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Tono.

Desde la perspectiva somática nuestro tono básico comienza a desarrollarse en el entorno fluido y
restringido del útero, después de nacer, el tono continua siendo una respuesta a la gravedad y se ve
modificado por la manera en que nos relacionamos con ella física, perceptiva y emocionalmente, el tono
refleja la interacción entre nuestro entorno interno y nuestro entorno externo.

El tono muscular es la actividad base de los músculos que subyace a la contracción muscular, y se
expresa como el estado de reposo general de los músculos antes que se produzca una contracción y la
disponibilidad de los mismos para responder.

Es el estado base de la musculatura en aparente reposo, definió Gerda Alexander, la creadora de la


Eutonía, que significa tono optimo, buscar el tono adecuada en relación a la acción.

Desde la Hipotonia que es el tono bajo a la hipertonía, que es un tono de base muy alto, hay una
diversidad de combinaciones, referimos que no tenemos el mismo tono de base en la corporeidad, hay
una singularidad de tonos en nuestra materialidad.

Podemos aquí también traer la concepción haptonomica, disciplina desarrollada por Franz Veldman,
desde la que a los tonos musculares, ligamentarios, psíquico se los reúne en el nombre de Tonus de
representación, que determina toda la cualidad de nuestra presencia, del sentimiento de si, de la
experiencia de un sentimiento de inseguridad o de seguridad, esencial en nuestra relación con los
otros(1).

El tono y el contacto- esa dimensión de lo vincular que transforma- que puede ser táctil o a distancia en
la presencia enlazados permiten una transformación de ese estado de base.

Un acercamiento corporal, aunque pueda aportar cierto alivio, no podrá traer el sentimiento de
completud y de seguridad que aporta un acercamiento afectivo, que aborda al sujeto como entidad
afectivo-somato-psíquica. A través de los cambios de tono que el contacto afectivo trae, toca en un
instante, la transversalidad de nuestra corporalidad y lo atemporal del que esta inscripto en lo
transgeneracional, sic,

Las vías subcorticales que se despiertan en el momento del contacto afectivo permiten una modificación
de todos los tonus, comprendiendo también el tono psíquico. Esta vias están relegadas frente a las vias
corticales racionales, tan solicitadas por nuestra sociedad inclinada a los efectos y a la eficacia.

Estas vía subcorticales traen cambios determinantes en cada célula muscular o ligamentaria a través de
los múltiples reguladores del tono que dependen de ellas. Todos los músculos están incluidos, ls que
rodean cada vaso sanguíneo, que irrigan nuestras meninges y nuestras neuronas, los tejidos viscerales,
el corazón, el diafragma torácico, el perineo, son músculos ante todo, pero son ellos los que se
modifican cuando nos toma una emoción o una angustia.

Traemos un tono de base genético que va interactuando con lo epigenético, definimos a este campo,
como la disciplina que estudia la influencia del entorno sobre el genoma y de la utilización que cada uno
hará de su genoma.

Las propuestas de contacto, de atención, desde el tacto o no, permiten influenciar en nuestro estado de
base, la relación con el Otro, con la gravedad, con la tierra, transforman también y generan un estado de
presencia, de relajación, a partir del cual percibir la cualidad energética que estamos eligiendo poner en
acción.

Aquí podemos definir Energía como la fuerza en acción, que puede transitar desde lo intenso a lo suave.

Etimológicamente Energía tiene la misma raíz que emoción, motor, lo que mueve de adentro hacia
afuera.

Bibliografía.

La Eutonia, Gerda Alexander.

1-Un café con Catherine Dolto, Catherine Dolto

Paper de circulación interna Catedra Benedicto.

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