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El Caso González y otras vs. México, conocido también como Campo Algodonero, cuya
sentencia fue emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) el 16 de
noviembre de 2009, representa un antes y un después para el Estado mexicano en términos de
violencia de género.
El fallo de la Corte Interamericana condena al Estado mexicano como responsable de la
desaparición y muerte de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y
Laura Berenice Ramos Monárrez, cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo algodonero en
Ciudad Juárez, Chihuahua, el 6 de diciembre de 2001.
La Comisión afirmó que los cuerpos de las jóvenes fueron sometidos a un especial crueldad por
parte de los autores del asesinato. Agregó que “la forma en que fueron encontrados los cuerpos de
las tres víctimas indica que fueron violadas y brutalizadas de manera muy cruel”. Asimismo, la
Corte estableció en su decisión los parámetros para determinar, prevenir, investigar, perseguir y
sancionar la violencia de género; Esto significa que esta ley marca pautas para la identificación
de casos de violencia de género.
Por otro lado, la Corte estableció un marco jurídico destinado a abordar la violencia de género
desde una perspectiva preventiva y punitiva. En cuanto a los instrumentos internacionales,
mencionó la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Eliminar la Violencia contra la Mujer, también conocida como
Convención de Belém do Pará, y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Violencia contra la Mujer. . Discriminación Contra la Mujer (CEDAW).
El hecho ocurrió en Ciudad Juárez, una ciudad fronteriza plagada por el crimen organizado y que
también experimenta un aumento significativo de homicidios de mujeres desde 1993. Laura
Berenice Ramos, una estudiante de 17 años, desapareció el 22 de septiembre de 2001; Claudia
Ivette González, 20 años, trabajadora de una empresa maquiladora, desaparecida el 10 de octubre
de 2001; Esmeralda Herrera Monreal, trabajadora doméstica de 15 años, desapareció el lunes 29
de octubre de 2001. Sus familiares presentaron la debida denuncia de desaparición, pero
lamentablemente no se realizó ninguna investigación. Las autoridades se limitaron a elaborar
actas de desapariciones, carteles de búsqueda y realizar declaraciones. Unos días después, el 6 de
noviembre de 2001, se encontraron los cuerpos de los tres con signos de abuso sexual. A pesar de
los recursos presentados por sus familiares, los responsables no fueron investigados ni
sancionados.
En consecuencia, el 6 de marzo de 2002 se presentó una petición preliminar por el caso ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Posteriormente, la Corte presentó un
informe que contiene diversas recomendaciones al Estado de México; Este último se
comprometió a adoptar el reglamento y en su primer informe reportó un cumplimiento parcial,
argumentando que para cumplir con el reglamento en su totalidad, la Comisión necesitaba
aumentar el plazo para entregar resultados. La CIDH, tras revisar la disposición del Estado de
México, concedió dos meses más; Sin embargo, durante este período el gobierno federal estuvo
menos preocupado por cumplir plenamente con las recomendaciones hechas por la Comisión.
Por tal motivo, el 4 de noviembre de 2004 la Comisión, con fundamento en los artículos 51 y 61
de la Convención, entabló una demanda en contra del Estado mexicano ante la Corte IDH, por su
presunta responsabilidad en la desaparición y ulterior muerte de tres mujeres. Como resultado de
lo anterior, la Corte IDH, en sentencia emitida el 16 de noviembre de 2009, encontró al Estado
mexicano responsable de la violación de los siguientes derechos estipulados en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos:
Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos)
Artículo 11 (Derecho a la honra y dignidad)
Artículo 19 (Derecho de niño)
Artículo 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno)
Artículo 25 (Protección Judicial)
Artículo 4 (Derecho a la vida)
Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal)
Artículo 8 (Garantías Judiciales).
En respuesta a esta condena, en México se reformo la Ley General de Acceso de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia, a través de diversas normas, como la Norma Mexicana en igualdad
Laboral y No Discriminación, con el fin de promover el acceso y permanencia de las mujeres en
el mercado laboral con igualdad de oportunidades. También se fortaleció al Instituto Nacional de
la Mujer, que cuenta con programas de asistencia social y jurídica para las víctimas de violencia y
discriminación. Asimismo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación creó el Protocolo para
Juzgar con Perspectiva de Género, el cual pretende ayudar a quienes juzgan a cumplir con su
obligación constitucional y convencional de promover, respetar, proteger y garantizar, bajo los
principios de interdependencia, indivisibilidad, universalidad, progresividad, el derecho a la
igualdad y a la no discriminación.
Cuáles son los conceptos más importantes en relación al abordaje desde la perspectiva de
género que se retoman por parte de la Corte
Los conceptos más importantes que retoman por parte de la corte son de hecho los más básicos en
la perspectiva de género como ¿Qué es Género?, Sexo y Genero no son lo mismo, ¿Qué es la
equidad de Género?
La perspectiva de género se refiere a la metodología y los mecanismos que permiten identificar,
cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende
justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones
que deben emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de
cambio que permitan avanzar en la construcción de la igualdad de género.
Cuando se habla de perspectiva de género, se hace alusión a una herramienta conceptual que
busca mostrar que las diferencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación
biológica, sino también por las diferencias culturales asignadas a los seres humanos.
Mirar o analizar alguna situación desde la perspectiva de género permite entender que la vida de
mujeres y hombres puede modificarse en la medida en que no está “naturalmente” determinada.
Esta perspectiva ayuda a comprender más profundamente tanto la vida de las mujeres como la de
los hombres y las relaciones que se dan entre ambos. Este enfoque cuestiona los estereotipos con
que somos educados y abre la posibilidad de elaborar nuevos contenidos de socialización y
relación entre los seres humanos. El empleo de esta perspectiva plantea la necesidad de
solucionar los desequilibrios que existen entre mujeres y hombres, mediante acciones como:
 Redistribución equitativa de las actividades entre los sexos (en las esferas de lo público y
privado).
 Justa valoración de los distintos trabajos que realizan mujeres y hombres, especialmente en lo
referente a la crianza de las hijas e hijos, el cuidado de los enfermos y las tareas domésticas.
 Modificación de las estructuras sociales, los mecanismos, las reglas, prácticas y valores que
reproducen la desigualdad.
 El fortalecimiento del poder de gestión y decisión de las mujeres.
La importancia de la aplicación de la perspectiva de género radica en las posibilidades que ofrece
para comprender cómo se produce la discriminación de las mujeres y las vías para transformarla.
Además, es necesario entender que la perspectiva de género mejora la vida de las personas, de las
sociedades y de los países, enriqueciendo todos los ámbitos productivos, es decir, no se limita
solamente a las políticas focalizadas a favor de las mujeres.

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