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El Existencialismo

Existencialismo es el nombre que se usa para designar a una corriente filosófica y


posteriormente, una vanguardia literaria. Tuvo su origen en el siglo XIX y se prolongó
más o menos hasta la segunda mitad del siglo XX. Los filósofos existencialistas se
centraron en el análisis de la condición humana, la libertad y la responsabilidad
individual, las emociones, así como el significado de la vida.
No se trata de una escuela filosófica homogénea ni sistematizada, y sus seguidores se
caracterizan principalmente por sus reacciones contra la filosofía tradicional.
Hay tres tipos de escuelas existencialistas: el existencialismo cristiano, el
existencialismo agnóstico, y el existencialismo ateo.

 Concepto
Nunca ha habido un acuerdo general sobre la definición de existencialismo. El término a
menudo es visto como una conveniencia histórica que fue inventada por primera vez
para describir a muchos filósofos, en retrospectiva, mucho después de haber muerto.
De hecho, aunque generalmente se considera que el existencialismo se originó con la
obra de Kierkegaard, el primer filósofo prominente en adoptar el término para describir
su propia filosofía fue Jean-Paul Sartre.
Sartre propone la idea de que lo que "todos los existencialistas tienen en común es la
doctrina fundamental de que la existencia precede a la esencia" lo que significa que la
consideración más importante para las personas es el hecho de que son un ser
consciente ("existencia") que actúa de forma independiente y responsable—en lugar
de ser etiquetado con roles, estereotipos, definiciones, u otras categorías
preconcebidas que se ajustan al individuo ("esencia"). La vida real de la persona es lo
que constituye lo que podría llamarse su "verdadera esencia" en lugar de estar allí
atribuido a una esencia arbitraria que otros utilicen para definirla.
Uno de sus postulados fundamentales del existencialismo es que en el ser humano "la
existencia precede a la esencia" (Sartre), es decir, que no hay una naturaleza humana
que determine a los individuos, sino que son sus actos los que determinan quiénes son,
así como el significado de sus vidas. El existencialismo defiende que el individuo es libre
y totalmente responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una
ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de creencias
externo a él.
En líneas generales el existencialismo busca una ética que supere a las moralinas y
prejuicios; busca una ética universal, válida para todos los seres humanos, que muchas
veces no coincide con los postulados de las diversas morales particulares de cada una
de las culturas preexistentes.
La vida se impone sobre la razón abstracta
El existencialismo se opone al racionalismo y al empirismo, centrados en la valoración
de la razón y del conocimiento como principio trascendente, sea que este se postule
como el punto de partida de la existencia o como su orientación vital.
El existencialismo se opone a la hegemonía de la razón como fundamento de la
reflexión filosófica porque desde la perspectiva de los existencialistas, la experiencia
humana no puede estar condicionada a la absolutización de uno de sus aspectos, ya
que el pensamiento racional como principio absoluto niega la subjetividad, las pasiones
y los instintos, tan humanos como la consciencia. Esto le confiere también un carácter
antiacademicista por oposición al positivismo.
Mirada filosófica puesta en el sujeto
El existencialismo propone centrar la mirada filosófica en el propio sujeto y no en
categorías supraindividuales. De esta manera, el existencialismo retorna a la
consideración del sujeto y su modo de existir frente al universo como experiencia
individual e individualizada. Le interesará, por lo tanto, reflexionar sobre el móvil de la
existencia y el modo de asimilarla. Por lo que pretende estudiar la propia condición de
la existencia en términos de sus posibilidades. Esto abarca, según Abbagnano, «el
análisis de las situaciones más comunes y fundamentales en que el hombre llegar a
encontrarse».
Libertad sobre la determinación exterior
Si la existencia precede a la esencia, el ser humano es libre e independiente de toda
categoría abstracta. La libertad, por lo tanto, debe ser ejercida desde la responsabilidad
individual, que derivaría en una ética sólida aunque independiente de un imaginario
previo.
Para el existencialismo la libertad implica la plena conciencia de que las decisiones y
acciones personales influyen en el entorno social, lo que nos hace corresponsables del
bien y del mal. De allí la formulación de Jean-Paul Sartre, según la cual la libertad es
responsabilidad total en soledad absoluta, es decir: "El hombre está condenado a ser
libre".
Esta pretensión de los existencialistas descansa en la lectura crítica de las guerras
históricas, cuyos crímenes han sido justificados a partir de categorías abstractas,
suprahumanas o supraindividuales, tales como los conceptos de nación, civilización,
religión, evolución, y pare de contar.
Angustia existencial
Si el temor puede definirse como el miedo a un peligro concreto, la angustia es, en
cambio, el temor de sí mismo, la inquietud ante las consecuencias de las propias
acciones y decisiones, el miedo a una existencia sin consuelo, el miedo a proferir daños
irreparables pues no hay excusas, justificaciones ni promesas. La angustia existencial
es, de algún modo, lo más semejante al vértigo.
 Historia
Algunos consideran que el existencialismo en sí atraviesa a toda la historia de la
humanidad (por ejemplo: en la Sumeria Epopeya de Gilgamesh se encuentran planteos
llenos de angustia, esperanza, duelo, melancolía, anhelos de eternidad que luego
reiterará siempre el existencialismo) ya que sus temas son los capitales de cada ser
humano y de todo el conjunto de la humanidad.
La aparición y desarrollo del existencialismo está estrechamente relacionada con el
proceso de la historia occidental. Por ello, para comprenderlo, vale la pena comprender
el contexto.
Antecedentes del existencialismo
El siglo XVIII es testigo de tres fenómenos fundamentales: la revolución francesa, la
revolución industrial y el desarrollo del iluminismo o Ilustración, un movimiento
filosófico y cultural que preconizaba la razón como principio universal y fundamento
del horizonte vital.
La Ilustración veía en el conocimiento y la educación los mecanismos para liberar a la
humanidad del fanatismo y el atraso cultural, lo que implicaba un cierto rearme ético
propugnado desde la universalidad de la razón.
Sin embargo, desde el siglo XIX en el mundo occidental ya era notorio que aquellas
banderas (razón, progreso económico de la industrialización, política republicana,
entre otros) no lograban evitar la decadencia moral de Occidente. Por eso, el siglo XIX
ve nacer muchos movimientos críticos de la razón moderna, tanto artísticos como
filosóficos y literarios.
El existencialismo tiene sus antecedentes en el siglo XIX en el pensamiento de
Kierkegaard (1813 – 1855) y Nietzsche (1844 – 1900). También, aunque menos
directamente, en el pesimismo de Arthur Schopenhauer (1788 – 1860), así como en las
novelas de Fiódor Dostoyevski (1821 – 1881).
El siglo XX y la formulación del existencialismo
El reacomodo de los sistemas económicos, políticos y del pensamiento de los siglos
anteriores, que auguraban un mundo racional, moral y ético, no dieron los resultados
esperados. En su lugar, se sucedieron las guerras mundiales, signos inequívocos de la
decadencia moral de Occidente y todas sus justificaciones espirituales y filosóficas.
El existencialismo, desde sus inicios, ya notaba la incapacidad de Occidente para
ordenar aquella transformación violenta. Los existencialistas del siglo XX que vivieron la
Segunda Guerra Mundial tuvieron frente a sí las pruebas de la decadencia de los
sistemas morales y éticos fundados en valores abstractos.
Entre los filósofos más representativos del existencialismo se encuentran Martin
Heidegger, Karl Jaspers, Jean-Paul Sartre, Miguel de Unamuno, Simone de Beauvoir y
Albert Camus.
Sin embargo el existencialismo recién toma nombre en el siglo XX y particularmente
tras las terriblemente traumáticas experiencias que vivió la humanidad durante la
Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Durante estos dos conflictos
(que podrían ser calificados por una parte como casos extremos de la estupidez que
puede tener la humanidad y por la otra -concordando con Hannah Arendt- como las
formas en las que la violencia interhumana llega a su apogeo con una banalización del
mal) surgieron los pensadores que a posteriori se preguntaron explícitamente "¿qué
sentido tiene la vida?", "¿para o por qué existe el ser?", o "¿existe la libertad total?".
Desarrollo en el siglo XX
El existencialismo nace como una reacción frente a las tradiciones filosóficas
imperantes, tales como el racionalismo (del latín, ratio, razón. Es una corriente
filosófica que se desarrolló en Europa continental durante los siglos XVII y XVIII,
formulada por René Descartes, es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la
razón en la adquisición del conocimiento y rechaza la idea de los sentidos, ya que nos
pueden engañar; defiende las ciencias exactas, en concreto las matemáticas y dice que
posee contenidos innatos, es decir, ya nacemos con conocimientos, solo tenemos que
"acordarnos" de ellos. Usa el método deductivo como principal herramienta para llegar
al verdadero conocimiento), o el empirismo (que resalta el papel de la experiencia
sobre todo el sentido de la percepción, que busca descubrir un orden legítimo dentro
de la estructura del mundo observable, en donde se pueda obtener el significado
universal de las cosas).
En los años 1940 y 50, existencialistas franceses como Jean-Paul Sartre, Albert Camus y
Simone de Beauvoir dieron a conocer escritos académicos y/o de ficción que
popularizaron temas existenciales del tipo de la libertad, la nada, el absurdo, entre
otros.
Esta corriente filosófica discute y propone soluciones a los problemas inherentes a la
condición humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, el
dilema en las guerras, el eterno tema del tiempo, la libertad, la relación dios-hombre, el
ateísmo, la naturaleza del hombre, la vida y la muerte. El existencialismo busca revelar
lo que rodea al hombre, haciendo una descripción minuciosa del medio en el que se
desenvuelve el individuo (existente), para que éste obtenga una comprensión propia y
pueda dar sentido o encontrar una justificación a su existencia. Esta filosofía, a pesar de
los ataques provenientes con mayor intensidad de la religiosidad cristiana del siglo XX,
busca una justificación para la existencia humana. El existencialismo, de acuerdo a
Jean-Paul Sartre, dice que en la naturaleza humana la existencia precede a la esencia (lo
que para algunos es un ataque a dogmas religiosos), pensamiento iniciado por
Aristóteles y proseguido en Sartre, quien indica que los seres humanos primero
existimos y luego adquirimos esencia; es decir, sólo existimos y, mientras vivimos,
vamos aprendiendo de los demás humanos que han inventado cosas abstractas; el
humano, entiende Sartre, se libera en cuanto se realiza libremente y esa, es su esencia,
su esencia parte desde sí para sí .

 Tres escuelas de existencialismo


1- El existencialismo ateo (representado por Sartre) El término hace referencia a la
exclusión de cualquier creencia transcendental, metafísica o religiosa desde un
pensamiento filosófico existencialista. El existencialismo ateo confronta la ansiedad
por la muerte sin apelar a la esperanza de ser alguien salvado por Dios (ni otras
salvaciones metafísicas como la reencarnación).
El existencialismo ateo comienza a ser reconocido tras la publicación, en 1943, de El ser
y la nada de Jean-Paul Sartre, quien explícitamente después alude a él en su El
existencialismo es un humanismo de 1946. Sartre había escrito previamente sobre el
espíritu del existencialismo ateo (p.ej.: La náusea (1938) y las historias cortas de su
colección El muro (1933).
Albert Camus con El mito de Sísifo y Simone de Beauvoir escribieron también desde una
perspectiva existencialista atea.
Jean-Paul Sartre
Es prácticamente imposible y difícil resumir en pocas líneas al existencialismo
sartreano.
Durante la vida de Sartre éste fue especialmente atacado por quienes lo calificaban de
ateo y materialista queriendo presentar a Sartre como un "amoral", sin embargo de
todos los pensadores existencialistas es quizás el más moralista.
En el primer Sartre, el ser humano es un ser para la nada, y por esto con una existencia
absurda que debe vivir el momento, pero muy pronto hace una inversión en relación a
los criterios que hasta entonces utilizaba la filosofía: en las cosas la esencia ni siquiera
precede a la existencia, la "esencia de un objeto es su misma existencia" en cambio en
el ser humano la existencia precede a la esencia, será el yo de cada humano con sus
transcendencias5 el que le dará sentido a la existencia humana, por otra parte rechaza
(en El ser y la nada) el nihilismo de Heidegger: la nada es algo "irrealizante": es la
destrucción de lo ya dado para crear nuevas realidades, ante esto cada ser humano
tiene un compromiso existencial con el prójimo y, aunque parezca contradictorio el
compromiso existencial debe lograr la libertad de todos y cada uno de los seres
humanos, de otro modo la existencia humana carece de sentido; en uno de sus
apotegmas dice con aparente paradoja que "nunca se es más libre que cuando se está
privado de la libertad" porque -si se tiene consciencia de la situación- es cuando se tiene
consciencia de la necesidad de la libertad, otro de los célebres postulados de Sartre es:
"los seres humanos estamos condenados a la libertad"; los vaivenes del sartrismo
resultan interesantes al encontrarse en ellos implícitas contradicciones: la esencia del
humano es la libertad pero (esto se observa en la Polémica Merleau-Ponty-Sartre) "el
infierno es la mirada del otro" porque cuando el otro mira a cada otro que no es él
(para decirlo más sencillamente: cuando una persona observa o considera a otra) lo
objetiviza, lo objeta y lo tiende a hacer objeto .
En sus últimos años (y en esto puede hablarse de un segundo Sartre) tras que intentara
un psicoanálisis existencial que negaba a lo inconsciente freudiano y en lugar de lo
inconsciente trataba de imponer la noción de “mala fe” ante la cual cada humano debía
asumir su compromiso existencial, el mismo Sartre se dio cuenta, y lo reconoció él
mismo en El existencialismo es un humanismo que se había equivocado al rechazar de
plano a lo inconsciente, esta recapacitación le hizo decir a Sartre: «Como diría Lacan el
humano es cósmico» (notar que acá Sartre usa el símbolo lacaniano para el sujeto
escindido o sujeto clivado no sólo con el uso lacaniano sino probablemente también
con una ironía al sugerir que el ser humano está dominado por el dinero) de este modo
sin negar el compromiso existencial en pos de la libertad humana es que Sartre admitía
como epílogo de su obra que no todo depende de la voluntad consciente de cada
sujeto, aunque mantuvo que el esfuerzo humano en pos de la libertad es de todos
modos posible.
Durante décadas (desde fines de los 1940 hasta inicios de los 1980) para la opinión
pública el existencialismo era presentado casi exclusivamente como sartrismo.
2- El existencialismo cristiano (Kierkegaard (1813 - 18559, Dostoievski) Mientras que
Gabriel Marcel y Jacques Maritain son encuadrables dentro de un "existencialismo
cristiano" no tanto de línea kierkegaardiana sino más bien de Jasper o Mounier.
El existencialismo cristiano nos presenta la idea del hombre racional según la
concepción griega que se alimentó durante la Edad Media inculcándonos que de Dios
nacía lo racional, donde el hombre era capaz de reflexionar y controlar sus impulsos.
Según este existencialismo hay unos valores y principios universales que nos ayudan
para guiar nuestra vida hacia el camino del bien; todas las personas creen en Dios como
el creador de todo lo que existe en la tierra, no hay angustia porque saben que Dios
nos ayuda a llevar una vida tranquila, hay muy poca libertad, las personas actúan por lo
racional.
3- El existencialismo agnóstico (Camus 1913 - 1960, Heidegger 1889 - 1976). Esta última
propone que la existencia o la inexistencia de Dios es una cuestión irrelevante para la
existencia humana: Dios puede o no existir. Y el problema, tan solo por tener una idea
firme, no soluciona los problemas metafísicos del hombre.

 El existencialismo y el arte
Algunos consideran que los conceptos desarrollados en la filosofía existencialista han
sido fuertemente influidos por el arte. Novelas, obras de teatro, películas, cuentos y
pinturas, sin que hayan sido catalogadas necesariamente como existencialistas,
sugieren ser precursoras de sus postulados. He aquí algunos autores y obras
representativas:
Las novelas, cuentos y relatos de Franz Kafka (1883 – 1924), como “El Proceso”, “El
Castillo”, La metamorfosis; en las cuales los protagonistas se enfrentan a situaciones
absurdas, carentes de explicación, aunque haya respuestas, a las que nunca tienen
acceso.
Algunos temas recurrentes en las obras de Dostoievski como Crimen y castigo, Los
endemoniados, Los hermanos Karamázov y El idiota incluyen el suicidio, la destrucción de
los valores familiares, el renacimiento espiritual a través del sufrimiento (siendo uno de
los puntos capitales), el rechazo a Occidente y la afirmación de la ortodoxia rusa y el
zarismo4.
Rainer Maria Rilke escribió poesía y novelas que influyeron directamente sobre los
existencialistas. Los cuadernos de Malte de Laurids influyó sobre La náusea de Sartre, y
Heidegger escribió un largo ensayo sobre uno de sus poemas. Muchos de los motivos
existencialistas se encuentran en los Cuadernos… la búsqueda de una existencia
auténtica y el enfrentamiento con la muerte, entre otros.
La obra del escritor portugués, Fernando Pessoa, en particular: El marinero y El libro del
desasosiego.
Obras de autores franceses como La náusea de Sartre; La peste de Camus; Viaje al fin de
la noche de Cèline; para acabar con El juicio de Dios de Antonin Artaud y la poesía y
dramaturgia de Jean Genet.
Una de las novelas más conocidas de Hermann Hesse: El lobo estepario, plantea una
situación en la que el protagonista, Harry Haller, se encuentra sumido en un profundo
dilema sobre su identidad. Hay dos almas viviendo en su pecho: un lobo y un hombre,
que representan la virtud y la humanidad, en contraste con la satisfacción salvaje de los
instintos y una profunda misantropía.
Las películas del cineasta sueco Ingmar Bergman, como El séptimo sello, Gritos y
susurros y Fanny y Alexander, o las del ruso Andrey Tarkovsky en casi toda su obra (por
ejemplo Solaris basada en el libro de Stanisław Lem usa como pretexto a la ciencia
ficción para dar lugar a reflexiones existencialistas) o en El espejo y especialmente en
su última obra: El sacrificio (o Sacrificio).

 Autores y obras más representativos

Søren Kierkegaard, filósofo y teólogo danés nacido en 1813 y


fallecido en 1855, es el autor que abre paso al pensamiento
existencialista. Será el primero en postular la necesidad de que
la filosofía sitúe su mirada desde el individuo.
Para Kierkegaard, el individuo debe hallar la verdad en sí mismo,
fuera de las determinaciones del discurso social. Ese será, pues,
el recorrido necesario para hallar la propia vocación.
Así, Kierkegaard avanza hacia la subjetividad y el relativismo, aun cuando lo hace desde
una perspectiva cristiana. Entre sus obras más destacadas se encuentran El concepto de
la angustia y Temor y temblor.

Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán nacido en 1844 y


fallecido en 1900. A diferencia de Kierkegaard, rechazará
cualquier perspectiva cristiana y religiosa en general.
Nietzsche proclama la muerte de Dios al analizar el
devenir histórico de la civilización occidental y su
decadencia moral. Sin dios o los dioses, el sujeto debe
encontrar por sí mismo el significado de la vida, así
como su justificación ética.
El nihilismo de Nietzsche relativiza la trascendencia de un único valor absoluto ante su
incapacidad para dar respuesta unificada a la civilización. Ello constituye terreno
propicio para la indagación y la búsqueda, pero entraña también angustia existencial.
Entre sus obras más famosas se pueden mencionar: Así habla Zaratustra y El nacimiento
de la tragedia.
Simone de Beauvoir (1908-1986) fue filósofa, escritora
y maestra. Se destacó como impulsora del feminismo
del siglo XX. Entre sus obras más representativas son El
segundo sexo y La mujer rota.

Jean-Paul Sartre, nacido en Francia en 1905 y fallecido en


1980, es el representante más emblemático del
existencialismo del siglo XX. Fue filósofo, escritor, crítico
literario y activista político.
Sartre definía sus planteamientos filosóficos como
existencialismo humanista. Estuvo casado con Simone de
Beauvoir y recibió el Nobel de literatura en 1964. Es conocido
por haber escrito la trilogía Los caminos de la libertad y la
novela La náusea.

Alberta Camus (1913-1960) destacó como filósofo,


ensayista, novelista y dramaturgo. Entre sus obras más
importantes, se pueden señalar las siguientes: El
extranjero, La peste, El primer hombre, Cartas a un
amigo alemán.

Miguel de Unamuno (1864-1936) fue un filósofo,


novelista, poeta y dramaturgo de origen español,
conocido como una de las figuras más importantes de la
generación del 98. Entre sus obras más importantes
podemos mencionar Paz en la guerra, Niebla, Amor y
pedagogía y La tía Tula.

Ver: “Sartre, el hombre y las cosas”- Filosofía aquí y ahora II con José Pablo
Feinmann: youtube.com/watch?v=9nUolZ_bJp4
Bibliografía
Belaval, Yvon (dir.) (1981). La filosofía del siglo XX. v. 10. ISBN 968-23-1083-0.
Murdoch, Iris (1957). Sartre.
Ortega y Gasset, José (1958). ¿Qué es filosofía?
Prini, Pietro (1992). Historia del existencialismo: de Kierkegaard a hoy. ISBN 978-84-254-
1766-5.
Thody, Philip (1966). Jean-Paul Sartre.

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