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Existencialismo: características, autores y obras

Andrea Imaginario

Andrea Imaginario

Especialista en Artes, Literatura Comparada e Historia

El existencialismo es una corriente filosófica y literaria que estudia la condición humana a


partir de los principios de libertad y responsabilidad individual, los cuales han de ser analizados
como fenómenos independientes de justificaciones religiosas, filosóficas o racionales, es decir,
independientes de las categorías preconcebidas.

Como corriente de pensamiento, el existencialismo iniciará en el siglo XIX, pero solo hacia la
segunda mitad del siglo XX alcanzará su apogeo.

Características del existencialismo

existencialismo

El carácter heterogéneo del existencialismo impide que sea considerado como una escuela
unificada. Sin embargo, las tendencias que se han manifestado dentro del movimiento
comparten algunas características. Entre ellas, podemos mencionar las siguientes:

La existencia precede a la esencia

La pregunta sobre el sentido y propósito de la existencia humana es el fundamento de la


filosofía occidental. Esta se ha abocado tradicionalmente a ello por medio de la formulación de
categorías trascendentales, sea la noción de dios y el trasmundo, la noción de Idea y su
contraposición con la materia, la noción de la razón universal y el pensamiento consciente, o la
moral como principio trascendente.

De estas categorías habrá muchas interpretaciones. Todas tendrán algo en común: justificar la
condición de la existencia humana fuera y antes del sujeto, es decir, partir de que la existencia
humana se debe a una esencia de la cual derivan los principios éticos.

Para el existencialismo, la existencia humana precede a la esencia. Esto significa que la


reflexión filosófica no tendría que fundarse en la formulación de categorías abstractas y
trascendentes, como Idea, dioses, razón o moral, sino a partir de la propia condición de la
existencia humana.

La vida se impone sobre la razón abstracta

El existencialismo se opone al racionalismo y al empirismo, centrados en la valoración de la


razón y del conocimiento como principio trascendente, sea que este se postule como el punto
de partida de la existencia o como su orientación vital.

El existencialismo se opone a la hegemonía de la razón como fundamento de la reflexión


filosófica. Desde la perspectiva de los existencialistas, la experiencia humana no puede estar
condicionada a la absolutización de uno de sus aspectos, ya que el pensamiento racional como
principio absoluto niega la subjetividad, las pasiones y los instintos, tan humanos como la
consciencia. Esto le confiere también un carácter anti academicista por oposición al
positivismo.
Mirada filosófica puesta en el sujeto

Al cuestionar la hegemonía del pensamiento racional, el existencialismo propone centrar la


mirada filosófica en el propio sujeto y no en categorías abstractas y supraindividuales.

De esta manera, el existencialismo retorna a la consideración del sujeto y su modo de existir


frente al universo como experiencia individual e individualizada. Le interesará, por lo tanto,
reflexionar sobre el móvil de la existencia y el modo de asimilarla.

Valora la libertad sobre la determinación exterior

A partir de esto, el existencialismo formula su principal hipótesis: si la existencia precede a la


esencia, entonces el acento de la reflexión está en el modo de la existencia y no en su fin o
propósito. Por lo tanto, el ser humano es libre e independiente de toda categoría abstracta o
esencia.

La libertad debe ser ejercida por el sujeto desde una absoluta responsabilidad individual, lo
cual debería derivar en una moral que no requiera de un imaginario previo para justificarse. Se
entiende así la formulación de Jean-Paul Sartre, según la cual la libertad es responsabilidad
total en soledad absoluta, es decir: "El hombre está condenado a ser libre".

Posmodernidad

Así las cosas, la libertad en el existencialismo no debe ser confundida con un individualismo
indolente. Por el contrario, la libertad en el existencialismo implica la plena conciencia de que
las decisiones y acciones personales influyen en el entorno social, lo que nos hace
corresponsables del bien y del mal infligidos sobre los otros. Concluyen los existencialistas que
la conciencia de la libertad así entendida permite la formación de una ética que no requiere de
una justificación externa para existir.

Esta pretensión de los existencialistas descansa, como es de esperarse, en la lectura crítica de


las guerras históricas, cuyos crímenes han sido justificados a partir de categorías abstractas y
suprahumanas o supraindividuales según el caso, como nación, civilización, religión, evolución,
y pare de contar.

Angustia existencial: desasosiego, desamparo y absurdo

Sin horizonte trascendente, sin justificación del orden del mundo, sin dios, sin conocimiento
como categoría universal, sin ideología del progreso como destino, el ejercicio de la libertad tal
como lo plantea Sartre y la existencia en sí misma generan desasosiego, muy a pesar de su
aspiración ética que siempre implica una valoración de las relaciones humanas y sociales.

Al cuestionar el concepto de dios, de razón o de moral como fundamento del pensamiento


filosófico, que no es otra cosa que la reflexión sobre el sentido vital, el existencialismo abre las
puertas a la discusión sobre la nada, a la sensación de abandono y a la angustia existencial, la
cual no debe confundirse nunca con el temor.

Si el temor puede definirse como el miedo a un peligro concreto, la angustia es, en cambio, el
temor de sí mismo, la inquietud ante las consecuencias de las propias acciones y decisiones, el
miedo a una existencia sin consuelo, el miedo a proferir daños irreparables pues no hay
excusas, justificaciones ni promesas. La angustia existencial es, de algún modo, lo más
semejante al vértigo.
Contexto histórico del existencialismo

La aparición y desarrollo del existencialismo está estrechamente relacionada con el proceso de


la historia occidental. Por ello, para comprenderlo, vale la pena comprender el contexto.
Veamos.

Antecedentes del existencialismo

El siglo XVIII es testigo de tres fenómenos fundamentales: la revolución francesa, la revolución


industrial y el desarrollo del iluminismo o Ilustración, un movimiento filosófico y cultural que
preconizaba la razón como principio universal y fundamento del horizonte vital.

La Ilustración veía en el conocimiento y la educación los mecanismos para liberar a la


humanidad del fanatismo y el atraso cultural, lo que implicaba un cierto rearme ético
propugnado desde la universalidad de la razón.

Sin embargo, desde el siglo XIX en el mundo occidental ya era notorio que aquellas banderas
(razón, progreso económico de la industrialización, política republicana, entre otros) no
lograban evitar la decadencia moral de Occidente. Por eso, el siglo XIX ve nacer muchos
movimientos críticos de la razón moderna, tanto artísticos como filosóficos y literarios.

El siglo XX y la formulación del existencialismo

El reacomodo de los sistemas económicos, políticos y del pensamiento de los siglos anteriores,
que auguraban un mundo racional, moral y ético, no dieron los resultados esperados. En su
lugar, se sucedieron las guerras mundiales, signos inequívocos de la decadencia moral de
Occidente y todas sus justificaciones espirituales y filosóficas.

El existencialismo, desde sus inicios, ya notaba la incapacidad de Occidente para ordenar


aquella transformación violenta. Los existencialistas del siglo XX que vivieron la Segunda
Guerra Mundial tuvieron frente a sí las pruebas de la decadencia de los sistemas morales y
éticos fundados en valores abstractos.

Autores más representativos

El existencialismo inicia muy pronto, en el siglo XIX, pero poco a poco va modificando sus
tendencias. Así, existen diferentes autores de diferentes generaciones, que parten de un punto
de vista diferentes, en parte como consecuencia de su tiempo histórico. Veamos los tres más
representativos en este apartado.

Søren Kierkegaard

Søren Kierkegaard, filósofo y teólogo danés nacido en 1813 y fallecido en 1855, es el autor que
abre paso al pensamiento existencialista. Será el primero en postular la necesidad de que la
filosofía sitúe su mirada desde el individuo.

Para Kierkegaard, el individuo debe hallar la verdad en sí mismo, fuera de las determinaciones
del discurso social. Ese será, pues, el recorrido necesario para hallar la propia vocación.

Así, Kierkegaard avanza hacia la subjetividad y el relativismo, aun cuando lo hace desde una
perspectiva cristiana. Entre sus obras más destacadas se encuentran El concepto de la angustia
y Temor y temblor.
Friedrich Nietzsche

Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán nacido en 1844 y fallecido en 1900. A diferencia de
Kierkegaard, rechazará cualquier perspectiva cristiana y religiosa en general.

Nietzsche proclama la muerte de Dios al analizar el devenir histórico de la civilización


occidental y su decadencia moral. Sin dios o los dioses, el sujeto debe encontrar por sí mismo
el significado de la vida, así como su justificación ética.

El nihilismo de Nietzsche relativiza la trascendencia de un único valor absoluto ante su


incapacidad para dar respuesta unificada a la civilización. Ello constituye terreno propicio para
la indagación y la búsqueda, pero entraña también angustia existencial.

Entre sus obras más famosas se pueden mencionar: Así habla Zaratustra y El nacimiento de la
tragedia.

Jean-Paul Sartre

Jean-Paul Sartre, nacido en Francia en 1905 y fallecido en 1980, es el representante más


emblemático del existencialismo del siglo XX. Fue filósofo, escritor, crítico literario y activista
político.

Sartre definía sus planteamientos filosóficos como existencialismo humanista. Estuvo casado
con Simone de Beauvoir y recibió el Nobel de literatura en 1964. Es conocido por haber escrito
la trilogía Los caminos de la libertad y la novela La náusea.

También te puede interesar 7 obras esenciales de Jean-Paul Sartre.

Otros autores

Son muchos los autores que son considerados existencialistas por parte de la crítica, tanto a
nivel filosófico como a nivel literario. Muchos de ellos pueden ser vistos como antecesores de
esta línea de pensamiento según su generación, mientras que otros han surgido a partir de los
planteamientos de Sartre.

Entre otros nombres importantes del existencialismo podemos mencionar a los escritores
Dostoyevski y Kafka, a Gabriel Marcel, al español Ortega y Gasset, a León Chestov y a la propia
Simone de Beauvoir, esposa de Sartre.

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