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Atención de Salud en Adultos

Mayores de Población Indígena

Macarena F. Barturen S.
07-03-2023
I Introdución

El cuidado de la salud de los adultos mayores pertenecientes a pueblos indígenas


es un tema crítico que requiere atención inmediata. Ellos corresponden a una
población vulnerable que enfrenta diversos desafíos de salud, como enfermedades
crónicas, problemas de salud mental y acceso limitado a los servicios de atención
médica (1). Brindar atención culturalmente apropiada y abordar sus necesidades
únicas es crucial para garantizar su bienestar. Para lograr lo anterior es esencial
involucrar a las comunidades indígenas en la planificación e implementación de los
diferentes programas de los servicios de salud para garantizar que sean asequibles
y efectivos (2). Al priorizar las necesidades de salud de la población indígena mayor,
es posible mejorar su calidad de vida y promover la equidad en el acceso a la
atención médica.

Es fundamental, a su vez, la necesidad en la actualidad de desarrollar una salud


intercultural debido a la diversidad cultural que existe en nuestra sociedad. La salud
intercultural busca promover el respeto y la comprensión de las diferentes culturas,
así como mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud para todas las
personas, independientemente de su origen cultural o étnico (3). Para lograr una
verdadera salud intercultural es necesario fomentar la educación y la formación en
este ámbito, tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes, así
como promover el respeto por las prácticas de salud ancestrales.

Las prácticas de salud ancestrales se han transmitido de generación en generación,


y han demostrado ser efectivas para tratar diversas enfermedades y dolencias (4,5).
Sin embargo, a menudo son ignoradas o despreciadas por los sistemas médicos
modernos. Es fundamental que se reconozca el valor de estas prácticas, siendo una
manera importante de honrar la sabiduría y la experiencia de las culturas indígenas,
facilitando espacios para ser utilizadas en conjunto con la medicina
occidental/biomédica.

II Determinación Social de la Salud

Los determinantes sociales de la salud se refieren a los diversos factores sociales,


económicos y ambientales que afectan el estado de salud de un individuo. Estos
factores incluyen la pobreza, el nivel educativo, la situación laboral, las condiciones
de vivienda, el acceso a los servicios de salud y las redes de apoyo social (6). El
impacto de estos determinantes en los resultados de salud es significativo y genera
desigualdades en salud injustas (inequidades) entre diferentes poblaciones.
Abordar estos determinantes requiere un enfoque multisectorial que implique la
colaboración entre varias partes interesadas, como los encargados de formular
políticas públicas, los proveedores de atención médica y las organizaciones
comunitarias. Al abordar los determinantes sociales de la salud, se mejoran las
condiciones de salud de la población y se disminuye la inequidad en el acceso y
prestación de atención médica.
La medicina latinoamericana ha postulado analizar las inequidades en salud desde
el concepto de determinación social, que se diferencia de los determinantes en que
estos últimos poseen una fundamentación positivista derivando en modelos
causales relacionados con factores de riesgo, se reduce a una visión empírica entre
ambiente-agente-huésped, y son ahistóricos (7). Sin embargo, los determinantes
sociales son útiles para identificar diferentes aspectos en los que las personas
pueden verse afectadas respecto al proceso de salud-enfermedad-atención, pero
se debe tener en cuenta de que pueden ser simplistas al intentar abordar toda la
realidad del caso.

Es necesario entender que la determinación social no es experimentada por igual


por todos los individuos (incluso si se encuentran en el mismo contexto
sociohistórico-político). La interseccionalidad es la vivencia personal de
circunstancias en las que se presentan inequidades por pertenecer a más de un
grupo socialmente discriminado, pudiéndose interconectar categorías sociales
como etnia, identidad de género, orientación sexual, estatus socioeconómico y
estado de discapacidad, creando experiencias únicas de opresión y privilegio (8).
Las disparidades de salud basadas en identidades interseccionales a menudo se
ven agravadas por la discriminación sistémica y la falta de acceso a los recursos.

Los determinantes sociales de la salud de los ancianos y las poblaciones indígenas


son complejos y están interrelacionados. Las personas mayores enfrentan desafíos
únicos, como el acceso limitado a la atención médica, el aislamiento social y la
inseguridad financiera (9). Muchos adultos mayores están jubilados y dependen de
ingresos fijos de pensiones o ahorros, lo que limita su capacidad para cubrir
necesidades básicas como vivienda, atención médica y alimentos. Socialmente, los
adultos mayores experimentan soledad y aislamiento debido a la disminución de la
movilidad o la pérdida de amigos y familiares (10). También enfrentan discriminación
por edad en el lugar de trabajo y en la sociedad en general.

Por su parte, las poblaciones indígenas enfrentan traumas históricos, discriminación


y barreras sistémicas para acceder a la atención médica, la educación y las
oportunidades laborales (11). Han estado sujetos a factores económicos y sociales
como la discriminación, la marginación y la asimilación cultural, los cuales han
provocado una pérdida de identidad y una disminución de los valores tradicionales.
Estos factores contribuyen a tasas más altas de enfermedades crónicas como
diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias. Por lo
tanto, la población adulto mayor perteneciente a pueblos originarios se encuentra
expuesta a todo lo anterior de manera simultánea. La pérdida de prácticas
tradicionales, como las ceremonias y la identidad comunitaria, puede conducir a una
erosión de los sistemas de apoyo social, afectando la salud mental de las
comunidades. Además, la pérdida de prácticas culturales puede tener un efecto
negativo en la salud física, ya que los alimentos tradicionales suelen ser más ricos
en nutrientes, y están más en sintonía con las necesidades ecológicas de la
comunidad (12).
Abordar estos determinantes sociales requiere un enfoque holístico que incluya
mejorar el acceso a los servicios de salud, promover estilos de vida saludables a
través de la educación y las iniciativas comunitarias, abordar la pobreza y la
desigualdad de ingresos, reducir la discriminación y promover la seguridad cultural.

Los adultos mayores indígenas han vivido muchos eventos históricos y tienen
conocimientos y sabiduría valiosos para compartir con las generaciones más
jóvenes. Es importante que los gobiernos y las comunidades den prioridad a las
necesidades de esta población brindando atención médica, vivienda y programas
sociales adecuados. Además, se deben hacer esfuerzos para preservar su cultura
e idioma a través de la educación y las iniciativas comunitarias. Al valorar y apoyar
a nuestra población indígena anciana, es posible preservar importantes tradiciones
culturales para las generaciones futuras.

III Cosmovisión Mapuche

En Chile existen 10 pueblos originarios reconocidos oficialmente por el Estado:


mapuche, aymara, diaguita, quechua, atacameño, colla, rapanui, chango,
kawésqar, y yagán (13); siendo el que tiene mayor número de representantes a nivel
nacional, el pueblo mapuche

Los mapuches son conocidos por su fuerte identidad cultural y resistencia contra la
colonización española. Hoy en día, la población mapuche representa
aproximadamente el 10% de la población total de Chile (12), y muchos viven en
áreas rurales y enfrentan luchas constantes por los derechos a la tierra y el
reconocimiento de su idioma y tradiciones. A pesar de enfrentar importantes
desafíos, los mapuches continúan manteniendo un rico patrimonio cultural a través
de la música, la danza y la narración de cuentos.

La cosmovisión mapuche es un sistema de creencias indígena único y complejo que


se centra en la relación espiritual entre los humanos y la naturaleza. Esta
cosmovisión enfatiza la interconexión de todos los seres vivos, incluidos los
animales, las plantas y los elementos naturales como el agua y la tierra. El pueblo
mapuche cree en un ser supremo conocido como Ngenechen, quien creó todo en
el mundo (14). También creen en la existencia de espíritus o fuerzas que habitan
diferentes aspectos de la naturaleza. Estos espíritus son respetados y honrados a
través de varios rituales y ceremonias. La cosmovisión mapuche valora la
comunidad, la reciprocidad y la armonía con la naturaleza.

El pueblo mapuche tiene un fuerte sentido de comunidad y familia. También tienen


una profunda conexión con la tierra, y la agricultura juega un papel importante en
su economía.

Contrario a lo que sucede en la sociedad occidental, la comunidad mapuche tiene


un profundo respeto por sus ancianos. Son considerados los guardianes de la
sabiduría y el conocimiento, y juegan un papel fundamental en la preservación de
la cultura, lengua y tradición mapuche. Transmiten sus conocimientos a las
generaciones más jóvenes a través de la narración de cuentos, la enseñanza de
prácticas tradicionales y la participación en ceremonias. También se les consulta
para obtener asesoramiento sobre asuntos importantes que afectan a la comunidad.
Los adultos mayores tienen un lugar especial en la sociedad mapuche, donde son
muy valorados y respetados por sus aportes al bienestar de la comunidad. Su
presencia asegura que la cultura mapuche permanezca viva y próspera para las
futuras generaciones.

IV Hacia una Salud Intercultural

Las prácticas y creencias tradicionales de los pueblos indígenas se han transmitido


de generación en generación y tienen un profundo impacto en su salud. Las culturas
indígenas enfatizan la importancia de la salud holística, que incluye el bienestar
físico, mental, emocional y espiritual (15). Para ellos, la salud no es solo una
ausencia de enfermedad física, sino también un equilibrio entre el cuerpo, la mente
y el espíritu. La enfermedad se considera como un desequilibrio entre estos tres
elementos y puede ser causada por factores externos como la violencia o la falta de
conexión con la naturaleza.

Se ha demostrado que estas prácticas son efectivas en el tratamiento de diversas


afecciones, como la diabetes, la depresión y el dolor crónico. Sin embargo, la
colonización ha interrumpido estas tradiciones, llevando a la pérdida de prácticas y
medicinas tradicionales resultando en problemas de salud para las comunidades.

El pueblo mapuche considera que la salud es un equilibrio entre el individuo y su


entorno, y utilizan plantas medicinales, masajes y otros remedios naturales para
tratar enfermedades. Este sistema ha sido reconocido por la Organización Mundial
de la Salud como una importante alternativa a la medicina occidental (16).

Las políticas de salud intercultural se refieren a las políticas públicas que promueven
la inclusión de diferentes orígenes culturales en el sistema de salud. Estas políticas
tienen como objetivo brindar igualdad de oportunidades y acceso a los servicios de
salud a personas de diferentes orígenes culturales y étnicos. Para desarrollar
políticas de salud interculturales, es fundamental considerar los diversos orígenes
culturales de la población, sus necesidades de salud y las limitaciones del sistema
de salud.

Uno de los aspectos más críticos de las políticas de salud intercultural es la


comunicación efectiva. La comunicación efectiva puede ayudar a los pacientes a
comprender sus condiciones de salud, los tratamientos disponibles y cómo manejar
sus condiciones. Además, las políticas de salud interculturales deben centrarse en
la prestación de servicios de salud culturalmente pertinentes. Esto significa que los
proveedores de atención médica deben comprender y respetar las creencias, los
valores y las normas culturales de sus pacientes. Es deber de los profesionales de
la salud conocer las diferentes prácticas culturales y trabajar con los pacientes para
incorporarlas en su plan de tratamiento. Otro aspecto crítico de las políticas de salud
intercultural es la provisión de servicios de salud que sean asequibles para todos.
Esto significa que el sistema de salud debe estar diseñado para atender las
necesidades de la población diversa, independientemente de su condición social o
económica. Esto se puede lograr mediante el desarrollo de programas de atención
médica que brinden servicios de atención médica gratuitos o asequibles a las
comunidades desfavorecidas. También puede involucrar el establecimiento de
asociaciones con organizaciones comunitarias para ayudar a educar y crear
conciencia sobre problemas de salud entre las poblaciones marginadas.

Conclusión

En conclusión, la determinación social de la salud y la interseccionalidad juegan un


papel importante en la vida de los adultos mayores indígenas. La colonización
histórica y en curso, la supresión cultural y la discriminación han afectado el estatus
social, cultural, económico y político de los ancianos indígenas y han resultado en
problemas de salud complejos. Reconocer la importancia de estos factores en la
vida de esta comunidad debe incidir en reformas de la política de salud y la toma de
decisiones que mejoren su salud y bienestar general. Empoderar a las comunidades
indígenas a través de espacios de respeto e inclusión también es fundamental.

Las políticas de salud interculturales son cruciales para garantizar el acceso


equitativo a los servicios de salud para personas de diferentes orígenes culturales.
Para desarrollar políticas de salud interculturales efectivas, es necesario considerar
la diversidad de la población y sus requerimientos de atención médica. La
comunicación efectiva, los servicios de salud culturalmente sensibles y la atención
médica asequible son elementos cruciales de las políticas de salud interculturales.
Al implementar estas políticas, podemos mejorar los resultados de salud de todas
las personas, independientemente de sus diferencias culturales o sociales. Además,
si como sociedad occidental incluimos en nuestro modelo y el respeto, el cuidado y
la importancia que se les otorga a los adultos mayores, la salud de ellos y su
bienestar se verán beneficiados de manera exponencial.

El futuro de la salud intercultural se encuentra lleno de oportunidades. Con la


globalización y la creciente diversidad, los proveedores de atención médica deben
adaptarse para satisfacer las necesidades de los pacientes de diferentes orígenes
culturales. Esto requiere una comprensión profunda de las prácticas, creencias y
valores culturales que pueden afectar el proceso de salud-enfermedad-atención.
Además, la salud intercultural requerirá la colaboración entre proveedores de
atención médica, formuladores de políticas y líderes comunitarios para promover
una atención culturalmente pertinente.

Bibliografía

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