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UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

Ester Alejandra García Milian 5150-22-399

GUATEMALA FEBRERO DE 2016


UNIVERSIDAD MARIANO GÁLVEZ DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

“PENA DE MUERTE EN LA LEGISLACIÓN


GUATEMALTECA”

GUATEMALA FEBRERO DE 2016


AUTORIDADES DE LA FACULTAD, ASESOR Y REVISOR
DEL TRABAJO DE GRADUACIÓN

DECANO DE LA FACULTAD: LIC. LUIS ANTONIO RUANO CASTILLO


SECRETARIO DE LA FACULTAD: LIC. OMAR ABEL MORALES LURSSEN
ASESOR: LIC. JORGE ARÉVALO VALDEZ
REVISOR: LICDA. ROSA CAROLINA LÓPEZ GARRIDO

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REGLAMENTO DE TESIS

Artículo 9°:

RESPONSABILIDAD

Solamente el estudiante, asesor y revisor serán los responsables ante terceros, del contenido y
desarrollo de los trabajos de graduación, quienes deberán hacer del conocimiento del Decanato
cualquier anomalía que se diere en el proceso de su elaboración.

vii
ÍNDICE GENERAL

PAGINA

INTRODUCCIÓN..................................................................................................................1

CAPITULO I
ARGUMENTOS HISTÓRICOS

1. Antecedentes remotos.......................................................................................................3
2. Definición de Estado........................................................................................................6
3. Fines del Estado................................................................................................................7
4. La Pena de muerte y el Estado.........................................................................................8
5. Argumentos filosóficos...................................................................................................10
6. Búsqueda de la justicia. ¿Es justo matar a los delincuentes?........................................10
7. Contradicción de principios (éticos, religiosos, morales)..............................................11

CAPITULO II

LEGISLACIÓN SOBRE LA PENA DE MUERTE

Argumentos Normativos......................................................................................................19

Constitución de la República de Guatemala Vrs. Tratados Internacionales…....................21

Interpretación sistemática de la Constitución, la pena de muerte


en la Constitución Política de la República de Guatemala y en las normas ordinarias
………………………………………………………………………………. 25

CAPITULO III

APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE EN GUATEMALA Y OTRAS REGIONES


DEL MUNDO

1. Pena de muerte en Guatemala..................................................................................30


2. Indulto presidencial...................................................................................................33
3. Pena de muerte aplicada a mujeres en otros Países..................................................33
4. La pena de muerte a mujeres en Guatemala.............................................................36
5. Abolición de la pena de muerte, la pena de muerte en el marco de la
ONU….....................................................................................................................38

viii
CAPITULO IV
TENDENCIA EN EL MUNDO DE LA PENA DE MUERTE

Prohibiciones Constitucionales de la Pena de Muerte..……………….……… 44


Países Abolicionistas y Retencionistas……………………………….………… 45
Países Abolicionistas para todos los Delitos ……………………………… 46
Países Abolicionistas sólo para Delitos Comunes:..............................................................46
Abolicionistas en la Práctica...............................................................................................46
Países Retencionistas…………………………………………………………….. 47
Países que han Abolido la Pena de Muerte desde 1976: …………………… 47
Pena de Muerte en América Latina.....................................................................................49
La Falacia de la Pena de Muerte ……………………………………………….……. 50
¿Temores Exagerados?........................................................................................ 50
Apología de la Pena Capital …………………………………………………….……. 51
La Instrumentalización del Debate ………………………………………….……….. 51
Latinoamérica, a tono con Europa…..……………………………………….……….. 51
Razones para el Optimismo……………………………………………….…… 51
Pena de muerte en América latina por País…………….…………………………… 55
Cuando el Asesino es el Estado..........................................................................................55
Los Cinco Estados que más Aplican la Pena de Muerte ……,….......................................56
La Pena de Muerte en el Derecho Internacional..................................................................57
Normas Internacionales sobre la Pena de Muerte...............................................................57
Ratificaciones de Tratados Internacionales..........................................................................58

CONCLUSIONES...............................................................................................................60

RECOMENDACIONES…………………………………………………………… 62

BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................63

ix
INTRODUCCIÓN
Sin duda alguna, la pena de muerte es la sanción más grave y antigua de la historia.
Seguramente por ello, es la que en la actualidad se ha convertido en el mayor debate o
discusión. Este carácter controversial es debido, también, a que dicha sanción, conlleva un
modo de ver a la sociedad y, en particular al individuo, en especial el sujeto delincuente. Así,
en el debate, se ven implicadas muchas disciplinas, etiquetadas bajo el nombre de ciencias
sociales, que van desde la sociología a la criminología, pasando por la política, la filosofía y el
derecho entre otras. También es evidente, que la religión, a pesar de no ser una de estas
disciplinas, también se ve implicada, puesto que la religión da una visión del mundo y de las
personas, así como de la vida y la muerte.
El objeto de esta investigación consiste en analizar algunas exigencias que el derecho vigente
en Guatemala establece, respecto de la regulación y aplicación de la pena de muerte, desde el
punto de vista de las razones o justificaciones de por qué no se aplica a las mujeres, si
penalmente cometen los mismos delitos por lo que a los hombres se le imputa la pena de
muerte, ya que en países que aplican la pena de muerte no hay discriminación pues también es
aplicado a mujeres tal es la legislación de los Estados Unidos, donde está vigente la pena de
muerte en algunos Estados.
El desarrollo del tema “Consideraciones Jurídicas sobre la Pena de Muerte en la Legislación
Guatemalteca” se especifica esencialmente desde aspecto de la discriminación ya que la
Constitución exime de la pena capital a las mujeres. Para el desarrollo de tema se plantean
cuatro capítulos siendo los siguientes: El Capítulo I, se describen los antecedentes históricos
del surgimiento de la pena de muerte, que es tan antigua como el origen del ser humano, como
se institucionaliza de acuerdo a progresos de la civilización que es a través del surgimiento del
Estado, argumentos filosóficos sobre la pena de muerte y las contradicciones en el ámbito,
ético, religioso y moral en cuanto a la aplicación de la pena de muerte.
El Capítulo II, hace referencia a los argumentos normativos en cuanto a la aplicación de la
pena de muerte así como para su abolición, en este mismo capítulo como es normativo se
plantea la normativa de Guatemala es decir la Constitución Política de la República y la
normativa internacional como son todos los tratados, convenios y pactos sobre Derechos
Humanos. En este mismo orden de ideas también se realiza una interpretación sistemática de
la Constitución de la República de Guatemala.
En el Capítulo III, se retoma específicamente el tema de la Pena de Muerte en
Guatemala haciendo énfasis en el proceso penal de esta sanción vigente en la legislación
guatemalteca. Por otro lado se aborda qué países y cómo se aplica la pena de muerte a las
mujeres en otros países que aún tienen vigente en su legislación la pena capital.
En este capítulo también se hace una reflexión sobre del porqué en la legislación guatemalteca
actual no se aplica la pena de muerte a las mujeres, vista por algunos como un acto
discriminatorio, y por ultimo este capítulo hace insistencia en la

1
2

tendencia a nivel mundial sobre la abolición de la pena de muerte para la mayoría de delitos.
El Capítulo IV, plantea la tendencia en el mundo sobre la vigencia de la pena de muerte en las
legislaciones de algunos países y su abolición
Asimismo se arriban a las conclusiones y recomendaciones a que se llegaron en todo el
proceso de investigación, y por último se describe las fuentes bibliográficas consultadas.
El carácter excepcional de la pena de muerte, la exigencia de su aplicación restrictiva y la
necesidad de revestir de las máximas garantías su imposición, son principios incuestionables
comprendidos en el derecho positivo guatemalteco. Estos principios generales, que informan
el ordenamiento jurídico de la República de Guatemala, han cuestionado y dividido la opinión
sobre la aplicación de la pena de muerte.
CAPITULO I
ARGUMENTOS HISTÓRICOS
1. Antecedentes remotos
La pena de muerte o pena capital ha existido a la par de la humanidad, se conoce
que los griegos tuvieron gran influencia cultural en Roma, si bien los romanos
destacaron por su vasta jurisprudencia y los griegos por ser grandes filósofos dicho
binomio hizo surgir la filosofía del derecho, de ahí la regulación de las relaciones
entre los hombres y el Estado, así como consecuentemente el castigo a quienes
cometen violaciones a las leyes impuestas por el Estado. Sin embargo con anterioridad,
el pueblo hebreo dejó testimonios de la existencia de esta sanción.

En Roma el primer delito castigado con la pena de muerte fue el Perduellio (alta
traición), por traición a la patria, más adelante en las XII Tablas texto legal que
contenía normas para regular la convivencia del pueblo romano. También recibió el
nombre de ley decenviral. Por su contenido se dice que pertenece más al derecho
privado que al derecho público. Fue el primer código de la Antigüedad que contuvo
reglamentación sobre censura (pena de muerte por poemas satíricos)., se reglamentó
también para otros delitos y era ésta, la pena imperante; un tiempo después y aunque
sin ser abolida cayó en desuso, restableciéndose posteriormente con los emperadores.1

Así es como esta sanción es conocida y aplicada desde los primeros tiempos de la
humanidad y puede decirse que en todas las culturas, pero teniendo algunas variantes
como por ejemplo el tipo de delitos por los que se imponía, siendo el más común el
delito de homicidio.

Se imponía, igualmente por los delitos que actualmente se conocen como


patrimoniales, delitos sexuales, delitos contra la salud (como lo era la embriaguez
consuetudinaria) delitos del orden político, así como militar, lo mismo para lo que hoy
conocemos como delitos del fuero común.2

Las formas de ejecución de la pena fueron muy variadas de acuerdo a los usos y
costumbres de los diferentes pueblos, había entre otras: la lapidación, la rueda, el
garrote, la hoguera, todas eran formas muy crueles ya que su finalidad consistía en
imponer el mayor sufrimiento al condenado a dicha pena.

1
CARIO, Roberto, La pena de muerte en el umbral del tercer milenio, Madrid, Edersa, 1996.
2
ALVAREZ, C. Discurso sobre el derecho de castigar y la pena de muerte Madrid. 1873

3
4

Durante la vigencia de las XII Tablas, la autoridad podía dejar la aplicación del Talión
al ofendido o a sus parientes, sin embargo existían también funcionarios encargados
de la ejecución.

En este sentido la pena de muerte inicialmente fue concebida como una aflicción
retributiva originada por la comisión de un delito, apareciendo así prácticamente en la
totalidad de las leyes antiguas.

Posteriormente, al llegar el cristianismo que predicaba el amor por el prójimo, el


carácter divino de la vida, donde se sentaron las bases de las tendencias abolicionistas
de la aplicación de la pena de muerte.

En lo que respecta a las sociedades precolombinas, se aplicaban las penas consistentes


en tormentos con palo o la muerte, siendo el gran sacerdote quien las imponía, éste no
solo ordenaba las ejecuciones, sino que luego se cumplían inexorablemente.

Entre los aztecas, las leyes se caracterizaban por su estricta severidad, entre las penas
existentes, se encontraba la lapidación, el descuartizamiento, la horca y la muerte a
palos o a golpes, y aun cuando las cárceles no tuvieron ninguna significación también
existía la pena de la pérdida de la libertad.
También en el pueblo de los tarascos (se ubicaron en las regiones cercanas al lago
Pátzcuaro, en el occidente mexicano, a comienzos del siglo X de nuestra era) existía la
pena de muerte y en los delitos como adulterio, la pena era impuesta no sólo al
adultero, sino que ésta trascendía a toda su familia.3
En cuanto al pueblo maya, al traidor a la patria se le castigaba con la pena de muerte, y
existían también otras penas como la lapidación, si bien existieron algunas diferencias
en cuanto a los delitos por los que se aplicaba, así como la forma de ejecutarla, se
puede afirmar que fue común a todas las culturas en la antigüedad.

En este sentido el uso de ejecución formal de la pena de muerte como castigo se


remonta prácticamente a los principios mismos de la historia escrita. Muchos registros
históricos, así como prácticas tribales primitivas, indican que la pena de muerte ha
sido parte de los sistemas judiciales desde el principio de la existencia de los mismos;
los castigos comunitarios incluían generalmente compensación por parte del infractor,
castigo corporal, repudio, exilio y ejecución. Sin embargo, en comunidades pequeñas
los crímenes solían ser raros y el asesinato resultaba ser casi siempre un crimen
pasional, por esa razón las ejecuciones y el exilio solían ser castigos muy
infrecuentes,

3
GONZÁLEZ, RAMÓN LUIS El Concepto de Pena en la Dogmática y en la Política Criminal”
5

sin embargo también se acostumbraba emplear la compensación o el repudio como


formas de castigo.

Ahora bien esto sucedió en los inicios de la historia, sin embargo las sociedades se
fueron desarrollando y por ende la necesidad de dictar normas de convivencia social,
por lo tanto surgió el Estado, cuyo origen radica en el intento de solución de conflictos
sociales, fundamentalmente de carácter interno. Dicho de otra manera: el origen del
Estado está, en el surgimiento de un excedente de producción del que se apropian
grupos sociales que crean, en torno a ellos, una estructura que les permite el
mantenimiento de esta situación de claras diferencias dentro de una misma sociedad.4
De tal cuenta que el Estado es la coacción legítima y específica. Es la fuerza bruta
legitimada como "última ratio", que mantiene el monopolio de la violencia a través de
instituciones reguladoras y la aplicación de las leyes a través de castigos, sanciones y
penas, en este caso específicamente la pena de muerte, por lo que es oportuno conocer
a agrandes rasgos lo que es el Estado.
2. Definición de Estado
El concepto de Estado ha evolucionado a la par de la sociedad, desde las primitivas
definiciones realizadas por Maquiavelo, pasando por las aberrantes afirmaciones
absolutistas “el Estado soy Yo”, y llegando a las definiciones modernas del Estado; se
puede afirmar que el Estado es una organización compuesta por tres elementos
fundamentales: un territorio, un pueblo, y un poder que a su vez de subdivide en: una
infraestructura administrativa, una base económica, un estamento militar y una tribuna
diplomática. El territorio es el bloque físico donde habita una sociedad determinada,
la cual está regida por un poder encargado de controlar el normal funcionamiento de
los integrantes del Estado.5
En otro orden de ideas el Estado se puede concebir como un compuesto social de los
procesos de asociación en el emplazamiento cultural y superficial, asentada de
manera permanente en un territorio que le corresponde, entendiendo por territorio el
espacio dentro del cual se ejerce el poder estatal. Como esfera de competencia el
Estado delimita espacialmente la independencia de éste frente a otros Estados, es el
suelo dentro del que los gobernantes ejercen sus funciones sujeta a un poder soberano
que crea, define y aplica un orden jurídico que estructura la sociedad estatal, con
capacidad o autoridad de dominio, freno y control a los seres humanos, con objeto de
limitar su libertad y reglamentar su actividad. Este poder puede ser por uso de la
fuerza, la coerción, voluntaria, o por diversas causas, pero en toda relación social, el
poder presupone la existencia de una subordinación de

4
SERVICE, E.R. (1990): El origen del Estado y la civilización. Alianza. Madrid.
5
HELLER, HERMANN. "Supuestos históricos del Estado actual", FCE, Pag. 142
6

orden jerárquico de competencias o cooperación reglamentadas temporal de sus


componentes.6

De esta cuenta en defensa del bien común de la totalidad de la población que engloba
el Estado o de la pervivencia del mismo, se utiliza frecuentemente la llamada “Razón
de Estado”, término acuñado por Nicolás Maquiavelo por la que el Estado, perjudica o
afecta de una u otra forma a personas o grupos de personas, en pro del resto de
individuos que lo conforman, generalmente obviando las propias normas legales o
morales que lo rigen. Tal es el argumento esgrimido, por ejemplo la aplicación de la
pena de muerte a personas que cometen delitos graves por lo que es importante abordar
el tema de los fines del Estado.

3. Fines del Estado


Históricamente al Estado se le han asignado variados fines. Para Platón el fin era
esencialmente moral, de asegurar la justicia individual y social. Aristóteles propone
como fin del Estado educar a los ciudadanos en la virtud y en la justicia, para lograr la
felicidad de todos sus miembros.
El Estado absolutista, tiene como fin mantener el orden, ya que según uno de sus
defensores más importantes, Thomas Hobbes, “el hombre es por naturaleza malo, y se
necesita un poder fuerte que frene sus egoístas y mezquinos impulsos estableciendo lo
que debe hacer”.

El Estado liberal surgió luego de la Revolución Francesa, más que buscar el bien
común, debía brindar las condiciones adecuadas para que cada individuo se desarrolle,
siendo necesaria su intervención solo en supuestos extremos, como la protección de la
vida, la seguridad, garantizar el libre comercio y el derecho de propiedad; pero en
cuestiones de índole económica debería abstenerse de intervenir, como por ejemplo en
la fijación de precios, pues el libre juego de la oferta y la demanda lo colocarían
naturalmente en las condiciones justas, sin mediación estatal.7

Las injusticias del Estado liberal, originaron el surgimiento de las ideas socialistas, que
bregaron para el reconocimiento de los derechos de todos, y no solo de los hombres
propietarios. En los modernos estados democráticos se constituye como fin del Estado
el bienestar general, lo que significa lograr el pleno respeto y vigencia de los derechos
humanos en el seno de la población, tanto en lo que respecta a los derechos civiles,
como a los sociales y a los políticos.
4. La pena de muerte y el Estado
6
HERRERA, HUGO EDUARDO, ¿De qué hablamos cuando hablamos de Estado? Ensayo filosófico de justificación de la praxis política.
7
BLÁZQUEZ, NICETO. Estado y la pena de muerte. Noticias. Madrid, 1989
7

La pena de muerte es el instrumento legal de sanción del delito y el medio idóneo para
mantener y defender la autoridad del Estado cuando acto de carácter delictivo hacen
que se ponga en peligro la seguridad y el orden del régimen legal y social. Eugenio
Cuello Calón define la pena de muerte como “el sufrimiento impuesto por el Estado
en ejecución de una sentencia, al culpable de una sanción penal.”

En otro orden de ideas se entiende por pena de muerte el castigo infligido por el Estado
a un individuo en virtud de un presunto delito, en aplicación de la legislación vigente.
La operatividad de la definición se evidencia cuando se repara en que por pena de
muerte no se entiende un homicidio fortuito, un linchamiento realizado por una chusma
enfurecida, ni tampoco un homicidio cometido en defensa propia por un funcionario
encargado de hacer cumplir la ley en un acto dirigido a impedir el daño inmediato
resultante de una agresión ilegítima: al aplicar la pena de muerte, el Estado aniquila a
un ser humano de forma premeditada y a sangre fría. Esta pena difiere de otras
categorías de lo que pueden considerarse violaciones de niega, sino que forma parte de
las leyes de un país.

La gravedad de la pena de muerte estriba en que viola un derecho fundamental


recogido en el artículo tercero de la Declaración Universal de Derechos Humanos, pero
además obviamente cercenando de manera definitiva todos sus demás derechos al
eliminar su fundamento que es la vida. La cuestión sobresaliente que se plantea es que
la que si el Estado está legitimado para legislar y ejecutar la pena de muerte.8

De esta cuenta el pensamiento abolicionista de la pena de muerte va adquiriendo un


grado mayor de consistencia entre la opinión ilustrada. Sin embargo el sentimiento de
una parte considerable de la ciudadanía camina en dirección contraria por un lado y por
otro carece de directrices seguras en lo que se refiera a la aplicación de la pena de
muerte, razón por la cual los foros donde se discute este tema se evidencia con qué
frecuencia se reclama francamente la instauración de la pena de muerte para delitos
comunes especialmente atroces. Por otra parte existe un tipo de oposición verbal a la
pena de muerte bastante extendido, que se apoya (o más bien se tambalea) sobre un
humanitarismo superficial, sentimentalista y pacato, es decir de poco valor. 9

A diferencia de otras sanciones, la pena de muerte tiene como característica esencial su


origen. Es decir, que es consecuencia jurídica y necesaria de una

8
AMNISTÍA INTERNACIONAL. Edai. Madrid, 1989 Cuando es el estado el que mata.
9
ALVAREZ, C. Discurso sobre el derecho de castigar y la pena de muerte Madrid.
8

conducta, de una conducta que infringe una norma y que previamente ha sido tipificada
como delito, es por eso se dice que la aplicación de la pena de muerte es una facultad
exclusiva del Estado, quien la impone y ejecuta a través de sus órganos
jurisdiccionales, al finalizar un proceso legalmente establecido. Actualmente, el
derecho penal de los países con un mejor desarrollo doctrinario reconoce que la
culpabilidad del sujeto es condición necesaria para la imposición de la pena

Una vez que un Estado aplica la pena de muerte por cualquier razón, resulta más fácil
para los demás utilizarla con cierta apariencia de legitimidad por cualquiera de otros
motivos. En este sentido si se puede justificar la pena de muerte para un delito, se
encontrarán justificaciones para otros distintos que concuerden con las opiniones que
prevalezcan en una sociedad o entre sus gobernantes. Cualquiera que sea el propósito
razonado, la idea de que el Estado pueda justificar un castigo tan cruel como la muerte
entra en conflicto con la propia concepción de los derechos humanos. La importancia
de estos derechos estriba precisamente en que hay ciertos medios que no pueden ser
nunca utilizados para proteger a la sociedad, ya que su uso anula los valores mismos
que hacen que la sociedad merezca ser protegida.

Cuando se hace caso omiso de esta distinción esencial entre los medios apropiados e
inapropiados en nombre de algún “bien superior”, para aplicar una pena todos los
derechos se hacen vulnerables y por lo tanto la misma sociedad se encuentra
amenazada, de esta cuenta surgen diversos argumentos para abordar la aplicación la
pena de muerte o pena capital como se conoce también.

5. ARGUMENTOS FILOSÓFICOS
Desde la concepción filosófica común y universalmente adoptada en la actualidad, la
persona humana es el sujeto, el centro y el vértice de toda la realidad social, cultural,
política y económica. El hombre no es una cosa entre las cosas y se resiste a la
instrumentalización injusta.10
Ahora bien, esto se afirma porque la persona humana ostenta una intrínseca dignidad
que no la concede la sociedad, sino que es anterior a la misma, no la concede el Estado;
es anterior al mismo, asimismo no la conceden las declaraciones de derechos por parte
de asambleas políticas legítimamente constituidas; es anterior a las mismas. Dicha
dignidad personal es fuente de los derechos que en numerosos documentos y
declaraciones solemnes son reconocidos como inalienables, inviolables e
imprescriptibles.

10
MACIAS Y ORTIZ DE ZUÑIGA .Estudios jurídicos, históricos y filosófico-jurídicos sobre la pena de muerte Madrid, 1972.
9

Entre esos derechos, se encuentra el de la vida, sin el cual ningún otro derecho podría
existir. Ante ese don gratuito de la vida, porque de hecho nos descubrimos gozando de
ese don, la persona ha de entenderse a sí misma no como dueña o propietaria absoluta,
sino más bien como administrador responsable de su vida.

Si bien el valor de la vida humana no es absoluto héroes y mártires han dado


literalmente su vida por altos y nobles ideales tampoco el hombre puede disponer de la
propia vida y la de otros arbitrariamente. La sociedad está llamada a administrar
justicia al malhechor, a través de sus magistrados, por lo tanto el derecho del Estado a
aplicar la pena capital, en situaciones extremas, es parte de sus recursos de defensa
legítima ante el injusto agresor, lo cual debe quedar como última instancia para casos
muy extremos. Un estado de derecho, tanto el agresor como el agredido tienen
derechos y obligaciones, por lo que el Estado debe considerar defender las garantías de
ambos.

Sin embargo, cuando un Estado en donde prevalece la violencia y los castigos que le
impone al agresor llegan a un límite que no provocan una reprimenda y un aprendizaje
sobre como funcionar adecuadamente en su sociedad, y éste (el agresor)
reincidentemente continúa con la misma conducta, provocando actos similares a sus
víctimas y a veces hasta con mayor frialdad, el Estado se encuentra ante la disyuntiva
de proteger a la mayor parte de ciudadanos de este mal incorregible, acudiendo a las
penas más drásticas, que sean de ejemplo a quienes deseen cometer los mismos
crímenes que este agresor.

En conclusión, se puede afirmar que la reflexión filosófica y teológica del


primer milenio, con diversas posturas presentes sobre todo en los primeros siglos
reconoce el derecho del Estado de poder servirse de la pena de muerte, incitando no
obstante ello, a los cristianos a no alegrarse por su aplicación por lo consiguiente en lo
posible a no tomar parte de las ejecuciones, e invitando a los magistrados y jueces a la
clemencia, aludiendo que es preferible la piedad a la horca o la hoguera en la mente de
los seres humanos.

6. BÚSQUEDA DE LA JUSTICIA: ¿ES JUSTO MATAR A LOS


DELINCUENTES?

A pesar de los intentos de proveer garantías legales, la pena de muerte no ha sido ni


puede ser equitativa. El origen étnico de las víctimas juega un importante rol,
determinando quién es sentenciado a muerte y quién a cadena perpetua, como también
lo determina el sexo ya que todos los convenios y protocolos internacionales y
legislaciones excluyen a las mujeres en la
10

mayoría de países, la capacidad mental, la edad y obviamente, la posición económica


del acusado.

Puede decirse que desde la ética el derecho a la vida está íntimamente ligado a la
dignidad de la persona y éste debe ser absolutamente inviolable, el Estado no es dueño
de la vida, además el acto de quitar la vida forzosamente a una persona también se
ataca la libertad personal, al menos en lo que a esa persona respecta, de una manera
definitiva, inmodificable. Además en nombre de la justicia, de la seguridad, de la
comunidad, de la propiedad privada o de la divinidad se pueden cometer in sinfín de
injusticias irreversibles en contra de la vida de un ser humano. La pena de muerte
atenta contra los principios de autonomía, justicia, beneficencia, no maleficencia y
contra los derechos humanos.11

Dentro de las posturas que no favorecen la aplicación de la pena de muerte, se


encuentra la razón de justicia; así mientras en la ley del talión el ser humano se deja
dominar por la fuerza del instinto ahora debemos de guiarnos por los datos que nos
proporcionan las ciencias sociales (criminología, sociología, psicología, entre otras). Y
a través de estos resultados reparar aplicando una sanción que no provoque otro daño
igual o mayor al primero sino que lo repare. Con la aplicación de la pena de muerte
al mal del delito se le suma el mal de la pena. Esta pretensión de una justicia absoluta
en la tierra no es propia de un estado moderno porque el estado mantiene una clara
distinción entre moral, religión y derecho (Mir Puig). También cabe destacar la
irreversibilidad de la pena de muerte respecto del error judicial, la discriminación de la
pena de muerte y los costos de una defensa judicial.

Las particulares necesidades que supuestamente cubre la pena de muerte difieren de


una época a otra y de sociedad a sociedad. En algunos países se considera legítima la
pena como medio para prevenir o castigar el delito de asesinato. En otros puede ser
considerada indispensable para poner fin al tráfico de drogas, a los actos de terror
político, a la corrupción económica o al adulterio en el caso donde se aplica a las
mujeres, por otro lado hay países en los que todavía se utiliza para eliminar a quienes
las autoridades consideran una amenaza política.

Es innegable que innumerables hombres y mujeres han sido ejecutados con el


propósito declarado de impedir la delincuencia, en particular la comisión del delito de
asesinato. Sin embargo, los estudios realizados en diversos países no han conseguido
encontrar pruebas convincentes de que la pena de muerte

11
MACIAS Y ORTIZ DE ZUÑIGA .Estudios jurídicos, históricos y filosófico-jurídicos sobre la pena de muerte Madrid
11

tenga una capacidad única para disuadir a otras personas de la comisión de


determinados delitos. Un estudio acerca de la relación entre la pena de muerte y los
índices de homicidio, llevado a cabo para las Naciones Unidas en 1988 y actualizado
en 2002, llegaba a la siguiente conclusión: “no es prudente aceptar la hipótesis de que
la pena capital tiene un mayor poder disuasorio sobre los asesinatos que la amenaza y
aplicación de la cadena perpetua, pena supuestamente inferior”.12

Cuando los argumentos de la disuasión y la incapacitación se desvanecen, se aborda


una justificación más arraigada de la pena de muerte: la del justo castigo por el delito
cometido. Según este argumento, ciertas personas merecen que se les dé muerte como
castigo por el mal que han causado: hay crímenes tan ofensivos que la muerte del autor
es la única respuesta justa.

En tanto el argumento del castigo merecido se reduce con frecuencia a un simple deseo
de venganza cubierto tras un principio de justicia, por lo que tanto puede ser el deseo
de venganza a tal punto que logra comprenderse y reconocerse, pero hay que resistirse
a llevarlo a la práctica. La historia de los esfuerzos por establecer el estado de derecho
de la restricción progresiva de la venganza personal en las líneas públicas de conducta
y en los códigos jurídicos en el mundo.

Si los ordenamientos penales actuales no prescriben que se queme la casa de alguien


que ha provocado un incendio, que se viole a un violador o que se torture a un
torturador, no es porque toleren los delitos, sino porque las sociedades entienden que
para ser sólidos deben estar edificados sobre un conjunto de valores diferente de
aquello que condenan.

Una ejecución no puede servir de manifestación de condena del acto de matar cuando
ella misma consiste en dar muerte a una persona. Este tipo de acto refleja que el Estado
tiene la misma disposición que el criminal a emplear la violencia física contra una
víctima.

Lo más cierto es que la pena de muerte sigue vigente en muchos países del mundo, y
en tanto el debate continúe, algunas personas pueden ser enjuiciadas y corren el riesgo
de morir. Es necesario comprender el problema, discutirlo donde será necesario
comprender y analizar las causas por las que se aún persiste en el mundo la aplicación
de la pena de muerte.

12
SERRANO TÁRRAGA, MARÍA DOLORES. La pena capital en el sistema español.
12

7. CONTRADICCIÓN DE PRINCIPIOS (éticos, religiosos y morales)

A la pena capital se le aplican en la discusión teórica y en los debates de la vida


cotidiana los mismos argumentos que se aducen para legitimar la sanción penal en
general en justicia penal. Aquí se recogen de manera muy breve estos argumentos no
para discutirlos en cuanto tales, sino para mostrar su transformación, radicalización y
problemática cuando se aplican a la pena de muerte.13

El que justifica éticamente la necesidad de sanciones penales refiriéndose a su


necesaria función de enmienda y de resocialización del reo, no puede sostener
contemporáneamente que deba darse el caso en que sea moralmente necesaria la pena
de muerte, pues esta última representa la desocialización cruenta y definitiva del reo,
que es coercitivamente eliminado del consorcio humano sin posibilidad de alternativa;
a menos que se quiera considerar como ocurrió históricamente en el Medievo, la
entrada en la comunión de los santos como una forma de resocialización a posteriori.

Tampoco los argumentos y legitimaciones que hacen referencia a la llamada disuasión


particular, es decir, respecto a delincuentes particulares, pueden ponerse lógica y
éticamente en conexión directa con la pena capital. Es verdad ciertamente, que ningún
delincuente estará pose mortem ya en condiciones de delinquir, pero al precio de la
pérdida irreparable de cualquier forma de auto disponibilidad, en tanto le faltará el
ejercicio de la libertad, y por tanto ni siquiera se podrá decir que tal persona se
encuentra en situación de delinquir menos en razón directa desde su eliminación
física.14

El razonamiento es más complejo cuando se recurre a consideraciones de prevención o


disuasión general. Se debe distinguir aquí entre el uso de estos argumentos a nivel
especulativo normativo (es decir, para legitimar la pena de muerte) y la verificación de
su eficacia estadística empírica. Pues fácilmente se puede comprobar que los datos
empíricos de que se dispone deponen en favor de la tesis del carácter no disuasivo de la
pena de muerte.

Pero la certeza adquirida por tales investigaciones no es tal que impida a algunos
cultivadores de las ciencias sociales seguir sosteniendo la tesis contraria. Además no
hay que olvidar que no es posible fundar o hacer depender una legitimación o
ilegitimación ética de la pena de muerte de

13
ALVAREZ, C. Discurso sobre el derecho de castigar y la pena de muerte (Madrid)
14
González, Ramón Luis. “El Concepto de Pena en la Dogmática y en la Política Criminal
13

informaciones provenientes exclusivamente de la investigación empírica. Se caería


demasiado fácilmente en la trampa de la llamada falacia naturalística.
Si se sostuviese la legitimidad ética de la pena de muerte como medio necesario para
señalar, ejemplificar eficazmente el orden moral, objetivo al que todos han de
atenerse siempre, se tropezaría con otros tipos de dificultad argumentativa, aquí de
orden estrictamente ético normativo.

En este sentido aunque se consiguiese demostrar empíricamente que la pena de muerte


aumenta de hecho el nivel de moralidad media de una población, obteniendo así
efectos éticamente positivos, no se tendrían aún argumentos suficientemente necesarios
para demostrar su bondad y necesidades éticas, pues no es lícito recurrir a cualquier
medio para obtener un fin bueno. Si se pudiese demostrar que el medio de la pena de
muerte no es el único de que se dispone para obtener el fin bueno de la seguridad y
justicia en una comunidad, se debería renunciar en cualquier caso a él y escoger el
medio o los medios menos cruentos que no destruyen una vida humana. Esto es
seguramente lo que ocurre en la situación actual, en la que el hombre y la sociedad
política tienen a su disposición medios técnicos suficientes para obtener y garantizar el
efecto de seguridad sin tener que recurrir necesariamente a la destrucción física de la o
de las personas consideradas después de un proceso regular culpables de delitos
gravísimos o sumamente nocivos para la convivencia social.15

Desde el punto de vista religioso (y mitológico), la muerte es uno de los aspectos que
distinguen a la humanidad de la divinidad, el miedo a y la negación de la muerte son el
fundamento de toda religión.
Es así como en este argumento es la vida humana, sagrada e inviolable la que debe ser
siempre protegida y precisamente por esto se dice que Dios se hace juez severo de toda
violación del mandamiento “no matarás” lo que conlleva a que ésta es la base de la
convivencia social e indica el límite que nunca puede ser transgredido.

En este horizonte, reitera la Iglesia como en la sociedad civil, está creciendo la


tendencia a pedir una aplicación muy limitada e, incluso, la total abolición de la pena
de muerte. Mucho diverge la creencia de la aplicación de pena de muerte de las
iglesias que basan su doctrina en el Antiguo Testamento, a las que lo basan sobre el
Nuevo Testamento. Esto debido a que en el Antiguo Testamento sí se habla y se
ordenaba la pena de muerte para varios actos: asesinato (Éxodo 21:12), secuestro
(Éxodo 21:16); bestialidad (Éxodo 22:19); adulterio (Levítico 20:10); homosexualidad
(Levítico 20:13); ser un falso

15
GONZÁLEZ, RAMÓN LUIS. “El Concepto de Pena en la Dogmática y en la Política Criminal.
14

profeta (Deuteronomio 13:5); prostitución y violación (Deuteronomio 22:4) y muchos


otros crímenes. Recordemos el Antiguo Testamento era considerada un texto no solo
religioso, sino de regulación legal sobre el pueblo judío. Sin embargo, contempló
algunas consideraciones con ciertos personajes bíblicos como en el caso del Rey
David, que cometió adulterio y asesinato, y no se aplicó dicha medida, Dios no le
quitó la vida por ello (2 Samuel 11:1-5, 14-17; 2 Samuel 12:13). Sin embargo, en el
Nuevo Testamento, Jesucristo cambio el concepto de la aplicación de la pena de
muerte por medio de los seres humanos, pues considera que todos y cada uno de los
pecados que cometemos merecen la misma (Romanos 6:23), y que nadie tiene la
solvencia moral como para juzgar y castigar a otro ser humano. Únicamente Dios,
como ser divino, es el indicado para ser juez, pues lo considera lleno de gracia y amor
por nosotros al no condenarnos (Romanos 5:8).

Ahora bien desde otro punto de vista religioso muchos especialistas abogan por dejar a
un lado la cuestión de la religión a la hora de solucionar o debatir la cuestión de la pena
de muerte, lo cierto es que en la realidad ha jugado un papel muy importante. Sin
duda alguna, durante muchos siglos, y todavía aún, las religiones y sus instituciones
han tenido un poder enorme en la mentalidad de los hombres. Como apunta J. K.
Galbraith: “En los primeros momentos del cristianismo, el poder se originó con la
vigorosa personalidad del Salvador. Casi inmediatamente surgió una organización, que
fueron los Apóstoles, y con el tiempo la Iglesia, como organización se convirtió en la
más influyente y duradera de todo el mundo.” Es por ello que se considera importante
tomar en cuenta las consideraciones dogmáticas religiosas.
Las posturas frente a la pena de muerte han ido variando a lo largo del tiempo. Si bien
es cierto, que la pena de muerte ha encontrado justificación en palabras del Antiguo
Testamento, en la actualidad, la postura no es tan clara. Sin duda alguna, la Iglesia ha
sido partidaria durante muchos siglos de la sanción capital, sólo basta recordar la
Inquisición, en la que fue impuesta por la propia Iglesia.

“Cuando el escándalo está en el pensamiento, esto es, en la cabeza, no hay otro


remedio para el escándalo que la muerte; tremenda necesidad, pero necesidad.” Estas
son las palabras que pone Papini en boca de Torquemada, esta alusión es bastante
significativa para la expresión de la necesidad que se ha comentado en como uno de los
requisitos o justificación de la pena de muerte.

Sin embargo en los tiempos actuales, a pesar de que la Iglesia siga teniendo una
importancia elevada en la vida de las personas, la secularización, que se ha ido
produciendo durante el XXI, ha conllevado que las personas vivan ya
15

una religión más privada, y por lo tanto, una relación directa con Dios. Ello
conlleva, que el juicio ético-moral, no lo pueden hacer (como en la Inquisición) las
instituciones de la Iglesia, sino que es el mismo Dios el que lo debe hacer. En la
actualidad, la posición de la Iglesia, no es del todo clara, si bien es cierto, que
muchas veces, en su historia ha intercedido para salvar la vida a los reos, sin
embargo hay que apuntar, que existen una serie de valores cristianos que justifican
la abolición (perdón, amor, etc.)16

La pena de muerte, en nuestros días, es una pena cuestionada sea desde el punto de
vista jurídico como moral, sin embargo, se puede justificar a la luz del principio de
legítima defensa. Lo que debe quedar claro es la perspectiva de la vida, en orden a la
defensa de la vida inocente se puede llegar a suprimir al agresor, “el valor intrínseco de
la vida y el deber de amarse a sí mismo no menos que a los demás son la base de un
verdadero derecho a la propia defensa.”

“La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, así reconoce el Catecismo
sino un deber grave para el que es responsable de la vida del otro del bien común de la
familia o de la sociedad.”

El cristianismo busca la redención de los pecados a través del arrepentimiento y del


perdón, pero en las sociedades en donde se aplica la pena de muerte pareciera que la
religión se mantiene desligada de esta modalidad, pues al considerar países en donde se
práctica observamos un alto porcentaje de seguidores cristianos que son observadores
directos y distantes de su aplicación. En Estados Unidos, en donde casi un 85%
práctica alguna orientación cristiana, es mínima la manifestación contra la aplicación
de la muerte, sea a hombres o mujeres, pero sí observan la mayoría, que se haya
llevado un proceso legal justo.

En los países en donde se práctica la religión islámica, la mayoría de sus ciudadanos


confían en la aplicación de la ley por medio de sus autoridades, pues se mantiene
arraigado el poder gubernamental a sus creencias religiosas. Es decir que se práctica
no solamente la pena de muerte, sino la mutilación de órganos de su cuerpo por delitos
menores.

La eliminación del reo se debería llegar sólo en caso de absoluta necesidad, es decir,
cuando la defensa de la sociedad y de la vida de los demás no sea posible de otro modo
por la alta peligrosidad social del mismo. Hoy por cierto gracias a la organización cada
vez más adecuada de la institución penal, estos casos son ya muy raros y además,
permanece válido el principio indicado por

16
ELLERO, P.Sobre la pena de muerte (Madrid).
16

el Catecismo, según el cual “si los medios incruentos bastan para proteger de él al
orden público y la seguridad de las personas, en tal caso la autoridad se limitará a
emplear sólo los medios.”

La abolición de la pena de muerte parece más conveniente por otras tres razones, por
permitir un posible rescate y encomienda del reo, por no tener ninguna fuerza de
disuasión social y por la imposibilidad de comprobar la responsabilidad plena y
culpabilidad absoluta de quien se condena a muerte (numerosos son los casos de
inocentes ajusticiados a muerte).

Es entonces que tampoco por razón de Estado se debería llegar a este extremo remedio,
puesto que la persona humana con su dignidad jamás puede ser reducida a medio para
que el Estado alcance sus fines. Otra razón más abolicionista nace de la constatación
de cómo, la pena de muerte, ha sido instrumentalizada por el poder para reprimir
“legalmente” la oposición y por otro lado desde el punto moral la legitimidad ética de
la sentencia judicial de pena de muerte es uno de los escollos con que se enfrenta el
derecho moral. Para los detractores de la pena de muerte existen dos principios por los
que la pena capital no puede ser aplicada:
 La incapacidad del hombre para conocer la plena verdad sobre la culpabilidad del
procesado.
 La sentencia debe ser reparadora, o sea, un castigo cuyo objeto es rehabilitar al
condenado del delito cometido y reinsertarlo en la sociedad.

Para los partidarios de la pena de muerte el objeto de esta sentencia es la ejemplaridad


del ejercicio de la justicia, por cuyo temor el ciudadano evite la práctica del crimen. La
argumentación se apoya en la tesis de preservar prioritariamente la vida de los inocentes
frente a los delincuentes. Además, cuando la violencia se presenta en países en vías de
desarrollo que no cuentan con los medios económicos, sociales y culturales para
rehabilitar a sus reos, se encuentran con débiles sistemas de prisión, en donde los
procesados en lugar de encontrar un lugar en donde se les haga conciencia sobre el mal
que produjeron a su sociedad, únicamente sirve para que se entrelacen con otros
malhechores que siguen produciendo mal desde el mismo sistema penitenciario.

Desde el punto de vista moral, muchos consideran a la pena de muerte vinculada a la


legítima defensa, ejercida no individualmente sino de modo colectivo. Otros la
legitiman desde la interpretación de la ley del talión, la justicia sólo se restablece en el
marco social aplicando la sanción proporcional al delito cometido.
17

La argumentación de la legítima defensa se sostiene en que el derecho a la vida


como primer fundamento es inalienable, y por ello el hombre tiene derecho a ejercer en
su defensa los actos necesarios para conservarla frente al agresor, incluido la muerte del
mismo. Esta argumentación encontraría su legitimación en la misma justicia, en cuanto
ella entiende de la aplicación de los medios para el ejercicio de un derecho. Trasladada
al espacio social, se justificaría la aplicación de la pena de muerte como el ejercicio por
parte del legítimo poder social del deber de proteger el derecho a la vida de los
ciudadanos frente a la amenaza real de los agresores de hecho del que se pueda esperar
que realice un acto criminal, la sociedad está legitimada a eliminarlo antes que lo
ejecute. En la medida que así se hace, se evita la muerte de inocentes.17

Existen ordenamientos jurídicos que sólo reconocen esa legítima defensa en casos de
situaciones límites, como la defensa en caso de guerra.

El fundamento ético de la legítima defensa exige dos premisas:


 Razonable certeza de peligro de la propia vida.
 Proporcionalidad de los medios aplicados en la defensa.

No basta que la vida pueda estar en peligro por causa de una agresión, sino que el
peligro sea evidente, y además, la proporcionalidad de los medios exige que los actos
para la neutralización del agresor sean los que puedan causarle el mínimo daño posible.

Mutans mutanti estos principios éticos a la situación de defensa social, habría que
determinar que la pena de muerte sólo estaría éticamente legitimada cuando se dieran
la situación de que la amenaza de la vida de los ciudadanos fuera evidente y que no
pudieran aplicarse otros medios para controlar al delincuente.

En las sociedades desarrolladas, la capacidad real de medios para la reducción de los


delincuentes es tal, que muy difícilmente podría llegar a justificarse un peligro para los
ciudadanos, pues los medios de reclusión minimizan de hecho la reincidencia al tiempo
que posibilitan la reinserción. Algunas de ellas proporcionan a los reclusos
habitaciones con todas las comodidades posibles, pero no pueden abandonar las
mismas, están tan aislados del resto de reos y del mundo, que es como si estuvieran
muertos para su sociedad y, en algunos casos, estas situaciones llegan a provocarles
el suicidio. Este aislamiento es provocado como castigo, no violando su vulnerabilidad
corporal, pero ejerciendo en ellos un daño psicológico severo.

17 ELLERO, P. Sobre la pena de muerte Madrid.


18

Sólo en sociedades subdesarrolladas con un grado de delincuencia generalizada y


pocos medios de orden podría entenderse como ética la pena de muerte aplicada como
legítimo medio de defensa social. El gran problema que se plantea en este caso es la
falta de garantías jurídicas que suelen acompañar a los procesos.

El recurso a la disuasión del crimen por la aplicación ejemplar de la ley, se encuentra


altamente contestado, sociólogos y psicólogos del mundo entero defienden que la
ejemplaridad en la contundencia del castigo que supone la pena de muerte no influye
en la reducción de la criminalidad.

Si algunos estados poderosos en medios y recursos siguen manteniendo en sus


estructuras penales la sentencia a muerte tal es el caso de los Estados Unidos, habría
que analizar si ello no es consecuencia de un hábito social de autoprotección
psicológica más que un medio real de lucha contra la delincuencia. Quizá en el fondo
coexista un desprecio total por la vida de quien es capaz de asesinar, y un sentir que
ni siquiera merece que sobreviva en la cárcel sostenido por sus impuestos.

Desde el punto de vista sociológico, la pena de muerte siempre ha sido un tema


sumamente discutido, al ser los integrantes de la sociedad quienes la motivan o la
enfrentan, dependiendo de la convicción personal. En este sentido de utilidad social,
“no está demostrado que la pena cumpla una función de prevención general, negativa,
o sea de intimidación a los potenciales infractores. Si fuera así (…) no existirían
delitos”, afirmando así, que la “función intimidatoria de la pena está aún por
demostrarse”, para lo cual se plantea la siguiente interrogante: ¿Qué significa, qué es y
qué busca la pena de muerte?

Lo que busca la pena de muerte a grandes rasgos, es la responsabilidad de una persona


que ha cometido un hecho grave por sí, con el fin de quitarle la vida a modo de
sanción, precisándose en los términos que “la pena de muerte puede entenderse como
un castigo que el Estado, a través de sus jueces, imponen a los responsables de la
comisión de determinados delitos”, en ese sentido esta sanción tiene más allá un valor
humano que jurídico, ello porque si bien se conoce que muchos ordenamientos
jurídicos en el mundo no la ha abolido y le da cierta libertad al legislador de habilitarla
por ley de quórum calificado, son realmente los miembros de la sociedad quienes alzan
el tema ante un hecho controversial como posible alternativa a la resolución de un
delito, bien como señala el profesor Nogueira: “Los derechos esenciales de la
19

persona no se realizan en normas jurídicas, sino que ellos se concretan en su vigencia


sociológica”.18

18 AMNISTÍA INTERNACIONAL. Cuando es el Estado el que mata Edai. Madrid, 1989.


CAPITULO II
LEGISLACION SOBRE LA PENA DE MUERTE

Este capítulo describe varios argumentos normativos en la aplicación de la pena de muerte, ya


que esta pena ha sido objeto de mucha discusión y polémica en su aplicación así como en su
abolición.

1. ARGUMENTOS NORMATIVOS
En general, toda sociedad admite e impone normas jurídicas cuya infracción trae por
consecuencia una reacción contra el infractor. Muchas veces no se trata solamente de que
éste deba compensar a la víctima por el daño causado, sino que también debe responder a
la sociedad por el quebrantamiento del orden jurídico, todo ello a través de una reacción
especial que tradicionalmente se ha denominado PENA. En este sentido, la pena “es la
privación o disminución de un bien jurídico, aplicable a quien haya cometido un delito o
sea muy probable que lo cometa, a fin de corregirlo y de prevenir posibles ataques contra
la sociedad.19
De manera general, es conveniente precisar que el origen y las primeras formas reales del
Derecho Penal, tanto como normas punitivas cuanto como reglas de conducta, deben ser
investigadas en los pueblos de la más remota antigüedad, vale decir entonces que aquellos
pueblos en los cuales se formó seguramente toda primera manifestación intelectual y
social, que han tenido afinidad y relación directa con las formas de defensa y castigo
contra las manifestaciones de la delincuencia.

Es por ello, que las propias sanciones deben estar sometidas a valorización en cuanto a su
naturaleza y gravedad. Consecuentemente no se puede imponer como sanción, aquello
que vaya en contra de las profundas convicciones morales o jurídicas de una sociedad,
así como tampoco se pueden atacar cualquiera de los bienes jurídicos, con el simple
argumento de que se trata de reacciones proporcionales al daño causado por el
delincuente; y precisamente en función a todo ello, se ha cuestionado severamente la
vigencia y aplicación de la pena de muerte.

La pena de muerte según comenta el profesor Eugenio Cuello Calón-, que se imponía en
los tiempos pasados, no solamente con la finalidad de privar de la vida al condenado, sino
con la de hacerle sufrir, tuvo enorme importancia en los antiguos sistemas penales.

19 BACIGALUPO, Enrique: “DERECHO PENAL PARTE GENERAL”. Edit. ARA. Primera Edición. Lima 2004.

20
21

En la mayoría de las jurisdicciones en las que no se contempla la pena capital, la cadena


perpetua (en especial sin posibilidad de libertad condicional) constituye el castigo más
severo que puede recibir un criminal.

Actualmente, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos no prohíbe en todo


caso la vigencia de esta sanción, por tanto no siempre la aplicación de la pena de
muerte constituye, de acuerdo con el ordenamiento jurídico positivo, una violación de
Derechos Humanos. Pero, en lo que a su aplicación por los gobiernos se refiere, el
Derecho Internacional contiene una normativa claramente restrictiva.

“…Pero, la normativa jurídica vigente, tanto en el ámbito mundial como regional, no


sólo es de carácter restrictivo, sino que manifiesta ella misma, la tendencia doctrinaria
hacia la abolición de la pena de muerte. En este orden de ideas las Naciones Unidas en
su actividad, no pueden desatender esta tendencia, por ello, la Asamblea General ha
señalado y reiterado la conveniencia de la abolición. Así, por ejemplo, la resolución
32/61 señala que “el principal objetivo que debe buscarse en relación con la pena
capital es restringir progresivamente el número de delitos por razón de los cuales pueda
imponerse la pena capital, con miras a la conveniencia de abolir esa pena.”

Una de las principales manifestaciones de la tendencia abolicionista, en la normativa


internacional, es la existencia de un Protocolo del Pacto de Derechos Civiles y
Políticos, el segundo aprobado y proclamado por la Asamblea General en su resolución
44/128, de 15 de diciembre de 1989, precisamente, para cumplir el objetivo de abolir la
pena capital, el cual está abierto a la adhesión de los gobiernos. Este Protocolo señala,
en su preámbulo que la abolición de “la pena de muerte contribuye a elevar la
dignidad humana y desarrollar progresivamente los Derechos Humanos” y que “todas
las medidas de abolición de la pena de muerte deberían ser consideradas un adelanto en
el goce del derecho a la vida.”

También en el sistema interamericano, la tendencia abolicionista se expresa en sus


instrumentos normativos. Desde luego, en el Protocolo de la Convención Americana,
relativo a la abolición de la pena capital, adoptada por la Asamblea General de la
OEA en 1990, el cual se encuentra abierto a la firma de los Estados Partes.20

Algunos afirman que “La pena de muerte surge con el Derecho Penal e históricamente
ha subsistido a lo largo de todos los tiempos” y continúan

20 Amnistía Internacional.
22

diciendo que “Este argumento es insostenible pues una mirada histórica de su


aplicación refuerza una posición abolicionista”, aquí el núcleo del argumento estriba en
que a pesar del desarrollo de las sociedades, a lo largo de los siglos la pena de muerte
se sigue considerando como una pena que se debe aplicar.

No es posible que esta institución pueda desaparecer por la mala práctica, el abuso o
los errores que se hayan cometido, si la humanidad la ha practicado durante toda su
historia no puede ser una práctica tan equivocada. Sin embargo, si bien es cierto que
siempre se ha practicado también es cierto que la delincuencia no se ha erradicado.

2. Constitución de la República de Guatemala vs. Tratados Internacionales


Este espacio pretende hacer una alusión de la normativa guatemalteca sobre la pena de
muerte en Guatemala y la normativa internacional en materia de derechos humanos.

El Artículo 149 de la Constitución Política de la República de Guatemala establece:


...De las relaciones internacionales. Guatemala normará sus relaciones con otros
Estados, de conformidad con los principios, reglas y prácticas internacionales con el
propósito de contribuir al mantenimiento de la paz y la libertad, al respeto y defensa de
los derechos humanos, al fortalecimiento de los procesos democráticos e instituciones
internacionales que garanticen el beneficio mutuo y equitativo entre los Estados.

Por otro lado al observar los artículos 44 y 46 de la Constitución Política de la República


de Guatemala se encuentra una absoluta aceptación, por parte del derecho interno, del
derecho internacional general de los derechos humanos. De manera que pasan a formar
parte del derecho interno. Sobre esta base es importante entrar a revisar la validez de las
normas ordinarias de derecho penal, que imponen la pena de muerte, en su relación con
las normas internacionales de derechos humanos.21

Guatemala ratificó la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, CADH, (Pacto


de San José de Costa Rica, Decreto 6-78), a la que en lo sucesivo se le denominará La
Convención, el 25 de mayo de 1978 y reconoció la competencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, el 9 de marzo de 1987. La Convención establece:

21
Constitución Política de la República de Guatemala 1985.
23

...Artículo 1. Obligación de respetar los derechos. 1. Los Estados Partes en esta


Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a
garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición social.

Mediante este artículo el Estado de Guatemala hace expreso su compromiso de aplicar la


Convención que ratifica, de manera que sea efectivo el principio pacta sun servanda, que
se refiere a la obligación de cumplir lo pactado de buena fe.

Respecto a la pena de muerte La Convención Americana sobre Derecho Humanos


establece en el artículo 4, numeral 2. lo siguiente:

…En los países que no se ha abolido la pena de muerte ésta sólo podrá imponerse por los
delitos más graves, en cumplimiento de sentencia ejecutoriada de tribunal competente y
de conformidad con una ley que establezca tal pena, dictada con anterioridad a la
comisión del delito. Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la
aplique actualmente.

En atención al artículo anterior, queda claro que, la pena de muerte no es aplicable a


determinados delitos puesto que contravienen La Convención. El Código Penal en el
Decreto 17-73, contemplaba la pena de muerte, antes de la ratificación de La Convención,
en 1978, para los delitos de parricidio, asesinato, violación calificada, plagio o secuestro
cuando hubiere fallecido la víctima, y el magnicidio.

Con posterioridad a la ratificación de La Convención, el Código Penal extiende dicha


pena a los delitos de asesinato con ánimo de lucro o con fines terroristas o en desarrollo de
actividades terroristas (artículo 132, modificado por el Decreto Número 20-96) ejecución
extrajudicial (artículo 132 bis, adicionado por Decreto 48-95), plagio o secuestro, ya sea
que la víctima fallezca o no (artículo 201, reformado por los Decretos 38-94, 14-95 y 81-
96) y desaparición forzada (artículo 201 Ter., adicionado por Decreto 33-96). En igual
circunstancia se regula en la Ley Contra la Narcoactividad, Decreto 48-92, el caso de
delitos calificados por el resultado (artículo 52). En consonancia con este articulado de La
Convención se encuentra el artículo 2º. y 6º.numerales 1, 2, 4, 5 y 6 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y que también es de cumplimiento
obligatorio para el Estado de Guatemala.22

22
Código Penal de Guatemala.
24

Al tener vigente la pena de muerte la normativa guatemalteca es importante conocer sobre


el indulto.

El recurso de gracia, el indulto o la conmutación de la pena, es una institución que ha


estado presente en el ordenamiento jurídico desde el Acta Constitutiva de la República de
Guatemala del 19 de octubre de 1851. Posteriormente, aparece en la Constitución Política
de la República de Guatemala de 1879, donde se facultaba al Presidente de la República
para conmutar la pena mayor por la inmediata inferior y conceder indultos por delitos
políticos y por delitos comunes conexos con los políticos. En 1892 se emite el Decreto
159, Ley del Indulto, de la Asamblea Legislativa, en la cual, cabe destacar, se facultaba al
Presidente de la República para otorgar o denegar la conmutación de la pena capital o el
indulto por delitos políticos y militares, y por delitos comunes, y desarrolla el
procedimiento para resolverlos. Posteriormente, este Decreto queda derogado con la
promulgación de la Constitución Política de la República de Guatemala de 1945, sin
embargo dicha institución permanece, tanto en esta Constitución Política de la República
de Guatemala como en la de 1965.

A diferencia de las demás Constituciones, la actual Constitución Política de la República


de Guatemala, aprobada en 1985, no incluyó dentro de su normativa la conmutación de
la pena o el indulto. Aquí, es importante indicar que según el artículo 22, de Disposiciones
Transitorias y Finales, de manera expresa, derogó todas las Constituciones de la
República de Guatemala.

Actualmente en Guatemala se goza de una moratoria de hecho, pues desde el año 2000 la
pena de muerte no se aplica, a pesar de existir sentencias pendientes de ejecución, ya que
como se ha indicado, tanto la Constitución Política de la República de Guatemala como
los Tratados internacionales mencionados, prohíben la ejecución de la pena de muerte
mientras esté pendiente la resolución del último recurso, y este no se puede solicitar y
tramitar debido a la ausencia de una ley que regule el mencionado recurso de gracia.

En este sentido se establece en el Artículo 2 de la Convención Americana de Derechos


Humanos lo siguiente:

…Deber de adoptar disposiciones de derecho interno. Si el ejercicio de los derechos y


libertades mencionados en el artículo 1 no estuviera garantizado por disposiciones
legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a
sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las
medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales
derechos y libertades.
25

Conforme a lo anterior, Guatemala tiene la obligación de crear una legislación que


haga efectivo el derecho al indulto o la conmutación de la pena de muerte, y que además
cumpla con las disposiciones establecidas en los mismos, obligación que hasta el
momento no ha cumplido.

Otro aspecto importante resaltar es que la Constitución Política de la República de


Guatemala no establece la pena de muerte, pero sí, la regula con el fin de evitar
arbitrariedades y abusos en su aplicación, restringiendo y limitando los casos de
ejecución. Del análisis de la normativa ordinaria se concluye que la pena de muerte es
inaplicable en virtud de dos razones: por un lado, las normas que contienen los delitos en
los que se aplica la pena de muerte carecen de validez, puesto que al confrontarlas con
principios constitucionales, dichas normas contradicen a la Constitución Política de la
República de Guatemala.

Por otro lado, se observa que algunas normas que imponen la pena de muerte son
contrarias a la Convención Americana de Derechos Humanos, Pacto de San José, y al
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificados por Guatemala y que
prohíbe, en determinados casos, la aplicación de la pena de muerte.

La ausencia de una normativa que regule el indulto o la conmutación de la pena de muerte


impiden a los condenados a dicha pena hacer efectivo el derecho a este último recurso, lo
que mantiene en suspenso la ejecución de la pena capital.

Por otro lado la constitución guatemalteca contempla la pena de muerte, dándole la


facultad al congreso de abolirla, y se le garantiza al reo hasta el último recurso. Aunque la
última ejecución de la pena máxima en el país fue hace 11 años, ésta sigue estando
contemplada en el Código Penal, justificación a la que se aferran ciertos partidos políticos
y un alto porcentaje de sociedad civil.

Con las penas de muerte aplicadas en el 2000, son 5 el número de ejecutados desde la
firma de los Acuerdos de Paz de 1996. El ex-Presidente Alfonso Portillo renunció a su
potestad de indultar a los penados a muerte. Ante esta situación la Corte de
Constitucionalidad (CC) resolvió que la ley que regula el proceso y que data de 1982 no
especifica qué autoridad debe encargarse de valorar los recursos de gracia presentados
por los condenados, por lo que le correspondía al Congreso legislar para enmendar este
vacío legal, mientras tanto, la pena capital quedó en suspenso.

En 2008 el Congreso de la República votó por la aprobación de una nueva ley que volvió
a facultar al Presidente en curso para decidir sobre los indultos,
26

apoyaron esta medida los dos partidos mayoritarios, Unidad Nacional de la Esperanza y
Partido Patriota, El partido Encuentro por Guatemala votó en contra. Amnistía
Internacional emitió un comunicado instando al presidente a dar marcha atrás. Álvaro
Colom decidió vetarla, al considerar que esta forma de castigo entra en contradicción con
el derecho a la vida del reo, la retroactividad de la ley y los compromisos internacionales
firmados por Guatemala como miembro de la Convención Americana de Derechos
Humanos, posición que se ha mantenido hasta el día de hoy.

En la actualidad, el clima de violencia y criminalidad que se vive en Guatemala impulsa


ánimos contrarios a la abolición de la pena de muerte, tal como está planteado en la
Constitución Política de la República de Guatemala, sin embargo, por las razones
expuestas, la aplicación de la pena de muerte en Guatemala es un hecho cada vez más
lejano.

3. INTERPRETACIÓN SISTEMÁTICA DE LA CONSTITUCIÓN, LA PENA DE


MUERTE EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DE
GUATEMALA Y EN LAS NORMAS ORDINARIAS.

Cabe mencionar que la pena de muerte en Guatemala se ha venido aplicando desde hace
siglos, sin embargo, hace su primera aparición en un texto constitucional en la
Constitución Política de la República de Guatemala, de 1945. A decir en el Seminario La
abolición de la pena de muerte y sus implicaciones: “…los constituyentes
tuvieron que regular esa institución, precisamente para ponerle límites, habida cuenta los
abusos, excesos y arbitrariedades de que con dicha penalidad habían cometido gobiernos
dictatoriales anteriores” (Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de
Guatemala, 2005). Las siguientes constituciones siguieron regulando la pena de muerte y
se buscó restringir la imposición de dicha pena en este caso quedan excluidas la mujeres
así como garantizar a las personas la no imposición y ejecución arbitraria y abusiva de
dicha pena.23

La actual Constitución Política de la República de Guatemala no establece la pena de


muerte, no la instituye como sanción con rango constitucional, no establece los delitos en
que debe imponerse ni ofrece criterios para determinarlos, sino que, únicamente, establece
en qué casos no puede imponerse. Establece límites a su imposición y ejecución. Garantiza
el absoluto derecho de defensa a través de los recursos y prohíbe su ejecución mientras no
se hayan agotado todos los recursos. Y finalmente, abre la puerta para su abolición, queda
claro en el artículo 18 que establece lo siguiente:

23
Constitución Política de la República de Guatemala. Guatemala, 1985.
27

La pena de muerte no podrá imponerse en los siguientes casos:


a) Con fundamento en presunciones.
b) A las mujeres.
c) A los mayores de sesenta años.
d) A los reos de delitos políticos y comunes conexos con los políticos; y
e) A reos cuya extradición haya sido concedida bajo esa condición.

La primera prohibición es que la pena de muerte no puede imponerse teniendo como


fundamento presunciones, es decir, obliga a que se tenga certeza sobre la persona y sobre
los hechos motivo del proceso, la actividad probatoria no debe dejar lugar a que se influya
en el ánimo del juzgador sobre aspectos desconocidos partiendo de los conocidos.

La segunda prohibición es que se imponga a mujeres, lo cual constituye una disposición


discriminatoria en virtud de preservar, de manera especial, la vida de las mujeres en
menosprecio de la vida de los hombres, en igualdad de participación de hechos delictivos.

Luego, se prohíbe su imposición a los mayores de sesenta años. Con esto se da un avance,
en materia de respeto a los derechos humanos de las personas de la tercera edad, pues en el
Código Penal, Decreto 17-73, está permitida hasta los setenta años. Estas dos últimas
disposiciones dejan claro que los constituyentes quisieron preservar de la pena de muerte a
dos grandes sectores de la población, a quienes, por alguna razón, consideraron de especial
protección.

En el caso de las últimas prohibiciones, contenidos en el inciso d) y e), es interesante


porque, históricamente, la pena de muerte se ha impuesto como medida para contrarrestar
a la oposición que buscaba alterar el orden político y económico establecido, mediante la
eliminación física de los opositores. Como se puede leer en sentencia de la Corte de
Constitucionalidad:

…Como delitos políticos, los que atentan contra el Estado, su seguridad externa e interna,
los poderes y autoridades del mismo, contra la Constitución o derechos políticos de los
ciudadanos o principios del régimen imperante. El elemento subjetivo complementario de
tales ilícitos es el móvil de lograr, por medios inadmisibles para el orden legal establecido,
el quebrantamiento del orden jurídico y social, variar la forma de gobierno existente o el
régimen económico o político de la sociedad. (Gaceta No. 46. Expedientes acumulados 8 y
20-1997. Fecha de sentencia: 07/10/1997)…
28

Por otro lado es interesante observar que algunas constituciones, que contemplan la
abolición de la pena de muerte como norma general, dejan como excepción su imposición
en tiempos de guerra, y especialmente para los delitos de alta traición a la patria, sin
embargo, en la Constitución Política de la República de Guatemala está prohibido.

En el inciso e), la Constitución Política de la República de Guatemala obliga a respetar la


condición impuesta por el Estado que entrega a un reo, para quien pide no se le condene a
la pena de muerte. En este caso, obliga a respetar un compromiso de carácter internacional.

En el segundo párrafo, de dicho artículo, se establece la obligación del Estado de admitir


todos los recursos legales pertinentes, con lo que se pretende garantizar el derecho de
defensa, evitando las arbitrariedades. Asimismo obliga a admitir para su trámite el recurso
de casación, evitando que su trámite sea rechazado argumentando ausencia de requisitos
de forma u otra circunstancia, por lo que la Corte Suprema de Justicia debe de conocer de
los posibles errores de forma o de fondo en que hubieran incurrido los demás tribunales,
con lo cual el reo tiene acceso hasta las últimas instancias del poder judicial. Establece
también, que no podrá hacerse efectiva la pena mientras esté pendiente de resolverse algún
recurso, es decir, mientras exista la posibilidad de resolver en sentido contrario y más
favorable al reo, mientras la defensa no haya concluido, y mientras no se le haya vencido
totalmente en el juicio.

La actual Constitución Política de la República de Guatemala no incluyó el recurso de


gracia, una institución que venía de Constituciones anteriores, y que daba facultades al
Presidente de la República para otorgar o denegar la conmutación de la pena, o el indulto.
Con el afán de respetar la separación de poderes se consideró que, si los órganos
jurisdiccionales, a quienes competía resolver, ya habían impuesto la pena de muerte, no
debía decidir el Organismo Ejecutivo. En otros países este recurso de gracia era
considerado como una herencia de la monarquía, puesto que en un sistema monárquico el
Rey, tiene la potestad como soberano de decidir sobre el perdón o castigo de sus
súbditos. Sin embargo, se olvidó que la Convención Americana de Derechos Humanos,
Pacto de San José, contenía este recurso y obligaba a que se conociera. De ese modo,
incluido como materia de derechos humanos, ingresa a la normativa guatemalteca con la
misma jerarquía que la Constitución Política de la República de Guatemala. En cuanto a la
abolición de la pena de muerte se refiere, hay que decir que la Carta Magna guarda una
tendencia restrictiva y abolicionista.

Se dice Restrictiva porque impone límites para su declaración y ejecución, y abolicionista


porque, aunque los constituyentes no se animaron a abolirla, dejaron
29

la puerta abierta para que el Congreso de la República lo hiciera, incluso mediante una
reforma constitucional con mayoría simple, ya que la Constitución Política de la República
de Guatemala no la crea, sólo reconoce y regula lo que ya existe en las normas ordinarias.
El Código Penal, Decreto Número 17-73, establece en el Artículo 43 La pena de muerte,
tiene carácter extraordinario y sólo podrá aplicarse en los casos expresamente consignados
en la ley y no se ejecutará, sino después de agotarse todos los recursos legales.
No podrá imponerse la pena de muerte:

1º. Por delitos políticos.


2º. Cuando la condena se fundamente en presunciones. 3º. A
mujeres.
4º. A varones mayores de setenta años.
5º. A personas cuya extradición haya sido concedida bajo esa condición.

En estos casos y siempre que la pena de muerte fuere conmutada por la de privación
de libertad, se le aplicará prisión en su límite máximo.

El Código Penal al clasificar las penas establece que hay penas principales y accesorias, las
cuales tendrían carácter ordinario, y esto último, se deduce porque luego declara que la
pena de muerte tiene carácter extraordinario. No se aclara qué significa el carácter
extraordinario de la pena, y al respecto se dice lo siguiente:

En 1965 se promulga otra Constitución y ésta, por primera vez, preceptúa el carácter
extraordinario de la pena de muerte. No hay una explicación muy doctrinaria sobre porqué
la califican de “extraordinaria”, pero en los debates se deduce que se refiere a que sólo
podría imponerse a delitos de extrema gravedad (Instituto de Estudios Comparados en
Ciencias Penales de Guatemala, 2005), También vale la pena considerar la opinión
consultiva de la Corte de Constitucionalidad, en la que se lee:

…la pena de muerte tiene carácter extraordinario, de manera que está prevista únicamente
para los responsables de la comisión de determinados delitos, entre los que están: el
asesinato, parricidio, caso de muerte del Presidente de los otros Organismos del Estado o
del Vicepresidente de la República, violación calificada, plagio o secuestro, dejando a
criterio razonado del juzgador su aplicación cuando estime que las circunstancias en las
que se cometió el hecho, la manera de cómo se realizó y los móviles, revelen una mayor o
particular peligrosidad del autor del hecho (Gaceta No. 29. Expediente 323-93. Fecha de la
opinión consultiva: 22/09/1993).
30

Es importante resaltar que el carácter o naturaleza de algo no se determina, únicamente por


alguno de sus elementos, como en este caso es la gravedad de los delitos cuya comisión da
como consecuencia la pena de muerte. Su carácter extraordinario implica que, en sus
elementos es totalmente diferente a las otras penas. Es decir, que los delitos, el proceso,
los recursos el órgano jurisdiccional, el fin, etc. tienen características especiales.

También es importante observar que en el Código Penal se restringe la aplicación de la


pena de muerte a mujeres, por lo tanto la normativa interna y los tratados internacionales
prohíben la aplicación de la pena de muerte para las mujeres, no así en algunos lugares del
mundo donde está vigente la pena de muerte tal es el caso de los Estados Unidos que
aplica la pena de muerte en igualdad de condiciones para las mujeres, asimismo en los
países islámicos se ejecutan a mujeres y el principal delito es el adulterio.
CAPITULO III
APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE EN GUATEMALA Y OTRAS REGIONES
DEL MUNDO

1. PENA DE MUERTE EN GUATEMALA

El Estado de derecho impone a la convivencia social diversas exigencias, estas


exigencias representan, por un lado, el reconocimiento de determinados derechos a favor
de las personas y por el otro el sometimiento de todos los órganos del Estado al deber de
cumplir con ciertas obligaciones en relación a la posible afectación de estos derechos.
Un buen ejemplo de las exigencias del Estado de derecho es, precisamente, el conjunto
de reglas referidas a la cuestión de la pena de muerte. El derecho guatemalteco vigente
contiene diversas reglas jurídicas sobre esta cuestión en el texto constitucional, en
instrumentos internacionales de carácter convencional y también en el Código Penal.

Las exigencias a las que se somete el Estado de Guatemala en cuanto a la aplicación de


la pena de muerte, entonces son consecuencia de la libre decisión de su poder
constituyente, de las autoridades estatales que asumieron voluntariamente obligaciones
internacionales y del poder legislativo. Estas decisiones libres y soberanas del gobierno
guatemalteco expresaron, de modo inequívoco, la voluntad de adoptar, mantener y
respetar determinados principios fundamentales referidos a la pena de muerte aplicable a
toda situación futura.

Con base en lo anteriormente descrito significa que Guatemala no puede, de ningún


modo ignorar tales principios considerados fundamentales en el régimen jurídico de la
pena de muerte atendiendo a las circunstancias particulares de la coyuntura social. Los
principios limitadores de la pena de muerte, entonces, han sido establecidos para ser
respetados, de manera general en toda situación social. Esto está claro en el derecho
vigente del ámbito interno, pues todas las disposiciones constitucionales y legales
referidas a la pena de muerte imponen sus exigencias de modo general, sin hacer
mención alguna a supuestos o situaciones excepcionales que autoricen a ignorar tales
exigencias.

Guatemala es uno de los tres países de América que contemplan en su legislación la


pena de muerte, siendo los otros dos Estados Unidos y Cuba. La pena de muerte en el
Código Penal guatemalteco data de 1973 y se tiene registro de cuatro sentencias llevadas
a cabo en 1982. En 1983 fueron ejecutadas otras 11 personas, bajo el decreto de
emergencia 46-82, durante el gobierno de Efraín Ríos Montt. La Asamblea Legislativa
de este gobierno aprobó la Ley de Indultos, que regula la aplicación de la pena capital.
En 1996

31
32

fueron fusilados dos condenados a muerte. En 2000 la pena fue cambiada a muerte por
inyección letal, siendo ejecutados ese año otros dos condenados. Durante el gobierno de
Alfonso Portillo, en marzo de 2000, el Congreso derogó la ley mencionada, dejando en
suspenso la aplicación de las sentencias pendientes de ejecución.24

Existen varios países en donde continúa vigente la ejecución de la Pena de Muerte, y


Guatemala no es la excepción; dicha figura jurídica se encuentra tipificada en el Artículo
18 de la Constitución Política de la República, en donde se expresa que “La pena de
muerte no podrá imponerse en los siguientes casos: a) Con fundamento en
presunciones. b) A las mujeres. c) A los mayores de sesenta años. d) A los reos de
delitos políticos y comunes conexos con los políticos. Y, e) A reos cuya extradición haya
sido concedida bajo esa condición”. Además indica que, cuando se imponga dicha pena,
serán admisibles todos los recursos legales pertinentes, incluyendo el de casación; y
concluye aseverando que el Congreso de la República podrá abolir la pena de muerte.

Mientras tanto, el Código Penal (Decreto 17-93) es más claro, ya que en el Artículo 43
expresa que ésta es una pena de carácter extraordinario, y que sólo podrá aplicarse hasta
haber agotado todos los recursos legales, también enumera las prohibiciones que
aparecen en la Constitución para ejecutar la pena; y que podrá conmutarse – sinónimo de
cambiar – con la privación de la libertad, y en este caso será la pena máxima. El
Artículo 41, siempre del Código Penal, trata sobre las penas principales, y dice que éstas
son la de muerte, la de prisión, el arresto y la multa.

También existe la Ley que establece el procedimiento para la ejecución de la pena de


muerte, Decreto 100-96; en ésta se enuncian todos los pasos a seguir para que pueda
ejecutarse dicha condena. Pero fue cambiada, ya que anteriormente en Guatemala la
forma de ejecutar la pena de vida se hacía por fusilamiento, y luego se empezó a aplicar
con la inyección letal. El artículo tres de esta ley fue reformado por el Decreto 22-98, se
añadió una prohibición para que la prensa ejerciera su función, la cual dice “…quienes
no podrán realizar transmisiones directas, ni grabar por cualquier medio para su
reproducción diferida o fotografiar el acto de ingreso del reo al módulo de ejecución y su
estancia en el mismo”. El reglamento de dicha ley, Acuerdo Gubernativo Número 49-
98, da las pautas que deben observarse para que dicho proceso sea correcto; y hace
referencia al cambio de modalidad de ejecutar esta penalidad. Luego la Corte de
Constitucionalidad (CC) emitió dictamen en el que

24
Código Penal de Guatemala. 1973.
33

catalogó al Decreto 22-98 como inconstitucional, ya que la disposición veda el trabajo y


función de la prensa, y contradice la ley constitucional de Emisión del Pensamiento.

Pero, durante el transcurso de la historia guatemalteca, el Código Penal ha tenido varios


cambios. Las leyes penales en Guatemala, surgieron el quince de septiembre de 1887,
cuando el primer instrumento legal que tipificaba los delitos, y sus correspondientes
penas, y que contempla el principio del Debido Proceso; esto porque se pensó que las
leyes penales vigentes en España y sus Colonias, no debían aplicarse más ya que fueron
dictadas por naciones extranjeras. Este estaba formado por cuatro libros, tres de ellos
poseían normas eran de carácter sustantivo, y el último contenía los procedimientos a
ejecutar, para así proceder conforme a la ley. El tipo de normas que contenía el cuarto
libro eran de carácter adjetivo. Si comparamos esta época con la actual, podemos darnos
cuenta que esta herramienta ha cambiado, ya que contamos con el Código Penal, de
carácter sustantivo; y con el Código Procesal Penal, cuyas normas son de tipo adjetivo.

Dicho Código hace una completa separación de los sexos; regula que todo condenado a
muerte será pasado por las armas (fusilamiento), así mismo, estipula que esta condena
también sería ejecutada a mujeres, pero no podía llevarse a cabo si la condenada se
encontraba en estado de gestación, y que no se notificaría la sentencia sino hasta
cuarenta días del alumbramiento. El Código Penal de 1877 hizo referencia a los
procedimientos franceses, y se ejecutaba con la muerte mientras no existieran los centros
legales donde se debería guardar prisión, es por eso que no hizo distinción de sexo.

En 1936 se dio el primer cambio al Código Penal, por ende también cambió la forma de
ejecutar las penas, y así mismo la pena de vida. Para este tiempo ya se clasificaban las
penas en principales, dentro de estas estaban la de muerte, la de prisión correccional, el
arresto mayor, arresto menor, prisión simple y multa; y como penas accesorias se
conocían las de pérdida o suspensión de ejecución de algunos derechos, cargos o
empleos públicos y pérdida o comiso de los instrumentos y objetos de delito. A
diferencia del código de 1877, éste limita la prisión correccional a 20 años, y prohíbe
ejecutar la muerte a las mujeres delincuentes. De la misma forma, es el primero que
señala que la pena inferior inmediata a la de muerte era la de 20 años de prisión.

Después de 36 años de vigencia del Código Penal emitido el 25 de mayo de 1936, el


Congreso de la República promulgó el Decreto 17-73, actual herramienta que regula lo
referente a lo penal, éste entró en vigencia el 15 de septiembre de 1973. Mientras el
código de 1936 prohibió el ejecución de
34

mujeres y menores de quince años, el de 1973 superó los criterios anteriores, al


establecer que la pena no sería aplicable a mujeres, menores de 18 años y hombres
mayores de 60 años, esto por razones humanitarias.

2. EL INDULTO PRESIDENCIAL
Este es el último recurso que le queda a todo condenado a muerte, ya que consiste en el
perdón que el Presidente del Organismo Ejecutivo da a quién haya sido encontrado
culpable de cometer delito punible con la pena capital. En la actualidad en Guatemala,
no hay quién haga posible la realización del indulto, ya que en el gobierno de Alfonso
Portillo fue quitado el recurso de perdón. Debido a esto se puede ver los expedientes de
delincuentes que han acumulado dos condenas a muerte, en tal sentido la pena de
muerte para mujeres también está excluida no solo de la Constitución de la República
sino también del Código Penal Vigente. Probablemente esta medida fue considerada
porque ya se contempla todo el proceso legal que debe llevar la solicitud y aplicación
de la pena de muerte a un reo, si en los tribunales de justicia se han considerado todos
los aportes de prueba y defensa, se ha permitido la participación de todos los
implicados durante este procedimiento y se ha llegado a la conclusión del caso con una
sentencia firme de la aplicación de muerte, no tiene sentido que el Presidente de la
República, intervenga a favor del reo; pues esta práctica es propia del sistema
monárquico, en donde el rey es el soberano con el poder para perdonar la falta del reo.

4. PENA DE MUERTE APLICADA A MUJERES EN OTROS PAÍSES

En el mundo, más de la mitad de los países la aplican la pena de muerte, pero el caso
más sangrante es el de EE.UU. dado que supuestamente lidera las democracias libres si
bien la había abolido, en 1976 la pena de muerte fue reimplantada en 37 Estados. Desde
entonces unas 600 personas han sido ejecutadas entre hombres y mujeres, pero la
progresión de ejecuciones por año va en aumento, por lo que más de 3,000 condenados
esperan saber el día de su ejecución de ambos sexos. Una reciente encuesta revela que
un 75 % de los norteamericanos está a favor de la pena de muerte. Por ello, muchos
políticos juegan con esta carta para aumentar su número de votos. Una vez más, para
ellos, el fin justifica los medios.25

Sin embargo en términos generales en el mundo, el porcentaje de las mujeres que se


encuentran cumpliendo sentencias de muerte es muy bajo en comparación con los
hombres. La ejecución de mujeres delincuentes es

25
Informes Amnistía Internacional
35

bastante en los países donde aún se aplica la pena de muerte es rara por delitos graves,
entre los que se pueden mencionar aparte de los Estados Unidos a Japón y China.
Sin embargo Amnistía Internacional destaca los casos de mujeres que se enfrentan a la
pena de muerte y cuyos derechos a un juicio justo y al debido proceso les han sido
denegados tanto en el ámbito del sistema ordinario de justicia penal como en el de los
códigos penales de la sharia (ley islámica).

De tal cuenta que hay mujeres a las que se han acusado formalmente de delitos punibles
con la muerte y que en algunos casos, permanecen recluidas en espera de juicio durante
periodos prolongados, sin acceso a asistencia instruida, razón por la cual en el ámbito
del sistema ordinario de justicia penal, a algunas mujeres se las ha mantenido
encarceladas en espera de ejecución durante periodos de hasta 10 años señala esta
organización.

Esta práctica contraviene tanto las normas del derecho internacional así como las de la
legislación en países islámicos.

Amnistía Internacional también describe las distintas maneras en que la aplicación de


la pena capital discrimina a la mujer en ciertos casos y por ciertos delitos. Estas
prácticas discriminatorias tienen su origen en las categorías de delitos sancionables con
la pena de muerte y en las dificultades específicas a las que tienen que hacer frente las
mujeres para acceder a la justicia, y sus efectos son especialmente patentes en los
casos de mujeres con un historial socioeconómico de privación, analfabetas, sin marido
y embarazadas fuera de los vínculos matrimoniales.

En virtud de los nuevos códigos penales de la ley islámica en vigor en 12 estados de la


región septentrional de Nigeria desde 1999, la pena capital también se puede imponer
por el delito de zina, consistente en mantener relaciones sexuales extramatrimoniales.
Amnistía Internacional ve con preocupación que el delito de zina no entra en la
categoría de los más graves delitos por los que puede imponerse la pena de muerte
conforme al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del cual Nigeria es
Estado Parte.

En el ámbito de las nuevas leyes islámicas, el derecho probatorio discrimina a las


mujeres, ya que el simple hecho de que una mujer esté embarazada se considera como
una prueba de que ha cometido zina. Sin embargo, los hombres procesados por este
delito y que niegan los cargos bajo juramento suelen ser absueltos, a menos que se
presenten cuatro testigos que confirmen que ha participado en dicho acto. Como
consecuencia de esta disposición, el número de condenas de muerte impuestas a
mujeres por el delito de zina es
36

desproporcionadamente más elevado que el de las condenas impuestas a los hombres.

Esta aplicación de la pena capital quebranta no solamente el derecho a la vida sino


también el derecho a no sufrir discriminación, la libertad de expresión y asociación y el
derecho a la intimidad, puntualiza la organización la cual no es igual a la de los
hombres.

Es importante resaltar que los países con una interpretación islámica severa aplican la
pena de muerte por lapidación a mujeres y hombres adúlteras, no se trata de una ley
coránica: sino a la luz de esta ley especifica que la fornicación debe castigarse con 100
latigazos, a la mujer que cometa este abominable donde también se les impone a las
mujeres adúlteras la pena de muerte.

Pero en este mismo orden de ideas las reglas del Antiguo Testamento son más
estrictas, válidas teóricamente para judíos y cristianos, el adulterio se prohíbe en los
diez mandamientos y se castiga con la muerte “sin remisión”, impuesta a la mujer
casada y al hombre con el que comete el adulterio, no se mencionan restricciones a la
vida sexual de un hombre casado mientras no interfiera con la vida marital de otro
hombre.

Actualmente, este procedimiento está localizado principalmente en países de África y


los países islámicos donde se castiga a las mujeres que mantienen relaciones sexuales
ilegales. La ejecución por lapidación suele llevarse a cabo estando el condenado
enterrado hasta el cuello o atado de algún modo mientras una multitud de personas le
tiran piedras. En Somalia se utilizó en 2008 para matar a una niña de 13 años que había
sido violada por tres hombres.26

De lo anteriormente descrito se puede puntualizar que la pena de muerte aplicada a


mujeres en el mundo se realiza aun cuando muchos países han ratificado todos los
convenios, pactos y tratados sobre los derechos humanos, tal es el caso de los Estados
Unidos uno de los países más desarrollados del mundo, claro está que se lleva todo el
debido proceso y se aplica sin discriminación, de raza, religión sexo o condición
económica, sin embargo, en los países islámicos se violan todos los derechos humanos
de las mujeres ya que son sentenciada a muerte sin un debido proceso y por delitos de
adulterio.

5. LA PENA DE MUERTE A MUJERES EN GUATEMALA

26
Informe de Amnistía Internacional 2011
37

El tema de la aplicación de la Pena de Muerte en Guatemala ha generado históricamente


acaloradas discusiones y se ha prestado, en muchos casos a la manipulación de la clase
política guatemalteca, que ha hecho de su regulación, aplicación y legislación, un blasón
con el que pretende hacerse de un caudal electoral.
En cuanto a su duda en específico, sobre por qué no se puede aplicar la pena de muerte
a mujeres, ello se encuentra en el Artículo 18 de la Constitución Política de la República
y establece la prohibición de aplicarla también en los siguientes supuestos:
- Cuando la condena recaiga con fundamento en Presunciones de los Juzgadores.
- A los mayores de sesenta años.
- A los reos por la posible comisión de Delitos Políticos y comunes conexos.
- A reos que hayan sido extraditados y fueron entregados por el Estado en donde
se encontraba bajo la condición de que no se le aplicaría pena de muerte.

Apreciada desde una perspectiva puramente técnica, la pena de muerte es una sanción de
CARÁCTER EXTRAORDINARIO, por el mismo deber que tiene el Estado de
Guatemala de garantizar la vida y por la tendencia de la Ciencia Criminalística moderna
que se fundamenta en la posibilidad de rehabilitación del delincuente y su reinserción
exitosa en la vida social como un individuo cambiado y productivo. Dados esos
argumentos, nuestra Constitución Política sigue una tendencia ABOLICIONISTA de la
Pena de Muerte, que puede ser observada en las legislaciones de casi todos los Estados
Occidentales Modernos y Civilizados.

La relación que expresa la Constitución de la República sobre la exclusión de


determinados sujetos, entre ellos las mujeres, de la aplicación de la Pena de Muerte
como sanción por la comisión de un delito, con el Principio de Igualdad contenido en el
Artículo 4º. de la Constitución Política de la República es una duda recurrente, incluso
entre los profesionales del Derecho. Para el efecto, se puede decir que esa exclusión NO
RIÑE CON EL PRINCIPIO DE IGUALDAD.

El Principio de igualdad se fundamenta en la Premisa de que toda situación igual o


idéntica a otra sea tratada normativamente en forma idéntica. Si se limitara ese principio
a esa apreciación, el mismo no tendría sino un significado puramente formal y no se
trasladaría a la realidad humana como una norma vigente y positiva. Por ello conviene
hacer hincapié que, en aras de garantizar la igualdad es necesario reconocer la
desigualdad y plasmarla en las normas jurídicas de manera que se clasifiquen y se
diferencien las situaciones que las
38

hacen distintas o desiguales y conferirles un tratamiento distinto, con el objetivo de


corregir la desigualdad y elevar a los sujetos que la padecen a un plano en donde reine la
equidad.

Por ello, no se puede determinar la igualdad de los hechos o los actos humanos o de las
personas sobre una base empírica o de la simple apreciación de la realidad natural, sino
que la explicación de la igualdad trasciende al territorio de la ética. Resulta obvio que
los seres humanos “no somos materialmente iguales”, nuestra igualdad surge de la
estimación jurídica de la persona humana hecha por el legislador, inspirada en los
valores fundamentales sobre los cuales se ha erigido la civilización.

Esto explica la situación de las mujeres ante la aplicación de la pena de muerte, pues no
es posible negar en primer lugar que físicamente la mujer tiene grandes limitaciones
frente al sexo masculino y que la función social de la mujer en nuestra cultura es
esencialmente distinta que la del varón: Antropológicamente la mujer es el soporte real
de la cultura de los pueblos y es por mucho, la encargada de su transmisión y de la
transmisión de todo sistema de valores a las generaciones futuras, es decir que se le da el
rol biológico, social, cultural y religioso de la maternidad, es decir la prolongación de la
especie humana.

Pueden ser algunos de esos motivos, por los que los legisladores extraordinarios
encontraron razonable establecer un trato diferente a las mujeres, entre otros sujetos, en
lo que se refiere a la aplicación de la pena de muerte, sin que ello implique una violación
al principio de igualdad. Además, no es posible que una norma constitucional contradiga
a otra, lo cual implicaría la inconstitucionalidad de la propia Constitución Política y la
violación a toda la normativa internacional que protege a la mujer.

Pero también es cuestionable sobre un tema que se relaciona con la Pena de Muerte y es
el tema de los Derechos Humanos, específicamente el tratamiento que reciben los
Convenios Internacionales en la materia en el ordenamiento jurídico interno.

En este sentido la ratificación de un Tratado o Convenio Internacional involucra la


renuncia a una porción de la soberanía que un Estado ejerce tanto sobre su territorio
como de su potestad legislativa. Esto se explica desde la perspectiva de que un Convenio
o Tratado es un “ACUERDO DE VOLUNTADES REGIDO POR LA BUENA FE”
entre varios Estados, que aprueba voluntariamente aceptando un compromiso como
parte de un trato recíproco que esperan recibir
39

de otro u otros Estados, igualmente soberanos. NO EXISTE IMPOSICION DE


NINGUNA PARTE en la aceptación y ratificación de un Tratado Internacional.

El Artículo 44 de la Constitución Política de la República abre la puerta para que,


en materia de Derechos Humanos, el Estado de Guatemala RECONOZCA Derechos
inherentes a la Persona, aunque no obren en el texto constitucional, únicamente bajo la
condición de que no contradiga los principios constitucionales.

Un Convenio o Tratado internacional, no pasa a equipararse con la norma constitucional,


sino que la propia norma constitucional admite las disposiciones del Convenio como una
NORMA ORDINARIA, que prima en su jerarquía únicamente en cuanto a Derechos
Humanos se refiere, sobre las Normas Ordinarias Internas.

Ahora bien, si el Tratado o Convenio es ratificado, el Estado contratante tiene la


obligación de respetarlo y cumplirlo, pues de lo contrario, enfrentaría responsabilidad
ante la comunidad internacional, por lo tanto Guatemala ya no podría implementar la
pena de muerte a mujeres por delitos graves ya que ha ratificado todos los tratados y
convenios internacionales en materia de derechos humanos.

6. ABOLICIÓN DE LA PENA DE MUERTE, LA PENA DE MUERTE EN EL


MARCO DE LA ONU

Desde su fundación, las Naciones Unidas han manifestado preocupación por el tema de la
pena capital, así el 20 de noviembre de 1959 en su resolución 1396 (XIV), la Asamblea
General invitó al Consejo Económico y Social a iniciar un estudio sobre la pena capital.

La Asamblea General, en su resolución 2857 de 20 de diciembre de 1971, afirmó que “el


objetivo principal era restringir progresivamente el número de delitos en los que se
incurre con dicha pena, sin perder de vista la conveniencia de abolir esa pena en todos los
países.”

En el informe del Secretario General, respecto del período de sesiones sustantivo de


1995, resume, “En su 54º. Período de sesiones, el Consejo Económico y Social pidió al
Secretario General que presentara informes periódicos actualizados y analíticos sobre la
pena capital a intervalos quinquenales a partir de 1975... asimismo... que utilizara todos
los datos disponibles, incluida la actual investigación criminológica, y que los informes
quinquenales, a partir de que se presentara al Consejo en 1995, también trataran
40

la aplicación de las salvaguardias para garantizar la protección de los derechos de los


condenados a la pena de muerte. A partir de esa fecha en este proceso se clasifican tres
grupos:

- Abolicionistas, que son aquellos que no prevén la pena de muerte en sus


legislaciones, ni para los delitos comunes ni para los delitos militares.

- Abolicionistas de facto, son los países que mantienen la pena de muerte para los
delitos comunes, pero no han ejecutado a nadie durante los últimos años cuando menos.
- Retencioncitas, son los países en los que la pena de muerte está vigente y en los
que ha habido ejecuciones.

Al crearse la Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común que


planteaba la protección internacional de los Derechos Humanos, por lo que todos los
pueblos y naciones deben esforzarse; fue creada con la finalidad de ser y despertar la
inspiración de individuos e instituciones a promover mediante la enseñanza y
educación el respeto a tales derechos y libertades, así como que aseguren su
reconocimiento y aplicación universales, la Asamblea General proclama la Declaración
Universal de Derechos Humanos, el artículo 3 de la cuál es de mucha importancia:
“Todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y a la seguridad de su persona”,

Como se percibir en el artículo 3 se encuentra establecido el derecho a la existencia; el


derecho a la vida es el derecho fundamental por antonomasia ya que es el supuesto de
todos los demás derechos de la persona humana; sin él carecen de relevancia los
restantes, premisa que es utilizada para la abolición de la pena de muerte en el
mundo.27

De esta cuenta actualmente más de la mitad de los países del mundo han renunciado a
la pena de muerte. Los países del oeste de Europa (España, Portugal, Francia, Gran
Bretaña, Italia, Suiza, etc.) ya la han abolido, pero la mayoría del este del continente
europeo aún la admiten. La mayoría de países asiáticos y la mitad de los africanos la
siguen ejerciendo, mientras que en Oceanía y el continente americano estos países son
minoría.

Por lo menos desde la Segunda Guerra Mundial existe una tendencia clara a nivel
mundial hacia la abolición de la pena de muerte. En 1977, 16 países eran
abolicionistas de facto, cantidad que asciende en 2007 a 128 y 89 países han abolido la
pena capital para todos los crímenes, 10 para todos excepto

27
Conveción Américana de Derechos Humanos
41

bajo circunstancias especiales (generalmente en estado de guerra), y otros 29 hace más


de 10 años que no la aplican. 69 países aún contemplan la pena de muerte dentro de su
legislación; varios de ellos permiten su aplicación a menores de 18 años (en el 2006
Irán ejecutó a 4 menores, y Pakistán a uno) y donde también se aplica la pena de
muerte a mujeres.

La República Popular China realizó más de 3.400 ejecuciones en 2004, más del 90%
del total mundial. Aunque en algunos casos se emplea un pelotón de ejecución, China
ha decidido recientemente que todas las ejecuciones se realicen mediante inyección
letal, generalmente efectuadas empleando furgonetas de ejecución. Irán realizó 159
ejecuciones en el 2004. En los Estados Unidos de América, Texas es el estado que más
ejecuciones realiza, con 370 entre 1976 y 2006. Singapur es el país con más
ejecuciones per cápita del mundo, con 70 ahorcamientos para una población de cerca
de 4 millones.
Según de datos de 2011, según Amnistía Internacional, la mayoría de las ejecuciones
tuvieron lugar en China, que ejecutó ella sola a más de mil personas (este país no hace
público el dato oficial, que es secreto), más que el resto del mundo en su conjunto.

Arabia Saudí ejecutó a al menos a 82, Corea del Norte al menos a 30, Estados Unidos a
43 (fue el único país americano que ejecutó), Irak al menos a 68, Irán al menos 360,
Somalia a 10 y Yemen al menos a 41.

El uso de la pena de muerte está cada vez más restringido en los países que aún la
aplican. Japón, Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Estados Unidos son las únicas
naciones consideradas primermundistas que mantienen la pena de muerte. Durante los
años 1980, la democratización de América Latina supuso un gran incremento en la
cantidad de países abolicionistas. Tanto la Unión Europea como el Consejo de Europa
exigen de manera estricta a los estados miembros que prohíban expresamente la pena
de muerte, con excepción del Protocolo 6 de la Convención para la Protección de los
Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales, que aún autoriza el uso de la pena
capital dentro de la Unión para crímenes ocurridos en tiempos de guerra.28

El único miembro que aún se acoge a esa excepción es Bielorrusia, ésa es la razón de
que dicho país esté aún excluido del Consejo de Europa. Por otro lado, la rápida
industrialización en Asia ha incrementado la cantidad de estados desarrollados
retencionistas. En dichos países, la pena de muerte cuenta con un amplio apoyo
popular, y recibe poca o ninguna atención por

28
Informe Amnistía Internacional 2011
42

parte del gobierno y los medios. Curiosamente, algunos países africanos y de Oriente
Medio en los que el apoyo a la pena de muerte es bajo, han seguido la misma tendencia
de ignorar el tema.

Algunos países han reanudado la práctica de la pena capital tras haber suspendido las
ejecuciones durante largos periodos. Los casos más notables son los de Estados
Unidos, que suspendió las ejecuciones en 1973 pero volvió a iniciarlas en 1977; la
India, donde no hubo ninguna ejecución entre 1995 y 2004; y Sri Lanka, que
recientemente ha declarado el fin de su moratoria sobre la pena de muerte, pero que
aún no ha realizado ninguna ejecución. En las Filipinas se reintrodujo la pena capital
en 1993 tras su abolición en 1987, pero volvió a ser abolida en 2006.

En los países democráticos, con las notables excepciones de los EEUU y Japón con se
ha resaltado anteriormente, actualmente no se aplica la pena de muerte. El nivel de
apoyo a la pena de muerte varía mucho en cada país, pero con la notable excepción de
los dos países citados, en los países democráticos suele haber menos apoyo a la pena
de muerte que en los autoritarios, pese a que en los autoritarios esta pena se aplica con
frecuencia sin las debidas garantías y por delitos que no son de sangre tal es el caso de
aplicación de la pena de muerte a mujeres. En algunos países abolicionistas, sin
embargo, la mayoría de la población sigue apoyando o ha apoyado la pena de muerte,
pero la abolición ciertamente ha debido ser adoptada a consecuencia de cambios
políticos, como el paso de un régimen autoritario a otro democrático, por considerarse
la abolición como exigible para ser un país democrático respetuoso de los derechos
humanos. También influyó en los países del este de Europa el hecho de que la
abolición se convirtiera en condición necesaria para poder integrarse en la Comunidad
Europea.

En los países partidarios de la pena capital, el punto de vista del gobierno suele tener
un amplio apoyo popular y recibe poca atención de la clase política o los medios de
comunicación. Estados Unidos es una notable excepción: algunos estados han
prohibido la pena de muerte desde hace décadas (el primero en abolirla fue Míchigan
en 1846), mientras otros aún la practican; la pena capital es hoy día un tema polémico
de discusión en ese país. Sin embargo, en otros países es raro que se prohíba la
aplicación de la pena de muerte a consecuencia de una discusión pública activa de sus
méritos y consecuencias.

En los países abolicionistas a veces se reactiva el debate sobre la pena de muerte como
reacción por algún asesinato especialmente brutal, aunque pocos países la han
readmitido después de abolirla. Sin embargo, incrementos
43

súbitos en la cantidad de crímenes violentos, como asesinatos o ataques terroristas, ha


empujado a algunos países, como Sri Lanka o Jamaica, a poner fin a sus moratorias
sobre la pena capital. En los países con pena de muerte, el debate sobre la
conveniencia de la pena capital suele reactivarse cada vez que sale a la luz un caso
de error en su aplicación, aunque este tipo de hechos suelen provocar
modificaciones en el sistema legal para mejorar su aplicación, más que movimientos
hacia la prohibición de su uso.

La tendencia hacia la abolición de la pena de muerte queda reflejada en la evolución de


las resoluciones aprobadas en Naciones Unidas para conseguir una moratoria del uso
de la pena de muerte. El 21 de diciembre de 2010, la sesión plenaria de la Asamblea
General de la ONU aprobó la tercera resolución sobre esta cuestión y fue aprobada por
109 votos a favor, 41 en contra y 35 abstenciones. El número de Estados miembros de
la ONU que apoyaron la resolución en 2010 fue superior a los que votaron a favor de la
de 2008, en este sentido la Asamblea General de la ONU debatirá la cuestión de nuevo
a finales de 2012.

En Guatemala se debatió que la pena de muerte fuera eliminada, en el año 2008 el


Congreso de la República votó por su restitución. Apoyaron esta medida los dos
partidos mayoritarios, Unidad Nacional de la Esperanza y Partido Patriota, que
consideraban necesario mantener este “castigo ejemplar” ante la constante violencia.

La muerte de los ya condenados estaba en espera y con esta decisión podrán ser
ejecutados. Rápidamente Amnistía Internacional emitió un comunicado instando al
presidente a dar marcha atrás y acusando al gobierno de no haber hecho ninguna
medida positiva contra la violencia, en este sentido en Guatemala la pena de muerte
está establecida en su Constitución Política, en la práctica no es aplicada, debido a los
Pactos Internacionales sobre Derechos Humanos aceptados y ratificados por
Guatemala, es decir que la tendencia en el mundo es hacia la abolición de la pena de
muerte, en el marco de los Convenios, tratados y pactos internacionales mismos que
Guatemala ha ratificado.
CAPITULO IV
TENDENCIA DE LA PENA DE MUERTE EN EL MUNDO

A pesar de varios decepcionantes retrocesos en 2012 continuó la tendencia mundial hacia el


fin de la pena de muerte. La aplicación de la pena capital continúa restringida a un grupo
aislado de países, y en todas las regiones del mundo se han observado avances hacia su
abolición.

Sin embargo, algunos países que llevaban mucho tiempo sin hacer uso de la pena de muerte
llevaron a cabo ejecuciones, entre ellos Pakistán (la primera ejecución en más de cuatro años),
India (la primera en más de ocho años) y Gambia (la primera en casi tres decenios). 29

Los principales países ejecutores en 2012 fueron China, Irán, Irak, Arabia Saudí, Estados
Unidos y Yemen, por este orden. China siguió siendo el país del mundo con mayor número de
ejecuciones pero, debido a la falta de transparencia en torno al uso de la pena de muerte en el
país, volvió a ser imposible confirmar los datos para disponer de unas cifras verdaderamente
representativas de la realidad de la pena capital en ese país.

Los conflictos y la agitación continua en Oriente Medio y Norte de África dificultaron la


evaluación de los acontecimientos relacionados con la pena de muerte en la región. Irán
volvió a ser el máximo ejecutor de la región y el segundo del mundo, mientras que en Irak se
observó un alarmante incremento de las ejecuciones, que prácticamente duplicaron la cifra de
2011. Como en el año anterior, Arabia Saudí, Irak, Irán y Yemen fueron responsables del 99
por ciento de todas las ejecuciones confirmadas en la región en 2012.30

Estados Unidos siguió siendo el único país de América donde hubo ejecuciones, pero en
2012 se observó un avance imparable hacia la limitación del uso de la pena capital en el país y
sólo se llevaron a cabo ejecuciones en 9 estados, en comparación con los 13 de 2011. En la
mayoría de los países donde se condenó a muerte o ejecutó a alguien, los procedimientos
judiciales no cumplieron las normas internacionales sobre juicios justos. En algunos, tal
incumplimiento supuso la obtención de “confesiones” mediante tortura u otros malos tratos,
por ejemplo en Afganistán, Bielorrusia, China, Irán, Irak, Corea del Norte, Arabia Saudí y
Taiwán.31

La pena de muerte es un castigo inhumano e innecesario, que supone una violación de dos
derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida y el derecho de toda

29
CARLOS DE LAS HERAS. Responsable del trabajo contra la pena de muerte en Amnistía Internacional, España. 2013.
30
ALAI, Publicaciones América Latina en Movimiento. Agencia Latinoamericana de Información. Mayo. 2013.
31
CARLOS DE LAS HERAS. Responsable del trabajo contra la pena de muerte en Amnistía Internacional, España. 2013.

44
45

persona a no ser sometida a penas crueles, inhumanas o degradantes. La pena de muerte es


discriminatoria y a menudo se utiliza de forma desproporcionada contra las personas
económicamente desfavorecidas, las minorías y los miembros de comunidades raciales,
étnicas o religiosas. Se impone y se lleva a cabo arbitrariamente. El intento de los Estados de
escoger los delitos “más abyectos” y a los “peores” delincuentes de entre los miles de
asesinatos perpetrados cada año es fuente irremediable de fallos inevitables. Mientras la
justicia humana siga sin ser infalible, nunca podrá eliminarse el riesgo de ejecutar a una
persona inocente. 32

Ninguno de los estudios realizados ha podido nunca encontrar pruebas convincentes que
demuestren que la pena capital tiene un mayor poder disuasorio frente al crimen que otros
castigos. Tampoco el estudio acerca de la relación entre la pena de muerte y los índices de
homicidios, elaborado para la ONU en 1988 y actualizado en el año 2002.

1. PROHIBICIONES CONSTITUCIONALES DE LA PENA DE MUERTE

Una de las medidas más importantes que puede tomar un país para garantizar el respeto a
los derechos humanos de todas las personas bajo su jurisdicción es abolir la pena de
muerte suprimiéndola de sus leyes. Si el país prohíbe también la pena de muerte en su
Constitución, la abolición se convierte en algo aún más seguro.
De los 57 países del mundo que hasta la fecha han abolido la pena de muerte para todos los
delitos, 24 han dado un paso más y la han prohibido en la Constitución, en muchos casos
por motivos de derechos humanos.(1) El último fue Islandia, que enmendó su
Constitución en 1995 para que incluyera la prohibición de la pena de muerte. Otros cinco
países (2) tienen disposiciones constitucionales que limitan los delitos por los que puede
imponerse la pena de muerte.33
Este documento incluye los textos de las disposiciones constitucionales a que nos hemos
referido. Estos ejemplos pueden animar a otros países a adoptar disposiciones similares.

En algunos sistemas jurídicos, la Constitución es la ley suprema: otras leyes no deben


entrar en conflicto con ella y es más difícil modificarla que modificar otras leyes. Incluir la
abolición de la pena de muerte en ese tipo de Constitución es una forma de dar solidez a la
abolición estableciendo una base jurídica adicional que puede servir para impedir
cualquier intento precipitado de restablecer la pena.

32
ALAI, Publicaciones América Latina en Movimiento. Agencia Latinoamericana de Información. Mayo. 2013.

33
Amnistía Internacional. Secretariado Internacional. Junio 1996.
46

A menudo una Constitución puede ser vista como la encarnación de los valores más
elevados de un país, que extiende las garantías de derechos humanos a todas las personas
bajo la jurisdicción de ese país. Al incluir la abolición en su Constitución, un país muestra
la importancia que concede a su decisión de abolir la pena de muerte.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte por considerarla una violación de los
derechos humanos y sostiene que viola el derecho a la vida y que es la pena castigo más
cruel, inhumana y degradante. Las prohibiciones constitucionales que vinculan la abolición
de la pena de muerte a los derechos humanos, en particular al derecho a la vida y al
derecho a la seguridad de la persona (y específicamente al derecho a no ser sometido a
torturas u otros tratos o penas crueles inhumanos o degradantes) apoyan la postura de
Amnistía Internacional. Algunas decisiones judiciales respaldan también esta posición, en
particular la decisión del Tribunal Constitucional de Sudáfrica de junio de 1995, según la
cual la pena de muerte atenta contra la Constitución provisional sudafricana por constituir
una violación del derecho a no ser víctima de tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes. 34

También sustenta esta postura la decisión del Tribunal Constitucional del 24 de octubre de
1990 según la cual la pena de muerte viola el derecho a la vida y la dignidad humana,
protegidas por la Constitución. Este apoyo se evidencia también por la adopción de
instrumentos internacionales y regionales que estipulan la abolición de la pena de muerte:
el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
el Protocolo Núm 6 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y
de las Libertades Fundamentales (Convenio Europeo de Derechos Humanos) y el
Protocolo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos Relativo a la Abolición
de la Pena de Muerte.35

2. PAÍSES ABOLICIONISTAS Y RETENCIONISTAS

Más de dos tercios de los países del mundo han abolido la pena de muerte en su legislación
o en la práctica. El número de países abolicionistas y retencionistas se distribuye en la
actualidad de la siguiente forma:

Abolicionistas para todos los delitos: 98


Abolicionistas sólo para delitos comunes: 7
Abolicionistas en la práctica: 35
Cifra total de países abolicionistas en la legislación o en la práctica: 140
34
Amnistía Internacional. Secretariado Internacional. Junio 1996.

35
Amnistía Internacional. Secretariado Internacional. Junio 1996.
47

Cifra total de países retencionistas: 58


A continuación figuran las listas de países conforme a estas categorías: abolicionistas para
todos los delitos, abolicionistas sólo para delitos comunes, abolicionistas en la práctica y
retencionistas.
Al final encontrarán una lista de los países que han abolido la pena de muerte desde 1976.
De su análisis se concluye que en la última década una media de más de tres países al año
ha abolido la pena capital en su legislación o, tras haberlo hecho para los delitos comunes,
han ampliado la abolición a todos los delitos.

3. PAÍSES ABOLICIONISTAS PARA TODOS LOS DELITOS


PAÍSES CUYAS LEYES NO ESTABLECEN LA PENA DE MUERTE PARA NINGÚN
DELITO.

Albania, Alemania, Andorra, Angola, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Azerbaiyán,


Bélgica, Bolivia, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Bután, Burundi, Cabo Verde, Camboya,
Canadá, Chipre, Colombia, Costa de Marfil, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, Ecuador,
Eslovaquia, Eslovenia, España, Estonia, Filipinas, Finlandia, Francia, Gabón, Georgia,
Grecia, Guinea-Bissau, Haití, Honduras, Hungría, Irlanda, Islandia, Islas Cook, Islas
Marshall, Islas Salomón, Italia, Kirguistán, Kiribati, Letonia, Liechtenstein, Lituania,
Luxemburgo, Macedonia, Malta, Mauricio, México, Micronesia, Moldavia, Mónaco,
Montenegro, Mozambique, Namibia, Nepal, Nicaragua, Níue, Noruega, Nueva Zelanda,
Países Bajos, Palau, Panamá, Paraguay, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Checa,
República Dominicana, Ruanda, Rumania, Samoa, San Marino, Santa Sede, Santo Tomé y
Príncipe, Senegal, Serbia (incluido Kosovo), Seychelles, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Timor
Oriental, Togo, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Ucrania, Uruguay, Uzbekistán, Vanuatu,
Venezuela, Yibuti.

4. ABOLICIONISTAS SÓLO PARA DELITOS COMUNES:

Países cuyas leyes establecen la pena de muerte únicamente para delitos excepcionales,
como los delitos previstos en el código penal militar, o los cometidos en circunstancias
excepcionales, como los cometidos en tiempo de guerra.
Brasil, Chile, El Salvador, Fiyi, Israel, Kazajistán, Perú.

5. PAÍSES ABOLICIONISTAS EN LA PRÁCTICA


Países que mantienen la pena de muerte para los delitos comunes como el asesinato pero
que pueden ser considerados abolicionistas de hecho dado que no han ejecutado a nadie
durante los últimos diez años y se cree que mantienen una política o una práctica
establecida de no llevar a cabo ejecuciones. En esta
48

lista se incluyen también países que se han comprometido internacionalmente a no hacer


uso de la pena capital.
Argelia, Benín, Brunei, Burkina Faso, Camerún, Congo (República del), Corea del
Sur, Eritrea, Federación Rusa, Ghana, Granada, Kenia, Laos, Liberia, Madagascar,
Malawi, Maldivas, Malí, Marruecos, Mauritania, Mongolia, Myanmar, Nauru, Níger,
Papúa Nueva Guinea, República Centroafricana, Sierra Leona, Sri Lanka, Surinam,
Suazilandia, Tanzania, Tayikistán, Tonga, Túnez, Zambia.

La Federación Rusa adoptó una moratoria sobre las ejecuciones en Agosto 1996. Sin
embargo, ejecuciones se llevaron a cabo en la República Chechena entre 1996 y 1999.

6. PAÍSES RETENCIONISTAS

Países y territorios que mantienen la pena de muerte para delitos comunes. Afganistán,
Antigua y Barbuda, Arabia Saudí, Autoridad Palestina, Bahamas, Bahréin, Bangladesh,
Barbados, Belice, Bielorrusia, Botsuana, Comoras, Corea del Norte, Cuba, Chad, China,
Dominica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos de América, Etiopía,
Gambia, Guatemala, Guinea, Guinea Ecuatorial, Guyana, India, Indonesia, Irak, Irán,
Jamaica, Japón, Jordania, Kuwait, Laos, Lesoto, Líbano, Libia, Malaisia, Nigeria, Omán,
Pakistán, Qatar, República Democrática del Congo, San Cristóbal y Nevis, San Vicente
y las Granadinas, Santa Lucía, Singapur, Siria, Somalia, Sudán, Sudán del Sud,
Tailandia, Taiwán, Trinidad y Tobago, Uganda, Vietnam, Yemen, Zimbabue.

7. PAÍSES QUE HAN ABOLIDO LA PENA DE MUERTE DESDE 1976:


1976: Portugal abolió la pena de muerte para todos los delitos. 1978:
Dinamarca abolió la pena de muerte para todos los delitos.
1979: Luxemburgo, Nicaragua y Noruega abolieron la pena de muerte para todos los
delitos. Brasil, Fiyi y Perú abolieron la pena de muerte para los delitos comunes.
1981: Francia y Cabo Verde abolieron la pena de muerte para todos los delitos. 1982:
Países Bajos abolió la pena de muerte para todos los delitos.
1983: Chipre y El Salvador abolieron la pena de muerte para los delitos comunes. 1984:
Argentina abolió la pena de muerte para los delitos comunes.
1985: Australia abolió la pena de muerte para todos los delitos.
1987: Haití, Liechtenstein y la República Democrática Alemana (1) abolieron la pena
de muerte para todos los delitos.
1989: Camboya, Nueva Zelanda, Rumania y Eslovenia (2) abolieron la pena de muerte
para todos los delitos.
49

1990: Andorra, Croacia (2), la República Federativa Checa y Eslovaca (3), Hungría,
Irlanda, Mozambique, Namibia y Santo Tomé y Príncipe abolieron la pena de muerte para
todos los delitos.
1992: Angola, Paraguay y Suiza abolieron la pena de muerte para todos los delitos.
1993: Guinea-Bissau, Hong Kong (4) y Seychelles abolieron la pena de muerte para todos
los delitos.
1994: Italia abolió la pena de muerte para todos los delitos.
1995: Yibuti, Mauricio, Moldavia y España abolieron la pena de muerte para todos los
delitos.
1996: Bélgica abolió la pena de muerte para todos los delitos.
1997: Georgia, Nepal, Polonia y Sudáfrica abolieron la pena de muerte para todos los
delitos. Bolivia abolió la pena de muerte para los delitos comunes.
1998: Azerbaiyán, Bulgaria, Canadá, Estonia, Lituania y Reino Unido abolieron la pena de
muerte para todos los delitos.
1999: Timor Oriental, Turkmenistán y Ucrania abolieron la pena de muerte para todos
los delitos. Letonia abolió la pena de muerte para los delitos comunes.
2000: Albania abolió la pena de muerte para los delitos comunes. Costa de Marfil y Malta
abolieron la pena de muerte para todos los delitos.
2001: Bosnia y Herzegovina abolió la pena de muerte para todos los delitos. Chile abolió la
pena de muerte para los delitos comunes.
2002: Chipre y Yugoslavia (ahora dos Estados, Serbia y Montenegro abolieron la pena de
muerte para todos los delitos.
2003: Armenia abolió la pena de muerte para todos los delitos.
2004: Bután, Grecia, Samoa, Senegal y Turquía abolieron la pena de muerte para todos los
delitos.
2005: Liberia y México abolieron la pena de muerte para todos los delitos. 2006;
Filipinas abolió la pena de muerte para todos los delitos.
2007: Albania, Islas Cook, Kirguistán y Ruanda abolieron la pena de muerte para todos
los delitos. Kazajistán abolió la pena de muerte para los delitos comunes.
2008: Uzbekistán y Argentina abolieron la pena de muerte para todos los delitos. 2009:
Bolivia, Burundi y Togo abolieron la pena de muerte para todos los delitos. 2010: Gabón
abolió la pena de muerte para todos los delitos.
2012: Letonia abolió la pena de muerte para todos los delitos.

Notas:
En 1990, la República Democrática Alemana se unificó con la República Federal
Alemana, donde la pena de muerte se había abolido en 1949.
Eslovenia y Croacia abolieron la pena de muerte cuando eran aún repúblicas de la
República Federativa Socialista de Yugoslavia. Las dos repúblicas obtuvieron su
independencia en 1991.
50

En 1993, la República Federativa Checa y Eslovaca se dividió en dos Estados, la


República Checa y la República Eslovaca.
En 1997, Hong Kong fue devuelto a la soberanía china como región administrativa
especial. Amnistía Internacional tiene entendido que la región administrativa sigue siendo
abolicionista.
En 1999, el parlamento letón aprobó la ratificación del Sexto Protocolo del Convenio
Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales,
con lo que quedó abolida la pena de muerte para delitos cometidos en tiempos de paz.
En 2000, Albania ratificó el Sexto Protocolo del Convenio Europeo para la Protección de
los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, con lo que quedó abolida la
pena de muerte para delitos cometidos en tiempos de paz.
En 2007, ratificó el Protocolo núm. 13 del Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, con lo que quedó abolida la pena
de muerte para todos los delitos.
En 2001, Bosnia y Herzegovina ratificaron el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con lo que quedó abolida la pena de muerte
para todos los delitos.

En 2005, Liberia ratificó el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos, con lo que quedó abolida la pena de muerte para todos los
delitos.

Montenegro ya había abolido la pena de muerte en 2002, cuando formaba parte de la


Unión de Estados de Serbia y Montenegro. El 28 de junio de 2006 se convirtió en un
Estado miembro independiente de Naciones Unidas. El 6 de junio de 2006 entró en vigor
su ratificación del Protocolo núm. 13 del Convenio Europeo para la Protección de los
Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, con lo que quedó abolida la pena
de muerte para todos los delitos.

8. PENA DE MUERTE EN AMÉRICA LATINA:

La pena de muerte ha sido aplicada por todos los países de América Latina en algún
momento histórico, aunque a inicios del siglo XXI está prohibida en la mayoría. Solamente
Bahamas, Cuba, Guatemala, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago y algunas de las
Pequeñas Antillas continúan aplicándola. Además, en Bolivia y Perú algunas comunidades
indígenas continúan ejecutando a ladrones, secuestradores y otros criminales, haciéndolo
al margen de la ley. Cabe destacar que sí sucedieron ejecuciones de personas durante el
siglo XX entre los años 60 y 90, época en la cual varios países sudamericanos
cayeron bajo regímenes
51

dictatoriales militares o cívico-militares. En general se ajustició a los opositores al régimen


de turno.36

9. LA FALACIA DE LA PENA DE MUERTE

Aunque en Latinoamérica varias circunstancias han propiciado que se alcen algunas voces
pidiendo que ese se reinstaure, la tendencia global hacia la abolición de la pena de muerte
parece imparable.
El reto que tienen por delante quienes luchan por que se prohíba la pena de muerte siempre
es grande porque nunca hay garantías suficientes de que, el día de mañana, la misma no
será instaurada, restablecida o aplicada con mayor frecuencia en uno u otro rincón del
mundo. Hace un año, cuando Amnistía Internacional presentó su informe sobre la
administración de la pena capital correspondiente a 2008, se constató que, aunque cada vez
menos países la aplican, el número de ejecuciones en aquellos que sí lo hacen casi se
duplicó. A finales de marzo, Amnistía Internacional hará público su reporte
correspondiente a 2009.37

10. ¿TEMORES EXAGERADOS?

En 2008, Latinoamérica emitió señales positivas con la decisión de Argentina de borrar la


pena capital de su legislación. Sin embargo, cabe preguntarse si esta tendencia se mantuvo
en la región o si se revirtió en el transcurso de los últimos meses. Después de todo, la
posición sociopolítica de cara a la pena de muerte varía de país a país y, en la última
década, una compleja madeja de circunstancias ha propiciado que se alcen voces pidiendo
que ese castigo se reinstaure.
En Bolivia, algunos temen que la homologación del estatus del derecho indígena con el del
derecho de Estado pueda legitimar indirectamente la pena capital en ese país, a pesar de
que su Constitución restringe su aplicación a los delitos de guerra. La emisora alemana
Deutschlandfunk reportaba a principios de 2010 que el número de linchamientos y
asesinatos rituales estaba creciendo en la población indígena, y que la policía boliviana no
intervenía para evitar estos excesos por creer que sus autores materiales actuaban acorde
con la “justicia comunitaria”.

11. APOLOGÍA DE LA PENA CAPITAL

Cuba y Guatemala están entre los pocos países de América Latina en donde la pena capital
sigue siendo legal. En Guatemala, la aplicación de la misma se suspendió en 2002 y
volvió a activarse en 2008 bajo argumentos como el del

36
EVAN ROMERO-CASTILLO. Derechos humanos en Latinoamérica. Venezuela. 2013
37
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA: Presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. La pena de muerte se habrá
relegado a los libros de historia en menos de 20 años. Amnistía Internacional. 2013.
52

general retirado y político conservador Otto Pérez Molina: “la pena de muerte es la única
medida para disuadir a los delincuentes”. Pero la apología de la pena capital no proviene
solamente de la derecha: en enero de este año, el Partido Verde Ecologista de México
propuso reimplantar este castigo, alegando que, ante el auge de los secuestros y los
homicidios, la mayoría de la población estaba de acuerdo con la medida.38

En este sentido se puede señalar que la noción de la pena capital como medida de
seguridad preventiva no es aceptada en los campos del derecho penal y la criminología
porque su efecto disuasivo carece de evidencias empíricas; no hay pruebas de que la pena
de muerte garantice el cumplimiento de las leyes ni la reducción de la violencia. No
obstante, diversos sectores de las sociedades de El Salvador, Honduras, Colombia y Perú
han pedido que se reimplante y se amplíe la aplicabilidad de la condena a muerte para
ponerle coto a la violencia y al crimen organizado.

12. LA INSTRUMENTALIZACIÓN DEL DEBATE

En América Latina, la popularidad de la pena de muerte varía dependiendo directamente


de la percepción que predomine en relación con el estado de la seguridad pública. El
incremento en el número de crímenes violentos genera preocupación, temor y frustración
en la población, y, a veces, estos sentimientos son explotados por políticos demagogos que
se hacen elegir apelando al discurso de la ‘mano dura’, que incluye la aplicación de la pena
capital, explica José Miguel Vivanco, director para las Américas de la organización
Human Rights Watch (HRW).39

El debate en torno a la pena capital resurge esporádicamente en detrimento de discusiones


importantes sobre la necesidad de reformar el aparato judicial, agilizar los procesos
penales e invertir en la profesionalización de las policías. Pues se sigue contando con
policías muy mal pagadas, acostumbradas a la corrupción, sin controles internos ni
externos, que abusan de su poder y que, en muchos casos, ya se hallan penetradas por las
mafias, el narcotráfico y el crimen organizado.40

13. LATINOAMÉRICA, A TONO CON EUROPA

La política contemporánea es testigo de la tendencia creciente de las sociedades a esperar


que la “mano dura” de los Gobiernos se haga tangible a través del

38
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA: Presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. La pena de muerte se habrá
relegado a los libros de historia en menos de 20 años. Amnistía Internacional. 2013.
39
EVAN ROMERO-CASTILLO. Derechos humanos en Latinoamérica. Venezuela. 2013
40
ELEONORA TAFURO DD.HH. Revista + explicado. España. 2013
53

derecho penal. “Especialmente en países como Venezuela, es evidente la gestación de un


marco que estimula la expansión cuantitativa y cualitativa del derecho penal y con ello, la
reivindicación de sanciones duras como la pena de muerte y, además, cierta justificación
de versiones extralegales de la misma”, aludiendo al primer país en abolir la pena de
muerte para todos los delitos.
Entonces, ¿está América Latina propensa a padecer la expansión de la pena de muerte? no
del todo, como es evidente en los informes. Los esfuerzos de Estados Unidos por imponer
la pena de muerte en el sistema judicial de su Estado Libre Asociado Puerto Rico en 2006
no funcionaron. Estados Unidos y Latinoamérica representan dos escenarios jurídico-
culturales diferentes: el anglosajón y el continental-europeo, respectivamente. Durante los
años ochenta, la democratización de América Latina supuso un gran incremento en la
cantidad de países que abolieron la pena capital41

14. RAZONES PARA EL OPTIMISMO

Suena optimista cuando se refiere a la tendencia mundial hacia la abolición de la pena de


muerte; tendencia que se describe como “imparable” y en la que sigue viéndose reflejada
la mayoría de los países latinoamericanos. Desde 1990 más de 40 países y territorios han
abolido la pena capital para todos los delitos. Hay que destacar como un hito histórico que,
el 18 de diciembre de 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una
resolución a favor de una moratoria en la pena de muerte en todo el mundo. La resolución
fue adoptada por una amplia mayoría: 104 países votaron a favor, 52 en contra y 29 se
abstuvieron. Otro obstáculo en el camino de quienes promueven la pena capital en
Latinoamérica es de índole jurídica: la Convención Interamericana de Derechos Humanos
establece que la pena de muerte no puede ser restablecida en los países donde ya ha sido
abolida y ese documento tiene carácter vinculante.42

15. PENA DE MUERTE EN AMÉRICA LATINA POR


PAÍS CUBA
Es el único país de la zona que aplica la pena de muerte; las últimas ejecuciones que se
hicieron públicas se produjeron en 2003. Tres hombres que secuestraron un barco para
llegar a Miami fueron capturados por la policía cubana y posteriormente condenados a la
pena capital mediante fusilamiento.

En una Nota Oficial, fechada el 11 de abril del 2003, el Gobierno de Cuba dio a conocer
al pueblo cubano y a la opinión pública en general, que la Sala de los Delitos contra la
Seguridad del Estado del Tribunal Popular de la Ciudad de la Habana, en Juicio
Sumarísimo, tal y como está previsto en los Artículos 479 y

41
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA: Presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. La pena de muerte se habrá
relegado a los libros de historia en menos de 20 años. Amnistía Internacional. 2013.
42
ELEONORA TAFURO DD.HH. Revista + explicado. España. 2013
54

480 de la Ley de Procedimiento Penal, había considerado probados los hechos cometidos
por los ciudadanos, Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla y Jorge
Luis Martínez Isaac, secuestradores de la embarcación de pasajeros "Baraguá", y que
estos "constituían graves delitos de terrorismo previstos en la Ley 93 contra Actos de
Terrorismo, del 24 de diciembre del 2,001," siendo sancionados los mismos a la Pena
Capital. La sanción de muerte en Cuba se ejecuta por fusilamiento, y fue aplicada en la
madrugada de ese día.43

ARGENTINA
Respecto a Argentina, considera a los desaparecidos entre 1976 y 1983 como ejecutados
legalmente, puesto que se trataba de ejecuciones realizadas subrepticiamente. El 6 de
agosto de 2008 el Congreso de la Nación abolió el Código de Justicia Militar, que era el
último remanente de aplicación posible de la pena de muerte en el país.44

CHILE
En Chile la pena de muerte fue derogada en 2001 por Ley Nº 19.734, que modificó
diversas leyes y normativas (entre ellas, el Código Penal, la Ley de Seguridad del Estado y
el Código de Justicia Militar), reemplazando la pena capital con la de presidio perpetuo
calificado. El Código Penal establece, en su artículo 32 bis regla 1ª, que aquel condenado
por esta última pena no podrá optar a la libertad condicional sino una vez transcurridos 40
años de privación de libertad efectiva.

En el caso de la Justicia Militar, la pena de muerte se mantiene para los tiempos de guerra.
También se contempla en la Constitución en su Artículo 19, número 1, que indica que la
pena de muerte sólo podrá establecerse por delito contemplado en ley aprobada con
quórum calificado. La Constitución Política de Chile, en su articulado transitorio Primero,
mantuvo vigente las disposiciones anteriores a ella que se referían a la pena de muerte,
hasta la dictación de las leyes de quórum calificado que nunca hasta la derogación de la
pena de muerte se dictaron.

La pena de muerte como castigo máximo se aplicó en Chile desde tiempos coloniales. En
Chile 58 personas fueron condenadas por los tribunales a la pena de muerte desde que ésta
fuera incluida en el ordenamiento jurídico en 1875. Del total, 29 de ellos habían
cometido robo con homicidio; 24, homicidio calificado; uno por asalto con homicidio;
uno por homicidio con incendio y tres por homicidio con violación. El primer ejecutado
fue acusado de robo con homicidio y enfrentó el pelotón de fusilamiento el 3 de febrero
de 1890. La última vez que se aplicó fue

43
EVAN ROMERO-CASTILLO. Derechos humanos en Latinoamérica. Venezuela. 2013
44
EVAN ROMERO-CASTILLO. Derechos humanos en Latinoamérica. Venezuela . 2013
55

el 29 de enero de 1985, terminando con la vida de los carabineros Carlos Alberto Topp
Collins y Jorge Sagredo Pizarro, responsables de una docena de homicidios en serie
perpetrados en Viña del Mar.45

COSTA RICA
El 26 de abril de 1882, por Decreto N° VII, el presidente Tomás Guardia adoptó algunas
modificaciones a la Constitución de 1871 y el artículo 45 fue sustituido por el
siguiente: “La vida humana es inviolable en Costa Rica”, convirtiéndose en el tercer país
del mundo en abolir la pena de muerte.

GUATEMALA
La constitución guatemalteca contempla la pena de muerte, dándole la facultad al
Congreso de abolirla, y se le garantiza al reo hasta el último recurso. Aunque la última
ejecución de la pena máxima en el país fue hace 11 años, ésta sigue estando contemplada
en el Código Penal, justificación a la que se aferran ciertos partidos políticos y un alto
porcentaje de sociedad civil.

Con las 2 aplicadas en el 2000, son 5 el número de ejecutados desde la firma de los
Acuerdos de Paz de 1996. El ex-Presidente Alfonso Portillo, que llevaba en el poder poco
más de 6 meses, renunció a su potestad de indultar a los penados a muerte. Ante esta
situación la Corte de Constitucionalidad resolvió que la ley que regula el proceso y que
data de 1982 no especifica qué autoridad debe encargarse de valorar los recursos de
gracia presentados por los condenados, por lo que le correspondía al Congreso legislar
para enmendar este vacío legal. Mientras, la pena capital quedó en suspenso.

El 12 de febrero de 2008 el congreso votó por la aprobación de una nueva ley que volvió a
facultar al Presidente en curso para decidir sobre los indultos. Apoyaron esta medida los
dos partidos mayoritarios, Unidad Nacional de la Esperanza y Partido Patriota, El partido
Encuentro por Guatemala votó en contra. Amnistía Internacional emitió un comunicado
instando al presidente a dar marcha atrás. Álvaro Colom decidió vetarla, al considerar que
esta forma de castigo entra en contradicción con el derecho a la vida del reo, la
retroactividad de la ley y los compromisos internacionales firmados por Guatemala como
miembro de la Convención Americana de Derechos Humanos, posición que ha mantenido
hasta el día de hoy.46

PUERTO RICO
En Puerto Rico la pena de muerte no es legal. Se aplicó hasta que en 1952 se aprobó la
constitución prohibiendo este castigo capital. En 2006 el gobierno de los

45
EVAN ROMERO-CASTILLO. Derechos humanos en Latinoamérica. Venezuela. 2013
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EVAN ROMERO-CASTILLO. Derechos humanos en Latinoamérica. Venezuela. 2013
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Estados Unidos quiso imponer la pena capital en la isla. Esto originó una fuerte
controversia entre el gobierno estadounidense y las autoridades puertorriqueñas. El
gobierno estadounidense prefirió retirar su propuesta.

URUGUAY
La pena de muerte en Uruguay fue abolida por la Ley Nº 3238 del 23 de septiembre de
1907, durante el gobierno de Claudio Williman. La misma establece en su artículo 1º:
Queda abolida la pena de muerte que establece el Código Penal. Queda igualmente abolida
la pena de muerte que establece el Código Militar.
La última ejecución se había llevado a cabo en el departamento de Maldonado el 29 de
septiembre de 1902.5

VENEZUELA
La abolición legal de pena de muerte sucedió en 1863, bajo la presidencia de Juan
Crisóstomo Falcón, con el decreto de Garantías. Esta abolición será inscrita en la nueva
Constitución de 1864.7 Desde esta fecha, la prohibición de la pena de muerte ha estado
inscrita en todas las constituciones de la República, siendo el primer Estado abolicionista
del mundo.

OTRAS REGIONES
En otras regiones todavía se contempla la posibilidad de ejecutar a ciertos criminales. Se
trata de países como Bahamas, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago y algunas de las
Pequeñas Antillas. En las colonias europeas pertenecientes a Francia, el Reino Unido y los
Países Bajos la pena de muerte no es legal.

16. CUANDO EL ASESINO ES EL ESTADO: LOS 5 PAÍSES QUE MÁS


APLICAN LA PENA DE MUERTE:

La reciente publicación del informe de Amnistía Internacional (AI) sobre el estado de la


pena de muerte en el mundo en 2012 nos muestra los enormes avances realizados a lo
largo de los años con respecto a la abolición de la pena capital. Por un lado, hoy los
estados que matan son cada vez menos y por el otro, asistimos a la consolidación de una
cultura global cada vez más orientada a abolir la pena de muerte.47

En 2012, al menos 1.722 personas fueron condenadas a muerte en 58 países. Este dato, a
pesar de ser escalofriante, representa una disminución si lo comparamos con las cifras
de los años inmediatamente anteriores. En 2011,

47
ELEONORA TAFURO DD.HH. Revista + explicado. España. 2013
57

1.923 personas fueron condenadas en 63 países en todo el mundo y de 2010, se dictaron


2.024 sentencias de muerte en 67 estados.
En enero de 2012, Letonia abolió formalmente la pena de muerte. El país báltico era el
único país de la Unión Europea cuyo código penal contemplaba la pena capital, aunque
solo para actos cometidos en tiempos de guerra y en las últimas décadas prácticamente no
hubo casos. El único país en Europa que sigue aplicando la pena de muerte es Bielorrusia,
como ya explicamos en este artículo. En cambio, Japón y Estados Unidos son los únicos
países del G8 que persisten en emplear la pena capital.

Aunque es evidente que la tendencia es positiva, el informe de AI señala que todavía


queda mucho por hacer para erradicar por completo la pena de muerte. Si bien es cierto
que existe una disminución de las ejecuciones en los países que aplican la pena capital,
parece existir también una tendencia a la concentración de las ejecuciones en algunas
zonas geográficas y países. El ejemplo más claro de esta regionalización de la pena de
muerte es el hecho de que las tres cuartas partes de las ejecuciones a nivel mundial se
concentraron en 3 países: Irak, Irán y Arabia Saudí.48

17. LOS 5 ESTADOS QUE MÁS APLICAN LA PENA DE MUERTE

China
No solo es el país donde más ejecuciones hay en el mundo, sino que también es el menos
transparente. A pesar de que China defiende que ha habido una sustancial disminución en
el número de ejecuciones, AI cree que ascienden a miles y rechaza incluir las estadísticas
del gigante asiático por su poca fiabilidad, ya que el Gobierno considera los datos sobre
ejecuciones como secreto de Estado.

Irán
Con 314 ejecuciones declaradas, el régimen de Mahmoud Ahmadinejad ocupa el segundo
lugar de la lista. No solo asesinos o enemigos del Estado: en Irán también se ejecutan a
apóstatas y homosexuales.

Irak
Al menos 129 personas han sido ejecutadas en 2012. Es el único país de la región (junto
con la franja de Gaza), donde las ejecuciones se han casi duplicado con respecto a 2011.
La situación política del país tiene mucho que ver con este aumento. De hecho, los cargos
más generalizados son el terrorismo y la connivencia con el régimen de Saddam Hussein.

48
ANTONIO MUÑOZ AUNIÓN. POR LA ABOLICIÓN UNIVERSAL DE LA PENA DE MUERTE. Valencia, España. 2010
58

Arabia Saudí
79 personas han sido ajusticiadas en 2012 y los métodos más extendidos son la
decapitación pública y la crucifixión, aplicados incluso para delitos menores como puede
ser el robo de unas joyas. Pero además de la pena capital, en Arabia Saudí la tradición
arcaica del ojo por ojo sigue siendo un principio rector de la justicia. A este respecto,
podemos mencionar el caso de un hombre al que supuestamente le habrían inducido una
parálisis quirúrgicamente como condena por haber causado una parálisis a otra persona.

Estados Unidos
Si el país americano se conoce por ser un lugar de contradicciones extremas, la
persistencia de la pena capital representa seguramente una de sus mayores paradojas. En
EEUU se puede observar una tendencia a la reducción de los estados que aplican la pena
de muerte: hubo 43 ejecuciones a lo largo de 2012 (el mismo dato de 2011), de las cuales
tres cuartas partes se concentraron en 4 estados (Arizona, Missisipi, Oklahoma y Texas),
mientras que ascienden a 18 los estados abolicionistas (de un total de 32 en los que sí se
contempla la pena capital).49

18. LA PENA DE MUERTE EN EL DERECHO INTERNACIONAL

La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la


ONU en diciembre de 1948, reconoce el derecho de toda persona a la vida. En su artículo
5, establece claramente que “nadie será sometido a tortura ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes”. En opinión de Amnistía Internacional, la pena de muerte viola
estos derechos. La comunidad de naciones ha adoptado cuatro tratados internacionales que
prevén expresamente la abolición de la pena capital. A lo largo de los años, varios
órganos de la ONU han debatido y aprobado medidas encaminadas a apoyar el
llamamiento en favor de una abolición mundial de la pena de muerte.50

En diciembre de 2007 y 2008, la Asamblea General de la ONU aprobó respectivamente las


resoluciones 62/149 y 63/168, en las que se pedía una moratoria del uso de la pena de
muerte. Desde entonces, otros organismos regionales o coaliciones de la sociedad civil han
aprobado resoluciones y declaraciones en las que piden la suspensión de las ejecuciones
como un paso hacia la abolición de la pena de muerte en todo el mundo.51

49
ELEONORA TAFURO DD.HH. Revista + explicado. España. 2013
50
FEDERICO MAYOR ZARAGOZA: Presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte. La pena de muerte se habrá
relegado a los libros de historia en menos de 20 años. Amnistía Internacional. 2013.

51
Amnistía Internacional
59

Estas resoluciones no son legalmente vinculantes para los gobiernos, pero constituyen
importantes logros para el movimiento abolicionista y suponen un avance incesante hacia
la completa desaparición de la pena de muerte en el derecho internacional.

19. NORMAS INTERNACIONALES SOBRE LA PENA DE MUERTE


Extractos, organizados por temas, de instrumentos internacionales y de otras
declaraciones autorizadas que guardan relación con la abolición de la pena de muerte.

20. RATIFICACIONES DE TRATADOS INTERNACIONALES


La comunidad de naciones ha aprobado cuatro tratados internacionales que establecen la
abolición de la pena de muerte. Uno de ellos es de ámbito mundial y los otros tres,
regionales. Aquí encontrarás información sobre los tratados y su estado de ratificación. 52

Suspensión de las ejecuciones, ya. Resolución de la Asamblea General de la ONU en


2010 sobre una moratoria del uso de la pena de muerte
La Asamblea General de la ONU consideró la adopción de una tercera resolución sobre
una moratoria del uso de la pena de muerte en su 65 periodo anual de sesiones a finales de
2010.
Resoluciones 62/149 y 63/168 de la Asamblea General de la ONU sobre la aplicación de
la pena de muerte53

En 2007 y 2008, la Asamblea General de la ONU adoptó dos resoluciones que respaldan la
petición de una moratoria mundial de las ejecuciones.
Organizaciones regionales intergubernamentales y sociedad civil: instrumentos para
respaldar una moratoria mundial de las ejecuciones Tras la adopción de estas resoluciones,
organismos regionales y coaliciones de la sociedad civil expresaron su apoyo a una
moratoria mundial de las ejecuciones y pidieron a los gobiernos que la aplicasen.54

52
Amnistía Internacional
53
Informe de Amnistía Internacional 2012

54
Informe 2012 de Amnistía Internacional.
CONCLUSIONES

1. En la discusión sobre la aplicación de la pena de muerte, se ven implicadas muchas


disciplinas, etiquetadas bajo el nombre de Ciencias sociales, que van desde la sociología a
la criminología, pasando por la política, la filosofía, la ética y el derecho entre otras.
También es evidente, que la religión, a pesar de no ser una de estas disciplinas, también se
ve implicada, puesto que la religión también da una visión del mundo y de las personas, así
como de la vida y la muerte.

2. De manera general, la pena es la privación de un bien jurídico que se aplica frente a


quien haya cometido un delito a fin de corregirlo y de prevenir posibles futuros ataques
contra la sociedad; es impuesta por el derecho de castigar que ostenta el Estado, a quien
haya sido encontrado culpable de la comisión de un ilícito penal, como consecuencia de la
misma y en virtud a una sentencia condenatoria que ponga fin al estado de inocencia que
se presume de una persona.

3. La sanción de la pena de muerte tiene más allá un valor humano que jurídico, ello porque
si bien se conoce que muchos ordenamientos jurídicos en el mundo no la ha abolido y le
da cierta libertad al legislador de habilitarla por ley de quórum calificado, son realmente
los miembros de la sociedad quienes alzan el tema ante un hecho controversial como
posible alternativa a la resolución de un delito.

4. El Estado es la coacción legítima y específica; es la fuerza bruta legitimada como última


ratio, que mantiene el monopolio de la violencia a través de instituciones reguladoras y la
aplicación de las leyes a través de castigos, sanciones y penas, en este caso
específicamente la pena de muerte.

5. La tendencia hacia la abolición de la pena de muerte queda reflejada en la evolución de las


resoluciones aprobadas en Naciones Unidas para conseguir una moratoria del uso de la
pena de muerte. Actualmente más de la mitad de los países del mundo han renunciado a la
pena de muerte. Los países del oeste de Europa (España, Portugal, Francia, Gran Bretaña,
Italia, Suiza, etc.) ya la han abolido, pero la mayoría del este del continente europeo aún la
admiten. La mayoría de países asiáticos y la mitad de los africanos la siguen ejerciendo,
mientras que en Oceanía y el continente americano estos países son minoría.

6. En el mundo la mayoría de países ya no contemplan la pena de muerte, sin embargo en


países democráticos como los Estados Unidos pertenece al grupo que aún la mantienen
vigente y dentro de su legislación los Estados donde se aplica, las mujeres no son
excluidas de la pena de muerte ya que en la actualidad han sido ejecutadas y otras se
encuentran en el corredor de la muerte.

60
61

7. La Constitución de la República de Guatemala contempla la pena de muerte, dándole la


facultad al congreso de abolirla, y se le garantiza al reo hasta el último recurso. Aunque la
última ejecución de la pena máxima en el país fue hace 14 años, ésta sigue estando
contemplada en el Código Penal, justificación a la que se aferran ciertos partidos
políticos y un alto porcentaje de sociedad civil que está a favor de la pena de muerte.

8. En algún momento de la historia de la pena de muerte en Guatemala la legislación


contempló la pena de muerte, pero actualmente tanto la Constitución de la República de
Guatemala como el Código Penal regulan la pena de muerte, sin embargo en estas dos
normativas excluye de aplicación de la pena de muerte a las mujeres, ya que según algunas
ponencias es discriminatoria al hacer esta exclusión.

9. Es importante señalar que, según el Artículo 46 de la Constitución de Guatemala: Se


establece el principio general de que en materia de derechos humanos, los tratados y
convenciones aceptados y ratificados por Guatemala, tienen preeminencia sobre el derecho
interno.

10. La Convención Interamericana de Derechos Humanos y el Pacto de Derechos Civiles y


Políticos fueron ratificados antes de que entrara en vigor la actual constitución
guatemalteca, lo cual confirma que el constituyente, al reconocer la jerarquía mencionada,
lo hacía con conocimiento pleno e intención de incorporar estos instrumentos
internacionales de Derechos Humanos con preeminencia al sistema jurídico guatemalteco.

11. Los encargados de misión consideran que varios de los aspectos del sistema jurídico
guatemalteco contravienen gravemente los siguientes lineamientos establecidos en el
Artículo 6 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), en el
Artículo 4 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y en las
salvaguardas para garantizar la protección de los derechos de los condenados a la pena de
muerte de Naciones Unidas.

12. En Guatemala existe una moratoria que data de más de doce, cuando fueron aceptados
tratados internacionales al respecto, como es el denominado Pacto de San José, dicha
iniciativa cobró más fuerza a raíz de la visita a esta nación de la Alta Comisionada para los
Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, cuando recomendó al poder Legislativo
suprimir ese castigo; basando su petición en el artículo de la Constitución guatemalteca
que da a los parlamentarios la potestad de eliminar la pena de muerte sin obligar a una
reforma en la Carta Magna.
RECOMENDACIONES

1. Revisar toda la legislación nacional con el objeto de encaminarla al cumplimiento de


los acuerdos, convenios y pactos en materia de derechos humanos de los cuales
Guatemala ha ratificado, en el sentido que no sea excluyente en relación a la aplicación
de la pena de muerte, ya que en ningún momento podrá incluirse la pena de muerte para
mujeres, pues el marco de las Naciones Unidas no lo permite.

2. Proceder a una reforma constitucional, conforme a lo establecido en el artículo 278 con


el fin de que el orden jurídico guatemalteco cumpla a cabalidad con los estándares
internacionales.

3. Instaurar un procedimiento de solicitud de recurso de gracia en conformidad con el


Pacto de San José, así como de las Salvaguardias de las Naciones Unidas para garantizar
la protección de los derechos de los condenados a la pena de muerte (aprobadas por el
Consejo Económico y Social en su resolución 1984/50 del 25 de Mayo de 1984).
También se debe garantizar por ley que no se puedan realizar ejecuciones mientras la
solicitud de gracia se encuentre en curso.

4. Elaborar el diseño e implementación de una campaña abolicionista, con el fin de lograr


la abolición total de la pena de muerte, impulsando una campaña donde se coordinen
esfuerzos de la Procuraduría de Derechos Humanos, ONGs y académicos, tomando en
cuenta que Guatemala y Cuba son los únicos países que aún tienen la pena de muerte en
su legislación.

5. No tratar de seguir tendencias y modelos europeos o latinoamericanos, porque en


materias tan fundamentales como el derecho a la vida o la libertad no existe política
criminal o legislación que pueda afectar estos derechos sin que al mismo tiempo surjan
voces de rechazo por parte de la comunidad internacional.

62
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