Está en la página 1de 19

Como es costumbre, la reacción oficial para cualquier problema crónico en la

sociedad venezolana, no es admitir sus deficiencias, carencias y prejuicios,


sino crear más burocracia sin dar garantías que dichas estructuras respondan
adecuadamente a las delicadas tareas que les son encomendadas.

En este caso, se trata, nada menos, de la violencia de género, para la que se


establece al menos la presencia de una persona con capacitación para recibir
denuncias en esa materia. Esto, por supuesto, nos parece en principio algo
positivo, pero lo cierto es que, hasta ahora, la revictimización de las
denunciantes es una realidad por parte de los funcionarios que reciben las
denuncias o peor aún la indolencia ante las mismas, de modo que el sólo
enunciado de los principios que deben regir la actuación de los funcionarios
no es suficiente si no se establecen mecanismos expeditos que sancionen el
irrespeto a la víctimas.

Si algo hemos aprendido con este gobierno es que puede haber una diferencia
abismal entre lo que dicen las normas y la práctica que de ellas se hace, por lo
que hasta que no se constate la identidad entre ambas no podremos juzgar la
aplicación de los principios básicos sobre las víctimas de violencia de género.

De este modo, en la Gaceta Oficial No. 42.076 del 26/02/2021, se publicó la


Resolución emanada del MPP para Relaciones Interiores, Justicia y Paz con el
No. 0026, en fecha 01/02/2021, ”… mediante la cual se dictan las Normas de
Actuación de los Funcionarios Policiales y de Investigación Penal, para
atención temprana y oportuna de víctimas de la violencia de género y la
recepción de las correspondientes denuncias y la actuación policial en los
procesos de investigación penal.”

Según su artículo 1, “La presente Resolución tiene por objeto implementar


una herramienta con criterios estandarizados que orienten la actuación de los
funcionarios en la atención temprana y oportuna de víctimas de violencia de
género, sustentada en el marco jurídico nacional e internacional, así como y
la actuación policial en los procesos de investigación penal en las referencias
conceptuales de los tipos de violencia y los criterios de recepción de
la denuncia, la articulación, remisión y atención especializada con otras
instancias con competencia en la materia, como el Sistema de Protección y
el Sistema de Justicia.”

La aludida Resolución será aplicable a las(os) funcionarias(os) de


investigación penal y policiales que presten la atención oportuna y temprana
de las víctimas de violencia de género, en:

· El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas


(CICPC).
· El Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (CPNB).

· Demás Cuerpos de policía estadales y municipales, habilitados en


materia de investigación penal o no.

Asimismo, será aplicable a todas las formas de violencia de género, previstas


en la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia.

Se definen las competencias, en la materia regulada por la Resolución, del


Ministerio con competencia en Seguridad Ciudadana y de las(os)
Directoras(es) de los cuerpos de policía y de investigación penal.

Respecto a las Oficinas Receptoras de Denuncias, se dispone que los


Cuerpos de Policías Nacional, Estadal y Municipal habilitados o no en materia
de investigación penal, así como el Cuerpo de Investigaciones Científicas,
Penales y Criminalísticas, deberán contar con una Oficina Receptora de
Denuncias de Violencia de Género en Contra de las Mujeres, la cual para
desarrollar las funciones prevista en la Ley que rige la materia, deberán
practicar las actuaciones que en la misma se especifican, entre las que se
encuentra recibir las denuncias sin limitaciones, en cuanto a la presentación
personal, condición física o psicológica de la denunciante, sin discriminación
alguna, que podrán ser realizadas en forma oral o escrita por:

1. La mujer agredida.

2. Los parientes consanguíneos o afines.

3. El personal de la salud de instituciones públicas y privadas que tuviere


conocimiento de los casos de violencia previstos en la Ley

4. Las defensorías de los derechos de la mujer a nivel nacional,


metropolitano, estadal y municipal, adscritas a los institutos nacionales,
metropolitanos, regionales y municipales, respectivamente.

5. Los Consejos Comunales y otras organizaciones sociales.

6. Las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres.

7. Cualquier otra persona o institución que tuviere conocimiento de los les


previstos en la Ley.
“En cada oficina receptora de denuncia de los órganos policiales y de
investigación penal, se designará un o una responsable con formación y
capacitación comprobada en materia de atención temprana y oportuna de
víctimas de violencia de género, la recepción de denuncias y los trámites de
investigación penal en la actuación, dictado por la instancia formativa en
materia de seguridad. Su nombramiento y remoción estará a cargo del
Director o Directora del cada cuerpo de policía.” (Artículo 8).

Dichas oficinas receptoras de denuncias se crearán y pondrán en


funcionamiento en el lapso de noventa (90) días continuos, contados a partir
de la publicación de la Resolución en la Gaceta Oficial.

Se define “la actitud” con la cual deberán proceder las(os) funcionarias(os)


policiales y de investigación penal, adscritos a las oficinas receptoras de
denuncias de violencia de género al inicio o primer contacto con la víctima de
violencia; durante la recepción de la denuncia y al concluirla.

Se enumeran las actuaciones básicas que deberán cumplir las(os)


funcionarias(os), al momento de recibir las denuncias, a los fines de extremar
las precauciones ante las diferencias de las víctimas de violencia de género;
entre ellas se mencionan: dar un trato diferenciado según la edad de la víctima
de violencia de género, diferenciando los servicios, el espacio, tratamiento y
actuación de acuerdo con su edad y diferenciar la víctima del victimario,
diferenciando los servicios, espacios, tratamiento y actuación de las víctimas
de amenaza o violación a sus derechos, de aquellos destinados a los
victimarios.

De igual manera, se listan las actuaciones generales que deberán cumplir


las(os) funcionarias(os) en el trato directo con las víctimas de violencia de
género, a los fines de extremar precauciones en su actuación.

Finalmente, en la Resolución se señalan las normas básicas de actuación que


deberán cumplir las(os) funcionarias(os) en los casos donde las niñas,
adolescentes y mujeres se encuentren en condición de víctimas o de testigos
de hechos punibles, tales como: tramitar inmediatamente la denuncia, aun en
caso que la niña o adolescente se presente sola a la Oficina Receptora de
Denuncias, siendo fundamental respetar y valorar su declaración al momento
de presentar la denuncia, así como la participación que debe tener la unidad de
atención especializada en niños, niñas y adolescentes del cuerpo de policía o
de investigación penal receptor de la denuncia, cuando la actuación involucre
niñas y adolescentes.

La vigencia de la Resolución se fijó a partir de la fecha de su publicación en la


Gaceta Oficial.
Debido a las características propias de la referida normativa, se sugiere
consultar el texto oficial completo de la misma, al cual se puede acceder
mediante el siguiente enlace:
En América Latina referirse a la policía se asocia, muchas veces, a corrupción, clientelismo,
«gatillo fácil», impunidad, malos tratos, ejecuciones extrajudiciales y terror. En casi todos los
países de la región la labor policial está desacreditada hasta por los propios gobiernos
nacionales. Escasez y deficiente manejo de recursos, estructuras jerárquicas –
innecesariamente burocráticas y obsoletas–, formación precaria de agentes policiales e
innumerables denuncias de violaciones de los derechos humanos en el cumplimiento de su
función configuran la realidad del sistema policial en varios países de la región. No obstante, y
a pesar de esta realidad, los agentes policiales cumplen un rol esencial en la protección de los
derechos humanos de todas las personas. En los últimos tiempos, las organizaciones de
derechos humanos han reconocido la importancia de ese rol y han pasado de un enfoque
basado en motivos de preocupación sobre casos de violaciones de derechos humanos
relacionados con funcionarios del Estado a una colaboración con ellos cada vez mayor. Es más
eficaz que las organizaciones de derechos humanos trabajen a partir de una perspectiva que
reconozca los motivos de preocupación y la realidad de la policía que desde un planteamiento
aislado que ejerce una crítica desde fuera. Tal enfoque requiere, necesariamente, de la
participación activa de los cuerpos policiales, que deben ser receptivos a los motivos de
preocupación relacionados con los derechos humanos y a las reformas en materia de esos
derechos allí donde se necesiten. Ésta es la premisa de la que parte el libro de recursos que
Anneke Osse nos presenta. Los derechos humanos no dificultan la labor policial ni la hacen
menos efectiva; muy por el contrario, permiten a la policía operar y ejercer sus competencias
dentro del marco de la ley y en un ámbito en el que agentes policiales y defensores y
defensoras de derechos humanos se unen para conquistar objetivos comunes. Amnistía
Internacional puede llegar a desempeñar una importante labor de promoción de los discursos
sobre seguridad y de apoyo a los programas de reforma de la policía, basados en el respeto de
los principios de derechos humanos. Para lograrlo, es necesario conocer y entender la labor
policial. Este libro tiene como propósito contribuir a ese fin.
La policía es uno de los organismos del Estado que más críticas recibe de Amnistía
Internacional y de muchas otras organizaciones de derechos humanos. En el informe
Vidas destrozadas, publicado en 2003, Amnistía Internacional afirmaba que había
indicios convincentes de que la mayoría de las víctimas [de tortura] eran personas
sospechosas o condenadas por delitos comunes, y que la mayoría de los torturadores
eran agentes de policía que recurrían a la amenaza y la violencia armada para someter
a sus víctimas.1 Se han documentado innumerables ejemplos de violaciones por parte
de la policía de los derechos básicos de las personas a las que debería servir, desde la
tortura y otras formas de trato cruel, inhumano y degradante hasta impedir el ejercicio
del derecho legítimo de reunión y asociación, poner en peligro la igualdad en el acceso
a la justicia y no proteger los derechos básicos, en particular los de grupos vulnerables
como las mujeres y los menores. La policía ha desatendido, ignorado y tratado sin
respeto el derecho básico a la vida, la libertad y la seguridad en todas las regiones del
mundo. Lo contrario también es cierto: la policía ha efectuado contribuciones positivas
al pleno disfrute de los derechos de las personas. La policía ha impedido la comisión de
delitos, ha garantizado que las personas puedan manifestarse con seguridad en
defensa de sus derechos, ha facilitado la consecución armoniosa de transiciones
políticas, ha investigado a compañeros que han cometido delitos de toda índole, ha
denunciado irregularidades en que han incurrido sus superiores y ha brindado su
apoyo a reformas políticas y legales. Debido sin duda a que la policía viola los derechos
humanos y también los protege, la relación entre muchas organizaciones de derechos
humanos (incluida Amnistía Internacional) y la policía se caracteriza a menudo por la
ambigüedad. En muchos casos, los defensores de los derechos humanos tienden a
sentirse un tanto incómodos con los asuntos relacionados con la acción policial, y en
numerosos casos con toda razón, como demuestra el texto citado supra. Los
defensores de los derechos humanos tienden a centrar la atención en la conducta
indebida de la policía, en vez de hacerlo en fortalecer a la policía con el fin de prevenir
violaciones de derechos humanos en el futuro. Un estudio realizado por Amnistía
Internacional Países Bajos en el que se examinaban las recomendaciones de Amnistía
Internacional en materia de acción policial llegó a la conclusión de que muchas de
éstas todavía «sólo abordan aspectos operativos concretos de la acción policial, sin
hacer referencia a la cuestión más general de la rendición de cuentas democrática».2
Para ello es necesario poseer conocimientos especializados sobre «la policía» como
institución y sobre la «acción policial» como función, algo a lo que este libro de
recursos espera contribuir.

Propósito de los manuales

El propósito del presente Manual, es desarrollar pautas únicas de ceremonial


yprotocolo para los cuerpos de policía en su ámbito político territorial, de
caráctereminentemente civil, siguiendo los lineamientos dictados por el
Ministerio del Po-der Popular para Relaciones Interiores y Justicia como
Órgano Rector.Las pautas de ceremonial y protocolo permitirán planificar,
preparar, desarrollar,ejecutar y evaluar las ceremonias y actos oficiales por
parte de los cuerpos po-liciales, impulsando la identidad institucional de estos
cuerpos y dignificando eltalento humano de la institución. Establecen normas,
programas y guiones decumplimiento obligatorio para todas las ceremonias de
carácter formal, oficial ysolemne, para la celebración de fechas significativas,
tales como: Día Nacional delPolicía, actos aniversarios, celebración de fin de
año, inicio de operativos espe-ciales, graduaciones, ascensos, desfiles
policiales, ofrendas florales, homenajespóstumos a funcionarias y funcionarios
fallecidos en actos de servicio, entre otros.El Ceremonial y Protocolo Policial
fortalece de manera cotidiana y permanente elrespeto de nuestra identidad
nacional, regional y municipal.

Otro enfoque

Los derechos humanos en la actuación policial

Los derechos humanos se encuentran relacionados con la historia de la propia


humanidad. Desde sus orígenes, el ser humano ha encabezado constantes luchas
para acceder a mejores formas de vida, el respeto de su dignidad y de sus derechos
y libertades fundamentales.

En el contexto actual, los derechos humanos coadyuvan a los elementos de


gobernanza, incluyendo evidentemente a la administración pública. Pero, el
trasfondo de estos derechos no sólo debe permear las actividades o
responsabilidades estatales, pues la cultura de tutela de estos derechos constituye
un elemento indispensable para el bien común y la satisfacción en las necesidades
básicas en cualquier sociedad democrática de derecho. Visto desde este punto, está
claro que los derechos humanos en engranaje con una normatividad adecuada y la
ética pública tienen un impacto positivo y directo en la buena administración,
entendida en su más amplio sentido.

Cuando nos referimos a los derechos humanos, debemos aludir a la dignidad, pues
es el punto medular de su protección. Al respecto, Kant sostiene: “[Todo] tiene un
precio o una dignidad. Lo que tiene un precio puede ser sustituido por otra cosa
como equivalente; en cambio, lo que se halla por encima de todo precio y, por
tanto, no admite equivalente, posee dignidad”.46

Hablar de derechos humanos supone situar al ser humano como eje rector de
cualquier actividad estatal o particular. Esto supone, además, enfocar las acciones a
la protección y tutela de la dignidad humana, entendida como el valor mismo de la
esencia de las personas. La definición de los derechos humanos es un concepto
plural, existen tantas definiciones como autores, no obstante, los elementos que le
distinguen del resto de los derechos son claros y contundentes. Se trata de un
conjunto de prerrogativas, principios y valores atribuidos al ser humano y que son
indispensables para el aseguramiento de su dignidad, así como para su pleno
desarrollo.
En cuanto a sus características, los derechos humanos son universales, porque son
patrimonio de todos los seres humanos; imprescriptibles, porque no se adquieren o
se pierden con el paso del tiempo; inalienables, porque no pueden ser objeto de
transferencia a otro sujeto; irrenunciables, porque no se puede hacer dejación
voluntaria de ellos; e indivisibles, porque conforman una unidad, y no existe rango
de jerarquía entre ellos.47

De acuerdo con Milagros Otero Parga, los derechos humanos pueden ser entendidos
como “aquellos que reconocen o deben reconocer las leyes, y cuya titularidad
corresponde al individuo en función de la dignidad que le otorga su naturaleza
humana, y no por concesión de las normas positivas, sino con anterioridad e
independencia de ellas”.48

Por su parte, Mireille Roccatti Velázquez entiende que los derechos humanos son
“aquellas facultades y prerrogativas inherentes a la persona humana, que le
corresponden por su propia naturaleza, indispensables para asegurar su pleno
desarrollo dentro de una sociedad organizada, mismos que deben ser reconocidos y
respetados por el poder público o autoridad, debiendo ser garantizados por el orden
jurídico positivo”.49

Lo cierto es que, sin importar con cual comulguemos, todas las definiciones
coinciden en que los derechos humanos son prerrogativas inherentes al ser
humano, cuyo principal objetivo es salvaguardar la dignidad y su desarrollo
integral. Además, suponen un conjunto de deberes y obligaciones, tanto para los
Estados como para los individuos, y que el orden jurídico nacional e internacional
deben reconocerlos y garantizarlos.

En este orden de ideas, la seguridad se debe entender como un derecho humano y


un elemento sine qua non para la dignidad de las personas. Contrario sensu, la
inseguridad supone una situación de riesgo en la gente y en sus bienes. Desde una
perspectiva genérica, se trata de un derecho cuyo fin es asegurar el pleno y libre
ejercicio del resto de los derechos fundamentales. Desde un enfoque más concreto,
el derecho humano a la seguridad tutela la integridad de las personas, es decir, el
conjunto de condiciones físicas, psíquicas y morales que le permiten al ser humano
su existencia.

El derecho internacional de los derechos humanos, a través de sus diversos


instrumentos normativos, alude a la obligación del Estado de garantizar la
seguridad personal de los individuos. En términos del artículo 3 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la
libertad y a la seguridad de su persona”. El artículo 1 de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre indica: “Todo ser humano tiene derecho a la
vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. El artículo 7 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos expresa: “Toda persona tiene el derecho a la
libertad y a la seguridad personales”. Por último, el artículo 9 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos señala: “Todo individuo tiene derecho a
la libertad y a la seguridad personales”.

Como se puede advertir de los preceptos normativos referidos, el derecho a la


seguridad se vincula directamente con otros derechos fundamentales. Así, se
constituye como la antesala del goce y disfrute de derechos como la vida; la
integridad personal; la libertad y la seguridad personales, la protección judicial y las
garantías procesales; la privacidad; la honra; la libertad de expresión, de reunión y
de asociación; el derecho a participar en los asuntos de interés público; derecho al
disfrute pacífico de los bienes y, como consecuencia de todos los anteriores, el
derecho a la dignidad de las personas.
Este artículo plantea una perspectiva clara en el ámbito de los derechos humanos.
Se sostiene que la función policial, como actividad principal de la seguridad
ciudadana -en cualquier escenario desde donde se quiera analizar- debe tener como
principio y fin la tutela y protección de los derechos humanos.

Contrario a lo aquí expuesto, se puede sostener que cualquier actividad del Estado
que no cumpla con estos parámetros establecidos por el bloque de
constitucionalidad en materia de derechos humanos, es decir, con los instrumentos
internacionales y locales, estará dando un paso en la dirección incorrecta y al
mismo tiempo, abrirá la brecha a actos de corrupción y de inseguridad que
condenan el bienestar común y la vida pacífica de las sociedades.

La tutela de estos mínimos vitales constituye una obligación para todos los agentes
estatales, es decir, de conformidad con el artículo primero constitucional, todas las
autoridades o servidores públicos tienen, en el ámbito de sus respectivas
atribuciones, el deber de proteger, respetar y garantizar los derechos
humanos.50 En congruencia con dicha responsabilidad, los policías deberán cumplir
con sus responsabilidades, incluso cuando ello suponga la limitación de ciertas
libertades o derechos fundamentales, pero siempre asegurando la dignidad de las
personas y de conformidad con los principios de necesidad y proporcionalidad.

Por tanto, los derechos humanos deben ser ese piso común que permita a todas las
naciones avanzar en la dirección correcta hacia la paz y el desarrollo. Esto implica
que tanto las autoridades como la sociedad nos sumemos y replanteemos las
estrategias fallidas y divididas que se han llevado a cabo hasta el día de hoy.

Es necesario cerrar la brecha entre la normatividad y la realidad, que vivimos, así


como diseñar estrategias conjuntas entre Gobierno y sociedad para fomentar un
cambio de cultura en materia de derechos humanos. Asimismo, sensibilizarnos y
entender tres aspectos indispensables: la función policial debe ser siempre
respetuosa de la dignidad de las personas; los policías también tienen derechos
humanos, y la seguridad sólo se alcanzará en medida que la ciudadanía respete y
colabore con la función policial.

4. La ética pública en la función policial

La palabra ética proviene del griego ethos, que significa costumbre, hábito; por su
parte, costumbre, en latín, se deriva del término mos, moris; es decir, la ética por
sí sola se relaciona con la costumbre y la moral. “El carácter moral expresa el modo
de ser del hombre por medio del cual éste conoce, juzga y actúa justa o
injustamente. Moral y ética hacen referencia por tanto al modo de ser de las
personas.”51

Pero, cuando ésta se pone en práctica en el servicio público, entonces se habla de


la ética pública, entendida como aquella “que estudia y analiza el perfil, la
formación y el comportamiento responsable y comprometido de las personas que se
ocupan de los asuntos públicos, generando un cambio de actitud en ella al
inculcarles valores de servicio público”.52 Esta disciplina constituye un aspecto
importante en el ejercicio de la función estatal porque establece los parámetros y
las directrices que deben regir el actuar de cada servidor público y, por
consiguiente, tiene un efecto directo en la actividad estatal y en la calidad de la
Administración Pública.

La educación se fortalece a través de principios y valores que inician desde casa y


que a través de la formación académica y profesional se van fortaleciendo. Los
principios y valores generan conciencia y ésta, a su vez, permite generar
responsabilidad ante nuestros comportamientos. Diego Bautista explica que
“cuando no hay educación, ni principios ni valores en la mente de las personas, se
da paso a la ignorancia […] cultivo para los antivalores y las prácticas corruptas”. 53

En el mismo sentido, Betancourt Higareda sostiene que la formación ética y cívica


dentro de una sociedad es un factor que influye positivamente en las sociedades,
más allá de los factores socioeconómicos y culturales de cada Estado. Para sostener
dicha afirmación hace referencia al contexto histórico, concretamente, a las
civilizaciones griega y romana. Resalta que, desde aquella época, la ética y la
jurisprudencia constituyeron el pilar fundamental de dichas sociedades, conscientes
de la importancia que estas virtudes representaban para alcanzar el desarrollo, la
prosperidad y la felicidad de sus respectivos pueblos. 54

En palabras de Mario Cruz Martínez, “la ética pública es el espacio común de los
ciudadanos, y más aún, es la forma en cómo todas y todos adoptan conductas que
se vinculan justamente al cumplimiento de las reglas del funcionamiento de la
comunidad política”.55 Es, además, un importante mecanismo de control de la
arbitrariedad en el uso del poder público.56

En la actualidad, la ética pública y los derechos humanos tienen una estrecha


relación. El objetivo de ésta será que, con base en el cumplimento de determinados
principios y valores, el servidor público realice su función de manera eficaz, pero,
sobre todo, salvaguardando la dignidad, así como las libertades y derechos
fundamentales de los gobernados. Más allá de contar con una normatividad
administrativa que regule la función pública, se requiere de una nueva percepción
de la realidad basada en la protección de los derechos humanos mediante el perfil
adecuado de los servidores públicos.

Para coadyuvar con dicho objetivo, es importante que los agentes de seguridad y
policías den cumplimiento a los principios con el debido interés superior de la niñez,
el deber objetivo de cuidado de la perspectiva de género y de la legalidad. Además
de que su actuar debe ajustarse a los valores de honradez, lealtad, imparcialidad,
eficacia, interés público, respeto a los derechos humanos, igualdad y no
discriminación, integridad, cooperación, liderazgo, trasparencia y rendición de
cuentas.

Una de las principales consecuencias de la falta de ética y valores en el desempeño


de la función pública es la corrupción,57 así como la ineficacia en el ejercicio público.
Estos elementos repercuten negativamente en la garantía del derecho a la buena
administración. En este sentido, Bielsa refiere que la “corrupción en la función
pública es la desnaturalización o desviación del regular ejercicio de la función
pública, entendida ésta como la entera actividad del Estado, y no sólo en las
funciones del Poder Ejecutivo como poder administrador, sino también en el
ejercicio de las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales”. 58

Las causas que originan el fenómeno de la corrupción son variadas y atienden a


distintos factores y entornos sociales. La función policial es un factor recurrente que
trastoca el tema de la seguridad ciudadana y, por consiguiente, afecta a toda la
ciudadanía. La población de América Latina y el Caribe señala a la policía y a
los representantes del Gobierno como los más corruptos. Cerca de la mitad de
los ciudadanos (47%) que habitan en la región consideran que las personas
que trabajan en estas instituciones son todas, o casi todas, corruptas.59

Ante estas cifras, es claro que las instituciones policiales requieren de una
restructuración de fondo, cuyo pilar sea, precisamente, los valores y la ética en
el ejercicio público. Debido a que la corrupción evidencia una falta de respeto a
los derechos humanos, resulta indispensable erradicar esta conducta, no sólo
en los cuerpos de seguridad, sino en todos los servidores públicos. Para ello,
es indispensable adquirir una cultura real de los derechos humanos, que los
cuerpos de seguridad los hagan suyos, los conozcan y los entiendan. Esto con
el fin de que, posteriormente, ejerzan sus funciones con una perspectiva de
respeto a tales derechos fundamentales.

En los momentos de inseguridad e inestabilidad económica y social, como los


que se viven actualmente, se debe contar con instituciones e instancias
eficientes, “pero además, honestas, capaces de renovar un vínculo entre los
actores gubernamentales, la acción pública, los resultados y las expectativas
que los ciudadanos tienen de quienes los gobiernan”.60 En medida que los
cuerpos de policía lleven a cabo sus funciones apegadas a la normatividad y a
la ética, se podrán obtener los resultados deseados en el ámbito de la
seguridad ciudadana.

Debemos entender que la función de la policía se encuentra estrechamente


vinculada con el respeto y la garantía de los derechos humanos. Es necesario
devolver a la sociedad la confianza en la fuerza pública instituida para su
protección. Para tal efecto es indispensable asegurar la integridad y la eficacia
del ejercicio de la función policial.

Bajo este contexto, me parece oportuno señalar que, ante los graves
problemas que se plantean en las sociedades actuales, la ética pública se
constituye como un remedio importante. Sobre todo, se debe enfocar en la
prevención. Aunque no es lo único que una nación requiere para garantizar una
buena administración y un verdadero Estado de derecho, esto se plantea como
una directriz importante que nos permitirá estar más cerca de los objetivos
planeados.

5. REFLEXIONES FINALES

Los derechos humanos deben constituirse como un límite y a la vez como un


objetivo de las instituciones de seguridad pública. En las sociedades
democráticas es evidente que los derechos humanos y la función policial tienen
una relación estrecha, pues su finalidad es lograr el bienestar de la ciudadanía
y garantizar su integridad y seguridad.

La actividad de la fuerza pública legítimamente orientada a la protección de la


seguridad ciudadana ocupa un papel fundamental. Sin embargo, en la
actualidad, el abuso de las autoridades policiales se ha constituido como un
factor de riesgo para la seguridad de las personas.

Si bien es cierto que los cuerpos policiales, en ejercicio de sus funciones,


cuando la ley lo estime necesario, pueden limitar el ejercicio de ciertos
derechos y libertades, esto no puede, bajo ningún supuesto, justificar
violaciones a derechos humanos. Las herramientas legales con las que
cuentan los agentes estatales para defender la seguridad de la ciudadanía no
pueden ser utilizadas para avasallar estos derechos.

La formación de la función policial desde la perspectiva de la ética pública y de


los derechos humanos es un requisito sine qua non en los Estados
democráticos de derecho. Son éstos quienes, a través de sus agentes, están
obligados a garantizar el orden y la seguridad públicos. La participación de la
ciudadanía en el alcance de este objetivo es un factor relevante, no obstante,
estará sujeta al nivel de confianza que tengan en sus instituciones de
seguridad, de ahí que resulte importante trabajar en dicha reestructuración
institucional y funcional. Las estrategias y políticas públicas en materia de
seguridad deben ser evaluadas desde la perspectiva de los derechos humanos.
Sólo a través de una ética pública, basada en el respeto a la dignidad y a los
derechos y libertades fundamentales, podremos cruzar esta ola de inseguridad
y violencia que desafortunadamente se ha generalizado en gran parte de
América Latina.

Desde esta perspectiva, la solución que se plantea radica en una nueva cultura
gubernamental de los derechos humanos. Esto quiere decir que todos los
servidores públicos, independientemente del rango y de las funciones que
desempeñen, deben conocer y entender los derechos humanos. De esta
manera, estarán en posibilidades de llevar a cabo sus funciones con ética y con
respeto a estos mínimos vitales.

Esta propuesta tiene un trasfondo relativamente sencillo, pero aún no se ha


logrado establecer en la praxis del Estado de derecho actual. Se trata pues de
forjar, en primer lugar, ciudadanos honrados, que conozcan y respeten los
derechos humanos para que, consecuentemente, tengamos servidores
públicos éticos. De tal forma sería posible inhibir la reproducción de conductas
corruptas.

El ejercicio de la función policial es indispensable para el desarrollo y progreso


de los Estados y, de igual manera, constituye una herramienta valiosísima para
el aseguramiento de las personas, de sus bienes y de la sociedad misma. Por
ello, su resignificación desde el ámbito de los derechos humanos, a través de la
implantación de una cultura y de la ética pública, debe ser una tarea de
urgencia en las agendas estatales.

Cadena de custodia

En octubre del año 2012, entró en vigencia el Manual Único de Proce


dimientos enMateria de Cadena de Custodia de Evidencias Físicas,
instrumento que garantiza el
manejoi d ó n e o d e l a s e v i d e n c i a s , c o n e l o b j e t o d e e v i t
a r s u m o d i f i c a c i ó n , a l t e r a c i ó n o contaminación, desde el
momento de su ubicación en el sitio del suceso, su trayectoria por las distintas
dependencias de investigaciones penales, la consignación de los resultados
antela autoridad competente, hasta la culminación del proceso penal. En
su elaboración participaron el Ministerio Público,
el Ministerio del Poder
Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz; la Guardia Nacional
Bolivariana, el ServicioB o l i v a r i a n o d e I n t e l i g e n c i a N a c i o n a l , e l
Metro de Caracas, Defensa Civil, el
I n s t i t u t o Nacional de Tránsito Terrestre y el Cuerpo de Investigaciones Cientí
ficas Penales yCriminalísticas, en cumplimiento de las exigencias del
Código Orgánico Procesal Penal.E s t e m a n u a l , e s u n a g a r a n t í a
para la colectividad, pues el manejo de las
e v i d e n c i a s relacionadas con los delitos no sólo será el apropiado sino
también mantendrá uniformidaden cualquier parte del territorio nacional;
de esta manera, los resultados de las
experticias practicadas sobre evidencias sometidas a una estricta cadena de
custodia obtendrán plenaconfianza de las partes, lo cual se traduciría en la
legitimidad del sistema penal. El fin primordial de la
investigación criminal es la búsqueda de la
verdad mediante lareconstrucción histórica del delito, para determinar
cómo ocurrió?, quién?, cuándo? y por qué? se cometió el mismo.La
misión de un investigador criminal es la de dirigir la investigación policial de un
hecho punible, esta misión se hace con el auxilio de diferentes profesionales no
obstante, cuandose presentan circunstancias de modo, lugar y/o tiempo
en que no es posible contar con elapoyo de los mismos, es cuando el
investigador criminal debe practicar y desarrollar las técnicas y
procedimientos de urgencia necesarios.La finalidad es preservar cualquier
tipo de evidencia digital, física o material, todo
loc u a l s e r v i r á p a r a l a i d e n t i f i c a c i ó n , l o c a l i z a c i ó n y c a p t u r a d e l
o s a u t o r e s , c o a u t o r e s , responsables y/o partícipes en la comisión de un
hecho punible.El trabajo del investigador criminal, una vez que se tiene
conocimiento de un hecho puniblea l l l e g a r a l s i t i o d e l s u c e s o , d e b e r á
h a c e r u n a n á l i s i s d e l m i s m o , a f i n d e p r o t e g e r l o y proceder a su
abordaje mediante los siguientes pasos: 1 . P a r a
su aseguramiento, deberán
o c u p a r l u g a r e s , o b j e t o s , a r m a s o i n s t r u m e n t o s , utilizando para
tal fin cualquier medio idóneo para lograrlo, tales como cuerdas,
cintas, barrera de funcionarios, entre otros.2. Identificar a personas que
pudieran suministrar información sobre la presunta comisión d e l
delito, para su posterior citación y/o traslado, a fin de
r e c i b i r l e s s u s r e s p e c t i v a s entrevistas

3. Tratar de Identificar, localizar y capturar a los posibles


responsables o partícipes en elhecho, así como los objetos, armas o
instrumentos que pudieran relacionarlo con el mismo.4. Auxiliar al técnico-
criminalista en la práctica de las experticias pertinentes, tales
comoinspección técnica, levantamiento planimétrico, trayectoria balística, entre
otros.5. Realizar cualquier otra diligencia necesaria para la investigación.
Procedimientos Asociados al Proceso de Protección.
Protección de Sitio de Suceso Abierto, Cerrado y/o
Mixto. El sitio del suceso se protegerá para evitar su alteración, modificación, d
estrucción y/ocontaminación, impidiendo el acceso al mismo de
personas no autorizadas y de
animales, protegiendo las evidencias en lo posible de las condiciones ambient
ales. No sólo serásuficiente abarcar las evidencias físicas involucradas
en el hecho (tangibles e intangibles,visibles o no), sino también su
entorno, a fin de asegurar las vías de acceso y escape quehayan
podido ser utilizadas por los autores o partícipes del delito y de esta
manera aislar todo elemento material que sea susceptible de análisis forense
y
criminalístico. En el proceso de protección del sitio de suceso, deberá u
sarse cintas de seguridad ocualquier implemento para el acordonamiento
del lugar; esta actividad deberá ser realizada por parte del organismo policial
que llegue primero, con la finalidad de evitar que personasajenas a la
investigación puedan alterarlo, modificarlo, contaminarlo o sustraer
algunae v i d e n c i a f í s i c a d e j a d a e n é l , h a s t a e l a r r i b o d e l o s
f u n c i o n a r i o s c o m p e t e n t e s p a r a s u procesamiento.El nuevo modelo
de administración de justicia penal en Venezuela realizo
un cambiodrástico, del sistema inquisitivo paso al sistema acusatorio
es por ello que los métodos y procedimientos utilizados para llevar a cabo
la investigación criminal también
cambiaron.P o r c o n s i g u i e n t e , e l p r o c e s o p e n a l v e n e z o l a
n o e s t a b l e c e p r i n c i p i o s p r o c e s a l e s fundamentales para hacer
efectiva la aplicación de la tutela judicial efectiva en la obtenciónde
las pruebas, por lo que deben respetarse convenios, tratados y
acuerdos internacionales,la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y el Código Orgánico Procesal penal. En este
orden de ideas, la cadena de custodia de la prueba, encuentra su
fundamento enel debido proceso. De tal manera, que se define como el
procedimiento controlado que seaplica a los indicios materiales
relacionados con el delito, desde su localización hasta su v a l o r a c i ó n
por los encargados de administrar justicia y que tiene como
f i n n o v i c i a r e l manejo de que ellos se haga y así evitar alteraciones,
sustituciones, contaminaciones odestrucciones. Basado en lo
anteriormente mencionado se puede decir que los principales obstáculos
paral a e f e c t i v a c a d e n a d e c u s t o d i a e n l o s p r o c e s o s i n v e s t
igativos están estrechamente

 Destacar
 Agregar nota
 Compartir cita

vinculados al
NO CUMPLIMIENTO
d e l o s p r o c e d i m i e n t o s c o r r e s p o n d i e n t e s a l o s principios
probatorios de la cadena de custodia los cuales se mencionan a continuación:

Principio de aseguramiento de la prueba

Principio de la licitud de la prueba


Principio de la veracidad de la prueba

Principio de la necesidad de la prueba

Principio de obtención coactiva de la prueba

Principio de la inmediación, publicidad, y contradicción de la prueba.La


función Policial en la Fase de Investigación en el Proceso
Penal AcusatorioVenezolano
La potestad punitiva del Estado es la forma más radical que
éste posee para realizar elcontrol social, por lo tanto, la seguridad
ciudadana es responsabilidad del Estado y parte deesta seguridad
ciudadana es precisamente que los órganos de policía de
investigaciones penales cumplan las funciones dentro del marco legal, solo a
sí contribuirán con larealización de uno de los fines esenciales de todo Estado
como lo es la Seguridad
Jurídica. E n e f e c t o , l a n o r m a l c o n v i v e n c i a e n t r e l o s c i u d a d a n o s ,
s e a s e g u r a a t r a v é s d e l ordenamiento jurídico penal, ya que con
ella se resuelven las controversias que puedansuscitarse entre las
personas que se encuentran reunidas en sociedad, lo que se traduce, queel
proceso penal es de cardinal relevancia y debe llevarse a cabo con
estricto apego a losderechos y garantías que la Constitución y la ley le han
otorgado a todos los
ciudadanos. En este sentido, los Órganos de Investigaciones Penales en su car
ácter de auxiliares delM i n i s t e r i o P ú b l i c o , f o r m a n p a r t e e s e n c i a l e n l
a Fase Preparatoria del Proceso PenalVenezolano, de su
actividad investigativa y del cumplimiento de sus funciones va
ad e p e n d e r l a e f e c t i v i d a d d e l P r o c e s o P e n a l , e s é s t a l a
r a z ó n p o r l a q u e e n e l s i s t e m a acusatorio Venezolano se
subordine esta labor investigativa al Ministerio Público, bajo cuya
dirección deben realizarse todas las actividades
investigativos. En este orden de ideas, La Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela(1999) consagra una serie
de disposiciones tendientes a resguardar los Derechos de
losciudadanos aún frente a actuaciones de los Órganos Policiales, quienes en
el desempeño
des u s f u n c i o n e s d e b e n r e s p e t a r l o s d e r e c h o s y g a r a n t í a s
f u n d a m e n t a l e s , p e r o a s u v e z establece las pautas para el
desempeño de sus funciones cuando en el artículo 332 de
laConstitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) establece:
El Ejecutivo Nacional, para mantener y restablecer el orden público,
proteger a losc i u d a d a n o s y c i u d a d a n a s , h o g a r e s y f a m i l i a s ,
a p o y a r l a s d e c i s i o n e s d e l a s a u t o r i d a d e s competentes y asegurar el
pacifico disfrute de las garantías y derechos constitucionales, deconformidad
con la ley organizará:1. Un cuerpo uniformado de policía nacional2. Un cuerpo
de investigaciones científicas, penales y criminalísticas3. Un Cuerpo de
bomberos y bomberas y administración de emergencias de carácter civil4. Una
organización de protección civil y administración de desastresL o s ó r g a n o s
de seguridad son de carácter civil y respetaran la dignidad y
l o s d e r e c h o s humanos, sin discriminación alguna. La función de los
órganos de seguridad ciudadanac o n s t i t u y e u n a c o m p e t e n c i a
concurrente con los Estados y Municipios en los
t é r m i n o s establecidos en la constitución y en la ley. Se aprecia
de esta forma como el legislador, creo a través de la norma citada
el marco para la creación de la ley especial en la materia, remitiendo así
a leyes especiales como loes la Ley del Cuerpo de Investigaciones Científicas
Penales y Criminalísticas (2007) la cualen su exposición de motivos
consagra: E l p r o p ó s i t o n o e s o r g a n i z a r u n c u e r p o d e i n v e s t i g a c i
ó n P e n a l p o d e r o s o e n l a irracionalidad y la arbitrariedad frente a los
derechos fundamentales del ciudadano, pero simás eficiente en la moderna
concepción de una policía científica, atenta al nuevo rol que asume el
Ministerio Público como titular de la acción penal y hacia la eficacia normativa
del a l e y . E s l a m o d e r n a p o l i c í a n u t r i d a d e u n a s e r i e d e d
i s c i p l i n a s i n t e g r a n t e s d e l a Criminalística que, a fin de
cuentas, le proporcione al investigador los
c o n o c i m i e n t o s científicos.
La importancia de la Cadena de Custodia en la Fase Preparatoria en el
SistemaAcusatorio Venezolano.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística, bajo la supe
rvisióndel Ministerio Público, es el ente encargado del procesamiento material y
técnico-científicod e l s i t i o d o n d e s e v e r i f i c ó e l h e c h o d e l i c t i v o , s u
labor consiste específicamente en
l a búsqueda y la conservación de los elementos de interés probatorio. Por otra
parte, la participación de los Fiscales del Ministerio Público en el sitio del suces
o, consiste enc o n t r o l a r l a l e g a l i d a d d e l o s p r o c e d i m i e n t o s t é
c n i c o s u t i l i z a d o s p o r l a P o l i c í a d e Investigaciones Penales en
la recolección y manipulación de la evidencia; en tutela de los derechos
y garantías constitucionales y procesales de los ciudadanos.

Esta atribución, se deriva del artículo 11 numeral 1 de la Ley del Cuerpo de


InvestigacionesCientíficas, Penales y Criminalísticas (2007):Competencia.
Corresponde al órgano principal de investigaciones penales:1.- Practicar las
diligencias que le ordene el Ministerio Público, encaminadas a investigar yhacer
constar la perpetración de un hecho punible, con todas las circunstancias que
puedaninfluir en su calificación y la responsabilidad de los autores o
autoras y demás participes,identificación de las víctimas, de las
personas que tengan conocimiento de los hechos, así como el
aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados con el delito.En
concordancia, con los artículos 15 y 28 ejusdem, los cuales disponen
respectivamente:
Artículo 15.
Corresponde a los órganos de apoyo a la investigación penal, en el
ámbito desu competencia:1.- Realizar las actividades encaminadas a
resguardar el lugar del suceso.2.- Impedir que las evidencias del hecho
delictivo, rastros o materialidades desaparezcan, y proteger el estado de
las cosas de tal forma que no se modifiquen hasta que llegue al lugar la
autoridad competente.3.- Disponer que ninguna de las personas que se
hallaren en el lugar del hecho, o en susadyacencias, se aparten del
mismo mientras se realicen las diligencias que corresponda.4.- Identificar y
aprehender a los autores de delitos en casos de flagrancia y ponerlos
adisposición del Ministerio Público.5.- Asegurar la identificación de los testigos
del hecho.6.- Brindar asesoría técnica en la investigación criminal, a solicitud
del Ministerio Público,con excepción de lo previsto en el numeral 1 del artículo
anterior.7.- Las que les sean atribuidas por la ley.
Artículo 28:
La recepción, por parte de un funcionario o una funcionaria dependiente de
unó r g a n o d e s e g u r i d a d c i u d a d a n a , d e l a n o t i c i a s o b r e l a
c o m i s i ó n d e u n h e c h o p u n i b l e , ocasionará el traslado sin demoras
de una comisión de dicho órgano hacia el lugar donde o c u r r i e r o n l o s
hechos. Una vez en el sitio realizarán las acciones necesarias
para
l a protección de la escena y las evidencias, así como para garantizar la identifi
cación de las personas que pudieran brindar información, que contribuya con la
investigación hasta tantos e h a g a n p r e s e n t e s l o s f u n c i o n a r i o s o l a s ,
f u n c i o n a r i a s d e l C u e r p o d e I n v e s t i g a c i o n e s Científicas, Penales y
Criminalísticas, quienes asumirán la investigación criminal. Lo que significa,
que inmediatamente después de que se tiene la noticia de un
hechod e l i c t i v o , u n a v e z u b i c a d o é s t e , l o p r i o r i t a r i o p a r a l
o s o f i c i a l e s e n c a r g a d o s d e l a investigación “
debe ser custodiar celosamente el escenario donde se presume sucedió
elhecho delictivo,

y donde posteriormente se va a iniciar la búsqueda de los


elementosprobatorios”,
procurándose al máximo que el sitio se mantenga inalterado, ya que muy

fácil llevar al escenario o sacar del mismo elementos físicos que


contaminen la evidencia.En este sentido, debe tenerse siempre en cuenta
que en el escenario del delito se realizaránactos investigativos que serán
definitivos e irreproductibles, lo que conlleva, a la obligaciónde resguardar
todo muy bien esta única vez, porque será imposible reproducirlos en
otromomento, salvo en el supuesto caso que se ordene una reconstrucción de
los hechos. Al respecto, González (2004)
define a la cadena de custodia de la siguiente manera:
…dentro de la Teoría General de la Prueba, se liga a lo que la doctrina
denomina pacíficamente aseguramiento de la prueba, la cual estará a cargo de
los funcionarios de lainvestigación penal, y consiste en continuo cuidado,
conservación y vigilancia del acervo probatorio físico hasta el momento en que
sea presentado en el juicio oral. (p. 20).
Se concluye
Al analizar someramente aspectos esenciales de la cadena de custodia,
es posible advertir q u e s e t r a t a d e u n m e c a n i s m o d e c o n t r o l q u e
s i r v e p a r a p r e s e r v a r l o s m e d i o s d e p r u e b a obtenidos en la etapa de
investigación, desde el momento en que el Ministerio Público tieneconocimiento
de la noticia del hecho delictivo para tomar la decisión sobre el ejercicio o node
la acción penal. Por tanto, se debe entender que la debida preservación de los
medios
de prueba (indicio, dato de prueba y prueba), implica, por un lado, consolidar el
derecho dedefensa, y por el otro, integrar la carpeta de investigación.Así pues,
a efecto de conciliar ambas exigencias, todo indicio que sea sujeto a cadena
decustodia, debe incluir el o los documentos que acrediten la misma. Sin
embargo, se deberáde tener especial cuidado por las particularidades
de los informes periciales y la prueba pericial. La lógica de la cadena
de custodia, en consecuencia, radica en establecer y demostrar que
en el proceso penal los medios de prueba no han sido manipulados, y que los
principiosde transferencia, relación y causalidad han sido respetados a
cabalidad. Lo anterior con lafinalidad de acreditar la identidad y el estado
original en que fueron hallados los medios
de prueba en el espacio físico de la investigación, así como también a efecto d
e dejar constancia de las condiciones y cambios hechos en dichos
medios de prueba por todas ycada una de las personas que participaron en
calidad de “custodios” de los mismos. La cadena de custodia de
la prueba se define como el procedimiento controlado que seaplica a
los indicios materiales relacionados con el delito, desde su
localización hasta suvaloración por los encargados de su análisis,
normalmente peritos, y que tiene como fin
nov i c i a r e l m a n e j o q u e d e e l l o s s e h a g a y a s í e v i t a r
a l t e r a c i o n e s , s u s t i t u c i o n e s , contaminaciones o destrucciones.

Desde la ubicación, fijación, recolección, embalaje y traslado de la e


videncia en laescena del siniestro, hasta la presentación al debate, la
cadena de custodia debe garantizar que el procedimiento empleado
ha sido exitoso, y que la evidencia que se recolectó en la escena, es la
misma que se está presentando ante el tribunal, o el analizado en el
respectivodictamen pericial. La cadena de custodia
implica: la extracción adecuada
de la prueba, la preservación,individualización, transporte apropiado,
entrega controlada.A l r e c o l e c t a r l a s p r u e b a s , l o i m p o r t a n t e e s e l
s i g n i f i c a d o , e l v a l o r q u e v a a t e n e r e n e l proceso de investigación y
por medio de la cadena de custodia, este valor va a ser relevante,debido a
que no se va a poder impugnar, al haberse acatado el procedimiento.
Consiste enel seguimiento que una empresa u organización
transformadora de materias primas para laobtención de otros
productos se compromete a hacer al objeto de garantizar que al
menosu n d e t e r m i n a d o p o r c e n t a j e d e a q u e l l a s m a t e r i a s , d e n o m i
n a d a s m a t e r i a s c e r t i f i c a d a s , cumplen unas ciertas características de
calidad, generalmente medioambientales.También se puede describir la
cadena de custodia como: el sistema de control y registroq u e s e a p l i c a a l
indicio relacionado con el hecho que se presume delictivo,
d e s d e s u avistamiento o incorporación al proceso penal -apegándose
a los principios de
control, preservación, seguridad, mínima intervención y descripción detallada-
hasta que laautoridad competente ordene su conclusión.Por lo tanto, no
huelga decir que una vez que el Ministerio Público o las policías,
oaquellos funcionarios encargados de practicar diligencias de
investigación en auxilio delM . P . t e n g a n c o n o c i m i e n t o d e l a
p r o b a b l e e x i s t e n c i a d e u n d e l i t o ( n o t i t i a c r i m i n i s ) , s e deberán
dictar todas las medidas posibles para impedir que se pierdan,
destruyan o alterenlos indicios del hecho delictuoso. En este sentido, la
cadena de custodia viene a conformar el conjunto de etapas desarrolladas en
forma legítima y científica durante la investigación,con el fin de cuidar que no
se alteren, o se destruyan los indicios materiales al momento desu recopilación
y posterior análisis científico, hasta su incorporación a
juicio. Para concluir es dable entender que, en un sistema de garantías como lo
es aquel al queestamos transitando, resulta necesaria la construcción
de mecanismos de legalidad
que permitan garantizar un debido proceso penal, si entendemos que la preser
vación de losmedios de prueba es parte de una garantía máxima para
el imputable y para que la pruebasirva de base para su correcto
enjuiciamiento, asegurando, desde luego, que éstos medios de prueba hayan
sido obtenidos mediante procesos lícitos.

También podría gustarte