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¿QUE QUIERES SER?

Cuando un ganador comete un error, dice: Yo me equivoqué. Cuando un perdedor


comete un error dice: No fue mi culpa.
Un ganador trabaja más fuerte que un perdedor y tiene más tiempo. Un perdedor esta
siempre ocupado para hacer lo que es necesario.
Un ganador enfrenta y supera el problema. Un perdedor le da vueltas y nunca logra
pasarlo.
Un ganador se compromete. Un perdedor hace promesas.
Un ganador dice yo soy bueno, pero no tan bueno como a mi me gustaría ser. Un
perdedor dice: Yo no soy tan malo como lo es mucha gente.
Un ganador escucha, comprende y responde. Un perdedor solo quiere hablar.
Un ganador respeta a aquellos que son superiores a el y trata de aprender algo de ellos.
Un perdedor se resiente con aquellos que son superiores a el y trata de encontrarle los
defectos.
Un ganador se siente responsable por algo más que su trabajo. Un perdedor no colabora
y siempre dice: Yo sólo hago mi trabajo.
Un ganador dice: Debe haber una mejor forma de hacerlo. Un perdedor dice: Esta es la
única manera en que siempre lo hemos hecho.
La felicidad no depende de las circunstancias. Los que no saben dicen: Si mis
circunstancias fueran mejores yo sería feliz; aunque cambiase las circunstancias
continuarían siendo igual. Las circunstancias no son la causa de la desdicha, sino, que
son el efecto de la falta de ajuste de la desarmonía espiritual interna. Tener fe es
desprendernos de nuestras ansiedades y temores, de nuestras dudas y desesperación.
Es tomar la vida con sus deberes y problemas, sus éxitos y fracasos, sus experiencias y
perplejidades.

QUE NO SE TE OLVIDE
Levantarte cada mañana con nuevos bríos, sueños e ilusiones. Decirle a tus seres
queridos una palabra, un gesto, una actitud, una caricia llena de amor. Poner todo tu
esfuerzo, dedicación y constancia a tu trabajo, escuela y demás actividades. Disfrutar y
aprender de todas aquellas personas que cruzan por tu camino, este momento no
volverá; que des y recibas sin desperdiciar esta oportunidad. Que no se te olvide solo
existir, sino, tener la firme determinación de vivir. Sonríe y así alegraras tu vida y la de los
demás, sirve teniendo conciencia que eres útil, recordando que quien no vive para servir,
no sirve para vivir. Tener paciencia con todos y todas las cosas que todavía no solucionas
o no comprendes. Buscar un momento para ti, para detenerte y reflexionar. Tener
esperanza de un futuro mejor. Amarte y perdonarte a ti mismo y a los demás. Y sobre
todo esto, que no se te olvide mirar a Dios en cada persona y acontecimiento de tu vida.

NUNCA TE DETENGAS
Siempre ten presente que: La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se
convierten en años, pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen
edad. Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de
llegada, hay una de partida. Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés vivo,
siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas.
Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en
ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr,
trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero,
¡nunca te detengas!

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