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Características de la arquitectura gótica.

Catedrales, lonjas y ayuntamientos

El arte gótico es un estilo que se desarrolló en Europa occidental en los últimos siglos de
la Edad Media: de mediados del S. XII hasta el S. XVI, excepto en Italia donde en el S. XV se
inició el Renacimiento. Es un término despectivo, propio de bárbaros o godos, utilizado por
primera vez por el historiador renacentista Vasari para contraponerlo a la antigüedad clásica. El
gótico surgió en la Île de France, región de París, a mediados del S. XII y desde aquí se difunde
a otros países europeos, pero no en el mismo momento: España e Inglaterra lo aceptan
fácilmente, Alemania algo más tarde y en Italia apenas arraiga. En cada país se producirá una
interpretación propia del estilo que refleja su pasado histórico.
Aunque el gótico nace de una evolución del románico, se opondrá a éste en el sistema
constructivo y en el simbolismo de sus edificios (ligeros, elevados y luminosos), en la
importancia de la arquitectura civil y en el naturalismo de las artes plásticas (escultura y pintura)
que se liberan del marco arquitectónico. A lo largo de su desarrollo, el arte gótico pasará por
varias etapas tanto en la arquitectura como en las artes plásticas. Será en Francia donde la
arquitectura gótica inicie su andadura artística. Su desarrollo permite establecer cuatro fases
bien diferenciadas:
- Gótico inicial o protogótico: corresponde a la segunda mitad del siglo XII y coexiste
con las últimas formas del arte románico y con el inicio de la arquitectura cisterciense. Véanse
la cabecera de la abadía de Saint Denis y las catedrales de Laón, Sens, Senlis o Notre-Dame de
París.
- Gótico clásico: corresponde con el siglo XIII, momento en que la arquitectura alcanza
su madurez. Véanse las catedrales de Chartres, Reims y Amiens.
- Gótico radiante: entre finales del siglo XIII y primera mitad del XIV, donde la
decoración gana importancia. Véanse las catedrales de Beauvais, Eurex y, especialmente, la
Saint Chapelle de París.
- Gótico flamígero o gótico tardío: a finales del siglo XIV se rompe con el clasicismo
gótico y se produce una exuberancia ornamental. Bajo esta premisa, se levanta la catedral de
Tours, la iglesia de santa María de Troyes, la iglesia de Saint Ouen, etc.
Dicho esto, la arquitectura gótica supuso un cambio radical en la manera de construir,
consecuencia lógica de los nuevos estudios de carácter geométrico, matemático y aritmético. El
punto clave no fue la incorporación de nuevos elementos arquitectónicos, aunque los hubo, sino
una nueva relación de los mismos. El resultado fue un tipo de edificio con unas proporciones
claramente diferentes, mucho más esbeltas y sobrenaturales, consecuencia del empleo de dos
elementos sustentantes:
- El arco apuntado, ya usado por musulmanes y en el románico, permitió descargar el
peso del muro. Además, ayuda simbólicamente a la elevación del espíritu y a acentuar
ópticamente la sensación de esbeltez que se pretende crear en el edificio gótico.
- Las bóvedas de crucería, cuyos orígenes se hallan en la bóveda de arista, permiten
concentrar los pesos de la bóveda en puntos concretos. A partir de aquí, se desarrollan la bóveda
sexpartita, estrellada, de terceletes, de abanico, etc. Al multiplicarse los nervios secundarios de
la bóveda se transforma el pilar, un pilar grueso con baquetones. Todo este complejo sistema
constructivo estaba reforzado al exterior con contrafuertes, en los que descansan los arbotantes,
coronados por pináculos.
El uso y la combinación de elementos arquitectónicos respondía a la búsqueda de una
mayor altura y luminosidad, acorde con el nuevo sentir religioso. Con ellos, el edificio gótico
pudo sustituir las pesadas estructuras murarías del románico por otras más ligeras y dinámicas, y
se pudieron abrir amplios ventanales, decorados por vidrieras. La luz, ahora saturada de color,
cambia y transforma el espacio interior, desmaterializándolo. Esta transformación facilitaba la
identificación simbólica con la Jerusalén celestial y de la luz interior con la luz divina. Así, la

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Características de la arquitectura gótica. Catedrales, lonjas y ayuntamientos

nueva arquitectura impregna al creyente de un sentido de ascensión a través de la altura de sus


bóvedas, al tiempo que se siente empequeñecido ante la inmensidad de Dios. El resultado es una
experiencia casi mística.
El edificio más representativo será la catedral en su doble dimensión: social, como
expresión de la grandeza de los burgos y de sus habitantes frente a sus rivales; y eclesial, como
prefiguración de la Jerusalén celestial. El material constructivo por excelencia sigue siendo la
piedra, con el uso del sillar de cantería. Al igual que en el románico pleno, las fachadas son
monumentales y concentran soberbios programas iconográficos que se desarrollan alrededor de
las puertas de acceso. No obstante, la tradicional decoración escultórica y pictórica se combina
con elementos que ahora alcanzan su máximo esplendor (véase el rosetón, la galería escultórica
de reyes o el hastial de coronación). Además, la fachada principal suele estar enmarcada por
esbeltas torres angulares, que siguen el modelo carolingio “westwerk” o fachada en “H”, con
tres o cinco entradas, que coinciden con las naves.
La planta sigue siendo de cruz latina, de tres o cinco naves cubiertas por bóvedas de
crucería, donde la central sobresale en altura y anchura respecto a las laterales. En la planta
central del crucero se ubica el cimborrio, remarcado en altura con una aguja. La cabecera
aparece muy desarrollada, con un coro alargado y rodeado por el deambulatorio, al que se
pueden abrir capillas radiales o absidiolos, de trazado semicircular o poligonal unidos entre sí.
En alzado, el muro se divide, generalmente, en tres pisos: las arcadas que separan las naves, el
triforio (reminiscencia de la tribuna románica) y claristorio (grandes ventanales decorados con
vidrieras). En definitiva, la arquitectura gótica es una arquitectura esbelta y vertical, con unas
proporciones armónicas funcionales basadas en el reparto ordenado de los soportes y la
distribución racional de las cargas y empujes.
La arquitectura civil irá adquiriendo una mayor importancia a partir del siglo XIV,
manteniendo una estrecha dependencia estilística de la arquitectura religiosa. El empleo del arco
apuntado y la bóveda de crucería facilitaban los trabajos de construcción, permitiendo concebir
superficies cada vez mayores. Como consecuencia, surgieron diversos tipos de edificios,
adaptando siempre la forma a la función. El grupo social protagonista de este tipo de
arquitectura es la naciente burguesía, enriquecida con el comercio, que controla la vida urbana.
Para mostrar su posición, necesita de edificios representativos y de prestigio: palacios y
ayuntamientos. Entre estos últimos, destacan los de: Bruselas, Lovaina, el palacio de la Señoría
de Florencia o Siena…
En líneas generales, el gótico civil siguió la misma evolución estilística que el religioso,
complicando cada vez más las estructuras –arcos y bóvedas- y las ornamentaciones, aunque sin
llegar nunca a la complejidad de las catedrales. En los edificios civiles se disminuyó la
acentuada verticalidad de las catedrales dando un mayor protagonismo a la línea horizontal. En
general esta arquitectura tendrá una gran difusión en las regiones más desarrolladas desde el
punto de vista económico: ciudades flamencas e italianas. En España, podemos destacar: los
castillos de Manzanares el Real (Madrid) y de Bellver (Palma de Mallorca); el palacio del
Infantado (Guadalajara); las atarazanas o astilleros para la construcción de barcos de Barcelona;
y las lonjas de Valencia, Barcelona y Palma. Estos últimos eran lugares representativos de la
pujanza económica de la burguesía, cumplían varias funciones, entre ellas sala de
contrataciones.
El arte gótico surge de una evolución del arte románico que da lugar a un sistema
constructivo opuesto. La arquitectura gótica tiene muchos elementos de continuidad- como la
inspiración religiosa o las plantas de las iglesias que mantienen la cruz latina, aunque con una
cabecera exagerada con girola y capillas- pero frente a la pesadez y predominio de la masa

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Características de la arquitectura gótica. Catedrales, lonjas y ayuntamientos

sobre el vano propios del Románico, en el gótico las construcciones son ligeras con predominio
de los vanos gracias a un sabio empleo del equilibrio de empujes y fuerzas.

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