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Cerro el kiosco

1. Hora azul.
Volvía del lago, con un balde rojo de plástico, las botas de lluvia embarradas que era un
festín y unas mojarras coleteando en el agua. Esa tarde, había visto a Criollito y Luna
específicamente para enseñarle a Luna a pescar. Después de 2 horas de silencio y
carnadas pérdidas, la bolla pico y cazamos una plantilla vieja de zapatilla. Recién a la media
hora, Criollito pesco:
-Saque algo!- grito glorioso. Agarre su tanza y tire la mojarrita al balde. Inmediatamente ya
estábamos los 3 rascandonos los tobillos por los mosquitos hambrientos que había.
-Esas son ranas?- pregunto Luna
-O extraterrestres - le dije con cara maliciosa
-No le digas esas cosas a mi hermana Lauti, después se las cree y anda llorando de noche
Me rei.
-Si son ranas, Lu. Algunos son grillos
-Ya se tonto -me dijo y e saco la lengua.
-Mira! - grite. La segunda mojarrita fue premio de Luna.
Al llegar a casa, saque las mojarritas sobre el lavadero de afuera y les corte la cabeza. Eran
tan pequeñas que casi una mitad del cuerpo se habia desperdiciado. Pero lo prometido
entre amistades es deuda y le habia dicho a mis amigos que ibamos a fritarlas como me
habia enseñado mi primo Julian.
Al cortarle las cabezitas, una luz se prendio desde la planta alta de mi casa. Viole se habia
despertado de sus extensas siestas de fin de semana. Ahora si que no podia entrar a la
casa con las botas, sino me iba a ligar unos gritos agudos y nerviosos de la insoportable de
mi hermana.
Tire el agua al pasto y sobre el pequeño charco que se habia formado en el barro, vi una luz
fluorescente aparecer y desaparecer rapidamente. Al levanta la vista, las ranas y los grillos
habian callado. Era un silencio de pesca extraño. Al voltear mis ojos al charco nuevamente,
el agua habia desaparecido completamente. Solo se encontraba en él, una marca negra.
Las ranas y los grillos volvieron a su canto.

2. Me quiere, no me quiere
En el aceite, freian las dos mojarras viscosas y descabezadas al borde de desaparecer. El
crujir del mismo, reconfortaba. Violeta, desentendida con nuestra aventura, ponia agua en
una olla al fuego para hacer “comida de verdad” para todos.
-Criollo, alcanzame la sal
-Bueno per te la dejo aca
-A donde?
- Sobre la mesada
-Criollo no me vas a decir que crees en eso de la mala suerte y esas cosas
-Obvio que creo- decia y masticaba queso- yo te la dejo aca mira - decia y apoyaba la sal
sobre la mesa.
-Criollito cree en todo lo que le digas- decia Luna mientras apoyaba los vasos sobre la
mesa.
-Mentira. Porque lo que le paso a la Pipa los otros dias, no lo creyo-
Pipa era la dueña del unico kiosco que habia en el pueblo. De noche sacaba dos mesas y
los que se aburrian de sus casa, se sentaban con birra y pucho a conversar de pescados,
futbol y mujeres. Era el ritual de todos los viernes a la noche. Salvo un viernes, en que Pipa
cerro su kiosco y puso en un cartel “No estoy”. Durante dos semanas, no veiamos a la Pipa
y pensabamos que estaba muerta. O que se habia ido a la ciudad a buscar a su hijos
mayores. Al tiempo, regreso con un amirada destemplada. Las vecinas comenzaron hablar
y decian que la Pipa habia sido abducida por los ovnis.
De los 3mil habitantes en el Dique, la mitad se reian y decian que la Pipa habia coenzado a
consumir hongos o plantas. La otra mitad comenzo a hacer negocios con la noticia nueva.
Salian vecinos a atestiguar sobre ver extraterrestres en el lago, manchas rendondas sobre
sus patios y hasta tambien remeras de Aliens sonrientes que decían FELIZ AÑO NUEVO .
En la radio del pueblo hablaban de hsitorias de ovnis, de Dios y de la gente que habia
desaparecido durante el verano pasado. Tambien habian entrevistado a la Pipa.
Habia sido en vano, la mujer no quería dar mas explicaciones de lo que habia visto.
La Pipa ya no abria mas el kiosco durante la noche. Violeta decia que era porque andaba de
novia y ya no tenia mas ganas de trabajar hasta tarde.
Las mojarritas se achicharraron. Servimos la comida en la mesa y dejamos pasar el tema.
Luna probo las mojarritas y con una cara de asco evidencio lo poco que le habia gustado
aquel invento.
-Pero ponele limon! - le dije mientras masticaba y me reia.Luna miraba a Criollito y a Violeta
con cara de asco. Le puso limon y aparto el plato de ella. Definitivament no le habian
gustado. Estaba tan entusiasmado con la idea de pescar algo y comerlo que me comi todo
contento.
-Vos te pones contento por cualquier cosa- me dijo seria mi hermana.
-Vos no te pones contenta por nada Viole
-La verdad que no. Es insoportable vivir buscado la felicidad. Eso no es real - dijo
mirandome fijo a los ojos. Al rato vacilo y se tumbo en el sillon boca arriba. Violeta era un
oso, no pareciamos hermanos para nada.
- Bueno pero algo hay que buscar, no?- decia Criollito rascando la olla de los fideos hasta
dejarla limpia de comida. -Por ejemplo, yo busco salir de mi casa porque me aburro, Luna
busca a Lauti y Lauti busca extraterrestres
-Nada que ver nene! - grito Luna y se puso colorada.
Lo de Luna no era nuevo. Sabia que me miraba mucho en los recreos y venia cada vez mas
seguido al lago con Criollito.
-Los extraterrestres no se buscan pavo. Ellos te buscan a vos. Lo vi en un documental.
La luz se apago en silencio. Otra vez las ranas, los grillos y el aire se habian frenado.
Por debajo del contorno de la puerta, una pequeña luz celeste se habia aparecido.
Sobre la ventana, la luna se veia lejana.
Tocaron la puerta. PAPAPAPAPA, se sentia.
Todos permanecieron quietos.
-Quien sera- dijo Luna
-SHHHH, CALLATE LUNA- dije en voz baja. Algo habia en ese silencio que me decia que
debia respetarlo.
-SH que, no dije nada- dijo Luna
Avance de puntitas de pie a la puerta. La luz debajo de ella, se habia ido apenas habia
apoyado mi pie derecho sobre el suelo. PAPAPAPAPA se sentia. Alguien estaba detras de
la puerta y estaba muy enojado.
Agarre la llave cuidadosamente y gire. Cuando mi mano temblorosa se apoyo sobre el
picaporte, abri rapido de un solo movimiento.
Una respiración agitada invadió el silencio extremo. El rostro transpirado y los cabellos
húmedos parecían electrificados.
-PIPA! - solte.
-Déjenme pasar por favor. ¡Rápido, rápido!
Pipa entró a mi casa como si entrara a una iglesia. Cerré la puerta y la luz se prendió de
nuevo.

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