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MANIFIESTO FUTURISTA

El Manifiesto Futurista fue el texto que configuró las bases del movimiento futurista escrito por el
poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti a finales de 1908 y publicado en 1909 en Le Figaro de
Francia.

RACCOLTA DI 5 MANIFESTI FUTURISTI. - ASTA LIBRI & GRAFICA - LIBRERIA ANTIQUARIA GONNELLI -
CASA D'ASTE - GONNELLI CASA D'ASTE I testi e le immagini presenti nel sito sono riproducibili
citandone la fonte.

LOTE 339 / Carteles futuristas / COLECCIÓN DE 5 MANIFIESTOS FUTURISTAS / AÑOS 10 DEL SIGLO
XX.

Ellos son: "Manifiesto inicial / du / Futurisme / (Publié par le "Figaro" le 20 Février 1909)" –
"Manifiesto Técnico / de / Escultura Futurista" - "Esplendor Geométrico y Mecánico / y
Sensibilidad Numérica / Manifiesto Futurista" – "Manifiesto / de los Dramaturgos Futuristas" –
"Manifiesto Técnico / de / Escultura Futurista". 1 rasgado corto a un póster con una pérdida
mínima de papel. Bueno en general
MANIFIESTO FUTURISTA

Publicación en Le Figaro del sábado 20 de febrero de 1909, en primera plana, el manifiesto de El


Futurismo

El Manifiesto Futurista fue el texto que configuró las bases del movimiento futurista escrito por
el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti a finales de 1908 y publicado en 1909 en Le
Figaro de Francia.
La publicación de este manifiesto supone la inauguración del movimiento futurista y sentaría
precedente para otras vanguardias, como el Manifiesto surrealista.
El manifiesto es una nítida captura de la evolución cultural italiana al comienzo del siglo XX y
muestra cómo parte de la vanguardia intelectual, con el paso de los años, habría contribuido al
nacimiento de fascismo. Aunque futurismo y fascismo estén separados en el tiempo, el primero
apuntaba a ideas como la violencia extrema, contenida en este manifiesto; esto puede ayudar a
explicar por qué el fascismo aprovecharía la oportunidad para usar con éxito su estilo y aspecto
típicamente nacionalista.

Contenido

1. Nosotros queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.


2. El coraje, la audacia y la rebeldía serán elementos esenciales de nuestra poesía.

3. Nuestra pintura y arte resalta el movimiento agresivo, el insomnio febril, la carrera, el


salto mortal, la bofetada y el puñetazo.

4. Afirmamos que el esplendor del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la
belleza de la velocidad.

5. Queremos alabar al hombre que tiene el volante, cuya lanza ideal atraviesa la Tierra,
lanzada ella misma por el circuito de su órbita.
6. Hace falta que el poeta se prodigue con ardor, fausto y esplendor para aumentar el
entusiástico fervor de los elementos primordiales.

7. No hay belleza sino en la lucha. Ninguna obra de arte sin carácter agresivo puede ser
considerada una obra maestra. La pintura ha de ser concebida como un asalto violento contra
las fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse delante del hombre.

8. ¡Estamos sobre el promontorio más elevado de los siglos! ¿Por qué deberíamos
protegernos si pretendemos derribar las misteriosas puertas del Imposible? El Tiempo y el
Espacio morirán mañana. Vivimos ya en lo absoluto porque ya hemos creado la eterna
velocidad omnipresente.

9. Queremos glorificar la guerra —única higiene del mundo—, el militarismo, el patriotismo,


el gesto destructor de los anarquistas, las ideas por las cuales se muere y el desprecio por la
mujer.

10. Queremos destruir y quemar los museos, las bibliotecas, las academias variadas y
combatir el moralismo, el feminismo y todas las demás cobardías oportunistas y utilitarias.

11. Cantaremos a las grandes multitudes que el trabajo agita, por el placer o por la revuelta:
cantaremos a las mareas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capitales
modernas; cantaremos al febril fervor nocturno de los arsenales y de los astilleros
incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas devoradoras de serpientes
que humean, en las fábricas colgadas en las nubes por los hilos de sus humaredas; en los
puentes parecidos a gimnastas gigantes que salvan los ríos brillando al sol como cuchillos
centelleantes; en los barcos de vapor aventureros que olfatean el horizonte, las locomotoras
de ancho pecho que piafan en los raíles como enormes caballos de acero embridados con
tubos, y el vuelo deslizante de los aeroplanos, cuya hélice ondea al viento como una bandera
y parece aplaudir como una muchedumbre entusiasta.

Es desde Italia donde lanzaremos al mundo este manifiesto nuestro de violencia atropelladora e
incendiaria, con el cual fundamos hoy el "futurismo", porque queremos liberar este país de su
fétida gangrena de profesores, de arqueólogos, de cicerones y de anticuarios.

Ya durante demasiado tiempo Italia ha sido un mercado de antiguallas. Nosotros queremos


liberarla de los innumerables museos que la cubren toda de cementerios innumerables.
Filippo Tommaso Marinetti, Le Figaro, 20 de febrero de 1909

Enlaces externos

 Futur-ism. Incluye los textos originales de los Manifiestos del Futurismo. En inglés y en
italiano.
Manifiesto de los pintores futuristas, 1910.
El 8 de Marzo de 1910, desde el escenario del teatro Chiarella de Turín , lanzamos ante un público
de tres mil personas -artistas, escritores, estudiantes y curiosos- nuestro primer Manifiesto,
bloque enérgico y lírico, que contenía todas nuestras profundas nauseas, nuestros desprecios
altaneros y nuestras rebeldías, contra la vulgaridad, contra el adocenamiento académico y
pedante, contra el culto fanático de todo aquello que es viejo y carcomido.
Esta fue nuestra adhesión al movimiento de los poetas futuristas iniciado hacia un año por F. T.
Marinetti desde las columnas de Le Figaro.

La asonada de Turín ha quedado en la memoria de todos. Cambiamos allí casi tantos puñetazos
como ideas defendiendo de una muerte fatal el genio del Arte Italiano.

Y he aquí que, en un breve paréntesis de esta lucha formidable, nosotros nos destacamos de la
muchedumbre para exponer con una precisión técnica nuestro programa de renovación en
pintura, renovación iniciada luminosamente en nuestro Salón Futurista de Milán.

Nuestro creciente anhelo de verdad no puede satisfacerse con la Forma y el Color tal como ellos
fueron concebidos hasta hoy.

El gesto, la actitud que nosotros queremos reproducir sobre el lienzo no será un instante fijo del
dinamismo universal. Será sencillamente la propia sensación dinámica.

En efecto, todo cambia, todo corre, todo se transforma vertiginosamente. Un perfil no está nunca
inmóvil delante de nosotros: aparece, desaparece sin cesar. Dada la persistencia de la imagen en
la retina, los objetos en movimiento se multiplican, se deforman sucesivamente, como vibraciones
precipitadas en el espacio que recorren. Así, un caballo corriendo no tiene cuatro patas, sino
veinte, y sus movimientos son triangulares.

Todo es convencional en arte; nada es absoluto en pintura. Esto, que era una verdad para los
pintores de ayer, no es hoy sino una gran mentira. Nosotros sostenemos, por ejemplo, que un
retrato no debe parecerse al modelo y que el pintor lleva en en los paisajes que quiere fijar sobre
el lienzo.

Para pintar una figura humana no es preciso reproducirla; basta reproducir el ambiente que la
rodea.

El Espacio ya no existe. En efecto, el piso de la calle humedecido por la lluvia, bajo el resplandor de
las lámparas eléctricas, se agrieta inmensamente hasta el centro de la Tierra. Millares de
kilómetros nos separan del Sol; esto no impide que la casa que tenemos enfrente este empotrada
en el disco solar.

¿Quién puede creer todavía en la opacidad de los cuerpos desde el momento en que nuestra
sensibilidad aguzada y multiplicada ha previsto las obscuras manifestaciones de la medumnidad?
¿Por qué olvidar en nuestras creaciones la potencia redoblada de nuestra vista, que puede
conducir a resultados análogos a los obtenidos por los rayos X?
Nos bastara citar algunos ejemplos elegidos entre innumerables para probar la verdad de nuestras
afirmaciones.

Las diez y seis personas que os acompañan en un autobús son sucesivamente y a la vez una, diez,
cuatro, tres; están inmóviles y cambian de sitio, van, vienen y saltan a la calle bruscamente
devorados por el sol, después vuelven a sentarse a vuestro lado como símbolos persistentes de la
vibración universal.

¡Cuántas veces nos hemos visto sobre la mejilla de la persona con quien hablamos el caballo que
cruzaba allá lejos, al otro extremo de la calle!

Nuestros cuerpos se incrustan en los bancos donde nos sentamos, y los bancos entran en
nosotros. El autobús se prolonga hasta las casas que deja tras sí y las de su alrededor se precipitan
sobre el autobús fundiéndose con él.

La confección de cuadros ha sido hasta hoy estúpidamente tradicional. Los pintores nos han
mostrado siempre los objetos y las personas colocados ante nosotros. Nosotros colocaremos en lo
sucesivo al espectador en el centro del cuadro.

Como en todos los dominios del espíritu humano, una clarividente investigación individual ha
barrido las inmóviles obscuridades del dogma del mismo modo que la corriente vivificadora de la
ciencia librara pronto la pintura de la tradición académica.

Queremos a toda costa reingresar en la vida. La ciencia victoriosa de nuestros días ha renegado de
su pasado por responder mejor a las necesidades de nuestro tiempo; queremos que el arte,
renegando de su pasado, pueda al fin responder a las necesidades intelectuales que nos inquietan.

Nuestra conciencia renovada nos impide considerar al hombre como el centro de la vida universal.
El dolor de un hombre es tan interesante a nuestros ojos como el dolor de una lámpara eléctrica
que sufre con sobresaltos espasmódicos y grita con las más desgarradoras expresiones del
color.0j0 La armonía de líneas y pliegues de un vestido contemporáneo ejerce sobre nuestra
sensibilidad la misma influencia emocional y simbólica que el desnudo ejercía en la sensibilidad de
los antiguos.

Para comprender y concebir las bellezas nuevas de un cuadro futurista es preciso que el alma se
purifique, que la vista se liberte de su velo de atavismo y de cultura y que se considere como único
término de orientación la Naturaleza y no el museo.

Cuando este resultado se obtenga nos daremos cuenta de que las tintas negras no han dormido
jamás en nuestra epidermis; de que el amarillo resplandece, el rojo reluce y el verde, el azul y el
violeta bailan llenos de gracia voluptuosa y acariciante en nuestra carne.

¿Como puede verse aun en el rostro humano el tono rosa cuando nuestra vida, desdoblada por el
noctambulismo, ha multiplicado nuestra percepción de coloristas? El rostro humano es amarillo,
rojo, verde, azul, violeta. La palidez de una mujer que contempla el escaparate de una joyería
tiene una irisación más intensa que las luces descompuestas de las joyas que la atraen como una
alondra fascinada

Nuestras sensaciones en pintura no pueden ser musitadas. Queremos, por eso, que canten y
retumben sobre nuestros lienzos como charangas ensordecedoras y triunfales. Vuestros ojos,
habituados a la penumbra, se abrirán luego a las más radiosas visiones de claridad.

Las sombras que nosotros pintemos serán más luminosas que las plenas luces de nuestros
antecesores, y nuestros cuadros, al lado de los de los museos, resplandecerán como un día
esplendido frente a una noche tenebrosa.

Y concluimos diciendo que hoy no puede existir Pintura sin Divisionismo. No se trata de un
procedimiento que se pueda aprender y aplicar a voluntad. El Divisionismo para el pintor moderno
debe ser un complementarismo innato que nosotros preconizamos esencial y necesario. 0j0

Se tachará probablemente nuestro arte de cerebralismo atormentado y decadente. Pero


contestaremos sencillamente, que nosotros, por el contrario, los creadores de una nueva
sensibilidad centuplicada y que nuestro arte está borracho de espontaneidad y de pujanza.

NOSOTROS AFIRMAMOS:

1. Que es necesario despreciar todas las formas de imitación y glorificar todas las formas de
originalidad.

2. Que es necesario rebelarse contra la tiranía de las palabras armonía y buen gusto, expresiones
demasiado elásticas con las cuales se puede fácilmente demoler las obras de Rembrant, Goya y
Rodin.

3. Que los críticos de arte son inútiles o nocivos.

4. Que es preciso barrer todos los asuntos ya usados para expresar nuestra borrascosa vida de
acero, de orgullo, de fiebre y de velocidad.

5. Que hay que considerar como un título de honor el calificativo de locos con el cual se trata de
amordazar a los innovadores.

6. Que el complementarismo innato es una necesidad absoluta en pintura, como el verso libre en
poesía y la polifonía en música.

7. Que el dinamismo universal debe ser ofrecido en pintura como sensación dinámica.

8. Que en la manera de interpretar la Naturaleza es preciso ante todo la sinceridad y la virginidad.

9. Que el movimiento y la luz destruyen la materialidad del cuerpo.

NOSOTROS COMBATIMOS
1. Las tintas bituminosas con las cuales se imita la patina del tiempo en los cuadros modernos.

2. El arcaísmo superficial y elemental fundado en las tintas planas y que, imitando la factura lineal
de los egipcios, reduce la pintura a una imponente síntesis pueril y grotesca.

3. El falso arrivismo de secesionistas y de independientes que han instaurado los nuevos


académicos, tan nocivos y rutinarios como los precedentes.

4. El desnudo en pintura, tan nauseabundo y antipático como el adulterio en literatura

Expliquemos este último punto. No hay nada inmoral a nuestros ojos; es la monotonía del
desnudo la que combatimos. Se nos dice que el asunto es lo menos y que el todo está en la
manera de tratarle. De acuerdo. Nosotros lo admitimos también. Pero esta verdad, indiscutible
hace cincuenta años, no lo es hoy, en cuanto al desnudo, desde el momento en que los pintores,
obsesionados por la necesidad de exhibir el cuerpo de sus queridas, han transformado los salones
en mercados de jamones podridos.

Nosotros pedimos que, durante diez años, se suprima totalmente el desnudo en pintura.

LOS PINTORES FUTURISTAS


Futurismo ruso

Foto de los futuristas (de izda. a dcha.): Benedikt Lifshits, Vladímir Burliuk, Vladímir Mayakovski, David Burliuk y Alekséi
Kruchónyj. Entre 1912 y 1913.

El futurismo ruso fue una corriente de la vanguardia rusa, relacionada con el futurismo italiano,
que surgió en Rusia en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Suele considerarse el acto
inicial del movimiento la publicación, en diciembre de 1912, del manifiesto "Bofetada al gusto del
público", firmado por los componentes del grupo "Hylaea", de San Petersburgo, Velimir
Jlébnikov,1 Alekséi Kruchónyj (Aleksei Kruchyonykh), Vladímir Mayakovski y David Burliuk. No
obstante, además de este existieron contemporáneamente otros grupos futuristas, como los "ego-
futuristas" de Ígor Severyanin, también de San Petersburgo, el grupo Tsentrifuga, de Moscú, que
contaba entre sus miembros a Borís Pasternak, y otros muchos en ciudades como Kiev, Járkov y
Odesa.
Al igual que los italianos, los futuristas rusos estaban fascinados por el dinamismo, la velocidad y la
inquietud de la vida urbana moderna. Buscaron deliberadamente causar escándalo y llamar la
atención anunciando que repudiaban el arte estático del pasado. Según ellos, autores como
Pushkin, Tolstói y Dostoyevski debían ser "arrojados por la borda del barco de la Modernidad". No
reconocían ningún tipo de líder o mentor literario: incluso el propio Filippo Tommaso Marinetti,
iniciador del futurismo en Italia, que viajó a Rusia en 1914 para hacer propaganda de su credo
estético, fue abucheado por algunos futuristas rusos.

Natalia Goncharova. El ciclista es una obra de la época futurista de Goncharova. 1913

A diferencia del movimiento fundado por Marinetti, el futurismo ruso fue más literario que
plástico. Aunque algunos de los principales poetas futuristas, como Mayakovski y Burliuk, eran
también pintores, su interés prioritario fue siempre la literatura.
Por otro lado, artistas ya consagrados, como Mijaíl Lariónov, Natalia Goncharova y Kazimir
Malévich, encontraron inspiración en la refrescante imaginería de los poemas futuristas, e, incluso,
llegaron a experimentar ellos mismos con el verso. Poetas y pintores colaboraron en producciones
de carácter innovador, como la ópera futurista Victoria sobre el sol, con música de Mijaíl
Matiushin, libreto de Kruchónyj y escenarios de Malévich.

Referencias

1. ↑ «Poemas seleccionados con epílogo, 1907-1914». World Digital Library. 1914.


Consultado el 28 de septiembre de 2013.

Véase también

 Vanguardia rusa
 Futurismo

Enlaces externo

 Slap In the Face of Public Taste - Manifesto by David Burliuk, Aleksei


Kruchenykh, Mayakovsky and Khlebnikov, 15 de diciembre de 1912

(en inglés)
"Una bofetada al gusto del público", manifiesto de los futuristas rusos

Los futuristas rusos fueron socialistas en su mayoría y ya en 1913 abuchearon, por burgués, a
Marinetti en su visita a Moscú. En el Manifiesto de los futuristas rusos de 1918 se proclamaba:
"Exigimos: La separación del arte y del Estado. La abolición del patronazgo, de los privilegios y del
control en el terreno del arte.

A quienes lean nuestra Nueva Primera Inesperada.

Solamente nosotros somos la imagen de nuestro Tiempo. El corno del tiempo resuena en nuestro
arte verbal.

El pasado es estrecho. La Academia y Pushkin menos comprensibles que jeroglíficos.

Puskin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera, etcétera, deben ser tirados por la borda del vapor del
Tiempo Presente.

Quien no olvida su primer amor no vivirá el último.

¿Quién será tan crédulo para entregarle su último amor a la perfumada lujuria de Balmont.?
¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso ánimo del día de hoy?

¿Quién será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del
guerrero Briùsov? ¿Encontrará allí acaso la aurora de una belleza desconocida?

Lavaos la mano que han tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas
Andreyevs.

Todos esos Máximos Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins,
Bunins, etcétera, etcétera; sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensas el destino a
los sastres.

¡De la altura de los rascacielos miramos su pequeñez!...

Exigimos que se respeten los siguientes derechos de los poetas:

1. Ampliar el volumen de su vocabulario con palabras arbitrarias y derivadas.

2. Rechazar el odio invencible al idioma que existía antes de ellos.

3. Arrancar con horror de sus orgullosas frentes la corona de gloría de a centavo tejida de varas de
abedul propias de los baños.

4. Tenerse de pie en la roca de la palabra “nosotros” en medio del mar de silbidos y ultrajes.

Y si bien por ahora persisten en nuestro verso las sucias huellas de su sentido “común” y “buen
gusto”, ya también, por primera vez, brilla en ellos el Relámpago de la Nueva Belleza Futura de la
Palabra Autosuficiente.

D. Burliuk, Alexander Kruchenyj


V. Maiakovsky, Víctor Jlébnikov
Moscú, diciembre de 1912.

http://poesiaabierta.blogspot.com.ar/2010/08/una-bofetada-al-gusto-del-publico.html

LA BOFETADA AL BUEN GUSTO. MANIFIESTO.


Publicado el octubre 17, 2013 por mayacrisjairo
La poesía de
Mayakovski se convierte en un feroz llamamiento a destruir el clasicismo y el academicismo. La
poesía simbolista era la poesía imperante en aquella época.
Fue iniciador del futurismo ruso. De hecho, publicó en 1912, junto con David Burliuk y Velimir
Jlébnikov, su manifiesto
La bofetada al gusto del público.
A quienes lean nuestra Nueva Primera Inesperada. Solamente nosotros somos la imagen de
nuestro Tiempo. El corno del tiempo resuena en nuestro arte verbal. El pasado es estrecho. La
Academia y Pushkin menos comprensibles que jeroglíficos. Puskin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera,
etcétera, deben ser tirados por la borda del vapor del Tiempo Presente. Quien no olvida su primer
amor no vivirá el último. ¿Quién será tan crédulo para entregarle su ultimo amor a la perfumada
lujuria de Balmont? ¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso animo del día de hoy? ¿Quién
será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del guerrero
Briùsov? ¿Encontrará allí acaso la aurora de una belleza desconocida? Lavaos la mano que han
tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas Andreyevs. Todos esos Máximos
Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcétera,
etcétera;sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensas el destino a los sastres. ¡De la
altura de los rascacielos miramos su pequeñez!… Exigimos que se respeten los siguientes derechos
de los poetas: 1. Ampliar el volumen de su vocabulario con palabras arbitrarias y derivadas. 2.
Rechazar el odio invencible al idioma que existía antes de ellos. 3. Arrancar con horror de sus
orgullosas frentes la corona de gloría de a centavo tejida de varas de abedul propias de los baños.
4. Tenerse de pie en la roca de la palabra “nosotros” en medio del mar de silbidos y ultrajes. Y si
bien por ahora persisten en nuestro verso las sucias huellas de su sentido “común” y “buen gusto”,
ya también, por primera vez, brilla en ellos el Relámpago de la Nueva Belleza Futura de la Palabra
Autosuficiente.

D. Burliuk, Alexander Kruchenyj, V. Mayakovski, Víctor Jlébnikov.


Moscú, diciembre de 1912.

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