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N A Z A R I O Y U S T E ROSSELL
1. INTRODUCCIÓN
Habría que acordar, en primer lugar, qué se entiende por inteligencia, lo que
es fácil, por los muchos enunciados que arriban desde distintas perspectivas,
ejemplo:
€ rdiciones Pirámide
100 / Introducción a la psicogerontología
L a psicometría
1.1. L a psicometría
mira la cantidad
Busca medir la cantidad de inteligencia de un sujeto mediante la resolución
de inteligencia
pruebas empíricas sujetas a estadística; se evalúan habilidades concretas, con
presunción de que a más tareas satisfechas, mayor inteligencia se posee. Los pu
tos obtenidos se comparan con los patrones estandarizados, y el resultado indic:.
edad mental [ C I = E M / E C ( x 100)], aunque se discrepa respecto al rigor de
diferencias psicométricas. E l cociente intelectual, deducido así, no marca la int;
gencia innata, y las pruebas, al medirlo en un tiempo y contexto dados, carecer
orientación evolutiva e ignoran el concepto de cohorte y que las diferencias f.
Pero excluye el
den ser sociales más que de facultades. Y a hace tiempo se habló de una «intelie.
matiz evolutivo y
el concepto de co- cia social», en referencia a la capacidad del ser humano para adaptar funcio:
horte . mente su conducta, atendiendo a las miras sociales, aunque sin abandonar p o r .
su desarrollo personal.
Desde este enfoque, las teorías pueden idear una inteligencia monárquica,
un solo factor, o considerarla compuesta por varios, de ahí lo de análisis factor
Hay, así, teorías bifactoriales, como la de Spearman (1904), que señala un
común o general de inteligencia (g) y un factor específico (s), y hay teorías
factoriales, que anotan diversas aptitudes, como urdió Thurstone (1938, 1947)
señalar la capacidad verbal, memoria, razonamiento, comprensión espacial, n
rica, perceptual e inducción, o como obró Wechsler (1939) en el test de inte!i_
cia quizá más usado aún, que incluye subtests verbales (verbal, atención y con"
tración) y subtests manuales (coordinación visomotora y organización visual
como procedió Cattell (1963) al distinguir entre inteligencia cristalizada e i
Inteligencia fluida
gencia fluida, que luego se estudiarán, y que tuvo en cuenta el Diseño C u -
y cristalizada
Base de la Junta de Andalucía (1994) para la Educación de Adultos.
© Edicr- :
Funcionamiento intelectual / 101
C U A D R O 5.1
Características esenciales del pensamiento formal
1. L a destreza en analizar las posibles causas de cada situación, e integrar sus distintas
variables, a fin de hallar la solución a los problemas, haciendo incluso comprobacio-
nes experimentales.
2. L a capacidad de estimar la incidencia de una variable sobre las demás, valiéndose de
prácticas lógicas como la disyunción o conectiva preposicional, ya sea inclusiva (v),
o exclusiva («—/—>), o también la identidad, reversibilidad, etc.
3. L a capacidad de plantear las posibilidades de un hecho de modo hipotético-deductivo
(si A, entonces B; si X, entonces Z, etc.); esto es, se enuncian y calculan hipótesis
progresivas, explicativas del caso, controlando las variables, de manera que se com-
prueba cuál es la consecuencia o explicación más correcta o verdadera.
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Absorción de las
c) Síntesis: la diversidad de juicios u opiniones, los sentimientos o a:;
antítesis encontrados, la pluralidad y complejidad de experiencias, pueden su:,
se, como es usual entre adultos, que vencen las contradicciones y k;
gran, sin tener que optar por una u otra disyuntiva.
® Edici(
cienes Pir
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decisiones. Todo ello son formas de conducta inteligente, de las que cada uno pue-
de tener más o menos carga, según Gardner o Sternberg.
Gardner concluye que no todo el mundo tiene el mismo perfil intelectual; por
eso, lo importante, según él, es educar no una, sino todas las inteligencias, con lo
que se enriquecerá aquella en que cada uno destaca, y a la vez se potenciarán las
demás, consiguiéndose un desarrollo eficaz y personalizado, aunque sabiendo que
al ser mayores cada vez las inteligencias se diferencian más. Las ocho inteligen-
cias son las que se muestran en la tabla 5 . 1 .
E l juego unido de inteligencia interpersonal e intrapersonal, decisivo para re-
gir felizmente la propia vida, disponía de un precedente claro en el ya citado juicio
de Wechsler (1939). Luego, Mayer y Salovey (1990) lo nominaron inteligencia
Inteligencia emo-
emocional, expresión difundida por Goleman (1995), quien fijó, junto al cociente cional: el éxito
mtelectual ( C I ) , el emocional ( C E ) , éste con mayor carga ambiental, y aquél gené- contiene un
tica. E l estudio de ámbito mundial, realizado por The Consortium for Research on 77 por 100 de
Emotional Intelligence in Organizations, mostró, como resultado unido al llama- talento emocional
do Cociente de Éxito, que éste se debe en un 23 por 100 a capacidad mental, y en
un 77 por 100 a destreza emocional. De eso, se induce que la inteligencia es no-
ción amplia, que implica aptitud para llevar con éxito una empresa, incluyendo la
mteligencia cognitiva y la emocional. L a primera, basada sólo en la actividad de la
neocorteza, de evolución más reciente, agrupa facultades como atención, memo-
ria, lenguaje, abstracción..., y la otra, centrada en la subcorteza, de desarrollo más
antiguo, une elementos sociales y afectivos, no mensurables con tests de inteligen-
cia, pero que se estiman básicos para el éxito, como la empatia, la expresión de
sentimientos, la comprensión de los propios y de los ajenos, el control del mal
genio o ira, la independencia, la motivación propia, la capacidad de adaptarse y la
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T A B L A 5.1 rascenden
ü e n t i d a ata
Inteligencias señaladas por Gardner y sus competencias rreciso, co¡
I * Iliciones Pirámidi
Edicio
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Cabe aventurar, aquí, según estudios que irán apareciendo a lo largo de este
ado, que con el envejecimiento decae la inteligencia corporal-cinestésica, y
carte también la intrapersonal, por exigencias de las circunstancias, aunque el
' puede esforzarse en preservarla, pero el resto se mantiene bien, salvo pa-
ji'as.
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@ E±t;¡ones Pirámi
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fl) Cada hardware humano, soporte físico de la información que crea o reci-
be, tiene una natural y personal capacidad y potencia; ambas pueden am-
pliarse gracias a los «periféricos» que se le anexionen a través de progra-
mas de aprendizaje. Hay hardwares que no soportan la complejidad de
determinados softwares, pero, en muchos casos, según qué programas, se
puede mejorar el aprovechamiento y rendimiento del ordenador a través
de la educación que operará en el hardware humano, mejorando su po-
tencial.
b) L a unidad estructural hardware + software, conectada a la red energé-
tica e informática, y encendida, está «disponible» para recibir información
y realizar operaciones adecuadas a su «lenguaje y lógica»; de otro modo,
estará «fuera de servicio», pero el ser humano, dinámico de sí, se tomará
tiempo para elaborar el programa con el que ajustarse a las señales recibi-
das; si lo logra, las acepta; si no, las rechaza, acusando algún error.
•) Las unidades informativas, que el humano procesa, no derivan de un te-
clado solo o de una única red, sino de múltiples contextos, internos y ex-
ternos, ecológicos y empíricos, físicos y sociales, espontáneos y prepara-
dos, improvisados e impuestos... L a información transmitida no siempre
es uniforme, ni acorde con la anterior o posterior; antes bien, es normal
que difiera, incluso que sea contradictoria; tampoco es raro que se dé una
información sesgada, poco objetiva, desorganizada y confusa, de conteni-
do atractivo o antipático, inconexo o asociado a otra señal como en el con-
ciones Pirámide
Introducción a la psicogerontología
2. A P R E N D I Z A J E Y P R O C E S O S COGNITIVOS
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