado
interno estaba saturado y los mercados americanos, aunque importantes, no eran suficientes para
responder a las necesidades de una industrialización acelerada. Por otro lado, las potencias
industriales necesitaban materias primas diversas y baratas para poder continuar con sus estándares
de desarrollo. Los grupos oligárquicos presionaban a las autoridades de los países industrializados
para que intensificaran su control en otros continentes. De esta forma, los gobiernos justificaban su
política de expansión imperialista con la excusa de garantizar la seguridad económica de sus
naciones.
El desarrollo de los medios de transporte, como el ferrocarril y la navegación, resultó fundamental
para lograr articular las redes económicas entre los centros de extracción y las zonas de embarque.
Inglaterra “colmó” de tendidos ferroviarios países como Egipto y la India, mientras que Portugal,
Francia y Alemania aceleraron la ocupación de territorios ricos en metales preciosos y materias
primas útiles para su industria siderúrgica, farmacéutica y alimenticia. Estas zonas de ocupación se
caracterizaban por la inversión de capitales, esta cualidad permite explicar la diferencia entre el
viejo Colonialismo y el Imperialismo.
Factores sociales y demográficos
El aumento de la población europea, que pasó de 190 millones en 1815 a 300 millones en 1870,
trajo consigo paro, hambrunas y migraciones a América. Se calcula que emigraron 40 millones de
europeos a lo largo del siglo XIX.
La sobrepoblación y el agobio económico planteaban a los gobiernos el problema de la pobreza y,
sobre todo, de la agitación social, que ya era considerable. Desde esta perspectiva, la colonización
de nuevos territorios abría una brecha para la ubicación de población europea en las nuevas
colonias.
Factores político-ideológicos
Muchos historiadores consideran que este factor tuvo gran importancia. En el orden internacional,
la posesión de colonias constituía un elemento clave para ejercer poder y estatus. A los pueblos y
naciones ya no les bastaba con desempeñar un papel importante dentro del sistema de estados
europeos; ambicionaban convertirse en una potencia ultramarina. Había que seguir el modelo de
Inglaterra, que había logrado establecer colonias en India, Australia y Nueva Zelanda y desarrollar
exploraciones científicas al interior de África. No se deseaban los territorios solo como reductos de
explotación económica y alivio demográfico, también eran importantes porque su posesión les
permitía a las metrópolis mejorar su estatus.
Además, cobran fuerza otros argumentos como la misión civilizadora del hombre blanco, vale decir,
el deber de las naciones europeas de transmitir el desarrollo y la civilización a los pueblos
colonizados. Esta premisa parte de la concepción filosófica de la superioridad racial del hombre
blanco y de su deber de civilizar los pueblos bárbaros.
Italia y Alemania, recién unificadas, entraban con ardor a la carrera imperialista, especialmente la
última, cuyo fuerte nacionalismo propugnaba que las razas ariasteutónicas, estaban llamadas por su
naturaleza a dominar a los pueblos de color.

Organización política de las colonias


Las potencias imperialistas establecieron una política de dominación que se lograba a través de tres
modalidades:
• Enclaves coloniales, países donde se extraían las materias primas y donde las decisiones políticas
pasaban por el país dominador.
• Protectorados, Estados donde se designaba un jefe por parte del país dominador o bien, se
“manipulaban” los gobiernos locales. La política exterior de estos Estados estaba en manos del país
“protector”.
• Esferas de influencia o dominios, Estados teóricamente independientes, ya que sus gobiernos
actuaban a favor de los intereses de un gran Imperio.
Gran Bretaña estableció dominios en los territorios colonizados donde existía un importante
contingente de población europea: Sudáfrica, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Los dominios
tenían gran autonomía, gobierno propio y parlamento
(Autogobierno), solo la política exterior y las directrices económicas quedaron en manos del
gobierno de Londres. Fueron las zonas preferidas para la emigración definitiva de la población
inglesa.
En los territorios mayoritariamente autóctonos, Inglaterra estableció protectorados:
Egipto, India, Birmania.
Francia creó un imperio centralizado, donde todo el poder era ejercido por la administración
colonial francesa y en el cual, los habitantes de las colonias debían someterse a la autoridad y
legalidad gala. Si bien lograron crear un imperio mundial, con territorios en África y Asia, sus bases
eran más precarias que las de los británicos. Los franceses mostraban menos interés en emigrar a
otros territorios, lo cual dificultó la creación de un gran sistema burocrático colonial como el
desarrollado por los ingleses.
Efectos del Colonialismo en los pueblos dominados
El Imperialismo produjo múltiples efectos, los cuales podemos clasificar en: culturales,
económicos, políticos y sociales.
• En lo cultural: se impuso en los países dominados el idioma de la potencia imperialista,
eliminando, en algunos casos, la riqueza de las lenguas locales, o bien, reemplazando ciertos
conceptos por palabras híbridas que transformaban el sentido. En este mismo ámbito, hay que
señalar que muchas potencias consideraban su expansión como una obra civilizadora, sometiendo,
sin escrúpulos, a los grupos locales al pasar a llevar, de manera brutal, su cultura y religiosidad,
imponiéndoles, sin miramientos, las del invasor.
• En lo económico: los países dominados no lograron desarrollar su economía, ya que parte
importante de sus materias primas era destinada a las grandes potencias y además, numerosas
poblaciones acostumbradas a realizar tareas agrícolas básicas, incluidas las de recolección, debieron
abandonar sus actividades, para dedicarse a la explotación de minas o plantaciones que mantenían
los hacendados, lo que se traduciría en el aumento excesivo de la miseria y pobreza. Si las
condiciones de trabajo en Europa eran deficientes, en África y Asia fueron infrahumanas, lo que
provocó una caída en las tasas de crecimiento poblacional y la expansión de enfermedades infecto-
contagiosas.
• En lo político: se impusieron los protectorados; los países dominados debieron acatar las órdenes
de las grandes naciones, convirtiéndose en verdaderos gobiernos títere que obedecían a las grandes
potencias, o bien, a familias europeas con influencia política. La libertad e igualdad, principios en
los cuales se habían inspirado y llevado a cabo las revoluciones en Europa, ahora aparecían como
palabras prohibidas, ya que hubo exclusión y violencia hacia las poblaciones sometidas.
Estratégicamente, los grandes imperios armaron tribus locales con el fin de provocar
enfrentamientos y de, este modo, debilitarlos para favorecer el sometimiento. Muchas de estas
guerras iniciadas en los albores del siglo XX se mantienen hasta hoy y evidencian la existencia de
grandes corporaciones privadas que aprovechan su influencia en los gobiernos para continuar con la
explotación económica.
Se intervino la cohesión de las poblaciones, cohesión dada por la tradición que sucumbió a los
modelos culturales de los países dominadores.
• En lo social: las sociedades tribales características de África y Asia dieron paso al surgimiento de
ciudades a la usanza europea, desintegrándose las relaciones humanas que existían entre los grupos.
Las metrópolis impuestas segregaban a los pobladores autóctonos haciéndolos aparecer como
extranjeros en su propio país. Las prácticas culturales aceptadas socialmente en otras épocas (antes
del Imperialismo), en ésta eran vistas como violación de los cánones europeos.
Por otra parte, los abusos y la desintegración social a la que fueron sometidas las colonias fueron el
caldo de cultivo de los movimientos de descolonización.

ACTIVIDADES
El mapa adjunto ilustra la situación del continente africano en el contexto del imperialismo.
Pinta con un color distinto para cada área y luego responde
¿Por qué razón África fue un territorio tan apetecido por las potencias imperialistas?
2. ¿Qué país llegó a tener la mayor cantidad de dominios coloniales en África? ¿Por qué?
3. ¿Por qué los territorios franceses, a pesar de su gran extensión, no eran tan rentables? ¿Cuáles eran las
zonas más valiosas de estos territorios y por qué?
4. ¿Por qué Portugal tenía pocas colonias, considerando su importancia en el descubrimiento y
circunvalación del continente en los siglos XV y XVI?
5. Considerando que Alemania e Italia eran países recién unificados, ¿cómo puedes explicar su cantidad
de dominios en África, especialmente el primero?
6. ¿Qué país es el que presentaba la menor cantidad de territorios? ¿Por qué?

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