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PRIMERO.

Que es menester concretar los hechos jurídico-penalmente relevantes


para determinar si se presentan los elementos de la institución de la cosa
juzgada.

Se tiene lo siguiente:

1. La Cooperativa CREDICOOL se constituyó el día 10 de mayo de dos mil


veintidos y fijó su domicilio en la provincia de Arequipa, y se registró en la
Zona Registral XIII Arequipa el dieciséis de Mayo de ese mismo año dos mil
veintidós. Sus actividades las realizó en la joya y en la provincia de
Arequipa, en sus oficinas ubicadas en pedro diez cancesco N° 234 de la
Joya y en la avenida Torres Quiñonez lote 6, Urbanización Los Jazmines de
Yanahuara – Arequipa.
2. Esta Cooperativa, bajo la gerencia general del encausado Harol Calcina,
realizó sus actividades anunciando un producto financiero, destinado a la
adquisición de vehículos nuevos, y a bajo la formación de grupos de ciento
ochenta personas que efectuaban aportes mensuales que constituían un
fondo común. Con esta finalidad los aportantes pagaban a CREDICOOL
una cuota de inscripción equivalente 7% del certificado de compra y
amortizaban cuotas mensuales por un periodo aproximado de sesenta
meses, ofreciendo al efecto dos mecanismos de adjudicación (sorteo y
remate). Con esta finalidad dicha Cooperativa CREDICOOL anunciaba este
producto financiero ofreciendo servicios propios de los Administradores de
fondos colectivos, los cuales requerían la correspondiente autorización
administrativa de la SMV.
3. Asimismo, bajo esa misma modalidad, CREDISOLD, con fecha veintisiete
de agosto de dos mil doce, celebró en Arequipa un contrato con el señor
Roberto Hipólito Valencia (contrato número setecientos ocho).

SEGUNDO: No existen antecedentes de tipificación de conductas relacionadas


con el funcionamiento del sistema financiero. En los Códigos Penales abrogados
de 1863 y 1924 apenas si se preveían figuras delictivas asociadas a los intereses
económicos directos de los particulares, a través del tipo penal de la insolvencia
punible. Recién en el artículo 246 del Código Penal de 1991, se tipifica por vez
primera, el denominado delito de “instituciones financieras ilegales”, con el
siguiente texto: El que, por cuenta propia o ajena, se dedica directa o
indirectamente a la captación habitual de recursos del público, bajo la forma de
depósito, mutuo o cualquier modalidad, sin contar con permiso de la autoridad
competente, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni
mayor de seis años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días multa.
Si para dichos fines el agente hace uso de los medios de comunicación social,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho
años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días multa. Si nos
adscribimos a las exigencias de un derecho penal de acto, la denominación más
adecuada para este delito sería la de captación ilegal de fondos públicos. La
entidad que funciona al margen de la autorización de la autoridad competente es
el medio del que se vale el captador de recursos del público, pero es este, como
persona penalmente responsable, quien realiza la conducta.

TERCERO: Así mismo, que de acuerdo al artículo 6 del Código Procesal Penal en
su inciso C, donde nos hablan de la cosa juzgada que tiene relación sobre impedir
que una persona sea juzgada dos veces por el mismo delito. Ya que si una
sentencia ha sido emitida anteriormente en relación a un delito alcanza firmeza, y
no se puede abrir un nuevo proceso judicial sobre los mismos hechos y
fundamentos. Por tanto, nuestro criterio exige que se tome en cuenta la duplicidad
de acusación en el presente caso sobre los facticos del 2012 y 2022. La sentencia
emitida el 2012 en relación al delito de instituciones financieras no puede abrir un
nuevo proceso judicial sobre los mismos hechos y fundamentos.

Esto en consecuencia a que los hechos y las partes consignan mismos actores
referidos al contrato de 2022 y 2012. Por tanto, se debe deducir que la cosa
juzgada abarca la sentencia emitida por el Juzgado Unipersonal de Paucarpata del
año 2012 sobre el delito de instituciones financieras previsto en el 246 del Código
Penal, donde ya se condenó a 2 años y 11 meses de pena privativa de libertad.
CUARTO: Además debo argumentar que el bien jurídico protegido en los dos
casos, es el mismo por la vulneración al Estado y el orden financiero, encajando
así la persecución del delito.

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