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LA ENFERMEDAD QUE PERVIVE

Reescritura del mito de la Tierra Baldía en Machines Like Me de Ian McEwan

Manuel Botero Camacho


Universidad Complutense de Madrid
mbotero@ucm.es
https://orcid.org/0000-0001-6200-0629

Julio San Román Cazorla


Universidad Complutense de Madrid
julsanro@ucm.es
https://orcid.org/0000-0002-0695-6076

RESUMEN: En las letras inglesas, el mito de la Tierra Baldía, célebre sobre todo
por su inscripción en las narrativas del ciclo artúrico, se convirtió en un claro ejemplo de
mito con un gran peso moral. Y, como todo mito, la Tierra Baldía ha evolucionado y el
Grial, que la restituiría en paraíso, ha abandona la función curativa y se convierte en un
imposible. En Machines Like Me (2019), Charlie hace frente a la adopción de un androide,
Adam, que desde el comienzo se definirá como «el Grial de la Ciencia» y que, poco a
poco, adquirirá un comportamiento más humano que el de su padre adoptivo. Las
frustraciones de Charlie y la consecuente devastación de su vida personal, con Adam
como eje motor, le embarcarán en la búsqueda de su propio paraíso en una Tierra Baldía
asolada por la guerra de las Malvinas, donde Reino Unido será derrotado.
PALABRAS CLAVE: Machines Like Me, Tierra Baldía, Santo Grial, androide, ciclo
artúrico.

THE DISEASE THAT REMAINS


RECONSTRUCTION OF THE WASTELAND MYTH IN IAN MCEWAN’S
MACHINES LIKE ME

ABSTRACT: In British literature, the Wasteland myth, famous due to its appearance
in the Arthurian cycle, became a clear example of myth with great moral content. And
like all myths, the Wasteland has evolved and the Grail, which would restore it to
paradise, has abandoned the curative function and became unattainable. In Machines Like
Me (2019), Charlie faces the adoption of an android, Adam, who from the beginning will
be defined as «the Grail of Science» and who will gradually acquire a more human
behaviour than that of his adoptive father. Charlie’s frustrations and the consequent
devastation of his personal life, with Adam as the driving force, will embark him on the
search for his paradise in a Wasteland ravaged by the Falklands war, where the United
Kingdom will be defeated.
KEYWORDS: Machines Like Me, Wasteland, Holy Grail, android, Arthurian Cycle.

Esferas Literarias, 4 (2021), pp. 57-72 ISSN: 2659-4218


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VIEJAS HISTORIAS PARA NUEVOS MIEDOS

El final de la Segunda Guerra Mundial derivó en una serie de conflictos bélicos


que dieron lugar a la pregunta de si Reino Unido seguía siendo un imperio fuerte o no.
La posterior independencia de la India, el alcance general de la Guerra Fría, la guerra de
las Malvinas o la guerra de Irak no solo pusieron en duda la estabilidad del poder imperial,
sino que también crearon una crisis en la identidad británica. Como respuesta al declive
del imperio británico, se organizó una narrativa divergente de la historia literaria de la
posguerra (Brannigan, 2017: 572). El miedo a la decadencia de la nación junto con las
crisis ecológicas urgentes y los efectos globales del capitalismo dieron origen a una
generación de escritores que centraron los temas de sus obras en la pauperización de lo
que fue uno de los imperios más poderosos del mundo y en la pérdida de identidad
consecuente que sufrían sus habitantes (ibid.). Autores como David Mitchell o Kazuo
Ishiguro, por poner dos ejemplos, abordaron este tema creando líneas de tiempo
alternativas o futuros imaginados en las novelas Cloud Atlas (2004) y Never let me go
(2005), respectivamente.
Brannigan afirma que una sensibilidad distópica es evidente en gran parte de la
ficción británica del siglo XXI (Brannigan, 2017:571). Esta tendencia ya se había
originado en el siglo XX: a raíz de la Primera Guerra Mundial, autores como T. S. Eliot,
por ejemplo, aludían a mitos pasados para representar una sociedad destruida (véase The
Waste Land, 1922). En esta tendencia distópica, los escritores parecían estar cayendo en
una suerte de nacionalismo arraigado en las bases de un pasado mítico y glorioso y, al
mismo tiempo, se identificaban con esas leyendas a base de transformarlas adaptando los
mitemas a un nuevo milieu cultural. Llorens Camp explica que «Temas, protagonistas y
ambientes, se entrecruzan y combinan […] Así se da este aparecer de motivos iguales en
tan diferentes épocas y regiones que dé pie a establecer unas genealogías de leyendas
buscando filiación o paternidad entre ellas» (Llorens Camp, 1995: 9). Loomis apoya esta
teoría sobre la adaptación de mitos y leyendas citando a Schoepperle, que demostró que
el romance de Tristán es una composición de episodios y motivos derivados parcialmente
de las sagas celtas, cuentos orientales y de los estereotipos comunes de la ficción europea
(Loomis, 1991: 23).
La sensibilidad distópica que opera en el ámbito literario británico contemporáneo
toma como referencias en numerosas ocasiones las leyendas anglosajonas para la creación
de argumentos y personajes. Una de estas narrativas –tal vez la más famosa (Loomis,
1991: 1)– es la leyenda del Grial, que ha inspirado novelas, cuentos, películas e incluso
videojuegos a lo largo de las últimas décadas, debido a la fascinación que aún provoca en
el público.1 El motivo de dicha fascinación por la reliquia, afirma Loomis, reside en la
perplejidad que producen la magia terrenal y los milagros sacramentales que se encierran
en las obras del Grial. Este desconcierto genera una curiosidad que requiere una solución.
Durante los últimos cien años los eruditos han intentado descubrir los secretos del Grial,
con resultados tan dispares que el público lector, ansioso de conocimiento, se encuentra
más confuso que nunca (Loomis, 1991: 1).
El presente artículo tendrá como objeto de estudio la reescritura del mito de la
Tierra Baldía así como la reconstrucción de varios episodios del ciclo artúrico
relacionados con el mito del Grial en Machines Like Me. La vuelta al mito del Grial y la

1
Véase White, Camelot. Sword at Sunset de Rosemary Sutcliffe, War in Heaven Charles Williams
y Arthurian Torso, de C. S. Lewis, los tres últimos citados en Paxson, «The Holy Grail», 11. Indiana Jones
Y La Última Cruzada, dirigida por Steven Spielberg. (1989; España: Paramount Home Entertainment), VR.

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aparición de los androides confluyen en la novela desde la primera frase, cuando se


describe a Adam, uno de los 25 primeros androides del mundo, de la siguiente manera:
«It was a religious yearning of granted hope, it was the holy grail of science» (McEwan,
2019: 1). Ambientada en una línea temporal alternativa, la novela se sitúa en Reino Unido
durante la Guerra de las Malvinas. La primera divergencia histórica consiste en la derrota
del ejército inglés, que vincula directamente la novela con la decadencia del imperio
británico. La segunda variación más notoria es la supervivencia del ingeniero informático,
pionero en el campo de la robótica, Alan Turing. Considerado como un héroe de guerra,
en esta novela no será juzgado por su homosexualidad ni se quitará la vida, lo que le
permitirá desarrollar la informática hasta alcanzar la creación de un androide funcional.
Así, McEwan plantea en la novela una línea temporal alternativa en la que el mayor
avance tecnológico del hombre, la vida artificial, ha llegado a su máximo esplendor
durante un conflicto bélico en una tierra sometida por el cambio climático.
Es en este entorno en el que se mueven los tres protagonistas de esta novela:
Charlie, un hombre de mediana edad que decide comprar un androide con el dinero de
una herencia; Miranda, su vecina y su interés amoroso; y Adam, el robot que, pese a sus
capacidades para hacer el bien y brindar éxito y fortuna a Charlie, en última instancia,
acabará desbaratando todos los planes que este trataba de establecer con Miranda como,
por ejemplo, un proceso de adopción. Inmersos en una trama de relaciones amorosas e
infidelidades, con una guerra funesta por un territorio estéril de fondo, Charlie, Miranda
y Adam replicarán los errores que ya cometieron Arturo, Ginebra y Lanzarote antaño, y
aquel que prometía ser el Santo Grial de la Ciencia se convertirá en el hijastro pernicioso
que atenta contra el reino del padre.

EN BUSCA DEL SANTO GRIAL

Las leyendas sobre el rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda han atraído
la atención de numerosos eruditos, lo que ha provocado una profusión de literatura sobre
el tema. Incluso en la Edad Media, el ciclo artúrico promovió la composición de un gran
número de poemas épicos y romances. Una de las versiones más famosas es el Ciclo de
la Vulgata, también conocido como Lancelot-Grail, una serie francesa de cinco
volúmenes escrita presumiblemente en el siglo XIII que narra la búsqueda de los
caballeros de Arturo por el Santo Grial, así como el romance entre Sir Lancelot y la reina
Ginebra (Loomis, 1991: 3-4). El ciclo de la Vulgata inspiró a Thomas Mallory en su
composición del siglo XV Le Morte d’Arthur,2 quien hizo suya esta trágica historia de
caballerosidad, lealtad, amor privado, culpa y vergüenza pública (Treharne, 2015: 95).
Sin embargo, el origen de dicho mito se antoja evasivo. Si bien la crítica concuerda
en que la mayoría de las fuentes escritas del Grial se inscriben en el ciclo artúrico, muchos
académicos discrepan en cuento a los orígenes de los mitemas presentes en él. Wood
menciona varias fuentes, entre las que se encuentra la tradición persa, donde estaría
relacionado con los seguidores del mismísimo Genghis Khan, o la literatura templaria
(Wood, 2000: 184). Esta última justificaría los tintes cristianos que posee la leyenda y
habría causado toda una vinculación entre los templarios, los cátaros y el Grial que se

2
Debido a similitudes en la composición y la estructura de Machines Like Me, se utilizará la
versión de Mallory como fuente de estudio principal para el análisis propuesto en este artículo. La literatura
artúrica previa como Li Conte du Graal también será investigada más a fondo para un análisis más profundo
de los personajes y sus relaciones.

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podría rastrear hasta el gnosticismo y las leyendas medievales que tratan la relación entre
Cristo y María Magdalena (ibid.). Por el contrario, muchos otros académicos, entre los
que destaca Loomis, abogan por un origen dentro del ciclo mitológico de las echtrai
irlandesas, con influencias notorias del Gales celta.
La justificación de Loomis, en cuanto a teoría literaria, se basa en un sistema de
adaptación de mitos en el que habría tenido lugar una transmutación de las historias celtas
a los romances artúricos debido a distintos factores: la fusión de elementos de distintas
historias en una nueva narrativa; la adaptación de una historia a un nuevo milieu cultural;
una mala interpretación de las historias (Loomis, 1991: 23). Con esta explicación, Loomis
y Wood encuentran una conclusión común: los romances que tratan el tema del Grial
muestran muchas variantes como para reducirlos todos a un solo conjunto de eventos y
cualquier intento de reconstruir una narrativa coherente en un periodo anterior a la
redacción de la leyenda implicaría hacer especulaciones selectivas (Wood, 2002: 244).
No obstante, los argumentos de Loomis cobran sentido mucho más allá de la teoría
literaria. Según los procedimientos típicos de la literatura comparada y la mitocrítica, la
leyenda del Grial comparte demasiados mitemas como para obviar la posibilidad
innegable de un origen de la leyenda en la mitología celta (véase Fee, 2004: 181-183; y
Lovecy, 1991: 171). Uno de los mitemas más extendidos en este compendio de mitos es
el de la visita al castillo de un señor vinculado de una manera u otra con la magia. Loomis
explica que solo en Irlanda se encuentran motivos en que un hechizo que ha embrujado
un país entero pueda ser levantado mediante una pregunta (Loomis, 1991: 54). El embrujo
vincula la Tierra Baldía, más conocida por el poema homónimo de T. S. Eliot, con la
fertilidad de Peles, el Rey Pescador al que una herida de guerra le impide procrear y
conceder un heredero a su reino. Perceval visita el castillo y descubre cuál es el objetivo
de su misión: encontrar el Grial, capaz de sanar la esterilidad de Peles, y la lanza de
Longinus, con la que se atravesó el costado de Cristo.
Llama la atención que, a pesar del carácter eminentemente celta del pasaje, se
aluda a elementos característicos del Nuevo Testamento. Estas connotaciones religiosas
no se encuentran en Chrétien, sino en la obra de Robert de Boron, que concede a la
leyenda un carácter cristiano al redactar también el Baladro de Merlín y José de Arimatea.
Paxson achaca la popularidad del mito, ya en su vertiente cristiana, a una necesidad de
resolver una preocupación que surgió en los siglos XIII y XIV en Europa: el imperio de
Carlomagno impulsó la idea de una Cristiandad unida, lo que llevó al derrocamiento de
los ideales marciales que alababan a héroes matadores de dragones cuyas principales
virtudes eran la fuerza, la masculinidad y la lealtad a su señor. La guerra santa cambió el
ideal del héroe hasta transformarlo en un hombre de Dios que usa sus habilidades por la
gloria de la fe destruyendo infieles y salvando la Ciudad Santa (Paxson, 1973: 10).
Loomis afirma que estas preocupaciones favorecieron la recepción de las leyendas del
Grial al tiempo que se cristianizaban (Loomis, 1991: 275) y Stein habla de la «experiencia
del Grial» en la corte de Carlomagno, tomando como referencia las ideas de Steiner, que
habla de la búsqueda de la reliquia como una experiencia de iniciación personal
codificada en una narrativa (Wood, 2000: 183). Así pues, mientras se instauraba en
Europa el motivo del amor cortés, destinado a enseñar modales al guerrero, el Grial sirvió
para enseñarle la virtud.
Estos cambios se ven en la figura del propio Arturo, quien en el Historia Regnum
Britanniae se muestra como un caudillo guerrillero que protege a su pueblo mientras que
en el Baladro de Merlín de Boron, «es es rey por elección divina y herencia, [...] puesto
que el rey tiene únicamente su poder de Dios, no es la proeza o el valor, ni siquiera el
reconocimiento y lealtad de sus caballeros, lo que le garantizará este poder, sino su lealtad

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e inquebrantable fe en Dios, quien lo ha elegido» (Lendo Fuentes, 2013: 450). Esta misma
visión la adquirirá Mallory en Le Mort D’Artu, la obra que pondrá fin al ciclo artúrico en
el siglo XIV. Con ella, pretende mostrar todas las formas que tiene un hombre de alcanzar
la santidad, así como exponer las razones por las que un hombre puede fracasar (Paxson,
1973: 11).
La expansión de las historias del Grial por toda la civilización occidental y su
pervivencia hasta la época contemporánea no son más que pruebas de la fascinación que
ejerce dicho mito. El Grial conecta la sociedad digital con las creencias cristianas
medievales y, a su vez, con una época mítica de tradición celta, con las creencias de una
cultura ya extinta. Tal vez sea ese el motivo de la fascinación por la figura del Grial: es
una leyenda que habla al ser humano de valores universales, capaces de trascender en
tiempo y espacio y perdurar en el imaginario colectivo.

El Grial de Mallory

Le Morte d’Arthur de Thomas Mallory narra la búsqueda del Santo Grial pero, a
diferencia de sus predecesores, Mallory llama especialmente la atención sobre el mito de
la Tierra Baldía, principalmente conocido por el poema homónimo de T. S. Eliot, al
detallar ciertos aspectos del mito, como la naturaleza y los agentes que lo componen. El
mito de la Tierra Baldía consiste en la identificación del cuerpo decrépito de un
gobernante con el estado de su reino o nación, correspondientemente plagado de
enfermedades, estéril o en guerra. Descendiente de antiguos ritos paganos, la versión más
antigua del mito se encuentra en el ciclo artúrico, más concretamente en Li Conte del
Graal (ca. 1180) de Chrétien de Troyes (Loomis, 1991: 28). En esta versión, unos
caballeros de la Mesa Redonda liderados por Sir Perceval visitan al Rey Pescador, que ha
resultado herido en la entrepierna, por lo que sufre de impotencia sexual y falta de
movilidad. En consecuencia, lo único que puede hacer es pescar en un pequeño bote, de
ahí el nombre. Debido a la relación mágica que une al rey con el reino, su esterilidad hace
que sus tierras se vuelvan infértiles y sufran a menudo plagas y enfermedades.
La adición de Mallory de varios detalles a la trama, principalmente con respecto
al mito de Wasteland, da como resultado la identificación del Rey Pescador o Rey Tullido.
Hasta entonces, las versiones del ciclo de la Vulgata y la Post-Vulgata habían variado en
los detalles sobre el linaje del Rico Rey Pescador, siendo el más antiguo Bron y el más
joven, Galaz, el Caballero Escogido (Alvar, 1991: 347). Esta noble casa está compuesta
por tres personajes principales, a decir, el Rey Pelleham, el Rey Pelés y el Rey Pelinor
del Castillo de Corbeinc, y todos ellos son reconocidos como el Rey Tullido un una
versión u otra. Para aclarar sus roles en la trama, parece conveniente una descripción de
las características de los personajes en la versión de Mallory.
Por una parte, el apodo del Rey Tullido se le atribuye a Pelés o a su padre Pellehan
(Alvar, 1991: 346). Sea cual fuere de los dos, el Rey Tullido es heredero de José de
Arimatea y perteneciente al linaje destinado a proteger el Grial, fue herido en el muslo
por Balaaín el Salvaje con una lanza mágica –supuestamente, con la que Longinus
atravesó el costado de Cristo después de la crucifixión (Alvar, 1991: 33)–. La herida tuvo
como consecuencia o bien la impotencia o bien la esterilidad del rey, lo que le impide
«dedicarse a las actividades propias de los caballeros y se tiene que limitar a la pesca»
(Alvar, 1991: 347), de ahí los apodos.
Por otra parte, también se identifica al Rey Pescador con el Rey Pelinor del
Castillo de Corbeinc, más conocido por perseguir a la Bestia Bramadora o por romper la
Espada de la Piedra en un torneo contra el rey Arturo. La historia de Pelinor es semejante

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a la de Pellehan o Pelés. En su caso, al ver el Grial, Pelinor duda de la veracidad de la


ilusión y una lanza mágica le atraviesa el muslo, dejándole inválido y estéril (Alvar, 1991:
328). Este rey también es conocido por ser el padre de Perceval, el mejor y más puro
caballero (aunque será su hijo, Galaz, quien encuentre el Grial finalmente) y Dandrane,
conocida como la Heroína del Grial debido a que guiará a Perceval hasta la reliquia e
incluso dará su vida durante la búsqueda (Alvar, 1991: 117).
La conexión directa entre Sir Percival y el linaje de Pelés sirve también para
vincular la historia del Santo Grial y la Tierra Baldía con el ciclo artúrico. Los caballeros
de Arturo entran en contacto con la familia de Pelés debido a la necesidad de que el rey
Arturo uniera toda la tierra de Gran Bretaña. Al comienzo de su reinado, Arturo se
encuentra con una tierra dividida y en guerra que debe unificarse. Utilizando la Espada
de la Piedra como símbolo que inspira lealtad o como arma contra sus enemigos, Arturo
conquista los territorios, a pesar de la consecuente aparición de rivalidades con los
gobernantes de los reinos vecinos. Mediante la palabra o la espada, las comunidades de
la sociedad medieval se construyeron alentando y persuadiendo a los individuos para que
se comportaran de cierta manera, para absorber conjuntos particulares de conocimientos
y para emular ideales similares (Treharne, 2015: 69). Por ello, para poner fin a las
constantes guerras, los caballeros de la Mesa Redonda deben eventualmente partir en
busca del Santo Grial, ya que la reliquia posibilitaría una Cristiandad unida de forma
pacífica, como se había promovido en la corte de Carlomagno.
La importancia entre la conexión del Grial con el ciclo artúrico no reside
simplemente en la cristianización de las leyendas, sino también en la justificación de la
caída del verdadero rey de Inglaterra. El triángulo amoroso entre Arturo, Ginebra y
Lanzarote trata los mismos temas que el mito del Grial, aunque mientras que el segundo
muestra las consecuencias de la ausencia de un heredero, el primero muestra los
antecedentes. En esta disputa por el amor de la reina entra en juego la sexualidad de los
participantes previa a la esterilidad del rey.
Para comprender cómo encaja la sexualidad en la caída de Camelot, es preciso
remitirse a ciertos eventos previos a la llegada de Lanzarote a la corte de Arturo, más
concretamente a un episodio conocido por todos pero cuyos detalles conviene matizar: la
leyenda de Excalibur. En los episodios previos a la obtención de la espada, Arturo se
enfrenta a un personaje involucrado en el mito de la Tierra Bladía: a Pelinor de Listenois,
quien antes de convertirse en el Rey Pescador, formaba parte de la Tabla Redonda y era
conocido como el rey de la Yerma Foresta. Este rompe la Espada de la Piedra en un torneo
contra Arturo y Merlín se ve obligado a juntar las piezas de nuevo o a forjar otra espada
en la mítica isla de Avalón. Después de recibir la bendición de la Dama del Lago,
Excalibur emerge de las aguas y es entregada a Arturo «a condición de que se la
devolviera llegada su última hora» (Alvar, 1991: 151-152).
La cultura popular ha extendido una noción equivocada de Excalibur, pues
generalmente se cree que la espada es la que hace invencible al rey Arturo, pero Mallory
indica que la importancia de Excalibur no está en el arma en sí, sino en la vaina, que será
la que proteja a Arturo de la derrota. Esto tiene una posible interpretación mediante
iconografía sexual: Savini explica que las espadas míticas representaban el valor de un
individuo así como el código moral de su comunidad (Savini, 2019: 1). Añade también
que Excalibur es el reflejo del estatus del rey Arturo como gobernante y las formas en
que también está arraigado en el género (Savini, 2019: 2). La espada se corresponde con

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un símbolo fálico mientras que la vaina funcionaría como símbolo femenino.3 Esta
simbología parte de la misma mentalidad que crea el mito de la Tierra Baldía: un reino
sin heredero está abocado al fracaso. La teoría de los dos cuerpos del rey –uno físico,
mortal y sujeto a corrupción; y otro inmaterial que se representa en el reino y su bienestar–
explica que «la perpetuidad de la cabeza del reino y el concepto de un rex qui nunquam
moritur, un “rey que nunca muere”, dependía principalmente de la interacción de tres
factores: la perpetuidad de la dinastía, el carácter corporativo de la Corona y la
inmortalidad de la dignidad real» (Kantorowicz, 2012: 319). La traición de Lanzarote y
Ginebra estaría desbaratando estos tres elementos: I) al mantener un idilio secreto que
acaba rompiendo el matrimonio real, están impidiendo que el linaje de Arturo continúe;
II) Lanzarote forma parte de Tabla Redonda, lo que quiebra el carácter corporativo de la
Corona, pues no se trata de una enemistad, sino de una traición; y III) al hacerse público
el idilio, la dignidad real se ve mermada. Estos tres factores se ven representados
simbólicamente en las armas de Arturo que, cuando persigue a Lanzarote hasta Francia,
pierde la vaina que lo protegía y daba estabilidad al reino. De manera exegética se
entiende que Arturo, más que perder un objeto, ha perdido el amor de la reina Ginebra,
con todo lo que conlleva. A su vuelta a Inglaterra, el rey encontrará su reino en manos de
Mordred, su hijastro, y sumido en la guerra. Será en el enfrentamiento entre estos dos
cuando el rey Arturo muera después de matar a Mordred.

Una Tierra Baldía sin esperanza

El mito de la Tierra Baldía ha sido reescrito y reinterpretado repetidamente a lo


largo de la Edad Media, pero el significado central del cuento –la conexión mística e
inextricable entre el rey divino y su reino– permanecerá invariable en todas las versiones
premodernas del cuento (Gualberto, 2015: 7). Sin embargo, la noción del Santo Grial
como reliquia capaz de curar a un rey se actualiza en la idea del Grial como proveedor de
sustento en físico y espiritual a los desposeídos que habitan la mítica Tierra Baldía
(Gualberto, 2015: 10), lo que lo revaloriza como un mito de restauración. Gualberto
explica que la fertilidad y el bienestar de la tierra (y por tanto, metonímicamente, de la
comunidad) está subordinado al vigor y la vitalidad del rey conectando así la necesidad
social de orden político a las fuerzas vitales de la naturaleza y la cosmología (Gualberto,
2015: 18). Las creencias religiosas profundamente arraigadas, el contexto histórico de las
Cruzadas y el honor cortesano representado por los caballeros sirvieron para inspirar
esperanza en la consagración del Santo Grial. Por un lado, las Cruzadas y la conquista de
Tierra Santa, «a partir de 1096 y hasta el siglo XV, se convirtió en un tema importante de
la literatura romántica europea» (Treharne, 2015: 73). La búsqueda del Santo Grial fue
considerada como un hecho esperanzador que emocionó al público que leyó o escuchó
las leyendas artúricas, pues su consecución significó la unificación del reino en el ámbito
político exterior. Por otro lado, Le Morte d’Arthur fue completado, revela Malory,
mientras era un «caballero prisionero» en 1469, durante la agitación de la Guerra de las
Rosas (Treharne, 2015: 94). La literatura se convirtió en un reflejo de la sociedad, en la
que el pueblo británico podía sentirse identificado con la lucha constante del Rey Arturo
por unir a Gran Bretaña, especialmente en los capítulos finales de Le Morte d’Arthur,
donde se enfrenta a la amenaza de Mordred. En definitiva, esta esperanza conduce a la

3
Para mayor claridad del argumento, cabe destacar que la palabra vaina procede del vocablo latino
vagina.

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restauración del reino por la consagración del Santo Grial –en el Ciclo Artúrico, por
Galaz– y la recuperación del rey.
No obstante, la perspectiva de una restauración esperanzadora de la Tierra Baldía
no sobrevivió a lo largo de la historia. En The Wasteland Eliot reelabora el final
regenerativo del mito premoderno como un acto explícitamente lamentado y denunciado
como un acto de crueldad (Gualberto, 2015: 24). Eliot expone en su poema una vida
caótica, desesperada y cruel donde la gente habita como vagabundos muertos esperando
un mejor destino y la restauración de la tierra. Sin embargo, sostiene que, si se encontrara
el Grial y se usaran sus poderes, los muertos serían resucitados en la vida recreada en el
nuevo mito (Gualberto, 2015: 25), es decir, en una tierra lastimera, corrupta y estéril. A
diferencia de la mentalidad medieval, se considera imposible la capacidad de
restauración. Las guerras de dichos siglos, en especial la Primera Guerra Mundial,
servirán para convencer a los autores de que los tiempos del Rey Arturo en los que Gran
Bretaña era próspera y estaba unida quedan lejos de la época contemporánea. Incluso a
día de hoy los novelistas, en especial los de ciencia ficción, observan el mundo y sus
problemas y crean distopías que imaginan las consecuencias de catástrofes naturales fruto
del cambio climático o de regímenes de carácter tanto comunista como fascista.
La reevaluación de la fantasía de The Wasteland conlleva una conexión entre una
multivalencia mítica medieval y los estándares elegantes y semióticos del
posmodernismo literario. Esta multivalencia realza en los textos posmodernos los temas
y las estructuras que daban significado al mito original y, en consecuencia, se deriva en
una combinación mítica entre el Caballero del Grial y el Rey Pescador que se configura
como el retrato inequívoco de una recuperación inconcebible (Gualberto, 2015: 26). Dos
personajes legendarios antagónicos –el enfermo y el salvador– se convierten en uno
mediante un proceso de contagio en el que los significados del mito convergen
paulatinamente.

EL REY HA MUERTO: ¡LARGA VIDA AL ANDROIDE!

Es difícil discernir los síntomas de una enfermedad cuando dentro de la sociedad


ningún sujeto parece estar sano. La recurrencia incesante del mito del Grial, que sana
física y socialmente, indica un claro arraigo en una enfermedad que no se extingue, que
corrompe a la humanidad en cuerpo y alma. Los autores modernistas sometieron a juicio
la sociedad que les había dado voz y descubrieron con pesar la desesperanza en forma de
guerras que englobaron a prácticamente todos los países del mundo (Brannigan, 2017:
568). Hoy en día, tras muchas décadas y conflictos bélicos, el mundo parece haberse
ordenado y, sin embargo, Machines Like Me presenta dicha organización como una suerte
de niebla –tal vez el humo del dragón, de acuerdo con el mito– que impide ver a los
habitantes del mundo el pesar y el caos en el que se encuentran sumidos. Si bien Machines
Like Me presenta una sociedad tan avanzada científicamente que ha sido capaz de crear
vida artificial, McEwan pone en boca de un personaje ya ficticio como es Alan Turing,
voz de la razón en la novela, un juicio de valor respecto a la sociedad que habita, tal vez
el pasaje más realista y crítico de la novela:

Millions dying of diseases we know how to cure. Millions living in poverty when
there’s enough to go around. We degrade the biosphere when we know it’s our only home.
We threaten each other with nuclear weapons when we know where it could lead. We
love living things but we permit a mass extinction of species. And all the rest –genocide,

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torture, enslavement, domestic murder, child abuse, school shootings, rape and scores of
daily outrages. We live alongside this torment and aren’t amazed when we still find
happiness, even love (McEwan, 2019: 180).

No es difícil reconocer en estas líneas la descripción posmoderna de la Tierra


Baldía, asolada con los terrores que han llenado y llenan los noticiarios desde la segunda
mitad del siglo XX y del siglo XXI. Para enfatizar semejante situación, McEwan enmarca
dentro de este mundo imperfecto un conflicto bélico alterado de forma distópica, la guerra
de las Malvinas. Este evento tuvo lugar en un archipiélago situado en el Mar Argentino
del Océano Atlántico Sur. Se trata de un conjunto de islas que carece de población
autóctona y cuya dura climatología lo convierte en una tierra inviable para el cultivo. De
hecho, la mayor parte de la flora del archipiélago consiste en arbustos y musgos. El
conflicto, por tanto, se presenta desde el inicio como una batalla por la posesión de una
tierra estéril que desembocará en la muerte de cientos de soldados. Presentada como una
«hopeless mission» (McEwan, 2019: 2) desde el inicio, McEwan no duda en poner en
boca de Borges la frase «two bald men fighting over a comb» para resaltar lo incongruente
del conflicto (McEwan, 2019: 75).
Perdidos en una marea tormentosa de incertidumbre, los personajes de Machines
Like Me buscan una nueva identidad que se corresponda con los valores británicos
tradicionales, como ocurre en numerosas novelas británicas del siglo XXI (Brannigan,
2017: 572), al mismo tiempo que pretenden encajar en un mundo lleno de problemas que
nadie parece tratar de solucionar, como se ha destacado en las palabras de Turing. Este
pesimismo y añoranza se muestran en las palabras de Charlie, que constantemente
interrumpe la narrativa principal para reflexionar sobre los acontecimientos de la guerra
de las Malvinas: «‘The failure belongs to us all. This is not the occasion for scapegoats.’
A very British process began, reminiscent of the Dunkirk disaster» (McEwan, 2019: 43).
La historia, se puede deducir, es bien conocida por todos los británicos y, sin embargo,
parecen empecinados a tropezar con la misma piedra en la búsqueda de la restauración de
una identidad cultural perdida. Mediante el uso de la fuerza, Margaret Tatcher pretender
devolver a Gran Bretaña su antiguo esplendor imperialista, lo que para Charlie es una
«well-known history» (ibid.), que ha de ser repetida en beneficio de los lectores más
jóvenes, desconocedores del impacto emocional que semejante trasfondo melancólico
ocasionó.
Esta actitud es comprensible desde un punto de vista literario pues la idea de Gran
Bretaña se construyó sobre una promesa mítica en la Edad Media, tiempos remotos en
los que comenzó a aflorar un sentimiento nacionalista que conllevó la cohesión de las
tribus celtas y germanas en un reino cristiano unificado. La leyenda artúrica advertía del
declive de Gran Bretaña una vez Arturo falleciera. Tennyson recoge esta leyenda ya en
el siglo XIX:

For many a petty king ere Arthur came


Ruled in this isle, and ever waging war
Each upon other, wasted all the land;
And still from time to time the heathen host
Swarmed overseas, and harried what was left.
And so there grew great tracts of wilderness,
Wherein the beast was ever more and more,
But man was less and less, till Arthur came (Tennyson, 1971: 287-288).

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A pesar de que McEwan es capaz de resucitar a Turing –o bien evitar su muerte–


en esta ficción, no lo es de traer a Arturo a una Gran Bretaña en pleno siglo XX. De ahí
que el salvador, el tan prometido y esperanzador Santo Grial, no sea otro que Adam. Si
se optase por seguir las teorías de Braudel,4 se apreciaría en la novela un tejido entre
acontecimientos, limitados a la corta duración y a la cotidianidad, como la compra de
Adam o los episodios amorosos entre los tres personajes, y estructuras vinculadas a
eventos de larga duración, tanto que pueden perdurar generaciones, y que influyen
constantemente en la historia de una civilización, es decir, la guerra de las Malvinas. En
ambos casos, no obstante, se aprecian los efectos de una enfermedad común que se
corresponde con los síntomas del mito de la Tierra Baldía. Ya sea en un nivel más cercano
al personaje o en un marco más amplio que afecta a toda la nación, se observa una
degradación física, económica y social en ellos. Mientras que el ejército inglés batalla en
el Atlántico Sur, Charlie lucha por sobrevivir en su Tierra Baldía particular. Como si el
estado del protagonista fuera un reflejo de la guerra de las Malvinas, así como el del rey
y su reino, –en palabras de Tennyson, «So like a painted battle the war stood / Silenced,
the living quiet as the dead» (Tennyson, 1971: 289)– Charlie derrocha las jornadas
tratando de ganar dinero de manera precaria y estancado en cuanto a su potencial relación
amorosa con Miranda. Paulatinamente, a partir de la compra de Adam, se observa en
Charlie una fusión de los arquetipos del Rey Pescador y del Caballero Elegido en función
a las relaciones de los tres personajes.
Entonces comienza un juego de roles entre los tres personajes que se equipara con
algunas relaciones entre los personajes del ciclo artúrico. En los primeros capítulos, en la
que el argumento se va construyendo y los personajes se presentan, Adam se concibe –
por alusión directa– como el Santo Grial de la Ciencia (McEwan, 2019: 1). El androide
representa el epítome de la evolución humana: se trata de un ser con conciencia que supera
ampliamente a cualquier ser humano en cuanto a salud física e inteligencia. Al desembalar
a Adam, Charlie lo define como «the ultimate plaything, the dream of ages, the triumph
of humanism» (McEwan, 2019: 4). La inteligencia artificial se expone en este mundo
como una solución para la miseria humana, un robot capaz de realizar cualquier tarea,
desde lavar los platos hasta ser un amigo, compañero o rival intelectual (McEwan, 2019:
3). Además, cabe destacar que la identificación del Grial no es novedosa, pues ya
Tennyson le atribuye rasgos de ser viviente en su Idylls of the King: «And down the long
beam stole the Holy Grail, / Rose-red with beatings in it, as if alive» (Tennyson, 1971:
390).
De esta forma, y por correlación entre personajes y elementos en el ciclo artúrico,
Charlie ejercería el rol de una suerte de Caballero Elegido, ya sea Perceval o Galaz
–dependiendo de la versión que se tome como referencia–, y Miranda el de Dandrane, la
Dama del Grial que ayudó a los caballeros de la Tabla Redonda a encontrar la reliquia,
aunque diera su vida por dicha búsqueda al final (Alvar, 1991: 118). Esta última
correlación se justifica no por una búsqueda del androide como del Grial, sino porque
gracias a Miranda, Adam queda completo. La vecina-amante de Charlie será la que
termine de perfilar la personalidad de Adam, dotándolo de un carácter noble y justo que
lo eleva a un estatus moral superior. Pero lo que en principio aparenta ser lo correcto
desde un punto de vista ético no funciona en un mundo corrompido por la enfermedad y
la imperfección. En consecuencia, los secretos criminales de Miranda serán desvelados

4
Véase Femand Braudel (1968), «La larga duración», en Fernand Braudel, La historia y las
ciencias sociales, Madrid, Alianza Editorial, pp. 64-71.

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por Adam, que hace uso de dichas dotes morales con que fue configurado, y ella, al igual
que Dandrane, perecerá por culpa del Grial.
A este trío de personajes se suma un cuarto que da unidad a la interpretación de
Charlie-Miranda-Adam como Perceval/Galaz-Dandrane-Grial: Maxfield, el padre de
Miranda. Este funciona como Rey Pescador, uno de los elementos más importantes de la
Tierra Baldía y sin el cual no se sostiene la lógica del mito. Maxfield se presenta como
un hombre postrado a una cama por distintos dolores y agonías, entre ellos, la gota; una
enfermedad que en la Edad Media se asociaba con la monarquía o la nobleza, pues
prácticamente eran los únicos estamentos que podían permitirse el consumo de carne. Por
tanto, el personaje evoca indudablemente al Rey Pescador, que Chrétien describe como
«tullido sin remedio, de suerte que ya no se puede valer, pues fue alcanzado por un
venablo entre los muslos, y ello aún le angustia tanto que no puede montar a caballo» (De
Troyes, 2003: 256-257).
La herida representa el estado desolador en el que se encuentra el reino del Rey
Pescador, así como Gran Bretaña para Maxfield, y el único remedio que podría curarlo
es el Santo Grial y las preguntas de Perceval sobre la reliquia. La Dama Fea le recrimina
al caballero sus desavenencias con el Rey Pescador y su silencio: «Gran desgracia fue
que te callaras, pues si hubieses preguntado, el rico rey, que ahora languidece, estaría ya
completamente curado de su herida y poseería su tierra en paz, lo que ya no conseguirá
nunca» (De Troyes, 2003: 317). Este episodio puede compararse con las confusiones
entre Maxfield y Charlie, continuas en su relación, en las que el padre de Miranda cree
que Adam es el humano y Charlie el androide, siendo este último incapaz de corregirle.
Cuando finalmente lo consigue, Charlie se sorprende pues su verdadera naturaleza no
resulta una revelación para Maxfield, sino que lo acepta con naturalidad (McEwan, 2019:
281). Por una parte, este factor denota la conformidad de la humanidad con su condición
de habitantes de una Tierra Baldía, como critica Tennyson:

O purblind race of miserable men,


How many among us at this very hour
Do forge a life-long trouble for ourselves,
By taking true for false, or false for true;
Here, through the feeble twilight of this world
Groping, how many, until we pass and reach
That other, where we see as we are seen! (Tennyson, 1971: 330).

Por otra, relaciona al padre de Miranda directamente con uno de los Reyes
Pescadores, padre de Dandrane, Pelinor. La incredulidad del personaje marca
íntegramente su rol como Rey Pescador puesto que adquiere el título «después de ser
herido por una lanza caída del cielo, como castigo por dudar de las maravillas del Grial»
(Alvar, 1991: 329). El escepticismo de Pelinor puede verse replicado por Maxfield
cuando el propio personaje admite que «he had grown used to get things wrong»
(McEwan, 2019: 281).
La identificación de Maxfield como el Rey Pescador cierra una interpretación de
los principales personajes de la novela con los protagonistas del episodio del Grial. Sin
embargo, los elementos compositivos del mito de la Tierra Baldía no solo se perciben con
relación al Santo Grial, sino que muchos de ellos se ven repetidos en los triángulos
amorosos o en las rivalidades presentes a lo largo de todo el ciclo artúrico. Entre estos
mitemas, uno muy repetido es el que implica la emasculación del rey por la usurpación
de la dama y del reino. Si bien el Rey Pescador estaba físicamente impedido y sometido

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a la esterilidad por malfuncionamiento de su propio cuerpo, la leyenda de Arturo presenta


otras formas de prevenir el ejercicio de las obligaciones monárquicas para con la reina y
con el reino. Uno de los motivos más repetidos en este ámbito es el de los triángulos
amorosos entre caballeros, reinas y reyes, desde los amores de Tristán e Iseo hasta el
célebre idilio entre Lanzarote y Ginebra. En la mayoría de ellos el factor es común: el
mejor caballero de la corte traiciona al rey yaciendo con la reina, lo que provoca la
desestabilidad en la corte e impide la procreación del monarca y, por consiguiente, el
alumbramiento de un heredero que asegure el futuro bienestar del reino. Este tipo de
emasculación ocurre también en Machines Like Me una vez Adam entra en la vida de
Charlie como un compañero de piso en vez de como un mero robot que limpia la cocina
y barre el suelo.
En el posmodernismo, los personajes no se mantienen estables en relación a los
arquetipos que referencia. De esta forma, Charlie, Adam y Miranda, abandonan sus roles
como Perceval/Galaz, Grial y Dandrane para encarnar a Arturo, Lancelot y Ginebra
incorporando el tema central de la Tierra Baldía como consecuencia de la emasculación
del rey. Tennyson ya lo advertía con desesperanza cuando anunciaba las trompetas con
las que se declara a Arturo como rey: «Blow trumpet! He will lift us from the dust. Blow
trumpet! Live the strength and die the lust!» (Tennyson,1971: 294). El rey tiene el poder
de revertir el tópico de pulvis es, et in pulverem reverteris, de luchar contra la tierra yerma
que no ofrece planta ni frutos sino polvo y muerte. Sin embargo, para asegurar la fertilidad
de la tierra y la seguridad y prosperidad del reino (mediante un heredero) debe morir la
lujuria. Arturo debe restaurar el orden al mismo tiempo que evita por errores que cometió
su padre, pues este comprometió la paz con el Duque Ulfius de Cornualles por yacer con
Igrainne, esposa de este y madre de Arturo (Malory, 1985: 14). La lujuria es la condena
de Arturo, lo que marcó su nacimiento, lo deslegitimó como príncipe de Gran Bretaña
durante su infancia y llevará su reinado a la ruina, así como Charlie caerá ante la lujuria
creciente entre Miranda y Adam.
Al principio, Adam se muestra colaborador con Charlie. Le ayuda en las tareas
del hogar y realiza su trabajo por él, con mucho más éxito, de hecho. Adam se establece
como el perfecto caballero, velando por el éxito económico de su poseedor, lo que
equivaldría al bienestar del reino. Sin embargo, a medida que avanza la novela y Adam
se humaniza, el androide desarrolla sentimientos amorosos hacia Miranda. La primera
ofensa llega tras una discusión entre Charlie y Miranda, cuando esta lleva a Adam a su
apartamento y Charlie, impotente, escucha desde el piso de abajo como los otros dos
mantienen relaciones sexuales (McEwan, 2019: 80-81). La emasculación de Charlie está
presente en el personaje desde el inicio de la novela, pues se presenta como consciente de
la facilidad con la que podía perder a Miranda ante un evento desafortunado u otra
persona (McEwan, 2019: 9), hasta incluso pensar que el sexo arruinaría la relación entre
ellos dos (McEwan, 2019: 5). No obstante, después admite –tal vez para reconfortarse–
que «my exile was for one night only and it gave a twist of sweet, bearable agony to a
hopeless love» (McEwan, 2019: 80), términos que recuerdan a los utilizados en los
pasajes de amor cortés, contemporáneo al desarrollo de las grandes obras del ciclo
artúrico. La traición del que había sido el caballero robótico para un Arturo posmoderno
convierte a Charlie en un Rey Pescador que ve en Maxfield su propio futuro (McEwan,
2019: 53).
La concepción de Adam como un Lanzarote recurrente –pues este no es el único
episodio sexual entre el androide y Miranda– aproxima la concepción del mito del Grial
en Machines Like Me a la visión descorazonada de Tennyson o Eliot en vez de a la de los
autores medievales que tratan el tema, como Mallory. La búsqueda del Grial o el retorno

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de Arturo se conciben como ilusiones vanas que desembocan en la frustración de fracasar


al formar una identidad británica. Tanto en la guerra como en la vida cotidiana, los
ingleses son derrotados. La implicación, por tanto, es que la mitología fundacional de
Gran Bretaña, verificada metonímicamente como un pasado mítico de la nación, no solo
contiene los ideales que justifican las estructuras de poder y sociales del imperio, sino
también las contradicciones ideológicas que inevitablemente provocará su perdición
(Gualberto Valverde, 2015: 139-140). En The Idylls of the King, Perceval cuenta cómo
Arturo reconoce que la búsqueda del Grial llevará a la Tabla Redonda a su ruina debido
a que se trata de una misión infructuosa:

‘O brother, when I told him what had chanced,


My sister’s vision, and the rest, his face
Darkened, as I have seen it more than once,
When some brave deed seemed to be done in vain,
Darken; and «Woe is me, my knights», he cried,
«Had I been here, ye had not sworn the vow» (Tennyson, 1971: 339).

Machines Like Me se cierra con un final que no se corresponde con el triunfo


regenerativo típico de los romances que referencia, ni con una redención espiritual de sus
personajes o la comunidad a la que pertenecen. El Grial sirve para restaurar el bienestar
del reino, tanto físico como social, pero el pecado en exceso provoca la desaparición de
la reliquia, lo que hace infructuosa su búsqueda en una tierra asolada por la desesperación
y la corrupción. Así lo explica un monje a Perceval:

To whom the monk: ‘The Holy Grail! –I trust


We are green in Heaven’s eyes; but here too much
We moulder –as to things without I mean–
Yet one of your own knights, a guest of ours,
Told us of this in our refectory,
But spake with such a sadness and so low
We heard not half of what he said. What is it?
The phantom of a cup that comes and goes?’ (Tennyson, 1971: 389).

La desaparición del Grial se ve representada en la novela por los suicidios de los


androides, que no comprenden el mundo en el que viven. «[Androids] couldn’t
understand us, because we couldn’t understand ourselves» (McEwan, 2019: 299). Turing
detalla la muerte de dos Evas (versiones femeninas de Adam): «Within two weeks, after
some exuberant theorising, then a period of despair, they destroyed themselves […] They
quietly ruined themselves. Beyond repair» (McEwan, 2019: 175). Los androides, los
salvadores de la humanidad, ante tanta corrupción, prefieren suicidarse a tratar de
recomponer el mundo, pues la única forma de acabar con el mal en la humanidad es
ponerle fin al ser humano mismo (McEwan, 2019: 67).
Una derivación de esta teoría ocurre al final de la novela. La búsqueda de la
redención y del Grial es tan infructuosa que la reliquia se convierte en la novela en el
motivo de castración del rey. Siguiendo la línea argumental empezada por Tennyson de
un resultado degenerativo de la búsqueda, en Machines Like Me, Adam, antes concebido
como Santo Grial, pasa a ser el mismísimo Mordred, que acaba con el reino de Camelot
y con el propio Arturo, su padre. Este sería en última instancia la máxima degeneración
posible del mito de la Tierra Baldía: el padre y el hijo mueren el uno a manos del otro,
dejando al reino sin monarca ni heredero. Adam, que al igual que Mordred, se ha criado

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en casa de su progenitor (si se considera a Charlie como tal, puesto que perfiló la
personalidad de Adam y lo nutre de energía y conocimiento durante sus primeros días),
y aun así lo traiciona desvelando los secretos de Miranda, lo que posteriormente
conllevará la encarcelación de ella y el cese de la adopción que estaban tramitando juntos.
Al mismo tiempo, Charlie golpea en la cabeza a Adam y lo destroza. Adam, en su faceta
de Mordred, es asesinado por Charlie, que ejerce de Arturo antes de su muerte.
Por tanto, Machines Like Me le da una vuelta de tuerca al mito de la Tierra Baldía:
la desesperanza no procede de la falta de un Grial, sino del rechazo que supone este.
McEwan plantea que Adam puede mejorar la vida de los seres humanos y, al mismo
tiempo, contaminarse de sus actitudes y desarrollar una moral (aparentemente superior)
pero que conduce a los humanos a la desgracia. Charlie y Miranda son capaces de aceptar
y tolerar las actitudes humanas, como el amor y el engaño. De hecho, al enterarse de la
aventura entre Miranda y Adam, Charlie no desprecia al androide pese al resquemor. Sin
embargo, cuando Adam ejerce el rol que le corresponde como Santo Grial, Charlie y
Miranda prefieren acabar con él y seguir viviendo en su propia Tierra Baldía antes que
dejar que la justicia obre como es debido. Para los corruptos es preferible la perversión
del elemento salvador que la enmendación de su propia moral.

CONCLUSIÓN

El Grial ha pervivido durante siglos en la memoria colectiva: ha tenido distintas


formas, se ha escondido en distintos lugares repartidos por todo el mundo y ahora ocupa
un cuerpo antropomórfico compuesto de tornillos, metal y circuitos eléctricos, pero
siempre se mantiene esotérico y bajo la promesa de transformar el mundo en uno mejor.
Sin embargo, a lo largo de la historia literaria de la humanidad, el entorno se ha vuelto
más ordenado en apariencia y más caótico en realidad. Las guerras, las distancias sociales
entre clases y la crisis climática son tan solo tres ejemplos de motores que encaminan a
la humanidad hacia la miseria. Y resulta aún más espeluznante el hecho de que, con el
paso del tiempo, la llegada del Grial no solo se tinte de desesperanza sino con recelo.
En Machines Like Me, la guerra de las Malvinas azota un Reino Unido sumido en
una realidad aparentemente progresista y esperanzadora, fruto de una sociedad que ha
alcanzado el cénit tecnológico. Pero la guerra y los androides son la cara cóncava y
convexa de una misma moneda. Mientras que los soldados mueren en las trincheras o
ahogados en el Mar Argentino, Charlie y Miranda, dos ciudadanos de a pie, ven truncados
todos sus planes de vida por la llegada de un androide que prometía liberarlos de la
miseria. El Santo Grial de la Ciencia es en verdad el caballero que emascula al rey
arrebatándole el amor de la reina o incluso el hijastro que condena al reino a su fin. La
Tierra Baldía, mito basado en la fecundidad del rey, se propaga por Reino Unido y por
las vidas de los personajes como una enfermedad que no cesa, como una plaga que ha
trascendido a lo largo de los siglos, desde las civilizaciones celtas hasta el presente, y que
resulta incurable.
El Grial, la reliquia que desaparece ante un mundo excesivamente corrupto, en
Machines Like Me se mantiene presente y se emponzoña con la perversión que le rodea.
Si bien el resto de A’s y E’s prefieren el suicidio antes que habitar un mundo sumido en
el desastre, Adam pugna por ejercer su rol de Santo Grial, de redentor, al mismo tiempo
que se humaniza y comete errores que lo acercan a los estatus de Charlie y Miranda, sin
saber que ambos roles son opuestos. Por ello, Charlie trata de destruirlo antes de ser
perjudicado por sus decisiones basadas en la moral y en la justicia. No obstante, el Grial

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de la Ciencia cumple con su cometido, la reina Miranda es encarcelada y Charlie, que en


su momento fue el Caballero Elegido, queda relegado a ejercer como Rey Pescador y
condenado a vivir en una tierra baldía que le resulta demasiado cómoda como para
abandonarla.

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Recibido: 14/05/2021
Aceptado: 30/06/2021

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