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I. HECHOS
En la Sentencia T-234/13:
Cuando por razones de carácter administrativo diferentes a las razonables de una gestión
diligente, una EPS demora un tratamiento o procedimiento médico al cual la persona tiene
derecho, viola su derecho a la salud e impide su efectiva recuperación física y emocional,
pues los conflictos contractuales que puedan presentarse entre las distintas entidades o al
interior de la propia empresa como consecuencia de la ineficiencia o de la falta de planeación
de estas, no constituyen justa causa para impedir el acceso de sus afiliados a la continuidad y
clausura óptima de los servicios médicos prescritos.”
Hace parte del derecho fundamental a la salud de todos los afiliados, la garantía de estar
informado por parte de las EPS sobre las gestiones que se deben agotar para la efectiva
prestación del servicio.
En tal sentido, si bien existe una carga para los usuarios en torno a realizar las diligencias
propias de autorización o visto bueno para la práctica de procedimientos médicos, esta
responsabilidad no puede llegar al punto de desconocer el derecho de información que
efectivamente les asiste,
pues en muchas ocasiones la ausencia de orientación en estos asuntos, al dilatar el
tratamiento, puede ocasionarles mayor dolor o peores complicaciones patológicas, estado
que afecta gravemente sus condiciones de vida digna.
En virtud de esta garantía, que resulta más visible cuando se trata de órdenes médicas
complejas que requieren agotar varios pasos- como los tratamientos continuados de
quimioterapia o la preparación para una intervención quirúrgica que incluye valoraciones,
terapias y exámenes diagnósticos-, quienes integran el Sistema General de Seguridad Social
en Salud, especialmente las EPS e IPS, tienen la carga obligacional de orientar y
proporcionar al paciente toda la información relacionada con la red de instituciones médicas
que prestan el servicio, la asignación de costos- cuotas moderadoras, copagos o subsidios-, la
disponibilidad de asistencia y todas las especificidades propias de la atención; de lo
contrario, esto es, la negligencia en el acompañamiento a los usuarios del Sistema, constituye
una falla en la prestación del servicio y un irrespeto por las garantías fundamentales de los
afiliados.
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En suma, esta integralidad a la que tienen derecho esta clase de pacientes cuyo estado de
enfermedad afecte su integridad personal o su vida en condiciones dignas, significa que la
atención en salud que se les brinde debe contener “todo cuidado, suministro de
medicamentos, intervenciones quirúrgicas, prácticas de rehabilitación, exámenes para el
diagnóstico y el seguimiento, así como todo otro componente que el médico tratante valore
como necesario para el pleno restablecimiento de la salud del paciente o para mitigar las
dolencias que le impiden llevar su vida en mejores condiciones; y en tal dimensión, debe ser
proporcionado a sus afiliados por las entidades encargadas de prestar el servicio público de
la seguridad social en salud”
Por otro lado, este principio de integralidad tiene la finalidad de garantizar la continuidad en
la prestación del servicio y evitar al paciente interponer una acción de tutela por cada nuevo
servicio que sea prescrito por el médico tratante. Por ello, en desarrollo del mismo, el juez de
tutela tiene la facultad de ordenar que se garantice el acceso a todos los servicios “que el
médico tratante valore como necesario[s] para el pleno restablecimiento del estado de salud
del paciente”1Esta continuidad se materializa en que el tratamiento integral debe ser brindado
“de forma ininterrumpida, completa, diligente, oportuna y con calidad”. 2(subrayado fuera de
texto)
1
Defensoría del Pueblo, “Derechos en salud de los pacientes con cáncer”, Recuperado de:
http://www.defensoria.gov.co/public/pdf/Cartilla_pacientes_Cancer.pdf
2
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“(i) aquellos derechos respecto de los cuales existe consenso sobre su naturaleza
fundamental y (ii) todo derecho constitucional que funcionalmente esté dirigido a
lograr la dignidad humana y sea traducible en un derecho subjetivo”.
De acuerdo a esto, el derecho a la salud es fundamental en razón a que está dirigido a lograr
la dignidad humana; asimismo su objeto ha venido siendo definido en los planes
obligatorios de salud Ley 100 de 1993, y otras fuentes normativas como instrumentos del
bloque de constitucionalidad, la jurisprudencia constitucional, entre otras, le otorgan el
carácter de derecho subjetivo.
“el ámbito del derecho fundamental a la salud está delimitado por la dogmática
constitucional, que reconoce los contenidos garantizados a las personas en virtud
del mismo. El ámbito de protección, por tanto, no está delimitado por el plan
obligatorio de salud. Puede existir un servicio de salud no incluido en el plan, que
se requiera con necesidad y comprometa en forma grave la vida dignidad de la
persona o su integridad personal”.
En relación con el acceso a los servicios de salud que requiera el paciente, la sentencia T-760
de 2008 expuso:
La garantía constitucional con la que cuenta toda persona para acceder a los servicios de
promoción, protección y recuperación de la salud, contemplada en los artículos 48 y 49 la
Constitución Política y los artículos 153[4] y 156[5] de la Ley 100 de 1993, implica que el
servicio a la salud debe ser prestado conforme a los principios de oportunidad, eficiencia,
calidad, integralidad y continuidad, entre otros.
Eficiencia: Este principio busca que los trámites administrativos a los que está sujeto el
paciente sean razonables, no demoren excesivamente el acceso y no impongan al interesado
una carga que no le corresponde asumir
Calidad: Conlleva que todas las prestaciones en salud requeridas por los pacientes, sean los
tratamientos, medicamentos, cirugías o procedimientos, contribuyan notoriamente a la
mejora de las condiciones de vida y salud de los mismos. Quiere decir que las entidades
obligadas a garantizar la prestación del servicio, no deberán suministrar medicamentos o
prestar cualquier servicio médico con deficiente calidad, y que, como consecuencia, agrave
la salud de la persona.
La Corte ha señalado que el paciente tiene una expectativa legítima en que las condiciones
de calidades de un tratamiento prescrito, no sea interrumpido súbitamente antes de su
recuperación o estabilización o por lo menos otorgando un periodo mínimo de ajuste que le
permita continuar la prestación del servicio con el mismo nivel de calidad y eficacia.
En resumen, las EPS deben garantizar que el acceso a los servicios de salud cumpla con
los criterios de calidad, eficiencia, oportunidad, integralidad y continuidad; de no ser
así, se transgreden de forma directa los derechos fundamentales de los usuarios del
sistema
V. PRUEBAS
Por resultar conducente y necesario adjunto con el presente escrito, los siguientes
Documentales:
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VI. ANEXOS
Bajo juramento declaro que no se ha promovido otra acción de tutela con base en los hechos
aquí narrados.
VIII. NOTIFICACIONES
Para efecto de notificaciones las personales las recibiré en la dirección Vereda Guamito San
Martín Finca Los Frutales Acevedo- Huila o en el correo electrónico dlyuliana25@gmail.com
Atentamente,