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¿Estas realmente satisfecho con la vida que llevas? ¿Sabes si estás cumpliendo con un
propósito de vida? ¿Eres verdaderamente feliz?
Hay un gran grupo de personas, que sufren la vida. Son aquellas que dependen absolutamente
de las circunstancias, generalmente creen que su destino está en manos de otros y que es
inútil hacer cualquier esfuerzo por cambiarlo. Se sienten víctimas de la situación económica,
de la familia, de la política y de otros... su característica más grave consiste en quejarse y
renegar constantemente de su vida, miran sólo el lado negativo de todo lo que ocurre y viven
siempre buscando el culpable de su desdicha.
Hay otro grupo, que es totalmente opuesto al anterior, a este pertenecen todas aquellas
personas que luchan cada día por su ambición, que son incansables y no se quejan, pero
consideran que la vida es como una gran batalla contra el mundo que tienen que ganar a toda
costa. Sacrifican su vida personal para lograr sus objetivos, su motivación es acumular y
atesorar cosas, dinero, estatus o poder. Corren para tener cada vez más, pero al final se dan
cuenta que se les acabó la vida y se sienten vacíos, algo les falta y en realidad no saben qué
es. Después de una alocada carrera por conseguir lo que querían, no les queda sino el
cansancio y, muchas veces, la soledad.
Pero hay un tercer grupo, el más pequeño de todos, lo conforman aquellos que nunca olvidan
sus sueños, que tienen sus prioridades bien claras, que trabajan arduamente en pos de lo que
quieren sin perder nunca su fe y entusiasmo, que tiene proyectos y metas definidos para
mejorar su calidad de vida, mantienen la certeza de que el universo está conspirando siempre
para ayudarlos, saben que el éxito no depende de la suerte sino de su actitud, tienen esa
postura segura y confiada que se asume ante las situaciones buenas o difíciles que les
presenta la vida, el deber lo cumplen con entusiasmo, los sueños se realizan pero sin
obsesión, las bendiciones y las oportunidades se agradecen y aprovechan, viven la vida con
pasión, pues todo lo que hacen tiene un sentido, saben que hacen parte de un plan
mayor… tienen un propósito de vida, ese es el secreto de su verdadero éxito y bienestar.
Retoma tus sueños. Date permiso para volver a sonar. Rescata algunos de tus sueños y
comienza por visualizarlos varias veces al día. Pregúntate, qué voy a hacer hoy para
conseguirlo. No importa cuánto tiempo te tome… es posible volverlo realidad. Soñar nos
devuelve la motivación en la vida.
Ama lo que haces. Cualquiera que sea nuestra tarea diaria si la hacemos con amor y pasión,
rendirá frutos positivos. El trabajo es la oportunidad que nos da la vida de poner en práctica
nuestras mejores cualidades, además nos permite compartir con los demás lo mejor de cada
uno de nosotros y es el medio para contribuir responsablemente con el bienestar colectivo.
Cuando comprendemos la trascendencia de lo que hacemos… encontramos en ello una
motivación más para vivir.
1.- Quien ama la vida no se queda anclado en el pasado ni se retuerce las neuronas pensando
en el futuro, sino que vive en el aquí y ahora como si cada instante fuera el primero y el último.
2.- Quien ama la vida sabe que la propia no es eterna, pero lejos de angustiarse por la
brevedad y el seguro fin de la misma, vive todos los momentos disfrutando de ellos al máximo
porque sabe que son únicos.
3.- Quien ama la vida la respeta y respeta también todo lo vivo. Desde una brizna de hierba
hasta un elefante; desde una gota de agua hasta un ciclón; desde una ameba hasta una
molécula porque sabe que de todo eso está hecho y todo ello es necesario. Sabe que todo son
ciclos dignos de ser respetados.
4.- El mejor deseo no es "que tu vida sea larga"; la duración es lo de menos; el mejor deseo es
"¡ ojala vivas todos los días de tu vida !".
5.- Quien ama la vida no se irrita con las cosas, las personas ni las situaciones, sino que las
acepta y las vive porque de todas se aprende algo beneficioso para seguir el camino.
6.- Quien ama la vida es paciente y perseverante en sus objetivos, asume riesgos y no le
importa reconocer que está equivocado porque sabe que el aprendizaje es una cuestión de
ensayo y error.
7.- Quien ama la vida, busca soluciones a los problemas cotidianos sin hacer de las soluciones
nuevos problemas.
8.- Quien ama la vida es solidario con todos sus semejantes sin distinción. Sabe que no puede
ser feliz si uno sólo de sus semejantes es desgraciado y arrima el hombro cuanto puede para
acabar con el sufrimiento.
9.- Quien ama la vida no pierde el tiempo mirándose el ombligo ni en quejas sempiternas. No
confunde lo accidental y pasajero con lo esencial. Es servicial y humilde, comparte y
acompaña, pero no se olvida de sí mismo ya que sabe que el amor que uno mismo se tiene es
la medida del amor al prójimo.
10.- Quien ama la vida sabe que la muerte es su destino y que nada se llevará con ella; por lo
tanto considera todo lo material que posee en usufructo, sin apegos y está presto a compartirlo
alegremente. Lleva su corazón siempre abierto y dispuesto a acoger a cuantos se encuentre en
el camino.
Podés tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu
vida es la mayor empresa del mundo. Solo vos podés evitar que ella vaya en decadencia. Hay
muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades,
caminos sin
accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del
miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos,
incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de
su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de
nuestra alma.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque
ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de
nosotros.
Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la
sabiduría.
Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. Pues así serás cada vez más
apasionado por la vida.
Y descubrirás que… Ser feliz no es tener una vida perfecta sino usar las lágrimas para regar la
tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad.
Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la
inteligencia.
Jamás desistas. Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues
la vida es un espectáculo imperdible.
Marco Tulio
Por: Valmore Vivas. Email: valmo57@gmail.com Hora: 7:43 a. m.
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