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MARCO TEÓRICO
2.1. ANTECEDENTES
2.1.1. A nivel internacional
Título: El consumo de alcohol en España 2023. Objetivo: Analizar las
tendencias del consumo de alcohol per cápita en adultos en España 2023,
así como las posibles causas y consecuencias de los cambios observados.
Material y método: Se utilizaron datos del Sistema de Información Global
sobre Alcohol y Salud de la Organización Mundial de la Salud, así como de
la encuesta sobre el alcohol y otras drogas en España. Se aplicó el modelo
de regresión Joinpoint para identificar los puntos de cambio en las
tendencias temporales del consumo de alcohol. Se realizó una revisión
narrativa para explorar los factores que podrían explicar los cambios de
tendencia encontrados. Resultados: Se identificaron cinco puntos de
cambio en el consumo de alcohol per cápita en adultos en España:
disminución del 3,2% por año, aumento del 1,1% por año, disminución del
4,5% por año. Conclusión: El consumo de alcohol en España ha disminuido
en las últimas décadas, pero sigue siendo un problema de salud pública que
requiere una mayor atención y prevención. Se recomienda evaluar la
19
efectividad de las medidas implementadas y adaptarlas a las necesidades
actuales. (3)
20
El 52.5% de los participantes consumía alcohol ocasionalmente y el 75%
tenía un grado de consumo bajo. El 67.5% consideraba que las bebidas
alcohólicas descontrolaban el comportamiento del individuo. Conclusión:
El consumo de alcohol social/esporádico no tuvo un efecto negativo en el
aumento de la violencia doméstica en el corregimiento del Chirú. (9)
21
sociodemográficos en adolescentes del Colegio Luis Monsalve Pozo,
período 2021-2022 Ecuador. Objetivo: Analizar la prevalencia de la
ansiedad y su relación con los factores sociodemográficos en una muestra
de adolescentes del Colegio Luis Monsalve Pozo, en la ciudad de Cuenca,
durante el período 2021-2022. Material y método: Se realizó un estudio
cuantitativo, descriptivo y correlacional, con una muestra de 384
adolescentes entre 12 y 18 años, seleccionados mediante un muestreo
aleatorio estratificado. Se aplicó una ficha sociodemográfica y el Inventario
de Ansiedad de Beck (BAI) para medir el nivel de ansiedad y su relación
con variables como el género, la edad, el nivel socioeconómico, el tipo de
familia y el rendimiento académico. Resultados: Se encontró que el 31.8%
de los adolescentes presentó algún grado de ansiedad, siendo el nivel leve el
más frecuente (18.5%). Se observaron diferencias significativas según el
género, el nivel socioeconómico y el tipo de familia. Las mujeres reportaron
mayores niveles de ansiedad que los hombres, así como los adolescentes de
nivel socioeconómico bajo y los que vivían en familias monoparentales o
reconstituidas. Conclusión: La ansiedad es un problema de salud mental
que afecta a una parte importante de los adolescentes del Colegio Luis
Monsalve Pozo, especialmente en aquellos que presentan factores de riesgo
sociodemográficos. (25)
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y la Escala de tipos de espectadores en situaciones de conflicto entre pares.
Resultados: Se encontró que el 31.8% de los adolescentes presentó algún
grado de ansiedad y el 29.3% algún grado de depresión. Se observaron
diferencias significativas según el género, siendo las mujeres las que
reportaron mayores niveles de ansiedad y depresión que los hombres.
También se hallaron diferencias según el tipo de espectador, siendo los
defensores los que presentaron menores niveles de ansiedad y depresión que
los demás tipos. Conclusión: La exposición al bullying como espectador
afecta la salud mental de los adolescentes, especialmente en aquellos que
presentan factores de riesgo como el género femenino o el rol pasivo o
agresivo frente al conflicto. (37)
23
relación con variables sociodemográficas, en una muestra de adolescentes
de la ciudad de Cuenca, durante la pandemia por COVID-19. Material y
método: Se realizó un estudio cuantitativo, descriptivo y transversal, con
una muestra de 384 adolescentes entre 12 y 18 años, seleccionados mediante
un muestreo aleatorio estratificado. Se aplicó un cuestionario
sociodemográfico y la escala DASS-21 para medir los niveles de depresión,
ansiedad y estrés. Resultados: Se encontró que el 29.4% de los adolescentes
presentó depresión, el 32.8% ansiedad y el 25.8% estrés. Se observaron
diferencias significativas según el género, el nivel socioeconómico y el tipo
de familia. Las mujeres reportaron mayores niveles de depresión y ansiedad
que los hombres, mientras que los adolescentes de nivel socioeconómico
bajo y los que vivían en familias monoparentales o reconstituidas mostraron
mayores niveles de estrés. Conclusión: La pandemia por COVID-19 ha
afectado la salud mental de los adolescentes de la ciudad de Cuenca,
especialmente en aquellos que presentan factores de riesgo
sociodemográficos. (24)
24
Título: Bienestar psicológico y su relación con el consumo de alcohol en la
ciudad de Ambato Ecuador 2022. Objetivo: Analizar la relación entre el
bienestar psicológico y el consumo de alcohol en los jóvenes adultos de la
ciudad de Ambato. Material y método: Se realizó un estudio cuantitativo,
no experimental, correlacional, descriptivo y transversal con 405
participantes de entre 18 y 35 años, que residían en la ciudad de Ambato. Se
les aplicó el Test de Identificación de los Trastornos Debidos al Consumo
de Alcohol (AUDIT) y la Escala de Bienestar Psicológico de Carol Ryff
(EBP de Ryff) para medir las variables de interés. Resultados: Se encontró
que el consumo de alcohol de los participantes tenía un patrón ocasional y
un nivel bajo en la mayoría de los casos. El bienestar psicológico se mostró
alto en más de la mitad de los participantes. No se halló una correlación
significativa entre el consumo de alcohol y el bienestar psicológico en
general, solo se observó una relación parcial entre el consumo perjudicial de
alcohol y las dimensiones de relaciones positivas con otras personas y
autonomía. Conclusión: El consumo de alcohol social/esporádico no tuvo
un efecto negativo en el bienestar psicológico de los jóvenes adultos de
Ambato. (12)
25
el análisis estadístico, mediante tablas de contingencia y el índice de la V de
Cramer. Resultados: Se encontró que el 38,9% de la población presentaba
ansiedad moderada y el 47,2% dependencia al alcohol. Se halló una relación
moderada entre los niveles de ansiedad y el consumo de alcohol, con un
valor de V de Cramer de 0,520 y un valor p < 0,05. Conclusión: Los
resultados sugieren que la pandemia de COVID-19 ha afectado tanto la
salud mental como el comportamiento relacionado con el consumo de
alcohol en la población estudiada. (13)
26
Analizar las consecuencias del consumo de alcohol en diferentes ámbitos de
la vida de los bebedores, según el género, la edad y el nivel socioeconómico.
Material y método: Se realizó un estudio cualitativo con 40 participantes
(20 hombres y 20 mujeres) de entre 18 y 65 años, que consumían alcohol al
menos una vez al mes. Se utilizaron entrevistas semiestructuradas y grupos
focales para explorar las percepciones, experiencias y significados del
consumo de alcohol y sus consecuencias. Resultados: Se identificaron tres
tipos de consecuencias: positivas, negativas y ambivalentes. Las
consecuencias positivas se relacionaron con el placer, la diversión, el
relajamiento, la sociabilidad y el afrontamiento de problemas. Las
consecuencias negativas se asociaron con problemas de salud física y
mental, violencia, accidentes, conflictos familiares y laborales, pérdida de
recursos económicos y deterioro de la imagen social. Las consecuencias
ambivalentes se refirieron a aquellas que podían ser positivas o negativas
según el contexto, el grado o la frecuencia del consumo, como la
desinhibición, la expresión de emociones, la sexualidad y el prestigio.
Conclusión: El consumo de alcohol tiene múltiples consecuencias en la
vida de los bebedores, que varían según el género, la edad y el nivel
socioeconómico. (15)
27
de la información a través del cuestionario de la escala de funcionamiento
familiar (FACES III) y la escala de ansiedad fue el ZUNG. Resultados: los
adolescentes evaluados la mayoría (60.0%) presenta un funcionamiento
familiar extremo, el (52.0%) de los adolescentes presentan un nivel de
ansiedad moderada). Conclusión: a mayor grado de ansiedad disminuye el
funcionamiento familiar. (38)
28
sobre la funcionalidad familiar y el consumo de alcohol en relación a la
prevención del consumo de alcohol en los adolescentes. Material y método:
Investigación de tipo documental en donde se recopiló información y se
realizó un análisis de los estudios experimentales y descriptivos realizados
entre los años 2016 y 2022. Resultados: La funcionalidad familiar es un
factor relevante en relación a la prevención del consumo de alcohol en
adolescentes. Conclusión: La funcionalidad familiar es importante para no
desarrollar un comportamiento de riesgo de consumo de alcohol. (39)
29
Determinar los niveles de ansiedad en estudiantes de secundaria en el
retorno a la presencialidad en Colegio Nacional de JLO–Chiclayo, 2022.
Material y método: Estudio descriptivo de corte transversal. La población
fue conformada por 800 estudiantes, y la muestra por 286 estudiantes de
primero a quinto grado de secundaria de un colegio nacional de José
Leonardo Ortiz – Chiclayo. Se utilizó como instrumento un cuestionario que
consta de dos secciones: la primera, para recopilar datos sociodemográficos
y la segunda para estandarizar información relacionada al estudio mediante
la escala del trastorno de ansiedad generalizada (GAD-7). Resultados: La
mediana de la edad de los participantes fue 15 años, con un rango entre 12
y 19 años. El nivel de ansiedad leve fue predominante (36.36%), mientras
la ansiedad severa fue la de menor nivel prevalencia (17.48%). De acuerdo
al sexo, se encontró mayor prevalencia de ansiedad en mujeres (46.85 %),
siendo la ansiedad moderada la más presentada (16.43%); según la edad se
presentó mayoritariamente en alumnos de 13 años (18.53%) siendo el nivel
leve el de mayor ocurrencia (8.39%). Según el grado académico, se encontró
predominio en estudiantes de quinto grado de secundaria (21.33%) siendo
el nivel leve el más prevalente (9.79%). Conclusión: La mayoría de los
alumnos de nivel secundario presentan ansiedad, siendo el nivel leve el
predominante. Tomando el factor de grado académico, el quinto de
secundaria fue el grado con mayor índice de ansiedad. El sexo femenino fue
preponderante respecto al sexo masculino en cuanto a la presentación de
ansiedad. Según la edad, los estudiantes con 13 años cumplidos
conformaron la población que presentó los mayores porcentajes de
ansiedad. (28)
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enfoque cuantitativo y un paradigma positivista. La muestra estuvo
conformada por 254 adolescentes, que cumplen los criterios de inclusión.
Los instrumentos de recolección de datos son: Escala de Autoevaluación de
la Ansiedad de Zung (EAA) y Escala del Clima Social en la Familia. El
procesamiento y análisis de datos se realizó con el programa estadístico
SPSS v.28, a nivel descriptivo y analítico. Resultados: La mayoría de
adolescentes se encuentran sin ansiedad (56.0%) y el 44.0% con ansiedad.
La mayoría de adolescente presenta clima social familiar media (49.0%),
seguido de mala (30.0%) y con menor proporción buena (21.0%). No existe
relación significativa entre Clima Social Familiar y Nivel de Ansiedad del
Adolescente (p=0,366). Conclusión: el clima social familiar no influye en
la ansiedad de los adolescentes. (29)
31
Título: funcionamiento familiar y ansiedad en adolescentes de una
institución educativa estatal del Distrito de Chorrillos Lima 2022. Objetivo:
Establecer la relación entre el funcionamiento familiar y la ansiedad en
adolescentes de una institución educativa estatal del distrito de Chorrillos.
Material y método: Se realizó un estudio descriptivo y correlacional de
corte transversal, con un enfoque cuantitativo y un paradigma positivista.
La muestra estuvo conformada por 124 estudiantes de secundaria, de ambos
sexos y con edades entre 12 y 17 años. Se aplicaron dos instrumentos: la
Escala de Evaluación de la Cohesión y Adaptabilidad Familiar (FACES III)
y el Inventario de Ansiedad Rasgo-Estado (IDARE). Resultados: Se
encontró una relación significativa entre la dimensión cohesión del
funcionamiento familiar y la ansiedad como estado en adolescentes (r = -
0.32; p < 0.01), así como entre la dimensión cohesión del funcionamiento
familiar y la ansiedad rasgo en adolescentes (r = -0.31; p < 0.01). También
se halló que las mujeres presentaron mayores niveles de ansiedad que los
varones, y que los estudiantes de quinto grado mostraron mayor ansiedad
que los de otros grados. Conclusión: el funcionamiento familiar influye en
la ansiedad de los adolescentes, siendo la cohesión familiar un factor
protector frente a la ansiedad. (31)
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tipo censal. Resultados: Se pudo observar que un 57,8% es de sexo
femenino mientras que el restante es de sexo masculino 42,2% y
mayoritariamente el 71,1% tuvo ansiedad dentro de los limites normales
seguidamente el 24,4% tuvo ansiedad moderada el restante el 4,4% tuvo
ansiedad marca a severa, en los niveles de depresión principalmente se
muestra un 53,3% con desorden emocional seguidamente un 35,6% que
tuvo depresión dentro de los limites normales y el restante del 11,1% tuvo
depresión situacional. Conclusión: Existe una relación favorable de grado
moderado entre las dos variables que es ansiedad y depresión en los
adolescentes de 5to de secundaria del colegio San Martin de Porres. (32)
33
Título: Consumo de alcohol en trabajadores de una municipalidad distrital,
Huamanga, Ayacucho, 2020. Objetivo: El objetivo del presente estudio fue
identificar el consumo de alcohol en trabajadores de una municipalidad
distrital, Huamanga, Ayacucho, 2020. Material y método: Para ello, se
utilizó una metodología cuantitativa, con un diseño no experimental de corte
transversal. La población de estudio estuvo conformada por 124
trabajadores municipales, tanto mujeres como varones. Se utilizó una
muestra de 70 trabajadores, seleccionados mediante muestreo aleatorio
simple. El instrumento utilizado fue el Cuestionario de Tamizaje para el
Consumo de Alcohol (AUDIT). Resultados: Los resultados mostraron que
el 93% de los trabajadores municipales consume alcohol, siendo el consumo
bajo el más frecuente (54%). El 3% de los trabajadores tiene un consumo de
riesgo, y el 2% un consumo perjudicial. No se encontraron diferencias
significativas en el consumo de alcohol según sexo. Conclusión: el
consumo de alcohol es un problema de salud pública en los trabajadores
municipales de Huamanga, Ayacucho. (40)
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son vividos como traumáticos y, por tanto, amenazantes, de manera que cada vez
que entran en contacto con estos estímulos se desencadena la ansiedad asociada a
la amenaza. (41)
La teoría del aprendizaje social de la ansiedad
Se dice que la ansiedad puede desarrollarse no sólo a través de la experiencia
directa o la información de sucesos traumáticos, sino también a través del
aprendizaje mediante la observación de otras personas significativas del entorno.
(41)
Teorías Cognitivas de la ansiedad
Considera que la ansiedad es el resultado de "cogniciones" patológicas. Puede
decirse que el individuo "etiqueta" mentalmente la situación y la afronta adoptando
un estilo y un comportamiento particulares. Por ejemplo, cada uno de nosotros
puede experimentar una sensación física desagradable en algún momento, pero la
mayoría no le atribuye ningún significado. Sin embargo, algunas personas la
interpretan como una señal de alarma y una amenaza para su salud física o
psicológica, lo que desencadena una respuesta neurofisiológica y, por tanto,
ansiedad. (41)
2.2.1.1. Alcohol
El alcohol es una sustancia orgánica que contiene el grupo hidroxilo (-OH)
unido a un átomo de carbono saturado. El alcohol más común y consumido
por los seres humanos es el etanol o alcohol etílico, que se obtiene por
fermentación de azúcares presentes en frutas, cereales y otros vegetales. El
etanol es una sustancia psicoactiva que puede alterar el estado de ánimo,
la percepción, el pensamiento y el comportamiento de las personas que lo
35
ingieren. El consumo excesivo y prolongado de etanol puede causar
dependencia, tolerancia, abstinencia y diversos problemas de salud física
y mental. (43)
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trastorno por consumo de alcohol o una recaída después de recuperarse
de este trastorno.
• Factores sociales y culturales. Tener amigos o una pareja que beben
con regularidad podría aumentar el riesgo de tener trastorno por
consumo de alcohol. La manera atractiva en la que a veces el consumo
de alcohol se presenta en los medios de comunicación también puede
transmitir el mensaje de que beber mucho está bien. En el caso de los
jóvenes, la influencia de los padres, compañeros y otros modelos para
seguir puede afectar el riesgo.
2.2.1.4. Alcoholismo
Por lo general, nadie asumirá en primera instancia que es un alcohólico,
pero se considera que una persona tiene problemas con el alcohol cuando
continúa bebiendo a pesar de que el consumo de alcohol está interfiriendo
de forma negativa en su vida, ya sea en su salud, en su equilibrio
psicológico, en su trabajo, en su vida familiar, en su imagen social, etc.
Más aún, es un problema que afecta a su libertad. (46)
37
La dependencia del alcohol es un problema serio que afecta a la salud de
la persona que la padece en el sentido más amplio de la palabra. Cuando
se es alcohólico, se desarrolla la dependencia del alcohol va perdiendo su
capacidad de decidir si bebe o no bebe en determinadas situaciones, va
perdiendo poco a poco el autocontrol de su propia conducta; en definitiva,
va perdiendo su libertad. (46)
38
evolucionar a gamma.
Estos bebedores tampoco siguen reglas sociales al respecto de la
bebida. (47)
• Alcohólico BETA:
Este tipo de alcoholismo hace referencia a aquellos bebedores
excesivos de forma regular. No existe una dependencia fisiológica,
pero en este caso, los factores socioculturales resultan determinantes.
Si bien, en este tipo de alcoholismo, la suspensión de la substancia
tampoco da lugar a un síndrome de abstinencia, sí que existen
importantes repercusiones orgánicas (alcoholización) y
complicaciones como, por ejemplo, polineuropatías, gastritis o cirrosis
hepáticas.
Esta clase de alcoholismo puede terminar derivando en gamma o delta
y provoca una reducción del bienestar y la esperanza de vida en la
persona, así como un importante deterioro de su salud física. (47)
• Alcohólico EPSILON o DIPSOMANIA:
Hace referencia al bebedor episódico. También se denomina
dipsomanía.
Aparece en personas que pasan largos periodos de abstinencia o de
consumo muy moderado hasta que este estado se interrumpe para dar
lugar a episodios de ingesta compulsiva, masiva e intensiva de alcohol
(binge drinking).
Este tipo de alcoholismo está asociado a la distimia epiléptica o
ciclotímica, a estados crepusculares, con conductas semiautomáticas y
amnesia posterior. (47)
• Alcohólico GAMMA:
Este tipo de bebedor es denominado bebedor alcoholómano. En esta
clase de alcoholismo se da la dependencia fisiológica, aunque también
tienen gran importancia los componentes psicológicos. En el
alcoholismo gamma aparecen épocas de embriaguez diaria que se
extienden durante meses o semanas y entre ellos, son frecuentes largos
39
periodos de abstinencia. Es una forma de alcoholismo bastante habitual
en países en los que la bebida socialmente se encuentra normalizada,
como Gran Bretaña; de ahí que también reciba el nombre de
alcoholismo anglosajón. (47)
Se caracteriza entre otras cosas por (47):
- La aparición de dependencia física registrada, acompañada de
síndrome de abstinencia y de falta de control
- La tolerancia progresiva
- La adaptación del metabolismo celular
- El impulso a la embriaguez
El hecho de que los episodios no suelan finalizar hasta que tienen
repercusiones importantes, tales como problemas financieros o de
salud (47)
• Alcohólico DELTA
O bebedor alcoholizado. Este enfermo presenta las características del
alcoholismo gamma y le suma la incapacidad de abstenerse.
La dependencia aparece tanto a nivel fisiológico como psicológico y
el componente social es determinante. Por tanto, se trata de bebedores
sociales, pero incapaces de abandonar la bebida. Este perfil tiene una
progresión lenta y se presenta tolerancia, gran dependencia física y
síndrome de abstinencia.
Suelen consumir diariamente un elevado volumen de alcohol, aunque
no suelen presentar intoxicación, puesto que, al no existir compulsión,
su capacidad de control sobre la cantidad de bebida ingerida no está
alterada. (47)
40
Se absorbe rápidamente en el estómago (20%) e intestino delgado, por
difusión simple. La rapidez de absorción depende de presencia de
alimentos en el estómago, cantidad de alcohol ingerida y tipo de bebida.
Parte del alcohol se metaboliza en estomago por la alcohol-deshidrogenasa
(ADH) que es menor en la mujer. Se distribuye rápidamente por todo el
organismo, excepto por el tejido graso, y alcanza la máxima concentración
a los 30-90 minutos de su ingesta. Atraviesa con facilidad todas las
barreras. Se metaboliza en su mayor parte por vía hepática, eliminándose
principalmente por vía renal. (48)
El alcohol ejerce importantes efectos farmacológicos que dependen de la
concentración de alcohol en sangre, tipo de consumo (agudo o crónico), y
de características de la persona. (48)
La duración de un episodio de intoxicación depende de factores como la
cantidad y el tipo de bebida alcohólica ingerida, la rapidez de la ingesta, y
de la absorción dependiendo si la ingesta se realizó o no con comida.
Cuando la intoxicación se hace progresivamente más intensa pasa por tres
fases: excitación psicomotriz, incoordinación con depresión cerebral y
coma. Puede asociarse a amnesia para los acontecimientos ocurridos
durante la intoxicación. Con el desarrollo de tolerancia, los efectos
motores, sedantes y ansiolíticos del alcohol disminuyen de intensidad. (48)
41
- Disminución capacidad de juicio
- Relajación
- Sensación de bienestar
- Deterioro de los movimientos oculares
• Alcoholemia de 0,5-0,88 g/1:
- Reacción general enlentecida
- Alteraciones en los reflejos
- Perturbación motriz
- Euforia, distensión y bienestar
- Impulsividad
- Sobrevaloración de las capacidades
• Alcoholemia de 0,8-1,5 g/1:
- Embriaguez importante
- Reflejos muy perturbados con lentificación de respuestas
- Pérdida de control y problemas de coordinación
- Dificultad de concentrar la vista
- Disminución de la vigilancia y percepción del riesgo
• Alcoholemia de 1,5-2,5 g/1:
- Embriaguez neta con efectos narcóticas y confusión
- Cambios conductuales imprevisibles
- Agitación psicomotriz
- Perturbaciones psicosensoriales y confusión mental
- Visión doble y actitud titubeante
• Alcoholemia por encima de 3 g/1:
- Embriaguez, profunda
- Estupor con analgesia y progresiva inconsciencia
- Abolición de los reflejos
- Parálisis
- Hipotermia
- Coma con depresión bulbar, y muerte
42
2.2.2. ANSIEDAD
Lang (2002): es una respuesta emocional que da el sujeto ante situaciones
que percibe o interpreta como amenazas o peligros. (41)
Beck (1985) refiere que es la percepción del individuo a nivel incorrecto,
estando basada en falsas premisas. (41)
Kiriacou y Sutcliffe (1987): una respuesta con efectos negativos (tales como
cólera, ansiedad, depresión) acompañada de cambios fisiológicos
potencialmente patógenos (descargas hormonales, incremento de la tasa
cardiaca, etc.). (41)
Lazarus (1976): La ansiedad es un fenómeno que se da en todas las personas
y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al
medio social, laboral, o académico. Además, tiene la importante función de
movilizarnos frente a situaciones amenazantes o preocupantes, de forma que
hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o
afrontarlo adecuadamente. (41)
a) Síntomas.
Respuestas de ansiedad agrupadas en los tres sistemas de respuesta
humana. Síntomas subjetivos, cognitivos o de pensamiento (41):
i. Preocupación
- Inseguridad.
- Miedo o temor.
- Aprensión.
- Pensamientos negativos (inferioridad, incapacidad).
- Anticipación de peligro o amenaza.
- Dificultad de concentración.
- Dificultad para la toma de decisiones.
- Sensación general de desorganización o pérdida de control sobre el
ambiente.
ii. Motores u observables
- Hiperactividad.
43
- Paralización motora.
- Movimientos torpes y desorganizados.
- Tartamudeo y otras dificultades de expresión verbal.
- Conductas de evitación fisiológicas o corporales.
- Síntomas cardiovasculares: palpitaciones, pulso rápido, tensión
arterial alta, accesos de calor
- Síntomas respiratorios: sensación de sofoco, ahogo, respiración
rápida y superficial, opresión torácica.
- Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea, aerofagia,
molestias digestivas.
- Síntomas genitourinarios: micciones frecuentes, enuresis,
eyaculación precoz, frigidez, impotencia.
- Síntomas neuromusculares: tensión muscular, temblor, hormigueo,
dolor de cabeza tensional, fatiga excesiva.
- Síntomas neurovegetativos: sequedad de boca, sudoración
excesiva, mareos.
b) Diagnostico.
El diagnóstico de la ansiedad se basa en la evaluación clínica por parte
del especialista en Psiquiatría. Presenta síntomas y signos bastante
característicos, lo que hace que no sea necesario, en muchos casos,
realizar ninguna otra prueba diagnóstica (49).
• Entrevista diagnóstica.
• Si se sospecha que puede tener una causa orgánica, conviene
realizar otras pruebas como la resonancia magnética, analíticas y
valoración por otros especialistas.
• Pruebas de psicodiagnóstico.
c) Tratamiento
Existen terapias eficaces para los trastornos de ansiedad que pueden
ayudar a la mayoría de las personas que los padecen a llevar vidas
productivas y plenas (49).
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La mayor eficacia se ha conseguido con la combinación de
psicofármacos y psicoterapia (49).
Entre los fármacos, se utilizan los antidepresivos en dosis superiores a
las requeridas para tratar la depresión. También son útiles las
benzodiacepinas, que controlan los síntomas con rapidez, aunque no
deberían administrarse de forma prolongada (49).
Existen distintas técnicas de psicoterapia para los trastornos de ansiedad
encaminadas al aprendizaje de habilidades para el manejo de la
ansiedad. Es importante la explicación clara sobre los síntomas físicos
de la ansiedad y el entrenamiento en relajación (49).
2.2.2.1. Ansiedad y miedo
La ansiedad puede distinguirse del miedo en cuanto que es un proceso
emocional, mientras que éste es un proceso cognitivo. El miedo implica
la valoración intelectual de un estímulo amenazador; la ansiedad, la
respuesta emocional a dicha valoración. Cuando una persona dice que
teme algo generalmente se refiere a una serie de circunstancias no
presentes pero que pueden ocurrir en determinado punto del futuro. En
ese punto, se dice que el miedo está “latente”. Cuando una persona tiene
ansiedad, experimenta un estado emocional subjetivamente desagradable
caracterizado por sensaciones subjetivas desagradables, como por
ejemplo tensión o nerviosismo, y por síntomas fisiológicos tales como
palpitaciones cardíacas, temblores, náuseas y mareos. El miedo se activa
cuando una persona se ve expuesta, ya física ya psíquicamente, a una
situación de estímulo que considera amenazadora. Cuando el miedo se
activa, la persona experimenta ansiedad. El miedo es entonces una
valoración del peligro; la ansiedad, un estado emocional desagradable
provocado cuando se estimula el miedo. Además de la ansiedad, se puede
provocar concurrentemente toda una variedad de síntomas referibles a
los sistemas autónomo y nervioso-somático. (50)
45
2.2.2.2. Función de la ansiedad
Aspectos adaptativos
Cuando estudiamos determinadas reacciones como la ansiedad, la
inhibición, la mente en blanco, el mareo, etc., no está nada claro qué
utilidad pueden tener. Sin embargo, cuando consideramos estos síntomas
en tanto en cuanto que han desempeñado una función en la evolución de
la especie, su presencia ya empieza a tener sentido. Los términos
teleonómico y adaptativo se emplean para referirse a conductas que han
tenido un valor de supervivencia en el plano evolutivo (Lorenz, 1980).
En este mismo orden de cosas, el término adaptativo puede aplicarse
también a la conducta que estimula los objetivos más importantes del
organismo, como son la supervivencia, el crecimiento, la reproducción,
el mantenimiento, el dominio, etcétera.
Como existe una presión constante para adoptar una conducta auto-
potenciadora, el organismo, junto con sus sistemas globales de
comprobación o equilibrio, depende de la “reacción de miedo” como
control de modelos abiertamente expansivos o inexactos. Por ejemplo, la
conducta agresiva relacionada con la exploración o competitividad
podría conducir a lesiones o muerte si no se refrena. El individuo tiene
toda una serie de estos reguladores automáticos, que lo disuaden de
exagerar. Un ejemplo de tales inhibidores es el "reflejo del acantilado
visual” (Marks, 1969). Se ha observado que muchos mamíferos de corta
edad, incluidos los humanos, muestran una respuesta de inmovilidad
llegados al borde de una cornisa o saliente. Esta inhibición sirve de
contención para no seguir avanzando hacia la zona de peligro. Dicho
“regulador” persiste a menudo en la edad adulta y se manifiesta con una
sensación de mareo y de inhibición física cuando uno se acerca al borde
de un precipicio.
Cuando consideramos los miedos corrientes en la infancia -a las caídas,
a los insultos, al ahogamiento de cualquier tipo, a la oscuridad, a las
profundidades, etcétera-, constatamos que al menos algunos pueden
46
servir para que el niño no se aventure por lugares desconocidos o
peligrosos antes de tener las habilidades y destrezas necesarias (por
ejemplo, percibir debidamente la profundidad, saber nadar...). Los
miedos impersonales, como por ejemplo el miedo a los desconocidos o a
separarse del cuidador, pueden entenderse en términos parecidos. El
humano que está creciendo experimenta cierta gratificación al desarrollar
la autosuficiencia. Pero, si no encuentra ninguna cortapisa, el niño puede
meterse en zonas desconocidas, asociadas a peligros potenciales aún
indefinidos. Así, la mayor parte de los niños tienen una serie de miedos
arraigados a ser abandonados o a perderse, miedos que se desencadenan
antes de alejarse demasiado del cuidador.
¿Cómo se expresan estos mecanismos teleonómicos en el miedo
escénico, en la ansiedad interpersonal o en la agorafobia? El miedo a una
evaluación negativa parece ser un elemento disuasorio respecto a una
conducta perjudicial para nuestras relaciones con los demás. En última
instancia, la enajenación respecto de los demás podría significar el
abandono por parte del grupo de los allegados o una abierta
desaprobación por parte de los demás. Así, el individuo con miedo
escénico se moviliza, de un lado, para obtener gratificación siendo
aprobado por un auditorio, pero, del otro, se muestra aprensivo sobre la
posibilidad de experimentar el dolor de la desaprobación. El dolor
anticipado de la desaprobación basta para desencadenar el denominado
“modo de la vulnerabilidad”, el cual, dados sus mecanismos de inhibición
del discurso y de la acción, sirve para prevenir una conducta "temeraria”
(capítulo 4). La persona con agorafobia, por el contrario, posee una
compleja serie de temores que giran alrededor de la noción de una
catástrofe interna, como por ejemplo un ataque al corazón, la pérdida del
control o un trastorno mental. Como el individuo cree que no puede hacer
frente a estos peligros sin la ayuda de una figura-clave, se siente más
asustado cuando está lejos de un cuidador potencial.
47
En cierto sentido, los temores sirven de advertencia sobre la
vulnerabilidad del individuo ante posibles sanciones sociales (miedo
escénico o ansiedad social) y peligros físicos (ataques de pánico).
Conviene notar, empero, que los miedos circulan en dos direcciones:
sirven para desalentar no sólo una conducta azarosa, indebidamente
agresiva, sino también una conducta regresiva, infantil. Así, el individuo
que evita situaciones de riesgo teme verse sometido a las chanzas de sus
compañeros. Se puede tener una visión completa de este sistema de
contra-equilibrio en el miedo escénico, donde un individuo se siente a la
vez inhibido a la hora de expresarse por miedo a “parecer ridículo” y
asustado ante la perspectiva de parecer inhibido e inmaduro a causa del
miedo propiamente tal. (50)
La ansiedad como estrategia en la respuesta a las amenazas
La ansiedad es una experiencia muy fuerte que suele ocultar otros
componentes de la respuesta de amenaza. Los seres humanos estamos
hechos para experimentar una emoción intensamente desagradable
(ansiedad) en respuesta a un peligro presente, y la experiencia nos empuja
a tomar medidas conducentes a reducirla y a prevenir su aparición. Más
aún, tanto los pacientes como los facultativos y los teóricos se inclinan a
considerar la experiencia desagradable de la ansiedad como un elemento
central de patologías tales como el ataque de pánico. La ansiedad,
empero, no es el proceso patológico en los denominados trastornos de
ansiedad, como tampoco el dolor o la fiebre constituyen el proceso
patológico en una infección o lesión. No deberíamos permitir que el
mecanismo natural de dramatización de la sensación de ansiedad nos
haga creer erróneamente que esta experiencia sumamente subjetiva juega
un papel fundamental en los denominados trastornos de ansiedad.
La ansiedad juega un papel de captación de atención. Desvía la atención
de otras cuitas o preocupaciones y la dirige a dicha experiencia subjetiva
desagradable. Esta experiencia es generalmente lo bastante desagradable
como para que el individuo desee reducirla mediante un cambio de
48
estrategia. Por ejemplo, en vez de meternos en una zona insegura dar un
rodeo; o en vez de plantarnos ante un vehículo que se acerca saltar para
que no nos atropelle. Asimismo, al concienciar al individuo en el sentido
de que puede quedar herido, la ansiedad lo induce a echar el freno ante
una acción “imprudente” o a adoptar una conducta defensiva. Las
medidas que consiguen reducir el peligro suelen reducir también la
ansiedad. Y, si estas medidas no reducen el peligro, la ansiedad suele
persistir.
La función de la ansiedad puede compararse a la del dolor. La experiencia
del dolor nos empuja a hacer algo a fin de eliminarlo o reducirlo...,
parando cualquier actividad lesiva, tomando medidas para reparar la
lesión, etcétera. Pero el dolor no es la enfermedad (no es, por ejemplo, la
apendicitis, aunque pueda ser un signo de la misma). De manera similar,
la ansiedad no es la causa de la perturbación psicológica. En los
trastornos de ansiedad, la generación incesante de ansiedad constituye un
mecanismo persistente, ineficaz, destinado a hacer que el organismo
reduzca el supuesto peligro que está activando la respuesta de ansiedad.
No obstante, cuando el problema no es un peligro real sino una falsa
percepción o la exageración del peligro, la experiencia de la ansiedad es
inapropiada para iniciar cualquier acción curativa. Si el peligro no existe
o se ha exagerado, el individuo no podrá bloquearlo.
Así, el problema principal en los trastornos de ansiedad no es tanto la
generación de ansiedad como los modelos cognitivos (esquemas)
hiperactivos atinentes al peligro que están constantemente estructurando
experiencias externas y/o internas como signo de peligro (Bcck, 1971).
(50)
Mecanismos de supervivencia
El fenómeno de la ansiedad representa sólo una entre muchas
“estrategias” diferenciadas pero interrelacionadas para hacer frente a la
amenaza, y, por tanto, debería analizarse en el marco global de las
respuestas de un organismo al peligro. En un sentido más amplio, estas
49
respuestas no sólo incluyen los modelos generalmente asociados a la
ansiedad sino también la clase de conductas hostiles asociadas al peligro.
W.B. Cannon (1929) formuló el famoso paradigma de la "reacción lucha-
huida” para designar los modelos fisiológicos característicos de la
respuesta a la amenaza. Sin embargo, el individuo está equipado con una
gama mucho más amplia de mecanismos protectores específicos, todos
ellos destinados a hacer frente a peligros específicos. Entre las respuestas
automáticas cabe citar: la protección contra la entrada de sustancias
nocivas o su expulsión, la defensa contra un golpe externo, la inhibición
de las propias acciones, el desmayo, el recurrir a los demás en busca de
ayuda... Una frase más completa para describir las estrategias de
supervivencia podría ser la de "reacción de lucha o huye o quédate parado
o desmáyate”. Como, en primer lugar, estas conductas de amplio alcance
son primitivas (en el sentido de que pueden observarse en otros primates)
e involuntarias, en segundo lugar, se dan a modo de reflejo y, en tercer
lugar, aparecen como una línea básica de defensa contra el peligro, yo las
he denominado “reacciones primarias”. (50)
Los reflejos
Una de las reacciones automáticas son los reflejos discretos destinados a
esquivar o ahuyentar agentes potencial mente nocivos. Entre estos
reflejos figuran el parpadeo, el jadeo, la tos, el espasmo bronquial, los
vómitos y la diarrea. Hay una serie más compleja de conductas reflexivas
destinadas a defender contra la eventualidad de traumas al organismo en
general. Los humanos estamos expuestos a toda una variedad de
amenazas, como por ejemplo que nos golpeen objetos inanimados
(desprendimiento de cascotes, misiles, etcétera) o nos ataquen otros seres
vivos. La respuesta a la amenaza de ser golpeados por un objeto en
movimiento incluye acciones como agacharnos, esquivar, encogernos y
tensarnos. (50)
Modelos defensivos
50
Los "ataques” físicos externos más generales que encontramos en la vida
cotidiana se dan curiosamente cuando vamos a visitar al médico o al
dentista y a menudo desencadenan una conducta defensiva inadaptativa.
Así, procedimientos como la exploración del abdomen suelen producir el
tensamiento automático de los músculos abdominales. De manera
parecida, la intervención del dentista puede provocar tensión en las
mandíbulas o jadeo. Muchas personas muestran una respuesta curiosa a
las inyecciones y especialmente a los procedimientos de extracción de
sangre: experimentan una bajada pronunciada de presión sanguínea, así
como sudor abundante y mareo. Estas respuestas, muy presentes en las
hemofobias, pueden comprenderse como un mecanismo arcaico
destinado a minimizar la pérdida de sangre (y posiblemente a reducir la
movilidad) cuando una persona se ve sometida a una acción invasiva
inevitable.
Hay otras reacciones automáticas que también nos protegen para no
adentrarnos en zonas de peligro. Como se señaló anteriormente, podemos
recular o tensarnos automáticamente si nos vemos al borde de un
precipicio. De manera parecida, nos agarraremos automáticamente a un
objeto firme si notamos que podemos resbalar o ahogarnos. Finalmente,
pediremos ayuda a gritos y nos agarraremos a cualquier persona si
advertimos peligro de caer o de sufrir un ataque.
La estructura defensiva se puede analizar asimismo desde el ángulo del
nivel de intencionalidad implicada en una reacción protectora específica.
La respuesta instantánea consiste en los reflejos discretos que involucran
al sistema nervioso somático, como parpadear, toser, recular y quedarnos
parados. Aunque estas acciones reflejas se llevan a cabo mediante
músculos “voluntarios”, son automáticas c involuntarias. Su valor
adaptativo depende de su velocidad y de su capacidad para esquivar las
estructuras volitivas de acción más lenta.
Hay otro tipo de respuestas, inherentes a peligros menos imperativos, que
son más graduales e involucran al sistema nervioso autónomo. En esta
51
serie de reacciones se incluyen las náuseas, los vómitos y la diarrea. Estas
respuestas son más graduales en cuanto a su aparición y consolidación
que determinados reflejos, como es el caso de la tos o el jadeo, destinados
a desviar amenazas más vitales; por ejemplo, a las vías respiratorias. En
cambio, las respuestas gastrointestinales, más graduales, pueden
proporcionar protección adecuada contra el peligro de absorción de
sustancias nocivas sin requerir una acción inmediata.
El tipo de respuesta primaria más corriente depende de la generación de
sensaciones subjetivas desagradables tendentes a impulsar una acción
intencional destinada a reducir un peligro. En esta categoría entran las
distintas conductas desencadenadas por la ansiedad. Así, la ansiedad
suscitada cuando una persona percibe que no controla su vehículo por
completo puede empujarle a reducir la velocidad hasta sentir que ha
recuperado el control. De manera semejante, la sensación de mareo
producida por estar en lo alto de una escalera o al borde de un precipicio
puede inducirnos a agarrarnos a algo o a retroceder a una posición más
segura.
Otro tipo de reacción “protectora” asociada a la ansiedad lo constituyen
los ataques de pánico. Éstos se caracterizan generalmente por el miedo a
un desastre interno inminente (ataque al corazón, embolia, trastorno
mental), así como por la sensación de haber perdido el control de las
funciones físicas o mentales o por una ansiedad aguda. La sensación de
ser incapaces de pensar o actuar es un rasgo particularmente
inhabilitante. Más aún, como el “peligro” es interno, no disponemos de
recursos para conjurarlo y nos vemos invadidos por una sensación de
desvalimiento general. Pero podemos volvernos a un cuidador en busca
de ayuda. Así, algunos tipos de ataque de pánico pueden considerarse
como una alarma para conjurar un peligro inminente y como un estímulo
para escapar de la situación y buscar ayuda. Otros tipos de ataque de
pánico son los producidos por una amenaza externa "abrumadora”. Este
cuadro se observa clínicamente cuando una persona con fobia se ve
52
expuesta de repente a una situación fóbica. Por ejemplo, alguien con
claustrofobia puede tener una reacción catastrofista (“sofocarse") al verse
en un espacio cerrado. En tales casos, la solución es muy sencilla: salir
de la situación y evitarla en el futuro. Por eso la necesidad de ayuda no
es tan imperativa como cuando una persona se siente amenazada por un
trastorno interno abrumador, como ocurre en el síndrome agorafóbico.
(50)
53
trastorno físico o mental, como por ejemplo hipertiroi-dismo o depresión
aguda.
Aunque las manifestaciones específicas de la ansiedad varían según los
individuos, generalmente hay muestras de tensión motora, hipcractividad
autónoma, espera aprensiva y alerta constante. Son corrientes los
síntomas depresivos leves. (50)
Trastorno de estrés postraumático
El rasgo esencial es el desarrollo de síntomas subsiguientes a un
acontecimiento psicológicamente traumático, que generalmente queda
fuera del abanico de las experiencias habituales.
Entre los síntomas característicos, figura la re-experimentación del
acontecimiento traumático, el entumecimiento de la capacidad de
respuesta a -o implicación reducida con- el mundo externo, así como toda
una variedad de síntomas autónomos, disfóricos o cognitivos. Son
corrientes los síntomas de depresión y ansiedad, y en algunos casos
pueden ser lo bastante graves como para que se diagnostique trastorno de
ansiedad o depresión. (50)
Trastorno de ansiedad atípica
Esta categoría debería emplearse cuando el individuo parece tener un
trastorno de ansiedad que no cumple con los criterios de ninguno de los
estados arriba mencionados. (50)
Trastornos fóbicos
El rasgo esencial es el miedo persistente e irracional a un objeto,
actividad o situación específicos, lo que tiene como resultado un deseo
imperioso de evitar el objeto, actividad o situación temidos. El individuo
reconoce el miedo como algo excesivo o irrazonable en proporción con
la peligrosidad real del objeto, actividad o situación. (50)
Agorafobia
El rasgo esencial es un temor grande a estar solos, o a estar en lugares
públicos de los que escapar podría resultar difícil o donde no hay ayuda
disponible en caso de una incapacitación repentina. Las actividades
54
normales se ven cada vez más reducidas según los temores o la conducta
de evitación van dominando la vida del individuo. Entre las situaciones
más corrientes a evitar figuran el estar en medio de mucha gente (por
ejemplo, en una calle muy concurrida o en unos grandes almacenes
abarrotados), o dentro de un túnel, o en un puente, ascensor o medio de
transporte público. A menudo estos individuos insisten en que los
acompañe un familiar o amigo siempre que salen de casa. (50)
Fobia social
Su rasgo esencial es el temor persistente e irracional, asociado a un deseo
imperioso de evitar situaciones en las que uno puede verse expuesto al
escrutinio de los demás. También se tiene miedo a comportarse de una
manera que pueda resultar humillante o embarazosa. Se da una fuerte
ansiedad anticipatoria si uno se ve enfrentado a la necesidad de entrar en
dicha situación y por tanto intenta evitarla. Esta perturbación es una
fuente de gran angustia, que el individuo reconoce como excesiva o
irrazonable. Como ejemplos de fobias sociales se pueden enumerar el
miedo a hablar o actuar en público, a utilizar los ascos públicos, a comer
en público o escribir en presencia de gente. Puede darse también una
ansiedad considerable no focalizada o generalizada. (50)
Fobia simple
Su rasgo esencial es un temor persistente e irracional, asociado a un deseo
imperioso de evitar un objeto, o una situación distinta a la de estar solos
o en lugares públicos lejos de casa (agorafobia), y distinta de la
humillación o vergüenza que se siente en ciertas situaciones sociales
(fobia social). Así pues, es una categoría residual del trastorno fóbico.
Esta perturbación es una fuente importante de angustia, y el individuo
reconoce que su miedo es excesivo o irrazonable.
La fobia simple más corriente en la población en general, aunque no
necesariamente entre quienes buscan tratamiento, tiene por objeto a
animales, en especial perros, serpientes, insectos y ratones. Otras fobias
55
simples son la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) y la
acrofobia (miedo a las alturas). (50)
56
- Frecuencia: Es el número de veces que ocurre o se repite algo en un periodo
determinado de tiempo. La frecuencia puede tener impacto sobre la salud,
dependiendo de si se refiere a un factor protector o a un factor de riesgo. Por
ejemplo, una frecuencia alta de actividad física puede mejorar la salud
cardiovascular, muscular y ósea, pero una frecuencia baja de sueño puede
deteriorar la salud cognitiva, inmunológica y hormonal. (52)
- Laguna: Es el vacío o el hueco que existe en algo que debería estar completo
o continuo. La laguna puede relacionarse con la salud en varios aspectos,
como la memoria, el conocimiento o la atención. Por ejemplo, una laguna
en la memoria puede ser un signo de deterioro cognitivo asociado al
envejecimiento, a enfermedades como el alzhéimer o a traumatismos
craneoencefálicos. (52)
- Lesiones: Son los daños o las alteraciones que se producen en los tejidos u
órganos del cuerpo como consecuencia de un golpe, una herida, una
quemadura, una infección o una enfermedad. Las lesiones pueden afectar a
la salud física y funcional, dependiendo de su gravedad, su localización y su
tratamiento. Por ejemplo, las lesiones musculares pueden limitar el
movimiento y causar dolor e inflamación. (52)
- Matutino: Es lo que pertenece o se refiere a la mañana o al inicio del día.
El matutino puede estar relacionado con la salud en varios aspectos, como
el ritmo circadiano, el desempeño cognitivo o el estado de ánimo. Por
ejemplo, algunas personas tienen un cronotipo matutino que les hace sentir
más activas y alertas por las mañanas que por las tardes o las noches. (53)
- Memoria: Es la facultad o la capacidad mental que permite almacenar,
conservar y recuperar información sobre hechos pasados o aprendidos. La
memoria es un componente esencial para la salud cognitiva y emocional, ya
que permite construir la identidad personal, adquirir conocimientos y
habilidades y regular las emociones. Por ejemplo, la memoria
autobiográfica nos ayuda a recordar quiénes somos, qué hemos vivido y
cómo nos hemos sentido. (53)
57
- Perjudicial: Es lo que causa o puede causar daño, perjuicio o detrimento a
algo o a alguien. Lo perjudicial puede estar vinculado con la salud en
múltiples aspectos, como la exposición a agentes tóxicos, la adopción de
hábitos nocivos o la presencia de factores estresantes. Por ejemplo, el
tabaquismo es perjudicial para la salud porque aumenta el riesgo de padecer
cáncer, enfermedades respiratorias y cardiovasculares. (53)
- Preocupación: Es el estado de inquietud, nerviosismo o angustia que se
siente ante una situación problemática, incierta o amenazante. La
preocupación puede repercutir en la salud mental y física, dependiendo de
su intensidad, su duración y su forma de manejo. Por ejemplo, la
preocupación excesiva o crónica puede generar trastornos de ansiedad,
insomnio, hipertensión o úlceras. (53)
- Relevancia: Es la importancia, el interés o el valor que se le da a algo o a
alguien. La relevancia puede estar asociada con la salud en diversos
aspectos, como la atención, la motivación o la autoestima. Por ejemplo, la
relevancia que se le da a la propia salud puede influir en el grado de cuidado,
prevención y tratamiento que se realiza. (53)
- Riesgo: Es la probabilidad o la posibilidad de que ocurra algo negativo,
dañino o indeseable. El riesgo puede estar conectado con la salud en
numerosos aspectos, como la genética, el ambiente, el comportamiento o el
azar. Por ejemplo, el riesgo de sufrir un accidente de tráfico puede depender
de factores como la velocidad, el alcohol, el clima o la suerte. (53)
- Sentimiento: Es la impresión o la emoción que se experimenta ante una
persona, una cosa o una situación. El sentimiento puede tener efectos sobre
la salud emocional y social, dependiendo de su naturaleza, su intensidad y
su expresión. Por ejemplo, el sentimiento de amor puede generar bienestar,
felicidad y conexión con los demás, pero también puede provocar dolor,
celos y dependencia. (53)
- Típica: Es lo que se ajusta o corresponde al tipo, al modelo o al patrón de
algo. Lo típico puede estar relacionado con la salud en varios aspectos, como
58
los síntomas, los diagnósticos o los tratamientos. Por ejemplo, una típica
manifestación de la gripe es la fiebre alta. (53)
59
2.4. HIPÓTESIS
2.5.1. Hipótesis general
La relación es significativa y positiva entre consumo de bebidas alcohólicas
en padres y ansiedad en estudiantes de la I.E. La Victoria de Ayacucho
Huancavelica.
2.5. VARIABLES
Variable 1: CONSUMO DE BEBIDAS ALCOHÓLICAS.
Variables 2: ANSIEDAD.
60
2.6. OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES
VARIABLE 1 DIMENSIONES INDICADORES ÍTEMS ALTERNATIVA DE RESPUESTA ESCALA
DE
MEDICIÓN
CONSUMO DE BEBIDAS • Consumo de riesgo Frecuencia de consumo 1) ¿Con qué frecuencia consume bebidas que contienen alcohol? • Nunca (0 puntos) Intervalo
ALCOHÓLICAS de alcohol • Mensualmente o menos (1 punto)
• De 2 a 4 veces al mes (2 puntos)
• De 2 a 3 veces a la semana (3 puntos)
• 4 o más veces a la semana (4 puntos)
Cantidad típica 2) ¿Cuántas bebidas alcohólicas toma en un día normal? • 1 o 2 (0 puntos)
• 3 o 4 (1 punto)
• 5 o 6 (2 puntos)
• De 7 a 9 (3 puntos)
• 10 o más (4 puntos)
Frecuencia del consumo 3) ¿Con qué frecuencia toma 5 o más consumiciones en una ocasión? • Nunca (0 puntos)
elevado • Menos que mensualmente (1 punto)
• Mensualmente (2 puntos)
• Semanalmente (3 puntos)
• A diario o casi a diario (4 puntos)
• Síntomas de Pérdida del control sobre el 4) ¿Con qué frecuencia en el último año no fue capaz de dejar de • Nunca (0 puntos)
dependencia consumo beber una vez que había empezado? • Menos que mensualmente (1 punto)
• Mensualmente (2 puntos)
• Semanalmente (3 puntos)
• A diario o casi a diario (4 puntos)
Aumento de la relevancia 5) ¿Con qué frecuencia en el último año no ha sido capaz de hacer lo • Nunca (0 puntos)
del consumo que cabría esperar normalmente de usted como consecuencia de la • Menos que mensualmente (1 punto)
bebida? • Mensualmente (2 puntos)
• Semanalmente (3 puntos)
• A diario o casi a diario (4 puntos)
Consumo matutino 6) ¿Con qué frecuencia durante el último año ha necesitado un trago • Nunca (0 puntos)
por la mañana para ponerse en marcha después de una noche de • Menos que mensualmente (1 punto)
haber consumido abundante alcohol? • Mensualmente (2 puntos)
• Semanalmente (3 puntos)
• A diario o casi a diario (4 puntos)
• Consumo perjudicial Sentimiento de culpa tras 7) ¿Con qué frecuencia durante el último año se ha sentido culpable o • Nunca (0 puntos)
de alcohol el consumo arrepentido después de haber bebido? • Menos que mensualmente (1 punto)
• Mensualmente (2 puntos)
• Semanalmente (3 puntos)
• A diario o casi a diario (4 puntos)
Lagunas de memoria 8) ¿Con qué frecuencia durante el último año ha olvidado lo que • Nunca (0 puntos)
ocurrió la noche anterior debido al alcohol? • Menos que mensualmente (1 punto)
• Mensualmente (2 puntos)
• Semanalmente (3 puntos)
• A diario o casi a diario (4 puntos)
Lesiones relacionadas con 9) ¿Usted o alguna otra persona ha resultado lesionado/a como • No (0 puntos)
el alcohol consecuencia de su consumo de alcohol? • Sí, pero no en el último año (2 puntos)
61
• Sí, durante el último año (4 puntos)
Otros se preocupan por el 10) ¿Ha estado preocupado algún familiar, amigo o profesional • No (0 puntos)
consumo sanitario por su consumo de alcohol o le ha sugerido que reduzca • Sí, pero no en el último año (2 puntos)
su consumo? • Sí, durante el último año (4 puntos)
62
11) Indigestión o molestias abdominales 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
12) Desmayos 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
13) Enrojecimiento de la cara 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
14) Sudoración (no por calor) 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
• Afectiva-cognitiva 15) Incapaz de relajarme 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
16) Miedo a que pase lo peor 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
17) Terror 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
18) Nerviosismo 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
19) Miedo a perder el control 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
20) Miedo a morir 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
21) Asustado 0 = En absoluto
1 = Levemente, no me molesta mucho
2 = Moderadamente, fue muy desagradable, pero podía soportarlo
3 = Severamente, casi no podía soportarlo
63