Rev Chil Nutr 2022; 49(2): 201-208.

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-75182022000200201

Artículo Original / Original Article

Consumo de frutas y verduras en mujeres Jefas de Hogar. Un estudio
cualitativo

Consumption of fruits and vegetables among female headed households.

A qualitative study

Gladys Quezada1. https://orcid.org/0000-0003-3079-5193

Daniela González2. https://orcid.org/0000-0002-2471-6148
Luz Lobos Fernández1. https://orcid.org/0000-0002-6713-7218
Pedro Sandoval3. https://orcid.org/0000-0001-7503-756X
Jacqueline Araneda1*. https://orcid.org/0000-0002-0415-2920

1. Facultad Ciencias de la Salud y de los Alimentos. Departamento de Nutrición y Salud Pública,

Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos. Universidad del Bío-Bío, Chillán, Chile.
2. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Central de Chile, Coquimbo, Chile.
3. Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad del Bío-Bío, Chillán, Chile.

*Dirigir correspondencia: Jacqueline Alejandra Araneda Flores

Departamento de Nutrición y Salud Pública, Universidad del Bío-Bío,
Avenida Andrés Bello N°720, Chillán, Chile.
E-mail: jaraneda@ubiobio.cl

Este trabajo fue recibido el 01 de noviembre de 2021.

Aceptado con modificaciones: 21 de diciembre de 2021.
Aceptado para ser publicado: 21 de enero de 2022.

RESUMEN
Introducción: La ingesta de frutas y verduras (FV) es reconocida como un factor protector de la salud cardiovascular y ciertos
tipos de cáncer. Objetivo: identificar las opiniones de mujeres chilenas, asociadas al consumo de FV. Métodos: estudio de
investigación cualitativa, mediante el empleo del análisis del discurso y la interpretación del lenguaje. La muestra estuvo
constituida por 40 mujeres de edades entre los 20 y 65 años, con Nivel Socioeconómico (NSE) medio y medio bajo que
participaban en el Programa Mujeres Jefas de Hogar (PMJH) en Chillán. A través de cuatro grupos de discusión se identifi-
caron las opiniones de mujeres en torno a motivaciones, barreras, gastos asociados y conocimientos respecto al consumo
de FV. Resultados: Entre las principales motivaciones para el consumo de FV por parte de las mujeres, se encontraron los
beneficios para la salud y calidad de vida. Respecto a los obstáculos para no consumir FV, se encontró el costo económico.
Las mujeres manifestaron conocer las recomendaciones de consumo, reconociendo el papel del personal de salud. Las
mujeres destacaron a los niños como principales consumidores de FV en el hogar. Conclusiones: Las mujeres reconocen
la importancia de consumir FV para mantener un óptimo estado de salud, sin embargo, el precio condiciona su consumo
Palabras clave: Consumo; Frutas; Gustos; Preferencias; Verduras.

ABSTRACT
Introduction: Fruit and vegetable (FV) consumption is a recognized protective factor for cardiovascular health and certain
types of cancer. Objective: to identify the opinions of Chilean women associated with the consumption of FV. Methods:

201
 Quezada G, et al. Rev Chil Nutr 2022; 49(2): 201-208.

Qualitative research study, using discourse analysis and language interpretation. The sample consisted of 40 women aged
between 20 and 65 from a medium to low-medium socioeconomic level who participated in the Female Headed House-
hold survey (abbreviation per name in Spanish, PMJH) in Chillán. Through four discussion groups, the opinions of women
regarding motivations, barriers, associated costs, and knowledge regarding the consumption of FV were identified. Results:
Among the main motivations for the consumption of FV by women were benefits for health and quality of life. Regarding
the obstacles to not consuming FV, economic cost was noted; women stated knowing dietary recommendations, recog-
nizing the role of health personnel. Women highlighted children as the main consumers of PV in the home. Conclusions:
Women recognized the importance of consuming VF to maintain optimal health, however, price determined consumption
Key words: Consumption; Fruits; Likes; Preferences; Vegetables.

INTRODUCCIÓN consumo de alimentos de sus hijos, demostrando una

Las frutas y verduras (FV) son un alimento fundamental
dentro de una dieta saludable, siendo recomendadas a la
población general para reducir el riesgo de enfermedades
cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer1,2. Diversos
estudios confirman los múltiples beneficios atribuibles al
consumo de FV, los que están relacionados con el aporte
de nutrientes y compuestos bioactivos, fitoquímicos,
vitaminas, minerales y fibra3,4.
Teniendo en cuenta la importancia del consumo de
FV para la salud de las personas, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) en conjunto con la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), recomiendan un consumo diario de al menos 400
g. Ingestas inferiores a esta cifra, son catalogadas como
uno de los 10 principales factores de riesgo de mortalidad a
escala mundial, destacándose como causa del 19% de los
cánceres gastrointestinales, 31% de cardiopatías isquémicas
y 11% de los accidentes cerebrovasculares5.
A pesar de la importancia que reviste la ingesta de
FV para la salud en general, en Chile, la última Encuesta
Nacional de Salud (ENS 2016 - 2017)6, muestra que el
85% de la población no cumple con la recomendación
de consumir 5 porciones de FV al día7. Datos obtenidos
por la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA)
realizada durante los años 2010-2011, indican que la
ingesta diaria de FV en la población general alcanza los
168 g de frutas y 226 g en verduras8. Además, al observar
el consumo aparente de FV a nivel nacional9, se aprecia
que quienes menos dinero invierten en la compra de estos
alimentos, son los quintiles de menores ingresos, lo que
dificulta el cumplimiento de la recomendación de consumir
al menos 5 porciones de FV diariamente. Esta baja ingesta,
se produce a pesar de las distintas estrategias que se han
implementado en Chile, entre ellas el “Programa 5 al día”,
iniciado hace más de 10 años10.
Se ha demostrado que la ingesta de FV en escolares
se incrementa, cuando las madres participan directamente
en los procesos alimentarios de los menores, relevándose
el rol de éstas en la implantación de hábitos saludables11.
Dicho rol enfatiza el papel clave que cumplen las mujeres
como “porteras alimentarias”, en el abastecimiento y
preparación de alimentos en el hogar. Se ha sugerido
que las madres cumplen una influencia positiva en el
mayor probabilidad de adherirse a directrices dietéticas
que los padres de familia12. Para ellas la alimentación
es considerada un elemento central en la formación de
hábitos de sus hijos, pudiendo controlar lo que comen con
la finalidad de lograr un desarrollo saludable13.
Según el estudio del Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF) realizado el 2019 en una muestra
de más de 600 adolescentes de 18 países que opinaron
sobre qué y cómo comer, destacaron que en algunas
culturas las mujeres (madres, tías y hermanas) jugaban
un papel fundamental en las decisiones de compra y
preparación de las comidas principales en el hogar. Los
adolescentes señalan que las mujeres (madres) son las que
en mayor proporción deciden que se come en el hogar
en comparación con los hombres (padres) (45% v/s 50%
respectivamente). Además, el estudio señala que en un 47%
son las mujeres quienes establecen las reglas alimentarias
dentro del hogar14.
Por otra parte, diversos estudios han mostrado que los
estilos de alimentación y el conocimiento nutricional de los
padres, y en especial de las madres, está asociado con el
peso de los niños15,16, evidenciando que los comportamientos
obesogénicos de madres y sus hijos, están fuertemente
asociados17, existiendo una relación entre la obesidad
materna y el riesgo de obesidad en los hijos18,19.
Los marcos discursivos y normativos, de lo femenino y
masculino, se aplican también a los alimentos, por este motivo
es relevante saber lo que opinan las mujeres en relación
al consumo de FV. La opinión es uno de los conceptos
más importantes y estudiados en las ciencias sociales. El
presente estudio, adoptará la noción de opinión como un
tipo de conocimiento (epistemológico) de un individuo. En
otras palabras, se trata de un estudio de respuestas orales
o escritas de un individuo que expresan su conocimiento
(opinión) sobre un objeto, fenómeno u hecho, las que, a su
vez se relacionan con las disposiciones o valoraciones de
los individuos hacia dichos objetos, fenómenos o hechos20.
Por lo anterior, es fundamental identificar las opiniones
de mujeres chilenas, asociadas al consumo de FV.
MÉTODOS
Se realizó un estudio de investigación cualitativa,
mediante el empleo del análisis del discurso y la

202
Consumo de frutas y verduras en mujeres Jefas de Hogar. Un estudio cualitativo

interpretación del lenguaje 21 de mujeres jefas de hogar
en relación al consumo de FV. Empleando la técnica de
grupos de discusión 22, basada en la interacción grupal
de personas que dialogan en torno a la situación en
estudio, se identifica el discurso explícito de la opinión
de los individuos para posteriormente realizar el análisis
e inferir las principales opiniones asociadas.
Se utilizó un muestreo por conveniencia, con un
total de 40 mujeres (madres) de edades entre los 20 y 65
años, con Nivel Socioeconómico (NSE) medio y medio
bajo, estado nutricional de sobrepeso u obesidad que
fueran jefas de hogar y que tuvieran cargas familiares
formalizadas tales como: cónyuge, cónyuge inválido,
hijos, hijos adoptados hasta los 18 años; mayores de
edad y hasta los 24 años, solteros, que sigan cursos
regulares en la enseñanza media normal, técnica,
especializada o superior en instituciones del Estado,
entre otras .
Para acceder a los casos se seleccionaron 160
mujeres que participaban en el Programa Mujeres Jefas
de Hogar (PMJH) implementado por el Ministerio de
la Mujer y Equidad de Género del Gobierno de Chile
en la ciudad de Chillán, capital de la Región de Ñuble.
La técnica de recolección de la información fue a
través de cuatro grupos de discusión (grupos focales)23,
alcanzando el nivel de saturación de la información en
el tercer grupo, sin embargo, se añadió otro grupo con
la finalidad de garantizar la consistencia y fiabilidad
de la información.
La recolección de la información se realizó en
dependencias de la Oficina Municipal de Intermediación
Laboral, Chillán (OMIL), previa aprobación por el
Comité de Bioética de la Universidad del Bío-Bío y de
la firma del consentimiento informado, por cada una
de las mujeres participantes del estudio.
Cada grupo de discusión contó con la participación
de un facilitador o moderador de la actividad y un
observador. Para dirigir la conversación en los grupos
de discusión, se elaboró previamente una pauta semi-
estructurada con preguntas abiertas que se enfocaron
en distintas dimensiones de la ingesta de FV (Tabla 1).
Dicha pauta se diseñó en base a una amplia revisión
bibliográfica y posterior validación por expertos del
ámbito alimentario nutricional y las ciencias sociales,
quienes opinaron sobre el contenido de dicha pauta.
Cada grupo de discusión tuvo una duración
aproximada de 45 minutos, los que fueron grabados
en registros de audio y transcritos íntegramente a texto
desde dichos archivos digitales.
El análisis de la información se realizó con el
software QDA Miner Lite 24 siendo las categorías de
análisis elaboradas de forma inductiva a partir del texto,
sometida a la valoración de jueces expertos del área de
la salud y ciencias sociales. Para el análisis de contenido
temático25, es decir la interpretación de la información
obtenida de las mujeres para identificar el contenido
explícito y latente de sus relatos, se utilizó técnica de
codificación abierta, que contempló dos etapas; en
primer lugar, el material analizado de la información
transcrita fue fragmentado y examinado por párrafos,
en segundo lugar, se adscribió un código verbal que
interpreta el significado de las opiniones recogidas.

Tabla 1. Preguntas pauta para el desarrollo de los grupos de discusión (GD).

1. Consumo individual de frutas y verduras

• ¿Cuáles son los principales motivos para el consumo de frutas y verduras?
• ¿Cuáles son los principales obstáculos para no consumir frutas y verduras?
• ¿En qué comida (desayuno, almuerzo, cena, colaciones) incluye las frutas y verduras y con
qué frecuencia al día y semana?

2. Consumo de frutas y verduras en el hogar

• En su hogar, ¿Quién consume preferentemente frutas y verduras?
• En su hogar, ¿En qué preparaciones son mayormente consumidas las frutas y verduras?

3. Gastos asociados y preparación de las frutas y verduras

• ¿En su hogar quién compra las frutas y verduras, y cuánto es el costo asociado a ello en forma
semanal? (Señale un promedio)
• Preferentemente ¿Dónde compra las frutas y verduras?

4. Conocimiento respecto a la importancia del consumo de frutas y verduras

• ¿Se ha interiorizado de los beneficios para la salud que implica el consumo de frutas y verduras?
¿De dónde ha obtenido esta información?

203

RESULTADOS
En los grupos de discusión (GD) participaron 40 mujeres
edad promedio ± DE de 40,5 ± 10,3 años. El 87% de las
entrevistadas vivían en zonas urbanas (Tabla 2).
Los resultados del estudio, se desprenden de la
información obtenida de las opiniones de las entrevistadas
y se organizan en los cuatro ámbitos de interés o categorías,
especificados en la tabla 3. A saber: A) Motivos para el
consumo de FV; B) Principales obstáculos para no consumir
FV; C) Frecuencia de ingesta de FV y principales consumidores;
D) Costo asociado al consumo de FV; E) Beneficios sobre
el consumo de FV.
En relación al análisis de las opiniones de las participantes
por categorías, se destaca que los principales motivos planteados
en las opiniones en relación al consumo individual de FV,
es la asociación con beneficios para la salud y calidad de
vida, destacando estos alimentos como productos sanos. Las
mujeres reconocen una relación directa entre el consumo de
FV y los beneficios para el crecimiento y desarrollo de sus
hijos, destacando las vitaminas y fibra como componentes
fundamentales para favorecer la salud cardiovascular, el tránsito
intestinal y la pérdida de peso. Además, comparan lo saludable
que son las FV frente a otros alimentos como comida chatarra
y carnes grasas (Tabla 3A).
En cuanto a los principales obstáculos para no consumir
FV, las mujeres destacan los recursos económicos, aludiendo al
alto costo que conlleva la compra de FV, en comparación con
otros alimentos de menor valor y distinta calidad nutricional,
como el pan. Otras limitantes son: las variaciones de precios,
estacionalidad y las creencias del grupo familiar relacionadas
con un insuficiente aporte nutritivo y/o una baja saciedad de
las FV, lo que se traduce erróneamente en la necesidad de
complementar preparaciones alimentarias con otros productos
disponibles en el hogar (Tabla 3B).
Entre las opiniones de las mujeres se destaca que conocen
las recomendaciones de consumo de las FV contenidas en
las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABAs) para la
población chilena7. A su vez, intentan mantener una ingesta
diaria en distintos horarios, incluyendo las frutas principalmente
en las primeras comidas del día y las verduras en el almuerzo.
Tabla 2. Características de las participantes de los grupos de discusión.
Grupos de discusión Edad ±(D E)
I 34 ± 10,9
II 41 ± 7,0
III 45 ±7,5
IV 41± 12,8
Total 40 ±10,3 87
204
Quezada G, et al. Rev Chil Nutr 2022; 49(2): 201-208.
Sin embargo, evidencian frustración al no poder cumplir con
las porciones diarias recomendadas.
Las mujeres opinan que las utilizan y prefieren como
ingredientes de preparaciones mixtas. En el caso de las
frutas, las consumen en preparaciones que incluyen yogurt,
leche, jugos, ensaladas y postres, dejando en evidencia que
es muy bajo el consumo de la fruta en estado natural y como
porción única de alimento. La situación difiere en el caso de
las verduras, ya que manifiestan consumirlas principalmente
crudas en preparaciones como ensaladas, salteado de verduras,
tortillas, sopas y guisos.
La mayoría de las mujeres enfatiza en sus opiniones que
todos los miembros del hogar incluyen en su alimentación FV,
destacando a los niños como principales consumidores y a su
vez reconocen los beneficios que conlleva su ingesta para el
sano crecimiento y desarrollo de los hijos (Tabla 3C).
Por otra parte, las opiniones coinciden en que la
responsabilidad de la adquisición de FV recae en las personas a
cargo del sostenimiento económico de las familias. Mencionan
que el monto semanal destinado a la compra, varía dependiendo
del número de integrantes del grupo familiar, en un rango de
$15.000.- (quince mil pesos chilenos) a $30.000.- (treinta mil
pesos chilenos) (US$ 19; US$ 38). La compra de FV la realizan
en puntos de venta que ofrecen los productos a un menor
costo, adquiriéndolos principalmente en ferias y/o mercados.
Además, reconocen que algunos supermercados tienen
descuentos ocasionales de estos productos, valorándolo como
una oportunidad para la compra de FV (Tabla 3D).
En relación con los beneficios, las opiniones analizadas
reconocen el papel del profesional de la salud, en la entrega
de conocimientos durante las consultas o controles de salud
y talleres realizados en los Centros de Salud, destacando al
médico, pediatra o nutricionista, como principal fuente de
información. Los medios de comunicación masiva como
televisión e internet, son otra vía válida descrita para adquirir
el conocimiento sobre temas de alimentación y nutrición. Las
escuelas son identificadas como lugar de acceso a información.
El rol parental en la entrega de saberes y conocimientos, es
otra fuente reconocida en las opiniones emanadas de este
estudio (Tabla 3E).
Estado nutricional grupal Residencia urbana (%)
Sobrepeso 90
Obesidad 90
Sobrepeso 90
Obesidad 80
Consumo de frutas y verduras en mujeres Jefas de Hogar. Un estudio cualitativo
Tabla 3. Agrupación temática y extractos relevantes de los participantes en los grupos de discusión (GD).
Agrupación temática
A. Motivos para el
consumo de FV
B. Principales obstáculos
para no consumir FV
C. Frecuencia de ingesta
de FV y principales
consumidores
D. Costo asociado al
consumo de FV
E. Beneficios sobre
el consumo de FV
Extracto de las participantes
“Bueno la motivación en tener una buena calidad de vida, a través del tiempo, y
tener una buena salud, un mejor pasar” (GD, III); “La salud, la fibra, la salud pa’ los
niños sobretodo, se supone que mientras más frutas y verduras coman les hace
mejor para el crecimiento, el desarrollo” (GD,I); “Algunas frutas tienen antioxidantes,
pa’ que uno viva más, el cuerpo, el corazón todo eso, porque si uno come
tanta comida chatarra el corazón afecta después” (GD,I); “Por la salud, por las
vitaminas, al corazón, no estar tan gorditas” (GD,II); “Bajar de peso, por ejemplo,
si hace una carne a la olla se le ve la grasa cuando uno cocina, esa grasa
entra al cuerpo. Para la digestión igual” (GD, II).
“A veces se acaba y no están los recursos para volver a comprar, entonces ahí
donde uno cae de nuevo en comer pan o comer otras cosas que son más baratas
que las frutas y verduras mismas” (GD,I); “El valor; Si usted compra lechuga, si
está a $1.000 (mil pesos chilenos) (US$ 1.5) en un mes todos los días son
$30.000 (treinta mil pesos chilenos) (US$ 44)” (GD,III); “De repente monetariamente, cuando
suben de precio. Mi esposo me dice cuando le hago un plato de verdura,
me dice eso no me alimenta, así es que le tengo que cocinar un plato de tallarines” (GD,II).
“Yo a todas horas del día, habiendo a mano, se usa a toda hora en la casa, y
en el consultorio dicen consuma 5 colores distintos de frutas y verduras, a veces
uno consumidor no tiene 5 colores en la casa, uno se siente pobre” (GD,II);
“Desayuno y entre horas frutas, y verduras al almuerzo, 2 ó 3 porciones”
(GD,IV); “Ensalada de frutas a los niños, y yo así no más, en postres, jugos”
(GD,I); “Frutas ralladas, con yogurt y verduras en ensalada” (GD,III); “Verduras
salteadas o en ensaladas, es que depende el aceite que use” (GD,I);
“Los niños principalmente, pero todos los integrantes de la familia, somos tres”
(GD, III);“Los niños preferentemente frutas, pero también todos los miembros
de las casas” (GD, IV).
“El papá, la dueña de casa, el esposo compran FV” (GD, I); “Y se gasta
$15.000 (quince mil pesos chilenos) (US$ 22)” (GD, IV); “Promedio de gasto
semanal $20.000 (veinte mil pesos chilenos) ó $30.000.- (treinta mil pesos chilenos)
(US$ 29.3; US$44)” (GD, I); “Yo compro en el mercado porque es más barato,
si el plátano vale $1.100(mil cien pesos chilenos) (US$ 1.6) en el mercado está a
$600 (seiscientos pesos chilenos)(US$ 0.88)” (GD,II); “En el mercado y de repente
en el supermercado cuando hay alguna oferta” (GD, II); “En el supermercado tú
eliges eso sí; No siempre en el supermercado están las cosas frescas” (GD, I).
“En el consultorio me dan orientaciones, como estoy en el programa de obesidad
me dan las indicaciones” (GD, II); “Del consultorio, la nutricionista” (GD, III); “Me
he informado porque mi hija es diabética desde los 11 años, a través de cursos
de nutrición que ofrecen” (GD, IV); “En programas de televisión, han incorporado
harto el tema de alimentación, por los niños, por todos” (GD, I); “Leyendo, buscando
información en internet” (GD, III); “En los colegios también te informan harto respecto
a eso” (GD, II); “De los papás, cuando está chico, los papás te dicen: cómase la
verdura o si no, no va a crecer” (GD, III).
205

DISCUSIÓN
Las mujeres reconocen como principales motivaciones
para la ingesta de FV, los componentes que éstas contienen,
destacando entre sus opiniones las vitaminas, antioxidantes
y fibra como los más importantes. Además, resaltan la
relación entre la ingesta adecuada de FV con una mejor
calidad de vida y buena salud a lo largo del ciclo vital,
especialmente en etapas tempranas. También, destacan
a las FV como favorecedoras de la reducción de peso
corporal al preferirlas ante otros alimentos que contienen
alta densidad calórica, como comidas con alto contenido
de grasas e hidratos de carbono.
Coincidentemente un estudio realizado en Colombia,
que pretendía interpretar el significado atribuido al consumo
FV en un grupo de familias, reportó que estos alimentos, son
considerados como agradables y nutritivos, asociándolos
con beneficios para la salud, entre los que se destacó el
efecto preventivo de algunas enfermedades como diabetes,
hipertensión arterial, problemas de digestión, colesterol y
gripe. Además, señalan su contribución en el mantenimiento
del peso corporal y su importancia en el crecimiento y
salud de los niños26.
En cuanto a las motivaciones para la ingesta de FV
encontradas en el presente estudio, se observa coincidencia
con la investigación realizada en Chile el año 2011, en que se
determinó que la percepción de las motivaciones y barreras
asociadas al consumo de FV en madres de prescolares, son
atribuibles a beneficios para la salud tales como; prevención
de enfermedades, mejora de la digestión, sensación de
bienestar y reducción de peso corporal, entre otras27.
Entre las opiniones referidas a las barreras percibidas
por las mujeres en torno a lograr un consumo adecuado
de FV, se encontró que la falta de recursos económicos y
el elevado costo asociado a estos alimentos, son limitantes
fundamentales a la hora de su compra. Estos resultados han
sido también encontrados en otros estudios donde el costo
asociado a la compra de FV genera disparidades en el acceso,
siendo catalogado como un marcador de las desigualdades
sociales en salud28. En Estados Unidos, el estudio realizado
por Singleton et al.29, encontró que una de las barreras más
frecuentemente reportadas para la baja ingesta de FV, es
el costo. Además, un 30% de los participantes calificó el
costo como primera barrera percibida. Contrariamente a lo
anterior, Williams et al.30, en un estudio realizado en mujeres
australianas, demostró que el costo asociado a las FV, no
fue un impedimento para alimentarse saludablemente, pues
como barreras percibidas las australianas reportaron el
desconocimiento en las formas de preparación y el mayor
tiempo asociado a la elaboración de estas preparaciones
que contienen como base las FV.
El costo asociado a estos alimentos, no solo es una
barrera percibida para el consumo específico de FV, sino
también para la alimentación saludable en general. En este
sentido, Drewnowski et al.31, con el objetivo de conocer el
costo asociado a una dieta saludable en Estados Unidos,
demostraron que aquellos alimentos con azúcar y grasas
206
Quezada G, et al. Rev Chil Nutr 2022; 49(2): 201-208.
añadidas son más asequibles que aquellos denominados
saludables, existiendo una relación inversa entre densidad
energética y el costo de la energía, lo que se traduce en
una barrera para el acceso y consumo de FV. De la misma
forma, un estudio realizado en Chile, en el que se comparó
una dieta saludable y una dieta no saludable, concluyó que
esta última, tiene un menor precio por calorías, respecto a
una dieta saludable que incorpora FV32.
Según las GABAs para la población chilena7 un
consumo saludable de FV equivale a 5 porciones diarias,
sin embargo, según datos arrojados por la última ENS
2016-2017, la prevalencia de consumo de al menos 5
porciones de FV al día, es alcanzada solo por un 15% de
la población nacional6. Esto podría deberse precisamente
al costo asociado a la compra de estos alimentos, y al poco
margen que destinan las familias de escasos recursos para
adquirir FV. La VIII Encuesta de Presupuestos familiares
(VII EPF 2016-2017), reporta que las familias chilenas de
menores ingresos (quintiles I y II), solo destinan entre un
3% y 4% del gasto mensual, a la compra de frutas, mientras
que los de mayores ingresos destinan el 5%33.
Respecto a las formas de consumo de FV, las mujeres
opinaron que es muy baja la ingesta de estos alimentos en
porciones únicas y en estado natural, siendo consumidos
principalmente en preparaciones mixtas como jugos,
batidos, postres, ensaladas y otras. Este resultado difiere
con estudios realizados en otros países como Perú y Estados
Unidos, donde la fruta se consume de forma fresca y entera,
mientras que las verduras son utilizadas como ingredientes
de platos principales, ensaladas y sándwiches34,35.
Un aspecto importante a considerar, es el rol que cumplen
las mujeres especialmente en la transmisión de pautas de
alimentación a los hijos y el entorno familiar. Estudios han
demostrado que existen diferencias de género en torno al
comportamiento alimentario de los individuos, ya que el
rol social históricamente asociado a las mujeres ha sido
ocuparse de labores domésticas y la crianza, situación que
ha permitido un mayor acceso al conocimiento alimentario,
la salud y la nutrición. Esto contribuye positivamente en
procesos de selección del tipo, calidad y horarios en que
se realizan las comidas, traspasando normas y valores en
relación a la socialización del proceso alimentario en el
grupo familiar. La evidencia señala que cuando las mujeres
tienen mayor instrucción, poder de decisión y control sobre
los ingresos del hogar, ellas propician una alimentación más
saludable en el hogar36.
Algunos estudios a nivel internacional, desarrollados con
la finalidad de mejorar la ingesta de FV, han implementado
programas efectivos destinados principalmente a familias de
escasos recursos. En este sentido, un estudio experimental
realizado en Francia37 que tuvo por objetivo evaluar el
efecto de cupones para la compra de FV (durante un año)
en niños de familias de bajos ingresos, reportó un aumento
significativo en el consumo de FV, en comparación con el
grupo control. Otros países, además de las cuponeras para
incrementar la ingesta de FV, han incorporado la educación
Consumo de frutas y verduras en mujeres Jefas de Hogar. Un estudio cualitativo
nutricional como parte de las estrategias que han mejorado
la ingesta de estos alimentos38,39.
Entre las limitaciones del estudio se puede mencionar
que las participantes pertenecen a un mismo NSE y estado
nutricional (sobrepeso/obesidad), por tanto, sus opiniones
no son representativas de mujeres pertenecientes a otros
estratos sociales y estados nutricionales. Otra de las
limitaciones pudo ser el sesgo de deseabilidad social, ya
que las mujeres pudieron sobre reportar la ingesta de FV40.
Las opiniones de las mujeres participantes de este
estudio, referidas a la falta de recursos económicos en el
presupuesto familiar para la compra de FV, presentan un
desafío importante a nivel de políticas públicas en Chile
para el desarrollo de nuevas estrategias que favorezcan
el consumo de FV. Por esto, los resultados de este
estudio sugieren atender la necesidad de implementar
políticas, planes y programas orientados a los hogares,
especialmente a los más vulnerables, para que la falta de
recursos económicos y/o el costo de las FV no sea una
limitante para su ingesta. Los hallazgos de otros estudios
han mostrado que la implementación de estrategias como
cupones para la compra de FV, acompañados de educación
nutricional, puede ser una alternativa posible de evaluar
en diversos países de Latinoamérica y el Caribe. A su vez
es fundamental involucrar a los padres y familias en las
actividades alimentarias, especialmente en apoyo a las
mujeres que trabajan fuera del hogar.
Financiamiento. Esta investigación no recibió ninguna
subvención específica de agencias de financiamiento de los
sectores público, comercial o sin fines de lucro.
REFERENCIAS
1. Buil-Cosiales P, Toledo E, Salas-Salvadó J, Zazpe I, Farràs M,
Basterra-Gortari FJ, et al. Association between dietary fiber
intake and fruit, vegetable or whole-grain consumption and
the risk of CVD: Results from the PREvención con DIeta
MEDiterránea (PREDIMED) trial. Br J Nutr. 2016; 116: 534-546.
2. Petermann F, Labraña Ana, Duran E, Leiva Ana, Martínez M,
Salas C, Garrido-Méndez A, et al. Eating fruits and vegetables
is associated with less mortality risk: Five portions daily are
good, but ten could be better. Rev Chil Nutr.2018; 45: 183-
185.
3. Rodriguez-Casado A. The health potential of fruits and
vegetables phytochemicals: Notable examples. Crit Rev Food
Sci Nutr. 2016; 56: 1097-1107.
4 Liu RH. Dietary bioactive compounds and their health
implications. J Food Sci. 2013; 78: A18-A25.
5. World Health Organization. Healthy diet. Fact Sheets. Geneva.
OMS; 2018. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/
detail/healthy-diet
6. Government of Chile. Ministry of Health. National Health
Survey 2016-2017: first results. Santiago, Chile. MINSAL;
2017. http://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2017/11/
ENS-2016-17_PRIMEROS-RESULTADOS.pdf%20
7. Government of Chile. Ministry of Health. Dietary guidelines
for the Chilean population. Santiago, Chile. MINSAL; 2013.
http://www.integra.cl/wp-content/uploads/2017/01/GUIAS-
ALIMENTARIAS.pdf
8. Government of Chile. Ministry of Health. National Survey of
Food Consumption 2010-2011: final report. Santiago, Chile.
MINSAL; 2011. p. 329. https://www.minsal.cl/sites/default/
files/ENCA-INFORME_FINAL.pdf
9. National Institute of Statistics. Survey of Family Budgets.
Synthesis of results: VIII EPF 2018. Santiago, Chile. INE;
2018. https://www.ine.cl/docs/default-source/encuesta-de-
presupuestos-familiares/publicaciones-y-anuarios/viii-epf---
(julio-2016---junio-2017)/informe-de-principales-resultados-
viii-epf.pdf?sfvrsn=d5bd824f_2
10. Zacarías HI, Pizarro QT, Rodríguez OL, González AD, Domper
RA. «Five a day» Program to Promote fruit and vegetable
consumption in Chile. Rev Chil Nutr. 2006; 33: 276-280.
11. Bourke M, Whittaker PJ, Verma A. Are dietary interventions
effective at increasing fruit and vegetable consumption
among overweight children? A systematic review. J Epidemiol
Community Health. 2014; 68: 485-490.
12. Schnettler B, Lobos G, Miranda-Zapata E, Denegri M, Ares G,
Hueche C. Diet quality and satisfaction with life, family life,
and food-related life across families: A cross-sectional pilot
study with mother-father-adolescent triads. Int J Environ Res
Public Health. 2017; 14: 1313.
13. Giacoman C, Stanicz A, Córdova P. Maternal beliefs
and practices about feeding children who attend public
kindergartens, Santiago de Chile. Rev Esp Nutr Comunitaria.
2021; 27: 85-89.
14. Fleming C, Hockey K, Schmied V, Third A, Diniz De Oliveira
J, Lala G, et al. Food and me. How adolescents experience
nutrition across the world. A companion report of the state
of the World’Children 2019. https://doi.org/10.26183/26f6-
ec12
15. McPhie S, Skouteris H, McCabe M, Ricciardelli LA, Milgrom
J, Baur LA, Aksan N, Dell’aquila D. Maternal correlates of
preschool child eating behaviours and body mass index: A
cross-sectional study. Int J Pediatr Obes. 201; 6: 476-480.
16. Farrow CV, Blissett J. Controlling feeding practices: Cause or
consequence of early child weight? Pediatrics. 2008; 121:
164-169.
17. Sonneville KR, Rifas-Shiman SL, Kleinman KP, Gortmaker
SL, Gillman MW, Taveras EM. Associations of obesogenic
behaviors in mothers and obese children participating in a
randomized trial. Obesity (Silver Spring). 2012; 20: 1449-1454.
18. Dalrymple KV, Thompson JMD, Begum S, et al. Relationships
of maternal body mass index and plasma biomarkers with
childhood body mass index and adiposity at 6 years: The
Children of SCOPE study. Pediatr Obes. 2019; 14: e12537.
19. Heslehurst N, Vieira R, Akhter Z, Bailey H, Slack E, Ngongalah
L et al. The association between maternal body mass index
and child obesity: A systematic review and meta-analysis.
PLOS Med. 2019; 16: e1002817.
20. Price V. Public opinion: Public and communicational sphere.
Barcelona: Paidós; 1994.
21. Anaya Revuelta I. The analysis of the protocol discourse:
Elaboration and conceptualization. Estud Filol. 2014; 54:
7-29.
22. Neiman G, Quaranta G. Case studies in sociological research.
Qualitative research strategies. Buenos Aires: Gedisa; 2006.
23. Hamui-Sutton A, Varela-Ruiz M. The focus group technique.
Inv Ed Med 2013; 2: 55-60.
24. Research P. QDA Miner Lite. 4.0 ed. Canada: Provalis Research.
25. Díaz C. Qualitative research and thematic content analysis.
Intellectual orientation of universum journal. Rev Gen Inf
Doc. 2018; 28: 119-142.
207

26. Arboleda Montoya LM, Duque Gallego MM, Urrea Cepeda
JA. The meanings of eating fruits and vegetables in two rural
communities of municipality of Turbo, Uraba Antioqueño.
Saude Soc. 2013; 22: 1247-1256.
27. Meléndez L, Olivares S, Lera L, Mediano F. Stages of change,
motivations and barriers related to the consumption of fruit
and vegetables and physical activity in mothers of preschool
children attending primary health centers. Rev Chil Nutr.
2011; 38: 466-475.
28. Mook K, Laraia BA, Oddo VM, Jones-Smith JC. Food security
status and barriers to fruit and vegetable consumption in two
economically deprived communities of Oakland, California,
2013-2014. Prev Chronic Dis. 2016; 13: E21.
29. Singleton CR, Fouché S, Deshpande R, Odoms-Young
A, Chatman C, Spreen C. Barriers to fruit and vegetable
consumption among farmers’ market incentive programme
users in Illinois, USA. Public Health Nutr. 2018; 21: 1345-
1349.
30. Williams LK, Thornton L, Crawford D. Optimising women’s
diets. An examination of factors that promote healthy eating
and reduce the likelihood of unhealthy eating. Appetite.
2012; 59: 41-46.
31. Drewnowski A, Darmon N. Food choices and diet costs:
An economic analysis. J Nutr. 2005; 135: 900-904.
32. Verdugo G, Arias V, Perez Leighton C. Analysis of the price
of a healthy and unhealthy diet in the Metropolitan Region
of Chile. Arch Latinoam Nutr. 2016; 66: 272-278.
33. Araneda J, Pinheiro AC, Rodríguez L, Rodríguez A. Apparent
intake of fruit, vegetables, and ultra-processed foods by the
Chilean population. Rev Chil Nutr. 2016; 43: 271-278.
34. Penny ME, Meza KS, Creed-Kanashiro HM, Marin RM, Donovan
208
Quezada G, et al. Rev Chil Nutr 2022; 49(2): 201-208.
J. Fruits and vegetables are incorporated into home cuisine
in different ways that are relevant to promoting increased
consumption. Matern Child Nutr. 2017; 13: e12356.
35. Moore LV, Hamner HC, Kim SA, Dalenius K. Common ways
Americans are incorporating fruits and vegetables into their
diet: Intake patterns by meal, source and form, National
Health and Nutrition Examination Survey 2007-2010. Public
Health Nutr. 2016; 19: 2535-2539.
36. United Nations Children s (UNICEF). The State of the World’s
Children 2019. Children, Food and Nutrition. Growing up
well in a world of transformation. https://www.unicef.org/
sites/default/files/2019-11/Estado-mundial-de-la-infancia-2019.
pdf
37. Buscail C, Margat A, Petit S, Gendreau J, Daval P, Lombrail P,
et al. Fruits and vegetables at home (FLAM): A randomized
controlled trial of the impact of fruits and vegetables vouchers
in children from low-income families in an urban district of
France. BMC Public Health. 2018; 18: 1065.
38. Herman DR, Harrison GG, Afifi AA, Jenks E. Effect of a
targeted subsidy on intake of fruits and vegetables among
low-income women in the special supplemental nutrition
program for women, infants, and children. Am J Public
Health 2008; 98: 98-105.
39. Scantlebury RJ, Moody A, Oyebode O, Mindell JS. Has the
UK Healthy Start voucher scheme been associated with an
increased fruit and vegetable intake among target families?
Analysis of Health Survey for England data, 2001–2014. J
Epidemiol Community Health. 2018; 72: 623-629.
40. Bernard Ch, Granero, Pak A. Catalog of bias in health
questionnaires. Rev Costarric Salud Pública 2010; 19: 106-
118.