PROPUESTA DE ACREDITACIÓN FINAL Para qué se evalúa: funciones y propósitos La evaluación es un proceso que consiste en emitir juicios de valor acerca de algo: textos, verbalizaciones, conductas, entre otros. En la tarea docente recogemos información, la comparamos con criterios o parámetros y construimos un juicio de valor. Ahora bien, ¿para qué evaluamos? En principio, es claro que lo hacemos porque necesitamos tomar alguna decisión. Por ello, recogemos información, la interpretamos, la valoramos y la utilizamos para decidir. Cuando solicitamos a los estudiantes y las estudiantes la producción de un trabajo práctico o cuando formulamos alguna pregunta –ya sea en clase presencial o virtual–, los resultados de esa acción nos ayudan a tomar decisiones acerca de cuál sería el mejor paso por seguir: ¿dar por cerrado el desarrollo del contenido?, ¿presentar un nuevo tema?, ¿profundizar en un nuevo aspecto?, ¿agregar materiales que repongan saberes previos? Se trata de interrogantes que van directo al corazón de las decisiones que tomamos cada vez que enseñamos. Son preguntas didácticas que vuelven sobre la enseñanza y, en este sentido, estamos poniendo el foco en lo que llamamos “la función formativa y formadora de la evaluación”. El propósito, entonces, es introducir ajustes a nuestra propuesta de enseñanza (función formativa). Asimismo, al compartir la información con los estudiantes y las estudiantes –a través de procesos de devolución y retroalimentación–, la evaluación tiene un propósito formador, ya que permite a los alumnos ubicarse en su propio recorrido de aprendizaje: en qué punto están o qué cuestiones tienen que volver a revisar, por ejemplo. Ahora bien, en otras situaciones y momentos del año, necesitamos tomar otro tipo de decisiones. Tenemos que acreditar públicamente (dar crédito, dar certeza) de los aprendizajes que han logrado nuestros y nuestras estudiantes, en un período determinado de tiempo y en el marco del sistema institucional. Ante esta situación, el propósito de la evaluación es sumativo: nos interesa considerar un hito en los procesos de aprendizaje de los estudiantes. En general, a los fines de acreditar, formalizamos instancias de evaluación (los exámenes) y las llevamos adelante a través de instrumentos que construimos especialmente para ello: pruebas escritas, orales, trabajos prácticos, maquetas u otras producciones que den cuenta de los aprendizajes. Aquí la evaluación tiene una función de certificación y acreditación. En tren de recapitular, podemos decir entonces que evaluar es un proceso que consiste en emitir juicios de valor en función de criterios, y que la evaluación sirve para: ● Obtener información de los aprendizajes. ● Tomar decisiones didácticas. ● Enseñar, aprender, certificar y acreditar. “La evaluación debe sostenerse como problema, como interrogante, como desafío, porque es parte de la propuesta de enseñanza. La función irrenunciable de la evaluación es brindarnos información acerca del proceso pedagógico que desarrollamos, por ello, es sistemática, es formativa y es necesaria. Les propongo realizar una propuesta de evaluación formativa y sumativa, a partir de una planificación de un proyecto o secuencia de actividades que Uds. hayan realizado. 1. Presentar la propuesta original. 2. Revisar la propuesta a partir de estos aspectos: señalar el propósito de la evaluación, señalar qué instrumentos utilizaron y qué información les permitió recoger, ¿era la que esperaban? ¿Cuáles son los criterios de evaluación de los aprendizajes para esta situación? ¿Fueron explicitados a los/as estudiantes? ¿en qué momento? 3. Enumerar qué otros instrumentos de evaluación se podrían utilizar y por qué. 4. A la luz de la experiencia vivida y los marcos conceptuales trabajados, describan cómo compondrían la estructura material y comunicativa de una posible propuesta de evaluación de su unidad curricular si tuvieran que planificarla desde el inicio: revisen propósitos de la evaluación, criterios, instrumentos, modos de retroalimentación. 5. Si hubiera cambios entre lo que hicieron y lo que propondrían fundamenten esas modificaciones, si no hubiera modificaciones fundamenten teóricamente. 6. Entregar a través del aula virtual, hasta una semana antes de la fecha del examen final.
Criterios generales de evaluación
Para la evaluación del trabajo se valorará: La inclusión del marco teórico referencial trabajado en las clases. La coherencia interna del desarrollo. La presencia de reflexiones fundamentadas. La claridad en la escritura para comunicar los diversos puntos del trabajo. Pautas formales: El trabajo deberá ser enviado a través de este mismo espacio. Se realizará en un documento de Word, en hoja tamaño A4, fuente Arial, Times New Roman o Calibri, tamaño 12, interlineado a 1,5 espacios y con número de página. La extensión deberá tener un mínimo de cuatro páginas y un máximo de seis, sin contar la portada ni el listado de bibliografía. Estructura del trabajo: 1. Portada: Instituto, carrera, curso, nombre de la materia, nombre y apellido, DNI, correo electrónico, fecha de presentación. 2. Desarrollo. 3. Bibliografía y/o webgrafía.
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