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Apéndice La ética seguin Rousseau! {Qué seria entonces la ética? Para nada un arte de retirarse de toda situaci6n, sino el arte de operar una especie de seleccién al nivel de la situacién misma. ;Qué quiere decir este arte de la seleccién al nivel de la situacién misma? Aqui adelanto, Porque este ser precisamente el primer sentido —no digo el sentido iiltimo— de lo que Spinoza llamar “la razén”. ;Cudl es la diferencia entre el hombre razonable y Adan? ;Hasta qué punto Adan no se comporté de manera razonable? Es que el hombre razonable es aquél que hace una especie de seleccin. Experimenta. Busca lo que es y lo que no es veneno en una situacion, Elimina de una situacién lo que es veneno 0 lo in- tenta. Tanto como esté en él, tanto como pueda, cada uno se esfuerza, se esforzard en seleccionar los datos de la situacién. 1 Fragmento extratdo de Gilles Deleuze, En medio de Spinoza, Cactus, Bs. As., 2008, pp. 124-131. Gilles Delewre meee se ese e seers e eee ese eee ee He alli una tarea que no es moral, es ética —siempre en nuestra Preocupacién practica por distinguir una ética y una moral-, Y he aqui que a medida que digo esto, me digo: “Eviden- temente tengo raz6n”. ;Por qué? Porque a afios de distancia Fesuenan paginas muy, muy curiosas de alguien que tenia tanto humor como Spinoza—el humor mds extrafio del mundo-, que no era abiertamente spinozista y que escribe paginas spinozistas Unicamente sobre este punto. A saber: Jean-Jacques Rousseau. A pesar de todo lo que se dice, Jean-Jacques Rousseau no gustaba de la moral. Para nada. Las confesiones* es hasta un cierto punto, hasta un cierto momento, el libro mas raro del mundo... En fin, uno de los libros mas raros, més divertidos del mundo. Tiene incluso una composicién extraordinaria. Es decir, Rousseau estd ab- solutamente desatado durante todos los primeros libros de Las confésiones, cuenta realmente cualquier cosa, se compromete hasta el cuello. Es un libro verdaderamente taro, no podemos leerlo sin reir mucho en cada Pagina, o al menos en muchas paginas... Todas las aventuras de Rousseau... Es estupendo. Y después se produce una especie de proceso —es un gran libro para la formacién de lo que podemos llamar “el proceso pa- tolégico”—: a medida que avanza en el libro, la risa se apaga, la gran joda se extingue y se vuelve otra cosa... Esta el tema de la persecucién, que surge primero poco a poco. Desputs la influencia, la caida en esa terrible enfermedad, en esa especie de Persecucién delirante, y el libro deviene cada vez més oe oscuro, oscuro... Pero es un libro admirable por = sti cién: durante todos los primeros libros, la especie de ma en que Rousseau no cesa de decir al lector: “Vean cm . 1999 ? Jean-Jacques Rousseau, Las confesiones, Océano, Barcelona, Apéndi La ética segin Rousseau completamente cae grotesco, Pero me las arreglo, Final- ente soy yo. quien los engafiaria’ . Después, cada vez mas: tae no! jEstén engafidndome, estén engaftdndome!”, Hasta dl final, donde hay paginas de angustia que son... Es un libro formidable de composicién a la vez voluntaria e involuntaria. En Las confesiones Rousseau explica en un momento que él cavilaba un gran libro que jamas pudo hacer, que serfa llamado La moral sensitiva 0 el materialismo del sabio?. Atencién: moral si, pero “sensitiva’, por oposicién a la moral a secas. El sabio si, pero “el materialismo del sabio”. ;Qué es la moral sensitiva yel materialismo del sabio? No estamos sorprendidos de ver alli un tono y un tema verdaderamente spinozistas. No exagero, pues todo el tema de esa moral que Rousseau queria y jamas pudo hacer consistia en decir que la moral no es interesante. gPor qué no es interesante? Porque vive enteramente sobre un tema que es absolutamente un falso tema: el combate entre la virtud y el interés. Y la moral no cesa de convocarnos a esta lucha de la virtud y del interés en la cual se supone que la virtud debe prevalecer sobre nuestro interés. Es preciso que nosotros mismos nos convirtamos en los agentes de la virtud y de la justicia; de ser necesario, contra nuestro interés. Eso es la moral. Y Rousseau dice que algo asf jamés ha funcionado. Y lanza una cosa en la cual cree enormemente. La cree tanto que al principio lo hace reit mucho y después lo va a angustiar mu- cho. Pero al principio la encuentra muy, muy, divertida. Dice: “ustedes seran malvados y serdn viciosos en tanto tengan interés en serlo”. Nunca hay lucha entre la virtud y el interés. La virtud sigue, se adecua. Eso mismo es lo que hace los hipécritas. La virtud se adecua siempre, sigue al interés. Jamas hay conflicto 3 CE ibidem, pag, 556. Gilles Delewe justicia/interés, virtud/interés. Dice todo esto en las Confesio- nes, dice muy bien: “Yo he afirmado la moral, he afirmado el ser moral, soy conocido por eso; por eso puedo decirles tanto més que la virtud sigue siempre al interés. Y yo de eso algo sé”. Qué hacer entonces si la virtud sigue siempre al interés? Y bien, dice, he aqui que nosotros somos en situaciones. Eso es el materialismo, es el ser en situacién. Somos en situaciones, y en las situaciones siempre hay cosas -o siempre hay elementos de la situacién— que nos dan un interés en ser malvados. La moral sensitiva es seleccionar en la situacién, eliminar esos elementos. Si ustedes tienen interés en ser malvados, lo seran. Por mds que lo oculten, que incluso se lo oculten a ustedes mismos, a los otros y a ustedes mismos, seran cobardes y malvados. Entonces no es alli que hay que luchar. En ultima instancia, no hay que luchar en absoluto. Hay que instaurar situaciones en las que no tengan interés en ser malvados, o bien seleccionar en la situacion eliminando los elementos que les dan un interés en ser malvados. Es, si ustedes quieren, una idea extremadamente Ilana, pero si la comprenden, si conciben a alguien que viva asi, es al me- nos muy, muy curiosa. Este es el primer texto que invoco: Las confesiones. Digo que es estrictamente spinozista. El segundo es La nueva Eloisa, la novela por cartas de Rousseau’. Es un texto raro. La heroina... {Oh la ld! Tendria que mirar... No sé... gJulie? ;Es Julie, no? (Que no me equivoques seria catastréficol... Si, es Julie. La heroina, Julie, cae enamorada siendo muy joven de su preceptor, Saint-Preux. Ella es obligada a casarse con un sefior que se llama de Wolmar, a quien respe™ que y estima pero no ama. Saint-Preux volverd, rehaciendo un tentativa de re-seduccién... : id, 2007- 4 Jean-Jacques Rousseau, Julia, o la nueva Eloisa, Akal, Madi Apéndice. La érica segiin Rousseau hay dos episodios bastante curiosos. En efecto, es una Pero hay muy extrafia. El sefior de Wolmar lleva a Julie y novela feu a la gruta donde intercambiaron sus primeros ey ios deja. {Qué arte! {Que habilidad etic No? (ras Alli os dos se miran... Bueno. Por otra parte, el seor Wolmar se pone muy enfermo y Julie toma una decisién. Por juramento, casi ante notario, declara: “Aun si mi querido marido muere, no me casaré con Saint-Preux”. ¢Qué es lo que estoy contando? Comento segiin elcomentario mismo de Rousseau. La nueva Eloisa esta hecha por cartas, intercambio de cartas. Pero en un tinico caso, 0 quizas dos, hay una nota personal de Rousseau. Precisamente a propésito del compromiso de Julie de no casarse con Saint- Preux incluso si su marido muere, Rousseau pone una nota en su nombre. Dice: “Asi es como hay que conducirse en la vida’. {Qué es lo que hace Julie, en efecto? Segiin el comentario literal de Rousseau —supongo que iran a buscar el texto— ella estaba en una situacién fea, todo girabaa su alrededor, se decia “Saint-Preux ha vuelto”, etc., pero ella cambia la situacién. Toma el compromiso de que sea lo que sea que suceda, incluso si Wolmar muere, no se casarA con Saint-Preux. Incluso por razones sociales, ella no puede volver sobre eso, todo el mundo ha escuchado el compromiso. Es un poco como hacen los jugadores. {Qué hacen los ju- gadores cuando las cosas van verdaderamente demasiado mal? Llenan un papel y se hacen prohibir en el casino. O bien van a soportar una vida de infamia en que padre, madre y nifios ya no podran comer, malgastardn todo el dinero de la familia 5 Cf. la langa nota en la que Rousseau alaba la decisién de Julie. Ibidem, parte III, carta XX. Gilles Deleuze jugando y ser la vergiienza, la decadencia, de situacién catas- tr6fica en situacién catastréfica; o bien se hacen prohibir. No hace falta una energia extraordinaria, dos minutos bastan, :no? Corren al casino y Ilenan un papel de solicitud de prohibicién, de auto-prohibicién; el papel queda registrado, ya no pueden entrar a ningun casino en toda su vida. Est previsto para eso, es perfecto, Quisiera que sientan que nos acercamos a algo, que a fuer- za de decir cosas, idioteces como esta, nos acercamos a algo, tenemos al menos algo. ;Qué hicieron ellos? A través de ese acto —que en este caso preciso es un acto de voluntad, no es irénico— ellos cambiaron la situacién, modificaron la situacién, introdujeron un elemento nuevo en [a situacién. El ejemplo del juego no es de Rousseau, pero es exactamente lo que ha hecho Julie al declarar publicamente: “sea lo que sea que suceda, no me casaré con Saint-Preux”. Ha modificado la situacién. Y Rousseau afiade un ejemplo atin mejor, que debe compro- meterlo a él personalmente. “Ustedes comprenden, la herencia €s una cosa rara, la herencia es una institucién muy extraiia’, dice Rousseau. Porque hagan lo que hagan, en la medida en que son herederos no pueden no ser llevados a desear, en un momento u otro, la muerte de sus padres. {Qué heredero no deseé un dia la muerte de su padre? Ahora bien, esa es la si- tuacién, se trata de la situacién. Puede ser que desde entonces comprendan lo que estoy diciendo. Esto involucra muchas cosas del pensamiento de Rousseau. :Por qué él es tan critico de la sociedad? No es com plicado. Es que para él la sociedad es un sistema que les daen ey definicion todo momento un interés en ser malvados. Es una de objetiva de la sociedad. En Ia sociedad ustedes no ne tener interés en ser malvados, injustos, tiranos, cobardes, « segin Rousseau Joque quieran. jAhl, zasies la sociedad? Bien, segin Rousseau, sijasies la sociedad. En la sociedad ustedes siempre tienen un interés en ser lo mas hijo de puta posible. Entonces, por mas que digan con vuestra moral que son nobles Y generosos, se conduciran como todo el mundo. Laherencia es un caso tipico. Si vuestros padres tienen dine- ro, en un momento en que los hayan hartado estaran forzados adecirse: “jOh, rapido, que reviente, que se muera!”. Tienen un interés en ser malvados, en desear la muerte de alguien. Y Rousseau dice que el tinico acto de moral sensitiva-ma- terialismo del sabio es renunciar a la herencia, renunciar por adelantado a la herencia. Renuncio a mi herencia ante notario y de golpe me salgo de una situacién fea. Me harté... Soportar mi vida veinte afos, cuarenta afios, sesenta afios Preguntan- dome: “;Cuando se va a morir pap4?” (risas). No es una vida muy brillante ni estupenda, hay mejores cosas que hacer en la vida. Hay mejores cosas que esperar una herencia. A pesar de todo, si piensan en la historia de la humanidad, hay muchas personas que vivieron esperando herencias. ;No, es idiota, es una vida fea, es una vida de cretino, de imbécil! Asi, entonces, arreglo todo, me salgo de la mala situacién, renuncio a la he- rencia ante notario. iVaya!, me digo. Es curioso este ejemplo, porque Rousseau no lo sabia, pero es exactamente eso lo que hizo Spinoza, exactamente lo que hizo. Su padre tenia una casa de comercio de frutos. Era el circuito Espafia-Portugal-Paises Bajos. An- daba bien, parece. Aunque alli las opiniones estan divididas, Los detractores de Spinoza dicen que ya no andaba, pero los spinozistas dicen que andaba bien (risas). Supongamos en- tonces que andaba bien. Spinoza se ocupé de ella un tiempo. Trabajaba con su cuftado, Todo eso debi fastidiarlo en un lls Deleuze Punto, entonces renuncié a la herencia. Renunciéd. Asi estaba tranquilo, se salié de aquella situacién, no se le iba a poder decir: “Entonces vives de la familia”. No, se puso a pulir sus cristales para lentes. Asi se salié de la situacion. Bueno, es cu- rioso que Rousseau invoque lo mismo. En efecto, si hay algo en la sociedad que da un interés en ser malvado es precisamente y sin duda la herencia. Pero esto va mucho més lejos. Rousseau construyé asi toda su vida, Incluso su sabidurfa. El sabia muy bien que en la mayor parte de las situaciones clasicas, de las situaciones ordinarias dela sociedad, se volvia muy répidamente grotesco. Es por eso que Las confesiones son tan cémicas como libro. El cuenta eso, cuenta mucho de eso. Sucediera lo que sucediera, lo cémico era él (risas). Era un destino, hacia reir a todo el mundo. En- traba en una sala y estaba seguro de golpearse. Era el drama, pascaba el drama con él. Rousseau cuenta todas las metidas de pata que hacia, era una maravilla. Desde que se sentia un poco distendido y le decia algo a su vecino, no habia otra posibilidad, era justo el tipo al que no habja que decirle eso (risas). Ademas tenia incontinencia urinaria —como él declara~ de modo que no podia permanecer cinco minutos en un saldn sin correr a los baiios (risas). Todo el mundo decia: “Ah, no es nada, es Rousseau” (risas). El se dice entonces: “Es preciso que me salga, es preciso que me salga”. En mi opinién, es muy mal comprendido por los comentadores. El mismo asegura que toda su actitud antisocial vino precisamente de eso: queria salirse de estas situaciones ¢n las cuales quedaba en ridiculo. Entonces muchos comand sobre todo aquellos que no aman a Rousseau, extraen de all a idea de que no era serio. Yo creo, al contrario, que &s Ja prue de hasta qué punto era serio. Apéndice. La ética segiin Rousseau Rousseau vivia fundamentalmente su idea de la bondad natural. “No somos malvados por naturaleza, no es cierto”, decia. No es que valgamos mucho mas que un malvado, él no pensaba que fuésemos muy buenos. Somos més bien egoistas, decta, nos adecuamos. Pero no somos malvados por naturaleza, Por el contrario, las situaciones nos vuelven malvados y alli, entonces, nos volvemos despiadados. Nos volvemos los peores hijos de puta al nivel de las situaciones. Son las situaciones las que nos vuelven malvados. De alli su idea: él, que se siente particularmente bueno —“soy el mejor de los hombres”— va a poder devenir efectivamente lo que es si se sale de las situaciones, es decir, si ejerce una accién selectiva sobre los datos de la situacién. Y él extrae de alli entonces una especie de visién muy grandiosa que, una vez més, llamo spinozista. Porque toda su teoria del nifio viene de alli. No es que el nifio sea malvado, dice, es simplemente que lo ponemos, la sociedad lo pone inmediatamente en situaciones en las que tiene tal interés en ser malvado, que entonces se vuelve malvado a toda velocidad. {Qué son estas situaciones? Rousseau las definié admirable- mente -y es lo tercero que cito, para terminar con Rousseau-en el Emilio. ;Cual es la situacién del nifio? Y bien, finalmente, si buscamos el hecho, es una situacién que podemos llamar, que podemos describir como dependencia-tirania. Depen- dencia-tiranfa en una inversién perpetua. Esclavo-tirano es desde el principio la situacién del nifio en la sociedad. El nifio es esclavo porque depende enteramente de los padres y, por contrapartida, deviene el tirano de sus propios padres. 6 Jean-Jacques Rousseau, Emilio, 0 de la educacién, Alianza, Madrid, 1990. Gilles Deleuze gEn qué sentido? Y bien, la educacién misma lo dice. El nifio no cesa de gritar porque es dependiente. En efecto, ;qué ¢s gritar? Es como cuando un gato matilla. Un gato no matilla para decir “quiero leche”. “Quiero leche” es una proposicién de adulto, de humano adulto. Los americanos hacen un buen anilisis de la proposicién “maullar”, dicen que no es una proposicién de objeto. “Quiero leche” es una proposicién de objeto. “Maullar” no es una proposicién de objeto, es una pro- posicién de relacién, de la relacién de dependencia’. Cuando el gato maiilla en un departamento, se trata de una relacin de dependencia, atrae la atencién del amo. Un nifio que grita no es una proposicién de objeto, no es “quiero leche”, es “;Bua, bua, mamd!”, “Eh, mamé, aqui abajo!”, es una proposicin de dependencia. De repente, la madre le da leche. En otros términos, es en la misma situacién que el nifio es hecho esclavo y se hace tirano. Y Rousseau dice que en la educacién hay un mal principio que comienza desde el inicio, atin antes de que el nifio hable: los padres no paran de darle las cosas. Darle la cosa al nifio es ya la situacién corruptora. Vean lo que quiere decir que una situacién da interés en ser malvado. El bebito comprende esto muy rapido, no va a parar de gritar para que cada vez le llevamos algo. Es el esclavo-tira- no. Es la situacién de dependencia-tirania. Ahora bien, ven lo que quiere decir Rousseau, y aqui esto deviene muy profundo: esta es finalmente la matriz de todas las situaciones sociales. El esclavo-tirano es la situacién social clave. ; Y Rousseau lanza su gran formula del Emilio: la educacion deberia consistir en sustituir la dependencia de las personas 7 Deleuze hace aqui referencia a Gregory Bateson y sus estudios py . lenguaje en los mamiferos, y en particular la funcién w del lenguaje c hacia una ecologia de la mente, pig. 399, Lohlé Lumen, Buenos Aires, 1998- Apéndice. La ética segin Rousseau la dependencia de las cosas. Escuchen bien: sustituir la dependencia en relacién a las personas por la dependencia en relacion a las cosas. Es decir, jamés llevar algo al nifio, sino llevar al nifio hasta la cosa. Alli cambian la situacién. Sin duda Jo llevan ustedes. No puede caminar, de acuerdo, entonces lo Ilevan. Pero es él quien sera desplazado, no la cosa. Volverdn al nifto cada vez mas hacia proposiciones que podriamos llamar “proposiciones de objeto”, y cada vez menos hacia proposi- ciones que llamamos “proposiciones de relacién”. Sustituir la dependencia de las personas por una dependencia de las cosas. Eso quiere decir cambiar la situacién, ;comprenden? Si hago este largo paréntesis es porque me interesa hasta qué punto, a muchos afios de distancia, pueden encontrar en un autor esta resonancia. No quiero decir que Rousseau sea spinozista. Quiero decir y digo que lo es sobre este punto, y que en el pensamiento de Rousseau hay esta especie de nticleo spinozista. Que no existe simplemente como niicleo, puesto que todo lo que acabo de decir es perfectamente coherente con todo el conjunto del pensamiento del propio Rousseau. Pero lo que me importa es esta resonancia entre los dos autores. Resonancia verdaderamente literal, puesto que, una vez més, gqué es lo que Spinoza llamaré “el esfuerzo de la ra- zn”? El esfuerzo de la razén serd tipicamente un esfuerzo por seleccionar en las situaciones aquello que es capaz de darme lo que Spinoza llama “alegria” y eliminar aquello que es capaz de darme “tristeza”. O bien, seleccionar lo que es capaz de darme independencia y eliminar lo que es capaz de darme dependen- cia. Y bien, es palabra por palabra lo que Rousseau llamaba “materialismo del sabio o moral sensitiva”. Eso es la ética.

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