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Esmeralda Mero Fernando Jose

Mercados financieros
Los mercados financieros son uno de los elementos más importantes de todo el sistema
económico de cualquier país. Como en cualquier otro mercado, supone un punto de encuentro
entre oferentes y demandantes de esta industria, donde se ponen en contacto quienes buscan
inversión con quienes buscan financiación.
Pero esta no es su única característica. Los mercados financieros ayudan en la formación de
precios, garantizan la liquidez que necesita el sistema y, en general, ayudan a los agentes
económicos a obtener los recursos financieros que necesitan para financiar su actividad.

Qué son los mercados financieros


Un mercado financiero es un lugar, físico o virtual, en el que se compran y venden activos
financieros. Su objetivo es canalizar el ahorro de las familias y de otros inversores hacia la
inversión de las empresas o la financiación de los estados, de la forma más eficiente y
transparente posible.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la actividad de mercados financieros se desarrollaba en
plazas específicas donde se daban las órdenes de compra y venta. Sin embargo, con la
consolidación de las nuevas tecnologías, hoy en día es sencillo operar en los mercados a través
de plataformas telemáticas, sobre todo a través de dispositivos móviles o desde el propio
ordenador.
Dada su importancia, su complejidad y el éxito que han alcanzado a lo largo del S. XX, los
mercados financieros están fuertemente regulados y supervisados tanto por los bancos
centrales como por diferentes instituciones reguladoras, como el Banco de España y la Comisión
Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Existen dos mercados financieros principales:
El mercado primario, o de emisión, donde se emiten valores negociados. En este mercado, por
ejemplo, se emiten los títulos de deuda pública o los bonos corporativos.
El mercado secundario, o de negociación, donde se compran y venden los activos emitidos en el
mercado primario. El mercado secundario más conocido es la bolsa de valores, donde se
negocian en tiempo real algunos valores, como las acciones de empresas, instrumentos de renta
fija o productos derivados, entre otros.
Para qué sirven los mercados financieros
Los mercados financieros funcionan como cualquier otro mercado. En él participan tanto los
oferentes de ahorro como los demandantes, y se conforma el precio fruto de la convergencia
entre oferta y demanda. Los mercados tienen, al menos, cuatro funciones principales:

Poner en contacto a quienes quieren desprenderse de un activo con quienes quieren comprarlo.

Fijar los precios de forma adecuada en función de la oferta y la demanda del activo.

Proporcionar liquidez a los activos financieros.

Reducir los plazos y los costes de intermediación, facilitando una mayor circulación de los activos.

Favorecer la asignación eficiente de recursos para reducir los costes de intermediación y los
plazos, al ser el cauce adecuado para el rápido contacto entre oferentes y demandantes.

Características de los mercados financieros


Los mercados financieros tienen una serie de características comunes que les definen:
Esmeralda Mero Fernando Jose

Transparencia: los activos que forman parte de los mercados financieros son transparentes, en
el sentido de que cualquier inversor puede obtener toda la información que necesita de una
forma fácil y rápida.
Amplitud: un mercado financiero tiene mucha amplitud cuanto mayor sea el volumen de activos
que en él se negocian y el número de inversores que acuden a él.
Libertad: no existen barreras de entrada ni para la compra ni para la venta de activos.
Profundidad: un mercado será tanto más profundo cuanto mayor es el número de órdenes de
compra y venta que se negocian en él.
Flexibilidad: un mercado será flexible si los agentes que intervienen en él pueden responder
rápidamente a una orden de compra y venta.
Sin costes de transacción, en el sentido de que no existen impuestos, variación de tipos de interés
o inflación.
La volatilidad en los mercados financieros
Como ya hemos dicho, los mercados financieros permiten la formación de precios, que se
establecen en función de su oferta y su demanda. Normalmente, los activos fluctúan de precio
en base a las expectativas de los inversores a futuros rendimientos, lo que hará que sean más
baratos o más caros en el futuro.
En condiciones normales, los precios son bastante estables. Sin embargo, en condiciones de
incertidumbre, como ha ocurrido en la actual crisis de la covid-19, las cotizaciones pueden oscilar
de manera significativa. En estos casos, se dice que los mercados son muy volátiles, o que están
sufriendo mucha volatilidad.
La volatilidad es una característica intrínseca a los mercados financieros, que ha estado presente
en todo momento y circunstancia histórica y en cierto modo supone una medida de su riesgo.
Cuanto mayor sea la volatilidad del activo financiero, mayor será la pérdida latente, pero también
mayor su ganancia.
En conclusión, cualquier país civilizado tiene un sistema financiero lo suficientemente
desarrollado, donde los mercados tienen un papel esencial para garantizar el flujo de recursos
entre oferentes y demandantes.

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